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Habilidades Básicas del Equipo de Apoyo Psicosocial

Técnicas de Relajación Auto-Aplicadas

Diego A. García Zaizar

Licenciatura en Psicología, Centro Universitario de los Altos, Universidad de Guadalajara

Intervención en crisis y Emergencias psicosociales

Prof. ª Carolina De la Torre Ibarra

30 de septiembre de 2020
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De entre todas las estrategias que buscan reducir el impacto físico del estrés, la

técnica de relajación progresiva de Jacobson considero que es una de las más efectivas. Si

lo practicamos de forma repetida, será una gran herramienta suprimir progresivamente

todas las tensiones musculares. Gracias a esta técnica entendí que estar tranquilos no

depende de nuestra personalidad, como mucha gente da por supuesto, sino de un conjunto

de habilidades. Por suerte, pueden aprenderse fácilmente mediante el seguimiento de esta

técnica mental y corporal.

Una de las ventajas que le vi a la relajación progresiva de Jacobson es que es breve

y, al no ser aparatosa, se puede llevar a cabo en cualquier lugar. Puede practicarse tanto en

el trabajo o antes de cualquier compromiso que nos ponga en tensión. Esta práctica, además

de un profundo bienestar, produce un incremento del grado de conciencia corporal,

permitiendo a los pocos días de su utilización diaria la rápida localización de las zonas que

están tensionadas y también una paulatina relajación de tensiones musculares más

profundas. Con un poquito de práctica y paciencia se puede adquirir la suficiente

sensibilidad para detectar en qué momentos o situaciones nos tensamos y cómo podemos

aflojarnos con relativa facilidad. Si bien la relajación muscular progresiva puede ayudar a

aliviar nuestro estrés, no considero que deba usarse como un sustituto de la atención médica

en el tratamiento de cualquier problema de salud como algunos tienden a hacerlo.

Concluyo diciendo que si conseguimos el hábito de la relajación, se conseguirá un

efecto de recuperación y esto representa una bienestar para el organismo, devolviéndolo a

su estado natural de equilibrio. Nos abruma menos la fatiga real que la idea que de ella nos

hacemos.
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La presión arterial, los latidos del corazón, la respiración, la circulación, etcétera

volverán a la normalidad y los músculos se relajarán. Se normalizarán nuestros procesos

físicos y psicológicos.

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