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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Bolivariana de Venezuela
Programa de Formación de Grado en Estudios Jurídicos
Eje Geopolítico Regional Cacique Tiuna
Casa de Los Saberes – Altos Mirandinos – Los Teques
Estado Bolivariano de Miranda
Complejidad Jurídica, Justicia y Diversidad

El pluralismo jurídico: justicia y liberación

Facilitador (a): Participantes:


Abg. Mayra Osorio Cardona Dayana
C.I. V- 19.763.653
Introducción

Designaremos aquí como "pluralismo jurídico" el fenómeno de la coexistencia


de normas que reclaman obediencia en un mismo territorio y que pertenecen a
sistemas normativos distintos. Aceptaremos también que un sistema normativo lo
es porque está organizado en torno de una norma de reconocimiento o fundante la
Grundnorm de Kelsen. Entonces estaremos frente a un fenómeno de "pluralismo
jurídico" en los casos en que, como en el derecho indígena, un sistema convive
con las normas de otro sistema hegemónico. Es decir, que las normas
pertenezcan a sistemas distintos, significa que son reconocidas por distintas
reglas de reconocimiento, para decirlo en el lenguaje de cierta corriente de la
teoría general del derecho contemporáneo inspirada en Hart.
Epistemología

La epistemología es la rama de la filosofía que estudia la teoría del


conocimiento, utilizando tanto al objeto y el sujeto que accederán al conocimiento,
como a los límites del saber mismo. El término proviene de la palabra griega
ἐπιστήμη, que quiere decir conocimiento.

La epistemología suele ser confundida en ocasiones con la metodología,


la filosofía de las ciencias y más recientemente con la gnoseología, ya que todas
estas ciencias tienen en común que estudian el proceso de construcción del
conocimiento. Sin embargo, la epistemología tiene diferencias que la vuelven
única, siendo una herramienta indispensable para el análisis de la ciencia y de sus
formas de desarrollo en general.

La función de la epistemología es cristalizar, es decir esclarecer cuales son las


circunstancias en que se puede conocer y cuáles son sus límites, es decir
que determina el alcance y la validez del conocimiento. Para ello utiliza como
medio para determinar la validez o invalidez del conocimiento
las argumentaciones. Las mismas pueden ser demostrativas, intuitivas, utilizando
recursos de autoridad, entre otras.

La palabra epistemología se encuentra compuesta por «episteme», un término


que deriva del griego y hace referencia al conocimiento o a la ciencia.
Antiguamente, los pensadores clásicos utilizaban el término «episteme» para
diferenciarlo de la «tekne», haciendo referencia este último a la noción de técnica,
al conocimiento instrumental. También se distinguía de la «doxa» o conocimiento
general y en muchas ocasiones asociado a la plebe.

Por otra parte, el término epistemología cuenta con el sufijo «logos«, que


refiere al estudio de un tema o cosa. De esta manera podemos concluir que la
epistemología es el estudio del conocimiento. Profundizaremos sobre esta
cuestión a continuación.
La epistemología como ciencia se propone estudiar las circunstancias
objetivas, históricas y sociales de la producción de distintos tipos de conocimiento
que sean considerados científicos, cuáles son los criterios que se utilizan para
considerar algo como científico, y trabaja con conceptos tales como verdad,
justificación, hipótesis, corroboración, etc. En síntesis, es el estudio de cómo y
bajo qué condiciones se produce el conocimiento científico. Es considerada una
de las ramas de la filosofía.

Conocimiento de sistemas jurídicos alternos

Aceptaremos que, en un caso de pluralismo normativo, los sistemas son


alternativos cuando algunas de las normas que componen a uno de ellos ordenan
conductas contradictorias con las ordenadas por el otro. Dejaremos a los lógicos
establecer si estaríamos frente a contradicciones lógicas. Bástenos decir que
hablamos de normas de un sistema que hacen obligatorias ciertas conductas que,
conforme con el otro sistema, son prohibidas. El ejemplo de mayor contundencia
es el de las cárceles repletas de indígenas, que aún se preguntan por qué están
encerrados si sólo han producido conductas obligatorias o permitidas según el
sistema jurídico que aceptan.

Los sistemas jurídicos alternativos pueden tener o no la siguiente


característica: que la efectividad de sus normas, si llegase a ser hegemónica, es
decir, si, por eso mismo, tales sistemas fuesen eficaces, ello implicaría la
desaparición del sistema actualmente hegemónico, o al menos su transformación
en uno subalterno o hegemonizado. Llamaremos a tales sistemas alternativos,
sistemas normativos subversivos.

La historia latinoamericana es pródiga en ejemplos de esto. Cada uno de los


sistemas jurídicos impuestos por los patriotas insurgentes del siglo pasado en las
guerras de independencia, son ejemplos de sistemas normativos que fueron
ganando efectividad hasta convertirse en eficaces y, por lo tanto, en hegemónicos
o "estados independientes" excluyentes de los estados virreinales. Los sistemas
jurídicos español y portugués de los conquistadores fueron subversivos respecto
de los indígenas. Y, en relación con algunos de ellos, se hicieron hegemónicos sin
suprimirlos, cosa que sí hicieron los sistemas impuestos en las guerras de la
independencia que sí suprimieron a los coloniales.

Pero la historia contemporánea también ofrece ejemplos, como en los casos


de Cuba y Nicaragua: sistemas subversivos cuyo triunfo suprimió los sistemas
anteriores, organizados alrededor de normas fundantes distintas. Y nuestra
América ofrece también el ejemplo de sistemas normativos subversivos en países
como Colombia, Guatemala y Perú.

Hasta aquí, de intento, hemos usado indistintamente las expresiones "sistemas


jurídicos" y "sistemas normativos". Para la teoría general del derecho el objeto de
estudio es el derecho, y uno de sus temas clásicos es la diferencia entre éste y
otros sistemas de normas como por ejemplo la moral. Sin embargo, para la
sociología jurídica, en especial cuando nos ocupamos del pluralismo jurídico, la
diferencia pierde significación. Sobre todo cuando el interés no es el estudio del
sistema jurídico solamente, sino que se desplaza también, e incluso
preferencialmente, hacia el estudio de la transformación social. Si lo que nos
interesa es estudiar las potencialidades transformadoras del derecho, ¿qué más
da que los sistemas de normas en los que nos interesamos no respondan al
concepto de "jurídico" proporcionado por la teoría general del derecho? ¿Qué nos
importa que las normas cuya eficacia estudiamos sean o no derecho? Obsérvese
que estamos acostumbrados, cuando hacemos teoría jurídica, a pensar en los
Estados modernos, cuyo paradigma es siempre, y no justificadamente, el de los
sistemas europeos. Y haciendo esto, encontramos que es pertinente hallar la
diferencia entre derecho y moral en la coacción o amenaza de la violencia: lo que
diferencia al derecho de la moral, decimos siguiendo a Kelsen, es la coacción
porque el derecho es la organización de la fuerza.

Pero resulta que los antropólogos nos enseñan que, tratándose del derecho
indígena, la fuerza ocupa un espacio mucho menor de manera que no es posible
separar derecho de moral. Resulta que otras formas de coacción, no violentas,
tienen un papel mucho mayor en estos sistemas. De modo que la firmeza con que
aceptamos esa separación tratándose del derecho europeo, no es demasiado útil
cuando se trata de un derecho que es mucho más próximo a nosotros como lo es
el indígena.

Por otra parte, estamos interesados en estudiar formas de organización


popular que implican sistemas normativos, los cuales, poco importa, tal vez no
sean "jurídicos". Por ejemplo, las conductas que consisten en "tomas de tierra"
son, conforme con el derecho hegemónico, delito. Sin embargo, tales conductas
pueden ser vistas como la efectividad de un sistema de normas creado por los
propios miembros del grupo de campesinos sin tierra. Veamos: se trata de
conductas que han sido planeadas de antemano por el grupo, que se ha dado
ciertas normas, en virtud de las cuales queda establecido quiénes son los jefes
cuyas indicaciones hay que seguir, por ejemplo sobre el día, la hora y las
modalidades del ingreso al terreno en disputa; esas normas les permiten también
reconocer a los propios miembros del grupo; por otra parte, la organización de la
defensa de la tierra tomada es también el efecto de un grupo de normas
producidas por los órganos de dirección del grupo. Además ¿cómo reconocen los
miembros del grupo cuáles indicaciones -normas- deben seguir -obedecer- y
cuáles no? La repuesta es la ya clásica de la teoría jurídica: las reconocen merced
a una regla de reconocimiento. Y, finalmente, ¿hay ciertas normas que organizan
la violencia en el interior del grupo? En efecto, las hay: los miembros que actúan
en contra del grupo son reprimidos, a veces con crueldad. Ciertamente, tales
grupos no suelen reprimir la deserción: es posible frecuentemente dejar de
obedecer las normas del sistema sin temor a las represalias, a cambio del retiro,
cosa que no se da en el sistema jurídico dominante.

Ahora bien, ¿qué diferencia a estos sistemas normativos, obedecidos por


grupos pequeños, sin procedimientos complicados de aplicación, de un sistema
jurídico? Posiblemente hay muchas diferencias; posiblemente no tantas. Pero
¿qué nos importa? ¿Qué es lo que nos interesa? ¿El estudio de la potencialidad
transformadora de estos grupos y sus sistemas normativos? Entonces, para obviar
dificultades con la ideología jurídica dominante en la teoría general del derecho,
hablemos tanto de sistemas normativos como de sistemas jurídicos, siendo estos
últimos una especie del género de los primeros.

Por otra parte, nos interesan sistemas normativos evidentemente diversos de


los jurídicos. Por ejemplo, los cárteles creados por las empresas, al margen e
incluso en contra de la ley comercial del derecho hegemónico, cárteles que tienen
como objetivo establecer entendimientos que permitan ganancias con precios
monopólicos. Frecuentemente estas organizaciones, que sin duda establecen
normas, no disponen de funcionarios dedicados al uso de la violencia en contra de
los remisos, a menos que llamáramos "violencia" a los castigos comerciales. Y en
el caso de las mafias, es demasiado pedirle a la ideología jurídica dominante su
identificación con sistemas jurídicos, a pesar de que se imponen conductas con la
amenaza de la violencia, que es cumplida por personajes cuya actuación se
diferencia poco de muchas policías del mundo. 

El problema del derecho comparado

Es una técnica para estudiar el Derecho, caracterizada por contrastar


instituciones o figuras jurídicas de distintos ordenamientos con el fin de profundizar
en el conocimiento del ordenamiento propio. Así, la comparación de las reglas
de filiación vigentes en Francia con las españolas; sin embargo, se considera más
fecundo el contraste entre figuras o instituciones de ordenamientos pertenecientes
a distintas familias de Derecho. En este sentido, un contraste de gran interés para
los ordenamientos de la familia romano-germánica, es el practicado con
los ordenamientos de la otra gran familia de derechos occidentales:
el Derecho angloamericano o familia del Common Law.

El derecho comparado consiste en el estudio de las diversas instituciones


jurídicas a través de las legislaciones positivas vigentes en distintos países.

Importancia y virtualidades del derecho comparado: dos concepciones


diferentes se han esbozado respecto del carácter de esta ciencia.
Para unos autores-es la concepción de saleilles, el derecho comparado es
una disciplina auxiliar del derecho Nacional positivo, que contribuye a reforzar las
soluciones de este o insinuar sus cambios.

Para otros autores-es la concepción de Lambert-, es una ciencia principal,


autónoma, que pone de relieve el fondo común de las diversas legislaciones
positivas, con lo que permite alcanzar el conocimiento de las leyes de la evolución
de dichas legislaciones, las finalidades perseguidas y la existencia de principios
que reciben una adhesión más o menos numerosa.

Desde este punto de vista es incuestionable la importancia


del derecho comparado, tanto más cuanto la evolución social y económica de los
pueblos se orienta hacia un tráfico cada vez más frecuente de personas, ideas y
bienes.

Corresponde señalar las orientaciones metodológicas en


la investigación referente al derecho comparado:

a) investigación restringida a legislaciones de similar afinidad cultural;


b) investigación amplia a través de toda clase de legislaciones.

En general, se acepta como método apropiado el primero de los mencionados,


pues ningún rigor científico puede esperarse de investigaciones que
indiscriminadamente computan los datos provenientes de legislaciones carentes
de homogeneidad cultural.

Considerado el derecho comparado como fuente de derecho, sólo tiene el


valor de elemento corroborante de la solución indicada por otro medio de
expresión del derecho Nacional.

Pero, en cambio, si se trata de considerarlo como factor computable en trance


de sancionar la ley especialmente elaborar un código, entonces
el derecho comparado suministra un aporte de inapreciable valor, como ocurre
cuando se trata de formar opinión sobre la inhabilitación del prodigo o sobre la
conveniencia de adoptar la lesión enorme, tópicos sobre la cuales la experiencia
del derecho comparado sugiere una orientación definida que no debe ser
desatendida.

Métodos etnográficos

El método etnográfico proviene de la tradición antropológica anglosajona, entre


cuyos fundadores se encuentran los antropólogos Malinovski, Sapir y Whorf, entre
otros. Esta tradición se fue consolidando en las universidades americanas dando
origen, en la década de los sesenta, a diversas disciplinas de estudio, tales como
la Etnografía de la comunicación o la Antropología lingüística (Hymes 1974; como
referencias más actuales Duranti 1994 y 1997, y Blommaert y Jie 2010), y la
Sociolingüística interaccional (Gumperz 1982).

El objeto de estudio de algunos de los autores inscritos en estas disciplinas


comenzó siendo el análisis de las diversas situaciones comunicativas de grupos
culturales no occidentales (tribus indígenas, pueblos con características culturales
aún muy tradicionales, entre otras), pero poco a poco se desplazó a las
situaciones comunicativas de las grandes urbes modernas, que desde la década
de los sesenta se estaban convertido en auténticos espacios interculturales, tras la
llegada masiva en sus barrios de numerosos grupos de emigrantes de culturas
muy diversas. Un caso paradigmático en este sentido fue Gumperz, quien
comenzó su trabajo investigador como antropólogo en un poblado hindú, y
posteriormente se trasladó a Londres para investigar los problemas comunicativos
de los emigrantes hindúes en las situaciones de interacción con los servicios
institucionales locales.

Estos cambios socioculturales han producido poco a poco también un cambio


en la misma investigación etnográfica. El investigador que utiliza este método ya
no tiene que desplazarse necesariamente a culturas  o subculturas distintas a la
suya para encontrar su objeto de estudio. Este puede estar ubicado en su misma
comunidad, aunque el método de la observación participante sigue siendo
fundamental para ambas situaciones, porque lo que le interesa a quien investiga
desde esta perspectiva es el análisis del significado que construyen los
participantes o actores sociales en situaciones concretas de habla. Así lo explica
Duranti (1997: 27):

“En vez de concentrarse exclusivamente en lo que nos hace cognitivamente


iguales, se centran en cómo el lenguaje permite crear y crea distinciones
entre los grupos, los individuos, las identidades”.  
Conclusión

Cuando se analizan los estudios más difundidos, citados y comentados


relacionados con el pluralismo jurídico, no deja de sorprender las características
del lenguaje en que dichos textos son presentados (una recopilación de textos
puede verse en Guevara Gil, 2014). Al pasar de un autor a otro pareciera que, a
pesar de que emplean la misma terminología, palabras, y giros semánticos,
están haciendo referencia a objetos de estudio o análisis que en ocasiones solo
tienen en común el lenguaje utilizado.

En ese sentido, uno de los autores más citados, después de afirmar que “el
concepto de pluralismo jurídico lleva discutiéndose unos cuarenta años...”
reconoce que: “no obstante, considero que las discusiones sobre esta idea se han
vuelto cada vez más superficiales, sobre todo porque adolecen de claridad
conceptual y de una adecuada comprensión de sus implicancias teóricas
y metodológicas para entender el papel del derecho en la sociedad" (Von Benda-
Beckmann, 2014, p.17).

Si esa afirmación fuera asumida literalmente, sería forzoso concluir que las
largas discusiones sobre el pluralismo jurídico (definición, objeto de
estudio, potencialidades y limitaciones), y su contrapartida, el monismo jurídico,
pudieran diluirse si, en dichas discusiones, se utilizara el lenguaje con mayor
precisión: a causa de tanto uso y abuso de las expresiones "pluralismo jurídico",
"monismo jurídico", "interlegalidad", "derecho alternativo", “derecho no estatal” u
otras de connotaciones similares, se puede concluir que cada autor recrea,
utilizando un mismo lenguaje, un universo de referencia esencialmente diferente al
de sus colegas (Garzón López, 2014, p. 187).
Bibliografía

 Epistemología. https://concepto.de/epistemologia/
 Conocimiento de sistemas jurídicos alternos.
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/article/
view/3270/3745
 El problema del Derecho Comparado. http://www.enciclopedia-
juridica.com/d/derecho-comparado/derecho-comparado.htm
 Métodos etnográficos. http://www.ub.edu/diccionarilinguistica/print/6820

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