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EL PROBLEMA DE LA JUSTIFICACIÓN ÉTICA DE LAS LEYES

El hombre en todas las sociedades y culturas ha sentido siempre la inquietud


y la necesidad de cuestionarse si las leyes vigentes en su ámbito
espacio-temporal debían limitarse a ser un mero producto de la voluntad del
legislador o de quien ostentara el poder, o más bien debían someterse a
algún criterio superior a la voluntad humana.

El Derecho positivo es cambiante y a medida que la sociedad se hace más


compleja, las normas necesitan adaptarse en mayor proporción a las nuevas
circunstancias. El ser humano se ha preocupado por encontrar unos valores
éticos que sirvan para justificar y fundamentar al Derecho y constituyan un
límite a la voluntad del legislador.

BREVE REFERENCIA HISTÓRICA

Podemos diferencias varias etapas: la Grecia clásica, el mundo


helénico -romano, la escolástica, el racionalismo y los siglos XIX-XX.

En la época clásica aparecen anónimamente los presocráticos. En ellos surge


la idea un criterio jurídico meta empírico, que se encuentra por encima de los
hombres y sus mandatos. Una vez iniciado el período clásico, los filósofos
continúan con esta reflexión, sosteniendo que el Derecho humano tiene su
origen y fundamento en alguna instancia superior a las sociedades a las que
pertenece el ser humano (Sócrates: el Derecho debe fundarse en un orden
divino, Platón defiende la existencia de un derecho ideal del cual debe ser
reflejo el Derecho humano, Aristóteles: distingue entre lo justo natural y
justo legal).

En el mundo helénico-romano adquiere predominancia la corriente estoica


que elabora la teoría de un Derecho natural fundado en la razón que rige el
Universo. Subraya la idea de la dignidad humana y establece una comunidad
universal de todos los hombres que son libres e iguales; este ordena debe ser
el orientador de las leyes humanas. En la patrística y la escolástica (Sto.
Tomás) el logos se transforma en ley eterna que la razón o voluntad de Dios
que manda conservar el orden natural y prohíbe que se perturbe (S. Agustín)

El racionalismo no hace descansar el Derecho en Dios; lo explica como una


construcción humana derivada de su naturaleza racional. Dentro del
concepto de naturaleza humana, se otorga un papel importante a elementos
como el egoísmo y el instinto de conservación, la socialidad o la indefensión.

En el siglo XIX triunfa el positivismo que considera que el Derecho sólo puede
basarse en métodos empíricos. No se puede hablar de la existencia de un
Dcho superior al positivo, sólo es Derecho aquél promulgado por el Estado. A
finales de este siglo y durante el XX reaparece la idea de un Derecho natural.

RASGOS DE LOS CRITERIOS DE JUSTIFICACIÓN

Los rasgos esenciales que se descubren en los criterios éticos de valoración


de las leyes políticas son: idealidad y racionalidad. La idealidad pq si
queremos que sirvan de elemento fundamentando del Derecho deben
encontrarse por encima de los ordenamientos históricos y constituirse en
modelo de los mismos. La racionalidad porque la misma existencia del
Derecho implica una actividad racional de elección entre opciones diversas.
Las normas jurídicas siempre imponen un modelo de conducta entre varios.

Esta elección implica una actuación razonable, fundada en motivos que


justifican la decisión

Desemboca en la afirmación de la existencia de unos criterios ideales y


racionales que pueden utilizarse como unidades de medida del grado de
Justicia existente en las normas jurídicas positivas.

LAS PRINCIPALES SOLUCIONES

LA SOLUCIÓN IUSNATURALISTA

Bajo la expresión iusnaturalismo se acogen todas aquellas corrientes que


defienden la existencia de un orden objetivo superior que tiene 2 caracteres:
es permanente y universal.

El iusnaturalismo manifiesta que sus posturas defienden la existencia de un


dualismo jurídico: existen dos Derechos, el Derecho natural (como
ordenamientos ideal que debe servir de referencia y fundamento del
Derecho histórico concreto) y el Derecho positivo (ordenamiento existente
en las comunidades históricas y que debe ser fiel trasunto del anterior.
Una característica común a todas las posturas iusnaturalistas es la creencia
en un orden normativo superior al positivo: el natural.

Entre las diversas concepciones filosóficas de naturaleza destacan 2: la


concepción cosmológica y la concepción metafísica clásica. La primera
identifica naturaleza con el conjunto de seres corpóreos. En ella se pueden
diferenciar 3 direcciones distintas:

 Concepción organicista: la naturaleza o cosmos es un gran organismo


que está animado por un principio intrínseco (logos) al que deben su
regularidad los fenómenos naturales y que se encarga de imponer un
determinado orden en el mundo. Este logos es el elemento racional
que actúa desde el interior de las cosas como una ley que organiza al
mundo y lo convierte en un cosmos armónico y coherente. Concepción
predominante en mundo griego.
 Concepción mecanicista: el mundo no aparece como si fuera un gran
organismo, sino un mecanismo, algo inerte sometido a un principio
externo (leyes divinas) que es la causa de que funciones de un modo
regular. Concepción existente en la Edad Media y en el Renacimiento.
 Concepción historicista: frente a las anteriores que veían el cosmos
como algo inmutable, esta concepción considera que es una realidad
sujeta a evolución. Tanto los seres vivos como los inertes están sujetos
a evolución. Postura mantenida por Kant y el movimiento evolucionista
(Darwin).
La concepción metafísica clásica (Aristóteles) entiende por naturaleza no un
conjunto de seres, sino el modo de ser de cada ente en particular.

Santo Tomás distingue en naturaleza 2 aspectos: estático (esencia de cada


ser) y dinámico (origen de sus operaciones propias).

Pérez Luño agrupa las concepciones de naturaleza en 3: a) la entendida como


creación divina y el Dcho natural como manifestación de la voluntad de Dios;
b) como cosmos o leyes que gobiernan el mundo físico; los seres humanos
están sujetos a ellas por medio de los instintos y las necesidades; c) como
razón, cualidad del ser humano que le permite establecer de manera
autónoma sus normas de convivencia.

LA SOLUCIÓN IUSPOSITIVISTA

Positivismo: corriente intelectual del siglo XIX. Se caracteriza por centrarse en


los datos empíricos: nuestro conocimiento se funda en la experiencia. Es el
momento en el que triunfan las ciencias de la naturaleza.

Defienden un mundo basado en una rígida causalidad física. Se niega la


metafísica y todo lo relacionado con ella. La auténtica aplicación del método
positivista en el campo jurídico se centra en la investigación histórica como
constatación de unos hechos.
Se defiende una auténtica postura monista: sólo existe un Derecho que es el
positivo. Puede estudiarse en 3 planos:

a) plano gnoseológico (modo de conocimiento del Derecho como es- campo


del ser- y no debe ser).

Dentro de las corrientes positivistas contemporáneas destaca la Teoría pura


del Derecho de H.Kelsen. Responde al intento de encontrar la pureza del
método jurídico.

Considera el Derecho como un objeto independiente de estudio, que


pertenece a la esfera de lo normativo.

La solución iuspositivista al problema de la justificación de las leyes, sea cual


sea la posición que se adopte, tiene la virtud de centrarlo en la propia
experiencia humana, en el campo de lo comprobable. Aunque al reducir lo
jurídico a los meros datos de la historicidad y positividad, ha sido considerado
insuficiente.

LOS PRINCIPALES VALORES JURÍDICOS ACTUALES

Los valores cambian y se transforman con bastante frecuencia y esos cambios


son amplios y profundos. Y se plantea el problema de la historicidad de los
valores jurídicos.
LA HISTORICIDAD DE LOS VALORES JURÍDICOS

Llegado el momento de determinar cuáles son esos valores, nos topamos con
nuevas dificultades como son: la historicidad de los mismos (varían en
función del tiempo, del espacio y de las convicciones del grupo social) y su
gran diversidad. Así, aparece una contradicción profunda entre esa
variabilidad y la idea de estabilidad de que deben estar dotados como tales
valores. Los valores de legitimación del ordenamiento positivo son mutables
en función de 3 visible:

a) del tiempo,

b) del espacio, y

c) de las convicciones del grupo social.

DOCTRINALMENTE SE HAN SEÑALADO COMO CAUSAS DE ESA


HISTORICIDAD:

 la diversidad de materias sociales y el cambio de éstas,


 las variadas y cambiantes necesidades de cada momento histórico y de
los medios para su satisfacción;
 las modificaciones que surgen de la experiencia práctica;
 la prelación en las necesidades sociales que cada situación plantea; y
 la multiplicidad de los valores mismos.
Para otro sector, sólo son dos los argumentos utilizados para justificar ese
cambio histórico de los valores: lo que varía no son los valores sino el
conocimiento que los hombres tienen de los mismos; y los valores sólo
existen dentro del marco cultural en el que actúan.

VALOR JURÍDICO FUNDAMENTAL

 La Justicia

Hacer posible la Justicia en la sociedad.

Un criterio básico, que el derecho debe hacer realidad, llevarlo a las


relaciones sociales. De él se derivan el resto de valores.

Valores jurídicos colectivos

 La paz social,
 el bien común y
 la seguridad jurídica.

Seguridad Jurídica: Vinculado al concepto de Estado de Dcho. La propia


existencia del Estado es fuente de seguridad al afianzar el monopolio de la
coacción y actuar a través de normas jurídicas. Se pueden diferenciar dos
dimensiones: la certeza del orden jurídico y la confianza en el orden jurídico.
La primera se refiere a la necesidad de que los destinatarios de las normas
conozcan su contenido y puedan adecuar sus comportamientos a las mismas.
VALORES JURÍDICOS INDIVIDUALES

 La dignidad personal,
 la libertad personal,
 la igualdad personal.

Afectan a los intereses de los individuos y se han convertido en los ejes en


torno a los que se ha centrado la reivindicación de los dchos humanos.

Mediante la dignidad personal, la persona será objeto de ofensas y


humillaciones e implica la afirmación positiva del pleno desarrollo de su
personalidad, es decir, el reconocimiento de la total autodisponibilidad de las
posibilidades de actuación de cada ser humano y de la autodeterminación
nacida de la proyección histórica de la razón humana.

LOS VALORES EN LA CONSTITUCIÓN

Hay que diferenciar los valores de los hechos y las normas. Los hechos son
meros acontecimientos y los juicios de hecho son puras descripciones de
esos acontecimientos (ej. X ha realizado la acción Y). El juicio de valor
consiste en una reflexión valorativa del acontecimiento (la acción Y llevada a
cabo por el sujeto X es buena). Por otra parte, los juicios de valor coinciden
con las normas en que ambos son enunciados que no pretenden dar
información, sino dirigir la acción (la acción Y deber ser realizada por los
sujetos).

Pero la norma además establece una forma determinada de conducta (el


sujeto X debe realizar la conducta Y de forma Z).
Al definir los valores no podemos pasar por alto el problema de su
fundamentación. Existen 2 corrientes fundamentadoras:

1. El objetivismo axiológico: concibe los valores como esencias puras,


objetivas y con validez absoluta que son independientes de la
experiencia de la realidad. Son auténticas realidades materiales.
2. El subjetivismo axiológico: reduce los valores al campo de los deseos o
intereses de los individuos. Algo es valioso en la medida en que los
sujetos lo valoran.

Aparece, también, un sector que, frente a las dos alternativas señaladas,


propugna una tercera opción: el inter subjetivismo axiológico que concibe los
valores como unas categorías comunicables. Se parte de la posibilidad de
establecer las condiciones oportunas para llegar a un consenso abierto y
revisable acerca de los valores a aplicar fundados en las necesidades
humanas.

LA FUNCIONALIDAD DE LOS VALORES

Al afirmar que el Derecho se ha creado para dar cumplimiento a


determinados valores, estamos aludiendo a un elemento de la estructura de
cualquier orden normativo: la finalidad. Nos encontramos con que estamos
manejando 2 conceptos: fines y valores.

Los valores condicionan a los fines. Se deduce la primera función de los


valores jurídicos como: la fundamentación de los fines del Derecho y la
obligación de cumplirlos. Una segunda función sería: servir de elementos
críticos para valorar cualquier normativa jurídica existente.

Este código de valores que sirve de contraste de la normatividad positiva


constituye el Derecho ideal o Derecho que debe ser. Paradigma hacia el que
se tiende.

Se da una relación circular entre ambos ordenamientos: el ordenamiento


ideal para ser auténtico derecho precisa ser recogido por las normas
positivas; y el Derecho positivo, para alcanzar la legitimación necesita
plasmar esos valores contenidos en el deber-ser del Derecho

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