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DERECHO CIVIL DERECHO DE FAMILIA

LECCIÓN 4
REQUISITOS DEL MATRIMONIO Y
EFECTOS

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ESQUEMA DE LA LECCIÓN

 1.- EL EXPEDIENTE PREVIO AL MATRIMONIO


 2.- LA CAPACIDAD PARA CONTRAER MATRIMONIO
 3.- EL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL
 4.- LA FORMA DE CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
 5.- FORMAS ESPECIALES
 6.- INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO CIVIL
 7.- RELACIONES PERSONALES ENTRE LOS CÓNYUGES
 8.- DOMICILIO CONYUGAL

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1.- EL EXPEDIENTE MATRIMONIAL
PREVIO
 A.- CONCEPTO Y REGULACIÓN

 El objeto del expediente matrimonial es acreditar, mediante las oportunas pruebas y la


publicidad que se otorga, que concurren en los contrayentes los requisitos legales
exigidos para contraer matrimonio y la ausencia de impedimentos o su dispensa.
 El artículo 56. 1º CC ordena que quienes deseen contraer matrimonio acreditarán
previamente en acta o expediente tramitado conforme a la legislación del Registro Civil,
que reúnen los requisitos de capacidad y la inexistencia de impedimentos o su
dispensa, de acuerdo con lo previsto en el Código.

 El expediente matrimonial previo se encuentra regulado en los arts. 56 y 57 CC, art. 58


LRC 2011 y art. 51 Ley Notariado, en la redacción dada por la Ley de Jurisdicción
Voluntaria y según los cuales si se desea celebrar matrimonio se acreditarán los citados
requisitos por medio de cualquiera de las siguientes dos vías:

 Acta elaborada por Notario del lugar domicilio de cualquiera de los contrayentes.

 Expediente tramitado según el Registro civil, elaborado por:


 El Encargado del Registro civil o funcionario que tramite el acta o expediente .
 El Secretario Judicial del domicilio de uno de los contrayentes

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1.- EL EXPEDIENTE MATRIMONIAL
PREVIO
 B.- TRAMITACIÓN Y EFECTOS

 La tramitación del acta o del expediente, conforme establece el art. 58 LRC 2011
requerirá de:
 Audiencia a ambos contrayentes.
 Si existen deficiencias en los contrayentes se exigirá dictamen médico sobre su
aptitud para contraer matrimonio.
 Se pueden solicitar informes y practicar diligencias.
 Se publicarán anuncios.
 El matrimonio debe celebrarse después de un año desde la publicación de los
anuncios.

 Realizadas las diligencias anteriores se finaliza el acta o expediente dictando una


resolución donde conste la concurrencia o no de requisitos para contraer matrimonio,
el régimen económico matrimonial y la vecindad civil. Si se deniega el acta o el
expediente, cabe recurso ante la DGRN.
 Los matrimonios celebrados por el Juez de Paz, Alcalde o concejal a quien delegue
o por el Secretario Judicial constarán en Acta firmada por quien celebra matrimonio,
contrayentes y dos testigos.
 Los matrimonios celebrados ante Notario constarán en escritura pública firmada por
quien celebra matrimonio, contrayentes y dos testigos.

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2.- LA CAPACIDAD PARA CONTRAER
MATRIMONIO
 A.- LOS IMPEDIMENTOS ABSOLUTOS
 El art. 46 CC establece la edad núbil al señalar que no pueden contraer matrimonio los
menores de edad no emancipados y los que estén ligados con vínculo matrimonial.
 IMPEDIMENTO DE EDAD. El art. 46. 1 CC señala que sólo podrán contraer matrimonio
los mayores de edad y los menores emancipados.
 De modo que es necesario tener 16 años cumplidos para poder contraer matrimonio.
Este impedimento no es dispensable.
 IMPEDIMENTO DE VÍNCULO MATRIMONIAL PREVIO O DE LIGAMEN. En materia
matrimonial suele hablarse de libertad de los contrayentes para indicar que los esposos no
se encuentran ligados o vinculados por un matrimonio anterior y todavía subsistente.
 Por ello, las personas viudas o cuyo matrimonio hubiera sido disuelto por divorcio o
declarado nulo, son libres para volver a contraer matrimonio si así lo desean.

 Las personas con capacidad modificada judicialmente, conforme al art. 56. 2º y


171. 4º CC, pueden contraer matrimonio. Sin embargo, el Secretario Judicial, Notario,
Encargado del Registro Civil o funcionario que tramite el acta o expediente, en el caso
excepcional de que alguno de los contrayentes presente una condición de salud
que, de modo evidente, categórico y sustancial, pueda impedirle prestar el
consentimiento matrimonial, pese a las medidas de apoyo, se recabará dictamen
médico sobre su aptitud para prestar el consentimiento (art. 56. 2º CC in fine). Dicho
dictamen será valorable conforme a las reglas generales.

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2.- LA CAPACIDAD PARA CONTRAER
MATRIMONIO
 B.- LOS IMPEDIMENTOS RELATIVOS

 Se denominan impedimentos relativos a aquellas circunstancias que afectan a una


persona y le impiden celebrar matrimonio con una determinada persona.
 Se los suele denominar prohibiciones matrimoniales y se encuentran recogidas en el
art. 47 CC, que, de este modo, recogen dos impedimentos:

 IMPEDIMENTO DE PARENTESCO. Conforme señala el precepto, se prohíbe el


matrimonio:
 Entre parientes en línea recta por consanguinidad y adopción.
 Entre parientes por consanguinidad en línea colateral hasta el tercer grado, es
decir, entre hermanos (2º) y entre tíos y sobrinos (3º).

 IMPEDIMENTO DE CRIMEN. Se funda en principios de naturaleza moral, de forma que


quien causa la muerte al consorte de la persona con quien desea contraer matrimonio no
pueda ver realizado su deseo.
 Por tanto, se prohíbe el matrimonio a los condenados por haber tenido
participación en la muerte dolosa del cónyuge o persona con la que hubiera
estado unida por análoga relación de afectividad a la conyugal.

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2.- LA CAPACIDAD PARA CONTRAER
MATRIMONIO
 C.- DISPENSA DE IMPEDIMENTOS

 La dispensa es la remoción de una prohibición legal y habilita al que la obtiene para


contraer matrimonio válido.

 Dispone el art. 48 CC que el Juez podrá dispensar, con justa causa y a instancia de parte,
mediante resolución previa dictada en expediente de jurisdicción voluntaria:
 El impedimento de crimen.
 El impedimento de parentesco de grado tercero entre colaterales.

 De esta forma, no son dispensables:


 Los impedimentos absolutos (edad y ligamen).
 El de parentesco en línea recta ni entre colaterales en segundo grado (hermanos).

 El precepto citado señala que la dispensa ulterior convalida, desde su celebración, el


matrimonio cuya nulidad no haya sido instada judicialmente, por alguna de las partes.
 Es decir, la dispensa otorgada retrotrae sus efectos al momento de la celebración del
matrimonio contraído bajo las prohibiciones legales establecidas.

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3.- EL CONSENTIMIENTO
MATRIMONIAL
 A.- CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS

 Indica el art. 45. 1 CC que no hay matrimonio sin consentimiento matrimonial.


 El consentimiento es relevante en orden a la formación o constitución del negocio
matrimonial y en la ordenación del contenido matrimonial.

 Por ello, el consentimiento debe ser libre, personal e incondicional y manifestarse


al celebrarse el matrimonio (art. 73 CC).

 Por otra parte, dispone el art. 45. 2º CC que toda condición, término o modo del
consentimiento se tendrá por no puesta.
 De modo que las ddeterminaciones accesorias del consentimiento se consideran no
puestas y carecen de eficacia jurídica.

 De acuerdo a lo indicado, en esta materia se plantean tres cuestiones:


 Vicios y anomalías del consentimiento matrimonial.
 El matrimonio simulado o de complacencia.
 El matrimonio de los disminuidos psíquicos.

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3.- EL CONSENTIMIENTO
MATRIMONIAL
 B.- VICIOS Y ANOMALÍAS DEL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL
 VICIOS DEL CONSENTIMIENTO. El art. 73 CC considera que el consentimiento matrimonial
puede estar viciado siempre y cuando se encuentre afectado:
 Por error en la identidad o en las cualidades del otro contrayente (art. 73. 4º CC)
 Por coacción o miedo grave (art. 73. 5º CC).
 El Código no contiene una disciplina específica de los vicios, por lo que hay que
acudir a la teoría general de contratos, aunque con matizaciones, si bien la
consecuencia sería la nulidad del matrimonio (arts. 45 y 73 CC).

 MATRIMONIO SIMULADO O DE COMPLACENCIA. El consentimiento se emite de forma


legal, pero excluyendo deliberadamente los fines propios y específicos de la unión
matrimonial. Es el caso de la simulación (absoluta y relativa) y la reserva mental.
 Debe entenderse que ambos supuestos pueden determinar la ausencia absoluta del
consentimiento y, por tanto, la nulidad del matrimonio.

 MATRIMONIO DE DISMINUIDOS PSÍQUICOS. No existe prohibición directa que impida


este matrimonio. Tan sólo el art. 56 2º CC exige dictamen médico sobre la aptitud para
prestar consentimiento matrimonial. Además, no se excluye la aplicación del precepto a las
personas con capacidad modificada judicialmente.
 Por tanto, afecta a todo discapacitado con independencia de que esté o no incapacitado.
 Si el juez no exige el dictamen, el matrimonio será válido aunque puede pedirse la
nulidad si se prueba que existió falta de consentimiento en el momento de contraerlo.

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4.- LA FORMA DE CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO
 A.- CONCEPTO Y CLASES

 La celebración del matrimonio agrupa a las formas específicas de manifestación o


exteriorización del consentimiento matrimonial, dado que el matrimonio es un negocio
esencialmente formal.
 La prevalencia de la forma en el matrimonio no significa que el consentimiento quede en
segundo plano, ni que la celebración esté exenta de controles o requisitos previos
referidos a la aptitud o capacidad matrimonial de los contrayentes.
 Por otro lado, la forma deberá coexistir con los demás elementos exigidos para la validez
del matrimonio.

 Conforme al art. 49 CC, cualquier español podrá contraer matrimonio dentro o fuera de
España conforme a las dos formas de celebración del matrimonio previstas:

 Forma estatal o civil.


 A su vez, se subdivide en dos tipos:
 La Forma ordinaria, que sigue los requisitos establecidos en la ley.
 La Forma extraordinaria, que suprime los requisitos de la forma ordinaria.
Agrupan una serie de supuestos en las que las reglas generales relativas a la
forma se simplifican, al omitirse la presencia de las formalidades ordinarias.

 Forma religiosa legalmente prevista.

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4.- LA FORMA DE CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO
 B.- FORMA ESTATAL ORDINARIA (I): PERSONAS COMPETENTES
PARA CELEBRAR EL MATRIMONIO
 La Forma estatal ordinaria se caracteriza por la observancia de dos formalidades:
 La instrucción del expediente matrimonial previo.
 La prestación de consentimiento ante funcionario competente y dos testigos.

 En este sentido, dispone el art. 51.2º CC que será competente para celebrar el matrimonio:
 El juez de paz o alcalde del municipio donde se celebre el matrimonio o concejal en
quien éste delegue.
 Desde 2017, el encargado del Registro Civil no podrá celebrar el matrimonio, aunque
sí podrá instruir el expediente conforme al art. 51. 1º CC.
 El secretario judicial o notario libremente elegido por ambos contrayentes que sea
competente en el lugar de celebración.
 El funcionario diplomático o consular Encargado del Registro Civil en el extranjero.

 El matrimonio celebrado ante el Juez de Paz, Alcalde o Concejal, o Secretario Judicial


se hace constar en acta. El celebrado ante Notario constará en escritura pública. En ambos
casos es precisa la asistencia de dos testigos.
 Celebrado el matrimonio, se entrega a los contrayentes copia acreditativa y se remite por el
autorizante, en el mismo día y por medios telemáticos, testimonio y copia autorizada electrónica
al Registro Civil para su inscripción, previa calificación del Encargado.

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4.- LA FORMA DE CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO
 C.- FORMA ESTATAL ORDINARIA (II): COMPETENCIA TERRITORIAL Y
FÓRMULA MATRIMONIAL
 COMPETENCIA TERRITORIAL. Se regula en el artículo 57 CC.
 Si el matrimonio ha sido tramitado por el Secretario judicial o por funcionario
consular o diplomático podrá celebrarse ante el mismo u otro distinto.
 Si es tramitado ante el Juez de Paz, Alcalde o Concejal en quien éste delegue, a
elección de los contrayentes.
 Si se hubiere tramitado por el Encargado del Registro Civil, el matrimonio deberá
celebrarse ante el Juez de Paz, Alcalde o Concejal en quien éste delegue, que designen
los contrayentes.
 Finalmente, si fuera el Notario quien hubiera extendido el acta matrimonial, los
contrayentes podrán otorgar el consentimiento, a su elección, ante el mismo Notario u
otro distinto del que hubiera tramitado el acta previa, el Juez de Paz, Alcalde o Concejal
en quien éste delegue.
 FÓRMULA MATRIMONIAL. La fecha de celebración del matrimonio se determina de
acuerdo con día y hora elegida por contrayentes teniendo en cuenta las necesidades del
servicio. En este sentido, la fórmula matrimonial la contempla el art. 58 CC.
 Según el precepto, el Juez de Paz, Alcalde, Concejal, Secretario judicial, Notario o
funcionario, después de leídos los artículos 66, 67 y 68, preguntará a cada uno de los
contrayentes si consiente en contraer y si efectivamente lo contrae en dicho acto.
 Y, respondiendo ambos afirmativamente, declarará que los mismos quedan unidos en
matrimonio y extenderá el acta o autorizará la escritura correspondiente.

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4.- LA FORMA DE CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO
 D.- FORMA RELIGIOSA LEGALMENTE PREVISTA
 El consentimiento matrimonial podrá prestarse en la forma prevista por una confesión
religiosa inscrita, en los términos acordados con el Estado o, en su defecto,
autorizados por la legislación de éste (art. 59 CC).
 Es el celebrado según las normas del Derecho canónico o en cualquiera de otras
formas religiosas previstas en los acuerdos de cooperación entre el Estado y las
confesiones religiosas produce efectos civiles (art. 60. 1º CC).
 Este precepto se aplica al matrimonio canónico, islámico, judío y evangélico.
 Igualmente, se reconocen efectos civiles al matrimonio celebrado en la forma
religiosa prevista por las iglesias, confesiones, comunidades religiosas o federaciones
de las mismas que, inscritas en el Registro de Entidades Religiosas, hayan obtenido el
reconocimiento de notorio arraigo en España (art. 60. 2º CC).
 El reconocimiento de efectos civiles requerirá el cumplimiento de dos requisitos:
 La tramitación de un acta o expediente previo de capacidad matrimonial con arreglo a la
normativa del Registro Civil.
 La libre manifestación del consentimiento ante un ministro de culto debidamente
acreditado y dos testigos mayores de edad.
 Para el pleno reconocimiento de los efectos civiles del matrimonio celebrado en forma
religiosa será precisa la inscripción en el Registro Civil conforme al art. 63 CC.
 Tras la entrada en vigor de la LJV, la Orden JUS/577/2016, de 19 abril, relativa a la inscripción en el Registro Civil
de determinados matrimonios celebrados en forma religiosa, establece la aprobación de un modelo de certificado
de capacidad matrimonial y celebración del matrimonio.

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5.- FORMAS ESPECIALES DE
CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
 A.- MATRIMONIO EN PELIGRO DE MUERTE O IN ARTICULO MORTIS

 Esta forma de celebración es de procedencia canónica y se regula conforme indica el


art. 52 CC, por el cual podrán celebrar el matrimonio del que se halle en peligro de
muerte:

 El Juez de Paz, Alcalde o Concejal en quien delegue, Secretario judicial, Notario o


funcionario a que se refiere el artículo 51 CC.

 El Oficial o Jefe superior inmediato respecto de los militares en campaña.

 El Capitán o Comandante respecto de los matrimonios que se celebren a bordo de


nave o aeronave.

 La celebración de este matrimonio en peligro de muerte se caracteriza por estos requisitos:


 No requerirá la previa tramitación del acta o expediente matrimonial.
 Pero sí precisa la presencia de dos testigos mayores de edad.
 Cuando el peligro de muerte derive de enfermedad o estado físico de alguno de los
contrayentes, requiere dictamen médico sobre su capacidad para la prestación del
consentimiento y la gravedad de la situación, salvo imposibilidad acreditada.
 Todo ello sin perjuicio de lo establecido en el artículo 65 CC.

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5.- FORMAS ESPECIALES DE
CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
 B.- MATRIMONIO SECRETO O DE CONCIENCIA

 Esta forma de celebración del matrimonio es, como el anterior, de procedencia canónica. La
materia está regulada en los arts 54 y 64 CC.
 Según el primero de ellos, sólo podrá ser autorizado por el Ministro de Justicia cuando
concurra causa grave suficientemente probada.
 Por tanto, sólo podrá ser autorizado por el Ministro de Justicia, siempre que exista causa
grave y suficientemente probada

 Si bien este matrimonio se celebra con las mismas exigencias de la forma ordinaria (es
decir, necesidad de expediente, carácter autorizante, testigos mayores edad e inscripción),
tales formalidades se simplifican:
 El expediente matrimonial se tramitará reservadamente, sin la publicación de edictos
o proclamas.
 Para su reconocimiento basta su inscripción en el Libro Especial del Registro Civil
Central.

 Dado el carácter secreto inherente a todos los aspectos de este matrimonio, el art. 64 CC
indica que no perjudicará los derechos adquiridos de buena fe por las terceras
personas, sino desde su publicación en el Registro Civil ordinario.

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5.- FORMAS ESPECIALES DE
CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
 C.- MATRIMONIO POR PODER O POR APODERADO
 El matrimonio por poder, también de procedencia canónica, se produce cuando uno de
los contrayentes, con dificultades para asistir personalmente a su propia celebración,
designa un apoderado para que manifieste su consentimiento matrimonial (art. 55 CC).
 No sería aplicable a los casos que, por evento imprevisible, quede dificultada la celebración.

 El apoderado no es un verdadero representante, sino un mero nuntius que se limita a


ser transmisor de la voluntad y consentimiento del poderdante.
 El apoderado debe poseer un poder especial en forma auténtica concedido por el
contrayente. El poder debe constar en escritura pública notarial.
 Será siempre será necesaria la asistencia personal del otro cónyuge.
 Debe autorizarse en el expediente matrimonial previo.
 En el poder se determinará la persona con quien ha de celebrarse el matrimonio, con
expresión de las circunstancias personales precisas, debiendo apreciar su validez el
Secretario judicial, Notario, Encargado del Registro Civil o funcionario que tramite el
acta o expediente matrimonial previo al matrimonio.
 El poder se extinguirá por la revocación del poderdante, por la renuncia del apoderado
o por la muerte de cualquiera de ellos.
 Si revoca el poderdante basta su manifestación en forma auténtica antes de la celebración.
 La revocación se notificará de inmediato al Secretario judicial, Notario, Encargado del Registro
Civil o funcionario que tramite el acta o expediente previo al matrimonio, y si ya estuviera
finalizado a quien vaya a celebrarlo.

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5.- FORMAS ESPECIALES DE
CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
 D.- MATRIMONIO DE ESPAÑOLES EN EL EXTRANJERO Y DE
EXTRANJEROS EN ESPAÑA
 Es ésta una materia propia del Derecho Internacional Privado, regulada en los arts. 49. 2º y
50 CC), donde se aplica la lex loci o la ley del lugar de celebración del matrimonio. Reviste
dos posibilidades:

 Españoles que quieren contraer matrimonio en el extranjero o uno de ellos es


español. Como indica el art. 49. 2º CC los españoles podrán contraer matrimonio fuera
de España con arreglo a la forma establecida por la ley del lugar de celebración, por lo
que el matrimonio puede celebrarse:
 Ante el funcionario diplomático o consular Encargado del Registro Civil en
el extranjero conforme a la ley personal del contrayente español.
 O se según la ley del lugar donde se celebre el matrimonio (lex loci).

 Si ambos contrayentes son extranjeros, podrá celebrarse el matrimonio en España


con arreglo a la forma prescrita para los españoles o cumpliendo la establecida por la ley
personal de cualquiera de ellos (art. 50 CC).
 Es decir, el matrimonio puede celebrarse:
 Conforme a la ley española (lex loci ).
 O según la ley personal de cualquiera de los contrayentes.

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6.- INSCRIPCIÓN DEL MATRIMONIO
EN EL REGISTRO CIVIL
 A.- VALOR DE LA INSCRIPCIÓN REGISTRAL

 Las características o funciones de la inscripción del matrimonio en el Registro Civil están


determinadas en el art. 61 CC :

 No es un requisito de validez del matrimonio, pues el matrimonio produce efectos


civiles desde su celebración, no desde la inscripción (art. 61. 1º CC).
 Es decir, la inscripción registral del matrimonio carece de naturaleza constitutiva.

 La inscripción tiene, exclusivamente, efectos declarativos.


 Esta naturaleza declarativa no significa que la inscripción desempeñe un papel
residual, pues para el pleno reconocimiento de los mismos será necesaria su
inscripción en el Registro Civil (art. 61. 2º CC).

 La ausencia de inscripción no afecta a su eficacia (art. 61. 2º CC)


 Por ello, el matrimonio no inscrito no perjudicará los derechos adquiridos de buena fe
por terceras personas (art. 61. 3º CC).

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6.- INSCRIPCIÓN DEL MATRIMONIO
EN EL REGISTRO CIVIL
 B.- LA PRÁCTICA DE LA INSCRIPCIÓN
 La celebración del matrimonio se hará constar mediante acta o escritura pública que
será firmada por aquél ante quien se celebre, los contrayentes y dos testigos.
 Extendida el acta o autorizada la escritura pública, se remitirá por el autorizante copia
acreditativa de la celebración del matrimonio al Registro Civil competente, para su
inscripción, previa calificación por el Encargado del mismo (art. 62 CC).
 La inscripción del matrimonio celebrado en forma religiosa se practicará con la simple
presentación de la certificación de la iglesia, o confesión, que habrá de expresar las
circunstancias exigidas por la legislación del Registro Civil (art. 63 CC)
 Se denegará la práctica del asiento cuando de los documentos presentados o de los
asientos del Registro conste que el matrimonio no reúne los requisitos para su validez.
 Para el reconocimiento del matrimonio secreto basta su inscripción en el libro especial del
Registro Civil Central, pero no perjudicará los derechos adquiridos de buena fe por terceras
personas sino desde su publicación en el Registro Civil ordinario (art. 64 CC).

 En los casos en que el matrimonio se hubiere celebrado sin haberse tramitado


expediente o acta previa (caso del celebrado en peligro de muerte o el de extranjeros), el
Secretario judicial, Notario, o funcionario diplomático o consular, antes de la inscripción,
deberá comprobar los requisitos para su validez, mediante acta o expediente (art. 65 CC).
 Si la celebración del matrimonio hubiera sido realizada ante autoridad o persona competente distinta de
las indicadas, el acta de aquélla se remitirá al Encargado del Registro Civil del lugar de celebración para
que proceda a la comprobación de los requisitos de validez, mediante el expediente correspondiente.
Efectuada esa comprobación, el Encargado del Registro Civil procederá a su inscripción.

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7.- RELACIONES PERSONALES ENTRE
LOS CÓNYUGES
 A.- LAS RELACIONES CONYUGALES
 La unión conyugal genera toda suerte de efectos, deberes y derechos entre los
cónyuges, pues la celebración del matrimonio genera un status por el que se establece una
comunidad de vida que se proyecta en el comportamiento de ambos y sobre los bienes.
 Aunque la relación conyugal no es de parentesco, si bien existe parentesco por afinidad
entre el cónyuge y los parientes consanguíneos del otro.
 Los efectos, deberes y derechos entre los cónyuges adquieren relevancia por cuanto
requieren criterios normativos básicos que permitan resolver los conflictos.
 El conjunto de reglas dedicadas a la regulación de las relaciones conyugales atiende a
aspectos tanto personales de la convivencia, como a cuestiones de índole patrimonial
que se plantean en el matrimonio. Por ello, la doctrina habla de dos tipos de efectos:
 Efectos personales (que se analizan en esta Lección)
 Efectos patrimoniales (que se estudiarán en la Lección 7 y siguientes).
 Además, el matrimonio permite crear un régimen económico y determinar la
filiación de los hijos, pero hoy no es causa de emancipación
 Todas las relaciones están sometidas al principio de igualdad entre los cónyuges.
 Se trata de una exigencia constitucional (arts. 14 y 32 CE) reproducida en el 66 CC
que implica la inconstitucionalidad de las leyes que violen la igualdad, siendo un derecho
de los interesados en las esferas personal, familiar y patrimonial.
 De esta forma, el matrimonio por sí solo no modifica la nacionalidad de los cónyuges, ni limita o
condiciona su adquisición, pérdida o recuperación, por cualquiera de ellos, con independencia

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7.- RELACIONES PERSONALES ENTRE
LOS CÓNYUGES
 B.- LOS DEBERES CONYUGALES
 El verdadero alcance de los deberes conyugales se pone de manifiesto en caso de
incumplimiento, pues acarrea consecuencias jurídicas.
 Dicho incumplimiento no pueden ser enfocado desde la perspectiva de las obligaciones,
pues su componente puramente patrimonial se encuentra ausente del matrimonio.

 Los deberes de los cónyuges, enumerados en los arts. 67 y 68 CC, poseen las
siguientes características:
 Poseen un indudable contenido ético.
 No son directamente coercibles.
 Son deberes recíprocos de ambos cónyuges.
 Son indisponibles.
 Y, finalmente, el legislados establece, respecto de ellos, un contenido mínimo esencial.

 Tales deberes son los siguientes:


 Deber de ayuda y socorro mutuo.
 Deber de respeto recíproco.
 Deber de fidelidad.
 Obligación de actuar en interés de la familia.
 Deber de convivencia.
 Corresponsabilidad doméstica.

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7.- RELACIONES PERSONALES ENTRE
LOS CÓNYUGES
 C.- DEBERES DE AYUDA Y SOCORRO MUTUO Y DE RESPETO
RECÍPROCO
 AYUDA Y SOCORRO MUTUO Los cónyuges se deben entre sí cooperación o
colaboración precisa para hacer frente a sus necesidades. Supone, básicamente,
contribuir al levantamiento de las cargas matrimoniales.
 La doctrina considera que ayuda y socorro mutuo son términos sinónimos, referidos a la
atención de las necesidades del otro cónyuge, comprendiendo, particularmente, la
obligación alimenticia entre cónyuges.

 RESPETO RECÍPROCO. La formulación del mutuo respeto entre cónyuges la realiza el art.
67 CC. Significa que los derechos de la personalidad son individuales y no pueden
quedar sacrificados por la unión conyugal.
 Este deber se relaciona con el de fidelidad en sentido amplio, pues la lealtad y respeto al
cónyuge significan, además, el rechazo de la infidelidad.
 El respeto recíproco se concreta en no interferir en las decisiones personales
pertenecientes a la esfera íntima del otro cónyuge, así como su debida atención, así
como la exclusión de los malos tratos o actuaciones que dañen física o moralmente al
consorte.
 En sentido negativo se entienden también atentatorias del respeto debido
cualesquiera conductas injuriosas o vejatorias para el otro cónyuge.

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7.- RELACIONES PERSONALES ENTRE
LOS CÓNYUGES
 D.- DEBERES DE CONVIVENCIA Y DE FIDELIDAD

 CONVIVENCIA. Este deber depende de las necesidades económicas y profesionales y


supone conservar el animus de reunirse cuando están ausentes. De modo que es un
concepto jurídico, no físico
 Para quienes contraen matrimonio la convivencia es el designio fundamental de la unión
celebrada. Partiendo de dicha apreciación, el Código Civil parte de la base de que el
cese efectivo de la convivencia conyugal supone la infracción de un deber.
 Cabe contraer matrimonio sin comenzar de inmediato la convivencia, o estar
casado aunque no se conviva, siempre que exista affectio entre los cónyuges y la falta
de convivencia encuentre fundamento razonable.

 FIDELIDAD. El art. 68 CC dispone que los cónyuges están obligados a guardarse fidelidad,
expresión que está referida a la exclusividad de las relaciones sexuales entre los
cónyuges, y el rechazo del adulterio.
 La fidelidad conyugal es una conducta o situación inherente a la normalidad matrimonial,
dada la voluntariedad de dicho estado civil.
 La infidelidad conyugal se encontraba contemplada expresamente como causa de
separación legal en cuanto conducta civilmente ilícita frente al otro cónyuge.
 Hasta la reforma del CC Penal en 1978 el adulterio era delito.

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7.- RELACIONES PERSONALES ENTRE
LOS CÓNYUGES
 E.- INTERÉS FAMILIAR, CORRESPONSABILIDAD DOMÉSTICA Y
REPRESENTACIÓN DE UN CÓNYUGE POR OTRO
 LA ATENCIÓN DEL INTERÉS FAMILIAR. Es el interés conjunto que forman el cónyuge
y los hijos e implica un deber de diligencia en la gestión del los bienes gananciales
(art. 67 CC).
 Determinar el alcance de este deber resulta prácticamente imposible, tanto por la
ambivalencia del término familia (quizás aquí empleada como familia en sentido nuclear)
como porque ésta no es un ente portador de ningún interés.
 Relacionado con esta obligación es el cuidado y atención de ascendientes y
descendientes y otras personas dependientes a que hace referencia el art. 68 CC.

 CORRESPONSABILIDAD DOMÉSTICA. Los cónyuges deberán, además, compartir las


responsabilidades domésticas (art. 68 CC) .
 Caben dudas sobre la aplicación efectiva de dicha norma, dado el sistema de separación
o divorcio ad nutum (a voluntad, libremente),
 Esta es la consecuencia que puede provocar la crisis matrimonial en caso de no
compartir la visión igualitaria por la que opta el legislador.

 REPRESENTACIÓN DE UN CÓNYUGE POR OTRO. Ninguno de los cónyuges puede


atribuirse la representación del otro sin que le hubiere sido conferida (art. 71 CC).
 No obstante, se establece una regla permisiva respecto de los contratos entre cónyuges
(art. 1323 CC).

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8.- EL DOMICILIO CONYUGAL

 A la vivienda del matrimonio se refiere el art. 70 CC al decir que los cónyuges fijarán de
común acuerdo el domicilio conyugal y, en caso de discrepancia, resolverá el Juez,
teniendo en cuenta el interés de la familia.

 La norma establece un criterio de fijación del domicilio conyugal como lugar de


residencia habitual de ambos cónyuges con independencia de sus efectivos paraderos,
por lo que es un espacio físico (el “hogar familiar”)

 Su determinación corresponde a los propios cónyuges de común acuerdo.

 En caso de discrepancia, será determinado por el Juez teniendo en cuenta el interés


de la familia.

 Desde el punto de vista procesal, el art. 769. 1 LEC lo utiliza como referencia básica a
efectos de determinar la competencia territorial en los procesos matrimoniales (y de
menores):
 “…salvo que expresamente se disponga otra cosa, será Tribunal competente para
conocer de los procedimientos a que se refiere este capítulo el Juzgado de Primera
Instancia del lugar del domicilio conyugal.
 En el caso de residir los cónyuges en partidos judiciales distintos, será Tribunal
competente... el del último domicilio del matrimonio".

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