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EDUARDO MANCINI y MARIANA CABALLERO (compiladores)

MAESTRAS ARGENTINAS
ENTRE MANDATOS
Y TRANSGRESIONES

Soy la maestra argentina,


segunda madre y obrera.
Campana de palo. María E. Walsh.

Tu oficio, qué lindo oficio,


magia del pueblo en las aulas.
Rosarito Vera, maestra. Félix Luna.

Llamando va la campana
a dar el sol cotidiano.
Las dos Juanas. Chacho Müller.

Con la tiza y el cuaderno


querían cambiar la vida.
Tiza y bastón. Daniel Viglietti.

Con tu llave colorida


abro la puerta a la alegría.
Chispa de luz. León Gieco.

_________________________________________________________________________________________

CENTRO CULTURAL DE LA TOMA EDICIONES


ASOCIACIÓN CIVIL INCONSCIENTE COLECTIVO
COOPERATIVA DE PENSAMIENTO MARGARITO TERERÉ
Maestras Argentinas. Entre mandatos y transgresiones. Compilado por: Eduardo Mancini, Mariana
Caballero... [et al.].
2ª edición. Rosario: Eduardo Mancini / Centro Cultural de La Toma Ediciones / Asociación Civil
Inconsciente Colectivo / Cooperativa de pensamiento Margarito Tereré, 2020.
v. 1, 350 p.: il.; 29 x 20 cm.

OBRA COMPLETA:
ISBN: 978-987-86-4839-2

TOMO 1:
ISBN: 978-987-86-5578-9

1. Ciencias de la Educación. 2. Historia Argentina. I. Mancini, Eduardo, Caballero, Mariana, comp.


CDD 370.982

© Edición del autor, 2020.


Co-editores: Centro Cultural de La Toma Ediciones / Asociación Civil Inconsciente Colectivo / Cooperativa
de pensamiento Margarito Tereré.
Segunda edición. Octubre de 2020.

Contacto: xemancini@yahoo.com.ar

Foto de tapa: Docente caminando. 1960. Fotógrafo: Manuel Dacal. Fonoteca Bernardo Graff del Archivo
Histórico Provincial “Prof. Fernando E. Aráoz”, Santa Rosa, La Pampa.

Foto de contratapa: Maestra y alumnos de la Escuela N° 35 de San Alberto, paraje cercano a Puerto Rico,
Misiones. 1961. Gentileza de José María Tessa.

Hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Impreso en el mes de octubre de 2020.


En: Editorial Del Castillo. Urquiza 2031.
2000. Rosario. Argentina.

Impreso en Argentina.
Octubre de 2020.
Francisca de Bocanegra, Leonor de Tejeda, María Jacinta Paniagua, Francisca López

OFICIO COLONIAL DE MONJAS, BEATAS Y HUÉRFANAS


Eduardo Mancini

Pocas escuelas y escasísimas maestras hubo en la Timoteo: “Yo no permito que la mujer enseñe ni que
colonia española del sur americano de la que nació ejerza autoridad sobre el hombre, sino que
la República Argentina. Varias razones confluyen en permanezca callada”. En ese espíritu, las ordenanzas
ello. En los territorios que lograron conservar los reales prohibían expresamente que ellas enseñasen
pueblos originarios –casi todo el sur y la región a varones “pues de esta confusión se origina el
chaqueña- desarrollaron culturas ágrafas donde la afeminarse las costumbres, y la indecencia de estar
transmisión de conocimientos a las nuevas juntos unos y otros”3. La educación formal abarcó a
generaciones se realizaba como parte de la vida un puñado de instituciones para los hijos varones de
diaria, incorporando a los niños gradualmente a las la élite blanca, orientadas a formar a los
actividades de los mayores. En los espacios bajo funcionarios y profesionales que se harían cargo de
dominio de la corona española, mientras tanto, se los asuntos públicos. Los varoncitos blancos de las
denegó expresamente la alfabetización de los familias notables adquirían las primeras letras en su
vencidos: las comunidades indígenas ya sojuzgadas1, propio hogar de preceptores varones contratados al
los esclavos africanos y su descendencia, y la gran efecto, o en los claustros eclesiásticos y residencias
cantidad de mestizos y mulatos resultantes del de los jesuitas. Al llegar a la adolescencia podían
abuso generalizado de los varones blancos sobre los seguir una carrera religiosa, militar o profesional en
cuerpos de las mujeres de color. Este escenario España o en colegios y universidades locales.
persistió incólume hasta el final de la colonia;
todavía en junio de 1801 el Telégrafo Mercantil La alfabetización de las niñas se consideraba
explicaba que a los negros, zambos, mulatos y otras innecesaria cuando no directamente perjudicial,
castas “se les privaba del ingreso a las escuelas según un modelo patriarcal que las quería dóciles y
públicas de primeras letras a fin de que no se junten confinadas a las tareas hogareñas. Allí debían
ni rocen con los hijos de los españoles”2. ejercer limitadas funciones que el dominico español
Luis de Granada sintetizaba así: “Que la mujer
De esta manera, el espacio educativo quedó casada mire por el gobierno de su casa, por la
restringido a la minoría blanca europea o criolla. provisión de los suyos, por el contentamiento de su
Pero sólo a sus hombres, ya que el poder marido, y por todo lo demás; y cuando hubiere
eclesiástico, vector esencial del estado imperial, satisfecho a esta obligación, extienda las velas a
mantenía la vigencia del antiguo mandato toda la devoción que quisiere”. En pocas palabras,
formulado por San Pablo en su Primera carta a las féminas estaban para servir al marido y rezar.
Mariquita Sánchez resumió en unos versos el
curriculum de esa instrucción hogareña hacia el fin
1
Una excepción fueron los hijos de aquellos caciques que
acordaron con las autoridades imperiales para cumplir un
3
papel de mediadores en sus propias comunidades. En: Juan Probst. La instrucción primaria durante la
2
Marcela Aspell. La luz que distingue los colores. dominación española.

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de la colonia: “Nosotras sólo sabíamos / ir a misa y forzada y contra su voluntad”, y que una vez allí
rezar / componer nuestros vestidos / y zurcir y “debía escarmentar lana e hilar el torno, y hacer
remendar”4. sayales en los telares; de noche hilar algodón para
lienzo y hacer lazos para telares”. Beneficiario de
Los conocimientos para desempeñar esa función ese trabajo era Hernandarias, primer gobernador
doméstica eran suministrados por las propias criollo en la colonia, quien luego emprendió un
madres u otras mujeres mayores de la familia. En proyecto similar en Santa Fe creando una Casa de
ese contexto, hubo un único espacio en el que podía Doncellas Recogidas para la que designó como
emerger un magisterio femenino: la educación de maestra a María Cabrera.
las niñas huérfanas. Esta tarea estuvo a cargo de un
reducido número de beatas que atendían en sus Otra experiencia desarrolló durante la misma época
casas a niñas blancas carentes de amparo familiar. en la ciudad de Córdoba la beata Leonor Tejeda y
La beatitud era una opción para solteras y viudas y Mirabal de Fonseca, hija del conquistador español
se adquiría mediante un voto simple de castidad y Tristán de Tejeda y Ocalés y de Leonor Clara Mexía
pobreza. Más tarde, al erigirse los primeros de Mirabal y Mancho, esta última nieta de un
monasterios en la colonia, también las monjas se cacique jurí santiagueño. Por su origen mestizo tuvo
sumaron a esta misión educativa. Beatas y monjas el quechua como lengua materna, lo cual fue
pueden ser consideradas, entonces, como las considerado inapropiado por su padre, quien la
primeras maestras del territorio. envió al Alto Perú para que se educara en un
correcto castellano. A su regreso Leonor enseñó a
leer y escribir a algunas niñas de su entorno, e inició
junto a su marido gestiones para la construcción de
San Pablo. Primera carta a Timoteo: un monasterio. Así, en 1613 abrió sus puertas en la
“Yo no permito que la mujer enseñe
ciudad el Convento de Santa Catalina de Siena,
ni que ejerza autoridad sobre el
hombre”. donde la propia Leonor y Mariana de la Cruz
ejercieron como maestras de las novicias. Mujer
multifacética, no dejó de lado los negocios
familiares en el comercio de mulas y la venta de
La experiencia más antigua que se encuentra en las esclavos, cuyos beneficios usaba en parte para
crónicas es la de la española Francisca Jesusa Pérez sostener el monasterio. Es interesante puntualizar
de Bocanegra, quien abrió en 1603 una casa de que, pese a sus ancestros indígenas, prohibió el
huérfanas en Asunción del Paraguay, por entonces ingreso de niñas mestizas al monasterio. Leonor
una de las ciudades más pobladas de la colonia. murió hacia 1640 en su ciudad natal.
Durante 15 años, esta beata dominica congregó a
“más de sesenta mujeres solteras, pobres y
huérfanas, hijas de nobles padres”. Se trataba, según
el encomendero García Venegas, de “doncellas Leonor de Tejeda.
Detalle de San José y
pobres, hijas y nietas de conquistadores y
el Niño.
pobladores de esta provincia, y por haberlas visto Tela del siglo XVII.
descarriadas y perdidas, sin amparo ninguno por Monasterio de
haberlas dejado sin él sus padres y abuelos, muertos Carmelitas de
en las conquistas y descubrimientos de estas dichas Córdoba.
provincias”. Según el jesuita español Pedro Lozano, Fuente: Luis De
Tejeda. Libro De
“vivían en sumo recogimiento y abstracción de los
Varios Tratados Y
peligros del mundo… la prudente maestra tenía el Noticias.
tiempo distribuido con tal disposición y orden, que
siempre estuviesen bien ocupadas, o en ejercicios
devotos, o en hilar, coser y otras labores propias de En 1653 Juana de Saavedra, santafesina que adoptó
su sexo”. la condición de beata tras enviudar, abrió una casa
para recibir huérfanas en Buenos AIres. Sobre el
No hay fuentes documentales para asegurar que
final de su vida, en 1692, el Cabildo le encargó la
doña Francisca dedicara algún espacio a la lectura, la
dirección de un internado para “doncellas nobles,
escritura y otras operaciones escolares elementales.
virtuosas, huérfanas y pobres que deseasen vivir en
De lo que sí hay evidencias es de las largas jornadas
él y castigo a las personas que con su mal ejemplo la
de trabajo que cumplían las recogidas. Una de ellas,
escandalizaran”. Ataviada con el hábito de Nuestra
Catalina de Mansilla, declaró que “la llevó su madre
Señora del Carmen –toca, delantal pardo, medias
4
de Bretaña y zapatos-, Juana dividía su tiempo entre
Mariquita Sánchez. Recuerdos del Buenos Aires virreinal.

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tareas administrativas y la atención de unas treinta Al menos en una de esas instituciones, las propias
huérfanas, que dedicaban parte del día a algún huérfanas llegaron a ejercer el magisterio. Fue en el
trabajo para aportar a su sustento. Recién un siglo Colegio de Huérfanas de San Miguel, que abrió sus
más tarde, en 1745, la ciudad porteña iba a contar puertas en Buenos Aires en 1755 como anexo de la
con un monasterio propio, el de Santa Catalina de Casa de Huérfanas a cargo de la Hermandad de la
Siena. Y en 1795 se iba a sumar la Casa de Ejercicios Santa Caridad. Pese a su nombre, a la Casa no sólo
Espirituales fundada por la santiagueña María llegaban huérfanas. En palabras de la historiadora
Antonia de Paz y Figueroa, cuyo edificio se conserva María Teresa Fuster, “la Casa cumplió funciones
en la calle Independencia 1190 de la citada ciudad. similares a las de un presidio para mujeres acusadas
de diversos delitos por las autoridades judiciales, y
un lugar de contención y corrección de esposas o
hijas rebeldes. En otras palabras, era un “depósito”
de mujeres desobedientes a la autoridad marital o
paterna que cumplía la función de “reeducarlas” en
la docilidad y obediencia”. También eran derivadas a
la Casa esclavas rebeldes e indias capturadas en
zonas de frontera. Se trataba, en síntesis, de un
lugar de encierro femenino que funcionaba
simultáneamente como cárcel, taller y escuela, y
Santa Casa de Ejercicios Espirituales, Buenos Aires (1795). cuyo propósito esencial era el disciplinamiento de
Vista actual. Foto: Roberto Fiadone. los cuerpos y mentes de ciertos grupos de mujeres.

En las últimas décadas coloniales otras beatas Las internas dedicaban la mayor parte de su tiempo
abrieron casas similares en varias regiones del a actividades productivas cuya comercialización
Virreinato5. En todas ellas la vida de las alumnas se proporcionaba fondos a la entidad. Según Juan
ordenaba alrededor de la liturgia católica. El rezo de Carlos Divito, “en el Colegio se hacían toda clase de
las horas6 ocupaba buena parte de la jornada. La dulces, masas y algunas especialidades que no se
maestra principiaba una oración en alta voz y las conseguían en las confiterías. Todo Buenos Aires
alumnas repetían a coro. Uno de los impulsores de concurría al establecimiento para dulces y bizcochos
estas casas, el obispo de Córdoba José Antonio de y cuanto en este ramo podía desearse. También
San Alberto, establecía en sus cartas pastorales que hacían mallas que se usaban mucho entonces,
“a más de instruir a todos en cuanto pertenece a bordados en blanco y oro, flores artificiales
religión y piedad, si es casa de niñas, se les enseñará ordinarias pero que entonces eran admiradas. Todo
a tejer, coser, bordar, y a todo género de labores de lo relacionado con la costura se hacía allí”7. Otras
manos”, en cambio “si es de niños, se les impone internas ejercían de enfermeras en el hospital
leer, escribir, contar, y en todos aquellos ejercicios anexo, algunas eran contratadas para oficiar misas
liberales y mecánicos, propios de su sexo”. De cantadas, e incluso podían ser alquiladas a
acuerdo con estos criterios, la alfabetización de las particulares para realizar trabajos domésticos por
niñas debe haber sido muy rudimentaria. encargo. Otra opción era convertirse en maestras de
la propia institución, camino seguido por algunas de
5
ellas. María Jacinta Paniagua ingresó a los quince
Puede mencionarse a las dominicas María Francisca del
años, en 1764, y diez años más tarde comenzó a
Corazón de Jesús y Bartolina de San Luis en Montevideo, en
1795; Josefa Gómez de Alarcón en la Casa de Recogidas ejercer como maestra y secretaria de la Rectora. El
Educandas de Niñas Nobles de Salta, en 1796; María Josefa padrón de 1778 revelaba los nombres de otras tres
Madariaga, Alfonsa Vargas Lescano y Teresa Sotomayor, maestras huérfanas: Josepha Zarco, de 51 años;
religiosas de Santa Clara llegadas desde Chile para fundar el Manuela Josepha Ceballos, de 25; e Isabel Conse, de
colegio Nuestra Señora de la Enseñanza en Mendoza, en 24. En 1795 otra huérfana, María Tadea Matallana,
1780; las carmelitas descalzas María Josefa de los Dolores
fue designada Rectora.
Echeverría, Feliciana de Santa Teresa, María de las Mercedes
Cañete y María Ignacia de San José Yedros, que desde 1780 Un informe de 1775 de la Junta de Temporalidades
enseñaron en el Real Colegio de Niñas Nobles Huérfanas de
Córdoba, que permaneció por 90 años y atendió en ese lapso
arroja luz sobre la rutina que llevaban a cabo esas
a unas 1.500 alumnas; y las hermanas Agustina, Juana Rosa y maestras. Debían levantarse apenas despuntaba el
María Manuela Villagrán, “solteras de una virtud conocida”, alba y, vestidas con la túnica azul y toca amarilla
en Catamarca desde 1783. obligatorias, concurrir a misa junto a sus alumnas y
6
El rezo de las horas canónicas es un ordenamiento que dirigirlas en el rezo del rosario. Las clases
procede de los monasterios medievales, dividiendo el día en
siete momentos que van desde antes del amanecer hasta el
7
descanso nocturno. A cada momento corresponde un grupo Juan Carlos Arias Divito. Aspectos poco conocidos de una
de oraciones. institución benéfica.

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empezaban a las 7 de la mañana en verano y a las 8 algunos días de descanso y permiso para salir del
en invierno, hasta las 11. Luego “durante el Colegio los días festivos: “No tengo ninguna hogaza
almuerzo en el refectorio escuchaban lectura de de sosiego, pues el rato que me sobra de la
libros religiosos. Terminado el almuerzo, enseñanza lo he de ocupar en apuntar cuentas de
descansaban hasta las dos de la tarde, volvían al gastos y recibos que también soy secretaria”. Ese
coro a rezar el rosario” tras lo cual regresaban a las mismo año la maestra Francisca Zarco, que
aulas hasta las 18 horas. Las técnicas pedagógicas bordeaba los sesenta años y estaba enferma de
habituales eran la memorización y la repetición. hidropesía, escribió al Virrey pidiendo “que se le
Para la lectura utilizaban el método alfabético: la concediera el favor de salir algunos días a hacer
maestra indicaba las letras en un pizarrón, las niñas ejercicios por razón de su salud”.
las repetían a coro y luego copiaban en sus
pequeñas pizarras. Más adelante, empleando No todas las reclusas accedían a la alfabetización. A
cartillas o silabarios, aprendían a unir las letras, las que sí lo hacían, llamadas pupilas, se sumaban las
luego las sílabas y finalmente las palabras. El colegialas, niñas enviadas por familias de la élite
aprendizaje de la escritura se hacía por medio de porteña para “su formación cristiana y educación
catones –librillos de frases y párrafos breves-, como futura ama de casa” y “la preservación de la
catecismos ordenados en forma de preguntas y pureza sexual”10. En las clases, pupilas y colegialas
respuestas, y vidas de santos. Tras las clases estaban separadas. No podían ingresar en cambio
vespertinas “rezaban el rosario por tercera vez, en criadas, esclavas ni “cualquier otra casta baja,
esta oportunidad en la iglesia… Después, llegaba la porque las colegialas deben ser de sangre limpia de
hora de confesarse y hacer examen de conciencia… Españoles”11. Las internadas sólo podían aspirar a
Concluida la cena en que se lee igualmente media dejar la casa mediante el casamiento: “Cuando un
hora, como a las nueve se toca silencio y reposo”. artesano o persona sin trato quería cambiar estado,
le bastaba pedir esposa al padre González. El
virtuoso capellán hacía llegar a su cuarto a varias
huérfanas, y después de elegirla permitía al
pretendiente ver a la novia mientras se arreglaba lo
indispensable para un desposorio que el mismo
Catecismo de padre González Islas consagraba sin dilaciones”12.
la Doctrina También podía ocurrir que fueran adjudicadas en los
Christiana.
repartos, es decir, entregadas como servidumbre
Madrid. 1770
doméstica a militares, funcionarios u otra gente
decente que lo requiriera.

Las maestras estaban bajo la autoridad de un Para completar la semblanza de la Casa de


capellán, cargo que durante varias décadas ocupó Recogidas porteña hay que mencionar la
José González Islas, hombre de “genio violento de tal investigación sumaria realizada en 1778 sobre su
manera que siempre debía ser obedecido sin réplica. director, el sargento de Infantería Francisco Calvete,
Dirigía con mano férrea”8. Era habitual que las acusado de haber cometido “adulterio en el trato
reclusas pasaran hambre; en alguna ocasión llegaron indebido con Dionisia de Silva, presa en dicha Casa,
a quejarse porque solo recibían un poco de carne que está encinta de él y cercana al Parto". Se reveló
hervida al mediodía, a menudo podrida, y un que ante el embarazo de Dionisia “se tomaron
puñado de maíz hervido por la noche. En 1788 una precauciones para sacarla de la Casa evitando de
inspección halló “huérfanas que estaban desnudas este modo que el parto se produjera allí. Fue
pues hacía cuatro o cinco años que no se les daba conducida a casa de una partera donde dio a luz... El
vestuario”. Eran comunes las enfermedades y las recién nacido fue llevado al día siguiente a la Casa
muertes. de Niños Expósitos”. Eso no fue todo: salió a la luz
que Calvete también había tenido relaciones íntimas
Fuster informa que “la vida que llevaban en la Casa con las internadas Sebastiana Peña, Isabel Machado,
no era fácil: implicaba un régimen de trabajo arduo Teresa la portuguesa, Rosa Casero, Catalina,
y agotador”9. Esto regía también para las maestras, Mercedes, La Mulata, Petrona Ávila, Bernarda Ávila
que debían desempeñar su tarea hasta el final de y con las indias pampas Agustina, Chavela, Pascuala
sus vidas. En el año 1800 la citada Paniagua contaba y Tadea. A varias de ellas, quedando embarazadas,
con unos 51 años y llevaba 25 como maestra.
Sumamente agotada, escribió al Virrey pidiendo
10
Mónica Ghirardi y Jaqueline Vassallo. El encierro femenino
como práctica.
8 11
María Teresa Fuster. La Casa de Huérfanas. En: María Teresa Fuster. La Casa de Huérfanas.
9 12
María Teresa Fuster. Las hermanas de la Santa Caridad. Alberto Meyer Arana. La caridad en Buenos Aires.

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se las hizo abortar o se las retiró de la Casa para escribir y las cuatro primeras reglas de la aritmética,
parir en otro lugar, tras lo cual los bebés eran y a las mujeres coser y marcar”15.
abandonados en la Casa de Niños Expósitos13. El
director, además, amedrentaba a las internas para Arribamos así al final de este recorrido siguiendo las
que no revelasen los hechos al sacerdote durante la huellas de las maestras de la colonia. Experiencias
confesión. El Alférez de Milicias Don Juan Gutiérrez dispersas que presentan ciertos rasgos que van
Gálvez, quien asumió la defensa de Calvete, configurando el magisterio femenino. Beatas,
argumentó que “aun cuando Calvete se hubiese monjas y huérfanas carecieron de formación
excedido en algo era inocente, alegando por otra pedagógica específica, y su tarea fue concebida en
parte que la punición al abuso de autoridad debe ser términos de una misión o apostolado voluntario
moderada cuando la mujer es meretriz, y no se ha acorde a los roles femeninos. Aún con esas
usado de fuerza con ella para gozarla”, y que “la limitaciones, su acción permitió a las mujeres
condición marginal de las agredidas tiende a asomar por primera vez a la esfera pública hasta
atenuar la pena”. Calvete fue declarado culpable y entonces vedada, “asumiendo roles protagónicos en
pronto indultado, ya que “la gran preocupación del espacios desatendidos” y siendo percibidas “como
virrey giraba en tomo a mantener el sigilo, evitar necesarias en la trama social y cultural”16. Gracias a
que el marido de Dionisia se entere, y la sociedad se ellas se fue abriendo un espacio para la instrucción
escandalice”14. Este caso revela la duplicidad moral de las niñas, que comenzó a perder su carácter
que reinaba en la Casa: a pocos metros de donde individual y hogareño para tomar la forma de un
Calvete cometía sus fechorías, las alumnas proceso grupal con sus espacios, tiempos y rutinas
entonaban oraciones, salmos y letanías bajo la guía específicos. Las maestras particulares del fin de la
de sus maestras. Lejos de ser un episodio aislado, colonia, por su parte, marcaron con sus escuelitas
revela un aspecto cotidiano de la sociedad de caseras el pasaje de una actividad voluntaria o
entonces, con los abusos y violaciones como misional a una práctica remunerada. El siguiente
manifestación extrema de la violencia empleada paso sería acceder a un salario a cargo del Estado,
para ejercer el control de las mujeres. paso que se daría tras la gesta de Mayo de 1810, con
los maestros y maestras de las Escuelas de la Patria.
Hacia el fin de la colonia, unas pocas maestras
particulares brindaban clases en sus domicilios a Bibliografía
cambio de una cuota abonada por las familias. De - Arias Divito, Juan Carlos (2006). Aspectos poco conocidos de
ellas, la más renombrada fue la maestra Francisca una institución benéfica. Dunken. Buenos Aires.
López, quien recibía los hijos de los notables de - Aspell, Marcela (2009). La luz que distingue los colores. El
Buenos Aires: “Niñas desde cinco años y niños trabajo esclavo en la primera mitad del siglo XX. Cuadernos
de Historia.
varones hasta quince, separados en dos salas, cada
- Fraschina, Alicia Beatriz (2006). Mujeres consagradas en el
uno llevaba de su casa una silla de paja muy Buenos Aires colonial. Tesis. Facultad de Filosofía y Letras,
ordinaria hecha en el país de sauce; este era todo el UBA. Buenos Aires.
amueblamiento, el tintero, un pocillo, una mesa muy - Fuster, María Teresa (2012). Las hermanas de la Santa
tosca donde escribían los varones primero y después Caridad. Los orígenes de la beneficencia en la ciudad de
las niñas. Debo admitir que no todos los padres Buenos Aires. Bibliographica Americana N° 8. Buenos Aires.
- Fuster, María Teresa (2016). La Casa de Huérfanas. La
querían que supieran escribir las niñas porque no
primera escuela para mujeres en la ciudad de Buenos Aires
escribieran a los hombres; estas sillas ordinarias que (1755-1810). Legado. Revista del Archivo General de la
ni para muestra hay ahora, no era fácil tenerlas Nación. Buenos Aires.
tampoco porque había pocas, todos los oficios eran - Ghirardi, Mónica; y Vassallo, Jaqueline (2010). El encierro
miserables, así muchas niñas se sentaban en el suelo femenino como práctica. Revista de Historia Social y de las
sobre una estera de esas de esparto. Había una Mentalidades Vol. 4. Universidad de Santiago de Chile.
- Meyer Arana, Alberto (1911). La caridad en Buenos Aires.
mesita con un nicho de la Virgen donde se decía el
Sopena. Buenos Aires.
bendito a la entrada y a la salida. Este era todo el - Palma, Marina Paula (2009). Recluidas y marginadas. El
adorno de la principal sala y en un rincón la cama de recogimiento de mujeres en el Buenos Aires colonial. Tesis.
la maestra: el solo libro era el Catecismo, para leer Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.
en carta cada niña o niño traía de su casa un - Probst, Juan (1940). La instrucción primaria durante la
cuaderno que les escribían sus padres, y se le decía dominación española en el territorio que forma actualmente
la República Argentina. Instituto de Didáctica. Facultad de
el proceso: todo lo que se enseñaba era leer y
Filosofía y Letras de la UBA. Buenos Aires.
- Sánchez, Mariquita (1953). Recuerdos del Buenos Aires
virreinal. Ene Editorial. Buenos Aires.

13 15
Creada por el virrey Vértiz en 1779 para albergar a los Mariquita Sánchez. Recuerdos del Buenos Aires virreinal.
16
numerosos niños recién nacidos que eran abandonados. Alicia Beatriz Fraschina. Mujeres consagradas en el Buenos
14
Marina Palma. Recluidas y marginadas. Aires colonial.

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