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Con cada momento histórico hay una disciplina filosófica que se convierte en el eje
vertebrador de toda la filosofía. En filosofía antigua están los presocráticos y la pregunta
por el ser, el arjé, los principios. Era una pregunta metafísica. Y luego Aristóteles introduce
una deriva ontoteológica y eso hace que se evolucione a la filosofía medieval. Ahora la
primera pregunta se convierte en Dios. Llega un momento en el que esa filosofía medieval
se agota porque las preguntas fundamentales se agotan, la discusión en torno a la
demostración de la existencia de Dios se agota, sobre los atributos divinos se agota, se ve
que no se llega a ningún punto. Llega Guillermo de Ockham y el problema de los universales
lo dinamita totalmente. Y automáticamente todas esas colaboraciones de fé y razón que se
habían intentado hacer, se separan y se diferencian. Como no puedo conocer a Dios la
pregunta cambia. ¿Qué es lo que puedo conocer? Se inicia la filosofía moderna con el
racionalismo y la pregunta sobre el conocimiento y el enfoque epistemológico. Esa
pregunta se engloba dentro de una más amplia que es el ser humano con el giro
antropológico de la Ilustración y hasta el Romanticismo. Y con la filosofía contemporánea
se produce una deriva hacia el lenguaje surgiendo la filosofía analítica.
Y esto es lo que nos cuentan en el libro en el primer capítulo. La postura del propio
profesor es que el Renacimiento constituye una primera modernidad. Que en el
Renacimiento vamos a tener líneas de continuidad con la filosofía medieval, pero también
líneas de ruptura que van a permitir el renacimiento de la filosofía moderna. Y que la
filosofía del Renacimiento tiene un estatuto epistemológico.
Esa conciencia de la nueva época lo van a establecer como luz frente a la imagen de las
tinieblas de la Edad Media.
Es decir, esta imagen peyorativa que hemos tenido durante muchos años de que en la
Edad Media no había avance del conocimiento y de que la filosofía se había quedado
totalmente supeditada a la teología y demás, surge precisamente en el Renacimiento. Son
los primeros que empiezan a despreciar justamente lo anterior por considerarlo
oscurantista y lo consideran las tinieblas frente a una imagen muy positiva del momento
que les ha tocado vivir y que tienen en alta consideración y estima.
El lema de esta renovación cultural va a ser la vuelta a los clásicos, porque los clásicos y
la filosofía y los autores grecolatinos van a convertirse en fuente de inspiración. Y en ese
retorno a los clásicos lo que se va a proponer es la lectura directa de las fuentes. Y va a
haber un punto fundamental que va a tener una gran repercusión, que es el inicio de lo que
terminará siendo la filología. En esa vuelta y en esa recuperación de los clásicos, en esa
lectura directa de las fuentes, lo que vamos a ver es el inicio de una depuración del
lenguaje, de comprender bien el significado de las cosas y entonces vamos a ver el inicio de
la filología. Vamos a hablar del análisis filológico y lógicamente no podemos pretender que
sea la filología tal como la entendemos hoy en día o cómo está estipulada hoy en día. Pero sí
que se ve claramente ese inicio y esa depuración de lenguaje y esa preocupación por el uso
correcto de la palabra, el significado correcto, la calificación semántica significativa y
demás.
En ese retorno a los clásicos nos vamos a encontrar con que hay una crítica directa a la
lectura averroista de Aristóteles. De ahí va a quedar la imagen generalizada de que El
Renacimiento es contrario a Aristóteles, pero esto es falso. En esa lectura directa de los
clásicos lo que van a ir es en contra de las grandes interpretaciones y los grandes
comentarios.
Hay que tener en cuenta que una vez que Aristóteles se introduce gracias a Averroes y a
Tomás de Aquino en la filosofía occidental, los programas de filosofía de las universidades
son aristotélico-tomistas. Y además van a estar los averroistas latinos con la teoría de la
doble verdad ejerciendo su influencia desde la universidad de París. Y entonces desde el
Renacimiento lo que se ve mal es precisamente todas estas lecturas y estas
interpretaciones que se han hecho en torno a Aristóteles. No es que no quieran a
Aristóteles, lo que no quieren es las interpretaciones y las lecturas que durante la Edad
Media se han hecho de él.
Por un lado, tenemos esa crítica y sí que se va a quedar esa imagen muy generalizada,
como que el Renacimiento es contrario a Aristóteles, pero esto no es correcto. Pero sí que
es verdad que van a rechazar todas las interpretaciones de la obra de Aristóteles. Y sí que
es verdad que entre Aristóteles y Platón va a ganar Platón. Va a tener mucha más
hegemonía en la escuela de Florencia el Neoplatonismo que el Aristotelismo.
¿Por qué les gusta tanto Platón y porqué hay esa recuperación de Platón?
Os acordáis de que durante la filosofía medieval os estaba diciendo que para ellos se
consideraban platónicos y en realidad había una confusión entre Platón y Plotino y
entonces eran más neoplatónicos que platónicos. Pero ellos no lo sabían porque en realidad
ellos atribuían a Platón ciertas obras de Plotino.
Eso se va a seguir produciendo, pero además se van a introducir una serie de cultos
mistéricos y se van a recuperar una serie de autores míticos que no se saben si existieron, a
los que se les atribuyen las obras a épocas anteriores incluso a Platón, y que influyeron en
Platón, como Hermes Trimegistro. Y con todo ello van a crear en la escuela de Florencia un
neoneoplatónico. Entonces vamos a hablar de neoplatonismo. Pero no es el neoplatonismo
de Plotino. Es un nuevo neoplatonismo porque van a imitar a Platón, pero partiendo de
otras ideas.
Y luego, por otra parte, hay una recuperación masiva de sectas helenísticas. Es decir,
autores que se habían quedado un poco olvidados se van a ir recuperando y vamos a ver
cómo hay muchos autores que desde el Renacimiento trazan puentes y recuperan autores
de sectas helenísticas que se habían quedado enterradas y que no habían tenido
continuidad.
Para empezar, en ese nuevo nacimiento, lo que ellos mismos vivencian como un nuevo
espíritu, una nueva época, una nueva sensibilidad, un nuevo gusto, se establece
propiamente un cambio de vida en las condiciones de vida y en la política social. Vamos a ir
viendo la configuración de los sistemas modernos.
Vamos a estar en ese germen de la modernidad y por eso podemos considerar que el
Renacimiento es una primera modernidad.
Hablamos, por ejemplo, del cambio que se va a ver en torno a la concepción del ser
humano, del hombre. Hablamos también del cambio que va a suponer la forma de concebir
la razón. Hablamos de un cambio en la comprensión de la naturaleza. Hablamos de un
cambio en la cosmovisión del puesto del hombre dentro de la naturaleza y dentro del
universo. Y lo que vamos a tener finalmente es un cambio de valores. La configuración de
un imaginario social diferente.
Ese imaginario social incluye una imagen del hombre, una imagen del puesto del
hombre dentro del universo, una nueva comprensión de valores, una nueva forma de
concebir las cosas.
Vamos a ver cuatro pinceladas sobre el cambio en la concepción del ser humano, el
cambio en la concepción de la naturaleza y el cambio en la concepción del pensamiento.
Tenemos en la imagen el hombre de Vitrubio. Representa la perfección, el ideal de
belleza, de proporcionalidad. Y representa el hombre como centro de todo.
Entonces lo que vamos a tener es una nueva concepción del ser humano y vamos a ver
que esta nueva concepción del ser humano va a tener bases religiosas y se va a asentar en
lo que veníamos viendo de la Edad Media y al mismo tiempo va a suponer una ruptura
radical.
¿Qué es esa concepción del hombre? Esta nueva concepción del hombre es lo que se va
a centrar y lo que se va a recoger con el nombre de humanismo. Pero cuidado, porque lo del
humanismo es un término muy cargado y se ha llenado de demasiadas connotaciones en
demasiados momentos. Hay que entender bien a que nos referimos con humanismo y hay
que diferenciar un poco el humanismo de lo que luego se va a considerar mero
antropocentrismo. Por un lado, el humanismo, que va a estar totalmente vinculado al
Renacimiento, va a ser también un programa de renovación cultural y pedagógico. Y en ese
programa de renovación cultural y pedagógico, lo que tenemos es el estudio de las
humanidades. Ese proyecto de humanidades son gramática y retórica, herencia de la
filosofía medieval, y le vamos a añadir otras disciplinas que empiezan a tener un gran peso.
La historia por ese retorno al pasado y esa vuelta a los orígenes precisamente; la poética. Y
sobre todo y fundamental, la moral y la ética.
¿Por qué decimos que hay un cambio fundamental y una concepción totalmente
diferente del ser humano? E insisto que no es radical sino más bien una evolución. Hay una
base religiosa que viene de la Edad Media y que es muy generalizada, pero en la
exploración de ciertas ideas se va a llegar a otro punto totalmente diferente que es la
dignificación del ser humano y la noción de la libertad tal y como la entendemos nosotros
hoy en día.
Hasta el momento la concepción de la libertad del ser humano venía determinada por
San Agustín diferenciaba entre libre albedrío y libertad. Decía que todos los seres humanos
tenían libre albedrío y entonces podían estar bien orientados hacia el bien o hacia el mal,
pero sólo alcanzaban su plena libertad cuando estaban correctamente orientados hacia el
bien. Esta orientación hacia el bien dependía de la gracia divina y la gracia divina dependía
de que Dios te la quisiese dar. Era una manera de resolver que el ser humano fuera
responsable de sus actuaciones y al mismo tiempo mantener la providencia divina.
Ahora la libertad se va a entender como nosotros hoy en día, como capacidad de elegir.
Esa libertad sale de una nueva comprensión del hombre como estatuto ontológico
privilegiado. El hombre se va a entender como un microcosmos que refleja la totalidad del
macrocosmos. Y vamos a ver autores que van a poner al ser humano en un punto muy
especial de la naturaleza, porque va a estar a medio camino entre el mundo de las ideas y el
mundo sensible. Va a estar ahí como nexo de unión. Y en esa capacidad que va a tener, va a
tener la libertad de elevarse o de rebajarse.
Vamos a ver dos desarrollos diferentes que surgen de una misma base común, pero que
van a tomar posiciones totalmente divergentes. Finalmente, uno se bloqueará y el otro
continuará hasta nosotros.
A partir del neoplatonismo al que le meten los cultos órficos, Orfeo, Hermes
Trimegistro, etc vamos a tener a personajes como Marsilio Ficino que va a ser filósofo,
mago, profeta y que va a dedicarse a hacer encantamientos musicales para conseguir que la
música de las esferas celestes se alinee y repercuta positivamente en el ser humano.
Por todas estas cosas va a empezar a haber todo un desarrollo de lo que vamos a
estudiar como magia natural. Lo que intentan es dominar el mundo a través de procesos
simbólicos. No es la magia como la entendemos hoy en día, sino que es una concepción
mágica del mundo que tiene una base filosófica muy importante y se va a configurar la idea
de la gran cadena del ser. Esta va a ser una idea muy hegemónica y muy importante dentro
de una élite intelectual.
Y en esa gran cadena de ser vamos a ver cómo todo está engranado y cómo esa alma del
mundo es precisamente lo que propicia el desarrollo de la magia natural. Hay una serie de
fuerzas cósmicas que, si yo soy capaz de propiciarlas de algún modo, obtendré algún tipo
de beneficio. Pero todo ello con una base filosófica de trasfondo. Es una magia como un
estado precientífico porque lo que nos falta es la técnica para poder llegar a ese dominio.
Vamos a tener tratamientos musicales, talismanes, el inicio y desarrollo de la medicina
hipocrática, de la alquimia, todo se va a mezclar con la cábala judía.
Así que tenemos dos desarrollos, por un lado, en un primer momento una naturaleza
animada, mágica y encantada y por otro el inicio de lo que va a ser el desencantamiento de
esa misma naturaleza. En el primer caso veremos a Marsilio Ficino y en el segundo a
Francis Bacon, Copérnico y Galileo.
Pasamos a la nueva concepción del pensamiento. El cuadro que tenemos aquí se llama
"La venta de indulgencias" de Francois Marius Granet. Es una campesina comprando
indulgencias. Lo he escogido porque se considera que el Renacimiento es justamente donde
inicia el proceso del pensamiento libre y autónomo. Este es uno de los puntos
fundamentales del combate de Lutero y lo que va a promover en parte la Reforma
protestante y la posterior contrarreforma católica. Y con ellos se supone que es el inicio de
la secularización, pero lo que tenemos es que ese inicio de la secularización y esa forma de
concebir de Lutero va a ser posible gracias precisamente a ese inicio del pensamiento libre
y autónomo.
Esta nueva concepción del pensamiento por un lado es una consecuencia del
protagonismo que adquiere el hombre y luego es una consecuencia también de todo el
programa filológico. Se inicia un pensamiento crítico y autónomo, y rechazo absoluto a
cualquier argumento de autoridad. Sea este argumento de autoridad el que sea y venga de
donde venga. No solo va a ser una oposición, por supuesto, a todo lo que pueda ser el
dogmatismo de la Iglesia, sino que incluso estos autores cuando en esa vuelta a los clásicos
en algún momento se encuentran con que los clásicos chocan con la concepción que ellos
tienen, van a rechazar el uso de los clásicos como principio de autoridad. Lo veremos muy
claro con Francis Bacon que tiene una base aristotélica muy grande, pero cuando llega a la
ciencia y a la observación y se encuentra con que Aristóteles no encaja, lo aparta.
Cómo se inicia ese pensamiento va a estar vinculado también con el inicio de lo que va a
ser la libertad de interpretación y la libertad de investigación. Aquí también tiene una
influencia fundamental la Reforma protestante. Va a ser el origen también de la libertad de
cátedra de los profesores.
Y luego, por otro lado, el inicio de la fascinación de la técnica va a hacer también que se
haga una revalorización muy importante en torno a las cuestiones éticas y políticas.
En el inicio del pensamiento autónomo y laico, va a haber dos momentos que van a
suponer una gran convulsión que va a ser la quema de Giordano Bruno y los procesos de
Galileo con sus intentos con la carta a Cristina de Lorena, de defender la autonomía de la
ciencia y la necesidad de que la Iglesia no interfiera en los asuntos.
Van a ser momentos de gran convulsión que van a impactar mucho en la sociedad y van
a hacer que haya ese impulso también hacia la autonomía, la libertad de pensamiento, la
emancipación de cualquier tipo de pensamiento filosófico y religioso.
El primer tema "La primera filosofía moderna: el Renacimiento" habla de todo esto.
Hay cinco apartados. En un primer momento tenéis los antecedentes que os hablan de
Jacob Burckhardt y lo que se cuenta es simplemente que en 1860 Burckhardt escribe este
libro "La cultura del Renacimiento en Italia", y es el primer momento en el que se empieza a
hablar del Renacimiento como una etapa histórica concreta. Burckhardt dice que es una
etapa histórica independiente y que se puede diferenciar porque hay una serie de cambios
fundamentales respecto al anterior que le dan ese estatuto y esa primacía. Nos habla del
individualismo. Es un poco exagerado hablar de que en el renacimiento hay individualismo,
pero es verdad que la primacía que se le confiere al hombre, y ese inicio del discurso de la
dignidad del ser humano, de la libertad, va a ser también base para el individualismo
moderno y para la defensa de las libertades individuales. Entonces, hablar de
individualismo como nosotros entendemos hoy en día el individualismo en el Renacimiento
es un poco osado, pero es verdad que sí que el precedente del individualismo, que llegue un
momento en el que haya una hegemonía o una comprensión del ser humano como un
individuo prepolítico, va a ser precisamente gracias en parte al Renacimiento. El germen
del contrato social también está en el Renacimiento. Entonces sí que es verdad que de
alguna forma se está haciendo el caldo de cultivo para ello.
Por otro lado, habla de la importancia que se le concede al mundo antiguo, del redivivo
y la reversión de los antiguos ideales.
También habla de laicismo y esto otra vez es mucho decir. Es verdad que es el inicio de
un pensamiento secular y autónomo, es verdad que aquí está de alguna forma el inicio de la
secularización, es verdad que es el momento de la ruptura y de la quiebra del pensamiento
dogmático. Pero aquí no se podría decir que hay laicismo. Podemos hablar de tolerancia,
pero para el laicismo como ideal de laicidad aún queda un trecho largo que recorrer.
Y habla de igualdad social, otra cosa que también habría que coger mucho con pinzas.
Pero lo que sí que es verdad es que en esa revalorización de la filosofía práctica y de la ética
y de la política vale también una importancia de la filosofía social. Lo veremos con Luis
Vives.
Habla también del espíritu nacional y esto sí que ya es mucho más evidente que
efectivamente es el momento en el que se empiezan a configurar las nacionalidades y los
estados modernos.
Entre los detractores tenemos a Kristeller que dice que no hay una filosofía del
Renacimiento como tal, que lo que hay es un humanismo como un movimiento y como un
proyecto cultural y pedagógico que supone obviamente una transformación, pero que a
nivel filosófico no hay suficiente diferenciación como para hablar de una filosofía del
Renacimiento frente a la filosofía medieval.
Y, por otro lado, entre los que defienden que efectivamente existe ese estatuto,
tenemos, por ejemplo, a Garin, en el que lo que dice es que el humanismo en realidad es un
clima cultural que impregna absolutamente todo el espíritu de la época y que por lo tanto,
dentro de ese humanismo hay también una filosofía propia y que esa filosofía propia es lo
que habría que considerar precisamente como la filosofía del Renacimiento.
Que lo que viene a decir es que hay puntos en los que efectivamente se producen
rupturas y cambios muy significativos que van a dar lugar a algo totalmente diferente. Pero
al mismo tiempo sigue habiendo enormes vínculos.
Esto lo vamos a ver muy bien con autores como Nicolás de Cusa, que vamos a ver que
tratan exactamente los mismos tres temas que trataban los santos de la Edad Media, pero
lo hacen de otra forma totalmente diferente, con otro enfoque, con otro planteamiento.
Entonces es como si a viejas letras les pusiéramos nuevas melodías. La cuestión es que esas
nuevas melodías van a hacer que cambie el ritmo y terminarán transformando las letras.
Pero inicialmente tenemos las viejas letras y vamos a mantener los mismos temas, pero
vamos a tener nuevas melodías, nuevos enfoques.