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La realidad (palabra que proviene del latín “realitas”, y éste, a su vez, de “res” o

cosa) significa, de modo muy general, todo lo que hay o existe. Su demarcación
incluye todo lo que es, ya sea o no sea notorio, accesible o comprendido por la
filosofía, la ciencia u otro sistema de conocimiento.

Realidad espacio-temporal: Santo Tomás de Aquino.

Durante la Edad Media, la existencia de un universo o una naturaleza, su creación


misma y su carácter temporal o infinito, trajo sobre la mesa la discusión entre
filósofos y teólogos, acerca de lo que es la realidad.

Para los pensadores medievales el problema del ser de la naturaleza, o sea, de qué
es la naturaleza, se remite a su creación. Los griegos entendían que el mundo, la
naturaleza o el universo siempre ha sido, es y será. Dicho de otro modo, que la
naturaleza no fue creada. Por el contrario, en la Edad Media europea, el Dios
judeocristiano aparece como su creador.

El filósofo medieval no se propone construir grandes sistemas ni desarrollar alguna


visión del mundo, pues ya tenía una: la religiosa. Más bien, trata de conciliar ésta
con las ideas filosóficas clásicas. En este proceso, surge una tradición filosófica que
en el contexto cristiano se conoce como escolástica, es decir, la filosofía de escuela
o escolar.

La filosofía medieval se desarrolla, en buena medida, a la luz de las obras de


Aristóteles, en un esfuerzo por aplicar su pensamiento a la teología. En este punto,
la figura de Santo Tomás de Aquino (1225-1274) aparece como un caso ejemplar
de ello. […]

Antes de Tomás de Aquino, el pensamiento de San Agustín o Agustín de Hipona


(354-430) domina la filosofía (siglos IV y V). Él considera que el conocimiento, en la
búsqueda de la verdad, es un acto de iluminación por el cual Dios revela los
misterios de la vida y de la naturaleza a los seres humanos. […]

Tomás [de Aquino] se propone resolver el problema del ser de la naturaleza: ¿cómo
reconciliar la tesis griega de que el mundo es eterno con la doctrina cristiana de la
creación, que incluye la noción de un comienzo en el tiempo? Según él, Dios es lo
espiritual, lo no material que da forma al mundo natural. Dios, al crear, ordena la
totalidad de la realidad material y espacio-temporal.

Tomás de Aquino distingue entre la creación entendida filosóficamente y la creación


entendida teológicamente, para argumentar que un universo eterno y creado no
implica contradicción. Un universo creado no es un universo temporalmente finito:
desde un punto de vista filosófico, el tiempo es irrelevante para la creación.

No obstante, según Tomás, “que hay creación no sólo lo sostiene la fe sino que
también la razón la demuestra”. Observa que hay dos sentidos complementarios de
la creación de la nada: el filosófico y el teológico. El sentido filosófico significa que
Dios, sin una causa material, hace que todas las cosas existan como entes que son
radicalmente distintos de Él, pero completamente dependientes de su causalidad.

Este sentido filosófico de creación posee dos elementos esenciales: no hay causa
material en la creación y la criatura es naturalmente más un no ser que un ser, o
sea, que a lo largo de toda su duración depende por completo de la causalidad
constante del Creador. En tal sentido, la creación de la nada puede ser probada por
la razón.

El sentido teológico de la creación, que depende de la fe y no niega nada del


sentido filosófico, añade, entre otras cosas, la noción de que el universo creado
tiene un comienzo temporal. Este sentido teológico de creación puede ser conocido
sólo por revelación.

Para el filósofo medieval, la creación no implica un cambio. No hay materia anterior,


ni ninguna potencialidad previa que sea transformada o realizada en la criatura. La
distinción entre creación y cambio es crucial. Decir que Dios crea “de la nada” es
reconocer que no hay causa material en la creación y ninguna restricción en el acto
de Dios.

El pensador italiano afirma en Suma teológica que el universo tiene un comienzo


temporal, pero “que el mundo tuvo un comienzo; es objeto de fe, no de demostración
o ciencia”. El mundo mismo no ofrece bases para demostrar que tuvo un comienzo
temporal absoluto. “Pues el principio de la demostración es la esencia de una cosa.”

Por lo tanto, no puede ser demostrado que los individuos o los cielos o una piedra
existieron siempre.

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