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TEMA 5: MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA OBRA CREADA.

LA
FE EN LA CREACION: DIOS CREADOR

La Sagrada Escritura nos enseña que solo Dios es creador. Los cristianos
afirmamos que, desde el principio, las cosas existen porque han sido
creadas libre y amorosamente por Dios mismo. El ser humano cuanto más
conoce la realidad y su mundo más se conoce a sí mismo y le resulta más
urgente preguntarse por el sentido de las cosas. Los primeros capítulos del
libro del Génesis tratan de responder a la pregunta de qué es el hombre, no
cómo ha sido el origen del hombre.

I. FE EN LA CREACIÓN EN EL PENSAMIENTO CRISTIANO

Dios actúa, habla personalmente y espera respuesta a su Palabra. El


pensamiento cristiano recibe la Palabra y entre sus misiones está el
mantenerla en pureza frente a dos tendencias: Monismo (afirma al Creador)
y Espiritualismo (todo es sostenido por el único Dios). La Iglesia defiende
la originalidad de su cosmovisión. Sin la referencia bíblica y cristológica
esta originalidad entra en crisis y pierde su contacto con la historia de la
salvación.

La Iglesia primitiva hereda la tradición apostólica. Así la Iglesia con su fe


en Dios Creador es una visión de la realidad desde Jesucristo, externa. El
primer artículo de los símbolos de la fe siempre expresará a Dios Creador.
Hay una evolución de estos símbolos que olvida la historia de la Salvación,
y se difumina en: la diferenciación de funciones de los símbolos; en la vida
cristiana la fe en la creación; y en la lucha contra las herejías. La lucha
contra la herejía y el pensamiento griego lleva a la Iglesia a fijar los
dogmas en sí misma.
Las escuelas teológicas de la tradición cristiana afirman el dogma de la
Creación, aunque en ellas se dará paulatinamente un desplazamiento de lo
histórico salvífico a lo metafísico y cosmológico sobre el tema de la
creación.

San Agustín de Hipona plantea: todo lo que no es Dios no es eternamente


bueno, porque la participación se degrada con la limitación, así el mal es
consecuencia de ser menos, solo Dios es. Agustín evitó además el
panteísmo. Para Santo Tomás de Aquino Dios es causa total, ejemplar,
eficiente, final de la creación total. La teología de Tomás conduce a la
especulación racional que olvida lo histórico salvífico y cristológico.

Copérnico plantea el heliocentrismo de la creación frente al geocentrismo;


pasando del teocentrismo al antropocentrismo. La ciencia se desvincula de
la teología, quien olvida lo histórico salvífico. Con el Renacimiento se
acentúa lo antropológico y natural desligando lo divino y lo humano. El
concilio Vaticano I no acertará en lo histórico salvífico de esta doctrina, lo
que hizo que no se estableciese un diálogo entre el Vaticano I y la cultura;
fue una lucha contra el racionalismo, panteísmo y ciencia. El auténtico
diálogo será con el concilio Vaticano II.

El Dogma se define como una afirmación de una verdad de fe expresada


con la autoridad del magisterio de la Iglesia. El dogma de la creación tuvo
un largo camino.

1. Símbolos de Fe: La fe forma parte desde el principio de la fe cristiana. 2.


Concilio II de Constantinopla: La confesión de la fe en la creación
distingue las funciones de las tres personas trinitarias frente al modalismo.
3. Profesión de fe de los Valdenses. 4. Concilio IV de Letrán: Rechaza los
errores de un principio malo eterno y un principio bueno creador del
espíritu, el otro de la materia. 5. Concilio de Florencia (1438-1445): se
profesa la trinidad antimodalista y antidualista: un único Dios creador. 6.
Concilio de Trento: afirma también el dogma de la creación desde la libre
libertad del hombre no perdida tras el pecado de Adán. 7. Concilio
Vaticano: Hay un sólo Dios Creador diferente del mundo tanto real como
esencialmente que: crea libremente para manifestar su perfección; crea
desde el principio del tiempo y de la nada a la criatura espiritual y corporal,
la humana (alma y cuerpo); la consecuencia de la creación es la
conservación de todo lo creado dando margen a la libertad de las criaturas.
8. Vaticano II: interpretación histórico salvífica de la creación. La Iglesia
sólo espera el advenimiento del Reino de Dios. El Vaticano II afirma sobre
la creación: El mundo está fundamentado y conservado por el amor del
creador; Dios nos creó libremente y nos llama a participar de su gloria; Él
es el creador del Universo; El verbo mediador cosmológico, se encarna y
recapitula toda la historia en sí. Es el fin de la historia y convergencia de
todos los deseos de la humanidad; El mismo Dios es Salvador y Creador.
El Vaticano II sitúa la Doctrina de la Creación en el contexto religioso y
bíblico que le es propio y abre la posibilidad a un diálogo entre fe y cultura.

II. FE EN LA CREACIÓN Y MUNDO MODERNO

Hasta la edad moderna el mundo tenía una visión estática en la que la


categoría espacial era la predominante. El platonismo hizo olvidarse del
mundo real y de las nuevas opiniones que se establecen. Se revisa todo el
sistema de conocimiento: subjetivismo. Se aleja a Dios de la realidad
humana; es el principio del ateísmo moderno.

En 1859 se publica el origen de las especies de Darwin, que influye de


forma determinante en la creación de nuevos pensamientos. Las especies
no fueron creadas tal y como están desde el principio, sino que aparecen
con dependencia causal. De esta evolución parcial de las especies se pasa a
la general. De la biológica a la cósmica. Se trata una unidad que evoluciona
por relación causa-efecto a lo largo del tiempo. Esta teoría cuestiona la
teología de la Creación y al acto creador.

El término evolucionismo es usado por los no creyentes, el evolucionismo


luchó contra el fisismo aliado con el dogma. Hoy no se relaciona fisismo y
creacionismo. El acto creador de Dios no se limita al principio del mundo,
sino que Dios realiza siempre al mundo como mundo en evolución. Dios
está fuera del tiempo.

Los modelos científicos de Universo se pueden resumir o sintetizar en dos:


evolutivo o estacionario. Evolutivo: plantea el tiempo que hay desde el
estado originario de más condensación hasta la actual situación. En cuanto
a la teoría estática, hay un Universo estacionario e invariable en su
conjunto que ha existido siempre. La ciencia no puede determinar el estado
del Universo y si es consecuencia de otro proceso anterior.

III. REFLEXIÓN TEOLÓGICA EN TORNO A LA FE EN LA


CREACIÓN

Para nosotros la Creación es origen y principio de salvación. La clave la


soteriológica, no el ex nihilo. Nunca se puede pretender una demostración
metafísica de fe en la creación. Cuando la pregunta es por qué existe el ser,
nosotros respondemos: porque Dios lo ha creado. La fe en la creación
posibilita que sea objeto de estudio para la ciencia y técnica. El diálogo
fe/ciencia es posible desde estos presupuestos.

Frente a los mitos babilónicos, el libro del Génesis ofrece una nueva
interpretación en la que Dios es Señor absoluto y con su Palabra crea, y
lugar de crear haciendo, trabajando. Hay un diálogo fecundo y eficaz entre
Dios y el pueblo. La creación y el hombre son Palabras de Dios, respuesta a
ella: se hizo. Nunca en la Biblia Dios habla con las creaturas. El hombre es
la creatura que habla, el interlocutor de Dios, la creatura por antonomasia.
Palabra de Dios y respuesta del hombre. Este diálogo puede ser potenciado
por la gracia o cerrado por el pecado.

La tradición cristiana interpreta siempre la Creación en clave trinitaria. La


afirmación «Dios creó el mundo a través del Hijo en el Espíritu» es la clave
histórico salvífica de la fe en la creación. Dios crea por la Palabra y la
creación es don Creado.

La creación tiene lugar como comunicación y participación que Dios hace


de sí y esto es un acto libre y voluntario de Dios. Negar la libertad de Dios
es negar su trascendencia. Nunca la creación tiene una causalidad final para
Dios, ya que si existiese esta implicaría la necesidad de existir eso creado
para ser plenamente lo que Él es, Dios es el fin de todo, fin último.

En el Génesis no existe el concepto de creación ex nihilo tal como se


entiende hoy. En el contexto bíblico es una afirmación de la exclusividad
de Dios como único Creador más que algo metafísico. Es una afirmación
de fe monoteísta. Si hubiese primer punto, Dios no sería Señor absoluto de
la historia: este es el sentido de la Creación de la nada: ex nihilo. La
creación por la Palabra excluye que haya una materia previa: ex nihilo. El
concepto creación responde al por qué existe el ser y no la nada, mientras
que el concepto de evolución responde al cuándo y cómo aparecen estos
seres y no otros.

El acto creador procede libre de Dios, que está fuera del tiempo. No había
tiempo previo a la existencia del mundo. Desde que existe la creación, el
cosmos, hay tiempo. En la ciencia, El big-bang es lo más aceptado en
cuanto a la materia inicial, aunque no dan un paso anterior, porque a lo
demás responde la filosofía o la metafísica. Si entendemos el tiempo como
eterno retorno la salvación es salir del círculo, si es una degeneración la
salvación es volver al principio, pero si es creciente la participación está en
el final. La existencia no es eterna, salvo en Dios, lo mundano tiene un
origen y camina a un fin.

Providencia en la Biblia es la acción de Dios en el mundo como una


promoción de la criatura, su potenciación, un hacer-hacer: hacer que haga.
Es la acción creadora de Dios en un mundo en evolución. Este mundo en
devenir está guiado por Dios. Dios actúa de forma que el hombre mantiene
su autonomía en la acción. Que este mundo procede de la nada, es
contingente y por eso el mundo es nada, caducidad.

IV. NARRACIONES DEL LIBRO DEL GÉNESIS SOBRE LA


CREACIÓN Y EL ORIGEN DEL MUNDO

Existen dos relatos de la creación del hombre, pero abordaremos solo el


primero, que trata sobre la creación del hombre como imagen de Dios. El
acto creador que expresa las características del hombre: dignidad e
igualdad entre hombre y mujer; y la bendición nupcial.

La estructura fundamental del libro del Génesis se apoya en dos paneles de


un mismo díptico. Las narraciones cristalizaron en las tradiciones: yahvista
(J), elohísta (E), sacerdotal (P) y deuteronomista (D). El primer panel
comprende los once primeros capítulos y tiene por protagonista a ha-
`Adam; hombre, en sentido amplio, no sólo al hebreo. Está construido a
través de dos formas literarias: la genealogía (P) y la narración (J). un
intento de describir y explicar los orígenes. La estructura general de los
capítulos del 1 al 11 del libro del Génesis plantea estas 3: Dios es el origen
de la creación; El mal aparece cuando el hombre tomó la grave decisión de
elegir el camino del orgullo (Adán, pecado original); De ahí derivan el odio
criminal (Caín), la degeneración total (Diluvio) y la soberbia de los
hombres que quieren prescindir de Dios (Torre de Babel).

Veremos a continuación algunas ideas sobre el contenido de Génesis. El


principio no importa cuándo fue. Es Dios, que crea con absoluto dominio.
El autor ve la tierra como una plataforma apoyada sobre columnas. Encima
coloca la bóveda celeste de la que cuelgan el sol, la luna y las estrellas. El
descanso es bueno y necesario. Dios lo bendice y lo impone con su
ejemplo. Dios modeló al hombre de arcilla del suelo y le infundió un
aliento de vida. La dignidad y responsabilidad del hombre es grande: como
como Dios ama, conoce, domina, tendrá que responder a esto. Adán
significa hombre, y Eva significa vida. Adán «pone nombre» a las demás
criaturas como signo de que las domina. La imagen del costado nos da a
entender la unidad de la humanidad y, al mismo tiempo, nos explica la
compenetración y atractivo mutuo de los sexos. Dios reviste al hombre de
dignidad. No debe hablarse del Edén, sino de un jardín o paraíso localizado
en Edén, al oriente. Conocer el «bien y el mal» significa ser capaz de
decidir por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo. Esto sólo a Dios
pertenece. En cuanto a la serpiente, dejarse convencer por ella equivaldría a
aceptar un culto idolátrico. Pretender «ser como Dios» es querer disfrutar
de una situación de vida donde todos nuestros deseos estén colmados. El
autor sagrado enseña con la imagen de la desnudez el fruto del pecado. Las
penas impuestas por Dios a Adán y a Eva son fruto de esa situación de
pecado. Caín y Abel representan que Dios no abandona a sus criaturas, y
que después de la ruptura con Dios, viene la ruptura entre hombres. El
nombre de Noe está asociado al diluvio. La humanidad y el cosmos salidos
de las aguas de diluvio son como una segunda creación. La palabra Babel
sirve para dar un mensaje contra la idolatría y el orgullo de los hombres.

Los paganos describen la creación como resultado de una lucha entre


dioses, frente al relato bíblico que subraya la actividad tranquila del Dios
único. El editor final del Génesis en la tradición sacerdotal señala ciertos
aspectos: todo el mundo visible vino a la existencia como resultado de la
soberana actividad divina; La voluntad de Dios tiende un puente entre Dios
y el caos, produciendo primero la luz; El firmamento es considerado como
un inmenso cuenco invertido, que retiene las aguas situadas encima de él;
La vegetación es creada por la madre tierra, pero el poder productivo de la
tierra procede de Dios; La obra de equipamiento comienza con la creación
de luminarias celestiales, que rigen el día y la noche; En el día quinto
brillan dos expresiones: ser viviente y crear; Los animales son producidos
por la tierra, Dios hace a las criaturas directamente; todo el Antiguo
Testamento será un hablar de Dios en términos humanos, a imagen del
hombre, porque el hombre fue creado a imagen de Dios; P indica que el
poder procreador del hombre no es una prueba de su semejanza con Dios,
sino el fruto de una especial bendición; Al final Dios descansa, según la
tradición literal «hizo el sábado».

La creación del mundo es una obra maestra de poesía religiosa: resulta


inútil clasificarla como narración o descripción. El autor toma la imagen
del mundo tal como la veía la ciencia empírica de entonces. Esta visión
empírica es proyectada al momento auroral de su primer existir y allí
aparecen dos principios dinámicos: el poderoso aliento de Dios, que incuba
y transforma el caos en orden, y la soberana palabra de Dios, que hace
existir. Resulta decisivo el principio temporal. La semana de seis días
laborables y un día de culto se proyecta al tiempo primordial, presentando
la actividad de Dios a imagen de la actividad del hombre. La creación
entera es buena: Dios, como artesano, va contemplando el resultando de su
tarea, obra por obra, y comprueba que es bueno, contempla el todo y lo
encuentra muy bueno.

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