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I) Interés

Interés puro: Precio pagado por el préstamo de un capital sin incluir costos o riesgos.

Interés: Interés puro + Costos administrativos + Riesgo de incumplimiento

 Tasa Pasiva: El interés que paga el banco a quien le presta dinero (p.ej.: plazo fijo).
 Tasa Activa: El interés que cobra el banco a quien le presta dinero (p. ej.: préstamo
personal).
 La tasa activa suele ser mayor que la pasiva porque: (i) El riesgo de incumplimiento
es menor cuando el deudor es el banco; (ii) Los costos administrativos son mayores
para dar que para recibir dinero (p. ej.: hay que investigar la solvencia del futuro
deudor); (iii) Esa diferencia es una fuente de ganancia del banco. Por supuesto,
puede ocurrir que el banco tenga una necesidad muy grande de atraer clientes. De
manera tal que es posible que la tasa pasiva supere a la activa o al menos que la
equipare. Pero una situación así debería ser excepcional.

II) Depreciación monetaria: Pérdida del poder adquisitivo de una moneda.

 Inflación: Incremento generalizado de los precios en un


período determinado. Es un fenómeno diacrónico: se da a
lo largo del tiempo.
 Devaluación: Disminución del valor de una moneda
respecto de divisas o de un estándar (como el oro o la
plata).
 Aunque pueden estar vinculados, los fenómenos son
independientes. Puede haber devaluación sin inflación e
inflación sin devaluación.

III) Tasa de Interés y Actualización.

La tasa de interés también puede incluir la expectativa de depreciación monetaria desde el


momento del otorgamiento del préstamo hasta el cobro. Ello aumentará la tasa. Sin embargo,
puede ocurrir que no haya expectativa de depreciación sino de apreciación de la moneda. En
tal caso, la tasa debería ser más baja.

En cualquier caso, si las partes en un contrato no tienen una expectativa clara sobre la
apreciación o depreciación de la moneda en el futuro, pueden apelar a la actualización de las
obligaciones emergentes del contrato. La actualización convierte una obligación de dar sumas
de dinero en una obligación de valor. Para hacer efectiva una obligación de valor se debe
primeramente realizar una liquidación. La liquidación se practica al día del vencimiento de la
obligación.

Un mecanismo de actualización posible consiste en pactar que el deudor entregará la suma de


pesos necesaria para adquirir cierto monto expresado en una divisa (o un estándar) el día del
vencimiento de la obligación. Este mecanismo protege al acreedor contra la devaluación.

Otro mecanismo de actualización es la indexación. La indexación consiste en pactar que el


capital se ajustará de acuerdo con un índice de precios acordado por las partes. Los índices de
precios permiten medir la variación del precio en cuestión tomando el valor del índice a la
fecha de celebración del contrato como base y el valor del índice a la fecha del cumplimiento
de la obligación. Este mecanismo está pensado para proteger al acreedor contra la inflación.

Por ejemplo: El contrato se celebró el 1/6/2019. El deudor accedió a pagarle al acreedor una
suma de $ 1.000 al 1/12/2019 ajustada según el índice de precios X. Según dicho índice, el
valor al 1/6/2019 era 100 y al 1/12/2019 era de 200. En este caso, la actualización arroja el
siguiente coeficiente: 200/100 = 2. Ese coeficiente se multiplica por el monto original de la
deuda. En el ejemplo, el deudor deberá pagar $ 2.000.

Puntos a tener en cuenta.

(i) Interés y actualización son diferentes porque el interés se pacta de antemano


mientras que la actualización, aunque también se pacta de antemano, se hace
efectiva al momento del vencimiento de la aplicación. De ese modo, el interés
permite que las dos partes sepan cuál va a ser el objeto concreto de la obligación
al momento del vencimiento. En cambio, la actualización genera incertidumbre
pues las partes no sabrán si no hasta el momento de la liquidación cuál será el
objeto concreto del pago.
(ii) Interés y actualización son diferentes porque el interés es el precio por el capital
otorgado en préstamo y, por ello, puede tratar de prever la depreciación
monetaria. Pero la actualización se refiere únicamente al capital. Su objetivo es
mantener incólume el poder adquisitivo del capital que será objeto de
actualización. La actualización no es un precio por el capital.
(iii) Cuando un crédito es actualizado, el monto resultante de la liquidación está
calculado a valor actual (a la fecha de la liquidación). Por supuesto, el deudor tiene
que pagar un interés, pero la tasa que se utilice no debe incluir ninguna previsión
sobre la depreciación. De otro modo, el crédito sería objeto de una doble
actualización y ello generaría un enriquecimiento sin causa para el acreedor.

IV) Interés Moratorio.

En los párrafos anteriores nos referimos al interés compensatorio: es el que el deudor


acuerda pagarle al prestamista como contraprestación por el dinero otorgado en mutuo. Sin
embargo, de manera general, frente al incumplimiento de una obligación y la constitución en
mora del deudor, cuando ella no sea automática, se admite que el deudor debe pagarle al
acreedor un interés por haber incurrido en mora y hasta el momento del cumplimiento
integral de la obligación original.

El interés moratorio plantea un conocido problema: ¿su finalidad es indemnizatoria o


sancionatoria? En el primer supuesto, se trata de reparar adecuadamente el perjuicio sufrido
por el acreedor al no cumplirse la obligación a término. Pero si la finalidad es sancionatoria, la
finalidad es darle un incentivo al deudor para que cumpla a término. En este último supuesto,
por ejemplo, correspondería fijar una tasa superior a la pasiva (probablemente: la activa) pues,
de otro modo, se corre el riesgo de que el deudor incumpla la obligación poniendo el capital en
un plazo fijo que le pagará la tasa pasiva. Si la tasa del interés moratorio es inferior a la tasa
pasiva, entonces el deudor se beneficiaría con el incumplimiento. Por lo tanto, una tasa
superior a la pasiva genera un incentivo análogo a una sanción para prevenir el
incumplimiento.
En cambio, si el interés moratorio tiene una finalidad indemnizatoria, aparece el problema de
que es necesario acreditar el daño sufrido. Ciertamente, el mero incumplimiento tiene una
consecuencia inmediata y necesaria que es que el acreedor no puede disponer del capital, de
manera tal que no podría constituir un plazo fijo con él. De ese modo, cuanto menos, el interés
moratorio debería comprender la tasa pasiva. Sin embargo, el incumplimiento podría provocar
consecuencias mediatas. Por ejemplo, si el acreedor debe afrontar pagos y esperaba contar
con el capital para hacerlo, entonces el incumplimiento lo obligará a contraer un préstamo por
el cual pagará la tasa activa. En este supuesto, la finalidad indemnizatoria del interés moratorio
debería conducir a la utilización de la tasa activa.

Como verán al leer los fallos, a veces la Corte fija una tasa del 6% anual (que se considera
como “interés puro”) en los casos en que actualiza un crédito. La Corte procede de ese modo
en el entendimiento de que un interés debe ser pagado al acreedor por no haber contado con
el capital. La Corte alega que durante ciertos períodos, los índices reemplazaron a las tasas de
interés como mecanismo para determinar el valor del dinero. Sin embargo, como se dijo antes,
la tasa de interés no debe confundirse con la actualización. De modo tal que no queda tan
claro por qué la Corte recurre al interés puro. Sobre todo, porque, una vez operada la
desindexación, la Corte utilizará la tasa pasiva. Una hipótesis posible par ese proceder es que:
i) el riesgo de incumplimiento es muy bajo porque el deudor está sujeto a ejecución forzada en
el proceso dentro de un plazo relativamente breve, ii) el acreedor no incurrió en costos de
administración para “prestarle” el capital al deudor, iii) las tasas bancarias suelen prever la
depreciación monetaria, lo cual no es procedentes en estos supuestos.

Esta práctica parece considerar que la consecuencia inmediata y necesaria de la mora es que el
acreedor dejó de percibir el interés puro. La posibilidad de constituir un plazo fijo podría
entenderse como una pérdida de chance, que no configuraría una consecuencia inmediata y
necesaria de la mora. Esto conduce a dos preguntas: i) ¿por qué el 6% anual es el interés
puro?; ii) Aun cuando lo fuera, ¿es una tasa efectivamente utilizada en el mercado o todas
ellas también ponderan el riesgo e incluyen costos administrativos? Si nadie en el mercado
paga el interés puro (porque siempre se paga algo más), entonces reducir el interés moratorio
al interés puro podría no constituir una adecuada indemnización.

Cualesquiera que sean las respuestas a estos interrogantes, lo concreto es que la Corte parece
considerar que el interés moratorio cumple una función indemnizatoria y no sancionatoria.
Esto podría generar incentivos perversos: el deudor que especula, prestando el dinero,
actualizándolo al índice que utilice la Corte más una tasa superior al 6% anual. Al final, pagará
al acreedor el capital actualizado, más el interés del 6% anual y obtendrá una ganancia. De ese
modo, se beneficiará con el incumplimiento.

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