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1.

El petróleo se conocía desde la Antigüedad, pero su aplicación industrial


comenzó a mediados del siglo XIX. Primero como fuente energética para el gas
natural del alumbrado de las ciudades, a finales de siglo como combustible para
los motores de explosión de gasolina (inventados por el alemán Karl Benz en
1885) y de gasóleo (ideado por Rudolf Diésel en 1897). El petróleo también se
empleaba como materia prima para la fabricación de materiales plásticos,
actividad que dio lugar a la industria petroquímica.

2. La electricidad fue la gran innovación como fuente de luz, calor y energía.


Tuvo múltiples aplicaciones en la industria, la vida cotidiana, el alumbrado
público, los transportes (los tranvías eléctricos sustituyeron a los tirados por
mulas y caballos), las comunicaciones (telégrafo, teléfono, radio) y el ocio
(fonógrafo, cinematógrafo). Una serie de innovaciones técnicas perfeccionaron
la generación, el transporte y el uso de la electricidad: las dinamos,
alternadores y transformadores eléctricos, los cables de alta tensión y la
bombilla de filamento incandescente (Edison).

La fabricación de material eléctrico impulsó la creación de grandes empresas


como Philips en Holanda, Siemens y AEG en Alemania, General Electric y
Westinghouse en Estados Unidos.

Industrias siderúrgicas y metalúrgicas


Las industrias pioneras de la primera revolución industrial mantuvieron su
importancia gracias a la utilización de nuevos metales: acero, aluminio, níquel,
cinc, cromo, manganeso.

1. El acero (una aleación de hierro y carbono) se convierte en el metal de


mayor uso en numerosas actividades económicas (armamento, barcos,
aparatos de precisión). La invención del convertidor Bessemer (1855) y
del horno Martin-Siemens (1867) permitieron la producción de grandes
cantidades de acero a bajo precio. Las características del acero ---
elasticidad, dureza, resistencia--- se aplicaron en la construcción de
puentes, barcos, ferrocarriles y en la fabricación de máquinas y motores
más precisos, ligeros y de menor tamaño.

La aplicación de otros metales como el cromo y el níquel creó aceros


especiales (acero cromado, acero inoxidable) de alta resistencia que se
convertirán en la base de las industrias del automóvil, de la aeronáutica
y del armamento.
2. El aluminio, un metal muy ligero y resistente, fue descubierto por
Wökler en 1845 pero su uso no se generalizó hasta 1866 cuando se
aplicó la electrólisis en el proceso de producción.
Industria química
El nacimiento de la industria química a mediados del siglo XIX estuvo ligado a los
avances científicos y técnicos. Su aplicación se extendió a numerosos sectores: fibras
artificiales y colorantes sintéticos para los textiles, explosivos (dinamita,
nitroglicerina), fertilizantes agrícolas, medicamentos, perfumes, material fotográfico,
productos de base para procesos industriales (sosa, ácido sulfúrico).

Destacaron las empresas alemanas como Bayer, BASF, Hoescht.

Revolución de los transportes y comunicaciones


La revolución de los transportes se había iniciado con la aplicación de la máquina de
vapor al transporte marítimo (barco de vapor, 1807) y terrestre (ferrocarril, 1825).
Durante la segunda mitad del siglo XIX recibieron un impulso fundamental que los
extendió por todo el planeta.

El ferrocarril.
En 1850 apenas había 38.000 km de vías férreas en el mundo; en 1913, eran
1.110.000 km. La mejores redes ferroviarias se encontraban en Gran Bretaña,
Alemania, Bélgica, Francia y Estados Unidos.

La sustitución del hierro por el acero mejoró la resistencia de los raíles y, por tanto, la
velocidad, la seguridad y la capacidad de carga de los vagones. Los costes se
abarataron y el ferrocarril se convirtió en el sistema de transporte de personas y
mercancías más utilizado.

El barco a vapor.
Los buques a vapor sustituyeron a los veleros (\textit{clippers}) desde 1865. La
sustitución de los cascos de madera por los de hierro y acero y de las palas por las
hélices disminuyeron los costes de mantenimiento, aumentaron el espacio disponible
para pasajeros y mercancías.

La apertura de los canales de Suez (1869) y de Panamá (1914) acortó las distancias
en la navegación marítima y redujo los costes de transporte. El canal de Suez redujo el
tiempo y la distancia entre Europa y la India, sin necesidad ahora de circunnavegar
África; el de Panamá acortó el viaje entre la costa Atlántica y Pacífica de América al no
ser necesario desplazarse hasta el estrello de Magallanes en el extremo meridional de
América.

La invención de las cámaras frigoríficas permitió el transporte de carne y otros


productos refrigerados o congelados desde América a Europa en las bodegas de los
barcos movidos por potentes motores a vapor.
El automóvil y la aviación.
El nacimiento del automóvil fue posible gracias a la aplicación de dos inventos: el
motor de explosión y el neumático. En Francia, Armand Renault, fabricó en 1903 el
primer automóvil que incorporó el volante de dirección y el motor en la parte frontal
del vehículo (modelo «Renault Type A»). Pero fue el norteamericano Henry Ford quien,
desde 1910, extendió el uso de este medio de locomoción terrestre cuando aplicó la
cadena de montaje en la fabricación de coches (el modelo «Ford T» fue el primero).

A la expansión del automóvil le siguió pronto la industria aeronáutica desde que, en


1890, los hermanos Wright consiguieron realizar el primer vuelo de un avión. Su
desarrollo se produjo a partir de la Primera Guerra Mundial cuando las necesidades
militares impulsaron las innovaciones técnicas y la construcción de aparatos con mayor
seguridad y autonomía de vuelo.

Otros medios de transporte.


La aparición, a finales de siglo, de los tranvías y los ferrocarriles eléctricos
subterráneos (metro) transformó la fisonomía de las ciudades y mejoró el transporte
en su interior.

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