DANZA DE LOS DIABLITOS DE CHIQUIAN

danza de los diablitos de Chiquián.

                Esta danza es típicamente colonial, en ella va sellado una
combinación de dualidad de la existencia de los seres humanos, se
entiende que esta manifestación trata de las almas de los pecadores
que se presentan danzando como diablitos en las fiestas religiosas,
pidiendo perdón de sus malas acciones en vida. Esta mezcla de
conceptos es traducida folklóricamente en sus danzas, son siete los
integrantes porque lo asocian a los siete pecados capitales que son:

 La soberbia
 La Avaricia
 La envidia
 La ira
 Lujuria
 La gula
 La pereza

Las  danzas  son asociadas a las festividades religiosas, como 

símbolo de presencia cultural étnico, Los diablitos  no sólo se bailan
en Chiquián y Huasta, también en otras zonas de nuestro país, como
la presentación majestuosa que se da en  Puno con la diablada de
Puno que se baila en la conocida fiesta de la Candelaria en el mes
de febrero, junto con otras  más de numerosas danzas de
conocimiento internacional ,Es ejecutada por los Sicu-Morenos, está
a cargo de los Sicuris de Mañazo, su vestimentas y coreografía en
expectacular e impresionante, en este grupo de Puno al centro va
un ángel totalmente de blanco, que significa la redención de los
pecadores. También Se baila en Honduras, Nicaragua, Costa Rica,
Santo Domingo, en Antioquia en la villa de Santa Fe con sus propias
características. Estas expresiones culturales son las que identifican
generalmente a la clase social trabajadora del campo con su fe
cristiana. En Perú se danza los diablitos, por ejemplo en:

 En Juli el 8 de octubre
 Pomata el 07 de octubre
 Yunguyo el 10 de octubre
 Azángaro en diciembre y febrero
 Rosaspara el 15 de agosto
 Ilave el 29 de setiembre
 Lampa el 15 de agosto
En Chiquián, igualmente los integrantes son siete, su vestuario es
muy colorido, pantalón, chaleco y guantes combinando de dos
colores, en los tacos de los zapatos llevan cascabeles, la camisa
blanca o de color uniformes con muchos bobos y una corbata
delgada negra en el cuello, sobre la cabeza una máscara con 
aspecto de diablo, cuernos y mechas de colores desaliñados, en la
mano un látigo largo con lo que dan latigazos en el piso bailando al
comprar de la tonada de una pequeña orquesta, con música muy
singular de esta danza. En el centro va un personaje vestido de
mujer con el rostro tapado por un velo y sombrero. Los danzarines  
se preparan y salen a las calles en el mes de junio para la
celebración del CORPUS CRISTI. Saltan, corren, asustan con sus
látigos a los presentes observadores de este pintoresco baile.