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INTRODUCCIÓN
Desde su aparición los antibióticos han sido y son una importante arma para el
tratamiento de muchas dolencias infecciosas, algunas de las cuales causaban gran
mortalidad, y su uso permitió disminuir en forma importante y notable la
morbimortalidad de alguno de estos males, por ello se pensó en forma equivocada
que muchas de estas dolencias iban a desaparecer.
Existen otros problemas de tipo cultural, social, religioso, etc que también influyen
positiva o negativamente en la terapia racional de los medicamentos. El antibiótico
ideal es el que resulta más eficaz, menos tóxico, retarda el surgimiento de cepas
resistentes, es de menor costo y de más fácil administración. Obvio, no existe. Pero
las características de eficacia, toxicidad y costo son consideraciones básicas en la
elección de la droga.
Viejos antibióticos
Nuevos antibióticos
El cloranfenicol es una droga bacteriostática que sigue siendo útil en los tratamientos
de enfermedad de Carrión o bartonelosis (fase aguda), fiebre tifoidea (actualmente
se prefiere a las fluoroquinolonas), meningitis aguda purulenta (combinado con
ampicilina) y para algunas casos de sepsis abdominal (combinada con otros
antibióticos) y peste.
De las sulfas, la más usada es el cotrimoxazol, antibiótico muy útil para diversas
infecciones respiratorias, diarrea por shigelosis (resistencia en aumento), infección
por Pneumocystis jiroveci, infección urinaria baja no complicada (alta resistencia),
isosporidiasis, toxoplasmosis ocular y cerebral (combinado), infección por
Paracoccidioides brasiliensis (alternativa antigua).
Un nuevo antibiótico, que apareció en el 2001, es el linezolid, que cubre muy bien
diversos gérmenes grampositivos comunitarios y nosocomiales, es de gran utilidad
en neumonía por MRSA y superior a la vancomicina, dado que tiene buena
concentración en el tejido pulmonar y además tiene una excelente biodisponibilidad
oral. Se ha ensayado con éxito en el tratamiento de infecciones de piel, neumonías y
otras infecciones causados por gérmenes grampositivos. El linezolid es poco tóxica,
su indicación básica es el tratamiento de infecciones por gérmenes grampositivos
multirresistentes, especialmente lo MRSA.
Hace unos años apareció un nuevo macrólido de dosis única y de amplio espectro,
la telitromicina, que cubre gérmenes típicos y atípicos, no es de elección para el
tratamiento de las principales dolencias infecciosas porque es cara y tiene algunos
efectos adversos severos; pero, será una futura alternativa cuando se sospeche de
gérmenes (neumococo, Haemophilus influenza) resistentes a la penicilina y a los
otros macrólidos viejos.
Otros nuevos antibióticos de larga vida media, rápida capacidad bactericida y que
actúan sobre gérmenes grampositivos son la tigeciclina y el oritavancin, esta última
en fase III de investigación clínica. La tigeciclina, una nueva tetraciclina de uso
parenteral, a dosis única cubre gérmenes grampositivos y gramnegativos aerobios y
anaerobios y los estudios clínicos demuestran su gran valor terapéutico en diversas
infecciones comunitarias y nosocomiales. Entre los nuevos carbapenemes, el
ertapenem, a diferencia de los antiguos imipenem y meropenem, se usa una sola
vez (vía endovenosa) y cubre muy bien gérmenes aeróbicos y anaeróbicos, pero no
actúa sobre la Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter. El ertapenem es una
buena alternativa contra infecciones moderadas a severas de tipo comunitaria, en
especial cuando se sospecha gérmenes anaerobios.
1. Fracaso terapéutico.
2. Desarrollo de resistencias bacterianas.
3. Enmascaramiento de procesos infecciosos.
4. Cronificación: la falta de erradicación de un número suficiente de bacterias
dará lugar a la persistencia de algunas que mantienen su grado de
patogenicidad sin ocasionar manifestaciones agudas.
5. Recidiva: las cepas supervivientes, sean resistentes o sensibles, inician una
nueva proliferación que provocará una recaída o una reinfección.
6. Efectos adversos debidos a la acción del medicamento (independientes de
que sea o no eficaz). La toxicidad de algunos antibióticos es potencialmente
grave y su aparición es inaceptable si el paciente no necesitaba el fármaco.
CONCLUSIONES
Si bien el manejo de los antibióticos sigue siendo un arte, no debe ser considerado
como una simple receta de cocina, el médico y el personal de salud deberán estar
en constante actualización, a fin de evitar problemas de resistencia, reacciones
adversas a los medicamentos, lo que permitirá un mejor manejo de las diversas
patologías que afectan al ser humano.
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SELECCIÓN DE ANTIBIÓTICOS
3) el sitio de la infección;
3. El lugar de la infección
Los capilares del cerebro tienen una importancia especial, porque ayudan a crear y
mantener la barrera hematoencefálica. Dicha barrera está formada por una capa
simple de células endoteliales, dispuestas a modo de tejas y fusionadas por uniones
herméticas, que impiden la entrada desde la sangre al cerebro de prácticamente la
totalidad de moléculas, excepto las que son de pequeño tamaño y lipófilas.
Al seleccionar un ATB se debe prestar atención al estado del paciente. Por ejemplo
hay que considerar el estado de sus sistemas inmunitario, renal, hepático y
circulatorio, además, de su edad. En la mujer, el embarazo y la lactancia también
influyen en la elección del antimicrobiano.
La seguridad del ATB no solo está relacionada con la naturaleza del fármaco, sino
también con los factores propios del paciente que pueden predisponer a las
reacciones adversas o a la toxicidad. Muchos de los ATB como las penicilinas, se
encuentran entre los menos tóxicos, dado que interfieren en un lugar peculiar del
crecimiento de los MO. Otros antimicrobianos, por ejemplo el cloranfenicol, son
menos específicos y se reservan para las infecciones potencialmente letales, debido
a la posibilidad de que causen toxicidad grave en el paciente.
6. Costo del tratamiento
Es frecuente que varios fármacos muestren una eficacia similar para tratar una
infección, pero con amplias variaciones en el costo respectivo. Su elección en
términos de eficacia y seguridad puede ser también el fármaco más caro, y en caso
de que los recursos sean limitados su selección puede ser imposible. A veces tendrá
que elegir entre tratar a un número reducido de pacientes con un fármaco muy caro
o tratar a un número más elevado con un fármaco que es menos ideal, pero todavía
aceptable. Esta elección no es fácil, pero la mayoría de los que prescriben deben
realizarla en un momento u otro. Es el médico, como prescriptor, quien debe decidir
qué medicamentos son los más importantes, y no el paciente ni el farmacéutico.
Está bien demostrado que algunos ATB pueden provocar un impacto ecológico
negativo, promoviendo el desarrollo de resistencias bacterianas. El uso de
cefalosporinas de segunda y tercera generación favorecen el surgimiento de
Enterococos resistentes a vancomicina (ERV), enterobacterias y bacilos gram
negativos no fermentadores (Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter
baumanii) productores de betalactamasas de espectro expandido (BLEE) y
S. aureus meticilino resistentes (SAMR). El uso de quinolonas se ha asociado al
aumento de la incidencia de SAMR y BGN, incluyendo Pseudomonas
aeruginosa, resistentes a quinolonas. Asimismo, el uso de quinolonas, clindamicina,
cefalosporinas favorece las diarreas por Clostridium difficile.
Cuando se usa terapia antimicrobiana combinada debe optarse por ATB con
mecanismos de acción diferente, con actividad sinérgica (el efecto bactericida de la
combinación debe ser mayor que la suma de los efectos por separado de cada ATB)
y sin toxicidad superpuesta. Está justificada como terapia empírica inicial en
pacientes con infecciones graves, sobre todo de origen intrahospitalario, con el
objetivo de ampliar el espectro antimicrobiano y mejorar los resultados clínicos.
Los ATB con actividad dependiente de la concentración son aquellos cuya máxima
actividad bactericida se correlaciona con concentraciones pico
elevadas: aminoglucósidos, fluoroquinolonas, carbapenemes, azitromicina y
vancomicina, incrementan significativamente su tasa de destrucción bacteriana
cuando la concentración del ATB supera de 4 a 64 veces la CIM del fármaco para el
MO infectante. En estos ATB la frecuencia de administración así como la
dosificación deben contemplar esta característica, requiriendo algunos de ellos el
monitoreo de concentraciones plasmáticas para adecuar la dosis. Si los ATB que
provocan esta destrucción dependiente de la concentración se administran mediante
una infusión en bolo una vez al día, se alcanzan unos picos máximos elevados, y
esto favorece la rápida eliminación del MO infectante.
Desescalada Terapéutica
Ciclado de antibióticos
Tratamiento anticipado
Consiste en la administración de ATB en determinados pacientes antes que
aparezcan los signos clínicos de infección.
Se basa en la aplicación de pacientes de riesgo asociadas con alta mortalidad
(candidemias o candidiasis invasivas).
Este concepto fue desarrollado en pacientes hematológicos a partir de la
aplicación de pruebas serológicas.
CONCLUSIONES
Referencias
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