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UNIDAD TEMÁTICA N° 2: MARCO NORMATIVO

INTRODUCCIÓN

En la unidad 2 del primer seminario de la Diplomatura, se propone el análisis del


marco normativo del nivel.

Conocer el encuadre legal del nivel permite comprender el lugar que ocupa el
jardín maternal en el Sistema educativo argentino, y al mismo tiempo, la función que
cumple respecto de garantizar el derecho a la educación.

La firma del Pacto Internacional de Derechos de los Niños Niñas y Adolescentes


significó para el Estado Argentino la necesidad de adecuar su estructura a los
requerimientos legales para garantizar el real cumplimento de los mismos. El punto de
partida fue la modificación de las leyes nacionales que generaron cambios en las
funciones de la educación en general y en el jardín maternal, en particular.

La presente unidad, entonces, pretende acercar a los cursantes al cuerpo legal,


para que puedan luego observar la vigencia de ese marco normativo en la vida cotidiana
de la institución.

1. Marco legal del Primer Ciclo del Nivel Inicial.

La primera infancia es un período clave en la historia personal de cada niño o niña


que genera huellas relevantes para su trayectoria personal y educativa futura. Es la etapa
en donde se establecen las bases del desarrollo cognitivo, emocional y social que dan
lugar a la estructuración de la personalidad de los sujetos.

La noción de “infancia” ha tenido una construcción socio cultural intensa y


cambiante a lo largo del tiempo, pero es a partir de la Convención sobre los Derechos del
Niño (CDN) (Naciones Unidas, 1989) que se modifica el modo de pensar y tratar
jurídicamente a la misma.
El rasgo distintivo que surge de la Convención, es la consideración de que las
niñas y los niños son sujetos de derecho, y a partir de esta consideración, al adherir y
firmar los diferentes tratados nacionales e internacionales, los Estados asumen el rol de
garantes de esos derechos. Se produce de este modo un cambio fundamental en el modo
en el que se hace efectiva la relación entre Estado e infancia.

Diferentes argumentos sustentan el desarrollo de políticas dirigidas a la primera


infancia. Puede mencionarse el argumento de la justicia social, cuando plantea que la
garantía de la igualdad de oportunidades para todos y exige que las medidas tomadas en
favor de la primera infancia compensen las desventajas tempranas.

Otro argumento es el del desarrollo humano que considera que la primera infancia
es un período crucial para el desarrollo y el aprendizaje. “El ambiente presente en la
primera infancia afecta el desarrollo cerebral. Muchos factores, como el cuidado parental,
la estimulación, el estrés, la nutrición y las toxinas ambientales pueden tener efectos
duraderos en el desarrollo y el funcionamiento del cerebro” (Grantham - McGregor y otros,
2007). Así, las intervenciones efectuadas en este período son mucho más efectivas que
las efectuadas más tarde, y pueden acarrear beneficios a largo plazo.

El Estado en este caso debe intervenir a fin de evitar la pérdida de potencial para
el futuro desarrollo. Con todo, se calcula que a nivel mundial existen más de 200 millones
de niños pequeños que no aprovechan plenamente su potencial debido a la pobreza
extrema, una nutrición insuficiente y una asistencia sanitaria inadecuada.

A partir de los aportes de Amartya Sen y James Heckman, premios Nobel de


economía entre los años 1998 y 2000, toma mucha fuerza el argumento económico. Ellos
plantean que no existe inversión alguna con más alta tasa de retorno que la de invertir en
la primera infancia. El aumento de inversiones públicas en la alimentación y la educación
de los niños pequeños podría marcar una diferencia y producir enormes ganancias
económicas.

Estos postulados promovieron la realización de estudios en relación a los costos y


beneficios de la inversión en la educación de los primeros años. Los resultados obtenidos
revelaron que invertir en la primera infancia reditúa en mejoras en las facultades
cognitivas y socio- emotivas, el progreso escolar, la salud mental, el índice de criminalidad
y las ganancias en la edad adulta. Es decir, un importante rendimiento económico a
futuro, por ello son necesarios programas de alta calidad, que permanezcan sostenidos
en el tiempo, como componentes esenciales de las inversiones en programas públicos
dirigidos a esta población.

La firma de la Convención determina el compromiso de los Estados de poner en


práctica los postulados de la Convención sobre los Derechos del Niño y por consiguiente,
la atención de demandas específicas hacia la primera infancia a través de acciones
concretas. Este hecho se constituyó en el fundamento más importante para el desarrollo
de políticas mundiales en favor de los niños pequeños a lo largo de la década del `90.

La Convención exigió que los gobiernos garanticen que todos los niños sean
respetados como personas por derecho propio, e impuso a los Estados parte, la
responsabilidad de garantizar la atención, el desarrollo y la educación teniendo que
presentar regularmente informes al Comité de los Derechos del Niño de las Naciones
Unidas. Esto implica ofrecer a los niños y a su entorno familiar oportunidades de acceso a
espacios de vida y de aprendizaje que aseguren y garanticen un desarrollo integral.

A partir de la Convención surge la palabra integralidad o la idea de políticas


integrales de protección de los niños, en casi todos los documentos políticos y normativas
que abordan el tema de la primera infancia. Por integral se entiende a la atención y
educación en un sentido amplio; comprende la salud, la alimentación y la higiene en un
contexto seguro y estimulante, y la educación incluye el estímulo, la socialización, la
orientación, la participación y las actividades de aprendizaje y desarrollo. Se entiende
además que ambas dimensiones, cuidado y educación son inseparables y necesarias, y
se refuerzan mutuamente a fin de crear una base sólida para el aprendizaje y el bienestar.

El proyecto de la ley de adhesión a la Convención se firmó en Argentina en el año


1990 y. posteriormente, con la reforma Constitucional de 1994, la Convención
Internacional sobre los Derechos de las niñas niños y adolescentes (1989. Ley 23849)
adquiere jerarquía constitucional. Esto debería haber significado el inicio de una etapa con
mayores esfuerzos del Estado para adecuar sus normativas, sus instituciones y sus
prácticas, cumplir con las obligaciones adquiridas y rendir cuentas ante el Comité de los
Derechos del Niño de las Naciones Unidas. Sin embargo, el momento en que la
Convención logra su adhesión en Argentina no deja de ser, en cierto modo, paradójico, ya
que por un lado, se producían avances en términos del reconocimiento de los derechos
de niñas y niños y una ampliación del campo de saberes en torno a la niñez pero, por otro
lado, el conocimiento acumulado no desembocaba en el mejoramiento de las condiciones
de vida de la infancia. Por el contrario, las políticas de ajuste estructural implementadas
en aquel entonces se tradujeron en un fuerte crecimiento del desempleo y el aumento de
la pobreza, dejando a miles de familias huérfanas de Estado, y con ello, más niñas y niños
perdieron la igualdad para el ejercicio de sus derechos” (Sandra Carli, 2005).

Entre los años 2005 y 2009 fue cuando tomó otro impulso el cumplimiento de los
derechos de los niños y niñas en Argentina. Se sancionaron tres leyes fundamentales
para los derechos y las políticas dirigidas a la primera infancia: la Ley N° 26.061 de
Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley N° 26.206 de
Educación Nacional y la Ley N° 26.233 de Centros de Desarrollo Infantil.

La Ley N° 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y


Adolescentes, en sintonía con la Convención, conceptualiza la niñez como sujeto de
derecho y redefine los roles de la familia y la sociedad civil, pero, por sobre todo, el papel
que el propio Estado debe cumplir obligándolo a reorganizarse institucionalmente para
relacionarse de otro modo con la infancia.

La Ley N° 26.206 de Educación Nacional instala la Educación Inicial como el


primer tramo del sistema educativo, entendido como una unidad pedagógica que atiende
a niños de 0 a 5 años en donde coexisten un tramo de educación obligatoria (5 años), un
tramo de educación con oferta universal desde el sistema educativo (4 años) y un tramo
de educación no obligatoria con diferentes ofertas educativas con características diversas
y amplitud (45 días a 3 años).

La Ley N° 26.233 de Centros de Desarrollo Infantil legitima la concreción de


espacios de atención integral de niños y niñas de hasta 4 años, en donde además se
realicen acciones para instalar, en los ámbitos familiar y comunitario, capacidades que
favorezcan la promoción y la protección de los derechos de niños y niñas.

Por último, la Asignación Universal por Hijo (AUH) es un seguro social que otorga
a desocupados u ocupados sin registro formal un subsidio por cada hijo menor de 18
años. La asignación se liquida en su totalidad cuando se verifica el cumplimiento de los
requisitos de salud, vacunación y escolaridad obligatoria, y a partir de mayo de 2011 se
extendió a las mujeres embarazadas a partir de las 12 semanas de gestación.

Creación y vigencia de leyes y políticas en Argentina son instrumentos que tácita


o expresamente, reconocen que el aprendizaje empieza con el nacimiento y que la
atención y la educación en la primera infancia son temas conexos y deben abordarse
integralmente.

La educación de la primera infancia basada en el enfoque de derechos humanos


requiere prestar atención a las necesidades del niño o niña individualmente considerados
y como se señala en el artículo 3 de la Convención, “considerándose a los niños como de
interés superior”.

Se sugiere consultar en la sección Citas Textuales para leer acerca de la


propuesta del Diseño Curricular.

2. El Jardín Maternal, su presencia en las leyes nacionales referidas a la infancia y a


la educación.

El cuerpo normativo que sustenta y organiza el sistema de protección de la


infancia, a su vez otorga al nivel educativo funciones y características que posteriormente
se operacionalizan en la construcción de los diseños curriculares. Éstos, plasman las
prescripciones legales en la vida cotidiana de las instituciones educativas.

Se trascriben en el presente apartado fragmento de las mismas que se


refieren específicamente a la educación y en especial a la educación de los niños y niñas
más pequeños.LEY 26061. Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas,
Niños y Adolescentes.1

TÍTULO I: Disposiciones Generales

Art. 1.– Objeto. Esta ley tiene por objeto la protección integral de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes que se encuentren en el territorio de la República Argentina,
para garantizar el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de aquellos
reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional y en los tratados internacionales en los
que la Nación sea parte. Los derechos aquí reconocidos están asegurados por su máxima
exigibilidad y sustentados en el principio del interés superior del niño. La omisión en la
observancia de los deberes que por la presente corresponden a los órganos
gubernamentales del Estado habilita a todo ciudadano a interponer las acciones
administrativas y judiciales a fin de restaurar el ejercicio y goce de tales derechos, a
través de medidas expeditas y eficaces.

Art. 2.– Aplicación obligatoria. La Convención sobre los Derechos del Niño es de
aplicación obligatoria en las condiciones de su vigencia, en todo acto, decisión o medida
administrativa, judicial o de cualquier naturaleza que se adopte respecto de las personas
hasta los dieciocho años de edad. Las niñas, niños o adolescentes tienen derecho a ser
oídos y atendidos cualquiera sea la forma en que se manifiesten, en todos los ámbitos.
Los derechos y las garantías de los sujetos de esta ley son de orden público,
irrenunciables, interdependientes, indivisibles e intransigibles.

Art. 3.– Interés superior. A los efectos de la presente ley se entiende por interés superior
de la niña, niño y adolescente la máxima satisfacción, integral y simultánea de los
derechos y garantías reconocidos en esta ley.
Debiéndose respetar:
a) Su condición de sujeto de derecho;

1 http://www.trabajo.gba.gov.ar/documentos/legislacion/copreti/ley26061.pdf. (ultima consulta, Abril de


2017)
b) El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida
en cuenta;
c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y
cultural;
d) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones
personales;
e) El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes y las
exigencias del bien común;
f) Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde las niñas, niños y
adolescentes hubiesen transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de su
existencia. Este principio rige en materia de patria potestad, pautas a las que se ajustarán
el ejercicio de la misma, filiación, restitución del niño, la niña o el adolescente, adopción,
emancipación y toda circunstancia vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito
donde deba desempeñarse. Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las
niñas, niños y adolescentes frente a otros derechos e intereses igualmente legítimos,
prevalecerán los primeros.

Art. 4.– Políticas públicas. Las políticas públicas de la niñez y adolescencia se elaborarán
de acuerdo a las siguientes pautas: a) Fortalecimiento del rol de la familia en la
efectivización de los derechos de las niñas, niños y adolescentes;
b) Descentralización de los organismos de aplicación y de los planes y programas
específicos de las distintas políticas de protección de derechos, a fin de garantizar mayor
autonomía, agilidad y eficacia;
c) Gestión asociada de los organismos de gobierno en sus distintos niveles en
coordinación con la sociedad civil, con capacitación y fiscalización permanente;
d) Promoción de redes intersectoriales locales;
e) Propiciar la constitución de organizaciones y organismos para la defensa y protección
de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.

Art. 5.– Responsabilidad gubernamental. Los organismos del Estado tienen la


responsabilidad indelegable de establecer, controlar y garantizar el cumplimiento de las
políticas públicas con carácter federal. En la formulación y ejecución de políticas públicas
y su prestación, es prioritario para los organismos del Estado mantener siempre presente
el interés superior de las personas sujetos de esta ley y la asignación privilegiada de los
recursos públicos que las garanticen. Toda acción u omisión que se oponga a este
principio constituye un acto contrario a los derechos fundamentales de las niñas, niños y
adolescentes. Las políticas públicas de los organismos del Estado deben garantizar con
absoluta prioridad el ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La
prioridad absoluta implica:
1. Protección y auxilio en cualquier circunstancia;
2. Prioridad en la exigibilidad de la protección jurídica cuando sus derechos colisionen con
los intereses de los adultos, de las personas jurídicas privadas o públicas;
3. Preferencia en la atención, formulación y ejecución de las políticas públicas;
4. Asignación privilegiada e intangibilidad de los recursos públicos que las garantice;
5. Preferencia de atención en los servicios esenciales.

Art. 6.– Participación comunitaria. La comunidad, por motivos de solidaridad y en ejercicio


de la democracia participativa, debe y tiene derecho a ser parte activa en el logro de la
vigencia plena y efectiva de los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes.

Art. 7.– Responsabilidad familiar. La familia es responsable en forma prioritaria de


asegurar a las niñas, niños y adolescentes el disfrute pleno y el efectivo ejercicio de sus
derechos y garantías. El padre y la madre tienen responsabilidades y obligaciones
comunes e iguales en lo que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de sus
hijos. Los organismos del Estado deben asegurar políticas, programas y asistencia
apropiados para que la familia pueda asumir adecuadamente esta responsabilidad, y para
que los padres asuman, en igualdad de condiciones, sus responsabilidades y
obligaciones.

TÍTULO II: Principios, Derechos y Garantías

Art. 11.– Derecho a la identidad. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a un
nombre, a una nacionalidad, a su lengua de origen, al conocimiento de quiénes son sus
padres, a la preservación de sus relaciones familiares de conformidad con la ley, a la
cultura de su lugar de origen y a preservar su identidad e idiosincrasia, salvo la excepción
prevista en los arts. 327 y 328 del Código Civil. Los organismos del Estado deben facilitar
y colaborar en la búsqueda, localización u obtención de información, de los padres u otros
familiares de las niñas, niños y adolescentes facilitándoles el encuentro o reencuentro
familiar. Tienen derecho a conocer a sus padres biológicos, y a crecer y desarrollarse en
su familia de origen, a mantener en forma regular y permanente el vínculo personal y
directo con sus padres, aun cuando éstos estuvieran separados o divorciados, o pesara
sobre cualquiera de ellos denuncia penal o sentencia, salvo que dicho vínculo, amenazare
o violare alguno de los derechos de las niñas, niños y adolescentes que consagra la ley.
En toda situación de institucionalización de los padres, los organismos del Estado deben
garantizar a las niñas, niños y adolescentes el vínculo y el contacto directo y permanente
con aquéllos, siempre que no contraríe el interés superior del niño. Sólo en los casos en
que ello sea imposible y en forma excepcional tendrán derecho a vivir, ser criados y
desarrollarse en un grupo familiar alternativo o a tener una familia adoptiva, de
conformidad con la ley.

Art. 14.– Derecho a la salud. Los organismos del Estado deben garantizar: a) El acceso a
servicios de salud, respetando las pautas familiares y culturales reconocidas por la familia
y la comunidad a la que pertenecen siempre que no constituyan peligro para su vida e
integridad; b) Programas de asistencia integral, rehabilitación e integración; c) Programas
de atención, orientación y asistencia dirigidos a su familia; d) Campañas permanentes de
difusión y promoción de sus derechos dirigidas a la comunidad a través de los medios de
comunicación social. Toda institución de salud deberá atender prioritariamente a las
niñas, niños y adolescentes y mujeres embarazadas. Las niñas, niños y adolescentes
tienen derecho a la atención integral de su salud, a recibir la asistencia médica necesaria
y a acceder en igualdad de oportunidades a los servicios y acciones de prevención,
promoción, información, protección, diagnóstico precoz, tratamiento oportuno y
recuperación de la salud.
Art. 15.– Derecho a la educación. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la
educación pública y gratuita, atendiendo a su desarrollo integral, su preparación para el
ejercicio de la ciudadanía, su formación para la convivencia democrática y el trabajo,
respetando su identidad cultural y lengua de origen, su libertad de creación y el desarrollo
Máximo de sus competencias individuales; fortaleciendo los valores de solidaridad,
respeto por los derechos humanos, tolerancia, identidad cultural y conservación del
ambiente. Tienen derecho al acceso y permanencia en un establecimiento educativo
cercano a su residencia. En el caso de carecer de documentación que acredite su
identidad, se los deberá inscribir provisoriamente, debiendo los organismos del Estado
arbitrar los medios destinados a la entrega urgente de este documento. Por ninguna
causa se podrá restringir el acceso a la educación debiendo entregar la certificación o
diploma correspondiente. Las niñas, niños y adolescentes con capacidades especiales
tienen todos los derechos y garantías consagrados y reconocidos por esta ley, además de
los inherentes a su condición específica. Los organismos del Estado, la familia y la
sociedad deben asegurarles el pleno desarrollo de su personalidad hasta el máximo de
sus potencialidades, así como el goce de una vida plena y digna.

Art. 16.– Gratuidad de la educación. La educación pública será gratuita en todos los
servicios estatales, niveles y regímenes especiales, de conformidad con lo establecido en
el ordenamiento jurídico vigente.

En el siguiente enlace, se presenta un video que permite conocer la


experiencia de un Jardin Maternal comunitario creado en Bariloche::
https://youtu.be/Zmfe3YnkG98?t=52s

En el siguiente enlace de Internet se encuentra la Ley 26.333 para conocer en


profundidad los Derechos del Niño:
https://www.oas.org/dil/esp/Ley_de_Centros_de_Desarrollo_Infantil_Argentina.pdf (1)

Desde el enfoque de derechos, la educación en el jardín maternal tiene el sentido


de apoyar un crecimiento saludable y armónico, brindando experiencias que entramen el
cuidado y la enseñanza de los más pequeños en el marco de su desarrollo personal y
social; experiencias que amplíen los repertorios culturales al intentar brindar atención
integral, y oofrecer oportunidades para el desarrollo cognitivo, lingüístico, afectivo, ético,
estético, lúdico, corporal y social.

El compromiso primordial de las instituciones que atienden niños pequeños es


generar condiciones de confianza, seguridad y bienestar, ofreciendo cotidianamente un
clima de afecto de parte de los adultos que cuidan y enseñan, para entretejer con otros,
pares y familias, redes de sostén emocional que les permiten a los niños constituirse
como individuos plenos.

Si se piensa en las posibilidades y necesidades de los niños de 45 días a tres


años, los propósitos del nivel comprenden:

La tarea de cuidar, criar y educar, si bien es compartida entre ambas instituciones,


tiene propósitos y responsabilidades diferenciadas. Las familias actúan desde lógicas
individuales, podría decirse, de manera espontánea e intuitiva. Los padres y otros adultos
significativos cuidan y educan transmitiendo a los pequeños formas particulares de ver el
mundo que a su vez les ha impreso su comunidad. Las instituciones educativas, en
cambio, responden a una lógica sistemática, pública, explicitada y crítica, siguiendo los
lineamientos de las políticas educativas del momento histórico, social y político. Las
instituciones y los educadores seleccionan aquello que se enseña, definen formas de
enseñar y seleccionan los contenidos, promueven aprendizajes necesarios y posibles de
acuerdo a la edad de los niños.

Al partir del concepto de respeto por las tradiciones de crianza y las prácticas de
cada comunidad, las instituciones buscan fortalecer, apoyar y contextualizar las
experiencias y enseñanzas que brindan.

El diálogo con las familias promueve la integración necesaria para encontrar


aspectos necesarios y compartidos que permitan establecer criterios comunes. Por
ejemplo, durante la etapa de 0 a 3 años, los niños han de ampliar sus ámbitos de
experiencia y realizar determinados aprendizajes que los habilitan a resolver situaciones
de la vida cotidiana de manera cada vez más autónoma: aprender a dejar los pañales y
utilizar el sanitario; dormirse en su cuna o en su hamaca y no en brazos de un adulto; son
algunas de las necesarias decisiones para ser tomadas en conjunto por la triada niño,
familia, institución educativa.
Acompañar y complementar la crianza y los aprendizajes que se desarrollan en el
hogar permitirá fortalecer la articulación entre los distintos ambientes y contextos en los
que se desarrollan los niños –familia, comunidad e institución–, considerando la
diversidad de constelaciones familiares, y las diferentes condiciones sociales en las
cuales los niños crecen y aprenden.

En esta etapa de la vida, es necesario crear entornos afectivos y emocionalmente


seguros para que el desarrollo subjetivo y el aprendizaje tengan lugar. Promover el
desarrollo personal y social de los pequeños implica construir de manera colectiva un
espacio relacional donde quienes participan se reencuentren cada día en un clima de
respeto, valoración y cuidado mutuo. Un ámbito en el que –a partir de la disposición
corporal y emocional de los educadores– se entablen vínculos afectivos cercanos con los
niños, propiciando la comunicación a través de la palabra, el lenguaje gestual- corporal, y
las mutuas demostraciones de afecto.

Los adultos educadores enseñan a los pequeños a conocerse a sí mismos y a


reconocerse entre otros, a expresar y poner en palabras sus sensaciones, a identificar y
solicitar lo que desean y necesitan. Los niños exploran nuevas formas de interacción con
sus pares y con otros adultos; también aprenden a compartir espacios y objetos a partir
de la incorporación de las primeras normas para la convivencia en sociedad. Se inician en
el cuidado de sí y de los demás, comienzan a desarrollar autonomía relativa a sus
posibilidades, seguridad en sí mismos, confianza en el entorno y en sus capacidades para
vincularse con la exploración, el juego y el conocimiento del mundo.

A partir de los saberes y experiencias que los niños construyen en el entorno del
hogar y de su comunidad, los educadores recuperan prácticas de las culturas familiares,
los socializan en el espacio institucional, y agregan nuevas experiencias a través de la
enseñanza de aspectos seleccionados de la cultura.

En el documento de trabajo del Ministerio de Educación, Actualizar el debate en la


Educación Inicial se afirma que “ Los propósitos formativos, expresados en términos de
alfabetización cultural y desarrollo personal y social, convergen y se articulan en los
contextos educativos a través del enriquecimiento de experiencias y la transmisión de
saberes que remiten a múltiples campos del conocimiento. la participación activa de los
niños en variados dominios culturales –en el contexto de la interacción con otros niños y
adultos– promueve la apropiación de saberes, el proceso de construcción de la propia
identidad, y la inserción social de los más pequeños” (ME, 2012).

De este modo, las instituciones habilitan a las niñas y niños que asisten al jardín
maternal a vivir nuevas experiencias que permiten mirar y apreciar, explorar y jugar, y los
inicia en la comprensión de aquello que los rodea.
El enlace siguiente invita a ampliar información acerca de la mirada del Jardín
Maternal desde la perspectiva de derechos
https://youtu.be/A_SjMwOARwU

En el siguiente enlace encontrarán aportes conceptuales sobre educación en la


primera infancia:
http://www.buenosaires.iipe.unesco.org/sites/default/files/Primera%2520infancia2013.pdf
(2)

SÍNTESIS

En esta unidad se analizó el marco normativo, partiendo del Pacto Internacional de


los Derechos de los niños, niñas y adolescentes, que determinó para Argentina el
establecimiento de reformas legales en concordancia con esos derechos. Estas reformas
posibilitaron la sanción de las leyes la Ley N° 26.061 de Protección Integral de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley N° 26.206 de Educación Nacional y la
Ley N° 26.233 de Centros de Desarrollo Infantil que a su vez imprimieron modificaciones
en el sistema educativo en general, y en el nivel que nos ocupa, en particular.

Se abordaron las modificaciones en la mirada teórica acerca de las prácticas


educativas, en los diseños curriculares que parten de la concepción de sujetos de derecho
respecto de los alumnos y alumnas, en los modos de enseñar.

En síntesis, se abordó el estudio un nivel educativo cuya identidad se encuentra


en plena construcción y sobre el que se seguirá ahondando en el presente seminario.
AUTOEVALUACIÓN

Respondan el siguiente cuestionario a modo de integración de los contenidos estudiados:

1. ¿Cuál es el concepto de infancia que surge a partir de la firma de la Convención


internacional sobre los derechos del niño en Naciones Unidas en 1989?
2. ¿Qué aportes realizaron los economistas Amartya Sen y James Heckman para
impulsar en los Estados parte del tratado, la ampliación de la oferta educativa
hacia la primera infancia?
3. ¿Cuál es el objeto de la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes?
4. ¿De qué modo se enumera en el texto de la ley, el principio de “interés superior
del niño”? Mencionen ejemplos que ocurran o puedan ocurrir en el Jardín
maternal.
5. ¿Qué características deben poseer las políticas para la infancia a partir de la
vigencia de la Ley?
6. ¿Cómo se define el derecho a al identidad, el derecho a la alud, y el derecho a la
educación de las niñas, los niños y los adolescentes?
7. Enuncie las obligaciones que establece para el Estado la Ley de Educación
Nacional.
8. Explique con sus palabras, los fines y objetivos de la política educativa que mara
la L E N.
9. ¿Cuáles son las responsabilidades que determina la ley para el Estado Nacional,
las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires respecto e la educación
inicial?

10. ¿Cómo se estructura y qué función cumple el jardín maternal en la LE?

11. Enumeren características y funciones de los Centros de Desarrollo Infantil.

12. ¿Qué propósitos marcan el rumbo del jardín maternal?

ACTIVIDADES DE REFLEXIÓN Y APLICACIÓN

1. A partir de la lectura de los marcos normativos, elabore un cuadro comparativo


que contemple las características de las mismas.

2. Analice la situación de la institución en la que trabaja y realice un informe


acerca de las funciones que aborda el Jardín Maternal en la misma.
CITAS TEXTUALES

Diseño Curricular para el Primer Ciclo de la Educación Inicial DGCyE,


Buenos Aires. 2012)

[...] reconociendo las singulares tradiciones y culturas de las que forman parte por su
entorno familiar y local, la finalidad es enriquecer el desarrollo y la inserción social,
propiciando en los niños un proceso de construcción de su identidad, por medio de
aprendizajes significativos y diversificados, realizados en situaciones de interacción, que
permitan que los niños se apropien de los contenidos de la cultura. (Malajovich, 2002)

Como expresa Marotta (2008), las instituciones que atienden a niños pequeños
constituyen redes de sostén en las que las familias se insertan, conformando apoyos que
complementan y fortalecen la tarea de crianza en el hogar. Como primeros espacios de lo
público, esas instituciones se transforman para esos pequeños y esas familias en un
espacio de lo común, en un entramado de interacciones, que devienen en constantes
encuentros con lo otro, con lo diferente: las diferentes crianzas, los modos de cada
familia, las culturas, las propias lógicas de lenguajes afectivos, corporales, simbólicos,
expresivos, etc. así, “distintos modos de crianza hacen posible un rico intercambio de
experiencias, habilitando la construcción de nuevos significados” (Rebagliati, 2009).

Considerar a los niños como sujetos en crecimiento, como sujetos que se están
constituyendo, supone reconocer al proceso de conformación de la identidad de las
infancias, como abierta y relacional; y no como identidad definida totalmente sujetada a un
orden instituido (Rebagliati, 2009).

Otro invento: las escuelas. Una maravilla relativamente nueva, si hablamos de la escuela
pública, de la escuela para todos, de la escuela como parte de una misión masiva que se
compromete a llevar conocimientos, habilidades y discernimiento a toda la población con
su diversidad de ambiciones, prejuicios, talentos y hábitos. Las escuelas son tan
maravillosas como las lamparitas eléctricas, pero no nos asombran porque forman parte
indisoluble de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, desde una perspectiva histórica, se
trata de una invención bastante reciente y peculiar en cuanto a sus ambiciones y logros.
(Perkins, D. 1995)

En el momento de pensar la enseñanza es necesario considerar la diversidad de


constelaciones familiares que se presentan, sus historias particulares, su organización
que muchas veces difiere de los modelos tradicionales. Es cada vez más frecuente la
presencia de familias monoparentales, extendidas, ensambladas, o abuelos u otros
adultos a cargo de los niños. El modo de percibir y de relacionarse con el contexto está
condicionado por su pertenencia social, por sus creencias y valores, estos a su vez
influencian las pautas de crianza que se desarrollan con los niños. Por lo tanto cada niño
que ingresa a la institución porta esa cultura que se manifiesta en las instituciones de
educación maternal.

Los jardines incorporan bebés y niños con discapacidades, ya que no se posicionan en


las patologías o dificultades sino en el derecho que todos los sujetos tienen de recibir una
educación común. Todos los niños tienen necesidades que implican su posibilidad de
expresarse, acceder a distintas manifestaciones culturales, afianzar sus movimientos,
socializarse en grupos más amplios y alcanzar mayor autonomía, entre otros. En algunos
casos las discapacidades no pueden ser abordadas con los medios con los que cuenta la
institución, por ello es necesario “una construcción colectiva entre el jardín y la escuela
especial y los especialistas de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social,
entre el docente de sala, el docente integrador y los EOE, entre los docentes
intervinientes, las instituciones educativas y la familia. Y como toda tarea colectiva no está
exenta de conflictos, de encuentros y desencuentros” (DGCyE, 2008). Este trabajo de
articulación entre los recursos propios del sistema educativo y los existentes en los
municipios permitirá producir las adecuaciones en las estrategias de enseñanza, y
modificará las condiciones en las que los niños realizan sus aprendizajes.

La necesidad de los niños de sentirse incluidos tiene relación directa con el


acompañamiento responsable del adulto. Sostener vínculos cálidos, estables y de respeto
mutuo promueve la posibilidad de educación de los pequeños. Esto implica favorecer la
comprensión del mundo al acercar los medios (recursos, materiales, propuestas
didácticas) para tal fin. El jardín maternal no reemplaza a la familia, no sustituye afectos,
ni juzga modelos familiares ya constituidos, sino que acompaña a las familias mostrando
opciones, posibilitando la visión de diferentes perspectivas, favoreciendo la construcción
de la identidad del sujeto-niño como un ser único y perteneciente a un contexto particular.
BIBLIOGRAFÍA

 Constitución de la Nación Argentina. a Z editora (2006) Buenos Aires: Argentina.

 Diseño Curricular para el Primer Ciclo de la Educación Inicial DGCyE, Buenos


Aires- 2012.

 Ley N° 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y


Adolescentes.

 Ley N° 26.206 de Educación Nacional.

 Ley N° 26.233 de Centros de Desarrollo Infantil.

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