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La microbiota intestinal como tratamiento de la depresión

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La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes y una de las principales
causas de discapacidad en todo el mundo. Según Chang et al (2022), a pesar de la abundante
investigación, los mecanismos precisos subyacentes a la patofisiología de la depresión siguen
siendo elusivos. Sin embargo, evidencia acumulada de estudios preclínicos y clínicos sugieren
que las alteraciones en la microbiota intestinal junto con ciertos componentes no vivos como
ácidos grasos, metabolitos y aminoácidos, juegan un papel clave en la depresión a través del eje
cerebro-intestino-microbiota, incluyendo los sistemas nervioso e inmunológico.
Chang et al (2022) define el eje cerebro-intestino-microbiota como un sistema complejo e
interactivo que incluye una red de señales neuronales, una red de señales inmunológicas y una
red de señales químicas. Todos estos sistemas parecen estar involucrados en la patofisiología de
la depresión. En particular, el nervio vago, la actividad Th17/Treg, las microglías (estas dos
hacen parte del sistema inmunológico), la composición microbiana intestinal y los ácidos grasos
de cadena corta son los elementos particulares de dicha red o eje que han atraído cada vez más la
atención de la investigación para comprender cómo el eje cerebro-intestino-microbiota
contribuye a la depresión.
Una posible solución para tratar la depresión podría ser desarrollar un cúmulo de
tratamientos específicos que modulen la composición y actividad de la microbiota intestinal, ya
sea a través de cambios en la dieta, el uso de probióticos y prebióticos o terapias farmacológicas
que apunten a la microbiota intestinal. Sin embargo, para lograr esto, es necesario realizar más
investigaciones para comprender completamente los mecanismos subyacentes de esta relación. A
medida que se avanza en la investigación en esta área, se espera que se desarrollen tratamientos
más efectivos para tratar la depresión y mejorar la salud mental en general. Uno de los
tratamientos más eficaces debería provenir de la metabolómica y técnicas similares en genética
para que el tratamiento se haga de acuerdo a las características de cada persona.
Esta técnica tiene una gran importancia en la medicina personalizada, ya que permite
evaluar la respuesta individual de un paciente a un tratamiento específico. Al medir la
composición de los metabolitos en una muestra biológica, los médicos pueden obtener una
imagen más precisa de la fisiología de un paciente y, por lo tanto, tomar decisiones de
tratamiento más informadas. En ese orden de ideas, la medicina personalizada implica el uso de
datos individuales, como la genómica, la proteómica y la metabolómica, para personalizar el
tratamiento de un paciente. La metabolómica, en particular, puede proporcionar información
única sobre los procesos biológicos y las vías metabólicas que se alteran en un paciente en
respuesta a una enfermedad o a un tratamiento específico.
De acuerdo a lo anterior el estudio de Yu et al (2022) realizó un estudio en ratas
utilizando un antibiótico de amplio espectro para investigar cómo las bacterias intestinales
afectan a los metabolitos del tejido intestinal tanto del huésped como de la flora intestinal. Se
combinaron dos modelos animales: uno de depresión en ratas inducida por estrés crónico
variable y otro en el que se manipuló la presencia de bacterias en el intestino. Se utilizaron
técnicas de metabolómica y secuenciación del gen 16S rRNA para analizar los cambios en el
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metabolismo y la microbiota de las ratas con depresión. El objetivo era obtener más información
sobre cómo la interacción entre la microbiota intestinal, el metabolismo del huésped y la
depresión están relacionados. Como resultado se encontró que el estrés afectó los metabolitos
intestinales en las ratas, presentándose diferencias a lo largo del intestino. Al tratar las ratas con
antibióticos, los síntomas de depresión desaparecieron y los niveles hormonales se normalizaron.
Se cree que la recuperación se debió a la influencia de los antibióticos sobre la microbiota
intestinal, inhibiendo ciertas bacterias y elevando otras. Además, se encontró que 16 de los 29
metabolitos afectados por el estrés se estabilizaron con el tratamiento de antibióticos, lo que
sugiere un posible papel causal de estos metabolitos en la depresión y una posible terapia para
esta enfermedad.
Sin embargo, hay un problema metodológico en el estudio descrito porque se utilizó un
antibiótico de amplio espectro para alterar la microbiota intestinal con el efecto negativo de que
se matan no solo a las bacterias patógenas, sino también a muchas otras bacterias en el cuerpo,
incluyendo las bacterias beneficiosas que forman parte de la microbiota intestinal lo que sesga el
estudio al bloquear un sin número de otras redes o sistemas neuro-digestivos, además, no se
evaluó el efecto específico del antibiótico en la depresión en sí misma, lo que dificulta
determinar si los resultados son atribuibles a la alteración de la microbiota o a otros efectos del
antibiótico. Además, se utilizó un modelo animal de depresión en ratas inducida al estrés, que
aunque es ampliamente utilizado en la investigación, puede no reflejar completamente la
complejidad y variabilidad de la depresión en los seres humanos.
Como conclusión y recomendación se puede decir que la depresión es una enfermedad
mental muy común que afecta a muchas personas en todo el mundo, que los mecanismos
subyacentes a su patofisiología apenas se están estudiando, pero que cada vez hay más evidencia
de que las alteraciones en la microbiota intestinal y ciertos componentes como ácidos grasos y
metabolitos, juegan un papel clave en la depresión a través del eje cerebro-intestino-microbiota.
Finalmente, aunque se necesita más investigación, se cree que una posible solución para tratar la
depresión podría ser el desarrollo de tratamientos puntuales que estabilicen o regulen la
composición y actividad de la microbiota intestinal a través de transplante de microbiota fecal,
dietas específicas, el uso de probióticos y prebióticos, o terapias farmacológicas. Además, la
medicina personalizada, especialmente la metabolómica, puede proporcionar información única
sobre los procesos biológicos y las vías metabólicas que se alteran en un paciente en respuesta a
una enfermedad o a un tratamiento específico, lo que podría mejorar la efectividad de los
tratamientos.
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Lista de referencias
● Chang, L., Wei, Y., Hashimoto, K. (2022). Brain–gut–microbiota axis in depression: A
historical overview and future directions. Brain Research Bulletin 182 (2022) 44–56
● Yu, M., Jia, H., Qin, L., Zou, Z. (2022). Gut microbiota and gut tissue metabolites
involved in development and prevention of depression. Journal of Affective Disorders
297 (2022) 8–17

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