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Ortega Pacheco, Juan


Compañía Minera Josefina S.A.
Declaración de quiebra
Rol N° 1707-2013.- (2026-2013 del Segundo Juzgado de Letras de La Serena)

La Serena, seis de enero de dos mil quince.


VISTOS Y TENIENDO PRESENTE:
PRIMERO: Que don Francisco Rivera Rivera, abogado, en
representación de don Juan Ortega Pacheco, en autos sobre solicitud de
declaración de quiebra caratulados «Ortega con Compañía Minera Josefina
S.A.», rol 2026-2013, ha interpuesto recurso de apelación en contra de la
sentencia que rola a fojas 168 y siguientes, la cual rechaza la solicitud de
quiebra deducida por la parte singularizada, para que dicha decisión sea
revocada y en su lugar se acoja la declaratoria de quiebra.
La apelante sostiene en primer lugar que es acreedora de la Compañía
Minera Josefina S.A., por la cantidad $ 87.513.000 (ochenta y siete
millones quinientos trece mil pesos), puesto que en calidad de avalista,
fiador y codeudor solidario pagó a Banco Corpbanca la deuda que aquella
mantenía con éste. De tal modo estima que habría operado a su favor —
como codeudor solidario— la subrogación legal del artículo 1610 N° 3 del
Código Civil, constituyéndose por esta vía en el nuevo acreedor de la
Compañía Minera Josefina S.A. En estas circunstancias y concurriendo los
requisitos legales se encontraría legitimado para solicitar la quiebra de su
deudor insolvente.
Dado lo expuesto la apelante discrepa del fallo impugnado que
consideró que en la especie no había operado la subrogación legal sino
simplemente la subrogación convencional en atención a que el pago
efectuado por el solicitante al Banco lo habría realizado en calidad de
tercero y no como avalista, fiador y codeudor solidario, puesto que llegada
la fecha del vencimiento originalmente pactado con fecha 11 de septiembre
de 2012 se procedió a pactar una prórroga fijándose como una nueva fecha
de vencimiento el 11 de diciembre de 2012, a la cual sin embargo no había
concurrido el mencionado avalista, fiador y codeudor solidario, de modo
que considera que la caución personal habría caducado. De esta manera el
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fallo impugnado estima que al pago realizado por la parte apelante deba
aplicarse las reglas de la subrogación convencional prevista en el artículo
1611 del Código Civil, debiendo observarse —así expresamente lo dispone
el precepto— las reglas de la cesión de derechos, de modo que la
subrogación produce efecto contra el deudor solo si ha sido notificada por el
cesionario al deudor o bien si ha sido aceptada por este. Y no habiéndose
verificado ninguna de estas circunstancias, el fallo impugnado considera
que el título ejecutivo invocado por el acreedor carece de eficacia ejecutiva
en tanto no habría operado respecto del deudor la subrogación convencional
por falta del requisito que dispone el propio artículo 1902 del Código Civil.
Entiende la apelante que el razonamiento esencial antes señalado sería
erróneo puesto que no había que aplicar las reglas de la subrogación
convencional sino las de la subrogación legal, puesto que, en primer lugar,
el pagaré que fuera en su momento suscrito por el deudor interesado y por
el solicitante de la quiebra en calidad de avalista, fiador y codeudor
solidario, contiene una cláusula en donde se establece que se «acepta, desde
luego, los plazos y prórrogas de plazo, renovaciones y/o modificaciones de
tasa de interés que se acordaren entre el deudor y acreedor, quedando
subsistente la obligación solidaria, no obstante cualquier arreglo o convenio
sobre el monto y forma de pagar la obligación, sea que éstas alteren o no la
moneda en que se expresa la obligación adeudada», de modo que en la
especie concurriría el requisito previsto en el artículo 1649 del Código Civil
para entender que la garantía y caución personal en la especie no ha
caducado, en tanto la cláusula citada permitiría concluir que el avalista,
fiador y codeudor solidario prestó su consentimiento a la prorrogación
pactada en la especie.
Por otra parte, la apelante en estrados afirmó además que la caducidad
prevista en el artículo 1649 del Código Civil por la falta de consentimiento
del fiador únicamente alcanza a la fianza pero no se aplica al codeudor
solidario, lo cual tiene relieve en el caso, puesto que su parte tenía la calidad
de codeudor solidario, como expresamente se menciona en el pagaré
respectivo.
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Así mismo esgrime, en tercer lugar, que al amparo de la Ley 18092,


conforme se dispone en sus artículos 46 y 47, siempre se produciría la
subrogación legal respecto del avalista que responde en esos términos. El
artículo 82 de la Ley 18092 le conferiría una acción cambiaria de
reembolso, de modo que le estaría reconociendo la calidad de acreedor con
acción ejecutiva.
En último término indica que si incluso fuese considerado un tercero y
no un deudor solidario, el artículo 87 de la Ley 18092 también le conferiría
el beneficio de la subrogación legal.
El apelado en estrados pidió la confirmación de la sentencia por
entenderla ajustada a Derecho. Remarca además que la carta de pago dada
por el Banco ratificaría que el solicitante de quiebra solucionó la deuda
como tercero y que en consecuencia a su respecto únicamente podía operar
la subrogación convencional.
SEGUNDO: Que se dispuso la acumulación a la anterior apelación de
definitiva las apelaciones interpuestas en la misma causa ingresadas a esta
Corte con los roles 1543-2013 y 1588-2013, tal como se hace constar a
fojas 191 de estos autos.
TERCERO: Que la primera de estas apelaciones (rol 1543-2013) fue
deducida por el abogado Francisco Rivera Rivera, en representación de
Fernando Ortega Pacheco, en los autos ya singularizados, e impugna la
resolución de 02 de octubre de 2013 que dio traslado a una excepción de
previo y especial pronunciamiento por falta de emplazamiento, en cuanto en
opinión de la recurrente no podía dársele tal tratamiento en atención a lo
dispuesto en el artículo 45 del Libro IV del Código de Comercio. Estima
que por esta vía la contraparte intenta proponer un nuevo incidente de
nulidad que, basándose en las mismas circunstancias que el precedente,
debía ser propuesto conjuntamente, lo cual en la especie no se habría
verificado. En definitiva, considera que la excepción interpuesta ha tenido
un fin puramente dilatorio, con el propósito de retardar el pronunciamiento
de fondo sobre la solicitud de quiebra, siendo así mismo improcedente su
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tramitación incidental en cuanto expresamente lo proscribiría el artículo 45


precitado.
Pide que se haga lugar al recurso y se disponga no dar curso a la
excepción de previo y especial pronunciamiento.
CUARTO: Que la segunda apelación acumulada (rol 1588-2013) ha
sido interpuesta por el abogado Francisco Rivera Rivera, en representación
de Fernando Ortega Pacheco, en los mismos autos singularizados, mediante
la cual impugna la resolución de fojas 120 que tuvo por evacuado el
traslado conferido a fojas 12 de autos respecto de la solicitud de quiebra,
puesto que en la especie el trámite de contestación respectivo no fue
evacuado dentro de plazo, esto es, dentro de quinto día. Sostiene que la
demanda fue notificada el 16 de agosto, pero habiéndose interpuesto
incidente de nulidad y posterior recurso de apelación en contra de la
resolución que rechazó aquel, y concediéndose esta el 16 de septiembre de
2013, esta última fecha constituía el hito temporal (dies a quo) a partir del
cual correspondía computar el plazo para evacuar el traslado, el cual
entonces irremisiblemente expiraba el 25 de septiembre de 2013. No
obstante, a fojas 93 se consigna como fecha de presentación de aquel
trámite de contestación el día 26 de septiembre de 2013, de modo que
concluye que ese trámite de parte estaría fuera de plazo, esto es, sería
extemporánea la contestación.
En cuanto a la primera apelación acumulada
QUINTO: Que un análisis sistemático de las impugnaciones referidas
exige partir por el escrutinio de aquella que ataca la resolución de 02 de
octubre de 2013 que dio traslado a una «excepción de previo y especial
pronunciamiento por falta de emplazamiento», en cuanto en opinión de la
recurrente no podía dársele tal tratamiento en atención a lo dispuesto en el
artículo 45 del Libro IV del Código de Comercio. Estima que por esta vía la
contraparte intenta proponer un nuevo incidente de nulidad que —
basándose en las mismas circunstancias que el precedente— debía ser
propuesto conjuntamente, lo cual en la especie no se habría verificado. En
definitiva, considera que la «excepción» interpuesta ha tenido un fin
5

puramente dilatorio, con el propósito de retardar el pronunciamiento de


fondo sobre la solicitud de quiebra, siendo así mismo improcedente su
tramitación incidental en cuanto expresamente lo proscribiría el artículo 45
precitado.
Esta apelación habrá de ser desestimada puesto que la misma ha
quedado sin objeto, en cuanto «la excepción por falta de emplazamiento»
fue desestimada oportunamente en resolución que rola a fojas 128 y 129 de
estos autos, de modo que la alegada improcedencia del traslado dispuesto
respecto de la solicitud planteada a fojas 69 carece de relevancia jurídica y
no ha producido perjuicio procesal alguno al apelante, en tanto estuvo
destinado a tutelar de mejor manera su propio derecho de defensa respecto
de la presentación de la contraria, no habiéndose producido por otra parte
una dilación indebida en la tramitación del proceso, como esgrimiera en su
recurso.
En cuanto a la segunda apelación acumulada
SEXTO: Que la segunda impugnación acumulada ataca la resolución
de fojas 120 que tuvo por evacuado el traslado conferido a fojas 12 de autos
respecto de la solicitud de quiebra, puesto que en la especie el trámite de
contestación respectivo no fue evacuado dentro de plazo, esto es, dentro de
quinto día. Sostiene que la demanda fue notificada el 16 de agosto, pero
habiéndose interpuesto incidente de nulidad y posterior recurso de
apelación en contra de la resolución que rechazara aquel incidente, el cual
fue concedido el 16 de septiembre de 2013, resultaría esta última fecha el
hito temporal (dies a quo) a partir del cual correspondía computar el plazo
para evacuar el traslado, el que entonces irremisiblemente expiraba el 25 de
septiembre de 2013. No obstante, a fojas 93 se consigna como fecha de
presentación de aquel trámite de contestación el día 26 de septiembre de
2013, de modo que concluye que ese trámite de parte estaría fuera de plazo,
esto es, sería extemporánea la contestación.
De conformidad a lo expuesto, la apelante pide que no se haga lugar a la
contestación.
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Con todo, lo cierto es que el estampado y firma del Secretario del


Tribunal que consigna la fecha de presentación del escrito de contestación a
la solicitud de quiebra es equívoco, puesto que únicamente en la primera
foja del mismo se consigna el 26 de septiembre de 2013, mientras que en
todas las demás fojas del propio escrito se señala la fecha de 25 de
septiembre del año indicado. Frente a esta inconsistencia y error habrá que
preferir la fecha de 25 de septiembre de 2013, puesto que es más probable
que el Secretario únicamente haya errado en la fecha puesta sobre una foja
(la primera), que no al revés, esto es, que el Secretario únicamente haya
acertado en una foja y consignado seguidamente una fecha incorrecta en
todas las demás. Y además, siendo dudoso el extremo habrá que estarse a la
opción que favorece el ejercicio oportuno de un derecho y descartar
entonces la opción que amaga o priva de aquel.
Por estas precisas consideraciones habrá que desestimar así mismo esta
segunda apelación acumulada y confirmar la resolución impugnada de fojas
120 que tuvo por evacuado el traslado de la solicitud de quiebra.
En cuanto a la apelación de sentencia definitiva
SÉPTIMO: Que respecto a la sentencia definitiva apelada, en primer
lugar, se dan por reproducidos la parte expositiva y los considerandos
primero a noveno de aquella.
OCTAVO: Que en este recurso —como se ha expuesto— la apelante
sostiene que es acreedora de la Compañía Minera Josefina S.A., por la
cantidad $ 87.513.000 (ochenta y siete millones quinientos trece mil pesos),
puesto que en calidad de avalista, fiador y codeudor solidario pagó a Banco
Corpbanca la deuda que aquella mantenía con este. De tal modo estima que
habría operado a su favor —como codeudor solidario— la subrogación
legal del artículo 1610 N° 3 del Código Civil, y constituyéndose por esta
vía en el acreedor de la Compañía Minera Josefina S.A. En estas
circunstancias y concurriendo los requisitos legales se encontraría
legitimado para solicitar la quiebra de su deudor insolvente.
Dado lo expuesto la apelante discrepa del fallo impugnado que
consideró que en la especie no había operado la subrogación legal sino
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simplemente la subrogación convencional en atención a que el pago


efectuado por el solicitante al Banco lo habría realizado en calidad de
tercero y no como avalista, fiador y codeudor solidario, puesto que llegada
la fecha del vencimiento originalmente pactado con fecha 11 de septiembre
de 2012 se procedió a pactar una prórroga fijándose como una nueva fecha
de vencimiento el 11 de diciembre de 2012, a la cual sin embargo no había
concurrido el mencionado avalista, fiador y codeudor solidario, de modo
que considera que la caución personal habría caducado. De esta manera el
fallo impugnado estima que el pago realizado por la parte apelante deba
aplicarse las reglas de la subrogación convencional prevista en el artículo
1611 del Código Civil, debiendo aplicarse —cuando expresamente lo
dispone este precepto— las reglas de la cesión de derechos, la cual produce
efecto contra el deudor solo si ha sido notificada por el cesionario al deudor
o bien si ha sido aceptada por este. Y no habiéndose verificado ninguna de
estas circunstancias, el fallo impugnado considera que el título ejecutivo
invocado por el acreedor carece de eficacia ejecutiva en tanto no habría
operado respecto del deudor la subrogación convencional por falta de
requisitos que dispone el propio artículo 1902 del Código Civil.
NOVENO: Que la apelante entiende que el razonamiento esencial antes
señalado sería erróneo puesto que no había que aplicar las reglas de la
subrogación convencional sino las de la subrogación legal, puesto que, en
primer lugar, el pagaré que fuera en su momento suscrito por el deudor
interesado y por el solicitante de la quiebra en calidad de avalista, fiador y
codeudor solidario, contiene una cláusula en donde se establece que se
«acepta, desde luego, los plazos y prórrogas de plazo, renovaciones y/o
modificaciones de tasa de interés que se acordaren entre el deudor y
acreedor, quedando subsistente la obligación solidaria, no obstante
cualquier arreglo o convenio sobre el monto y forma de pagar la obligación,
sea que éstas alteren o no la moneda en que se expresa la obligación
adeudada», de modo que en la especie concurriría el requisito previsto en el
artículo 1649 del Código Civil para entender que la garantía y caución
personal en la especie no ha caducado, en tanto la cláusula citada permitiría
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concluir que el avalista, fiador y codeudor solidario prestó su


consentimiento a la prorrogación pactada en la especie.
Por otra parte, el apelante en estrados afirmó además que la caducidad
prevista en el artículo 1649 del Código Civil por la falta de consentimiento
del fiador únicamente alcanza a la fianza pero no se aplica al codeudor
solidario, lo cual tiene relieve en el caso puesto que su parte tenía la calidad
de codeudor solidario, como expresamente se menciona en el pagaré
respectivo.
Así mismo esgrime, en tercer lugar, que al amparo de la Ley 18092,
conforme se dispone en sus artículos 46 y 47, siempre se produciría la
subrogación legal respecto del avalista que responde en los mismos
términos. El artículo 82 de la Ley 18092 le conferiría una acción cambiaria
de reembolso, de modo que le estaría reconociendo la calidad de acreedor
con acción ejecutiva.
En último término indica que si incluso fuese considerado un tercero y
no un deudor solidario, el artículo 87 de la Ley 18092 también le conferiría
el beneficio de la subrogación legal.
DÉCIMO: Que el apelado en estrados pidió la confirmación de la
sentencia por entenderla ajustada a Derecho. Remarca además que la carta
de pago dada por el Banco ratificaría que el solicitante de quiebra solucionó
la deuda como tercero y que en consecuencia a su respecto únicamente
podía operar la subrogación convencional.
UNDÉCIMO: Que el primer nudo que plantea el recurso en análisis es
aquel referido al tipo de subrogación que pudo haber operado —o
subrogación legal o subrogación convencional— en tanto de aquello
dependía la calidad de acreedor del solicitante de quiebra y de legitimado
activo para hacer valer en contra de la Sociedad deudora el título ejecutivo a
que se refiere el artículo 43 N° 1 del Libro IV del Código de Comercio, en
tanto solo el primer tipo de subrogación permitía aquello sin más, mientras
que la subrogación convencional del artículo 1611 del Código Civil exige
para su oponibilidad al deudor que bien se haya notificado aquella o que
este la haya aceptado.
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DUODÉCIMO: Que el efecto jurídico de la prórroga concedida por el


Banco acreedor al deudor con relación al solicitante de la quiebra, a la
sazón avalista, fiador y codeudor solidario, según los propios términos de la
cláusula correspondiente del pagaré, pudo extinguir las garantías personales
que aseguraban el crédito en los términos que expresa el artículo 1649 del
Código Civil. Al respecto el precepto citado refiere que tal efecto alcanza a
la fianza, pero no contempla ese efecto para el codeudor solidario, de modo
que habrá de entenderse que el legislador ha previsto dicha extinción
únicamente para el fiador.
DECIMOTERCERO: Que, por lo demás, si cupiera duda acerca de lo
indicado precedentemente, el propio pagaré originalmente suscrito contiene
una cláusula (literal (a) del aval) en que expresamente se pacta la aceptación
por parte del avalista, fiador y codeudor solidario de cualquiera prórroga o
concesión de nuevos plazos, con lo cual el efecto extintivo previsto en el
artículo 1649 del Código Civil, inclusive tampoco podía producirse
respecto de la fianza ni menos respecto de la solidaridad pactadas.
DECIMOCUARTO: Que con lo anterior la carta de pago dada por el
Banco acreedor al solicitante de la quiebra que paga la deuda, no altera la
calidad en la que este realiza la solución de la deuda, la cual se realiza
ciertamente como avalista, fiador y codeudor solidario, y no como tercero,
conforme expresas disposiciones contenidas en los artículos 1610 y 1611
del Código Civil.
Incluso, si se lee atentamente la carta de pago (en custodia N° 686-13)
referida se observará que en ella se reconoce expresamente que opera a
favor del nuevo acreedor (a raíz del pago) la subrogación por el solo
ministerio de la ley (legal) aun si se le estimase como tercero que en esa
calidad ha pagado la deuda, conforme el artículo 87 de la Ley 18092, todo
lo cual se desprende nítidamente de las Cláusulas Tercera y Sexta del
instrumento señalado.
DECIMOQUINTO: Que en el caso sub lite por las razones expuestas
habrá de concluirse que la subrogación que ha operado es la legal, de modo
tal que el nuevo acreedor por el solo ministerio de la ley se subroga en todo
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los derechos, acciones y privilegios en contra del deudor principal, tal como
lo dispone el artículo 1612 del Código Civil.
DECIMOSEXTO: Que el pagaré suscrito al efecto y que da cuenta del
crédito concedido al deudor principal por el Banco lo fue ante notario
público, de modo que en esa circunstancia la misma constituye un título
ejecutivo perfecto, en los términos que lo dispone el inciso 2° del N° 4 del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil. En esa circunstancia habrá
que concluir que el mismo da acción ejecutiva para el cobro de la
obligación de que da cuenta, y en ella entonces también se ha subrogado el
nuevo acreedor y solicitante de quiebra.
DECIMOSÉPTIMO: Que en cuanto a la solicitud de quiebra
planteada, cabe apuntar que el actor ha invocado la causal del artículo 43
N° 1 del Libro IV del Código de Comercio, la cual señala que: «Cualquiera
de los acreedores podrá solicitar la declaración de quiebra, aun cuando su
crédito no sea exigible, en los siguientes casos:»
«1. Cuando el deudor que ejerza una actividad comercial, industrial,
minera o agrícola, cese en el pago de una obligación mercantil con el
solicitante, cuyo título sea ejecutivo»
DECIMOCTAVO: Que la causal (del deudor calificado) referida
legitima activamente al acreedor para constituirse en solicitante de la
quiebra de su deudor siempre que este a) ejerza una actividad comercial,
industrial, minera o agrícola, vale decir, se trate de un deudor calificado; b)
que haya cesado en el pago de una obligación mercantil con el acreedor
solicitante, y c) que el acreedor solicitante de la quiebra tenga respecto de
dicha obligación un título ejecutivo.
DECIMONOVENO: Que con relación al primer requisito, esto es, que
se trate de un deudor calificado respecto de quien se solicita la quiebra
corresponde señalar que en la especie ésta ha sido impetrada respecto de
Compañía Minera Josefina S.A., la cual ha celebrado un acto típicamente de
comercio como son aquellos previstos en el N° 10 del artículo 3° del
Código de Comercio, de modo que no solo concurre la calidad de la
explotación del giro minero por parte de la Compañía referida, sino además
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la solicitud está sustentada en un acto que la propia ley califica como de


comercio, cuyo es el caso de las operaciones sobre títulos de créditos
formales como es el pagaré, entre otros. Y además de lo indicado, por el
hecho de tratarse —la Compañía singularizada— de una sociedad anónima
se habrá de presumir que regularmente ejerce un giro mercantil y actos de
esta naturaleza, como corresponde inferir del artículo 2064 del Código Civil
y del artículo 1° de la Ley 18046 sobre sociedades anónimas.
VIGÉSIMO: Que con respecto al segundo requisito del artículo 43 N°
1 precitado, consistente en el cese en el pago de una obligación mercantil
con el acreedor solicitante, debe indicarse que este tiene dos extremos de
relieve. Primero, la existencia de una obligación de naturaleza mercantil,
con relación a la cual cabe apuntar que en el caso la obligación que nos
ocupa tiene esa calidad, puesto que la fuente de la misma es un acto jurídico
de comercio de aquellos contemplados en el artículo 3° del Código del
ramo.
Segundo, en lo tocante ahora al cese del pago de esa obligación,
corresponde precisar que existen dos posiciones. Para unos (así, por
ejemplo, Osvaldo Contreras Strauch, Insolvencia y quiebra, Ed. Jurídica,
2010, p. 97) el cese en el pago resulta una circunstancia objetivada en la
norma y consecuentemente se verifica con el solo incumplimiento de la
obligación, con independencia de la concurrencia o no de la insolvencia del
fallido: esta es sin duda la posición que cuenta con la adhesión mayoritaria
al menos con relación a la causal del deudor calificado (del artículo 43 N° 1
respectivo). Existe, no obstante, una tesis opuesta que entiende que la
declaración de quiebra exige una comprobación de la situación de
insolvencia del sujeto pasivo (en esta línea, por ejemplo, Juan Esteban Puga
Vial, Derecho concursal, tomo I, Edit. Jurídica, 3ª edición, 2004, pp. 73-
85), posición que, sin embargo, reconoce que no se aplica a la causal del
deudor calificado (artículo 43 N° 1), puesto que en ese supuesto se
considera que basta con la verificación de los requisitos normativos para
declarar la quiebra, en cuanto el legislador estaría presumiendo la situación
de insolvencia por el propio cese del pago de una obligación mercantil. El
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único matiz de relieve —y práctico— que introduce esta teoría es que le


consiente al sujeto pasivo conjurar la eficacia de la causal si asume
eficazmente la prueba de la solvencia y la acreditación de haber incurrido
en el incumplimiento (el cese) por una causa distinta de la insolvencia,
aprovechando la oportunidad procesal que le ofrece el artículo 45 del Libro
IV del Código de Comercio.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que conforme a lo razonado
precedentemente habrá que indicar que se ha logrado probar el cese en el
pago de una obligación mercantil, entendido como incumplimiento, con lo
cual concurriría el requisito para declarar la quiebra solicitada sin ninguna
duda, al menos conforme la posición restrictiva y objetiva sobre lo que
significa la causal del deudor calificado. Pero es que además si el problema
se evaluase desde la perspectiva de la tesis minoritaria y se considerase
posible enervar la eficacia de la causal del deudor calificado probando la
solvencia del sujeto pasivo y la acreditación de un motivo distinto de la
insolvencia del incumplimiento de la obligación, lo cierto es que en la
especie no se contaría tampoco con ningún antecedente serio y consistente
que permita inferir con un nivel razonable de certeza esos extremos. La
aportación de un Balance General, rolantes de fojas 86 a 87, sin un peritaje
contable, no prueba absolutamente nada, puesto que del mismo poco se
puede inferir con certidumbre. Otro tanto cabe concluir de la aportación del
Informe Equifax Premium, rolantes de fojas 88 a 90, de la aportación de un
Informe Equifax, a fojas 91, sobre situación previsional de la Compañía,
carente de información atendible, tanto como de la copia de comprobante de
pago bancario, a fojas 92, por un valor de $ 1.566.920 (un millón quinientos
sesenta y seis mil novecientos veinte pesos) de un cuota que vencía el 16 de
septiembre de 2013 (de un presunto leasing automotriz).
VIGÉSIMO SEGUNDO: Que estos antecedentes son completamente
insuficientes para entender que el sujeto pasivo gozaba de una situación de
solvencia, más aun cuando el propio Informe Equifax Premium antes
referido, aportado por la defensa de la Compañía, rolantes de fojas 88 a 90,
califica la situación financiera de la empresa como altamente riesgosa (letra
13

G, máximo riesgo), dando cuenta además de varios incumplimientos y de


dos protestos durante el año 2013.
VIGÉSIMO TERCERO: Que por otra parte las alegaciones del sujeto
pasivo en orden a que el cese en el pago de la obligación mercantil que
sirve de título para la solicitud de quiebra se haya debido únicamente a una
decisión del propio solicitante —Juan Ortega Pacheco— que optó por no
pagar aquella deuda de la Compañía, como Gerente de Administración y
Finanzas de esta, en tanto a la época él mismo tenía la administración de la
Compañía, conjuntamente con el Gerente General, sugiriendo que de no
haber mediado aquella voluntad del señor Ortega Pacheco, la Compañía
habría solucionado puntualmente la correspondiente obligación, resulta una
afirmación que sin embargo no tiene sustento en los antecedentes
probatorios del proceso.
Aun con más precisión la afirmación referida tampoco es consistente
con el dato aportado por el propio sujeto pasivo a fojas 79 y siguientes de
autos, como es la Sesión Extraordinaria de Directorio de la Compañía,
celebrada el 14 de mayo de 2013 y reducida a escritura pública, dada por
don John Gallardo Gómez, Notario Público Suplente de don Óscar
Fernández Mora, de la Segunda Notaría de La Serena, a 6 de junio de 2013,
repertorio 5642-2013, por medio de la cual se revoca la administración
conjunta de la Compañía (que detentaba Ortega Pacheco) y se confiere esta
al Gerente General (señor Fernández Gizzi) y al Vicepresidente de aquella
(señor Fernández Calderón), quedando entonces excluido de esa
administración el solicitante de la quiebra, lo cual viene a probar que desde
aquella época (mayo de 2013) la Compañía no tenía el impedimento
alegado por su defensa que le impidiese solucionar la obligación mercantil
vencida. De esta manera, esgrimiendo la defensa la solvencia financiera de
la misma, bien podía haber pagado aquella y enervar con esto la solicitud de
quiebra, que fuera formulada solamente el 24 de junio de 2013, conforme lo
permite el inciso 2° del artículo 45 del Libro IV del Código del ramo,
circunstancia que obviamente tampoco se ha verificado.
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VIGÉSIMO CUARTO: Que por último respecto al tercer requisito


del artículo 43 N° 1 precitado, como es que el acreedor solicitante de la
quiebra tenga un título ejecutivo respecto de la obligación mercantil con
relación a la cual se ha verificado el cese en el pago, lo cierto es que tal
extremo está indubitadamente acreditado, puesto que el solicitante hace
valer un pagaré que da cuenta de la obligación mercantil correspondiente, el
cual aparece suscrito ante notario en los términos que señala el artículo 434
N° 4 inciso 2° del Código de Procedimiento Civil, de modo que debe
entenderse que el mismo resulta un título ejecutivo perfecto. En segundo
término en cuanto a que el cese en el pago (incumplimiento) debe estar
referido a una obligación con relación al acreedor solicitante, dicha
circunstancia también ha de entenderse concurrente en la especie en razón
de haber operado en el caso sub lite la subrogación legal, del modo ya
latamente referido con antelación.
VIGÉSIMO QUINTO: Que en razón de todas las consideraciones
jurídicas precedentes habrá de concluirse que concurren los requisitos
legales de la quiebra de deudor calificado, y que consecuentemente habrá de
procederse a la declaración de quiebra solicitada en autos.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en el artículo
186 del Código de Procedimiento Civil, y en los artículos 45, 52, 54 y 59
del Libro IV del Código de Comercio y demás preceptos legales, se
RESUELVE lo siguiente:
1) Que se CONFIRMA la resolución de 02 de octubre de 2013
escrita a fojas 120, que dio traslado a la «excepción de previo y
especial pronunciamiento por falta de emplazamiento» planteada
a fojas 69 y siguientes.
2) Que se CONFIRMA la resolución de 02 de octubre de 2013
escrita a fojas 120 que tuvo por evacuado el traslado conferido a
fojas 12 de autos respecto de la solicitud de quiebra.
3) Que se REVOCA la sentencia definitiva dictada en primera
instancia escrita de fojas 168 a 174 que rechazara la solicitud de
quiebra. Y en su lugar se acoge la misma y se DECLARA la
15

quiebra como deudor calificado de la Compañía Minera Josefina


S.A., Rut 76.094.361-4, representada legalmente por Paulo
Sebastián Fernández Calderón y por Daniel Fernández Gizzi,
domiciliados en calle Los Carrera N° 380, oficina 218, La
Serena.
3.1) Se designa como síndico titular provisional a don Fidel Quinteros
Fuentes, contador auditor, domiciliado en Catedral 1233, oficina
608, Santiago, y como síndico suplente provisional a don Pedro
Fasami Puelma, ingeniero comercial, domiciliado en calle Nueva
York 9, oficina 14, Santiago, quienes deberán aceptar el cargo
dentro de tercero día después de notificados personalmente o por
cédula, de la presente resolución, bajo apercibimiento legal, y con
el fin de que se incauten bajo inventario de todos los bienes de la
fallida, sus libros y documentos. Para este efecto se le prestará
por el jefe de la unidad policial más inmediata el auxilio de la
fuerza pública, pudiendo esta allanar y descerrajar si fuere
menester, y con la sola exhibición de copia autorizada de la
presente declaratoria de quiebra.
3.2) Notifíquesele al Servicio de Correos y Telégrafos a fin de que
entreguen al Síndico la correspondencia y despachos telegráficos
dirigidos a la fallida.
3.3) Acumúlense al procedimiento de quiebra todos los juicios contra
la fallida que estuvieren pendientes ante otros tribunales de
cualquiera jurisdicción y que puedan afectar sus bienes, salvo las
excepciones legales.
3.4) Adviértase al público que no debe pagar ni entregar mercaderías a
la fallida, so pena de nulidad de los pagos y entregas. Las
personas que tengan bienes o papeles pertenecientes a aquella
deberán ponerlos dentro de tercero día a disposición del síndico
de quiebras, bajo pena de ser tenidos por encubridores o
cómplices de la quiebra.
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3.5) Hágase saber a todos los acreedores residentes en el territorio de


la República que tienen el plazo de treinta días contados desde la
publicación de la sentencia, para que se presenten con los
documentos justificativos de sus créditos y preferencias, bajo el
apercibimiento de que les afectarán los resultados del juicio sin
nueva citación.
3.6) Despáchense las cartas certificadas para hacer saber la quiebra a
los acreedores que se hallen fuera del territorio de la República, a
fin de que en el término de treinta días, aumentado con el
emplazamiento correspondiente, que se expresará en cada
exhorto, comparezcan al juicio con sus documentos justificativos
de sus créditos y preferencias, bajo el mismo apercibimiento
señalado a los acreedores residentes en el país.
3.7) Comuníquese la presente declaratoria de quiebra a la
Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (de
Quiebras).
3.8) Inscríbase esta resolución en los Registro de Interdicciones y
Prohibiciones de enajenar de los Conservadores, correspondientes
a cada uno de los inmuebles que pertenecieren a la fallida;
notifíqueseles esta resolución en la forma ordenada por la ley y
diríjaseles los oficios correspondientes.
3.9) Se fija para la primera junta de acreedores la del trigésimo quinto
día hábil siguiente a la publicación legal de esta resolución de
quiebra en el Diario Oficial, en la Sala de Audiencia del Segundo
Juzgado Civil de La Serena, a las 9:30 horas, o al día siguiente
hábil si el señalado recayere sábado, a la misma hora señalada.
4) Se CONDENA en costas a la fallida.
Regístrese, notifíquese y comuníquese.
Redactada por el abogado integrante don Carlos del Río Ferretti.
Rol 1707-2013 y acumuladas.
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Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros señor Juan Pedro Shertzer Díaz, señor
Raúl Beltrami Lazo y el abogado integrante señor Carlos del Río Ferretti. No firma el Sr. Beltrami
por haber cesado en sus funciones, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo de la
presente causa.

Jorge Colvin Trucco


Secretario

La Serena, seis de enero de dos mil quince, notifiqué por el estado diario la resolución que antecede.

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