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Abraxas

La palabra Abraxas tiene varios componentes etimológicos: el prefijo a- (ἀ-) indica negación o
privación en griego. El elemento bra- (βρα-) podría derivarse de la raíz indoeuropea *bher- (llevar,
soportar), que también está presente en palabras como fértil, oferta o sufrir. La partícula xa- (χα-)
podría estar relacionada con la raíz indoeuropea *ghē- (dejar ir, liberar), que también se encuentra
en palabras como caos, éxodo o anacoreta. El sufijo -s (ς) es una marca de nominativo singular
masculino en griego.

Abraxas es una palabra de origen griego que se usaba como un símbolo místico y un amuleto en el
gnosticismo y otras tradiciones esotéricas. Según algunos autores, su valor numérico es 365, lo
que representa los días del año solar y las esferas celestes que los gnósticos creían que existían.
Otras fuentes sugieren que proviene del persa abraxas, que significa Dios, o del latín abraxus, una
variante de la misma palabra.

Así, una posible interpretación etimológica de Abraxas sería "el que no lleva ni libera", es decir, el
que permanece inmutable e independiente de las fuerzas cósmicas.

Otra forma de analizar la palabra Abraxas es dividirla en dos partes: Abra y xas. Abra podría ser
una forma abreviada de Abraham, el patriarca bíblico que fue considerado el padre de las tres
religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. Xas podría ser una forma abreviada de Xaos
(Χάος), el concepto griego de desorden primordial del que surgió el cosmos. De este modo,
Abraxas sería una combinación de lo divino y lo caótico, lo ordenado y lo aleatorio.

Esta terminología se ha transmitido a través de diferentes idiomas y culturas a lo largo de la


historia. Se ha encontrado inscrita en piedras preciosas antiguas llamadas piedras Abraxas o gemas
gnósticas, que se usaban como talismanes para protegerse del mal o invocar poderes
sobrenaturales. También aparece en textos gnósticos antiguos como el Libro Sagrado del Gran
Espíritu Invisible o los Papiros Mágicos Griegos. Además, ha sido objeto de estudio e inspiración
para filósofos, escritores y artistas modernos como Carl Jung, Hermann Hesse o Carlos Santana.

El origen de Abraxas

Según la secta gnóstica de los basilideanos, que seguían las enseñanzas de Basílides en el siglo II,
Abraxas era el nombre del "Gran Arconte" (megas archōn), el príncipe de las 365 esferas (ouranoi)
que emanaban del Padre no engendrado. Abraxas era considerado el dios de los dioses, señor del
bien y del mal, y el creador de todo lo existente.

El origen de la palabra Abraxas es desconocido. Algunos historiadores han sugerido que puede
estar relacionada con la palabra griega abraxas, que designaba un amuleto donde aparecía once
veces la palabra latina abracadabra, o con los siete planetas clásicos, ya que la palabra tiene siete
letras. Otros han propuesto un origen egipcio o hebreo para el término. La suma de las letras de
Abraxas según la isopsefía griega da como resultado 365, el número de días del año, de partes del
cuerpo humano y de cielos según los basilideanos.
Abraxas se representaba a menudo como un ser híbrido con cabeza de gallo o león, cuerpo
humano, serpientes en lugar de pies y un látigo en la mano. Su escudo llevaba el nombre del dios
IAW (Iaô), una forma helenizada del nombre del dios judío. Su coraza estaba relacionada con el
nombre Sabaoth (Señor de los ejércitos).

Los basilideanos creían que Abraxas era el origen tanto del bien como del mal, y que podía
manifestarse a sus fieles a través de inscripciones misteriosas. También afirmaban que Jesucristo
era un "fantasma benevolente" enviado por Abraxas a la Tierra. Estas ideas fueron rechazadas por
la Iglesia Católica, que consideró a Abraxas un dios pagano o un demonio.

La figura de Abraxas en la literatura y el arte

La figura de Abraxas en la literatura y el arte es un tema fascinante que nos permite apreciar la
diversidad de interpretaciones y significados que ha tenido este personaje a lo largo de la historia.
Abraxas es una palabra de origen incierto que se asocia con una divinidad gnóstica que representa
la unidad de los opuestos: el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el orden y el caos. Algunos autores
lo consideran el demiurgo creador del mundo material, mientras que otros lo ven como un
símbolo de liberación espiritual.

En la literatura, Abraxas aparece en obras tan variadas como las Pistis Sophia, un texto gnóstico
del siglo II; El siete rayos, una novela esotérica del siglo XIX de Joséphin Péladan; Demian, una
novela psicológica del siglo XX de Hermann Hesse; o La conjura contra América, una novela
distópica del siglo XXI de Philip Roth. En cada una de estas obras, Abraxas tiene un papel diferente
que refleja la visión del autor sobre el mundo y el ser humano.

En el arte, Abraxas se ha representado de diversas formas: como un ser alado con cabeza de gallo
y cuerpo humano o animal; como un león con cabeza humana y cola de serpiente; como un
dragón con siete cabezas; o como un símbolo geométrico formado por letras griegas.

Estas representaciones se encuentran en objetos antiguos como gemas o amuletos; en pinturas


renacentistas o barrocas; en grabados o ilustraciones modernas; o en esculturas o instalaciones
contemporáneas. En cada una de estas expresiones artísticas, Abraxas muestra su complejidad y
su misterio.

La figura de Abraxas en la literatura y el arte nos invita a explorar cómo los seres humanos han
intentado comprender y expresar las contradicciones y los desafíos de la existencia a través del
lenguaje simbólico. Es una figura que nos interpela y nos cuestiona sobre nuestra propia identidad
y nuestro lugar en el cosmos.

Abraxas en la cultura popular

La figura de Abraxas ha sido utilizada en la cultura popular moderna, en películas, series,


videojuegos, música, etc., como un símbolo de poder, misterio o dualidad. Algunos ejemplos son:
En la película El séptimo sello (1957), del director sueco Ingmar Bergman, el caballero Antonius
Block juega una partida de ajedrez con la Muerte y le pregunta si conoce a Abraxas. La Muerte le
responde que es un nombre secreto y que solo lo conocen los iniciados.

En la novela Demian (1919), del escritor alemán Hermann Hesse, Abraxas es un dios que une lo
divino con lo infernal, lo bueno con lo malo y la vida con la muerte. El protagonista Emil Sinclair se
siente atraído por este concepto y por su mentor Max Demian, quien le habla de Abraxas como el
dios de los dioses.

En el videojuego Persona 5 (2016), del desarrollador japonés Atlus, Abraxas es una persona
(manifestación del subconsciente) perteneciente al arcano La Justicia. Tiene la apariencia de un
ángel alado con cabeza de gallo y serpientes por piernas. Es una persona muy poderosa que puede
usar habilidades eléctricas y curativas.

En la música rock y metal, Abraxas ha sido mencionado o inspirado a varios artistas y bandas. Por
ejemplo:

El álbum Abraxas (1970), del grupo estadounidense Santana, cuya portada muestra una pintura
surrealista con elementos gnósticos y mitológicos.

La canción The Seventh Son of a Seventh Son (1988), del grupo británico Iron Maiden, que dice:
"He is the chosen one / The Seventh son / And he will be the new born one / He is the one who
will be like him / Like unto him / He is the son of man / No doubt he's always been / He is suffering
incarnate / The fallen one's reborn / Somewhere there's someone staring at me / And when I look
into his eyes I see... I see myself in him... And his name is... ABRAXAS!"

La canción God=dog (2018), del grupo polaco Behemoth, que dice: "There's a serpent coiling
around my neck / The adoring crescent moon in blazing night / The holy river Ganga flowing
through my muddled hair / In the ancient times before I learned ov who I am / If I am a missing
link between the pig and the divine / I shall cast the pearls before the swine [...] God=Dog
God=Dog God=Dog Dog=God Dog=God Dog=God ABRAXAS!"

Misterios y leyendas de Abraxas

Una de las leyendas más conocidas sobre Abraxas es la que lo vincula con la palabra mágica
"abracadabra", que se cree que deriva de su nombre y significa "no me dañes". Se dice que los
seguidores de Abraxas usaban esta palabra como un talismán para protegerse de los males y las
enfermedades. También se han encontrado numerosos amuletos con la imagen de Abraxas
grabada, mostrándolo como una criatura híbrida con cabeza de gallo, cuerpo humano, piernas de
serpiente y alas. Estos símbolos representarían los atributos de Abraxas como creador, vigilante,
juez y redentor.

Otra leyenda sobre Abraxas es la que lo asocia con los arcontes, unas entidades cósmicas que
impedían el ascenso del alma humana hacia la luz. Según algunos textos gnósticos, como el Libro
Sagrado del Gran Espíritu Invisible, Abraxas era el líder de los arcontes y tenía el poder de emitir
chispas divinas o semillas espirituales en el mundo material. Estas chispas eran atrapadas por los
arcontes en cuerpos corruptibles y sometidas a la ignorancia y al sufrimiento. El objetivo del
gnóstico era liberarse de esta prisión mediante la gnosis o conocimiento interior.

Abraxas es un dios misterioso y oscuro que ha fascinado a muchos estudiosos e investigadores a lo


largo de la historia. Su culto se extendió por varias regiones del mundo antiguo, desde Egipto
hasta Persia, pasando por Grecia y Roma. Su influencia se puede rastrear en diversas tradiciones
esotéricas, como la alquimia, la cábala o la masonería. Aunque su figura ha sido olvidada o
tergiversada por muchos siglos, aún hoy en día hay quienes buscan desvelar sus secretos y su
verdadera naturaleza.

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