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Extraordinario caso de reencarnación: la otra vida de Cameron Macaulay

Desde los años 50, en todo el continente americano comenzó a sonar más de lo normal, aquello
de que existe la reencarnación, debido al surgimiento de escuelas de conocimiento basadas en el
legado oriental, donde siempre se ha creído en que cuando un ser humano fallece, en
determinado tiempo vuelve a tomar un cuerpo físico y a nacer del vientre de una mujer, para
repetir el ciclo de la vida.

Pero un testimonio directo, ha sorprendido a todos: un extraordinario caso de reencarnación: la


otra vida de Cameron Macaulay. Veamos:

Una historia increíble

Hola, me llamo Cameron Macaulay y tengo diez años, aunque mis recuerdos infantiles son
cincuenta años más viejos que yo. Vivo en Glasgow, en Escocia, y los mayores dicen que mis
recuerdos son algo muy especial aunque a mí me parecen más dolorosos que alegres.

Cuando comencé a hablar, con dos años, pude por fin contarle a mi mamá de ahora, Norma, como
era mi otra mamá. Le conté como era mi otra casa, en la isla de Barra, donde los aviones
aterrizaban en la playa y yo los podía ver desde la habitación de nuestra casita blanca.

Mi mamá pensaba me decía que yo tenía mucha imaginación, aunque yo no entendía muy bien
que quería decir con eso. Fui creciendo y cada vez tenía más recuerdos de mi otra casa. Recuerdo
que tenía tres baños, y le decía a mi mamá que era mucho mejor que tener tan solo uno, como
ahora. También le decía que con mi otra familia tenía un precioso perro blanco y negro que jugaba
mucho conmigo y con mis hermanos. Recordaba también el precioso pelo de mi otra madre,
moviéndose con la brisa marina mientras nos observaba jugando en la arena de la playa. También
recordaba mucho a mi otro padre, Shane Robertson, con su pelo de punta y sus pantalones cortos
que murió por no mirar a los dos lados.

Un día mi mamá trajo a casa a un hombre para que le contara todo lo que recordaba, se llamaba
Jim Tucker y mi mamá decía que él era el que más sabía de recuerdos como los míos. Hablamos
mucho, él me preguntaba cosas y yo le contestaba. A los pocos días mi mamá y el señor Tucker me
dieron una gran sorpresa; me dijeron que íbamos a volar a la Isla de Barra, ¡A mi otra casa!

Y así lo hicimos al poco tiempo, yo tenía seis años y era la primera vez que iba a volver a mi otra
casa.
¡Mira mamá! ¿Ves cómo vamos a aterrizar en la playa?

Recuerdo que me alegré mucho al llegar a la isla, pronto volvería a ver a mis hermanitos y a mi
otra mamá. Seguro que se alegrarían un montón de volver a verme y me preguntarían donde
había estado todo este tiempo. Le decía a mi mamá, Norma, que ya vería como se llevaba muy
bien con mi otra mamá. Estaba convencido de eso.

Dormimos en un hotel y por la mañana fuimos recorriendo la playa. Cuando a lo lejos vi mi casita
blanca me emocioné muchísimo, pero cuando llegamos me entró una pena muy grande, porque
mi familia ya no estaba allí. La casa estaba muy vieja y vacía, como si nadie hubiese vivido allí en
mucho tiempo. Dentro también había muebles y cosas diferentes a las de mi familia. Le conté a mi
madre cual era mi habitación y le enseñé la puerta secreta por donde salíamos mis hermanos y yo
a la playa. Me dejaron un rato para que recorriera toda la casa, pero no me pude quedar mucho
rato. Teníamos que volver a Glasgow.

Mi mamá y el señor Tucker me explicaron que a algunas personas les pasa lo que a mí, que tienen
recuerdos de gente que ya no está, que hace muchos años que vivieron, y que no me preocupe
por ellos, porque seguro que como yo, ahora tienen otras vidas. También dicen que cuando me
haga mayor, poco a poco, me iré olvidando de esos recuerdos, aunque yo creo me acordaré
siempre de mi otra familia. Una vez, mi mejor amigo me preguntó lo que nos pasa al morir y yo le
dije lo único que sé; no pasa nada porque te mueras, volverás a renacer.

Este relato, que puede parecer de ficción, está basado en uno de los casos más espectaculares de
supuestas reencarnaciones de los últimos tiempos. El del pequeño Cameron Macaulay. Desde muy
pequeño, Cameron le relataba a su madre episodios y situaciones de una vida anterior. La madre
no tardó en darse cuenta de que aquello no eran simples juegos imaginativos infantiles y recurrió
a un experto en la materia, el Dr. Jim Tucker, psicólogo de la Universidad de Virginia, que ha
creado una cátedra para el estudio de vidas pasadas en el que ya ha investigado más de 1500
casos diferentes.

Tras conocer el caso del pequeño y estudiarlo, decidieron viajar a la Isla de Barra, a unos 260
kilómetros de Glasgow, para comprobar si sus recuerdos eran verídicos.

Al llegar ya pudieron comprobar cómo algunos de los lugares de la isla eran exactamente como
Cameron los había relatado, por supuesto, ni Cameron ni su madre habían estado nunca en esta
isla.

Consultando al historiador de la isla, éste dice que no tiene conocimiento de que en la pequeña
isla viva una familia Robertson con las características descritas por el chaval. Al día siguiente, el
historiador les llama al hotel para decir que ha encontrado una coincidencia. Una familia
Robertson, con una casita blanca de una planta en la playa, que tenía un perro blanco y negro y un
coche negro. La única pega es que la familia Robertson vivió allí… ¡en los años sesenta¡

Los aviones todavía aterrizan en la playa de la Isla de Barra

Sin decirle nada al pequeño, emprenden camino en dirección a la casa. Cameron la identifica nada
más verla. La pena del chaval es tremenda cuando ve que allí ya no está la familia que recuerda y
que el tiempo ha cambiado muchas cosas. Comprueban que todo lo que Cameron les había
contado con respecto al lugar coincide a la perfección.

La casa en la actualidad

El niño, pese a la decepción sufrida, parece quedar más tranquilo tras el viaje. Ha cumplido por lo
menos su sueño de volver a aquel lugar.

Tiempo atrás, tras una exhaustiva búsqueda de descendientes de la familia Robertson, dan con
Gillian Robertson, que aseguraba haber tenido familia allí en los años sesenta. Ella les muestra
fotografías de aquellos tiempos, donde se puede ver el coche negro de su padre, el perro blanco y
negro y la casa, tal y como la recordaba Cameron. Todo coincide, a excepción de un dato. Gillian
no recuerda a ningún Shane Robertson, y tampoco recuerda ningún accidente mortal con
automóvil en la familia.

La historia de Cameron y su pasado se continúa investigando. La BBC produjo un documental


sobre este caso, recogiendo todos los momentos relatados. ¿Coincidencias azarosas?
¿Imaginación desbordante? ¿O estamos ante una clara muestra de que, en realidad, existe otra
vida después de la vida?

Creer o no en la reencarnación… pero un testimonio directo ha sorprendido a todos: un


extraordinario caso que podrá probarlo: la otra vida de Cameron Macaulay, un niño que desde
muy corta edad afirmaba recordar con entera claridad su anterior existencia.

Fondo musical: Morning Dew; Through and Through (Youtube Free audio library)
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