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Orígenes y Significado:
La figura de Abraxas tiene raíces en la antigua religión gnóstica, una corriente espiritual que
se desarrolló en los primeros siglos del cristianismo. En la tradición gnóstica, Abraxas
representa la dualidad y la unidad del universo. Su nombre deriva de las letras griegas que
representan los números: alpha (1), beta (2), rho (100), alpha (1), xi (60), alpha (1) y sigma
(200), lo que suma un total de 365. Esto simboliza el ciclo anual del sol.
Simbolismo y Representación:
Abraxas se representa como una criatura con el cuerpo de un hombre, la cabeza de un gallo,
alas de ángel y serpientes en lugar de piernas. Esta imagen compuesta representa la síntesis
de lo divino y lo mundano, lo bueno y lo malo, la creación y la destrucción. Abraxas
personifica la totalidad del cosmos y la naturaleza dual del mundo material.
En el Hermetismo y el Esoterismo:
En las tradiciones herméticas y esotéricas posteriores, Abraxas adquirió un estatus especial.
Se le considera un ser de gran poder y conocimiento, a menudo asociado con la sabiduría
oculta y la gnosis. Los seguidores del hermetismo creen que invocar a Abraxas puede otorgar
un mayor entendimiento del universo y ayudar en la búsqueda de la iluminación espiritual.
Abraxas, con su simbolismo complejo y su naturaleza dual, sigue siendo una figura
enigmática que fascina a los buscadores espirituales y a los estudiantes del ocultis mo.
Representa la unión de los opuestos y la integración de lo divino y lo terrenal. A través de
los siglos, Abraxas ha sido un recordatorio poderoso de la complejidad del universo y la
importancia de aceptar y comprender tanto la luz como la oscuridad en nuestro viaje
espiritual y humano.