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¿Es posible vivir sin comer?

La mujer que vivió sin comida 50 años

Definitivamente, comer es una de las mejores cosas de la vida. No hay nada más gratificante que
luego de una ardua actividad física, laboral o intelectual, ingerir una muy buena comida. Pero
aunque parezca increíble, durante todas las épocas de la humanidad, ha habido un grupo de
personas que intentan sobrevivir comiendo muy poco o incluso nada. Pero, ¿Es posible vivir sin
comer? Veamos la respuesta a continuación:

¿Vivir del sol?

Tiende a creerse que el cuerpo humano no puede resistir sin comer y, sobre todo, sin beber
durante mucho tiempo. De hecho, solo parece posible sobrevivir en esas condiciones durante
escasas semanas. Sin embargo, se conocen bastantes casos de anacoretas y santos que se
mantuvieron vivos durante décadas sin comer ni beber. A este fenómeno místico tan
sorprendente se lo ha denominado “inedia”, término que procede del latín y que significa
abstinencia más o menos prolongada de alimentos.

Anorexia mística

Las proezas de algunos anacoretas de los primeros siglos del cristianismo palidecen ante algunos
místicos cristianos que vivieron muchos años en inedia total. Curiosamente, la mayoría de los
casos más impresionantes se han observado en mujeres. Sin duda, según hace notar el filósofo
Aimé Michel, que ha examinado con todo rigor este fenómeno:

“en todos los casos(…) siempre parece que la enferma – si hubo enfermedad – estuvo sometida a
una dura prueba moral o tiene algún motivo para estar obsesionada por una idea dolorosa (…). Si
recordamos que el misticismo consiste en afrontar el dolor deliberadamente, es de esperar que en
las vidas de los santos se observen con frecuencia estos ayunos”.

Un ejemplo más es la santa anoréxica Catalina de Génova. En el texto Vita e Dottrina di Santa
Caterina da Genova (1551) se habla de sus “grandes ayunos”, que duraron desde 1476 hasta 1499.
Se detalla que durante tres cuaresmas y el mismo número de advientos no ingirió ningún alimento
sólido. Solo bebía ocasionalmente un vaso de agua mezclado con sal y vinagre.

Junto a los citados santos de épocas pasadas, en tiempos más recientes debemos situar a la
mística alemana Therese Neumann, cuyos espectaculares estigmas, dotes de clarividencia y
sanación también palidecen comparados con su grado de supervivencia en inedia absoluta. Al
parecer, tuvo una visión en 1927 en la cual se le comunicaba que nunca más tendría necesidad de
alimentos terrenos. Desde entonces dejó de comer y de beber. Lo sorprendente es que, a pesar de
ello, no solo no perdió peso, sino que siguió viviendo con relativa normalidad.

Al igual que los otros fenómenos físicos que protagonizó, su inedia fue estudiada por doctores y
padres de la iglesia. El obispo de Regensburg pidió al progenitor de Therese que aceptara en su
hogar una comisión para que comprobara la naturaleza de aquel ayuno tan prolongado. El señor
Neuman accedió y durante dos semanas cuatro monjas permanecieron en su casa observándola
constantemente. En ningún momento la dejaban a solas y hasta medían el agua que empleaba
para lavarse los dientes con el fin de verificar que no se la tragaba. Therese no solo superó la
prueba con éxito, sino que sobrevivió sin comer ni beber durante 35 años.
Así lo expuso en 1967 Johannes Steiner en una biografía sobre Neumann: excepto la hostia y el
vino consagrados de la comunión, ningún otro alimento ni bebida rozaron sus labios. Muchos
experimentos realizados por diferentes médicos lo confirmaron. Al parecer, dejó de hacer
deposiciones después de 1930 y su tracto intestinal literalmente se secó. Así y todo, siguió
llevando una vida relativamente activa, al menos desde un punto de vista psíquico, ya que tuvo
visiones hasta su muerte en 1962.

¿Prodigio natural o sobrenatural?

Algunos científicos han intentado explicar el caso de Neumann avanzando la teoría de que se
mantenía viva mediante la asimilación de radiaciones solares. No obstante, como apunta Scott
Rogo en El enigma de los milagros, “dada su propensión a la histeria, personas como Therese
Neumann padecían, probablemente, anorexia nerviosa que, mediante algún fenómeno
paranormal, se transformaba hasta convertirse o en un hecho auténticamente milagroso y
sobrenatural”.

Sobre la inedia como fenómeno sobrenatural, es decir, cuando se observa una prolongada
supervivencia en una persona tras una abstinencia absoluta de muchos años, se ciernen todavía
una serie de interrogantes sin resolver: ¿Se trata realmente de un prodigio? El fenómeno se ha
observado también en místicos de otras religiones y no por ello se le atribuye un carácter
sobrenatural.

En el hinduismo en concreto, más parece un fenómeno natural que divino. Un ejemplo notable
que supera sobradamente al de Therese Neumann lo tenemos en la mística hindú Giri Bala. Según
describe Paramahansa Yogananda en su Autobiografía de un yogui, tras una visita que le hizo
cuando ella tenía 68 años, Bala no había probado ningún alimento sólido ni líquido durante 56
años, es decir, desde que tenía 12 años:

“Madre, ¿de qué sirve que te singularices viviendo así, sin alimento?”, le preguntó en voz baja
Yogananda. Bala respondió: “Para demostrar que el hombre es espíritu, para demostrar que por el
camino hacia Dios el hombre puede aprender a vivir de luz divina y no de alimentos”.

Antecedentes similares se encuentran en la beata María d´Oignies, que no soportaba el olor a


comida; según cuenta el cardenal Jacques de Vitry:

“Durante su enfermedad no podía tomar absolutamente nada, ni soportar el olor a pan (…). Un
día, tratamos de darle un pedazo de pan sin consagrar, pero volvió la cara al instante, horrorizada
por el olor del pan. Una corteza le rozó los dientes y fueron tan grandes el dolor y el malestar que
se puso a gritar, a vomitar y a escupir, a jadear y a llorar como si fuera a estallarle el pecho”.
Ayunos místicos en el hinduismo

En el ascetismo hindú, la supervivencia del cuerpo tras períodos muy prolongados de inedia no se
atribuye a factores sobrenaturales, sino que se considera normal. Lo explican por la adquisición de
cierto control del quinto chakra, el Vishuddha, situado en el hueco de la garganta y en el interior
de las vértebras que le corresponden, según se explica en los Yoga Sutras, de Patanjali. Los
místicos hindúes llevaban milenios practicando ayunos de estas características cuando los santos
católicos los descubrieron. Para el asceta hindú – como para todo el mundo – lo importante es
respirar. Por eso pueden vivir sin comer ni beber por medio de prácticas y procesos naturales,
pero nunca dejan de respirar, aunque sea bajo mínimos.

Definitivamente, comer es una de las mejores cosas de la vida. Pero aunque parezca increíble,
durante todas las épocas de la humanidad, ha habido un grupo de personas que intentan
sobrevivir comiendo muy poco o incluso nada. Pero, ¿Es posible vivir sin comer? En este video
veremos la respuesta y el caso de mujeres que duraron décadas enteras sin comer, de manera
milagrosa.

Fondo musical: Magnetic Lullaby;Liquid Time (Youtube Free audio library)


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