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Uno de los documentos señala “Es preciso que las escuelas no se aíslen del mundo” es una

invitación que se hace, no a la escuela, sino a quienes hacemos vida en ella, somos nosotros
quienes debemos abrirnos y no asilarnos. “Cambia todo cambia y cambia y que yo cambie no es
extraño”, no podemos quedar a espaldas de los cambios de la sociedad es entenderlos y caminar
con ellos, para así apoyar a quienes están en las escuelas y fuera de ellas. Nuestra labor no está
centrada solo en los muchachos que día a día se sientan, quizás, en un pupitre, es con el papá, la
mamá, el abuelo, el hermano, el vecino, con la comunidad; es este educar el que al mismo tiempo
nos transforma.

Al leer esta pegunta ¿por qué la iglesia, las comunidades cristianas, invierten tiempo, bienes y
energías en una tarea que no es directamente religiosa?, automáticamente a mi mente viene una
expresión que he leído, escuchado, visto en los últimos tiempos y es que al “educar
evangelizamos”. A Jesús en su tiempo le llamaban maestro porque educaba, no enseñaba
contenido, enseñaba al corazón, enseñaba valores, enseñaba amor, enseñaba la vida, enseñaba a
cuestionar, enseñaba a ser mejores, enseñaba el compartir, enseñaba la solidaridad, era maestro
centrado en la dimensión del ser de las personas que son parte de un entorno social en el cual se
convive con otros, siendo la espiritualidad parte del ser, para mi educar tiene implícita la
integralidad, por tanto es educar para desarrollar las potencialidades, es educar para contribuir al
desarrollo armónico de la persona. Es educar en medio de la crisis que afecta al mundo, para
propiciar el desarrollo solidario, humano, la inclusión, afrontar los cambios, es educar para seguir
creciendo, para seguir evolucionado, para ser cada día mejores personas y mejor sociedad.

¿Cómo no ser obstáculo sino incluir?, ¿cómo puedo ser artesano de la humanidad? y me surge la
pregunta ¿cómo difundir un nuevo modelo respecto al ser humano, a la vida, a la sociedad y a las
relaciones con la naturaleza? Desde la experiencia personal, es siendo ejemplo de humanismo
solidario, siendo testimonio. A veces creemos que explicar permitirá que el estudiante aprenda,
se nos olvida que como educadores somos modelos, soy modelo, no solo de las puertas de la
escuela hacia adentro sino también fuera de ella, mi actuar marca la vida de cada una de las
personas. En este aspecto también considero importante autoevaluarnos, autoevaluarme, a veces
tenemos una percepción de que lo estamos haciendo bien que estamos siendo ejemplo, nuestro
alrededor nos cuestiona, y hacemos oídos sordos, ante esto debemos estar atentos. Desde la
experiencia del otro, somos obstáculo en la inclusión cuando generamos espacios de división y
contraposición, cuando irrespetamos la cultura, la cosmovisión del mundo del otro. Cuando
tenemos un estudiante que pertenece a alguno de nuestros pueblos e irrespetamos sus
costumbres, cuando miramos a otro lado, cuando nos compadecemos y no hacemos nada. Para
incluir mi labor, nuestra labor es permitir que cada persona se sienta participe en la construcción
del humanismo solidario viviendo en carne propia lo que esto significa y el impacto que esto
genera a nivel personal, a nivel social, a nivel ecológico, desarrollando sensibilidad, no ser
indiferente y actuar desde una conciencia humana, social, ética y asumiendo la responsabilidad
que se tiene con el otro, con el mundo y con el universo presente y futuro. Generar acciones,
actividades “un compartir con mi hermano”, “los zapatos del otros son mis zapatos” donde no solo
se observe una situación de forma contemplativa, sino que mueva la fibra para actuar porque nos
sentimos involucrados con el bien común y el bienestar de la humanidad.

Redes de cooperación

Video donde expreses una imagen una frase para animar a la familia a la sociedad a los
estudiantes para ser más solidarios

Hoy inicias un camino… decidiste estudiar educación… ¿has estado o estás enamorado? ¿Has visto
a alguien enamorado? ama, entrega, se ilusiona, se compromete sin establecer condiciones…
educar es una acto de entrega… educar es servir… Desde hoy serán pescadores de hombres Lc 5,
10… por ello, estamos llamados a crecer y a hacer crecer a las personas con las que convivimos
diariamente… educar es solidaridad… como educador no puedes ser indiferente a tu prójimo…
educamos mentes, pero también educamos el corazón, Venezuela… el mundo… les exige a ustedes
los docentes, no del futuro, sino del hoy… que sean docentes con una visión humana y solidaria…

Nuestros jóvenes siguen soñando a pesar de las dificultades, se mueven entre una diversidad de
emociones, su grado de sensibilidad es tan alto que se conmueven, son jóvenes que quieren
transformar el mundo, en ocasiones les toca asumir el papel de adultos, jóvenes en cuya familia
buscan apoyo, pero no lo encuentran, jóvenes que se ven solos, buscan experimentar, bueno o no
tan bueno… se necesita un libro para caracterizarlos y aun quedaríamos cortos… creo que a la
pregunta planteada se debe agregar ¿yo docente estoy respondiendo a las necesidades de los
jóvenes? Somos nosotros quienes atendemos sus necesidades, somos nosotros quienes hacemos
permeable, moldeable, flexible la propuesta educativa.

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