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«Cada docente debe tomar


conciencia de la profesión que
ha elegido y su trascendencia»
MAR ROMERA. PEDAGOGA Y PSICOPEDAGOGA

Autora de veinte libros, da nombre a un colegio y cree


que ha llegado el momento de decir «basta» a un sistema
de enseñanza obsoleto que no piensa en la infancia

Romera defiende que la imaginación y la emoción siempre ganan a la


razón
ANDREA G. PARRAGranadaMiércoles, 9 diciembre 2020, 08:05
«Soy de Granada, vivo en Granada; amo Granada». Mar Romera, pedagoga y
psicopedagoga, menciona su tierra repetidamente. Es presidenta de la
Asociación pedagógica Francesco Tonucci y autora del modelo pedagógico
'Educar con tres ces: capacidades, competencias y corazón'. Realiza formación
permanente del profesorado en diferentes comunidades autónomas en
colaboración con las consejerías de educación, y es ponente en multitud de
cursos, jornadas y congresos. Participa, además, en el webinar de EduCaixa.

Romera se considera ciudadana del mundo. Recuerda que en Granada fue a la


escuela. «Aunque se equivocaron conmigo, se equivocaron mucho. Jugar en la
calle, 'hacer pellas' en la Alhambra me dio todas las oportunidades que me
quitó la escuela». En esta Universidad (la de Granada) hizo Magisterio,
Pedagogía, Psicopedagogía y algunas cosas más. Encontró de todo y aprendió
también de todo. «Dicen que nadie es profeta en su tierra y, aunque esto tiene
algo de verdad, sé que también aquí hay muchas personas que admiran mi
trabajo. Acompaño centros educativos en su proceso de transformación e
innovación y lo cierto es que ninguno es en Granada; quizá sea ahora. Un
centro público lleva mi nombre y es en la provincia de Málaga», comenta. Ha
escrito más de veinte libros.

–Es autora del modelo pedagógico 'Educar con tres ces: capacidades,
competencias y corazón' ¿Es más importante el corazón que las
capacidades?

–Lo más importante es la persona en su totalidad, no por partes ni con


interpretaciones parciales. La función neurológica posee dos mecanismos
estrechamente relacionados, uno de naturaleza cognitiva y otro emocional. La
función neurológica emocional es siempre más importante que la cognitiva.
La actividad cognitiva es movilizada siempre por la emocional. La emocional
(el corazón-las emociones) siempre va primero, siempre deciden. La
imaginación y la emoción siempre le ganan a la razón.

–Defiende que los maestros deben enseñar lo que son. ¿Cómo se trabaja
para que esos docentes sepan lo que son?
–Nuestro alumnado no aprende lo que le enseñamos, nos aprende a nosotros, a
sus referentes adultos. Cada docente debe tomar conciencia de la profesión
que ha elegido, de la trascendencia que implica y de la importancia social que
conlleva; desde aquí y desde la responsabilidad individual, cada docente no
puede seguir siéndolo sin estudiar cada día, sin leer, sin evolucionar, sin
cambiar, sin desaprender para aprender, sin construir su yo personal cada vez
más íntegro y más equilibrado. Las administraciones deberían ser conscientes
de esto. Cada docente debe 'cuidarse' y debe ser cuidado; quizá todo empieza
por dejar claros los términos de 'cuidado'. Quizá ha llegado el momento de
repensar la formación inicial, la formación continua, el acceso a la función
pública y, en general, la política de recursos humanos de nuestro sistema.
Desde el convencimiento de la existencia de un gran ejército de docentes
maravillosos, entregados y preparados que son los que están manteniendo un
sistema desastroso y obsoleto que nunca piensa en la infancia; creo que ha
llegado el momento de decir ¡Basta!

–¿Qué estrategias enseñan para fomentar el autoconocimiento de los


docentes?

–No puedo contestar a esta pregunta con un listado de estrategias, siempre se


quedaría incompleta. En el mundo de la educación no existen recetas
elaboradas, es un mundo de corazón y de imaginación, de relaciones humanas
únicas y no transferibles. Teniendo esto en cuenta creo que es necesario un
proceso de alfabetización emocional (necesario estudiar), conciencia
emocional (necesario practicar) y un proceso de socialización emocional
(necesario vivir). Mi propuesta para las aulas es un programa de educación
emocional y emocionante que ayude al profesorado a la vez que al alumnado a
conocerse mejor. Este empieza por la necesidad de conocer lo mejor posible el
funcionamiento de nuestro cerebro.

–¿En qué mejora la formación del alumnado con estos métodos?

–En todo. Las personas somos un todo integrado.


–Usted realiza formación permanente del profesorado en varias
comunidades autónomas ¿Es más complicado formarlos a ellos o a los
niños?

–Me apasiona mi trabajo y las dificultades me ayudan a mejorar. Cada


circunstancia tiene sus dificultades. Trabajar con la infancia es muy
gratificante y los frutos son evidentes muy pronto. Con los docentes el trabajo
es muy lento, las jornadas maratonianas, la desmotivación de una parte
importante del colectivo, importante; pero también es verdad que cada
docente 'enganchado' significa la mejora en la calidad de vida de un grupo
completo de alumnado, y esto es gratificante. No podemos perder de vista que
la escuela, en muchas ocasiones es la segunda oportunidad de una persona.

–Con la pandemia, ¿qué nuevas necesidades han surgido tanto en los


docentes como en el alumnado?

–Contestaré a esta pregunta desde la ironía... ninguna. Todas las necesidades


ya estaban, el fracaso escolar ya existía, prácticamente estamos en los mismos
rangos que antes de la pandemia; chicos y chicas sin internet o artefactos
digitales en el siglo XXI, ya estaban en febrero de 2019; profesorado sin
correo electrónico...; esto me lleva a un largo etcétera. Por eso, me atrevo a
decir que la gran necesidad es estar con otros iguales, no dar la oportunidad a
que se cuele en nuestras escuelas el formato de sistema que Pink Floyd en los
70 quiso destruir con 'El Muro'; y se está volviendo a instalar. La gran
necesidad son los abrazos, la escucha y la mirada.

–¿Cuál es la principal carencia en la formación del profesorado en las


facultades?

–No conozco todas las facultades y universidades, y no me gusta generalizar,


pero de las que conozco me atrevo a decir que la gran carencia es la formación
del profesorado (ni de los que son, ni de los que están, ni de los que serán y
estarán).
http://www.lauraestremera.com/2020/01/que-me-despiertan-sus-emociones-
intensas.html?m=1&fbclid=IwAR2BaNjEH2NzlN6Fq9yHJ95XNTuZce0PaZ
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• crianza enero 11, 2020

¿QUÉ ME DESPIERTAN SUS EMOCIONES


INTENSAS?

Por muy buenas intenciones que tengamos como padres o educadores, en las situaciones reales,
cotidianas; los estados emocionales intensos de los niños y niñas que acompañamos, sus
rabietas, sus gritos, sus peticiones, sus lloros... despiertan "cosas" en nosotros.

Ante estas situaciones nos podemos poner tensos, nerviosos, nos puede despertar nuestra
propia rabieta, nuestras emociones pueden volverse también intensas... a veces nos
desbordamos, y desbordados no los podemos acompañar, porque podemos entrar en luchas de
poder buscando quién gana y quién pierde, quién tiene la razón y quién no...
Nosotros somos los adultos, los que podemos aprender a diferenciar las necesidades que hay
tras las emociones de los niños y niñas (por intensas que sean) para que progresivamente ellos
puedan también identificarlas y por lo tanto satisfacerlas.

Ante un conflicto, ante ese niño o niña que "se porta mal", ante una mala contestación, una
emoción expresada de forma muy intensa... ¿nos quedamos en la barca centrándonos en la
conducta observable o nos tiramos al agua a indagar qué necesidades no cubiertas hay debajo
de esta?

Pero antes debemos de aprender a identificar nuestras emociones en las situaciones de


conflicto, identificar qué nos despiertan sus emociones, identificar por qué reaccionamos de esa
manera, para poder acoger sus emociones y las necesidades que hay tras ellas de forma objetiva,
sin juicios ni luchas.
Alfie Kohn en su libro Crianza incondicional nos habla sobre las razones por las que criamos como
lo hacemos y como estas se deben a múltiples factores, por lo que cuando decidimos hacer las
cosas "de otra manera" tenemos que repensar sobre lo que pensamos.

Es importante dedicar tiempo a la reflexión sobre este asunto si queremos dejar de actuar en
las situaciones intensas con el "piloto automático" y en vez de eso, actuar con calma, deacuerdo
a decisiones conscientes; Siegel en su libro Disciplina sin lágrimas también nos apunta en la
misma dirección.

Si volvemos al primer autor, este nos dice que actuamos como lo hacemos porque estamos
influidos por: lo que vemos y oímos (el rol de otros padres o lo que nosotros vivimos como hijos),
la mirada que tenemos hacia la infancia (deben de obedecer, vemos a los niños como
oponentes...), lo que sentimos (que depende de lo que vivimos y recibimos en nuestra familia
de origen...) y nuestros miedos (lo que pensarán de nosotros como padres otros adultos...) si
pensamos sobre estos aspectos, si tomamos conciencia sobre lo que sentimos, sobre lo que
necesitamos... es más sencillo dejar atrás el "piloto automático" y esas formas de actuar de las
que luego nos arrepentimos.

Desde la pedagogía Loris Malaguzzi ya nos hablaba de que nuestro pensar, nuestro decir,
nuestro sentir y nuestro hacer debía de ser congruente, para lo que había que reflexionar porque
los niños y niñas notaban esas incongruencias y no les transmitían la seguridad que necesitaban
de nuestra parte.

Para poder acompañar emocionalmente tenemos que estar disponibles, a su lado, no


enfrentados; y para ello, debemos conocernos primero a nosotros mismos, debemos tomar
conciencia de qué nos despiertan sus emociones, debemos de reflexionar sobre nuestras
reacciones automáticas, sobre la mirada de infancia que tenemos y sobre qué acompañamiento
queremos ofrecer a nuestros niños y niñas.

Laura Estremera Bayod


Para leer sobre este tema y otros, puedes hacerlo en mi libro Ser niños acompañados.

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