Ana Paola Rodríguez Cruz

1. Ahora debemos leer el Teeteto, desde 151 d hasta 164b. En las páginas del libro (no en
la numeración pdf que da, sino del libro impreso) son de la 192 a la 220.

a. ¿Por qué, según los argumentos del diálogo, la percepción no es conocimiento en

plenitud?
La percepción no es conocimiento en plenitud porque si se dice de algo que es o que llega a
ser, hay que decir que es para alguien, de alguien o en relación con algo. Pero nosotros no
podemos decir que algo es o llega a ser en sí mismo y por si mismo, ya que mi percepción
es verdadera para mi, pues es siempre de mi propio ser (yo soy juez). Razón por lo cual,
“para cada uno es verdadero que opine por medio de la percepción y una persona no puede
juzgar mejor lo experimentado por otra, ni puede tener más autoridad para examinar la
corrección o la falsedad de la opinión ajena” (Teeteto, 151 d)1 Y según se ha dicho muchas
veces, sólo puede juzgar uno mismo sus propias opiniones, que son todas correctas y
verdaderas porque vienen de mí, de mi subjetividad. Sin embargo, para tener un
conocimiento en plenitud, es necesario que no solamente se deje guiar por meramente la
percepción, ya que éste sería solamente un paso hacia el verdadero entendimiento, es
decir, se necesita pero no debe ser considerado como un absoluto. Tal es el caso de la
opinión y la ciencia, puesto que la opinión (como la percepción) es indispensable y natural
en el ser humano porque es prueba del gran esfuerzo que hace por buscar la verdad. Sin
embargo, la ciencia aunque se compone de opinión, es más objetiva y no señala que el
conocimiento particular y sensible de cada uno, sea la verdad incondicional e incambiable.
Por lo que se puede recalcar que la percepción está justamente en el nivel de la opinión, la
cual es importante para el ser humano pero sin lugar a dudas, tiene que ser un motivante
para escalar y dar más pasos hacia el verdadero entendimiento o ciencia, ya que es en la
ciencia en donde podemos encontrar la sensatez y las opiniones verdaderas con
justificación, las cuales son relevantes porque no solamente creamos contacto con nosotros
mismos y nuestra subjetividad, sino que analizamos la realidad, observamos si concuerda
nuestra experiencia con las demás personas y por último, creemos que en verdad existen
aspectos regulares en la sociedad, los cuales le otorgan un valor estable a la realidad.

2. De la República, leeremos el Libro VII, en las páginas del libro (no en la numeración pdf
que da, sino del libro impreso) 338-345.

a. Haz un cuadro de los elementos del mito y su significado en la vida real.

1
Platón. Diálogos V Parménides. Teeteto. Sofistas. Político. (Biblioteca clásica Gredos). 151 d- 164 b.
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b. Explica la importancia del sol en el mito ¿qué es lo que significa?

El fuego representa en la Caverna el papel del Sol en el mundo sensible y el Sol dentro del
símil hace la función al Bien en el mundo inteligible, donde es causa de la inteligibilidad y la
esencia de las ideas. En otras palabras, es un ámbito esencial para la visibilidad y el
entendimiento humano, ya que sin él no podríamos llegar a creer que existe un
conocimiento de las primeras causas, la forma de las cosas o hasta de la misma “verdad”.
Por lo que el sol en el mito de la caverna nos representa la objetividad de las cosas, el ser
de ellas mismas, ya que las sombras serían las representaciones o copias que se puede
llegar a visualizar gracias a un conocimiento sensible y particular de las cosas.

c. Responde ¿es verdad que la educación ofrece libertad asequible al hombre o Platón
desea demasiado?
Si es verdad que la educación ofrece libertad asequible porque, de acuerdo al mito de la
caverna, es aquella oportunidad que se le brinda a la humanidad para ascender y ser
capaces de tener un entendimiento profundo de la realidad. En otras palabras, la educación
es una herramienta que debe estar dispuesta y al alcance del ser humano, para que este
por sus propios medios cognoscitivos, intelectuales, físicos y sociales; pueda comprender la
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realidad a través de su propia experiencia y contacto con la realidad. Es decir, que se pueda
establecer una relación entre nuestra subjetividad y la objetividad.