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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL Poder POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR

UNIVERSIDAD Nacional EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS occidentales EZEQUIEL ZAMORA

Extensión EL PIÑAL-ESTADO TACHIRA

Investigación

Reserva funcional cardiaca e índice de masa corporal.

Realizado por:

I Semestre
Ingeniería En Producción Animal
Sub Proyecto: Educación Física.
Turno: Fin de semana
Tutor. Sánchez Kenny
Sección. A
Reserva funcional cardiaca

Durante la actividad deportiva la FCM solo se alcanza en los momentos de


mayor exigencia. En el entrenamiento o durante una competición debemos ajustar
las pulsaciones a nuestras posibilidades para mantener un esfuerzo continuado. A
eso se le llamada Frecuencia Cardíaca de Reserva (FCR), el mejor indicador de
nuestro estado de forma. Se calcula restando a la FCM la frecuencia cardíaca que
tenemos en reposo.

Por ejemplo, un atleta de 40 años tiene 55 pulsaciones en reposo. Según


la fórmula Carvonen, su FCM sería 180 p/m, y su FCR, 125 p/m (180 – 55). Por
tanto, en un ejercicio aeróbico prolongado debería mantener sus pulsaciones
entorno a esa cifra.

La mejor manera de determinar tu particular FCM y, por tanto, también tu


FCR, es con un test de estrés. Para ello se exige una revisión médica previa y
realizarlo con un especialista, ya que hay que llevar el cuerpo al límite.

Un ejemplo de test de estrés es correr 800 metros con un monitor de


frecuencia: los primeros 400 metros al 90% o 95% de tu teórico FCM; los últimos
400 al máximo esfuerzo. En ese momento el corazón te dirá realmente cuál es tu
límite.

Ritmo cardiaco de entrenamiento

El ritmo cardíaco de entrenamiento que debe alcanzarse, puede calcularse


partiendo de la frecuencia cardíaca de reserva según la siguiente fórmula:

RCE = RRC x % de intensidad del ejercicio + RCB.

 RCE= Ritmo cardíaco de entrenamiento


 RCB= Ritmo cardíaco basal o frecuencia cardíaca basal.
 RRC= Ritmo de reserva cardíaca o frecuencia cardíaca de reserva.

En el caso anterior de un varón de 20 años con frecuencia cardíaca basal


de 60 latidos por minuto y frecuencia cardíaca de reserva de 140, considerando un
entrenamiento del 70% de intensidad, el ritmo cardíaco de entrenamiento debería
ser el siguiente:

RCE = (140 x 0,70) + 60 = 158 pulsaciones por minuto

Hablamos de la frecuencia cardiaca de reserva (F.C. Res.), término


acuñado por Karvonen que definimos como la diferencia entre al F.C. Máxima y la
F.C. Reposo.
F.C.Res. = F.C. Max. – F.C.R.

Para clarificar esquemáticamente todos los conceptos exponemos la


siguiente gráfica donde incluimos el concepto “Frecuencia cardiaca de
entrenamiento”, definida como valor de la frecuencia cardiaca a la que se realiza el
ejercicio de entrenamiento:

Figura 1. Distintas manifestaciones de la F.C.


La Frecuencia Cardiaca de Reserva como indicador de la carga
interna

Al margen de estas vicisitudes, y centrándonos de nuevo en la F.C.Res.,


asumimos según estudios de Swain et al. (1998), una relación casi directa entre el
porcentaje de la F.C. de Reserva y el porcentaje de la Potencia Aeróbica Máxima
(Mora R., 2009), por lo que a un tanto porcentaje de la F.C. de Reserva le
corresponde el mismo porcentaje de VO2max. (Figura 2).

Figura 2. Coeficiente de correlación (r) entre %F.C.Res. y %VO2max en


50 personas activas según estudios de Swaim (1998).(Imagen tomada de Mora-
Rodriguez, 2009)

Podríamos así relacionar el porcentaje de la F.C.Max., con el porcentaje


del VO2 max. y de la F.C. Res., tal y como vemos en la siguiente tabla:
Tabla 1. Intensidades de ejercicio basadas en la F.C. y su relación con el porcentaje del VO2 Max  (Adaptado de
Swaim et al., 1998)

Asumimos así que la F.C.Res corresponde con el 100% de intensidad


para un ejercicio dado. Fue Karvonen y cols, ya en 1957, quienes describieron un
método para prescribir intensidades del entrenamiento basados en los conceptos
que estamos desarrollando. Es la conocida como Fórmula de Karvonen.

La fórmula de Karvonen

En 1957 el Dr. MJ. Karvonen realizó una importante investigación sobre la


reserva de la frecuencia cardiaca que ha influido notablemente a las ciencias del
entrenamiento y ha sido utilizada y sigue siéndolo por deportistas. Karvonen
propuso una intensidad de ejercicio de entre el 60-75% de la F.C.Res como la
óptima para obtener beneficios cardiovasculares.

La fórmula de Karvonen nos ayuda a definir los rangos de entrenamiento


según el objetivo que persigamos.

Así para calcular las frecuencias cardiacas de entrenamiento, multiplica la


F.C.Res., por el porcentaje de intensidad, y suma esa cifra con la F.C. de Reposo.

FC Objetivo = ((F.C.Max – FC Reposo) * % Intensidad)) + FC Reposo


FC Objetivo = (FCReserva) * % Intensidad) + FC Reposo
Ejemplo: Si queremos realizar un ejercicio al 60% de la F.C. Reserva, y
nuestra F.C .Reposo es de 65 lat./min y la F.C. Max de 200, tendremos:

FC Objetivo= ((200-65)*0.6))+65; (Convertimos 60% a 0.6)

FC Objetivo= 146 pulsaciones al minuto

A partir de aquí también podremos conocer el porcentaje de la F.C. de


Reserva a la que hemos entrenado:

%F.C. Reserva = (F.C. Entreno – F.C. Rep.) / (F.C. Max. – F.C. Rep)

Para el ejemplo anterior, si nuestro deportista ha entrenado a una media


de 160 pulsaciones:

%F.C. Reserva = (160-65) / (200-65)= 0.7; 70%

Ritmos y zonas de entrenamientos basados en la FC Reserva

Teniendo en cuenta las relaciones mostradas distintos autores han


definido zonas de entrenamiento cardiovascular atendiendo a la FC de reserva,
como es el caso de Barbado y Barranco, que además la correlacionan con la
percepción del esfuerzo (tabla 2):

Tabla 2. Zonas de entrenamiento cardiovascular (Barbado y Barranco,


2007)

Destacamos además los estudios de Pallares, J. y Morán R. (2012),


quienes realizan una propuesta metodológica para el desarrollo de la resistencia
cardiorespiratoria donde proponen 7 zonas de entrenamiento con sus porcentajes
de intensidad asociados a la F.C. Reserva, F.C. Max., Velocidad Aeróbica
Máxima, Consumo máximo de Oxígeno y concentración de lactato (Tabla 3):

Tabla 3. Zonas y porcentajes de desarrollo de la resistencia


cardiorespiratoria. (Adaptado de Pallares, J. y Morán R., 2012)

Ejemplos prácticos

Tras la exposición anterior creemos conveniente realizar un ejemplo


práctico basándonos en las zonas de entrenamiento aeróbicas propuestas por
Pallares y Morán basándonos en la F.C. Reserva, objeto de esta entrada y
demostrar así la sencillez de la metodología propuesta y animar a cualquier
deportista o entrenador a ponerla en práctica.
Tabla 4. Zonas de entrenamiento basadas en la Frecuencia cardiaca de reserva para un triatleta
con las características expuestas.

Se considera la F.C. Reserva un método sencillo y fiable para determinar


los ritmos de entrenamiento. Al recoger el carácter de la F.C. Reposo, se
individualiza y se reduce el error que se comete al prescribir por F.C. Máxima.
Conviene recordar la conveniencia de obtener la F.C. Máxima según un test de
campo de la disciplina que vayamos a entrenar, puesto que el resultado variará.
También hay que destacar la necesidad de valorar a lo largo de temporada la F.C.
Reserva y actualizar así las intensidades y zonas de entrenamiento. Al depender
de la F.C .Máxima (que variará con la edad del sujeto), y de la F.C. Reposo (que
puede disminuir por el entrenamiento aeróbico), a medida que avancemos en la
temporada y/o vida deportiva de nuestro deportista, la F.C. Reserva se verá
modificada.

Índice de masa corporal (IMC)

El índice de masa corporal (IMC) es un método utilizado para estimar la


cantidad de grasa corporal que tiene una persona, y determinar por tanto si el
peso está dentro del rango normal, o por el contrario, se tiene sobrepeso o
delgadez. Para ello, se pone en relación la estatura y el peso actual del individuo.
Esta fórmula matemática fue ideada por el estadístico belga Adolphe Quetelet, por
lo que también se conoce como índice de Quetelet o Body Mass Index (BMI).

Actualmente, esta fórmula está cayendo en desuso porque se está


viendo que el IMC no hace diferencia entre la grasa corporal y la muscular, lo
que hace que no sea muy exacto. “Un deportista o un culturista van a tener
siempre un sobrepeso si tenemos en cuenta su peso respecto a la altura, pero no
tienen los problemas de salud que tiene una persona obesa. Esta última tiene
problemas debido a la cantidad de grasa que tienen, no por el peso”, explica
Carmen Escalada, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la
Obesidad (IMEO). La cantidad de grasa marca mejor nuestro estado de salud.
Busca la línea que corresponde a tu peso y altura y ve cuál es tu clasificación de acuerdo con el índice de
masa corporal.

¿Cómo se calcula?

El IMC es una fórmula que se calcula dividiendo el peso, expresado


siempre en Kg, entre la altura, siempre en metros al cuadrado. Una cosa
importante que destaca la nutricionista es que no se pueden aplicar los mismos
valores en niños y adolescentes que en adultos. “Para calcular el IMC en niños
se utilizan los percentiles. Estos son una media en los que se establece el peso
del niño y se le relaciona con sus iguales de edad y sexo, dentro de la misma
área; y si está en la media, tiene un peso adecuado; si está por encima, habría un
percentil alto, por lo que  tendrían obesidad, y si está por debajo, se calificaría
como un bajo peso”, indica Escalada.

 Para la mayoría de los adultos, un IMC ideal está en el rango de 18,5 a


24,9.
Esta tabla te indica tu estado físico en función de tu IMC.

Gasto energético

Nuestro cuerpo necesita energía para poder moverse y desarrollar nuestra


actividad diaria. Sin embargo, a veces consumimos menos energía de lo que
necesitamos  (o viceversa) y podemos engordar o adelgazar demasiado.

¿Qué es el gasto energético?

Para que haya equilibrio la energía que consumimos debe de ser igual a la
utilizada.
Es la relación entre el consumo de energía y la energía que necesita
nuestro organismo. Para mantener el equilibrio la energía que consumimos debe
de ser igual a la utilizada. Si se consume más energía de la necesaria se gana
peso y si se consume por debajo podemos tener un problema de desnutrición.
El cuerpo gasta la energía a través del gasto energético de reposo, la
actividad física voluntaria y el efecto térmico de los alimentos
Por otro lado, el gasto energético se divide en:
 Tasa metabólica basal
 Gasto de actividad Física
 Acción dinámica de los alimentos

Tasa metabólica basal

Se calcula por la mañana y sin haber consumido nada en unas diez horas.
La función de la energía que se emplea es sintetizar las proteínas, a
metabolizar las células, a la contracción del corazón y al movimiento de los
músculos respiratorios.
Esta tasa se mide por la mañana, con el cuerpo en relajado, después de
despertar y sin haber consumido nada en 10 – 12 horas. Esta tasa representa
entre el 60 – 75% del gasto energético total.

Actividad física

Esta tasa depende de la actividad de los hábitos de actividad, tamaño y


masa muscular de cada persona.
Aquí el gasto energético es muy variable, ya que depende de factores
como el tamaño corporal, de la masa muscular y de los hábitos de actividad física.
Esta tasa puede verse aumentada con el ejercicio aeróbico y el aumento
de la masa muscular. Dentro del gasto energético se incluye la actividad física
espontánea como cambiar la postura, los gestos de la cara) y la voluntaria
(caminar, hacer deporte, etc.).

Acción dinámica de los alimentos

La termogénesis representa el 10% del gasto energético total.


También denominada termogénesis, es la energía que necesitamos para
poder digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. El gasto energético por
termogénesis se calcula en torno a un 10% del gasto energético total.
Hay que diferenciar de la general, a la termogénesis adaptativa,
estimulada por el frío y algunos excitantes.
La termogénesis aumenta 1 hora después de la ingesta y desaparece
aproximadamente a las 4 horas después de haber comido.
En biología, el gasto energético se refiere a la cantidad de energía que un
organismo utiliza en la realización de todas sus funciones y actividades. Estas
funciones pueden ser tan variadas como el mantenimiento de la temperatura
corporal, conducción de impulsos nerviosos, reparación y formación de tejidos,
trabajo mecánico de los músculos para moverse, digestión de alimentos o respirar.

En el ámbito de la nutrición humana, el gasto energético se mide en


calorías y se refiere específicamente a la forma en la que cuerpo utiliza la energía
almacenada en los enlaces químicos de los distintos nutrientes. Así, se habla
también de requerimiento energético como medida de la cantidad diaria de
energía que los alimentos deben suministrar para satisfacer las necesidades
energéticas del organismo. El balance energético se refiere al balance entre el
requerimiento energético y el aporte energético de los alimentos consumidos.

Valoración médica

En un control médico-deportivo se interroga al atleta y se realiza un


examen físico detallado, indagando sobre la presencia de antecedentes familiares,
de problemas cardiacos congénitos y de factores de riesgo cardiovascular.
Es un examen médico que busca determinar el estado de forma del
deportista, sus posibles riesgos en la práctica deportiva, y el plan de
entrenamiento más adecuado para él.
Se buscan también antecedentes de lesiones deportivas, para ver si
alguna de ellas no ha sido completamente rehabilitada y pudiera reagudizarse al
prepararse para la carrera.
En algunas situaciones el médico puede realizar una prueba de esfuerzo,
que recrea las circunstancias del esfuerzo físico en un laboratorio.
De este modo se pueden hallar alteraciones en el aparato cardiovascular
que hayan pasado desapercibidas por no haber generado ningún tipo de síntomas
hasta el momento.

Valoración médica deportiva y prueba de esfuerzo

La valoración médica deportiva y las pruebas de esfuerzo para deportistas


están lideradas por médicos del Área de Medicina Deportiva, que cuentan con el
apoyo de todos los departamentos y profesionales involucrados en patologías
deportivas: cardiólogos, neumólogos, traumatólogos, fisiólogos, fisioterapeutas,
etc.

La prueba de esfuerzo consiste en someter al cuerpo a un esfuerzo físico


controlado y cada vez más intenso, llegando al punto máximo de esfuerzo, para
ver la reacción y poder valorar el estado físico.

En cambio, la valoración deportiva es un examen mucho más profundo.


Incluye la prueba de esfuerzo, pero también una serie de pruebas, controles y
recomendaciones adicionales para conseguir una mejora en el hábito deportivo y
una actividad libre de riesgos.

¿Qué incluye la valoración?

La valoración médica deportiva ofrece un servicio más completo que


cualquier prueba convencional, ya que incluye:

 Consulta con un médico especialista del Área de medicina deportiva.

 Prueba de esfuerzo cardiopulmonar con análisis de gases, para


determinar el estado de forma y el rango óptimo de frecuencia cardiaca para el
entrenamiento. Las pruebas de esfuerzo se harán de forma personalizada en
bicicleta o en cinta rodante, dependiendo del estado de forma previo y de las
preferencias del deportista.

 Electrocardiograma para descartar arritmias y otras alteraciones


cardiacas.
 Análisis de la pisada, para cuantificar las presiones en la superficie
del pie y determinar si existe sobrecarga en alguna zona del mismo.

 Recomendación del nivel y tipo de trabajo aeróbico, para una


práctica deportiva segura, así como para conseguir retrasar la aparición del
umbral anaeróbico y lograr por lo tanto un mejor rendimiento deportivo.

¿A quién está dirigida?

Está dirigida a todas las personas que realizan ejercicio físico con
regularidad que desean valorar su estado de salud o mejorar su rendimiento.
También a quienes se inician en una actividad deportiva, ya que es esencial que
se aseguren de poder realizarla con seguridad. Asimismo, resulta adecuada para
niños y adolescentes.

Cuestionario de salud

A continuación, tenemos para ti algunas preguntas sobre salud que te permitirán


entender temas como: la salud general del encuestado

1. En una escala del 1 al 10, ¿qué tan saludable te consideras?

2. ¿Actualmente, sufres de alguna enfermedad crónica?

 Sí
 No
3. ¿Tienes alguna enfermedad o condición hereditaria?

 Presión arterial alta


 Diabetes
 Hemofilia
 Talasemia
 Huntington
 Otro (Por favor especifica)
4. ¿Estás acostumbrado a las drogas y al alcohol?

 Sí, a ambos
 Sólo a las drogas
 Sólo al alcohol
 No estoy acostumbrado a ninguno
5. ¿Con qué frecuencia te haces un chequeo médico?

 Una vez cada 3 meses


 Una vez cada 6 meses
 Una vez al año
 Sólo cuando sea necesario
 Nunca lo hago
 Otros
6. En general, ¿cómo calificas a los hospitales locales de tu área?

 Excelente
 Por encima de la media
 Promedio
 Por debajo de la media
 Muy pobre
 

7. ¿En general, cómo evaluarías tu salud?

 En buen estado de salud (Sin enfermedad, ni discapacidad).


 Estado de salud medio con una discapacidad física. (Enfermedad o
discapacidad leve)
 Discapacidad física moderada. (Requiere un tratamiento sustancial)
 Discapacidad física severa. (Requiere un tratamiento extensivo)
 Totalmente impedido físicamente. (Confinado a la cama)
8. En tu opinión, ¿a qué capacidad puedes realizar tus actividades
cotidianas?

 Excelente capacidad
 Buena capacidad
 Capacidad moderada
 Deterioro grave de la capacidad
 Deterioro total de la capacidad
9. En las últimas 24 horas, ¿qué diferentes tipos de medicamentos has
tomado?

10. ¿Cuántos medicamentos te ha recetado tu médico en las últimas 24


horas?

 1
 2
 3
 4
 5
 Más de 5
 Ninguno
 

11. En las últimas 24 horas, ¿cómo te has tomado la medicina?

 Sin ayuda (en la dosis correcta y en el momento adecuado)


 Con algo de ayuda (alguien prepara el medicamento o le recuerda que lo tome)
 Completamente incapaz de hacerlo
 Otros
 12. ¿con que frecuencia realizas actividades físicas y de recreación?

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