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Derechos fundamentales

por: valeria- Cuervo. Estudiante.

Los derechos fundamentales son todos aquellos derechos de los cuales es titular
el hombre por el mero hecho de serlo, es decir que le pertenecen al ser humano
sin distinción de raza, condición, sexo o religión. Se les ha dado varias
denominaciones como lo son derechos humanos, derechos del hombre, derechos
de la persona para luego definirlo como derechos fundamentales.
Estos derechos constituyen para los ciudadanos una garantía donde el sistema
jurídico y político orientará hacia el respeto y la promoción de la persona humana.
Se pretende analizar cada uno de la variedad de derechos que se reconoce a la
persona en nuestro sistema jurídico, en el que se le da una denominación como
tal. Los derechos fundamentales por contener una sustentación axiológica solida y
derivar de un valor ético fúndate de un orden constitucional en pro de la dignidad
humana contiene un sin numero de garantías para llevar a cabo el poder de
reclamación ha que se tiene derecho cuando sean vulneradosFundamental rights
are those rights which holds men for the mere fact of being,
namely that belong to human being without distinction of race, sex status, religion.
They have been given several names such as, human rights, human rights of the
individual and then define as fundamental rights. These rights constitute a
guarantee for citizens where the legal and political system oriented towards the
respect and promotion of the human person. The aim is to analyze each of the
variety of rights which recognizes the person in our legal system, which gives them
a designation as such. The fundamental rights by supporting axiological contain a
solid and derive an ethical value fúndate a constitutional order for human dignity
without contains a number of guarantees to carry out the power of that claim has
become entitled when they are violated.
de la humanidad, puesto que los hechos que dinamizan las diversas luchas
sociales, políticas, económicas e incluso, culturales, están inspiradas en los
principios doctrinarios de estos derechos: la búsqueda de la dignidad humana, la
igualdad, la libertad, la equidad y el bienes
Los derechos constitucionales fundamentales no son absolutos, encuentran
limites y restricciones en los derechos de los demás, en la prevalencia del interés
general, en la primacía del orden jurídico y en los factores de seguridad, moralidad
y salubridad públicos que no pueden verse sacrificados en aras de un ejercicio
arbitrario o abusivo de las prerrogativas individuales Los derechos fundamentales, no
obstante su consagración constitucional y su importancia, no son absolutos y. por tanto,
necesariamente deben armonizarse entre sí y con los demás bienes y valores protegidos
por la carta, pues, de lo contrario, ausente esa indispensable relativización, la convivencia
social y la vida institucional no serian posibles”
El logro de un bienestar y la posibilidad de desarrollarse a plenitud no siempre se
han dado de forma equitativa. Así hemos visto que, desde hace miles de año, al
mismo tiempo que aparecían mecanismos de dominación de unos hombres sobre
otros, el acceso al bienestar comenzó desigual. Es decir, según los bienes o
riquezas poseídas, las razas de las personas o la religión que profesaban, se
lograba un mayor o menor disfrute de condiciones dignas de vida. La intolerancia
se asentó como forma de relación entre los miembros de la sociedad.
Asimismo, se practico el uso de la fuerza para resolver los conflictos y aplacar las
disidencias. Pero la naturaleza humana se rebela permanentemente contra
cualquier forma de dominación, y por ello constituye un motor que impulsa la
organización con miras a revertir situaciones extremas de violación. Así, el
sometimiento de un pueblo por otro, la existencia de condiciones precarias de
trabajo o la discriminación racial por citar sólo algunos ejemplos han sido motores
de grandes jornadas de protesta y exigencias que permitieron alcanzar
importantes cambios.
conlleva para este ultimo una serie de deberes. A todo miembro del estado
pertenece por otra parte un rango en el cual es señor absoluto. Una esfera libre
del estado, una esfera que excluye el imperium: el estado negativo también
llamado status libertatis. A mayor abundamiento y en cuanto al estado, en el
cumplimiento de sus deberes, reconoce al ciudadano la posibilidad de aspirar a
que el poder estatal sea ejercitado en su favor, en cuanto le concede la facultad de
beneficiarse de las instituciones estatales. Le esta reconociendo el “estado
positivo” o status civitatis, que se presenta como el fundamento del conjunto de
las prestaciones estatales hechas en interés del individuo. La actividad del estado,
por tanto, solo es posible mediante la acción individual. En cuanto reconoce al
individuo la capacidad de obrar por cuenta del estado, lo promueve a una
condición mas elevada y cualificada, a la ciudadanía activa. Esta se corresponde
con el “estado activo”, el status activae civitatis, por el que el individuo está
autorizado para ejercer los llamados derechos políticos en su más estricto
significado. Se concreta así la teoría de los estados de Jellinek, de la cual surgen
los derechos subjetivos que, por corresponder al ciudadano respecto del estado,
se califican de públicos, de fundamentales y se dividen según la tradición del
modo siguiente: derechos civiles de ámbito personal, de la esfera privada,
derechos positivos, económicos, sociales y culturales. Conociendo lo anterior,
decir que las libertades públicas (entendidas como libertades con autonomía) sólo
tendrían acomodo dentro de la primera categoría citada ya de derechos
fundamentales. Lo que sucede es que ampliando el contenido pretendido para las
libertades, viene hablándose de libertades que implican participación, que podrían
equipararse con los derechos políticos, e incluso llegan a utilizarse de forma
indistinta las categorías antedichas, en contra de la tradición histórica ya citada y
con la dificultad de encuadrar, dentro de las libertades, de los derechos
económicos, sociales y culturales. Los derechos fundamentales se sustraen
Los derechos fundamentales son aquellos que se encuentran reconocidos
directa o indirectamente en el texto constitucional y en Pactos Internacionales
como derechos subjetivos de aplicación inmediata. En otras palabras se trata de
derechos de tal magnitud para el orden constitucional e internacional, que su
vigencia no puede depender de decisiones políticas de los representantes de las
mayorías. Usualmente los derechos fundamentales son derechos de libertad. No
obstante, en algunos casos, existen derechos prestacionales fundamentales,
como el derecho a la defensa técnica, a la educación básica primaria o al mínimo
vital. Estos derechos fundamentales no incluyen solo los derechos subjetivos y
garantías, sino que de igual manera deberes positivos que le otorgan
responsabilidades a las ramas del poder, y debe entenderse que el estado, no
solo tiene una obligación negativa de no lesionar la esfera individual, pues también
opta por la obligación positiva como es la de contribuir a la realización efectiva de
los derechos, la protección y el mantenimiento de condiciones de vida digna para
los mismo.
Se analiza en la sentencia que los derecho fundamentales no son
absolutos porque tienen un carácter ilimitado que implican el saber que son
derechos que no pueden ser restringidos y que por lo tanto pueden prevalecer
sobre otros dado un eventual conflicto.
Como sabemos los derechos fundamentales y los derechos humanos obligan a los
órganos del estado a que se proteja promueva, y restaure dichos derechos cuando
han sido violados y para que se tengan en cuenta para determinar limites del
ejercicio de poderes o facultades que tengan los poderes públicos y de
particulares lo que hace que halla exigencia en el cumplimiento de parte de
ambos
Algunos derechos fundamentales se confrontan entre si, estos derechos han
surgido históricamente debido al aparecimiento de valores inversos, están
enfrentados o pueden ser opuestos a objetivos colectivos de la mayor importancia
constitucional. Como expresa el boletín 4o de la corte se dan unos ejemplos como
en el caso del derecho a la libertad de expresión (art. 20 de la C.P.) se encuentra
limitado por el derecho a la honra (art. 21 C.P.) Al buen nombre y a la intimidad
(art. 15) y viceversa. El derecho de petición está limitado por la reserva de ciertos
documentos para proteger intereses constitucionalmente validos (art. 23 y 74 C.P.)
El derecho al libre desarrollo de la personalidad se encuentra limitado por “los
derechos de los demás y el orden jurídico”
Los derechos fundamentales tienen aplicación inmediata por ende el art. 85
consagra lo siguiente:
“son de aplicación inmediata los derechos consagrados en los arts.:
11,12,13,14,15,16,17, 18,19,20,21,23,24,26,27,28,29,30,31,33,34,37 y 40.
Cuando nos habla el art. 85 de aplicación inmediata hay que analizar:
“Que este art. 85 enumera los derechos que no requieren de previo desarrollo
legislativo o de algún tipo de reglamentación legal o administrativa para su eficacia
directa y que no contempla condiciones para su ejercicio en el tiempo, de modo
que son exigibles en forma directa e inmediata. En realidad la especificidad de
estos derechos es un fenómeno de tiempo: el hombre llega a ellos de manera
directa, sin necesidad de la mediación de un desarrollo legislativo. Es pues, un
criterio residual para los efectos que nos ocupan. Para que el art. 85 de la
Constitución no sea inocuo debe leerse como una norma que no condiciona a la
mediatización de una ley la aplicación de los derechos allí enumerados.
”Igualmente ha dejado clarificado que la enunciación de algunos derechos como
de aplicación inmediata “no debe ser entendida como un criterio taxativo o excluyente”
de la constitución establece, como se dijo, la primacía de los derechos
inalienables de la persona, los reconoce, sin discriminación. Y ampara a la familia
como institución básica de la existencia de la sociedad. Cabe aclarar unos pocos
conceptos, toda vez que el Titulo II de la Carta se refiere de manera especifica los
derechos con todas sus divisiones, y que allí mismo se establecen los derechos
de la familia y su status jurídico. La concepción de los derechos inalienables es
una concepción de la corte iusnaturalista, que reconoce que los derechos son
propiedades del ser humano, es decir, le son propios, están en la ley y por ello
deben protegerse. A demás ha de decirse de una vez los derechos son
limitaciones al Estado, al ejercicio de su poder (y de todas sus autoridades). Lo
inalienable es inajenable, no sujeto a negocio. Las dos características se predican
como anteriores al surgimiento del estado.
Cuando se habla de personas se refiere a una categorización no muy bien
realizada, pero ya tradicional y convencional en derecho que proviene de antiguo.
Me refiero a esa división entre personas naturales y jurídicas. Por las primeras se
entiende a los seres humanos; por las segundas a aquellas creaciones de los
seres humanos para el desarrollo de los fines o propósitos que quiere desarrollar y
por ficción se les otorga lo que se denomina personería jurídica, dotando esos
empeños de deberes y obligaciones. Así las entidades políticas (desde sus
estados y divisiones) hasta el ejercicio del derecho de asociación en cualquiera
de sus formas (con animo de lucro o con fines no lucrativos con fines científicos,
culturales, económicos, sindicales etc.), como los capitales destinados a un fin
social (las fundaciones) constituyen personas jurídicas. Los derechos de los seres
humanos se deslizan, se extienden a las personas (más amplio) y a los pueblos.
Aunque el legislador no puede vulnerar los derechos fundamentales, si puede
reglamentar su ejercicio y de esta manera restringirlos o condicionarlos a fin de
hacerlos compatibles con bienes colectivos tales como el orden público. Para conjurar el
riesgo de su vulneración, algunas constituciones
La constitución colombiana dedica casi un tercio de su contenido (84 artículos), a
los derechos y deberes de los ciudadanos. El art. 93 da prioridad a los Tratados
Internacionales sobre la ley interna en relación con la prohibición de limitarlos en
supuestos de estados de excepción.
En el Capitulo I de la constitución (arts. 11 al 41) se consagran los derechos
fundamentales, destacándose el derecho a la paz, al libre desarrollo de la
personalidad, el derecho al trabajo, el derecho a toda persona a aprehender a
cualquier malhechor sorprendido en flagrante delito, a revocar el mandato de los
elegidos, el derecho a interponer acciones públicas en defensa de la Constitución
y de la ley.
En el Capitulo II de la Constitución (arts. 42 al 77) se consigan los derechos
sociales, económicos y culturales. Entre los aspectos novedosos de su tratamiento
sobresalen los derechos de los niños, con prevalecía sobre los derechos de los
demás, la protección y formación de los adolecentes y de las personas de la
tercera edad, de los disminuidos físicos y psíquicos, así como el acceso
progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, y el acceso en
un sistema de igualdad de oportunidades, a la explotación del espacio.
En el Capitulo III de la Constitución (arts. 78 al 82) se relacionan los derechos
llamados de “tercera generación” que son todos aquellos derechos colectivos y del
ambiente, entre los cuales se mencionan el control de calidad de los bienes
ofrecidos y prestados a la comunidad, el derecho a gozar de un ambiente sano, el
aprovechamiento de los recursos naturales, la prohibición respecto a la
fabricación, importación, posesión y uso de armas químicas, biológicas y
nucleares
En las constituciones actuales, el legislador tiene conforme a lo establecido por el
ordenamiento jurídico, cierta potestad de desarrollar, configurar y restringir los
derechos fundamentales a través del principio democrático.
Un primer método, el más sencillo es el lógico-sistemático y nos conduce a la casi
obvia conclusión de que los derechos fundamentales solo son aquellos que
expresamente el constituyente calificó con esa denominación en la sistemática
constitucional, es decir, los derechos incluidos en el capitulo I del titulo II de la
carta, donde se nos expresa que fue explícitamente bautizada como “derechos
fundamentales” .fue ésta, precisamente, la tesis adoptada por algunas instancias
judiciales de tutela pero que comparta una interpretación restrictiva, tal vez
demasiado exegética y que reduce el espacio protector de la tutela a los derechos
individuales de primera generación e inspiración liberal (con excepción de derecho
al trabajo y derecho a la paz).
Un segundo argumento histórico o lógico –subjetivo sostiene que la denominación
dada a los capítulos en que se divide sistemáticamente el texto constitucional
carece de fuerza vinculante, como quiera que ella no fue voluntad del
constituyente (la titulación nunca fue aprobada por la asamblea nacional
constituyente del 91 sino por la comisión codificadora de dicha asamblea, sin estar
autorizada para hacerlo una especie de constituyente nocturno expidió los textos
apócrifos).
Otro seria el argumento lógico sistemático según el cual a pesar de la
denominación dada al capitulo I de (los derechos fundamentales) el constituyente
también bautizo también como fundamentales a otros derechos no ubicados en
dicho capitulo, tal como sucede V gr. Con los derechos fundamentales de los
niños (art. 44) ubicados en el capitulo de los (derechos sociales- económicos y
culturales) y que comprenden no solo derechos individuales de libertad, sino
también derechos de prestación como el derecho a la salud, a la educación, al
amor y al cuidado etc. Con carácter de prevalentes sobre los derechos de los
demás.
Dado que los medios de comunicación actualmente movidos por grandes capitales
tienden a actuar en forma irresponsable suministrando información a la ligera con
el fin de competir por el famoso síndrome de la "chiva" las personas que
frecuentemente se ven indefensas ante tal actitud pueden ejercer el derecho a la
honra para exigir que la información que se presente sobre ellos sea verdadera y
no afecte injustamente su reputación.
Artículo 22. La paz como derecho y deber
Derecho a la paz es el derecho que todos tenemos de vivir en una sociedad en
que los conflictos se resuelven por medios pacíficos y no violentos. La violencia
como dice Helder Cámara conduce a un espiral de violencia donde la violencia
genera más violencia cada día. Por lo tanto, debemos contribuir a que la violencia
cese.
El derecho a la paz es uno de los derechos colectivos que se protegen con la
nueva Constitución. Se entiende no solo como un derecho sino como un deber,
que todos de múltiples maneras contribuimos a que se consolide o se disuelva
como derecho. En la medida en que actuamos violentamente o educamos con
actitudes violentas, generamos más violencia en la sociedad a la que
pertenecemos. Por lo tanto se impone para cada uno el deber de fomentar la paz
o lo que es similar el deber de no actuar en forma violenta y buscar la solución de
conflictos por medios pacíficos.
No obstante la paz no es solo ausencia de violencia, sino en un sentido más
amplio, el respeto a los derechos humanos. Por lo tanto y mediante las acciones
populares que son el típico instrumento o mecanismo para la protección de los
derechos colectivos, se puede proteger el derecho a la paz.
Artículo 23. Derecho de petición
El derecho de petición no es un derecho nuevo en el sistema constitucional
colombiano, se puede decir que es un pilar fundamental del Estado de derecho.
Con el derecho de petición se garantiza el acceso de los particulares a la
información pública, y por ende el acceso a la justicia. Quien quiera acudir a la
justicia debe pensar en que el juez para fallar un caso concreto solo se puede
basar en las pruebas allegadas al proceso. Por lo tanto y con el fin de aportar los
documentos oficiales en los que fundamenta su petición o demanda, el
peticionario debe hacer uso del derecho de petición para informarse
adecuadamente y así asegurar el éxito del juzgamiento.

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