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Rasgos de personalidad en adolescentes con sobrepeso y obesidad

Autores: Lacunza, Betina; Caballero,Valeria & Díaz, Yanina.


Colaboradores: Salazar Burgos, R., Sal, J., Ale, M., Filgueira, J., Fernández, N.
Introducción
Las alteraciones nutricionales, ya sea por déficits (desnutrición) o exceso
(sobrepeso y obesidad), son una problemática de salud pública a nivel mundial. Un
estudio realizado con adolescentes de 10 a 19 años ha mostrado prevalencias de
20,8% de sobrepeso y 5,4% de obesidad, con mayor sobrepeso en varones y
particularmente en el grupo de 10 a 12 años, datos que disminuyen de forma
significativa en edades superiores (Kovalskys, Bay, Rausch Herscovici & Berner,
2004). Un estudio local con adolescentes de 12 a 17 años evidenció un 31% de
alteraciones nutricionales por exceso en población urbana (Lacunza et al., 2011)
mientras que en población rural el porcentaje descendió a un 11% (Lacunza,
Caballero, Filgueira Blanche, Sal & Salazar Burgos, 2012).
Las cifras precedentes alertan sobre la importancia de investigar distintas
características de estas alteraciones de salud. Respecto al funcionamiento
psicológico se han encontrado distintos indicadores psicopatológicos asociados a las
modificaciones del estado nutricional, sobre todo por exceso. Existe evidencia de
que la depresión y la ansiedad son más frecuentes en personas obesas (Bayle &
González, 2011). Para la Asociación de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (2010)
el Neuroticismo, en tanto característica de personalidad temperamental, se asocia a
los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y guarda una estrecha relación con
los síntomas y trastornos depresivos, que a su vez, son factores de riesgo para los
TCA. Altos niveles de ansiedad acompañados de insatisfacción corporal y baja
autoestima también han sido observados en población infanto-juvenil de 9 a 16 años
(Cebolla, Baños, Botella, Lurbe & Torró, 2011). Al analizar pacientes obesos en
tratamiento dietario Abilés et al. (2010) han observado que aquellos que presentan
mayor dificultad para la pérdida de peso manifiestan mayor ansiedad, emotividad,
dureza emocional y pérdida de control. En esta misma línea Lacunza et al. (2011)
encontraron que adolescentes obesos mostraron retraimiento, ansiedad social y un
bajo autocontrol.
La tendencia a presentar patologías internalizantes, en personas con
sobrepeso u obesidad, ha puesto en evidencia en población española de 10 a 14
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años que la motivación es más baja, circunstancia que se manifiesta por una mayor
tendencia hacia la frustración y mayores dificultades para alcanzar sus metas
(Aguilar Cordero; González Jiménez; Padilla López; Guisado Barrilao & Sánchez
López, 2012). Trabajando con población general, una investigación puso de
manifiesto que a medida que aumenta el índice de masa corporal disminuye la
autoestima (Aguilar-Ye; Puig-Sosa; Luna Madrigal; Sánchez Zárate; Rodríguez;
Rodríguez, 2002) hecho que repercutiría en el estado de ánimo de las personas. Por
su parte López Martínez, García Gándara, Pérez Sainz, Sañudo Abascal & Navarro
Noguera (s/f) han encontrado una tendencia diferente. Estos autores identificaron,
en población general, que las personas que padecen sobrepeso son más
extravertidas que aquellos que no la padecen.
El objetivo de este trabajo fue identificar los rasgos de personalidad desde un
modelo psicobiológico, en adolescentes escolarizados con sobrepeso y obesidad,
residentes en ciudades del sur de la provincia de Tucumán.

Método
Participantes: 369 adolescentes, entre 11 y 18 años, asistentes a 2º y 3º año de
nivel medio de escuelas públicas de localidades del sur de la provincia de Tucumán
(Monteros, Concepción y Alberdi). La edad promedio fue de 13 años (DE: 1.01) y el
60% fueron varones.

Instrumentos
a. Cuestionario de Personalidad para niños (EPQ-J) (Eysenk&Eysenk, 2007): prueba
de personalidad diseñada por Eysenck en 1975 que evalúa tres dimensiones
básicas de la personalidad: Neuroticismo (emocionalidad), Extraversión y
Psicoticismo (dureza); además contiene una escala Sinceridad y otra denominada
conducta antisocial. Es aplicable a niños y adolescentes entre 8 y 15 años, tanto
de modo individual o grupal. Cuenta con 81 ítems referidos a distintas formas de
sentir o pensar y con dos opciones de respuesta (si-no). La validación española
mostró que los niveles de fiabilidad (test-retest) mostró coeficientes entre .55 y.89,
los índices más bajos aparecieron en la escala P. Los estudios sobre validez han
sido satisfactorios tanto para varones como mujeres en todas las edades; el
instrumento diferencia adecuadamente entre población clínica y control.
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b. Valoración del estado nutricional a partir indicadores antropométricos: talla (T),


peso (P), para la determinación del Índice de Masa Corporal (IMC) considerando
los estándares de valoración para sexo y edad propuestos por la CDC (2002).
c. Encuesta sociodemográfica (diseñada para el presente estudio).

Procedimiento
Se trató de un estudio cuantitativo, comparativo transversal, con muestreo no
probabilístico accidental (Hernández Sampieri, Fernández Collado & Baptista Lucio,
2010). Se realizaron entrevistas con directivos de las escuelas para acordar pautas
de trabajo. Se administró el EPQ-J de forma grupal, previa autorización de los
padres (consentimiento informado). Además los adolescentes participaron de una
evaluación antropométrica individual. Las evaluaciones se realizaron en el 2º
semestre de 2012. Acompañaron a los profesionales alumnos avanzados de la Lic.
en Nutrición y Psicología para la administración de las pruebas y mediciones. El
IMC se calculó con la fórmula: IMC = peso (kg)/ estatura2 (m). Como criterios de
clasificación y estándar de referencia se utilizaron las correspondientes a las tablas
de la CDC (2002), se calculó el z-score y el percentilo de cada adolescente
utilizando como parámetros: mayor al percentilo 85 se consideró sobrepeso y mayor
al percentilo 95 obesidad. A partir de estos parámetros se conformaron dos grupos:
a) clínico (adolescentes con sobrepeso y obesidad) y b) control (adolescentes con
IMC normopeso). Los análisis comparativos se efectuaron con el paquete estadístico
PASW-17.
Resultados
En un primer momento se analizaron las puntuaciones descriptivas de las
pruebas EPQ-J según la variable sexo. El análisis de Anova mostró la existencia de
diferencias estadísticas significativas en las dimensiones Neuroticismo (F (1, 365) =
56.73, p = .000) y Conducta antisocial (F (1, 365) = 4.17, p = .042), por lo que las
adolescentes mujeres referían mayor inestabilidad emocional y comportamientos
transgresores (ver Tabla 1).

Tabla 1. EPQ-J según sexo. Anova de un factor, muestra completa.


Varones (n=221) Mujeres (n=147)
Dimensiones M DS M DS F P
N 11.35 3.78 14.27 3.39 56.73 .000*
4

E 16.18 2.86 16.36 3.13 .305 .581


P 8.84 2.67 8.75 2.53 .089 .765
CA 20.75 4.70 21.77 4.67 4.17 .042*
Nota. N (Neuroticismo); E (Extraversión); P (Psicoticismo) y CA (Conducta
Antisocial)
* p < .05
Posteriormente se analizaron las mediciones antropométricas. Para esta
instancia sólo participaron 361 adolescentes debido a su negativa para pesarse y
medirse (a pesar de contar con el consentimiento informado de sus padres), es
decir, solo el 2% de la muestra total no participó de esta evaluación. Se encontró
que el 32% de los adolescentes presentaba malnutrición por exceso nutricional.
Cabe destacar que 115 adolescentes conformaron el grupo clínico (ver Tabla 2).
Tabla 2. Categorías del estado nutricional
Categorías IMC F %
Normonutrido 238 65.9
Desnutrido 8 2.2
Sobrepeso 61 16.9
Obesidad 54 15

Luego se analizaron las dimensiones de personalidad según el estado


nutricional. El análisis de Anova no mostró la existencia de diferencias estadísticas
significativas aunque un análisis de tendencias indicó que los adolescentes
desnutridos referían mayor Neuroticismo mientras que los adolescentes con
sobrepeso y obesidad se percibían con mayor Extraversión (ver Tabla 3).
Tabla 3. EPQ-J según estado nutricional. Análisis univariado, muestra completa.
Estado nutricional
Dimensione Normonutrid Desnutrido Sobrepeso Obesidad
s EPQ-J o (n: 237) (n: 8) (n: 61) (n: 54)
M DE M DE M DE M DE F p
N 12.43 3.93 13.5 2.13 12.59 4.02 12.61 3.58 .221 .882
E 16.13 3.04 15.38 3.15 16.57 2.96 16.63 2.73 .881 .451
P 8.6 2.62 9.75 1.66 9.16 2.81 9.07 2.31 1.4 .240
CA 20.84 4.8 22.75 3.88 21.49 4.86 22 4.22 1.32 .265
Nota. N (Neuroticismo); E (Extraversión); P (Psicoticismo) y CA (Conducta
Antisocial)
* p < .05
Considerando el diagnóstico nutricional, se establecieron dos grupos: a)
clínico (adolescentes con sobrepeso y obesidad) (32.6%) y b) control (adolescentes
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normopeso) (67.4%). Se observó que los adolescentes con sobrepeso y obesidad


referían mayor dureza emocional (P), lo que indicaría mayor agresividad, hostilidad e
insensibilidad en las emociones de los adolescentes con sobrepeso y obesidad
respecto a sus pares normopeso. Un análisis de tendencias mostró que el grupo
clínico refería mayor neuroticismo, es decir, reactividad ante las presiones o
exigencias, ansiedad frecuente y tendencia a preocuparse por distintos eventos
aunque no revistan mayor gravedad (ver Tabla 4).
Tabla 4. EPQ-J según estado grupo clínico y control. Análisis univariado.

Dimensiones Control Clínico


EPQ-J (n: 237) (n: 115)
M DE M DE F p
N 12.43 3.99 12.6 3.8 .137 .712
E 16.13 3.04 16.6 2.84 1.91 .167
P 8.6 2.62 9.12 2.58 3.05 .081
CA 20.84 4.8 21.73 4.56 2.72 .100
Nota. N (Neuroticismo); E (Extraversión); P (Psicoticismo) y CA (Conducta
Antisocial)
* p < .10

Discusión
El objetivo de este trabajo fue identificar los rasgos de personalidad desde un
modelo psicobiológico, en adolescentes escolarizados con sobrepeso y obesidad.
Se trabajó con una muestra de 369 adolescentes escolarizados, residentes en
ciudades de Monteros, Concepción y Alberdi (provincia de Tucumán).
Las mediciones antropométricas mostraron que el 32.6% de los adolescentes
participantes presentaba sobrepeso y obesidad. Estos resultados tienen coincidencia
con la prevalencia en población infanto juvenil descripta por el Centro de Estudios
sobre Nutrición Infantil (CESNI) y la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos
Alimentarios (SAOTA). Sobre un total de 119.932 casos analizados en todo el país,
encontraron que el 27.3% de los adolescentes evaluados presentaba un diagnóstico
de sobrepeso y obesidad (CESNI & SAOTA, 2012). En tanto, sólo el 2% presentaba
malnutrición por déficit, lo que representa la transición nutricional que atraviesa la
población, particularmente las generaciones más jóvenes. Esta transición nutricional,
descripta a partir de la hiperoferta de comidas altamente energéticas, un abandono
de la cocina tradicional, un estilo de vida sedentario, un rechazo al sobrepeso y un
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culto a un modelo de belleza y éxito vinculado a la delgadez (Lacunza, Sal,


Yudowsky & Cordero, 2009).
Los análisis de las dimensiones de personalidad según el estado nutricional
no mostró la existencia de diferencias estadísticas significativas aunque a nivel
descriptivo los puntajes promedio indicaron que los adolescentes desnutridos (8
adolescentes) referían mayor Neuroticismo mientras que los adolescentes con
sobrepeso y obesidad (115 adolescentes) se percibían con mayor Extraversión. La
dimensión Neuroticismo ha sido descripta como reactividad ante las presiones o
exigencias, ansiedad frecuente y tendencia a preocuparse por distintos eventos
aunque no revistan mayor gravedad. En términos psicológicos, esta dimensión se
caracteriza por altos niveles de afectos negativos vinculados a depresión y ansiedad.
Las personas con alto Neuroticismo suelen tener umbrales bajos de activación y son
incapaces de inhibir o controlar sus reacciones emocionales, experimentan efectos
negativos (enfrentar o evitar) ante estresantes considerados insignificantes para
otros y se disgustan con mucha facilidad (Schultz & Schultz, 2010). Según Mori
Saavedra (2002) los sujetos extravertidos se agotan fácilmente, pueden disminuir su
rendimiento al finalizar una tarea, suelen necesitar grandes cantidades de estímulos
ambientales, no prevén un adecuado control de su conducta por lo que suelen ser
impulsivos, excitables y cambiantes.
Correia, del Prette y del Prette (2004) realizaron un estudio con mujeres
brasileñas obesas en tratamiento médico, encontrándose que si bien estas referían
dificultades en las habilidades sociales asertivas relacionadas con la alimentación,
por ejemplo, en el autocontrol, presentaban puntuaciones altas en las habilidades
para el desenvolvimiento social con conocidos. Estas habilidades pueden vincularse
a características de personalidad de tipo extravertido, tal como las descriptas en los
adolescentes con sobrepeso y obesidad del presente estudio. En la misma línea,
Sutin, Ferrucci, Zonderman y Terracciano (2011) en un estudio longitudinal
analizaron cómo los rasgos de personalidad se asocian a medidas de adiposidad y
fluctuaciones en el IMC. Encontraron que los pacientes con mayor Neuroticismo y
extraversión tenían un IMC más alto, mientras que rasgos de personalidad
vinculados a la baja afabilidad y alta impulsividad predecían mayor aumento del IMC
en la vida adulta. Asimismo, López Martínez, García Gándara, Pérez Sainz, Sañudo
Abascal & Navarro Noguera (s/f) identificado que las personas que padecen
sobrepeso son más extravertidas que aquellos que no la padecen.
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Podría hipotetizarse que los adolescentes con sobrepeso y obesidad deben


ser más sociales para agradar a los otros y contrarrestar los posibles rechazos
sociales. De este modo, se apoyan las afirmaciones de Miller, Rothblom, Brand y
Felicio (1995) sobre las nociones y creencias de que las mujeres gorditas son
simpáticas y agradables, particularmente con su círculo social más próximo.
La distinción entre grupo clínico (adolescentes con sobrepeso y obesidad:
32.6%) y control (adolescentes normopeso: 67.4%) permitió diferenciar ciertas
características de personalidad. Los adolescentes con sobrepeso y obesidad
referían mayor dureza emocional (Psicoticismo), dimensión que se vincularía más
una herencia poligénica que a estructuras cerebrales específicas por expresar un
grado de vulnerabilidad inespecífica (Polaino-Lorente, CabanyesTrufino & Armentia,
2003). Eysenck encontró niveles más altos de Psicoticismo en los varones lo que lo
llevó a hipotetizar la vinculación de esta dimensión de personalidad con la presencia
de hormonas masculinas (Schultz & Schultz, 2010). Eysenck (1990) plantea que un
alto Psicoticismo se asocia a agresividad, hostilidad, frialdad, egocentrismo,
impulsividad, comportamientos antisociales, rigidez pero paradójicamente también
con creatividad.
En definitiva, se observaron dos características de personalidad distintivas en
los adolescentes con sobrepeso y obesidad: mayor Extraversión y Psicoticismo
respecto a sus pares normopeso. Estos resultados coinciden con los estudios de
Kakizaki et al. (2008) en Japón. En un estudio transversal analizaron a 30772
personas adultas con la prueba de personalidad de Eysenck y medidas de IMC,
hallándose que en hombres y mujeres, la Extraversión y el Psicoticismo se
asociaban al sobrepeso, por lo que los sujetos más obesos tendían a ser más
sociables y simpáticos.
El análisis de los resultados permitió observar la tendencia de los
adolescentes obesos y con sobrepeso a mostrar características de personalidad con
tendencia psicopatológica. Se destaca la importancia de profundizar la investigación
de variables mediadores de la obesidad en población adolescente, particularmente
aquellas vinculadas a la personalidad.

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