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Tribunal: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)(CSU4)

Título: Efectos de despido anterior a formación de sindicato queda sujeto a constitución del mismo
Fecha: 15/05/2008
Partes: Arriagada Godoy, Roberto Segundo contra Minera Escondida Ltda.
Rol: 323-2008
Magistrado: Valdés Aldunate, Patricio
Magistrado: Torres Allú, Julio
Magistrado: Pérez Paredes, Gabriela
Abogado integrante: Hernández Emparanza, Domingo
Abogado integrante: Carrasco Acuña, Oscar
Cita Online: CL/JUR/2355/2008
Voces: DERECHO DEL TRABAJO ~ DESPIDO ~ FUERO LABORAL ~ SINDICATO ~
TRABAJADOR

Sumarios:
1. El despido a que alude el recurrente se produjo bajo una condición suspensiva, esto es que, dentro
del período de diez días a que se refiere el artículo 221 del Código del Trabajo, el trabajador no
participe en la constitución de un sindicato sea de empresas o interempresas, pues en este caso, si lo
hace, se cumple tal condición, el trabajador goza del referido fuero y, por consiguiente, el despido
resulta ineficaz porque para que pudiera llevarse a efecto, se requiere de la autorización judicial
pertinente. Ésta es precisamente la situación que ocurrió en el caso de autos; el actor, en ejercicio del
derecho de sindicalización y de afiliación, concurrió a la asamblea de constitución del sindicato, que se
llevó a efecto, cinco días después de habérsele notificado el despido por parte de su empleador quien
invocó la causal de necesidades de la empresa, asistencia que le significó gozar de fuero sindical, a
contar de los diez días anteriores a ésta, de modo que, si bien ese despido nació válido estaba sujeto a
una condición suspensiva que, con motivo de la constitución de ese sindicato, se cumplió y produjo la
ineficacia del mismo. Consecuentemente, el trabajador mantuvo su calidad de tal y con ello, todos los
derechos que por ley y el contrato le corresponden

Texto Completo: Santiago, quince de mayo de dos mil ocho.


Vistos:
En estos autos rol Nº 5.574-05 del Primer Juzgado de Letras de Antofagasta, don Roberto Segundo
Arriagada Godoy, deduce demanda en contra de Minera Escondida Ltda., representada por don Jorge
Muñoz del Pino; a fin que se declare que su despido fue nulo por practica antisindical y, en subsidio,
por gozar de fuero sindical; solicita su reincorporación y el pago de las remuneraciones
correspondientes al período de separación ilegal.
La demandada, evacuando el traslado conferido, solicita se rechacen ambas demandas por las
razones que expone.
El tribunal de primera instancia, en sentencia de catorce de agosto del año dos mil siete, escrita a
fojas 440, acogió la demanda solo en cuanto hizo lugar a la petición subsidiaria de nulidad del despido
al no haberse obtenido la autorización de juez competente en consideración al fuero laboral que gozaba
el trabajador ratificó la reincorporación al trabajo ordenada en su favor y el pago de las remuneraciones
devengadas entre la fecha de la separación y la de la reincorporación, si no se hubiese hecho, y se
rechazó, en lo demás, la referida demanda, sin costas.
Se alzó la demandada y la Corte de Apelaciones de Antofagasta, en fallo de tres de diciembre del
año pasado, que se lee a fojas 503, confirmó el de primer grado, con costas.
En contra de esta última sentencia, la demandada deduce recurso de casación en el fondo, por haber
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sido dictada, a su juicio, con errores de derecho que han influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo, pide a esta Corte que lo anule y dicte una de reemplazo, por medio de la cual rechace, en todas
sus partes, la demanda interpuesta en su contra.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que la demandada expresa que la sentencia, al acoger la demanda, habría infringido la
letra b) del artículo 3 del Código del Trabajo, al reconocerse al actor la calidad de trabajador, la que no
detentaba al momento de constituir el sindicato.
El segundo error de derecho se habría producido al vulnerar el artículo 161 del mismo cuerpo legal,
pues el despido que operó respecto del actor corresponde a un acto jurídico unilateral que nació
completa y absolutamente válido a la vida del derecho.
En efecto, la nulidad del mismo sólo puede producir sus efectos desde que el vicio que la origina es
anterior o subsistente con el acto y no posterior.
Agrega que, en el mismo sentido, han sido atropelladas las normas generales de los actos jurídicos
del Código Civil, artículos 1445 y siguientes y en especial, el artículo 1686 de dicho cuerpo de leyes,
en atención a que no pueden anularse aquellos actos en que se cumplieron todas las formalidades que
señala la ley.
En tercer término, expresa que se habrían infringidos los artículos 212 y 230 del Código del
Trabajo, toda vez que no pueden constituir sindicatos las personas que no tienen la calidad de
trabajador, vulnerándose la primera de las normas señaladas, ya que la sentencia hizo caso omiso de
ella, al reconocérsele al actor la facultad para concurrir al sindicato a pesar que en ese momento no
tenía la calidad de trabajador.
Expone que el artículo 230 del Código antes citado, establece la excepción a la regla general, esto
es, que para mantenerse afiliado a los sindicatos interempresas no se requiere que los socios estén
actualmente prestando servicios, esta excepción hace que, inequívocamente para la constitución de un
sindicato así como de cualquier otro, debe tenerse la calidad de trabajador.
En cuarto término, denunció el atropello a los artículos 174 y 221, en relación con los artículos 309
y 201 todos del Código Laboral.
Al efecto indica que la primera de ellas expresa que los trabajadores gozan de fuero; por
consiguiente, si éste es despedido, carece del derecho de constituir una organización sindical, sea de
empresas o interempresas; al no entenderlo así, se ha infringido la norma en estudio porque el actor no
pudo gozar de fuero ya que fue despedido antes de la constitución del sindicato, no tiene la calidad de
trabajador y no podía gozar del fuero establecido en el inciso tercero del artículo 221 del Código antes
citado.
En último término, expresa que se han vulnerado las reglas de la sana crítica, al concluir la sentencia
que los preparativos de la constitución eran notorios y sin que pueda pasar desapercibido para su
representada ni pretender que la constitución de un sindicato sea meramente instrumental, conclusiones
que no poseen base alguna en antecedentes graves, múltiples, precisos, concordantes y conexos como
lo exige el artículo 456 del Código del Trabajo en relación con el artículo 455 del mismo cuerpo legal.
Esta infracción se demuestra al rechazarse por falta de prueba la denuncia por práctica antisindical
y, por la otra, acoge la demanda subsidiaria en atención a un malentendido fuero laboral, en
circunstancia que existían los mismos fundamentos para rechazar ambas acciones.
Finaliza indicando la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido en su opinión, los
errores denunciados y, solicita se acoja el recurso, se anule el fallo dictándose una nueva sentencia que
rechace en todas sus partes la demanda interpuesta en contra de su representada.
Segundo: Que son hechos establecidos en la sentencia impugnada, los siguientes:

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a) Con la prueba rendida no hay antecedente alguno que revelen ninguna acción que atente en contra
de la libertad sindical, sea del trabajador Roberto Arriagada o respecto del Sindicato La Escondida o
del Sindicato Interempresa del que es Presidente, el actor.
b) El demandante fue despedido el 23 de noviembre de 2005 por la causal de Necesidades de la
Empresa.
c) El día 29 de noviembre de 2005 se constituyó en Calama el Sindicato Interempresas de
Trabajadores de la Minería y Relacionados.
d) El acta de constitución y los estatutos del sindicato interempresas de Trabajadores de la Minería y
Relacionados fueron depositados ante la Inspección el día 13 de en ero de 2006.
e) El demandante a la fecha del despido gozaba de fuero sindical.
f) La demandada no pidió autorización judicial para poner término al contrato de trabajo.
Tercero: Que sobre la base de los hechos reseñados en el motivo anterior, los jueces del fondo,
concluyeron a la luz de lo dispuesto en el artículo 221 del Código del Trabajo que, el despido del actor
fue nulo.
Por lo anterior, acogieron la demanda, por infracción al fuero sindical, ordenaron la reincorporación
del actor y el pago de sus remuneraciones desde la fecha del despido a la de la reincorporación.
Cuarto: Que la recurrente funda el recurso de casación en el fondo en la infracción de diversas
normas legales porque el despido del actor fundado en la causal de necesidades de la empresa, cumplió
con todas las formalidades legales y que, como consecuencia de ello el actor, a la fecha de constitución
del Sindicato Interempresas del que fue elegido Presidente, no pudo concurrir ya que no tenía la calidad
de trabajador y no pudo reconocérseles los derechos de éstos.
Quinto: Que, en primer término, cabe analizar el artículo 221 del Código del Trabajo que en su
inciso primero, establece los requisitos formales para constituir un sindicato, ellos son: efectuar una
asamblea, reunir el quórum que disponen los artículos 227 y 228 del Código del Trabajo y que se lleve
a efecto ante un Ministro de Fe.
En cuanto a los requisitos de la asamblea propiamente tal, aparecen señalados en su inciso segundo:
deben aprobarse los estatutos por votación directa, elegir al directorio y levantar un acta, en la que debe
constar las actuaciones de la misma, la nómina de los asistentes y los nombres y apellidos de los
miembros del directorio.
Sexto: Que, a su turno, el inciso tercero de la norma en comento, incorporada por el artículo único
N° 35 de la Ley 19.759 de 5 de octubre de 2001, dispone: Los trabajadores que concurran a la
constitución de un sindicato de empresa, de establecimiento de empresa o de un sindicato Interempresa,
gozan de fuero laboral desde los diez días anteriores a la celebración de la respectiva asamblea
constitutiva y hasta los treinta días de realizada.
Ese fuero no podrá exceder de 40 días..
Séptimo: Que también es menester tener presente que, en materia sindical, el derecho a la
sindicalización se encuentra contemplado como garantía constitucional en el N° 19 del artículo 19 de la
Constitución Política de la República, conforme al cual, el constituyente ha reconocido las
manifestaciones más relevantes de la libertad sindical, esto es, no sólo el derecho a organizarse sino
también dicha actividad a través de la autonomía de la misma.
Lo anterior, importa no sólo el derecho a constituir las organizaciones sindicales que los
trabajadores estimen convenientes, sino además el ejercicio pacífico de tal derecho, quedando
comprendido en él, la vigencia de la organización o aquellas cuestiones propias de la misma y del
trabajador sindicalizado.
Por último, la Carta Fundamental, en el inciso final del numeral en estudio, ha establecido que le
corresponde a la ley, fijar los mecanismos que resguarden la autonomía de estas organizaciones.
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Octavo: Que desde este punto de vista, el fuero sindical es una norma de tutela de tal actividad y,
consecuentemente, de su libertad, por lo que constituye un estado de excepción que ampara no sólo a
quienes los representan sino que este privilegio se extiende también, por causa sindical, a otras
situaciones, como por ejemplo, el fuero de constitución de la organización y el de los candidatos.
Noveno: Que el fuero en estudio, como se ha dicho, incorporado por la ley 19.759, sólo ha venido a
corroborar la doctrina que ha sustentado esta Corte, que en diversos fallos ha reconocido su existencia,
afirmándose en los derechos sindicales de rango constitucional y en la preceptiva de los convenios
básicos de la libertad sindical, ratificados por Chile.
Décimo: Que el recurrente ha expresado que el despido verificado cinco días antes de llevarse a
efecto la asamblea constitutiva mediante un acto jurídico unilateral de su representado, cumplió con
todas las formalidades previstas por la ley para la causal invocada para la terminación del contrato de
trabajo, lo que hizo que el despido fuera entera y absolutamente válido, produjo el efecto querido, esto
es, el término de la relación laboral y la pérdida por parte del actor de la calidad de trabajador.
Al efecto, cabe tener presente que, precisamente el artículo 221 del Código del Trabajo, en estudio,
otorga al fuero efecto retroactivo, situación que no es única ni nueva en el derecho sustantivo laboral,
toda vez que, también se contempla en el caso del artículo 309, a propósito de la negociación colectiva,
en que tratándose de los trabajadores involucrados en ella, gozan de fuero a contar de los diez días
anteriores a la presentación del proyecto de contrato colectivo y, en el caso del fuero maternal, según lo
indica el artículo 201, éste se otorga desde la fecha de ocurrencia del embarazo.
Undécimo: Que si bien las situaciones anteriormente señaladas, son excepcionales en nuestro
ordenamiento jurídico, el legislador frente al derecho del empleador de organizar y dirigir su empresa,
ha preferido optar por la protección de los trabajadores, pues si no rigiera el fuero en un período
anterior a la constitución del sindicato, se podría concluir que no se encontraría debidamente
resguardado el derecho a la sindicalización, que como se ha dicho, constituye una garantía consagrada
en la Constitución Política de la República.
Duodécimo: Que por lo anteriormente razonado, el despido a que alude el recurrente se produjo bajo
una condición suspensiva, esto es que, dentro del período de diez días a que se refiere el artículo 221 en
estudio, el trabajador no participe en la constitución de un sindicato sea de empresas o interempresas,
pues en este caso, si lo hace, se cumple tal condición, el trabajador goza del referido fuero y, por
consiguiente, el despido resulta ineficaz porque para que pudiera llevarse a efecto, se requiere de la
autorización judicial pertinente.
Décimo tercero: Que ésta es precisamente la situación que ocurrió en el caso de autos; el actor, en
ejercicio del derecho de sindicalización y de afiliación, concurrió a la asamblea de constitución del
Sindicato Interempresas de Trabajadores de la Minería y Relacionados, que se llevó a efecto, cinco días
después de habérsele notificado el despido por parte de su empleador quien invocó la causal de
necesidades de la empresa, asistencia que le significó gozar de fuero sindical, a contar de los diez días
anteriores a ésta, de modo que, si bien ese despido nació válido estaba sujeto a una condición
suspensiva que, con motivo de la constitución de ese sindicato, se cumplió y produjo la ineficacia del
mismo.
Consecuentemente, el trabajador mantuvo su calidad de tal y con ello, todos los derechos que por
ley y el contrato le corresponden.
Décimo cuarto: Que, por todo lo anteriormente expuesto, es preciso concluir que no se han
verificado los errores de derecho denunciados en el recurso, por cuanto parten del supuesto que el actor
no tenía la calidad de trabajador, lo que resulta erróneo al tenor de lo que aquí se ha señalado, como
asimismo tampoco resultan aplicables las normas que del Código Civil se habrían presuntamente
vulnerados, toda vez que, como ha quedado dicho, para el caso en estudio, existe una normativa
especial, de naturaleza laboral, que resulta incompatible con aquélla por lo que no pueden tener cabida
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en la resolución de este conflicto.
Décimo quinto: Que, por último, en cuanto a la presunta vulneración a las normas reguladoras de la
prueba, se rechazarán toda vez que, los sentenciadores del grado, efectuaron una correcta aplicación de
ellas, al ponderar la prueba rendida de acuerdo con la lógica y las reglas de la experiencia.
Décimo sexto: Que de acuerdo con todo lo precedentemente razonado, el recurso en estudio deberá
ser rechazado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y
764, 765, 767, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el
recurso de casación en el fondo deducido por la demandada en lo principal de fojas 508 en contra de la
sentencia de tres de diciembre del año dos mil siete, escrita a fojas 503 y siguiente.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.
Rol Nº 323-2008.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por el Ministro señor Patricio Valdés
A., señora Gabriela Pérez P., Ministro Suplente señor Julio Torres A., y los Abogados Integrantes
señores Oscar Carrasco A., y Domingo Hernández E.
Santiago, 15 de mayo de 2008.
Autoriza la Secretaria Suplente de la Corte Suprema, señora Beatriz Pedrals García de Cortazar.

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Tribunal: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)(CSU4)
Título: Empleador no puede despedir a trabajadores que son parte de sindicato constituido con
posterioridad a desvinculación
Fecha: 25/10/2007
Partes: contra
Rol: 2565-2006
Magistrado: Valdés Aldunate, Patricio
Magistrado: Marín Vallejo, Urbano
Abogado integrante: Gómez Balmaceda, Rafael
Abogado integrante: Cárcamo Olmos, Juan Carlos
Cita Online: CL/JUR/2314/2007
Voces: DERECHO DEL TRABAJO ~ DESPIDO ~ FUERO LABORAL ~ FUERO SINDICAL ~
SINDICATO ~ TRABAJADOR

Sumarios:
1. Habiéndose establecido como hechos de la causa que (la constitución) el Sindicato de Trabajadores
se llevó a efecto el día siguiente al despido de los trabajadores, esto es, mientras gozaban de fuero,
motivo por el cual no era posible despedirlos sin autorización judicial, haciéndose una correcta
aplicación de la norma en estudio, toda vez que, por otra parte, no fueron probadas en la causa las
alegaciones efectuadas por el recurrente relativas a que la constitución del sindicato tuvo como único
objeto eludir el despido y, por ello no podría reconocérsele existencia sino sólo con abuso del derecho.
A lo anterior, cabe agregar que no es posible determinar en este juicio, la justificación de la causal
invocada por la empresa desde que, para ello era necesario que hubiese solicitado la autorización
judicial a que se refiere el artículo 174 del Código del Trabajo para trabajadores sujetos a fuero, la que
no ejerció

Texto Completo: Santiago, veinticinco de octubre de dos mil siete.


Vistos:
En estos autos rol Nº 1613-2003, del Segundo Juzgado de Letras de Santiago, don Diego Corvera
Vergara, en representación de doña Laura del Carmen Reyes Pérez, doña María del Carmen Amolef
Jeldres y don Esteban Andrés González Delgado, deduce demanda en contra la sociedad Mindesa
Limitada, representada por su gerente general don Guillermo Juan Portales Riesco y en contra del
Hospital Clínico de la Universidad de Chile José Joaquín Aguirre, representado por don Italo Braguetto
Miranda, en los términos del artículo 64 del Código del Trabajo, a fin que se declare que sus despidos
fueron nulos por estar amparados por fuero sindical y, en el caso de doña Laura Reyes Pérez, además,
por fuero maternal, por haber puesto término a sus contratos de trabajo sin que, en forma previa, se
solicitara la respectiva autorización judicial.
Por lo anterior, pide la reincorporación de sus representados y se condene a la demandada al pago de
las remuneraciones correspondientes al período de separación ilegal.
En subsidio, para el caso que no se acceda a la reincorporación, solicita se condene a las
demandadas al pago de la totalidad de las remuneraciones entre la fecha de la separación y el término
del fuero; a las indemnizaciones sustitutivas y por años de servicios, ésta última con el incremento del
ochenta por ciento, por aplicación improcedente de la causal, las remuneraciones e imposiciones desde
la fecha del despido a la de la convalidación o la que se determine; diecinueve días de remuneraciones
del mes de marzo de 2003 y el entero de las cotizaciones previsionales por todo el periodo de la
relación laboral y por la real remuneración que se debió pagar.
A fojas 8, el mismo abogado, en representación de cuarenta trabajadores que individualiza, adhiere a
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la demanda, fundándose en que prestaron servicios para el aludido empleador y en las mismas
condiciones que lo hicieron los actores de autos, que sus despidos se efectuaron por idénticos motivos y
que se les adeudan iguales prestaciones.
A fojas 28, la demandada, evacuando el traslado conferido, opone, en primer lugar, la excepción de
incompetencia del tribunal, en segundo lugar, el beneficio de excusión y, en cuanto al fondo, solicita el
rechazo de la demanda deducida en su contra, por no configurarse los requisitos del artículo 64 del
Código del Trabajo para considerarla dueña de la obra, empresa o faena.
A fojas 50, la demandada principal opuso excepciones dilatorias, perentorias y, en cuanto al fondo,
solicitó el rechazo de la demanda por las razones que expone.
El tribunal de primera instancia, en sentencia de tres de diciembre del año dos mil cuatro, escrita a
fojas 257, rechazó la excepción de incompetencia del tribunal y acogió la demanda únicamente en
cuanto condenó a la demandada a pagar a los actores 19 días trabajados en el mes de marzo de 2003,
excluyéndose de este pago a los actores que se individualizan en el motivo 22°, más los reajustes e
intereses legales, y sin costas.
A fojas 312, se rectifica la referida sentencia en virtud del beneficio de excusión invocado por la
demanda subsidiaria, se ordena perseguir su responsabilidad una vez agotadas las gestiones en la etapa
de cumplimiento incidental con la demandada Mindesa.
Se alzaron todas las partes y la demandante, además, recurrió de nulidad formal, pero este recurso
fue declarado inadmisible, por resolución de dieciocho de abril del año dos mil cinco, que se lee a fojas
327.
En cuanto a los recursos de apelación la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de diez de abril
del año pasado, que se lee a fojas 455, revocó la sentencia de primer grado que había desestimado lo
pedido en la demanda, salvo en cuanto se refiere al pago de 19 días de remuneraciones del mes de
marzo de 2003 y, en su lugar, declaró que el despido fue indebido y ante la imposibilidad de reintegrar
a los trabajadores, ordenó el pago de las indemnizaciones que prescribe el artículo 168 del Código del
Trabajo con un aumento del 80 % y, en el caso de doña Laura Reyes, esta indemnización debe abarcar
todo el período del fuero maternal con el incremento de un 80 %.
Se acogió el pago de las remuneraciones devengadas por los 19 días de marzo de 2003 hasta el 19
de abril del mismo año, fecha ésta última en que expiró el fuero sindical que amparaba a los actores,
además de las cotizaciones previsionales por este mismo período.
Se rechazó la demanda por despido nulo porque se convalidó el día 21 de marzo de 2003; y,
respecto de trece de los actores, porque suscribieron válidamente los finiquitos expedidos por la
demandada principal.
Finalmente, se ordenó que cada parte pague sus costas.
En contra de esta última sentencia, la demandada principal deduce recursos de casación en la forma
y en el fondo, por haber sido dictada, a su juicio, con errores de derecho que han influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo, pide a esta Corte que lo anule y dicte una de reemplazo, por
medio de la cual rechace, en todas sus partes, la demanda interpuesta en su contra.
Se declaró inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechazó el recurso de casación en el
fondo.
En contra de ésta resolución, se dedujo recurso de reposición, la cual fue acogida parcialmente, pues
se ordenó traer los autos en relación sólo para conocer del recurso de casación en el fondo.
Considerando:
Primero: Que la demandada principal expresa que la sentencia al acoger la demanda y declarar que
los despidos fueron indebidos, estima que se infringieron los artículos 221, 455, 456 y 458 N° 4 del
Código del Trabajo.

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Sostiene que en materia laboral la prueba debe ponderarse de acuerdo con las reglas de la sana
crítica, hacerse cargo de toda la prueba rendida y consignar las consideraciones de hecho y de derecho
que deben servirle de fundamento.
Por lo dicho, no es un sistema libre sino que debe construirse sobre la base de la valoración
fundamentada de las piezas allegadas al proceso.
El error, en la especie, se ha producido porque los sentenciadores hicieron la calificación de los
hechos sobre la base de antecedentes abstractos y genéricos, sin considerar las circunstancias y
antecedentes de autos.
En efecto, si bien la norma del artículo 221 Código Trabajo, tiene por objeto proteger a aquellos
trabajadores que pretenden sindicalizarse, ella en caso alguno, puede significar que sean amparados
cuando el único objeto que se persigue al constituir el sindicato es obtener ventajas injustas e
ilegítimas, con claro abuso del derecho que no puede ser aceptado sino que sancionado.
En la especie, los actores incurrieron en una causal de caducidad y por ello su representada puso
término a los contratos de trabajo; no siendo posible que se acepte la constitución del Sindicato, pues
además de lo expuesto precedentemente, carecían de un atributo esencial, esto es, no eran trabajadores,
según lo que se dirá.
En cuanto al segundo error de derecho, se denuncia el quebrantamiento del artículo 221 y siguientes
del Código del Trabajo, argumentándose, en síntesis que, el despido legal y justificado de los actores,
se produjo el día 19 de marzo de 2003 y la asamblea constitutiva se llevó a efecto el día 20 del mismo
mes, es decir, al día siguiente de haberse verificado el despido.
El error se ha producido al establecer la supuesta existencia de un fuero sindical que habría
amparado a los demandantes, en circunstancias que éste no pudo nacer a la vida jurídica, porque el
hecho que le dio origen - la supuesta asamblea constitutiva- tampoco tuvo existencia ni validez alguna.
En efecto, los actores, como ya se ha dicho, fueron despedidos justificadamente día 19 de marzo de
2003, fundado en la causal del artículo 160 N°4 letra b) del Código del Trabajo, despido que, al tenor
del artículo 162 del mismo cuerpo legal, produjo sus efectos de forma inmediata.
Por otra parte, para concurrir a la asamblea constitutiva, se requiere que sea trabajador de la empresa
a que dicha organización sindical pertenece.
De lo anterior se desprende que l a participación de los actores en la asamblea referida no fue válida
y no pudo, entonces, producir efectos ni generar fuero alguno, porque los actores, a la fecha en que esta
se verificó, no eran trabajadores de Mindesa.
Así, se ha infringido el artículo 221 del Código del Trabajo, pues ha extendido la prerrogativa a los
actores, en circunstancias que ellos no cumplían los requisitos legales al no tener a la fecha de la
constitución del sindicato la calidad de trabajadores de Mindesa Ltda.
Finaliza indicando la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido en su opinión, los
errores denunciados y, solicita se acoja el recurso, se anule el fallo dictándose una nueva sentencia que
rechace en todas sus partes la demanda interpuesta en contra de su representada.
Segundo: Que son hechos establecidos en la sentencia impugnada, los siguientes:
a) Con fecha 18 de marzo de 2003, tuvo lugar una paralización de actividades de un grupo
conformado por 47 trabajadores de la empresa Mindesa Ltda, los que en virtud de un contrato de
subcontratación, se encontraban prestando servicios en labores de aseo en el Hospital Clínico José
Joaquín Aguirre.
b) Como consecuencia de dicha paralización, el empleador el día 19 de marzo de 2003, adoptó la
decisión de poner término a los contratos de trabajo por negarse a desarrollar las labores, sin causa
justificada.
c) El día 21 de marzo de 2003, el aludido empleador fue notificado que, con fecha 20 de marzo del
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mismo año, se había constituido el Sindicato de Trabajadores de la empresa Mindesa Ltda, y en cuya
nómina figuraban los trabajadores despedidos.
d) La asamblea constitutiva del Sindicato de trabajadores de la empresa Mindesa Ltda se llevó a
efecto el día 20 de marzo de 2003.
e) Con fecha 25 de marzo de 2003, un fiscalizador de la Inspección del Trabajo Santiago Nor-
Oriente solicitó al empleador la reincorporación de los trabajadores por encontrarse amparados por el
fuero sindical contemplado en el artículo 221 del Código del Trabajo, a lo que éste se negó, siendo
sancionado con una multa.
f) A la fecha del despido, doña Laura Reyes se encontraba en estado de embarazo.
g) Trece de los trabajadores que suscribieron la demanda firmaron finiquitos con su empleador.
Tercero: Que sobre la base de los hechos reseñados en el motivo anterior, los jueces del fondo
concluyeron que los actores habían sido despedidos indebidamente porque, a esa fecha éstos gozaban
del fuero sindical, a la luz de lo dispuesto en el artículo 221 del Código del Trabajo y en el caso de
doña Laura Reyes por fuero maternal.
Por lo anterior, acogieron la demanda, pero siendo impracticable la reincorporación, estimaron
procedente el pago de las indemnizaciones que se detallan en el fallo en estudio.
Cuarto: Que dilucidar la controversia pasa por interpretar la normativa contenida en el artículo 221
del Código del Trabajo, que establece la existencia de fuero para aquellos trabajadores que
concurrieron a la asamblea constitutiva, siendo necesario analizar la referida norma.
Quinto: Que el artículo 221 del Código del Trabajo en su inciso primero, establece los requisitos
formales para constituir un sindicato y ellos son: efectuar una asamblea, reunir el quórum que disponen
los artículos 227 y 228 del Código del Trabajo y que se lleve a efecto ante un Ministro de Fe.
En cuanto a los requisitos de la asamblea propiamente tal, aparecen señalados en su inciso segundo:
se aprueben los estatutos por votación directa, elija al directorio y se levante un acta, en la que debe
constar sus actuaciones, la nómina de los asistentes y los nombres y apellidos de los miembros del
directorio.
Sexto: Que, a su turno, el inciso tercero de la norma en comento, incorporada por el artículo único
N° 35 de la Ley 19.759 de 5 de octubre de 2001, dispone: Los trabajadores que concurran a la
constitución de un sindicato de empresa, de establecimiento de empresa o de un sindicato Interempresa,
gozan de fuero laboral desde los diez días anteriores a la celebración de la respectiva asamblea
constitutiva y hasta los treinta días de realizada.
Ese fuero no podrá exceder de 40 días.
Séptimo: Que para dilucidar el asunto en cuestión cabe señalar que, en materia sindical, el derecho a
la sindicalización se encuentra contemplado como garantía constitucional en el N° 19 del artículo 19 de
la Constitución Política de la República, conforme al cual, el constituyente ha reconocido las
manifestaciones más relevantes de la libertad sindical, esto es, no sólo el derecho a organizarse sino
también el derecho a la actividad sindical a través de la autonomía sindical.
Lo anterior, importa no sólo el derecho a constituir las organizaciones sindicales que los
trabajadores estimen conveniente, sino, además, el ejercicio pacífico del mismo, quedando
comprendido en ellos, la vigencia de la organización o aquellas cuestiones propias de la organización y
del trabajador sindicalizado.
Por último, la Carta Fundamental, en el inciso final del numeral en estudio, ha establecido que le
corresponde a la ley fijar los mecanismos que resguarden la autonomía de estas organizaciones.
Octavo: Que, desde este punto de vista, el fuero sindical, corresponde a una norma de tutela de la
actividad sindical y, consecuentemente, con la libertad sindical, por lo que constituye un estado de
excepción que ampara no sólo a los representantes sindicales sino que este privilegio se extiende
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también, por causa sindical, a otras situaciones, como por ejemplo, el fuero de constitución de la
organización.
Noveno: Que el fuero en estudio que, como se ha dicho, fue incorporado por la ley 19.759, sólo ha
venido a corroborar la doctrina que ha sustentado esta Corte, que en diversos fallos ha reconocido la
existencia de tales fueros, afirmándose en los derechos sindicales de rango constitucional y en la
preceptiva de los convenios básicos de la libertad sindical, ratificados por Chile.
Décimo: Que por lo razonado y habiéndose establecido como hechos de la causa que el Sindicato de
Trabajadores de Mindesa se llevó a efecto el día siguiente al despido de los trabajadores, esto es,
mientras gozaban de fuero, motivo por el cual no era posible despedirlos sin autorización judicial,
haciéndose una correcta aplicación de la norma en estudio, toda vez que, por otra parte, no fueron
probadas en la causa las alegaciones efectuadas por el recurrente relativas a que la constitución del
sindicato tuvo como único objeto eludir el despido y, por ello no podría reconocérsele existencia sino
sólo con abuso del derecho.
A lo anterior, cabe agregar que no es posible determinar en este juicio, la justificación de la causal
invocada por Mindesa desde que, para ello era necesario que hubiese solicitado la autorización judicial
a que se refiere el artículo 174 del Código del Trabajo para trabajadores sujetos a fuero, la que no
ejerció.
Undécimo: Que, por otra parte, también impugna el recurrente la circunstancia que el despido se
haya verificado un día antes de llevarse a efecto la asamblea y que en razón de ello, ya no tendrían la
calidad de trabajadores; tal alegación deberá ser rechazada, pues, como ya se ha dicho, la norma del
artículo 221 del Código del Trabajo les otorga fuero con efecto retroactivo, situación que no es única ni
nueva en el derecho sustantivo laboral, toda vez que también se contempla en el caso del artículo 309, a
propósito de la negociación colectiva, en que tratándose de los trabajadores involucrados en ella, gozan
de fuero a contar de los diez días anteriores a la presentación del proyecto de contrato colectivo y, en el
caso del fuero maternal, según lo indica el artículo 201, otorga el fuero desde la fecha de ocurrencia del
embarazo.
Duodécimo: Que si bien las situaciones anteriormente señaladas, son excepcionales en el
ordenamiento jurídico nacional, en el caso del fuero para el período anterior a la constitución del
sindicato, reconocido explícitamente por el legislador en la modificación introducida por la ley N°
19.759, ha tenido por objeto, precisamente resguardar el derecho a la sindicalización consagrada como
garantía en la Constitución Política de la Republica.
Décimo tercero: Que, por último, respecto del error fundado en el N°4 del artículo 458 del Código
del Trabajo, constituye una norma de carácter adjetiva y cuya infracción no puede hacerse valer a
través del recurso en estudio.
Décimo cuarto: Que, por todo lo anteriormente razonado, los sentenciadores del grado al decidir que
el despido de los actores fue indebido y acoger la demanda, disponiendo el pago de las
indemnizaciones señaladas, efectuó una correcta aplicación de las normas que se denuncian como
infringidas, ponderando la prueba de acuerdo con las reglas de la sana crítica, de modo que el recurso
en estudio deberá ser rechazado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y
764, 765, 767, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el
recurso de casación en el fondo deducido por la demandada principal en el primer otrosí de fojas 461
en contra de la sentencia de diez de abril del año dos mil seis, escrita a fojas 455 y siguientes.
Sin perjuicio de lo resuelto y, en conformidad, con las facultades que la ley le confiere a este Corte,
teniendo en consideración que el incremento establecido en el artículo 168 del Código del Trabajo, sólo
es aplicable a la indemnización por años de servicios y actuando de oficio, se declara que se deja sin
efecto el referido incremento en la parte que la sentencia lo hace aplicable a la indemnización por fuero
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maternal que le corresponde a doña Laura Reyes.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.
Rol Nº 2565-2006.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Urbano
Marín V, Patricio Valdés A, Fiscal Subrogante señor Carlos Meneses P, y los Abogados Integrantes
señor Juan Carlos Cárcamo O y Rafael Gómez B.
No firman los Abogados Integrantes señores Cárcamo y Gómez, no obstante haber concurrido a la
vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ambos ausentes.
Santiago, 25 de octubre de dos mil siete.
Autoriza la Prosecretaria de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brümmer.

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Tribunal: Corte de Apelaciones de Talca(CTAL)
Título: Práctica Antisindical, Anuncio de Despido de Miembros del Sindicato Durante
Período de Fuero. Despido Masivo de Miembros del Sindicato. Ius Variandi. Cambio de
Funciones de Dirigente Sindical. Insultos a Miembros del Sindicato por Administrativo de
la Empresa.
Fecha: 17/10/2005
Partes: Inspección Provincial del Trabajo Talca; con Claudio Muñoz Rozzi;
Rol: 2400-2004
Magistrado: Marín Vallejo, Urbano
Magistrado: Medina Cuevas, Jorge
Magistrado: Oyarzún Miranda, Adalis
Redactor: Peralta Valenzuela, Ricardo
Redactor: Valdés Aldunate, Patricio
Cita Online: CL/JUR/5406/2005
Voces: FUERO LABORAL ~ IUS VARIANDI
Sumarios:
1. El despido de 27 trabajadores, de los cuales 19 son miembros del sindicato, anunciado a
los 13 días de constituido éste, aunque se lo sea para materializarse tiempo después y esté
amparado en una supuesta modernización de la empresa, constituye una práctica
antisindical, si la circunstancia fundante no es acreditada fehacientemente por el empleador.
También lo es el cambio de funciones del tesorero del sindicato, pues ello se perturbó la
acción de dirigencia de uno de los directores (Considerandos Sexto y Séptimo, Corte de
Apelaciones de Rancagua). En cambio, los insultos de un empleado administrativo a los
miembros del sindicato no constituye una práctica antisindical, toda vez que es un hecho
aislado y determinado (Considerando Octavo, Corte de Apelaciones de Rancagua).
Texto Completo: Talca, diecisiete de octubre de dos mil cinco.
Visto:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de su motivo tercero y del décimo al
decimoquinto que se eliminan y con la siguiente modificación:
En el motivo noveno, epígrafe "testimonial", donde dice "La denunciada..., debe decir
"El denunciante...".
Y se tiene en su lugar y, además, también presente:
En cuanto a la tacha:
Primero: Que para resolver la tacha deducida en contra de Ricardo Javier Reyes Castillo,
cabe tener presente lo dispuesto en el artículo 292 del Código del Trabajo en cuanto
dispone que el Juez citará a los presuntamente afectados, como lo es el presidente de la
organización sindical que puede estar afectada con una acción de impedimento sindical,
con mayor razón puede ser testigo de la parte reclamante sin que le inhabilite como tal la
circunstancia que el deponente señale que le interesa que el juicio "sea ganado por la
denunciante", toda vez que en su rol de dirigente sindical debe, justamente, instar que se
respeten los derechos sindicales, como lo expresó al decir que buscaba "la defensa de los
asociados".
El interés que inhabilita a un testigo, conforme lo que dispone el numeral seis del
artículo 358 del Código de Procedimiento Civil es de naturaleza pecuniaria lo que no ocurre
en la especie, por lo que deberá desecharse la tacha.

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En cuanto al fondo:
Segundo: Que son hechos de la causa, no controvertidos:
a) Que el 9 de octubre de 2003 se constituyó el sindicato de empresa Claudio Muñoz
Rozzi.
b) Que don Eduardo Henríquez Mendoza era tesorero de ese sindicato.
c) Que con fecha 13 de octubre de 2003 el señor Henríquez fue cambiado de su puesto
de trabajo.
c) Que con fecha 30 de noviembre de 2003, se puso término al contrato de trabajo de 23
personas.
Tercero: Que el informe de fiscalización que corre de fojas 1 a 3 de estos autos
constituye una presunción legal de veracidad al tenor de lo que dispone el artículo 292 del
Código del Trabajo, que no ha sido desvirtuada por prueba suficiente de la contraria.
Los hechos amparados por esa presunción son:
1. Cambio de puesto de trabajo del tesorero del sindicato.
2. Haber puesto término al contrato de trabajo de 23 trabajadores, días después de
haberse constituido el sindicato.
3. Actos de prepotencia del empleador en contra de los trabajadores.
Cuarto: Que a juicio de este tribunal de alzada tales asertos están acreditados con el
informe de fiscalización, que como se ha dicho constituye presunción grave, con los dichos
de David Javier Navarro Donoso y también con los de Ricardo Javier Reyes Castillo, quien
a fojas 490 señala que el empleador el 10 de octubre de 2003, al entregársele una carta,
tomó conocimiento que Eduardo Henríquez era director sindical en calidad de tesorero,
cambiándosele de trabajo el día 13 de dicho mes a uno más peligroso al que habitualmente
mandaban a los trabajadores que querían que se "cabreen y se vayan" y que al ayudante de
la máquina descortezadora de trozos lo enviaron a la que era operada por Henríquez,
retornándolo a su labor inicial entre el 25 al 27 de octubre.
En cuanto al despido de los trabajadores señala que el 22 de octubre se despidieron 23
trabajadores aduciendo la causal del artículo 161 del Código del Trabajo, de los cuales 19
eran miembros del sindicato, a pesar de lo cual la empresa siguió operando.
Elementos de convicción que apreciados de acuerdo a las reglas de la sana crítica,
permiten concluir que la empresa denunciada efectuó prácticas antisindicales, atentatorias
de la libertad sindical, destinadas a impedir el ejercicio de la garantía constitucional de libre
sindicalización.
Quinto: Que la argumentación de la denunciada y las probanzas ofrecidas y analizadas
en el fallo de primera cuerda no son suficientes para desvirtuar lo antes aseverado, ya que si
bien en el contrato de trabajo del señor Henríquez se estipula que las tareas de éste son las
de "ayudante de patio, ayudante de maestro de cualquier máquina productiva, tanto en las
áreas de aserraderos, barracas y cilindradora de polines, trabajo de patio para secado de
madera, carga o descarga de camiones, asco y ornato industrial", por su condición de
dirigente sindical la empresa no puede hacer uso del ius variandi del artículo 12 del Código
del Trabajo, salvo que dicho cambio se justificara en razones de caso fortuito o fuerza
mayor, lo que en caso alguno puede estar constituido por la modernización de la empresa y
su consecuente necesidad de reestructuración.
Sexto: Que el despido de 27 trabajadores de los cuales 19 son miembros del sindicato

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anunciado a los 13 días de constituido el sindicato (vigente el fuero del artículo 221 del
Código del Trabajo) para materializarse el 30 de noviembre, amparado en una supuesta
modernización de la empresa, no acreditada fehacientemente, constándose en la inspección
de fojas 557, que se realizaron trabajos de estabilización de suelo y que hay una máquina
nueva que antes ocupaba cuatro operarios, insuficiente para justificar la salida de 19
operarios, tanto más cuando la misma máquina, a la que fue enviado el tesorero está en
malas condiciones, siendo reparada para la inspección que corre a fojas 567, resultando
sintomático que un sindicato recién formado, constituido por 27 socios, disminuya antes del
mes de funcionamiento en 19 miembros que son despedidos, quedando en consecuencia
con 8 socios, casi en extinción.
Séptimo: Que conforme a lo razonado el cambio de funciones del tesorero del sindicato
y el despido de 19 miembros del sindicato constituyen una práctica antisindical ya que
tuvieron por objeto entrabar el funcionamiento del sindicato, del momento que se perturbó
la acción de dirigencia de uno de los directores, mediante el traslado de funciones y se
disminuyó el quórum de afiliados al despedir a más de la mitad de los socios colocando en
riesgo la mantención de la asociación.
Octavo: Que, en cambio, la actitud reprochable de un empleado administrativo no
constituye práctica antisindical, toda vez que es un hecho aislado y determinado sin que se
estableciera que dicha actitud fuera prolongada y mantenida en el tiempo y referida,
solamente, a los socios del sindicato.
Noveno: Que el artículo 289 del Código del Trabajo considera como prácticas
antisindicales de parte del empleador las acciones que atenten contra la libertad sindical,
señalando a continuación sólo por vía de ejemplo algunas situaciones que quedan descritas
dentro de ese accionar, pero sin que ellas sean taxativas.
En el caso sublitis se atentó contra la libertad sindical, obstaculizando el funcionamiento
del sindicato al disminuir el número de socios y al infringirse el artículo 243 del Código del
Trabajo al procederse al cambio de trabajo, sin justificación, del tesorero del sindicato.
Para la aplicación de la sanción se tendrá presente la circunstancia de no ser reincidente.
Conforme a las disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 243, 289 y
292 del Código del Trabajo, se revoca la sentencia apelada de veintiocho de octubre de dos
mil cuatro, que se lee de fojas 594 a 600, tanto en cuanto al rechazo de la tacha como de la
demanda y, en su lugar se declara:
I. Que se rechaza la tacha interpuesta a fojas 490 vuelta, en contra el testigo Ricardo
Reyes Castillo.
II. Que se acoge la denuncia de fojas 89, condenándose al empleador Claudio Alejandro
Muñoz Rozzi, al pago de una multa equivalente a diez Unidades Tributarias Mensuales, en
beneficio del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, como autor de práctica
antisindical efectuada en el mes de octubre de 2003 al sindicato de trabajadores de la
empresa de Claudio Muñoz Rozzi.
Redacción del Presidente de la Primera Sala, Ministro señor Rodrigo Biel Melgarejo.
Regístrese y devuélvase.
Pronunciado por el Presidente de la Primera Sala, Ministros señores Rodrigo Biel
Melgarejo, Luis Carrasco González y Abogado Integrante señor Juan Carlos Alvarez
Valderrama, quien no firma, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo, por
encontrarse ausente.

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REGLAMENTO INTERNO

Tribunal: Corte de Apelaciones de Valdivia(CVAD)


Título: Reclamación de multa administrativa. Rechazada. Reglamento Interno que no
contiene las cláusulas mínimas exigidas. Reglamento Interno. Concepto. Obligación de
contener procedimiento. Medidas y sanciones en caso de denuncias por acoso sexual
Fecha: 04/11/2008
Partes: Santander Gestión de Recaudación y Cobranza Limitada con Dirección Provincial
del Trabajo de Valdivia
Rol: 140-2008
Magistrado: Pérez Paredes, Gabriela
Magistrado: Torres Allú, Julio
Magistrado: Valdés Aldunate, Patricio
Abogado integrante: Figueroa Serrano, Patricio
Abogado integrante: Peralta Valenzuela, Ricardo
Publicado en: Gaceta Jurídica 345, Año 2009;
Cita Online: CL/JUR/5946/2008
Voces: DERECHO DEL TRABAJO ~ DIRECCION DEL TRABAJO ~ FACULTADES
DE ORGANISMO PUBLICO ~ INFRACCION LABORAL ~ INSPECCION DEL
TRABAJO ~ MULTA ~ ORGANISMO PUBLICO ~ PROTECCION DEL
TRABAJADOR ~ REGLAMENTO DE EMPRESA ~ SANCION ADMINISTRATIVA

Sumarios:
1. I. El Reglamento Interno regulado en el Código del Trabajo es el conjunto normativo,
emanado de un acto jurídico unilateral del empresario, quien, en uso de la facultad de
mando y dirección, regula la organización y realización del trabajo en la empresa.
Constituye una fuente del derecho del trabajo, en la medida en que reglamenta las labores,
permanencia y vida en las dependencias de la empresa y, con frecuencia, establece
derechos adicionales a favor de los trabajadores, encontrándose sustentado en el poder de
dirección y mando del empleador, aunque reconoce su origen en las limitaciones a dicho
poder de mando y como medida de seguridad y publicidad. Es un cuerpo normativo
autónomo y entra en vigencia por la sola dictación por parte del empleador, sin perjuicio
del derecho de impugnación que se establece para los trabajadoresII. Que el complemento
del Reglamento Interno de la empresa se encuentre en su sistema computacional, no resulta
suficiente para dar por cumplida la obligación del artículo 154 Nº 12 del Código del
Trabajo, artículo que al establecer el contenido mínimo del Reglamento dispone en dicho
Nº que debe contener el procedimiento de investigación, las medidas de protección y las
sanciones a inflingirse en caso de denuncias de acoso sexual, puesto que se ha omitido
cumplimiento de las formalidades que la ley prevé, especialmente, la de publicidad, por
cuanto, aun cuando los trabajadores pueden acceder al Reglamento Interno por Acoso
Sexual a través de medios informáticos de uso habitual y simple, no es menos cierto que se
vulneran sus derechos de impugnación y conocimiento ¿el Reglamento y sus
modificaciones deben ponerse en conocimiento de los trabajadores treinta días antes de la
fecha en que comience a regir¿ y, específicamente, las exigencias previstas en el artículo
156 del Código mencionado, consistentes en entregar un ejemplar impreso a los
dependientes y fijarlo en dos sitios visibles del lugar de las faenas. En tales condiciones, la

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multa aplicada por no contener el Reglamento Interno las cláusulas mínimas establecidas
por la ley se ajusta a derecho.

Texto Completo: Valdivia, cuatro de noviembre de dos mil ocho.


Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, previa eliminación del párrafo final del motivo 1º; y
también se eliminan los motivos 2º y 3º.
Y teniendo en su lugar y además presente:
Primero: Que la parte reclamante dedujo recurso de apelación en contra de la sentencia
de primer grado que no hace lugar al reclamo presentado en contra de la decisión de la
resolución Nº 3175/07/43, de 22 de agosto de 2007, dictada por la Dirección Provincial del
Trabajo de Valdivia, que impone una multa a la empresa Santander Gestión de
Recaudación y Cobranzas Limitada por el hecho de no contener el reglamento interno una
normativa referida al procedimiento al que han de someterse, medidas de resguardo y
sanciones que se aplicarán en caso de denuncias por acoso sexual. Pide se revoque la
sentencia y se deje sin efecto la multa, pues el reglamento interno se ajusta a la exigencia de
la norma que se denuncia como infringida.
Segundo: Que la resolución a la que se refiere el reclamo, cuyo texto rola a fojas 3, 4 y
5, considera infringido el artículo 154 del Código del Trabajo y, por ese motivo, aplica a la
reclamante una multa de 60 U.T.M., decreto firmado por el fiscalizador de la Dirección del
Trabajo señor José Luis Bravo Becerra. El número 12 del artículo 154 del Código del
Trabajo, agregado por la ley Nº 20.005, señala que el reglamento interno de orden, higiene
y seguridad deberá contener:.... 12. El procedimiento al que se someterán y las medidas de
resguardo y sanciones que se aplicarán en caso de denuncias por acoso sexual .
Tercero: Que, atento al reclamo, se fijó como hecho pertinente y controvertido el
siguiente: efectividad de contener el reglamento interno de Santander Gestión y Cobranzas
Limitada el procedimiento a que se someterían y las medidas de resguardo y sanciones que
se aplicarían en caso de denuncias por acoso sexual a la fecha de la aplicación de la
sanción. Sobre este punto, la reclamante alega que el reglamento interno de la empresa
cuenta con un anexo que cumple las exigencias introducidas por la ley Nº 20.005, referidas
a denuncias por acoso sexual, redactado el 11 de mayo de 2005 y publicado en la carpeta
virtual de cada funcionario; posteriormente el anexo fue actualizado el 21 de marzo de 2006
y publicado en el mismo sitio. Al mismo tiempo se publicó en intranet del grupo de
empresas Santander, que es el medio de comunicación entre la organización y los
empleados.
Cuarto: Que, a fojas 40, rola un acta suscrita por la Notario Público de esta ciudad
señora Carmen Podlech Michaud, de 14 de diciembre de 2007, que deja constancia de lo
siguiente: Valdivia, 14 de diciembre de 2007, siendo las 17:20 horas, a petición de don
Ricardo Hernández Medina, cédula de identidad Nº 7.910.381 0 nacional, en su calidad de
abogado del Santander Gestión de Cobranzas Limitada, rut 77.726.740 K, me constituí en
las oficinas Santander G.C.C., ubicada en Independencia 515 subsuelo, y pude constatar
que en todos los computadores revisados, que al acceder en Intra Net Chile Grupo
Santander, recursos humanos se ingresa el rut y la clave del funcionario, luego se abre la
carpeta virtual en reglamentos internos, se puede ver que con fecha 11 de mayo del 2005, se
ingresó el reglamento de acoso sexual del Grupo Santander, quedando a disposición del

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funcionario para su lectura. Siendo las 17:35 horas se puso término a la diligencia y se
levantó la presente acta para constancia.
Quinto: Que del tenor del acta se infiere que la sociedad reclamante tiene registrado en
su sistema informático el reglamento de acoso sexual y aparece razonable la explicación de
la reclamante que los trabajadores puedan acceder a su texto en intranet del Grupo
Santander mediante el uso de ordenadores una herramienta usual de trabajo y manejo de
información toda vez que la aludida entidad es una filial de un conocido grupo de empresas
que opera en el país, antecedente que guarda armonía con la otra documentación a la cual
refiere el motivo 1º de la sentencia apelada.
Sexto: Que, conforme a la facultad que otorga el legislador para ponderar la prueba en
este tipo de juicios, es posible concluir que en la conducta denunciada de la empresa
denominada Santander Gestión de Recaudación y Cobranzas Limitada no hubo infracción a
la norma del artículo 154 del Código del Trabajo, pues a la información exigida por el
señor fiscalizador pueden acceder los trabajadores mediante el uso individual de
ordenadores, texto que forma parte del reglamento interno, circunstancia que ha quedado
suficientemente acreditada y es motivo para acoger la reclamación y, en consecuencia, se
dejará sin efecto la multa.
Por estos motivos y de conformidad con lo dispuesto por el artículo 473 del Código del
Trabajo, se revoca la sentencia en alzada, de veintidós de julio de dos mil ocho, que rola de
fojas 79 a 81, que no hace lugar al reclamo y, en su lugar, se resuelve que se acoge la
reclamación y, en consecuencia, se deja sin efecto la multa.
Sin costas.
Notifíquese, regístrese y devuélvase.
Redacción del Ministro Titular señor Juan Ignacio Correa Rosado.
Pronunciada por la Primera Sala, por los Ministros señores Mario Julio Kompatzki
Contreras, Darío I. Carretta Navea, Juan Ignacio Correa Rosado.
Autoriza la Secretaria señora Ana María León Espejo.
Rol Nº 140 2008..Santiago, veinticuatro de marzo de dos mil nueve.
En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se
dicta la sentencia de reemplazo que sigue.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus fundamentos segundo y
tercero, los que se eliminan.
Y teniendo en su lugar y, además, presente:
Primero: Los considerandos segundo, cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo del fallo de
casación que antecede, con sus respectivas citas legales, los que para estos efectos se tienen
por expresamente reproducidos.
Segundo: Que, por consiguiente, la multa impuesta a la reclamante se ha ajustado a los
hechos constatados y reconocidos, motivo por el cual el reclamo debe desestimarse.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes
del Código del Trabajo, se confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada de
veintidós de julio de dos mil ocho, escrita a fojas 79 y siguientes.
Redacción a cargo del Abogado Integrante, señor Patricio Figueroa Serrano.
Regístrese y devuélvase.

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Pronunciada por la Cuarta Sal a de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor
Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P., Ministro Suplente señor Julio Torres A. y los
Abogados Integrantes señores Ricardo Peralta V., y Patricio Figueroa S. No firma el
Ministro Suplente señor Torres y el Abogado Integrante señor Peralta, no obstante haber
concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar ambos ausentes. Santiago, 24 de
marzo de 2009.
Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera
Brummer.
Nº 113 09.

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Tribunal: Juzgado de Letras del Trabajo(JLT)
Título: Finalidad acción de tutela laboral. Código del Trabajo establece la lista de los
derechos fundamentales que son objeto de protección. Facultad del empleador de poner
término unilateral a contrato de trabajo. Derecho a la honra. Denuncias de acoso sexual.
Reglamento interno. Investigación y sanción del acoso sexual. Debido proceso
Fecha: 11/09/2012
Partes: Flores Mena Rolando con Sociedad T.J.C. CHILE S.A.
Rol: T-238-2012
Magistrado: Morande Dattwyler, María Vivienne

Hechos:
Trabajador interpone demanda en procedimiento de tutela laboral, por despido
vulneratorio de derechos fundamentales y cobro de prestaciones laborales y en subsidio,
demanda de despido injustificado y cobro de prestaciones laborales contra su ex empleador.
Juez laboral rechaza la demanda de tutela laboral y acoge la acción subsidiaria de despido
injustificado y ordena el pago de diversas prestaciones

Sumarios:
1. En cuanto a la acción de tutela laboral, cabe tener presente, que ésta tiene por objeto la
protección y el resguardo de los derechos fundamentales del trabajador, el restablecimiento
en el ejercicio de estos y la reparación del daño provocado por la vulneración, cuando la
afectación del derecho provenga del ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al
empleador. En todo caso, no cualquier afectación de los derechos fundamentales del
trabajador, que provenga del ejercicio de las facultades que la ley reconoce al empleador, es
objeto de la referida protección. En la especie el demandante sostiene que el despido de que
fue objeto por parte del empleador, ha infringido su derecho a la honra, garantía
constitucional establecida en el artículo 19 N° 4 de la Constitución Política de la República.
Al respecto, cabe destacar, que el demandante funda su acción en que el empleador al
despedirlo, le imputa la ejecución de actos de acoso sexual, los cuales son falsos,
lesionando con ello su honra. Sin embargo, la ley reconoce al empleador, entre otras
facultades, la de poner término en forma unilateral al contrato de trabajo, por una causa
imputable al trabajador, facultad que se conoce como despido sanción y que se encuentra
consagrada en el artículo 160 del Código del Trabajo. Dicha norma establece un conjunto
de causales legales, por las cuales el empleador puede poner término a la relación laboral,
sin derecho a indemnización, causales que son taxativas. En consecuencia, se trata de una
facultad legal entregada al empleador, pero que éste no puede ejercer en forma amplia o
ilimitada, pues la ley la restringe a determinadas hipótesis. Dicha facultad legal además,
tiene su fundamento en el derecho de propiedad, garantía consagrada en el artículo 19 N°
24 de la Constitución Política de la República. De lo expuesto se desprende, que lo que el
demandante cuestiona es la facultad misma del empleador para poner término a su contrato,
por la causal del artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo, de lo que se concluye
que, su cuestionamiento dice relación directa con la causal invocada y los hechos en que
ésta se funda. Es por ello, que no hay un verdadero caso de tutela laboral por vulneración
de derechos fundamentales con ocasión del despido, pues no existe una restricción por parte
del empleador, a una garantía constitucional del trabajador, que no tenga justificación, que
sea arbitraria o desproporcionada, razón por la que la acción de tutela deberá ser rechazada.

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A mayor abundamiento, del tenor de la carta de despido en cuestión, no se puede concluir
la afectación al derecho a la honra, pues ella se limita a indicar la existencia de una
denuncia por acoso sexual por parte de una trabajadora de la empresa, cómo dicha denuncia
dio origen a una investigación y como luego de dicha indagación, se llegó al
convencimiento acerca de la efectividad de los hechos denunciados (Considerando sexto
sentencia Juzgado de Letras del Trabajo)
2. Respecto de la acción de despido injustificado, cabe tener presente, que la causal de
despido del artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo fue incorporada por la Ley N°
20.005 de 18 de marzo de 2005. Dicha ley incorporó además, el número 12 del artículo 154
del mismo código, numeral que obliga a las empresas a incorporar en sus reglamentos
internos de orden, higiene y seguridad, un acápite que establezca el procedimiento a que se
someterán las denuncias de acoso sexual, incluidas las medidas de resguardo que puede
adoptar el empleador al efecto y sus sanciones. La referida disposición agrega, que el
empleador no estará afecto al aumento establecido en la letra c) del artículo 168 del Código
del Trabajo, si cumple íntegramente con el referido procedimiento. Ello significa, a
contrario sensu, que el empleador que no cumple con el procedimiento especialmente
establecido para investigar los casos de acoso sexual, se expone a que el tribunal declare el
despido como indebido y lo condene al recargo legal establecido en la letra c) del artículo
168 del Código del Trabajo. En la especie, el reglamento interno de la empresa contempla,
en el capítulo 17°, un párrafo relativo a la investigación y sanción del acoso sexual.
Asimismo establece, entre otras reglas, que las investigaciones de acoso sexual deberán
efectuarse por un funcionario imparcial, debidamente capacitado y que no podrán demorar
más de 30 días. Por otro lado, el reglamento establece la obligación de notificar a las partes,
esto es, denunciante y denunciado, dentro del plazo de dos días de iniciada la investigación,
fijando una fecha de citación de las mismas, con el objeto de que sean escuchadas y puedan
aportar las pruebas necesarias para sustentar sus dichos. Es así, que analizada la
investigación de acoso sexual llevada a efecto por el empleador, se advierte que ella no
cumple con las disposiciones establecidas en el reglamento interno de la propia empresa.
Lo anterior, por cuanto fue llevada a efecto por el jefe directo del actor y no por una
persona imparcial, especialmente capacitada al efecto. En virtud de lo anterior, se concluye
que si bien el empleador cumplió con efectuar una investigación relativa a la denuncia de la
trabajadora (. . .), dicha investigación adolece de vicios, que no permiten a esta Juez arribar
al convencimiento de que la causal aplicada se encuentre debidamente comprobada
(Considerando séptimo sentencia Juzgado de Letras del Trabajo)

Texto Completo: RIT: T 238 2012RUC: 12 4 0016946 0DENUNCIANTE: Rolando


Flores MenaDENUNCIADO: Sociedad T.J.C. Chile S.A.PROCEDIMIENTO: Tutela
LaboralMATERIA: Despido vulneratorio de derechos fundamentales. En subsidio, despido
injustificado
Santiago, once de septiembre de dos mil doce. VISTOS: PRIMERO: Que don
ROLANDO FLORES MENA, actualmente cesante, domiciliado en Pasaje Quila 277,
departamento 42, Pudahuel Sur, Santiago, interpone demanda en procedimiento de tutela
laboral, por despido vulneratorio de derechos fundamentales y cobro de prestaciones
laborales en contra de la SOCIEDAD T.J.C. CHILE S.A., del giro venta de prendas de
vestir, representada legalmente por don Pascual Arab Eblen, factor de comercio, ambos con
domicilio en Avenida Zañartu 1606, Ñuñoa, Santiago, en virtud de los siguientes

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fundamentos: Con fecha 1 de diciembre de 2002, fue contratado por la empresa Battery
Street S.A., perteneciente a la demandada, para desempeñarse como jefe de sucursales de
las tiendas Levi's y Dockers del Mall Plaza Vespucio, en Santiago. Posteriormente y luego
de innumerables cambios de razón social, en los que se reconocía su antiguedad laboral,
terminó trabajando para la sociedad T.J.C. Chile S.A., en la que prestaba servicios al
momento de su despido como Jefe de Operaciones, por una remuneración mensual de
$1.349.710. Señala que fue despedido mediante carta de 24 de abril de 2012, por la causal
del artículo 160 número 1 letra b) del Código del Trabajo, despido que es arbitrario y
vulneratorio de sus derechos fundamentales, en la especie del derecho consagrado en el
artículo 19 número 4 de la Constitución Política de la República, esto es, el respeto y
protección a la vida privada y a la honra de la persona y de su familia. Lo anterior, atendido
que se le imputan conductas de abuso sexual, las que además de ser falsas, han afectado
seriamente su honra y la de su familia. Hace presente que luego de un largo período sin
vacaciones, la empresa le autorizó a tomarse un mes, reincorporándose a trabajar con fecha
23 de abril de 2012. Sin embargo, al día siguiente de haber vuelto, esto es, el 24 de abril,
fue citado a la oficina de don Juan Pablo Vásquez, Gerente de la Marca, quien se
encontraba acompañado por el abogado Manuel Iriondo, oportunidad en que lo comenzaron
a interrogar, respecto de si conocía a doña Macarena Villanueva y si se había sobrepasado
sexualmente con ella, por cuanto existía un correo electrónico enviado por ella, en el que lo
acusaba de haberle efectuado propuestas de carácter sexual. Él respondió negativamente,
pese a lo cual le señalaron que existían innumerables pruebas en contra suya y que lo iba a
saber todo el mundo, por lo que le aconsejaban firmar un finiquito por muto acuerdo de las
partes, documento que sólo reconocía tres de sus años servicios, por lo que obviamente lo
rechazó. Ante ello y de muy mala manera le comunicaron verbalmente que estaba
despedido y que debía irse de inmediato de la empresa. Días después le llegó la carta de
despido por la causal antes referida. Hace presente que hasta ese momento, él ignoraba por
completo que se estuviese efectuando una investigación por acoso sexual, siendo que el
reglamento interno de la empresa establece, entre otras cosas, que debe notificarse a las
partes interesadas, las que deben ser escuchadas, pudiendo ellas incluso aportar pruebas que
sustenten sus dichos. En relación a la acusación, señala que la señora Villanueva estuvo
bajo su cargo entre los años 2003 o 2004, en que trabajaba como vendedora. Luego, fue
ascendida a Sub Jefa de Local, en el local de Levis Plaza Vespucio y desde el año 2005 que
se desempeña en las tiendas de Levis Plaza Vespucio y Levis Plaza Oeste, como Sub Jefa
de Local. En el año 2011 tomó la jefatura de la Tienda Battery Plaza Norte, pero en forma
interina, pues lo hizo en reemplazo de la Jefa de Tienda que se encontraba con licencia
médica maternal. Afirma que prácticamente no tenía contacto con ella, quien incluso se
desempeñaba para otra razón social. Por otra parte, niega haber ejercido actos de represalia
en su contra, consistente en traslados de local. Por lo demás, quien toma la decisión final
respecto al destino de los empleados de las tiendas es el Sub Gerente, para lo cual toma en
cuenta los comentarios de los Supervisores de tienda y de los Retail Planner de la marca. Es
decir, él no toma dicha decisión, por lo que no es posible hablar de la existencia de
represalias. Sostiene que toda la situación, ha significado una absoluta vejación a sus
derechos fundamentales, en especial a su honra y la de su familia, pues ni siquiera se le
permitió ejercer el más elemental de todos los derechos, como es el derecho a defensa. En
síntesis, no se investigaron los supuestos hechos denunciados en la forma que prescribe la
ley y el propio reglamento de la empresa, ni se informó de ellos a la Unidad de Derechos
Fundamentales de la Inspección del Trabajo. Es más, la carta de despido funda la veracidad

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de los hechos denunciados en el hecho de haber mantenido una relación de carácter
amoroso con otra subordinada, producto de la cual tuvo un hijo. Sin embargo, dicha
situación no tiene ninguna relación con la supuesta denuncia, ni menos puede ser utilizada
como una prueba del acoso sexual que se le imputa. Además, se trata de una relación seria,
estable y respecto de la cual estaba en conocimiento su empleador, desde un principio. Por
lo demás, dicha relación comenzó en el mes de mayo de 2011, época en la cual su pareja
tampoco era subordinada de él. Hace presente que los hechos descritos le han ocasionado
enormes perjuicios. Primero, porque no ha podido encontrar trabajo, producto de la causal
invocada. Segundo, por hay gente que ya no lo saluda y lo insulta telefónicamente, todo lo
cual le ha generado un estado de angustia grave, de impotencia y rabia que no le deja
dormir, además de problemas con su pareja. Es por ello, que la demandada debe
indemnizarle el daño moral que le ha generado el despido, daño que no se encuentra
comprendido en las indemnizaciones tarifadas por término de contrato de trabajo a que se
refiere el Código del Trabajo y que avalúa en la suma de $15.000.000. o la suma que el
tribunal se sirva fijar de acuerdo al mérito del proceso. Por tanto, en mérito de lo expuesto y
lo dispuesto en los artículos 160, 162, 168, 425 y siguientes y 485 y siguientes del Código
del Trabajo, y artículo 19 número 4 de la Constitución Política de la República, solicita se
acoja en definitiva la demanda, declarando que el despido del que fue objeto es vulneratorio
de su derecho a la honra, condenado a la demandada al pago de las siguientes prestaciones:
a) Indemnización por años de servicio por la suma de: $12.147.390. ; b) Aumento de un
100% en conformidad al artículo 168 del Código de Trabajo por la suma de $12.147.390. ;
c) Indemnización sustitutiva de aviso previo por la suma de $1.349.710. ; d) Indemnización
sancionatoria especial, equivalente a 11 remuneraciones mensuales, por la suma de
$14.846.810. , o la suma que el tribunal determine conforme a derecho; e) Daño moral por
la suma de $15.000.000. , o la suma que el tribunal determine conforme a derecho; f)
Feriado proporcional por la suma $1.378.954, equivalente a 30.65 días pendientes, todo ello
con reajustes, intereses y costas. En subsidio de la acción de tutela, el demandante
interpone demanda de despido injustificado y cobro de prestaciones laborales en contra de
la referida demandada, en virtud de los mismos fundamentos expuestos con ocasión de la
acción principal, los que solicita se tengan por reproducidos. En virtud de ellos, y lo
dispuesto en los artículos 160, 168, 425 y siguientes del Código del Trabajo, solicita se
acoja en definitiva la demanda, declarando que su despido es injustificado, por aplicación
indebida de la causal del artículo 160 número 1 letra b) del Código del Trabajo,
condenando a la demandada al pago de las siguientes prestaciones: a) Indemnización por
años de servicio por la suma de: $12.147.390. ; b) Aumento de un 100% atendido que su
despido es además, carente de motivo plausible, en conformidad al artículo 168 del Código
de Trabajo, por la suma de $12.147.390. ; c) Indemnización sustitutiva de aviso previo por
la suma de $1.349.710. ; d) Daño moral por la suma de $15.000.000. , o la que el tribunal
determine conforme a derecho; e) Feriado proporcional por la suma $1.378.954. ,
equivalente a 30.65 días pendientes; todo ello con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO:
Que don Juan Francisco Benedetto Eblen, en representación de la demandada T.J.C.
CHILE S.A., contesta ambas demandas solicitando su total rechazo, con costas, en base a
las siguientes consideraciones: El demandante comenzó a trabajar con fecha 1 de diciembre
de 2002, como administrador de local de ventas en el establecimiento ubicado en el Mall
Parque Arauco de la comuna de Las Condes, para la empresa Battery Street S.A., que es
una de las empresas del grupo que representa. Él fue contratado a plazo fijo, contrato que se
transformó después en indefinido. A la época de término de su contrato, el actor

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desempeñaba el cargo de Jefe de Operaciones de la empresa, cargo que cubre el
funcionamiento de todas las tiendas de la misma, esto es, Battery Street S.A., Fashion
Company S.A. y T.J.C Chile S.A., con una remuneración mensual ascendente a
$1.349.710. Es así, que la relación laboral permaneció vigente hasta el día 24 de abril de
2012, fecha en que fue despido por la causal del artículo 160 N° 1 letra b) del Código del
Trabajo, esto es, conductas de acoso sexual debidamente comprobadas. La carta de despido
entregada al actor, consigna los hechos concretos que fundamentaron el despido. En efecto,
en ella se señala que doña Elizabeth Macarena Villanueva Arriagada, hizo una denuncia
formal en contra del actor, por la cual lo acusaba de haber incurrido en conductas de acoso
sexual, aprovechándose de su condición jerárquica y de tomar represalias en su contra,
debido a su negativa, consistentes en cambios de lugar de trabajo, situación que la afectado
seriamente. Ante ello, se determinó comenzar una investigación, la que estuvo a cargo de
Cristian Aguilera, superior directo del actor. En ella, consta la ratificación de la denuncia
por parte de la denunciante, en que se agrega que las conductas de acoso sexual
consistieron, en propuestas de mantener relaciones sexuales a cambio de favorecerla en su
posición en la compañía, hechos que ocurrieron entre los años 2010 a 2011, en fecha que no
pudo precisar, por encontrarse afectada por la persecución que hubo en su contra, todo lo
cual le provocó abierto daño incluso en su salud física y mental. Afirma que en dicha
investigación, el investigador corroboró el mal estado de salud de la denunciante, quien
había presentado varias licencias médicas y se encontraba muy afectada. Además,
entrevistó a cuatro personas que se relacionaban directamente con los involucrados:
Osvaldo Antonio Hermosilla Sepúlveda, Evelyn Francesca Órdenes Fuentes, Carlos
Eduardo Sierra Abarca, Sandra del Carmen Lagos Valdés. Finalmente, entrevistó al
denunciado, quien no quiso responder ninguna pregunta ni colaborar con la investigación,
mostrándose muy molesto con la denuncia. Fue así, que la empresa llegó al razonable
convencimiento de que el demandante había incurrido en las conductas de acoso sexual
denunciadas. Los referidos hechos son graves y constituyen la causal de despido aplicada,
por lo que no es efectivo que el despido del actor sea arbitrario, o que con él se haya
afectado la honra o dignidad del trabajador, por ser él mismo autor y responsable de la
conducta reprochable y poco correcta que se le imputa, la que ha afectado a otra trabajadora
de la empresa, a quien la empresa está obligada a proteger, por lo que se ha actuado de
forma correcta y razonable. Hace presente que la tesis de la demandante, es que su despido
ha sido vulneratorio por el sólo tenor de la carta de despido, la que sostiene ha afectado su
honra. Aquello no es efectivo, ya que si se revisa el contenido de la misma, se advierte que
éste es prudente, mesurado y que no contiene afirmación alguna que permita entender que
se afecta el respeto debido al trabajador o que se pretende ofenderlo. Es por ello, que
solicita el rechazo de la acción de tutela y en consecuencia las indemnizaciones reclamadas,
por no subsumirse los hechos indicados por la demandante, en el artículo 485 del Código
del Trabajo.Sin perjuicio de lo señalado, afirma que lo solicitado por concepto de
indemnizaciones es excesivo y desmesurado, respecto del daño que pueda tener el
demandante. A su vez, respecto de lo solicitado por indemnización de perjuicios por daño
moral, señala que ella no es procedente, ya que no se encuentra contemplada en el artículo
489 del Código del Trabajo, que regula las indemnizaciones que proceden en caso de
acogerse una acción de tutela. Por lo demás, su parte controvierte la existencia del referido
daño. En cuanto a la acción subsidiaria de despido injustificado, señala que ella debe ser
rechazada, por haberse configurado la causal de despido aplicada, la del artículo 160 N° 1
letra b) del Código del Trabajo, por haber incurrido el actor en los hechos justificativos de

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la misma. Respecto de la indemnización por daño moral, señala que ella es improcedente,
ya que no ha habido un despido injustificado y además, dicha indemnización no se
encuentra dentro de las indemnizaciones por término de contrato que contempla el Código
del Trabajo. Por lo demás, su parte controvierte la existencia del daño alegado por la
demandante.Finalmente, respecto de lo reclamado por feriado proporcional, su parte
reconoce adeudar dicha prestación, por la suma de $ 1.378.954. , pues así estaba reconocido
en la carta de despido. TERCERO: Que en audiencia preparatoria se establecieron los
siguientes hechos no controvertidos: 1) Existencia de la relación laboral; 2) Fecha de inicio
de la misma, esto es, el 1 de diciembre de 2002; 3) Fecha de término del contrato de
trabajo, a saber, el 24 de abril de 2012, en virtud de la causal establecida en el artículo 160
N° 1 letra b) del Código del Trabajo, mediante carta de despido enviada por el empleador al
trabajador; 4) Remuneración pactada ascendente a la suma de $1.349.760. ; 5) Función
desempeñada por el actor al término de la relación laboral con la demandada, esto es, Jefe
de Operaciones; 6) Que se dio cumplimiento a las formalidades del despido establecidas en
el artículo 162 del Código del Trabajo y; 7) Que la demandada adeuda la cantidad de
$1.378.954. por concepto de feriado proporcional demandado. En cambio, se fijaron como
hechos a probar los siguientes: 1) Existencia de actos vulneratorios de derechos
fundamentales en contra del actor y si tales actos motivaron el término del contrato de
trabajo habido entre las partes. Hechos, pormenores y circunstancias que así lo demuestran;
2) Si los hechos contenidos en la carta de despido configuran la causal de despido invocada
por la demandada, esto es, la del artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo; 3) Si la
demandada dio cumplimiento a las normas que establece el Código del Trabajo y el
Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la misma, para efectos de llevar a
cabo la investigación por acoso sexual y; 4) Daños sufridos por el actor con ocasión del
despido de que fue objeto. Naturaleza, entidad y monto der los mismos. CUARTO: Que en
audiencia de juicio la parte demandada incorporó los siguientes documentos: 1) Documento
denominado investigación sobre acoso sexual, por denuncia de la trabajadora Elizabeth
Macarena Villanueva Arriagada, terminada el 14 de abril de 2012; 2) Contrato de trabajo de
1 de diciembre de 2002; 3) Contrato de trabajo de 1 de junio de 2003; 4) Anexo de contrato
de trabajo de 20 de diciembre de 2010; 5) Anexo de contrato de trabajo de 1 de febrero de
2011; 6) Carta de despido de fecha 24 de abril de 2012; 7) Escritura pública de fecha 11 de
julio de 2012; 8) Documento denominado derivación a mediación del 2° Juzgado de
Familia de Santiago, con certificado de nacimiento; 9) Reglamento Interno de Orden,
Higiene y Seguridad de la demandada; 10) Correo electrónico de fecha 20 de marzo de
2012; 11) Correo electrónico de fecha 4 de mayo de 2012, en que se adjunta denuncia
efectuada; 12) Documento denominado Instituto Chileno de Sicoterapia de la paciente
Elizabeth Macarena Villanueva Arriagada, de fecha 15 de julio de 2012; 13) Nueve
fotocopias de licencias médicas de doña Elizabeth Macarena Villanueva Arriagada de
fechas 7 de junio de 2012, 23 de abril de 2012, 23 de marzo de 2012, 9 abril de 2012, 7 de
marzo de 2012, 22 de febrero de 2012, 8 de febrero de 2012, 31 de enero de 2012 y 14 de
octubre de 2010; 14) Documento que contiene el detalle sobre los cambios de local y
condiciones de doña Elizabeth Villanueva; 15) Documento que contiene una relación de
bonos de enero de 2011 a diciembre de 2011, respecto de Carol Grisel Quintul Ruiz y
Elizabeth Villanueva Arriagada; 16) Contrato de trabajo de Elizabeth Macarena Villanueva
Arriagada de 1 de abril de 2011; 17) Correo electrónico de fecha 31 de enero de 2012; 18)
Correo electrónico 9 de enero de 2012; 19) Correo electrónico de 3 de enero de 2012; 20)
Correo electrónico de fecha 22 de marzo de 2011; 21) Correo electrónico enviado por

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Ángela Biso; 22) Liquidaciones de remuneraciones de Elizabeth Villanueva de todos los
meses del año 2011; 23) Liquidaciones de Carol Grisel Quintul Ruiz de todos los meses del
año 2011; 24) Modificación de contrato de fecha 1 de marzo de 2010, de Ángela Biso
García; 25) Fotocopia de contrato de 7 de octubre de 2009 de Elia Pino Vega; 26)
Actualización de contrato de 1 de abril de 2010, de Elia Pino Vega; 27) Contrato de trabajo
de Ana María Le Fort Coltters, de fecha 1 de noviembre de 2009; 28) Contrato de trabajo
de 13 de octubre de 2009, de Carol Grisel Quintul Ruiz; y 29) Veintiocho correos con sus
respectivos reenvíos, de fechas 16 de noviembre de 2010, 30 de septiembre de 2011, 18 de
octubre de 2011, 3 de noviembre de 2011, 8 de septiembre de 2010, 23 de septiembre de
2010, 24 de noviembre de 2010, 26 de noviembre de 2010, 13 de diciembre de 2010, 15
diciembre de 2010, 22 de diciembre de 2010, 31 diciembre de 2010, 30 de septiembre de
2011, 23 de noviembre de 2010, 30 de septiembre de 2011, 18 de octubre de 2011, 3 de
noviembre de 2011, 28 de octubre de 2011, 3 de noviembre de 2011, 26 de octubre de
2012, 3 de noviembre de 2010, 3 de noviembre de 2010, 9 de noviembre de 2010, 31
diciembre de 2010, 26 de noviembre de 2010, 14 de noviembre de 2010, 15 de diciembre
de 2010. Asimismo rindió prueba confesional, consistente en la declaración previo
juramento del actor Rolando Víctor Flores Mena, en los términos que constan en el registro
de audio. Además rindió prueba testimonial, consistente en las declaraciones previo
juramento de los testigos Elizabeth Macarena Villanueva Arriagada, Carol Grisel Quintul
Ruiz, Osvaldo Antonio Hermosilla Sepúlveda y Evelyn Francesca Órdenes Fuentes, en los
términos que constan en el registro de audio. QUINTO: Que en la misma audiencia la parte
demandante incorporó los siguientes documentos: 1) Carta de despido de fecha 24 de abril
de 2012; 2) Constancia ante la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Oriente de fecha
24 de abril de 2012 y; 3) Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa
demandada. También rindió prueba confesional, consistente en la declaración previo
juramento de don Pascual Alberto Arab Eblen, en los términos que constan en el registro de
audio. Además, provocó la exhibición por parte de la contraria de los siguientes
documentos: 1) Comprobantes de pago de cotizaciones previsionales de Elizabeth
Macarena Villanueva Arriagada, desde el mes de febrero 2011 a la fecha. Finalmente rindió
prueba testimonial, consistente en las declaraciones previo juramento de los testigos Gaspar
Andrés Vigue Díaz, Jorge Antonio Díaz Gálvez, Karina Andrea Barrales Huentemil y
Alejandra Andrea Soto Gallardo, en los términos que constan en el registro de audio.
SEXTO: Que en cuanto a la acción de tutela laboral, cabe tener presente, que ésta tiene por
objeto la protección y el resguardo de los derechos fundamentales del trabajador, el
restablecimiento en el ejercicio de estos y la reparación del daño provocado por la
vulneración, cuando la afectación del derecho provenga del ejercicio de las facultades que
la ley le reconoce al empleador. En todo caso, no cualquier afectación de los derechos
fundamentales del trabajador, que provenga del ejercicio de las facultades que la ley
reconoce al empleador, es objeto de la referida protección.En primer lugar, el artículo 485
del Código del Trabajo, establece la lista de los derechos fundamentales que son objeto de
protección. En segundo lugar, la misma norma legal señala cuando debe entenderse que
existe lesión a un derecho fundamental, indicando que ello se da sólo si el empleador limita
el pleno ejercicio de los derechos del trabajador, sin justificación suficiente, en forma
arbitraria o desproporcionada, o sin respeto a su contenido esencial. En la especie el
demandante sostiene que el despido de que fue objeto por parte del empleador, ha
infringido su derecho a la honra, garantía constitucional establecida en el artículo 19 N° 4
de la Constitución Política de la República. Al respecto, cabe destacar, que el demandante

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funda su acción en que el empleador al despedirlo, le imputa la ejecución de actos de acoso
sexual, los cuales son falsos, lesionando con ello su honra. Sin embargo, la ley reconoce al
empleador, entre otras facultades, la de poner término en forma unilateral al contrato de
trabajo, por una causa imputable al trabajador, facultad que se conoce como despido
sanción y que se encuentra consagrada en el artículo 160 del Código del Trabajo. Dicha
norma establece un conjunto de causales legales, por las cuales el empleador puede poner
término a la relación laboral, sin derecho a indemnización, causales que son taxativas. En
consecuencia, se trata de una facultad legal entregada al empleador, pero que éste no puede
ejercer en forma amplia o ilimitada, pues la ley la restringe a determinadas hipótesis. A su
vez, el artículo 162 del Código del Trabajo, establece las formalidades que el empleador
debe cumplir para poder hacer uso de la mencionada facultad, indicando para cada una de
ellas, las consecuencias de su incumplimiento. Dicha facultad legal además, tiene su
fundamento en el derecho de propiedad, garantía consagrada en el artículo 19 N° 24 de la
Constitución Política de la República. De lo expuesto se desprende, que lo que el
demandante cuestiona es la facultad misma del empleador para poner término a su contrato,
por la causal del artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo, de lo que se concluye
que, su cuestionamiento dice relación directa con la causal invocada y los hechos en que
ésta se funda. Es por ello, que no hay un verdadero caso de tutela laboral por vulneración
de derechos fundamentales con ocasión del despido, pues no existe una restricción por parte
del empleador, a una garantía constitucional del trabajador, que no tenga justificación, que
sea arbitraria o desproporcionada, razón por la que la acción de tutela deberá ser
rechazada.A mayor abundamiento, del tenor de la carta de despido en cuestión, no se puede
concluir la afectación al derecho a la honra, pues ella se limita a indicar la existencia de una
denuncia por acoso sexual por parte de una trabajadora de la empresa, cómo dicha denuncia
dio origen a una investigación y como luego de dicha indagación, se llegó al
convencimiento acerca de la efectividad de los hechos denunciadosSÉPTIMO: Que
respecto de la acción de despido injustificado, cabe tener presente, que la causal de despido
del artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo fue incorporada por la Ley N° 20.005
de 18 de marzo de 2005. Dicha ley incorporó además, el número 12 del artículo 154 del
mismo código, numeral que obliga a las empresas a incorporar en sus reglamentos internos
de orden, higiene y seguridad, un acápite que establezca el procedimiento a que se
someterán las denuncias de acoso sexual, incluidas las medidas de resguardo que puede
adoptar el empleador al efecto y sus sanciones. La referida disposición agrega, que el
empleador no estará afecto al aumento establecido en la letra c) del artículo 168 del Código
del Trabajo, si cumple íntegramente con el referido procedimiento.Ello significa, a
contrario sensu, que el empleador que no cumple con el procedimiento especialmente
establecido para investigar los casos de acoso sexual, se expone a que el tribunal declare el
despido como indebido y lo condene al recargo legal establecido en la letra c) del artículo
168 del Código del Trabajo.En la especie, el reglamento interno de la empresa contempla,
en el capítulo 17°, un párrafo relativo a la investigación y sanción del acoso sexual.
Asimismo establece, entre otras reglas, que las investigaciones de acoso sexual deberán
efectuarse por un funcionario imparcial, debidamente capacitado y que no podrán demorar
más de 30 días. Por otro lado, el reglamento establece la obligación de notificar a las partes,
esto es, denunciante y denunciado, dentro del plazo de dos días de iniciada la investigación,
fijando una fecha de citación de las mismas, con el objeto de que sean escuchadas y puedan
aportar las pruebas necesarias para sustentar sus dichos.Es así, que analizada la
investigación de acoso sexual llevada a efecto por el empleador, se advierte que ella no

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cumple con las disposiciones establecidas en el reglamento interno de la propia empresa.
Lo anterior, por cuanto fue llevada a efecto por el jefe directo del actor y no por una
persona imparcial, especialmente capacitada al efecto. Asimismo, porque no consta que se
haya notificado al denunciado del inicio de ella. Si bien puede presumirse que ello no se
llevó a efecto, por el hecho de encontrarse de vacaciones, el empleador pudo efectuar la
notificación por carta certificada o por otro medio, de modo de asegurarse que el
denunciado tomara conocimiento de su existencia y pudiera aportar los medios de prueba
necesarios para su defensa. Por otra parte, no consta que el denunciado se haya rehusado a
colaborar con la indagatoria como se ha afirmado y además, no consta que la empresa haya
enviado la investigación a la Inspección del Trabajo, con el objeto de que ésta efectuara las
observaciones pertinentes al efecto.En virtud de lo anterior, se concluye que si bien el
empleador cumplió con efectuar una investigación relativa a la denuncia de la trabajadora
Elizabeth Macarena Villanueva Arriagada, dicha investigación adolece de vicios, que no
permiten a esta Juez arribar al convencimiento de que la causal aplicada se encuentre
debidamente comprobada.Por lo expuesto, se acogerá la demanda subsidiaria de despido
injustificado y con ello las indemnizaciones reclamadas, la sustitutiva de aviso previo y la
indemnización por años de servicios.No obstante lo resuelto, no se acogerá la petición de la
demandante, en cuanto a declarar el despido carente de motivo plausible. Lo anterior,
atendida la innumerable prueba aportada al juicio, que da cuenta sobre la afectación física y
psicológica sufrida por la trabajadora denunciante, los traslados de que fue objeto, la
merma en sus remuneraciones producto de dichos traslados y las declaraciones de los
testigos de la denunciante, quienes no sólo estimaron plausible la denuncia sino además le
dieron crédito a la misma.En mérito de lo expuesto, se acogerá el recargo del 80% sobre la
indemnización por años de servicios, recargo de carácter legal y que es consecuencia
necesaria de la aplicación indebida de alguna de las causales del artículo 160, en este caso,
de la causal establecida en la letra b) del N° 1 del referido artículo.OCTAVO: Que la
restante prueba en nada altera los antes razonado, por lo que será desestimada.NOVENO:
Que habiéndose establecido como un hecho no controvertido que la demandada adeuda
feriado proporcional, por la suma de $1.378.954. , equivalente a 30.65 días, se acogerá la
acción de cobro a su respecto. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 7, 160 N° 1,
162, 163, 168, 172, 446 y siguientes, 485 y siguientes del Código del Trabajo, se
declara: A. Que se rechaza la demanda de tutela laboral por despido vulneratorio de
derechos fundamentales interpuesta por don ROLANDO FLORES MENA en contra de la
SOCIEDAD T.J.C. CHILE S.A., representada legalmente por don Pascual Arab Eblen. B.
Que se acoge la acción subsidiaria de despido injustificado, interpuesta por don
ROLANDO FLORES MENA en contra de la SOCIEDAD T.J.C. CHILE S.A.,
representada legalmente por don Pascual Arab Eblen, sólo en cuanto se declara lo
siguiente: I. Que el despido del actor es injustificado, por aplicación indebida de la causal
establecida en el artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo. II. Que en virtud de lo
anterior, se condena a la demandada al pago de las siguientes prestaciones:a) $1.349.710.
por indemnización sustitutiva de aviso previo.b) $12.147.390. por indemnización por años
de servicio.c) $9.717.912. por recargo legal del 80%, conforme a lo dispuesto en la letra c
del artículo 168 del Código de Trabajo.d) $1.378.954. por feriado proporcional,
equivalente a 30.65 días pendientes. III. Que las sumas antes señaladas deberán ser
reajustadas y devengarán intereses en la forma establecida en los artículos 63 y 173 del
Código del Trabajo. IV. Que atendido lo resuelto cada parte pagará sus costas. Regístrese,
notifíquese y archívese en su oportunidad.Ejecutoriada la presente sentencia, cúmplase con

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lo dispuesto en ella dentro de quinto día, bajo apercibimiento de pasar los antecedentes al
Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago.

Dictada por doña MARIA VIVIANNE MORANDE DATTWYLER, Juez Titular del
Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago

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Tribunal: Juzgado del Trabajo(JT)
Título: Es injustificado el despido por supuesto incumplimiento de obligaciones de
trabajador que se funda en meras presunciones de empleador
Fecha: 04/04/2012
Partes: ANDRES ESTEBAN SAEZ GARCIA con TUR BUS LTDA.
Rol: T-467-2011
Magistrado: Castro Jiménez, Alondra Valentina
Cita Online: CL/JUR/1465/2012
Voces: DERECHO DEL TRABAJO ~ DERECHO PENAL ~ DERECHO PROCESAL
PENAL ~ DESPIDO ~ EXTINCION DEL CONTRATO DE TRABAJO ~
INCUMPLIMIENTO GRAVE DE LAS OBLIGACIONES

Sumarios:
1. Que luego de examinar los elementos probatorios incorporados por la parte demandada,
que fueron citados de manera precedente como también aquellos incorporados por el propio
demandante a los autos, y al analizarlos de manera conjunta respecto de los hechos
imputados en la carta de despido, se concluye que la imputación efectuada al actor no
resulta ajustada a derecho, y por ello el despido se encuentra indebido, estimando esta
sentenciadora, que el demandante no ha incumplido de manera grave con sus obligaciones
contractuales, debiendo en tal sentido acoger la demanda, en lo que dice relación con la
indemnización sustitutiva del aviso previo solicitada. En efecto, la sanción que dispuso el
legislador a través del artículo 160 del Código del Trabajo, dice relación con causales
subjetivas de caducidad de contrato que deben ser aplicadas tras haber incurrido un
trabajador en los hechos que cada una de ellas describe en forma concreta y específica,
incluso determinando en muchos casos que deben encontrarse tales conductas debidamente
acreditadas, pues en este caso la sanción que conlleva la imputación de alguna de estas
conductas priva al trabajador el derecho a percibir indemnización alguna, y su única fuente
de ingresos que detenta y que le sirve de sustento tanto para él como para su grupo familiar,
en este sentido el escenario que procedió a sancionar la demandada fue en base a
afirmaciones que se encontraban aun en el fuero interno del fiscalizador o el inspector,
quien dada la tardanza que él estimó efectuó el demandante entre el cobro efectuado de
pasajes y la entrega de boletos, implicarían un incumplimiento, ya que presumió que con
dicha tardanza no se estaba dando cumplimiento con las obligaciones contractuales que
como asistente tenía el demandante, en autos quedó suficientemente demostrado, a juicio de
esta sentenciadora, que el testigo en cuestión presumió la intención del demandante en la no
entrega de boletos, e indicó que no estaba cumpliendo con sus obligaciones laborales. Todo
lo anterior se concluye del mérito de la propia declaración de inspector, quien afirmó que
finalmente los 19 pasajeros obtuvieron su pasaje

Texto Completo: Santiago, cuatro de abril de dos mil doce.

VISTOS, OIDOS Y CONSIDERANDO:


PRIMERO: Que comparece don ANDRES ESTEBAN SAEZ GARCIA, trabajador,
domiciliado en Lago Rapel N°877, comuna de Angol, quien deduce demanda en
procedimiento de tutela laboral en contra de la firma TUR BUS LTDA.

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, representada legalmente por don EDUARDO MAURICIO PESCE ORTEGA, de quien
ignora profesión, ambos domiciliados en Jesús Diez Martínez N° 800, comuna de Estación
Central.
Funda su acción en el hecho que comenzó a prestar servicios para la demandada con
fecha 15 de abril de 2011; que cumplía funciones de asistente de buses de transporte
interurbano de pasajeros; que su contrato era indefinido y que con fecha 26 de octubre de
2011, fue despedido.
Afirma que este despido se produjo con lesión a sus derechos fundamentales, en forma
abusiva y arbitraria, y, sin que mediara aviso previo legal alguno, en la fecha antes
señalada; añade que conforme el tenor de la carta de despido, la que leyó en forma rápida y
con dificultades en la oficina de la demandada y de la cual no se le entregó copia, se
menciona que fue exonerado por aplicación de la causal del artículo 160 N°7 del Código
del Trabajo, a saber " incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato,
atribuyéndosele hechos falsos, conforme cita en su demanda: " que con fecha 18 de octubre
del presente año, el desarrollo del servicio Salamanca Antofagasta de las 19.
00 hrs.
, en su calidad de asistente, conjuntamente con el piloto Juan Yánez Escobar y el
copiloto José Concha Sandoval, participamos en el cobro de pasajes sin entregar los
respectivos boletos de 19 pasajeros que subieron en el camino y , asimismo, en dicha
oportunidad, ambos conductores conmigo, evadimos en la carretera la acción fiscalizadora
de dos inspectores de ruta.
La primera imputación, referente a la no entrega de boletos por pasajes pagados, se me
formula dado el cargo que detentaba de asistente, y en relación a la segunda imputación,
por evadir a los Inspectores de ruta, se le atribuye no haber respetado la autoridad de sus
superiores jerárquicos.
"
Agrega que la carta de despido de los otros tripulantes es del mismo tenor, pues en
ambas se le menciona y aparece como imputado.
Indica que conforme se afirma en la carta, las imputaciones se encuentran respaldadas
por el Inspector de ruta Moisés Cabrera Angel, quien presenció tales hechos, por
encontrarse al interior del bus y por versiones de supuestos pasajeros Luis Orrego Tapia y
Freddy Vega Escudero, y en fin por los partes emitidos por aquél inspector y por los otros
dos inspectores de carretera que intentaron hacer parar el bus para efectuar controles.
Menciona, en relación a la primera acusación, que siempre trabaja de la misma manera y
en este caso no fue la excepción, ya que primero cobra los boletos a los pasajeros de
camino, marca en el planillón él o los asientos vendidos, luego vuelve a la cabina, cuenta el
dinero, anota en los boletos fecha y destino, coteja los boletos vendidos para su corte,
completa las anotaciones del planillón, y en tiempo prudente, antes de llegar al Terminal
correspondiente, en este caso el Terminal de Illapel, iba a hacer la entrega de los boletos
correspondientes a cada uno de aquellos pasajeros e iba a conservar las colillas de cada
boleto, situación ésta última que fue abortada por el Inspector Cabrera, quien procedió a
apoderarse de su boletera y de parte de las colillas.
Admite que sus labores las realiza con lentitud y dificultad para el manejo del lápiz y
para ordenar el dinero recogido, caracteres que se agudizan en su persona con el
movimiento del bus y las vueltas en curvas, lo que es sabido por todos y especialmente por

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la demandada y los inspectores.
Precisa que su actuar no fue incorrecto en su calidad de asistente.
En relación a la segunda acusación, indica que no es chofer para detener la máquina, sin
embargo a sus compañeros de trabajo se les solicitó que se estacionaran en puntos que no
son para el control y que no corresponden a paraderos o terminales autorizados por el
Ministerio de Transportes.
Resume que la demandada le imputa una coautoría por acción y por omisión en una
supuesta frustrada apropiación de dineros, por hurto o fraude, provinentes de la suma
pagada por los 19 boletos y en consecuencia se le atribuye una falta de honradez o rectitud
en el obrar y en vez de aplicarle la causal de caducidad congruente, 160 N° 1 letra a) del
Código del Trabajo, le invoca la del artículo 160 N°7 del mismo cuerpo legal citado, lo que
importa liviandad y audacia en el fundamento fáctico de su exoneración.
Además afirma que su desvinculación se produce con vulneración de los derechos
fundamentales a la integridad síquica, a la vida privada y a la honra, precisamente de
aquellos protegidos por la acción de tutela laboral y todo con ocasión de su despido,
artículos 19 N° 1, inciso primero y N° 4 de la Constitución Política de la República.
En relación con la vida privada y la honra, cita el artículo 154 inciso final del Código del
Trabajo, disposición que preceptúa que en general, toda medida de control, sólo podrá
efectuarse por medios idóneos y concordantes con la naturaleza de la relación laboral, y en
todo caso su aplicación deberá ser general, garantizándose la impersonalidad de la medida,
para respetar la dignidad del trabajador; menciona a su vez el artículo 153 inciso segundo
del Código del Trabajo, es una norma que exige al empleador estipular reglamentariamente
la garantía de un ambiente general digno.
Menciona, en cuanto a los hechos constitutivos de la vulneración alegada o de la manera
en que se produjo la vulneración, que en la especie indubitablemente se ha lesionado
respecto de su persona el valor constitucional central, como es la dignidad, ya que
conforme al artículo 1 inciso primero de la Constitución todas las personas nacen iguales en
dignidad, la que en el caso ha sido vulnerada.
Relata que el día de los hechos, 18 de octubre de 2011, el Inspector de ruta Cabrera
Angel, alrededor de las 19.
10 hrs.
, se introdujo al bus de manera incógnita, simulando ser un pasajero más, camuflado
como espía, mimetizado, ocultando su identidad y su cargo, y durante el desarrollo del
servicio abruptamente irrumpió en la cabina con prepotencia, a gritos y sin identificarse de
inmediato, tanto fue así que en primera instancia quiso arrebatarle la boletera, él y los
tripulantes se asustaron presumiendo que se trataba de un asalto y se pusieron tensos, frente
a un energúmeno que no conocían y que los trataba públicamente de ladrones y
sinverguenzas, y entonces fue cuando con los conductores Juan Yánez y José Concha le
espetaron que él no podía cortar boletos y que si insistía en su actuar lo iban a denunciar a
Carabineros, y solamente ante la eventualidad de entregarlo en una Comisaría, ahí exhibió
su tifa de Inspector de ruta.
Agrega que todo ocurrió 20 minutos antes de llegar al Terminal de Illapel, y que el
recorrido Salamanca Illapel es de 40 minutos.
Señala que los otros dos Inspectores que intentaron detener el bus en puntos no
autorizados para fiscalizarlo, los siguieron en camioneta durante todo el trayecto hasta el

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Terminal, dando a entender que iban de escoltas de Moisés Cabrera.
Afirma que en este caso se trataba de un operativo planeado y montado en contra de la
tripulación, para perjudicarlos, operativo en el que incluso se involucró como testigos a dos
presuntos pasajeros identificados, en la carta de despido con sus cédulas de identidad, todo
lo cual resulta inverosímil y a no dudar se trata de prefabricarles la comisión de un delito.
Incluso agrega que en el Terminal los esperaba el jefe de inspectores para un mayor
espectáculo.
Afirma que todas aquellas circunstancias lesionan su vida privada y su intimidad y es
ajeno racionalmente a cualquier método de seguridad para los trabajadores o de algún
procedimiento técnico para el mejor servicio.
Señala que la denunciada ha hecho unos ejercicios ilegítimos, arbitrarios,
desproporcionados e irrespetuosos de sus facultades direccionales, administrativas y
organizacionales mediante actos y conductas suscitados en la relación laboral que los
vincula, limitando en su pleno ejercicio y sin justificación suficiente sus derechos
fundamentales tutelados a través de este procedimiento.
Indica que se lesiona su integridad psíquica, ya que debe hacer frente a un individuo que
obra en forma larvada y otros sujetos que le persiguen en una camioneta desconocida, es
gratuitamente tratado en público como un antisocial, se le humilla y escarnece, se pisotean
su vida privada y honra, para tratar de justificar su despido, sin pagarle las indemnizaciones
legales, y el escenario vulneratorio dirigido por su empleador haciendo falsas imputaciones
y remotas las posibilidades de trabajar a futuro y menos en su oficio de conductor en el
transporte de pasajeros.
Señala que de los antecedentes que aporta hay indicios suficientes, para estimar que se
ha producido la vulneración denunciada y como consecuencia de aquello corresponderá al
denunciado explicar los fundamentos y la proporcionalidad de las medidas adoptadas en su
contra; añade que las vulneraciones denunciadas constituyen un grave incumplimiento
contractual, pues cita el artículo 1546 del Código Civil, por lo que la denunciada ha
infringido gravemente el contenido ético jurídico de la relación laboral.
Cita el artículo 2 inciso segundo del Código del Trabajo y señala además que de todo lo
ocurrido el conductor José Concha dejó constancia tanto en la Inspección del Trabajo,
como ante Carabineros.
Hace presente que su remuneración mensual asciende a la suma de $ 350.
000.

Como consecuencia de los hechos antes descritos, afirma que la demandada le adeuda
las siguientes prestaciones: a) indemnización sustitutiva del aviso previo; b) indemnización
contemplada en el artículo 489 inciso tercero del Código del Trabajo; c) feriado
proporcional, todo ello con los respectivos reajustes, intereses y costas de la causa.
En el primer otrosí, solicita la calificación del término de los servicios, conforme a
idénticos fundamentos esgrimidos en lo principal, con excepción de aquellos que dicen
relación con la denuncia de tutela, los que por economía procesal se dan por reproducidos.
A través de ampliación de demanda, explica la incorporación de ciertos documentos.
SEGUNDO: Que la demandada, contestando la demanda, solicita su rechazo, con
costas.

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Reconoce la relación laboral con el demandante, las funciones prestadas y la fecha de
inicio indicada por el demandante; asimismo concuerda con el actor en el sentido que el
término del vínculo contractual se produjo con fecha 26 de octubre de 2011, por aplicación
de la causal contenida en el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo.
Por el contrario controvierte el monto de la remuneración percibida, la circunstancia que
la decisión del despido haya vulnerado alguna garantía constitucional; la circunstancia que
el Inspector Cabrera se hubiere introducido al bus de manera incógnita o como espía, que
su representada aplique medidas de espionaje; que el señor Cabrera haya tratado al
demandante como ladrón o sinverguenza, ni en forma pública o privada; desconoce
cualquier maquinación indicada por la demandante con el propósito de querer perjudicar a
la tripulación del bus fiscalizado, niega que los otros dos inspectores hayan requerido la
detención del bus en lugares no habilitados para la detención; controvierte que el término
de los servicios haya sido injustificado o con vulneración de derecho fundamental;
desconoce adeudar indemnización sustitutiva del aviso previo, como también las sumas por
concepto de feriado proporcional.
Coincide con el relato efectuado por el demandante en su demanda, en el hecho que fue
despedido porque en el Servicio Salamanca Antofagasta de las 19.
00 horas, del día 18 de octubre de 2011, el fiscalizador de ruta, señor Moisés Cabrera
Angel, que, encontrándose dentro de su jornada laboral viajaba como pasajero en el bus
conducido por el actor, pero insiste en que iba como pasajero y no como espía , constató
que el actor había cobrado el pasaje a 19 pasajeros a quienes no les hizo entrega del boleto
correspondiente; todas las demás afirmaciones e imputaciones que contiene la demanda,
son un invento, que únicamente le permiten fundar una demanda por vulneración de
derechos que carece de fundamento.
Controvierte que el despido haya significado infracción a alguna de las garantías o
derechos invocados.
Incorpora el texto íntegro de la carta de despido y señala que la misma hace una relación
y transcripción de una serie de disposiciones contractuales y del reglamento interno de
orden, higiene y seguridad de la empresa que la conducta del demandante ha vulnerado, con
lo cual la causal invocada queda configurada tanto en los hechos como en el derecho.
Expresa que tanto en el contrato de trabajo, como en el anexo de contrato, se establecen
diversas obligaciones y prohibiciones; igual situación ocurre con el Reglamento Interno de
Orden Higiene y Seguridad.
Señala que además y para fundamentar su decisión fueron consignadas en la carta de
despido otras infracciones, de similar y/o distinta naturaleza, constitutivas de
incumplimiento contractual, en que incurrió el actor con anterioridad al hecho
desencadenante del despido.
Explica la forma de ocurrencia de los hechos acaecidos el día 18 de octubre de 2011, en
el servicio de Salamanca Antofagasta de las 19.
00 horas, y afirma que aquellos son distintos de los indicados por el demandante.
Relata que el Señor Moisés Cabrera, que cumple funciones de labores de fiscalizador (
inspector de ruta) para su representada, ascendió en calidad de pasajero al bus antes
referido y naturalmente comenzó a observar la actuación de la tripulación en la ejecución
de sus funciones, producto de la misma constató que ascendían al bus pasajeros "de
camino", que no compran boletos en la agencia sino que a bordo del bus, a quienes el

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demandante les cobraba el valor del pasaje, pero no les emitía el boleto correspondiente (lo
que determina que, en definitiva, ese dinero no se considera en la rendición o liquidación
que se efectúa al final del servicio.
Manifiesta que dicha persona dejó transcurrir un tiempo razonable a la espera que el
asistente corrigiese la irregularidad y entregase los boletos a los pasajeros, sin embargo ello
no ocurrió, a juicio de dicho inspector el asistente no exteriorizaba esa dificultad de
maniobra y lentitud en el actuar que relata la demanda y por el contrario, el proceder
irregular y contrario a la buena fe del asistente y de la tripulación en general se hizo más
evidente aun más cuando el conductor del bus eludió en dos ocasiones la fiscalización de
otros inspectores de ruta que pretendían controlar el bus.
Asegura que todos los controles sirven para velar para que todo pasajero que transporte
el bus pague su pasaje y reciba su boleto, sin embargo evidenció que el proceder irregular.
Señala que es evidente el incorrecto proceder del asistente al vender los pasajes y no
emitir el boleto, cuando se encontraban ya en la ciudad de Illapel, el señor Cabrera se
acercó a la cabina, se identificó como Inspector de la empresa y requirió la documentación
del bus para efectuar la fiscalización de rigor y solicitar al auxiliar para que procediese al
corte de los boletos de los pasajeros a quienes no se les había entregado.
Al ingresar a la cabina del bus el Inspector, constató que la tripulación completa se
encontraba en su interior y que, tanto el auxiliar como los conductores, tenían perfecto
conocimiento e incluso se denotaba su voluntad, en orden a cobrar los pasajes a los
pasajeros y no emitirles el boleto.
En ningún momento la actuación del Inspector estuvo revestida de gritos, improperios,
insultos o malos tratos, y por el contrario fueron los tripulantes quienes mostraron una
actitud abiertamente hostil contra el Inspector.
Agrega que frente a la orden del Inspector, al auxiliar no le quedó otra alternativa que
cortar los boletos y proceder a entregarlos a los pasajeros, siendo ese el momento en el que
alguno de ellos señalaron " menos mal que pillaron a estos sinverguenzas, nosotros
viajamos siempre y nunca nos dan boletos, tenemos problemas en el trabajo para rendirlos.
Señala que llegados al Terminal de Illapel y una vez que el Sr.
Cabrera hubo finalizado su labor fiscalizadora, la tripulación lo amenazó con denuncias
a Carabineros e incluso le tomó fotografías y efectúo algunas grabaciones como una forma
de amedrentarlo.
Esgrime, en relación a la intervención de los otros inspectores que habían tratado de
fiscalizar al bus, afirma que el propio Sr.
Cabrera quien se comunicó con ellos para que se dirigieran al Terminal de Illapel, ya
que habían detectado la irregularidad que se ha narrado en los párrafos precedentes y que se
describen en la carta de despido y por cierto niega alguna persecución.
Afirma que los hechos descritos en la carta de despido, además se encuentran
consignados en el parte interno de fiscalización N° 152100 y N° 141638, cursados por el
fiscalizador el Sr.
Cabrera, todo lo cual permiten configurar y acreditar el incumplimiento contractual
invocado al actor.
En cuanto a la gravedad y la responsabilidad del actor, hace presente que el Inspector de
ruta Moisés Cabrera, producto de su fiscalización, constató que el demandante cobró el
pasaje a 19 pasajeros a quienes no les emitió el boleto y esgrime que dicha responsabilidad

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es ineludible ya que una de sus funciones primordiales, es velar porque todos los pasajeros
que el bus transporte paguen el pasaje según sus valores determinados por la empresa,
porten el boleto correspondiente, y luego el dinero recaudado sea rendido en la empresa.
De esta forma la conducta ya relatada, y referida no a uno ni a dos pasajeros sino que
nada menos que a 19 pasajeros, lo que implica o trae como consecuencia, en última
instancia que el dinero recaudado por el asistente por este concepto no sea rendido y no
ingrese a las arcas de la empleadora, lo que ocasiona un perjuicio económico a su
representada.
Esgrime que este perjuicio no se logró a concretar sólo gracias a la intervención del
fiscalizador de ruta y que con su actuar el demandante ha vulnerado el contrato de trabajo y
el reglamento interno y también, ha infringido el deber de buena fe que debe imperar en
toda relación laboral, atendido el contenido ético jurídico que se le atribuye al contrato de
trabajando, participando y posibilitando un eventual perjuicio económico a la empresa, al
trasladar pasajeros y cobrarles el servicio, sin emitirles el boleto correspondiente, lo que
posibilita el desvío de dineros que debían ingresar a la recaudación de la empresa.
Precisa, que no es efectivo como lo indica el demandante que antes de llegar al Terminal
de Illapel iba a hacer entrega de los boletos correspondientes a cada uno de los pasajeros a
quienes había cobrado, pues lo cierto es que llegaron al Terminal y el asistente no lo hizo,
se le esperó hasta llegar al Terminal y aún así no lo hizo; niega que los inspectores que
pretendieron fiscalizar al bus, hubiesen pretendido que este se detuviera en una parada no
autorizada, ya que los inspectores lo hicieron en paraderos habilitados; controvierte la
circunstancia que el Inspector hubiese ingresado al bus de manera incógnita, simulando ser
un pasajero más "camuflado como espía", o que hubiere agredido verbalmente al actor o al
resto de la tripulación, como lo afirma el demandante o que los hubiese tratado como
ladrones , sinverguenzas y delincuentes, menos aun que todo hubiese sido un montaje, sólo
para perjudicarlos, afirmación que no tiene ningún sentido.
En cuanto a las garantías constitucionales que invoca el demandante, las controvierte y
justifica el actuar del Inspector, afirmando que lo hizo estando dentro de su jornada laboral,
percatándose que no estaba cumpliendo con sus obligaciones en materia de ventas de
pasajes y que luego de esperar un tiempo prudente para que el demandante regularizara la
situación, lo que no se produjo y advirtiendo además que la tripulación había evadido la
fiscalización de los inspectores de ruta, decide intervenir, se acerca a la cabina se identifica
como fiscalizador de la empresa y comienza a desarrollar la función contralora, revisando
la boletera y restante documentación del bus y ordenando el corte y entrega de los boletos a
los pasajeros que habían pagado el pasaje, pero que no habían recibido oportunamente el
boleto.
Afirma que ninguna ilicitud existe al respecto, sobre todo si aquél Inspector se encuentra
en su jornada de trabajo,
En cuanto al derecho a la honra, por haber sido sometido a un control inidóneo, de
manera encubierta por un Inspector, quien lo habría tratado de ladrón o sinverguenza en
presencia de los pasajeros del bus, que se había pisoteado su vida privada y honra,
tratándosele como antisocial e incluso que habría sido perseguido en una camioneta por
otros inspectores, lo desmiente y son argumentos que sirven de sustento para la denuncia de
tutela incoada.
Insiste en que su representada se ha limitado a ejercer sus facultades de dirección,
administración y disciplinarias frente a hechos graves y sobre la base de antecedentes que

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ameritaban la aplicación del despido, estando exento su actuar de arbitrariedad, injusticia o
afectación de derechos fundamentales del trabajador.
Reitera que no existe en el despido ni en los hechos que lo rodearon, vulneración de los
derechos fundamentales invocados por el demandante, lo que lo hace improcedentes y
faltas de justificación de la demanda de tutela incoada, la decisión adoptada por la empresa
aparece absoluta y correctamente motivada por la inconducta del demandante.
En cuanto a la base de cálculo la controvierte, indicando que el monto que debe ser
considerado asciende a la suma de $ 327,492.
, debiendo excluirse de la base de cálculo las asignaciones de colación, movilización y
los viáticos.
En general alega la improcedencia de las prestaciones solicitadas, con excepción del
feriado proporcional, concepto del cual sólo controvierte el monto pretendido por el
demandante.
En el primer otrosí, contesta la demanda por despido injustificado conforme a los
mismos argumentos indicados en lo principal de su escrito de contestación, los que se dan
por reproducidos por economía procesal.
TERCERO: Que con fecha veintinueve de diciembre de dos mil once, se llevó a efecto
la audiencia preparatoria que dispone el procedimiento y conforme los escritos de
discusión, la parte demandante se desiste del feriado proporcional pretendido, desistimiento
que la demandada lo tiene presente para todos los efectos legales.
Acto seguido se procedió a establecer como hechos no controvertidos los siguientes: 1.
La existencia de la relación laboral, fecha de inicio y de término y labor desempeñada;
2.
La remuneración del demandante alcanzaba la suma mensual de 350.
.
000 y para efectos indemnizatorios la cantidad $327.
492; 3.
Que la demandada invoco el articulo 160 N° 7 del Código del Trabajo para despedir al
actor por hecho acaecido el 18 de octubre de 2011; 4.
Que el día en cuestión, en el servicio de bus Salamanca Antofagasta, viajaba como
pasajero en el bus, del cual era asistente el actor, el fiscalizador de ruta Moisés Cabrera
Ángel.
Fiscalizador que usaba vestimenta como cualquier otro pasajero del bus; 5.
Que la tripulación del bus estaba compuesta por los conductores Juan Yáñez y José
Concha; 6.
Que al interior del bus viajaban 19 pasajeros que no portaban el boleto, no obstante
haberlo cancelado; 7.
El actor el día en cuestión no entrego a los pasajeros indicados los boletos en forma
inmediata a su pago; 8.
Que la tripulación fue despedida por las mismas causales y por los mismos hechos.
Acto seguido se procedió a efectuar el llamado a conciliación, el que no prosperó, por lo
que se establecieron como hechos a probar, los siguientes: 1.
Si con ocasión del despido, el actor se vio afectado en su integridad física y su honra de
conformidad a los hechos relatados en la demanda.

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Hechos y circunstancias; 2.
Si el actor incurrió en las conductas consignadas en la carta de despido.
Hechos y circunstancias; 3.
Procedimiento utilizado para la venta de boletos a pasajeros en ruta.
CUARTO: Que con la finalidad de acreditar las alegaciones formuladas en la demanda
se procedió a incorporar los siguientes medios de prueba: PARTE DENUNCIANTE I.
Documental: 1.
Carta de despido enviada al actor emitida con fecha 26 de octubre de 2011; 2.
Constancia efectuada en Carabineros de Chile en Iquique de fecha 20 de octubre del año
2011 emitida por el señor José Luis Concha Sandoval; Constancia ante la Inspección del
Trabajo de Iquique de fecha 20 de octubre de 2011, la que se tuvo por incorporada a través
de su lectura resumida; II.
Confesional de don Eduardo Pesce Ortega, a quien se hizo efectivo el apercibimiento
contemplado en el artículo 454 N° 3 del Código del Trabajo; III.
Testimonial de Juan Patricio Yáñez Escobar, cuya declaración consta en registro de
audio.
PARTE DENUNCIADA : I.
Documental: 1.
Contrato de trabajo de fecha 11 de abril de 2011, adjunta anexo de trabajo; 2.
Carta de despido; 3.
Parte interno de fiscalización de fecha 18 de octubre de 2011; 4.
Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa y adjunta comprobante
de recepción del mismo; II.
Confesional: de Andrés Sáez García, la que consta en forma íntegra en registro de audio;
y III.
Testimonial de Moisés David Cabrera Ángel y Pedro Matías Heredia Soto, las que
constan en forma íntegra en registro de audio y que se dan por enteramente reproducidas.
QUINTO: Que el procedimiento establecido en los artículos 485 y siguientes del Código
del trabajo, tiene por finalidad la "tutela" o "garantía" de ciertos derechos laborales,
consagrados en diversos numerales del artículo 19 de la Constitución Política de la
República y también de ciertos actos discriminatorios que se encuentran comprendidos en
el artículo 2 del Código del Trabajo, respecto de cuestiones que se susciten en la relación
laboral por aplicación de la normativa laboral y que lesionan derechos fundamentales de
trabajadores.
El demandante a través de la presente acción acusa de haberse lesionado y vulnerado las
garantías constitucionales establecidas en el artículo 19 N°1 de la Constitución Política de
la República, esto es, N° 1 "El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la
persona".
Que de lo anterior se debe precisar que respecto a la vulneración que dice relación con el
N° 1 y N° 4 del artículo 19 de la Constitución Política de la República, ha sido el mismo
legislador quien ha circunscrito tanto en el artículo 485, como en el artículo 489, ambos del
Código del Trabajo, que dicha vulneración debe producirse como consecuencia directa de
actos ocurridos en la misma, esto es, "a causa", de la relación laboral, o bien con ocasión
del despido, pues conforme a la historia de la Ley podría llegar a considerarse que cualquier

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acto podría invocarse por el resguardo del derecho a la vida y a la integridad física de la
persona o afectando su honra.
Específicamente y en cuanto a la garantía establecida en el artículo 19 N°1, cabe señalar
que el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona, se ve violentada
siempre que la vulneración sea consecuencia directa de actos ocurridos en la relación
laboral, lo que implica en consecuencia que ésta prohibición comprende todo tipo de tratos
denigrantes en contra de la persona del trabajador y que puedan afectar de manera directa
su integridad psíquica.
Sin duda alguna cualquier afectación a la integridad psíquica del trabajador y que
implique un atentado a la dignidad o intimidad, supone una vulneración o afectación a esta
garantía.
Por su parte el respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su
familia, tiene por objeto dar protección a asuntos, conductas, documentos, comunicaciones,
imágenes o recintos, que el titular del bien protegido, no desea que sean conocidos por
terceros sin su consentimiento previo, como a su vez se pretende proteger dicha intimidad
en cuanto al honor y dignidad del trabajador frente a ciertas órdenes o instrucciones.
Que asimismo, cabe señalar que la acción de tutela establecida a través de la Ley 20.
260, comprende dos tipos de derechos fundamentales, aquellos que tienen un origen
constitucional y otros que se les reconoce un origen legal; que a fin de responder y con ello
detener la vulneración a tales derechos, es necesario que el trabajador de a conocer al ente
jurisdiccional, los indicios suficientes de tal vulneración, quedando en manos del
empleador, en tal caso y de manera exclusiva, la justificación de la medida adoptada y su
proporcionalidad, tal como lo establece el artículo 493 del Código del Trabajo, como a su
vez, demostrar que aquél acto obedece a motivos razonables y necesarios.
En otros términos, se entiende que se vulneran estos derechos cuando en el ejercicio de
las facultades que la ley le reconoce al empleador se limita el pleno ejercicio de aquéllos
respecto de los trabajadores, sin justificación suficiente, en forma arbitraria o
desproporcionada, o sin respeto a su contenido esencial.
Tomando en cuenta lo razonado precedentemente, la falta de fundamentación de la
actuación del empleador que lesiona uno o más derechos fundamentales o su
desproporción, serán señal inequívoca de lesión de derecho fundamental, con las
consecuencias que ello conlleva; en tal sentido al empleador no le ha de bastar como
argumentación frente a un reproche de afectación a un derecho fundamental del trabajador,
que se ha limitado a ejercer su potestad de mando, sino que deberá justificar
adecuadamente, el referido juicio de proporcionalidad de tal medida.
Que en este escenario en un juicio de tutela, al denunciante sólo le corresponde aportar
indicios para ilustrar al tribunal que se ha producido esta afectación, generando en el
sentenciador "duda razonable", y la existencia de la misma; que aun cuando esta aportación
de indicios, implican la obligación de acreditar su existencia, se le aliviana la carga
probatoria, pues se le exige un menor estándar de comprobación, toda vez que se le pide
que proporcione datos o elementos que puedan servir de base para que lo denunciado, se
pueda presumir como verdadero.
SEXTO: Que del mérito de los medios probatorios incorporados a estos antecedentes, se
tienen por establecido los siguientes hechos:
Que pese al testimonio aportado por el testigo don Juan Yáñez, otro conductor que

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formaba parte de la tripulación del bus del viaje de Salamanca Antofagasta, que iba en el
asiento de co piloto, en el sentido de indicar que el fiscalizador o Inspector don Moisés
Cabrera, iba "camuflado" al interior del bus, es decir, con gorro, con gafas, con cuello
subido e irreconocible en ese momento, dicha aseveración será desestimada, en primer
lugar por haber sido establecido en audiencia preparatoria como un hecho no controvertido
la circunstancia que dicho fiscalizador usaba vestimenta como cualquier otra persona, y en
segundo lugar, por advertir ciertas contradicciones en su declaración, pues inicialmente
señala que: "iba camuflado, que era irreconocible en ese momento, que al momento de
subir no lo reconoció, pero que a simple vista lo reconoce, pues sabe que es una persona
que toma los alcohotest", sin embargo durante el contrainterrogatorio fue capaz de precisar
el lugar en donde dicho fiscalizador ascendió al bus, es decir, "manifestó que dicho
fiscalizador subió al trayecto en la plaza, que él lo vio subir, junto a una montonera de
pasajeros", pues estaba en la cabina.
Que no obstante lo anterior, dicho testigo afirma que cuando hizo ingreso el fiscalizador
o inspector al interior de la cabina, este último le mostró al frente de él su identificación,
dijo groserías, que era el inspector y que debía detener la máquina, quitándole la boletera y
los boletos al niño, refiriéndose así al demandante, e insultando que él no le daba los
boletos a los pasajeros, procediendo a quitarle los boletos y entregárselos él mismo, en tal
sentido asegura que antes de finalizar el recorrido todos los pasajeros que habían pagado
sus pasajes, recibieron sus boletos, pues él observó que la entrega la hizo el demandante en
conjunto con el Sr.
Cabrera.
Sobre este punto cabe señalar que lo afirmado por este testigo, es un hecho afirmado
también por el demandante, y por don Moisés Cabrera, el Inspector, pues efectivamente el
día de los hechos y una vez intervenido el recorrido con su presencia, antes de proceder al
descenso los pasajeros, y abandonar el bus, todos recibieron sus boletos.
Que de dicho testigo, no obstante ser un testigo presencial de los hechos, señaló que el
demandante no interactuó con el Sr.
Cabrera, toda vez que éste último le quitó los boletos y le dijo que lo acompañara.
Que en relación al procedimiento empleado por el demandante para la venta de pasajes
de trayecto corto, conforme a las obligaciones como asistente, cabe señalar que tanto el
testimonio de don Juan Yáñez como la versión entregada por el propio demandante,
resultan ilustrativas para este tribunal en el sentido de observar el conocimiento del actor en
el procedimiento a emplear no obstante la lentitud de aquél trabajador demostraba en el
desarrollo de sus labores.
Que todas las personas que han declarado en el juicio, han coincidido en señalar que el
trayecto que debió recorrer el bus, en el cual se desempeñaba como asistente el demandante
entre Salamanca e Illapel, duraba de 40 a 45 minutos, sin embargo al momento de situar la
ocurrencia de los hechos, difieren en sus apreciaciones, pues para el testigo Sr.
Yáñez, los hechos ocurrieron a 10 minutos de llegar al terminal, para el testigo Sr.
Cabrera, a 5 minutos de finalizar el viaje, y para el propio demandante este situó los
hechos a 20 minutos de concluir el viaje.
Pese a todo lo anterior, la relación en el tiempo entregada por ambos testigos Yáñez y
Cabrera resulta más acertada que aquella indicada por el propio demandante, pues éste
indicó que el trayecto concluiría en 20 minutos y también aseguró que se demoró 30

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minutos en recorrer el salón entero, lo que en sumatoria de ambos tiempos nos entrega que
la demora del viaje entre Salamanca e Illapel es de 50 minutos aproximadamente, tiempo
totalmente distinto que aquél indicado de manera precedente.
Que en relación al procedimiento empleado por el Inspector que iba de Pasajero al
interior del bus, aun cuando ya ha quedado consignado que tal individuo utilizaba ropa o
vestimenta normal, para acceder al bus, no fue demostrada "la prepotencia", que éste habría
empleado al momento de ingresar a la cabina, cabe en este sentido recordar que los únicos
antecedentes que fueron incorporados en ese sentido son los testimonios entregados por el
mismo demandante y el otro tripulante, quienes debían cumplir la ruta Salamanca
Antofagasta, y que también fue despedido, ya que la prueba documental incorporada por la
demandante, no obstante ser declaraciones unilaterales efectuadas por uno de los
trabajadores afectados con la fiscalización, esto es, constancia ante Carabineros de Chile y
constancia ante la Inspección del Trabajo, en caso alguno dan cuenta de la tantas veces
aludida "prepotencia" ejecutada por el fiscalizador Moisés Cabrera.
Por el contrario lo único que se puede colegir de todos quienes depusieron en estrados,
con excepción de don Pedro Heredia, es que el Sr.
Moisés Cabrera procedió a exhibir su identificación de Inspector, que la mostró al
conductor y le quitó al demandante la boletera y procedió a hacer entrega de los boletos en
conjunto con el actor a los pasajeros.
Que no obstante el reconocimiento que realiza el demandante al momento de prestar
declaración en relación a otra fiscalización del cual fue objeto, no fue incorporado en estos
antecedentes, prueba escrita que dé cuenta de las amonestaciones que alude la carta de
despido de fechas 1 de junio de 2011, 8 de agosto de 2011 y 6 de septiembre de 2011.
Que del mérito de la prueba rendida por la demandada, no fue posible establecer el
grado de responsabilidad en la elusión de dos controles que le fueron imputadas en la carta
de aviso de término de servicios al actor, pese al reconocimiento de esta sentenciadora
respecto de las obligaciones que como asistente se describen en el reglamento interno de la
empresa.
SEPTIMO: Que en base a lo anterior, y del mérito de la prueba citada, en el motivo
séptimo de la presente sentencia, a juicio de esta sentenciadora en la especie no se cumple
con el tipo exigido por el legislador sobre este punto, pues del mérito de los antecedentes
reseñados no se ha generado en esta sentenciadora la "duda razonable", y la existencia de la
misma, para exigir este juicio de proporcionabilidad, racionabilidad o necesariedad al
empleador; en tal sentido los datos y elementos probatorios incorporados son insuficientes
para hacerlos presumir como verdaderos.
OCTAVO: Que establecido lo anterior se procederá a rechazar la denuncia de tutela,
como se indicará en la parte resolutiva del presente fallo.
NOVENO: Que en relación a la petición subsidiaria incoada por la demandante, cabe
señalar que el actor solicita la calificación del término de sus servicios, por aplicación
indebida de la causal del artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, y al respecto cabe tener
presente lo siguiente:
Que la causa de la obligación de una de las partes, es la obligación de la otra y violando
uno de los contratantes cualquiera de las cláusulas del contrato, sean éstas expresas, tácitas
o subentendidas, será causa suficiente para que el afectado ponga término al vínculo
contractual.

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Que nuestro Código del Trabajo al contemplar esta causal como de caducidad del
contrato de trabajo, no define el concepto "grave", ni fija tampoco obligación básica alguna
que pudiere precisar las reglas generales de un contrato de trabajo, por ello se estima que no
siempre resulta fácil probar esta causal, dado que el cumplimiento de las obligaciones de
una parte, se entiende que está supeditado al cumplimiento de la otra.
Que a falta de normas en dicho sentido, si nos remitimos solamente al tenor literal de
esta causal, veremos que para poder invocarla en propiedad, será necesario que en el
contrato de trabajo se hayan estipulado las principales obligaciones que debe cumplir el
trabajador; lo anterior no quita que sus efectos indirectos puedan provenir también de la
reglamentación interna de la respectiva empresa.
Así también otra de las características que conlleva esta causal tiene que ver con la
gravedad de la falta.
En tal sentido, la expresión "incumplimiento grave" da a entender que no cualquier
incumplimiento es configurativo de ella, puesto que, conforme al sentido gramatical del
adjetivo "grave" éste significa entidad o importancia, vale decir, se debe tener por grave la
falta que reúna estos requisitos, en cuyo caso el incumplimiento debe ser grande, de mucha
entidad, en lo que constituye la esencia o forma de una cosa; en otras palabras, el elemento
que caracteriza fundamentalmente esta causal, es el factor de gravedad del incumplimiento,
o sea, que los hechos alegados tengan la entidad o importancia necesaria para constituir una
falta grave que autorice en esa virtud, el término del vínculo laboral.
Que consta a través de carta de aviso de término de servicios de 26 de octubre de 2011,
dirigida por la demandada al actor, que dicha misiva explica las razones de término de la
relación laboral por aplicación de lo dispuesto en el artículo 160 N° 7 del Código del
Trabajo, señala dicha misiva, lo siguiente:
De nuestra consideración:
Nos dirigimos a Ud.
, actuando en el marco de las facultades de administración, organización y dirección que
en nuestro rol de ente patronal nos reconoce la legislación laboral, y que emanan del
vínculo de subordinación y dependencia inherente al contrato individual de trabajo que nos
liga.
En razón del cual, con esta fecha, hemos puesto término a su contrato individual de
trabajo, a raíz de: Que Ud.
, señor Sáez García incumplió de modo grave las obligaciones que le imponía su
Contrato de Trabajo y su rol como asistente de buses de transporte interurbano de
pasajeros.
Con fecha, 18 de Octubre del presente fue notificado por su Administrador de
Tripulaciones Sr.
Oscar Galdames Rodríguez, para desarrollar el servicio Salamanca Antofagasta de las
19:00 horas.
Para el desarrollo de dicho servicio, se designo a la siguiente tripulación: el conductor
Sr.
Juan Yáñez Escobar Rut: 11.
409.
130 8, el Sr.

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José Concha Sandoval Rut: 13.
655.
091 8, y Ud.
Sr.
Sáez García.
En consecuencia, en pleno desarrollo del servicio, el Inspector de Ruta, Sr.
Moisés Cabrera Ángel, iba a bordo del bus en calidad de pasajero, observando durante el
trayecto una serie de anomalías, tales como: el cobro de pasajes sin entregar el respectivo
boleto, la evasión a la acción fiscalizadora impartida por nuestros Inspectores de Ruta,
(quienes se encuentran en distintos puntos de control establecidos para dichos efectos) a la
llegada en Illapel, el Inspector Sr.
Cabrera Ángel (quien se encontraba en su jornada laboral), se levanta de su asiento y se
presenta frente a tripulación con credencial al a vista como Fiscalizador de Bus, con la
intención de fiscalizar el bus, solicita directamente al asistente Sr.
Sáez Garcia, el corte de los 19 boletos, de todas las personas que subieron como
pasajeros de camino, a quienes se les cobro el valor total de sus pasajes y no se les entrego
el respectivo boleto, el copiloto del servicio Sr.
Concha Sandoval, se dirige al Inspector, diciendo: "¿Quién es usted?, aquí no va a cortar
boletos", posterior a este comentario, amenaza con ir a una comisaría y denunciar al
Inspector de Ruta.
Ante estos hechos, los pasajeros emiten comendatarios negativos en contra de la
tripulación del servicio, dos de los pasajeros afectados (cobrados sin boletos), los Sres.
Luis Orrego Tapia Rut: 12.
398.
468 0 y Freddy Vega Escudero Rut: 7.
495.
257 7, manifiestan: "Menos Mal que pillaron a estos sinverguenzas, nosotros viajamos
siempre y nunca nos dan boletos, tenemos problemas en el trabajo para rendirlos".
En total, la empresa toma conocimiento que en el servicio viajaban 19 pasajeros que
fueron cobrados y no se les entregó su boleto, todos y cada uno de ellos cancelaron
debidamente el importe total del valor de su pasaje, NO obstante, a ninguno de ellos se les
emitió el boleto respectivo.
En efecto, al interior del bus viajaban 19 pasajeros sin habérseles emitido el respectivo
boleto, pese a haberlo pagado.
En consecuencia Ud.
, Sr.
Sáez García, pese a estar en cabal conocimiento en atención al cargo que detenta no
podía desconocer la situación, pues no se trataba de una o dos personas sino de 19, cuestión
que fue verificada por el Inspector de Ruta, quienes efectúan su actividad tanto en
Terminales como en los paraderos establecidos y distribuidos a lo largo de la carretera, por
el Ministerio del Transporte y Telecomunicaciones, fiscalizan con el fin de verificar que se
cumpla la normativa laboral vigente, consistente por ejemplo: que el conductor haya
respetado los límites de velocidad establecidos por ley, que se encuentren funcionando los
equipos electrónicos correspondientes, que los conductores y los asistentes hayan hecho

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efectivos los descansos reglamentarios que prescribe la ley laboral, que tales descansos se
realicen en la litera en el caso de los conductores, en especial que los pasajeros se hayan
cobrado correctamente y se les haya otorgado el boleto correspondiente.
La inconducta precedentemente narrada importa una grave trasgresión de su contrato de
trabajo y sus respectivos anexos de contrato de trabajo de obligaciones y prohibiciones y al
Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, en lo respectivo a las obligaciones
y prohibiciones de carácter general y especifico.
Por lo que se produjo un quiebre en la relación de confianza inherente a la relación
laboral que nos unía y que en suma fundamentan el término de su contrato de trabajo.
Respecto de este punto es de suma importancia destacar que en su función de asistente
de buses, son de su cargo el preocuparse que luego de abordar el bus un pasajero de
camino, se le cobre el valor real del pasaje por el tramo a desarrollar y entregar el boleto
respectivo, así como también, verificar los boletos de las agencias, preocuparse por el
servicio que se brinda a los usuarios, en definitiva, actividades esenciales a su función de
asistente de buses.
A mayor abundamiento, Ud.
Sr.
Sáez García, cometió una falta gravísima, pues incumple gravemente su Contrato de
Trabajo, Anexos y el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad que usted declaro
aceptar y reconocer.
Pues bien, al ser fiscalizado el servicio que realizaba, la Empresa toma conocimiento
que en dicho servicio, viajaban un total de 19 personas que fueron cobradas y no se les
emitió el respectivo boleto, en efecto, y a causa de estos hechos, con fecha 18 de Octubre,
se emitieron los partes Nros.
152100 y 1,41638.
La circunstancia precedentemente narrada importa una trasgresión grave a sus
obligaciones de Asistente de Buses, toda vez que una de las obligaciones que le impone su
contrato individual de trabajo, así como el Reglamento Interno de la empresa, del cual Ud.
recibió copia íntegra en forma oportuna y el cual declaró conocer, es justamente
reconocer en la figura del Inspector de Ruta a un Superior Directo en carretera y cooperar
en el proceso que ellos desarrollan.
Atendido los hechos expuestos ha sobrevenido la caducidad de la relación laboral que lo
ligaba a nuestra Compañía, configurándose en la especie la causal del artículo 160 Nro.
7 del precitado artículo del Código del Trabajo, esto es, "El incumplimiento grave de las
obligaciones que le impone su contrato de trabajo".
En consecuencia y con el mérito de los gravísimos hechos en que ha incurrido, Sr.
Yánez Escobar, con esta fecha se ha puesto término a la relación laboral que lo
vinculaba con nosotros .
"
Que por su parte la cláusula quinta del contrato de trabajo suscrito entre las partes,
establece que son obligaciones y prohibiciones esenciales para el trabajador, las estipuladas
en el Reglamento Interno de la Empresa, como obligaciones generales, obligaciones
específicas, prohibiciones generales y específicas, las que se entienden incorporadas al
contrato de trabajo, en virtud de lo cual el no cumplimiento de ellas dará lugar a las

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sanciones y multas, de acuerdo a lo dispuesto en el Título XII, artículo 51 del Reglamento
Interno.
Que la cláusula séptima del mismo contrato establece la obligación de parte del
trabajador de cumplir las instrucciones y órdenes, verbales o escritas que le sean impartidas
por su jefe inmediato o por la gerencia de la empresa, a quien la represente, en pro del buen
servicio.
Agregando el párrafo siguiente la circunstancia que el trabajador ha recibido un
ejemplar del Reglamento Interno, el que declara conocer.
En relación a esto último, este tribunal, con el mérito del Registro de entrega de fecha 18
de abril de 2011, colige que el demandante en aquella fecha recepcionó un ejemplar de
dicho documento.
Que finalmente a través de anexo de contrato de trabajo para asistentes de buses, en el
que se establecen otras obligaciones y prohibiciones, aparece: en su numeral 10, lo
siguiente: "Todo boleto deberá ser cobrado inmediatamente después de que el pasajero
ascienda al bus, cuando se trate de pasajeros de camino y una vez iniciado el viaje respecto
de los pasajeros que asciendan en alguna oficina y/o terminal".
Por su parte el anexo de prohibiciones de su contrato de trabajo en su numeral 1
establece como expresa prohibición: "No emitir el boleto habiendo cobrado el pasaje, emitir
un boleto cuyo valor sea inferior al real cobrado, revender boletos ya cortados, transportar
pasajeros sin cobrarles el valor del servicio, emitir boletos en blanco, cobrar tarifas
inferiores o superiores a las ya establecidas por la empresa, vender boletos sin respetar la
correlatividad del talonario o cualquier acción que implique dolo respecto de los intereses
de esta última".
Que en relación al Reglamento Interno de Orden.
Higiene y Seguridad: dicho cuerpo normativo interno de la empresa dispone en el
Artículo 52 B.
Obligaciones Específicas por Rol.
Obligaciones Especificas de los Asistentes N° 11 11.
1 Pasajes tramos cortos: a) ".
.
.
Cuando los pasajes correspondan a la emisión de camino: deberán marcarlos con fecha y
horario correspondiente al servicio en boleto y colilla, entregar el boleto al pasajero y
guardar la colilla".
11.
2 Pasajes tramos largos: b) ".
.
.
Cuando los pasajes correspondan a la emisión de camino: escribir sobre el pasaje y su
colilla el origen y el destino del pasajero, la fecha y el horario correspondiente al servicio.
Cortar el boleto entregarlo al pasajero y conservar y guardar la colilla".
Artículo 53 B: Prohibiciones Específicas por Rol.
Prohibiciones Específicas de los Asistentes "1.

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No emitir el boleto habiendo cobrado el pasaje, o emitir el boleto cuyo valor sea inferior
al realmente cobrado, o transportar pasajeros sin cobrarles el valor del servicio, o cobrar
tarifas inferiores o superiores a las establecidas por la empresa, o emitir boletos en blanco,
o cualquier acción que implique dolo respecto de los intereses de la empresa, o que
signifique perjuicio para el pasajero o usuario".
DECIMO: Que luego de examinar los elementos probatorios incorporados por la parte
demandada, que fueron citados de manera precedente como también aquellos incorporados
por el propio demandante a los autos, y al analizarlos de manera conjunta respecto de los
hechos imputados en la carta de despido, se concluye que la imputación efectuada al actor
no resulta ajustada a derecho, y por ello el despido se encuentra indebido, estimando esta
sentenciadora, que el demandante no ha incumplido de manera grave con sus obligaciones
contractuales, debiendo en tal sentido acoger la demanda, en lo que dice relación con la
indemnización sustitutiva del aviso previo solicitada.
En efecto, la sanción que dispuso el legislador a través del artículo 160 del Código del
Trabajo, dice relación con causales subjetivas de caducidad de contrato que deben ser
aplicadas tras haber incurrido un trabajador en los hechos que cada una de ellas describe en
forma concreta y específica, incluso determinando en muchos casos que deben encontrarse
tales conductas debidamente acreditadas, pues en este caso la sanción que conlleva la
imputación de alguna de estas conductas priva al trabajador el derecho a percibir
indemnización alguna, y su única fuente de ingresos que detenta y que le sirve de sustento
tanto para él como para su grupo familiar, en este sentido el escenario que procedió a
sancionar la demandada fue en base a afirmaciones que se encontraban aun en el fuero
interno del fiscalizador o el inspector Cabrera, quien dada la tardanza que él estimó efectuó
el demandante entre el cobro efectuado de pasajes y la entrega de boletos, implicarían un
incumplimiento, ya que presumió que con dicha tardanza no se estaba dando cumplimiento
con las obligaciones contractuales que como asistente tenía el demandante, en autos quedó
suficientemente demostrado, a juicio de esta sentenciadora, que el testigo en cuestión
presumió la intención del demandante en la no entrega de boletos, e indicó que no estaba
cumpliendo con sus obligaciones laborales.
Todo lo anterior se concluye del mérito de la propia declaración de don Moisés Cabrera,
quien afirmó que finalmente los 19 pasajeros obtuvieron su pasaje.
DECIMO PRIMERO: Que la prueba ha sido analizada en conformidad a las normas de
la sana critica, y que la restante prueba rendida en nada altera lo resuelto, siendo
insuficiente prueba indiciaria, el apercibimiento decretado en la persona del representante
legal de la demandada, don Eduardo Pesce, conforme a la prueba confesional rendida por la
demandante.
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 7, 10, 11, 12, 162, 168, 172, 173, 446 y
siguientes y 485 y siguientes del Código del Trabajo, se declara:
I.
Que se rechaza la acción de tutela laboral por vulneración de garantías constitucionales
con ocasión del despido.
II.
Que se acoge la acción subsidiaria de calificación de despido y se declara que el despido
de que fue objeto el demandante con fecha 26 de octubre de 2011, es indebido.
III.

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Que en virtud de lo anterior, la demandada deberá pagar al actor la siguiente suma por el
concepto que se indica:
a) $ 327.
492.
por indemnización sustitutiva de aviso previo.
IV.
Que la suma antes señalada deberá ser reajustada y devengará intereses en la forma
establecida en el artículo 173 del Código del Trabajo.
V.
Que atendido lo resuelto cada parte pagará sus costas.
VI.
Ejecutoriada la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto
día, bajo apercibimiento de pasar los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y
Previsional de Santiago.
Regístrese, notifíquese a las partes, hágase devolución de los documentos, ejecutoriada
que se encuentre la presente sentencia y archívense los antecedentes en su oportunidad
procesal.
RIT : T 467 2011
RUC : 11 4 0039909 5
Pronunciada por ALONDRA VALENTINA CASTRO JIMENEZ, Juez Titular del
Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
En Santiago a cuatro de abril de dos mil doce, se notificó por el estado diario la
sentencia precedente.

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