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ASPECTOS BÁSICOS DEL

MINISTERIO DE CRISTO

Escrito por:
Carmelo Alexander Medina Santana

Ministerio Evangelístico
Palabra de Restauración
______________________________
Jesús es Rey y Señor de mi vida
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ASPECTOS BÁSICOS DEL


MINISTERIO DE CRISTO

2019

Diseño de portada: Carmelo A. Medina S.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS


ISBN: 978-9945-8-0429-4

República Dominicana
ÍNDICE

Agradecimientos

Prólogo

1. Jesús en la historia secular

➢Flavio Josefo
➢Cornelio Tácito
➢Luciano de Samósata
➢Gayo Suetonio Tranquilo
➢Cayo Plinio Cecilio Segundo (Plinio el Joven)
➢Quinto Septimio Florente Tertuliano
➢Thallus

2. Antecedentes históricos

➢Nacimiento de los grupos religiosos


•Fariseos
•Saduceos
•Zelotes
•Esenios
➢Los romanos desplazan a los griegos
➢Sistema político y religioso de Israel
•Estructura Política
•Estructura Religiosa
➢Templo renovado
➢Tradiciones
➢Despierta el deseo de liberación

3. Jesús, el hombre histórico

➢Fecha de su nacimiento
➢Lugar y circunstancia de su nacimiento
➢El hogar de Jesús
4. Preexistencia y divinidad de Cristo

➢El testimonio que Cristo da de sí mismo


➢Evidencias sobre la Naturaleza Divina de Cristo
•La manifestación de su poder
•Curación de un ciego
•Curación de un paralítico
•Resurrección de Lázaro
•Discernimiento de los corazones
➢Las Profecías
•Génesis
•Salmos
•Isaías
•Zacarías
•Miqueas
•Jeremías
•Teofanías
•Jacob y la lucha con el Ángel de Jehová
•El Ángel de Jehová en la zarza ardiente
•Josué y el varón con la espada desenvainada
➢Tipologías
•El Tabernáculo
•Otras tipologías

5. Su encarnación

➢Estado de gloria
➢Implicación de la transición y doble naturaleza
➢Selección de una virgen
•Virgen
•Pureza
•Servicio
•Fe
•Judá
➢Implantación en el vientre
•Unión con José
•El embarazo

6. Su muerte

➢La Razón
➢Una entrega personal

7. Su resurrección

➢Necesaria
➢Comprobable
•Estaba muerto
•Lugar geográficamente definido
•Profecías
•La tumba custodiada
•La piedra
•El sello
➢Poderosa

8. Su sacerdocio

➢Analogía

9. Ascensión y regreso

➢El retorno por su iglesia


•Repentino
•Justo
•Poderoso
•Jesús en las nubes
•Transformación de lo corruptible
•El inicio de una celebración
➢El retorno con su iglesia
•El fin
➢¿Cuándo?

10. Cristo en nuestras vidas

Consultas
Agradecimientos

A Jesús, por la manifestación de su gracia en mí.

A la mujer que tanto amo, mi esposa, Dra. Sardis Yudelis De La Rosa De


Medina, por ser un apoyo incondicional, y por enseñarme el principio de la
ayuda idónea.

A mi hijo Yariel Alexander, por irradiar tanta felicidad a nuestro hogar.


Amo tu sonrisa.

A mi hija Aleyris Yulieth, por nacer justo ahora. Ojalá puedas leer esto
mañana e imaginar que escribí secciones de esta obra contigo en brazos.

A mi madre, porque sentí su orgullo.

A mi padre, Por enseñarme el amor patriarcal. Mis hijos deberían estar


agradecidos.

A mis hermanos, por contribuir a mi desarrollo.

A Sheyla Rodríguez, por ser la razón por la que este texto existe.
Prólogo

El lunes 4 de febrero del 2019, mientras pasaba por mi primogénito que


salía del colegio, recibí la llamada de mi hermana en Cristo, Sheyla
Rodríguez. Me solicitaba impartir una conferencia sobre Jesús a los jóvenes
de nuestra congregación.

Desde ese momento mis pensamientos han estado conectado con la historia
bíblica. Me dediqué a preparar un texto que recogiera los aspectos más
importantes del ministerio de nuestro salvador, y así es como nació esta obra.

Sin duda alguna, la gracia es el mayor de los dones que hemos recibido de
Dios. El pecado quebrantó la privilegiada comunicación que teníamos con Él,
pero Jesús mostró compasión al saciar la demanda de justicia divina
entregándose a sí mismo en nuestro lugar.

Nuestra fe se alimenta de la sólida convicción en su resurrección, y esta, de


lógicos razonamientos. ¡Atrévete a conocerlos!
I. Jesús en la historia secular:

Aunque no es objeto de debate en la comunidad cristiana la realidad


histórica de Cristo, considero fundamental, antes de abordar las pruebas
testimoniales de Él mismo sobre su divinidad, recoger algunas citas de
grandes historiadores y escritores que, desde diferentes perspectivas, le
mencionaron.
➢ Flavio Josefo:

Fue un escritor e historiador judío miembro del partido de los fariseos y


descendiente de una familia sacerdotal. Nació en Jerusalén entre los años 37-
38 d.C. Destacó por la publicación de sus obras: La guerra de los judíos,
Antigüedades Judías, entre otras. Escribió sobre Jesús y el origen de la fe
cristiana:

“Por aquel tiempo existió un hombre sabio, llamado Jesús, si es lícito


llamarlo hombre, porque realizó grandes milagros y fue maestro de aquellos
hombres que aceptan con placer la verdad. Atrajo a muchos judíos y muchos
gentiles. Era el Cristo. Delatado por los principales de los judíos, Pilato lo
condenó a la crucifixión. Aquellos que antes lo habían amado no dejaron de
hacerlo, porque se les apareció al tercer día resucitado; los profetas habían
anunciado éste y mil otros hechos maravillosos acerca de él. Desde entonces
hasta la actualidad existe la agrupación de los cristianos”. Antigüedades de
los Judíos, XVIII, Cap. 3.3.
➢ Cornelio Tácito:

Nació alrededor del año 55 d.C. Fue un destacado historiador, senador y


cónsul del Imperio Romano. Escribió varias obras, entre las que destacan:
Los Anales, y Las Historias. En la primera, dice sobre la muerte de Cristo:

"Pero nada del alivio que pudiera provenir del hombre, ninguno de los
dones que pudiera impartir el príncipe, ni los muchos sacrificios expiatorios
que pudieran ser presentados a los dioses, podrían haber tenido valor para
disculpar a Nerón de la infamia que significaba el que se le creyera ser el
que había ordenado la conflagración, el incendio de Roma. Por tanto, para
suprimir el rumor, él cargó falsamente a las personas comúnmente llamadas
cristianos con la culpa, y los castigó con las más refinadas torturas,
atrayendo sobre ellos el aborrecimiento de todos por sus iniquidades. Cristo,
el fundador del nombre, fue ajusticiado por Poncio Pilato, procurador de
Judea en el reino de Tiberio: pero la superstición perniciosa, reprimida por
un tiempo, volvió hacer irrupción, no solamente a través de Judea, donde
tuvo su origen este error, sino por toda la ciudad de Roma". Annals XV. 44.

➢ Luciano de Samósata:

Nació en la antigua Siria en el año 125 d.C. Escribió en lengua griega.


Fue un gran escultor y abogado que recorrió el mundo impartiendo
conferencias. Es considerado uno de los mayores genios satíricos de la
literatura universal. En su obra: Sobre la muerte del peregrino, menciona
brevemente a Cristo, y le considera un engañador:

“…el hombre que fue crucificado en Palestina por haber introducido


este nuevo culto en el mundo… Aún más, el primer legislador que ellos
tuvieron les persuadió de que todos ellos eran hermanos unos de otros,
después de haber transgredido de una vez por todas negando los dioses
griegos y adorando a aquel sofista crucificado y viviendo bajo sus leyes”.
➢ Gayo Suetonio Tranquilo:

Historiador y biógrafo Romano nacido en el año 70 d.C. Conoció a Plinio el


Joven, quien, gracias a su relación con el emperador Trajano le ayudo a
elevarse en la burocracia imperial. Se encargó de la dirección de los archivos
imperiales. Dice sobre Jesús:

“Como los judíos estaban provocando continuos disturbios bajo la


instigación de Chretus, los expulsó de Roma”. Vida de Claudio XXV.
➢ Cayo Plinio Cecilio Segundo (Plinio el Joven):

Abogado, escritor y científico de la antigua Roma. Nació en el año 62


d.C. en Como, Italia. Estudió en Roma bajó la dirección de Virginio Rufo, un
gran influyente general del ejército Romano. Inició su carrera política a los
19 años llegando a ocupar importantes cargos en el senado: Cuestor, pretor y
cónsul. Posteriormente fue nombrado gobernador de Bitinia. Preguntó al
emperador Trajano como tratar a los cristianos, pues había matado a muchos
y el crecimiento no paraba. Una porción de la carta dice lo siguiente sobre los
nuevos creyentes:
“Afirmaban (los cristianos), sin embargo, que toda su culpa, o error
consistía en que tenían el hábito de reunirse en cierto día fijo antes que
amaneciera, y que allí cantaban en versos alternados un himno a Cristo
como a un Dios, y que se sometían a un juramento solemne, y no a hechos
malvados de ninguna clase, sino más bien nunca cometer fraude, robo,
adulterio, a nunca falsear su palabra, ni a negar algo que les hubiera
confiado cuando fueran llamados a dar cuenta de ello”. Breve porción de la
carta de Plinio a Trajano.

➢ Quinto Septimio Florente Tertuliano:

Nació en el año 160 d.C. en Cartago. Padre de la iglesia. Fue un prolífico


escritor. Escribió numerosos tratados. Defendiendo el cristianismo ante las
autoridades romanas en África dice:

"Según Tiberio, en aquellos días el nombre cristiano hizo su entrada en


el mundo, habiendo el mismo llegado a convencerse de la verdad de la
divinidad de Cristo, presentó el asunto ante el senado, con su propia decisión
en favor de Cristo. El senado, por no haber el mismo dado su aprobación
rechazo la proposición de este. Cesar se mantuvo firme en su posición
amenazando con descargar su ira contra todos los acusadores de los
cristianos". Apología I, 35.
➢ Thallus:

Fue un historiador temprano que escribió en griego koiné en el año 52


d.C. Es uno de los primeros escritores gentiles que menciona a Cristo. Solo
consideramos fragmentos de sus obras citadas por otros autores, como es el
de Julio Africano:

“Talo, en el tercer libro de sus historias, explica esta oscuridad como un


eclipse de sol - sin razón alguna, según me parece' (por supuesto que sin
razón, pues un eclipse solar no tendría lugar durante el tiempo de la luna
llena, y fue durante la luna llena pascual que murió Cristo”. Thallus, citado
por Julio Africano.

Estos son solo algunas de las tantas referencias a Jesús en las fuentes
seculares. Basten para dejar a un lado el dilema de la veracidad de su
existencia en la tierra, y pasemos ahora al estudio de la persona como ente
histórico.
II. Antecedentes históricos

Si cerramos el antiguo testamento para continuar la lectura en el


evangelio de Mateo, muchas preguntas invadirán nuestros pensamientos. Es
necesario un análisis histórico y teológico profundo para comprender la
dimensión de los cambios y el orden en que sucedieron.

Existe un período de aproximadamente 400 años entre el último libro del


Antiguo Testamento y el primero del Nuevo Testamento. A menudo, cuando
estudiamos dicho período nos referimos a el como: “El túnel del silencio”,
“El silencio profético”, o, “El período intertestamentario”. Durante el mismo
ocurrieron una serie de cambios que caracterizaron las historias del Nuevo
Testamento. Veamos los más relevantes:
➢ Nacimiento de los grupos religiosos:

• Fariseos:

El nacimiento de algunos grupos religiosos del Israel bíblico está ligado al


conflicto entre helenistas y conservadores. Alejandro Magno trató de imponer
la cultura griega a los pueblos conquistados. Una facción de los judíos se
opuso y desencadenaron un largo conflicto. El punto fue la insurrección
encabezada por el anciano sacerdote Matatías, y luego por su hijo Judas
Macabeos, quienes más tarde serían llamados los Jasideos, de quienes luego
nacerían los Fariseos.

• Saduceos:

De aquellos que se amoldaron a las costumbres griegas nacieron los


Saduceos, y es por eso que el pensamiento filosófico de estos es similar al de
los griegos, en algunos aspectos. Destacó en este período el malvado
gobernador Antíoco Epífanes IV.

• Zelotes:

Grupo nacionalista que proclamaba la restauración de la soberanía de


Israel.

• Esenios:
La doctrina de este grupo era muy similar a la de los Fariseos, pero su
modo de vivir muy diferente. Habitaban en comunidades apartadas, lejos de
toda influencia. Se establecían en cuevas, desde donde ejercían el culto a
Dios. Muchos se abstenían del matrimonio y rechazaban los sacrificios de
animales. Probablemente a ellos debemos la preservación de los rollos
encontrados en las inmediaciones del mar muerto, en Qumrán.

➢ Los romanos desplazan a los griegos:

La muerte de Alejandro Magno, y la fragmentación de su imperio dio


paso al cumplimiento de muchas profecías del Antiguo Testamento. En el
año 63 a.C. el general Romano Pompeyo se apodera de Jerusalén y otros
territorios circundantes.
➢ Sistema político y religioso de Israel:

• Estructura Política:

La estructura política era compleja. El emperador era la máxima


autoridad del imperio. Cuando Cristo nació este era Cesar Augusto, quien
había iniciado su hegemonía en el año 27 a.C. y se extendió hasta el año 14
d.C., fecha en que fue sucedido por Tiberio Julio César, quien ejerció su
poder hasta el año de su muerte: 37 d.C.

Herodes El Grande I era el Rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea


desde el año 37 a.C. hasta 4 d.C. Herodes nunca fue del agrado de los judíos
por ser de raza idumea.

Al morir este, el territorio que estaba bajo su control se fragmentó y sus


hijos heredaron el poder. La zona quedó controlada de la siguiente manera:

Herodes Arquelao: Heredó Judea, Samaria e Idumea.

Herodes Antipas (El Tetrarca): Asumió Perea y Galilea.

Herodes Filipo: Gobernó Iturea y Traconítide.

Pablo Hoff dice que fue la brutalidad de Arquelao la que precipitó la


formación de una fuerte oposición de parte de los judíos que culminó con el
destierro de este por parte de los romanos. Judea y Samaria pasaron entonces
al control de procuradores. Estos eran gobernadores que rendían cuenta a
Roma directamente. Poncio Pilato es uno de los más destacados en el relato
bíblico.

• Estructura Religiosa:

Además del templo, dos instituciones destacan en la época de Cristo, y


dos sumos sacerdotes en vez de uno.

1- La Sinagoga: Su origen se remonta al cautiverio babilónico. Se


convirtió en un centro de estudio y adoración para la comunidad exiliada
y lo siguió siendo hasta la época de Cristo.

2- El Sanedrín: Fungía como corte suprema de la ley judía con la


misión de administrar justicia interpretando la ley oral y escrita, sin
embargo, la potestas gladii (Capacidad de dictar sentencia de muerte)
estaba reservada al gobierno Romano (Praefectus).

3- Dos Sumos Sacerdotes:

“…y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás…”. Lucas 3:2.

Anás había ejercido el oficio desde el año 7 d.C. hasta el año 14 d.C.
cuando fue reemplazado por su yerno Caifás por mandato del entonces
procurador Valerio Grato, quien precedió a Poncio Pilato. Pese a esto
Anás seguía ejerciendo su influencia, y por tal razón Jesús fue llevado
primero ante él al ser detenido. El sumo sacerdocio era manejado de
acuerdo a los intereses romanos.
➢ Templo renovado:

Los judíos cuentan con un gran templo levantado bajo la dirección de


Zorobabel mientras Nehemías restauraba los muros, y Esdras impulsaba una
reforma espiritual. Este había sido remodelado por el Rey Herodes, quien
buscaba el favor de los judíos. Era deslumbrante. Construido en mármol
blanco, cubierto en gran parte de oro que reflejaba la luz del sol.
➢ Tradiciones:
Además de la ley escrita, los judíos tenían las tradiciones. El Talmud
compuesto por la Misnah y la Guemará. En dichas obras recogían las
interpretaciones de los más expertos en materia de religión. Habían dado a
esta el mismo carácter permanente para juzgar.
➢ Despierta el deseo de liberación:

Los judíos habían sido sometidos al dominio Romano. Diferentes grupos


nacionalistas rebeldes se sublevaron. El anhelo de recibir al Mesías
restaurador se había esparcido entre el pueblo. El clamor de libertad era
general.

En este escenario hizo acto de presencia el REY DE REYES. Todas las


condiciones estaban dadas para su nacimiento. Todas, en todos los aspectos,
como describe la obra: “El Pentateuco”, de Pablo Hoff.
III. Jesús, el hombre histórico:
➢ Fecha de su nacimiento:

Jesús fue un judío nacido, según el cómputo erróneo del año primero de
la era cristiana realizado por el monje Dionisio El Exiguo, en el año 1 d.C.
Esta fecha es realmente tardía ya que, tal y como aclara Pablo Hoff en su obra
El Pentateuco, lo más probable es que Jesús haya nacido en el año 4 a.C.
Pues la biblia afirma que Jesús nació durante el reinado de Herodes:

“…Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes” Mateo 2:1.

Lógicamente este versículo se refiere a Herodes I El Grande, quien reinó en


Judea, Galilea, Samaria e Idumea desde el año 37 a.C. hasta el año de su
muerte, 4 a.C. ¿Por qué creemos que es este y no su hijo Arquelao? Porque la
biblia también afirma que muerto este, Herodes Arquelao, su hijo, reinaba en
Judea en lugar de su padre.

“Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su


padre, tuvo temor de ir allá;” Mateo 2:22.

Lucas dice que el nacimiento de Cristo sucedió justamente durante el


censo promulgado por el emperador César Augusto, siendo Cirenio
gobernador de Siria, y este no fue gobernador de Siria sino hasta el año 6 a.C.

“Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria” Lucas


2:2.

De modo que el nacimiento de Cristo sucedió mientras Herodes I El


Grande aún vivía, y cuando ya Cirenio era gobernador de Siria, o sea, entre el
año 6 a.C. y el año 4 a.C.
(Ver publicación del diario argentino Infobae, citando al teólogo británico James Dunn sobre el
año del nacimiento de Cristo: https://www.infobae.com/2015/12/24/1778728-fin-del-misterio-que-ano-
nacio-jesus/).

No entraremos en detalles sobre el mes exacto del nacimiento de Cristo


dada la imposibilidad de aportar pruebas definitivas para despejar dudas. Lo
cierto es que la idea de celebrarlo el 25 de diciembre apareció en Europa
Occidental.
➢ Lugar y circunstancia de su nacimiento:
Cuando María, todavía virgen, recibió el mensaje de su embarazo por el
ángel Gabriel, se encontraba en la ciudad de Nazaret, de la región de Galilea.

“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se
llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María”
Lucas 1:26-27.

Más tarde, el emperador Augusto ordena un censo, tal vez para controlar
el número de habitantes de su Imperio y establecer tributos directos e
indirectos, o con fines militares. Todos tenían que ir a su ciudad de origen.
Por esto la pareja partió de Galilea a la región de Judea, específicamente a la
ciudad de Belén. Allí sorprendería el alumbramiento a la joven virgen. Entre
el ruido de la multitud acababa de nacer EL SALVADOR DEL MUNDO. Su
nacimiento pasó desapercibido para muchos en la tierra. No así en el cielo y
para unos pocos privilegiados.

Buscando salvar la vida del niño del malévolo rey, que había sido capaz
de asesinar a su propia mujer, la bella Mariamne, a tres de sus hijos, a todo el
sanedrín, a 45 dirigentes del partido contrario, a su cuñado y al abuelo de su
esposa, los padres del niño huyen a Egipto. Todos estos crímenes los cometió
el rey buscando perpetuarse en el poder. Era capaz de destruir cualquier
amenaza, y eso le transmitió el comentario de los pastores sobre el
nacimiento de Jesús:

“… ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?” Mateo 2:2.

Muerto Herodes regresaron, pero al escuchar que el malvado Arquelao,


su hijo, reinaba en la región de Judea, optaron por ir a la región de Galilea y
se establecieron en Nazaret, dominada ahora por el también hijo, Herodes
Antipas, conocido también como Herodes El Tetrarca.

Esto explica el comentario de Natanael a la predicación de Felipe:

“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”. Juan 1:46.


➢ El hogar de Jesús:

Por el relato bíblico entendemos que Jesús nació y creció en un hogar


humilde, pero con fuertes principios morales. Analicemos:

1- La circunstancia que rodearon su nacimiento fueron precarias.

“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó


en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” Lucas 2:7.

2- Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, sus padres


terrenales lo llevaron al templo para presentarle. Un breve detalle arroja
mucha luz sobre la moderada vida de la familia:
“y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de
tórtolas, o dos palominos”. Lucas 2:24.

La ley de Moisés exigía la ofrenda, pero para los de pocos recursos era
suficiente un par de tórtolas o dos palominos:

“Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en


expiación por su pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno
para expiación, y el otro para holocausto” Levítico 5:7.

Su padre terrenal, José, era carpintero y, probablemente le enseñó el


oficio al niño. En la Judea de los tiempos de Cristo, el oficio de carpintero,
incluía también los de albañil, tallador de piedra, pulidor de mármol, etc.

Tanto María como José eran personas nobles y de corazones sinceros.


María era virgen y su estilo de vida agradó a Dios.

“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia


delante de Dios”. Lucas 1:30.

José, pese a que la idea de un embarazo sin contacto sexual le parecía


absurdo no quiso difamar a su prometida, librándola así de la muerte:

“José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla


secretamente” Mateo 1:19.

Dios bendijo a este hombre y le reveló sus planes. Regresó con su mujer y
respetó el propósito de Dios:
“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños
y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo
que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”. Lucas 2:20

“Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había
mandado, y recibió a su mujer”. Lucas 2:24.

Es probable que José haya muerto siendo Jesús un niño de unos 12 años. La
responsabilidad del cuidado familiar cayó sobre los hombres de Cristo, que
también tenía otros hermanos.

Cada experiencia de su agenda diaria formó los pensamientos que le


caracterizaron y que más tarde convirtió en parábola.
IV. Preexistencia y divinidad de Cristo:
➢ El testimonio que Cristo da de sí mismo:

Al llegar a esta sección tenemos muy claro que Jesús fue un hombre que
vivió en el siglo I de la era cristiana, ¿qué le hace especial?

El cristianismo está fundado sobre la base de la divinidad de Cristo. El


apóstol Pablo deja claro en la misiva dirigida a los corintios que, de no ser
Cristo Dios encarnado, tampoco tendría sentido la religión cristiana.

“…si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es


también vuestra fe”. 1 Corintios 15:14.

Analicemos entonces, en primer lugar, el testimonio que Jesús da de sí


mismo sobre su divinidad, y luego sometamos a prueba sus palabras.

“Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del
Hombre, que está en el cielo”. Juan 3:13.

Con la declaración anterior Jesús revela abiertamente a Nicodemo su


procedencia espiritual. Afirma haber tenido morada en el cielo junto a su
padre. Si Nicodemo buscaba la verdad, tendría que conocer primero quien era
el trascendental hombre con el que hablaba.

“El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal,


y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos”. Juan 3:31.

Este es el testimonio de Juan el Bautista sobre Cristo cuando sus


discípulos, movidos a celos, trajeron una queja ante él.

“Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al


mundo”. Juan 6:33.

Jesús afirma, ante una multitud, ser divino y haber tenido morada en la
eternidad. Justifica su encarnación con el propósito de dar vida eterna a la
raza humana.

“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la


voluntad del que me envió”. Juan 6:38.

Jesús afirma haber recibido de su padre celestial, la divina misión de


reconciliar a la raza humana con Él. Se refiere a tal misión como: “La
voluntad del que me envío”, dando a entender que su ministerio fue
orquestado en la eternidad.
“Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el
pan que descendió del cielo” Juan 6:41.

Mientras Jesús revelaba su identidad muchos ponían en tela de juicio sus


palabras y su cordura. Por lo general lo conectaban con su pasado inmediato:
Hijo de María y José el carpintero. Él en cambio, daba muestra de su
divinidad al revelar esas cavilaciones mal intencionadas.

“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este
pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré
por la vida del mundo”. Juan 6:51.

Jesús expresa la sustancia de su misión en poderosas palabras. Dice ser, al


referirse a su encarnación, el pan que descendió del cielo. Todos tendrían que
comer de dicho pan para ganar la vida. Se refiere a su destino en la cruz como
el fin de su ministerio en la tierra.

“¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba


primero?” Juan 6:62.

Sin ofrecer detalles sobre cómo sería el retorno a su origen, Jesús se dirige a
sus discípulos para manifestarles que una vez terminada su misión regresaría
a su trono de gloria.
“Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de
este mundo, yo no soy de este mundo”. Juan 8:23

Jesús es cada vez más directo al referirse a su misión. Sin titubear marca
una gran diferencia entre los mortales que le rodeaban y Él mismo: Su
existencia no se limita al nacimiento de María. Tendríamos que mirar
millones de años en retrospectiva para verle en su actividad divina.

“Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre,


porque yo hago siempre lo que le agrada”. Juan 8:29.

Otra vez Jesús afirma haber recibido la misión que ejecutaba de su padre, el
Dios todopoderoso. Alegaba contar con el respaldo de su autoridad dado el
hecho que cumplía la misión que le había sido encomendada.

“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo
soy”. Juan 8:58.

Por tantas duras, e incomprensibles palabras para sus detractores, le acusaron


de estar loco, e incluso, endemoniado. Buscaban ocasión para apresarle,
sentenciarle y matarle. Jesús otra vez declara, que quienes guarden sus
palabras no morirán, refiriéndose al majestuoso día de la resurrección. Los
judíos entendieron tal declaración como una blasfemia. El padre de los judíos
era Abraham y murió. Jesús dice:

“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y


se gozó”. Juan 8:56.

Luego hace la declaración del versículo 58: “Existo antes de Abraham”.


¿Cómo es posible? Recordemos que a nadie a quien el padre no quiera
revelar sus planes le es dado el conocer a Jesús.

Evidentemente estos versículos han sido tomados del evangelio escrito


por el apóstol Juan. Es este quien con más detenimiento se propone narrar los
hechos de la vida de Cristo abordando su naturaleza.

¿Qué de verdad hay en todas las afirmaciones anteriores? ¿Analicemos


ahora las evidencias?
➢ Evidencias sobre la Naturaleza Divina de Cristo:

• La manifestación de su poder:

Durante su ministerio Jesús sanó a muchos enfermos que, durante mucho


tiempo, y en algunos casos, durante toda su vida, fueron atormentados por sus
dolencias. Esto incluía a Ciegos, paralíticos, lunáticos, e incluso resurrección
de muertos. Nadie era capaz de negar las maravillosas obras que
caracterizaron su ministerio. Si conoces a alguien que verdaderamente ha
estado postrado, sin caminar, durante toda su vida, y vez a Cristo levantarle y
hacerle caminar, no dudarás del milagro. De hecho, me parece que los
fariseos tampoco dudaron de la veracidad de los milagros. Pues según el
testimonio de un fariseo, nadie tiene poder para obrar los milagros que Jesús
obraba si no contaba con la aprobación divina:

“…Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie
puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él”. Juan 3:2.

• Curación de un ciego:

“Ni él ni sus padres tienen la culpa. Nació así para que ustedes vean
cómo el poder de Dios lo sana. Mientras yo esté con ustedes, hagamos el
trabajo que Dios mi Padre me mandó hacer; vendrá el momento en que ya
nadie podrá trabajar. Mientras yo estoy en el mundo, soy la luz del mundo”
Juan 9:3-5.

Este milagro es espectacular por el hecho de haber sido obrado sobre un


hombre ciego de nacimiento, y sin ninguna técnica médica o procedimiento
científico, pero más aún, de manera instantánea.
“El ciego fue y se lavó, y cuando regresó ya podía ver” Juan 9:6.
Jesús tocó al hombre y le pidió que se lavara. Eso bastó.

• Curación de un paralítico:

Este hombre llevaba muchos años sin caminar:

“…había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba
enfermo”. Juan 5:5.

Jesús conoció su condición solo con mirarlo. Le preguntó:

“… ¿Quieres ser sano?” Juan 5:6.

Y declaró el milagro sobre él:

“Levántate, toma tu lecho, y anda” Juan 5:8.

Era tal la mediocridad de los religiosos que, aunque sabiendo que en este
hombre había sido gestado un milagro, cuestionaron el día en que se obró.

• Resurrección de Lázaro:

Probablemente hayas escuchado o leído sobre este milagro. Maravilloso


por el tiempo que llevaba lázaro en el sepulcro.

“Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en
el sepulcro” Juan 11:17.

Tan impresionante es que no añadiré nada. El habla por sí solo.

• Discernimiento de los corazones:

“…no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues
él sabía lo que había en el hombre”. Juan 2:25.

Dado que solo Dios es capaz de discernir los pensamientos del corazón
del hombre (Ver hebreos 4:12), esta constituye para mí la mayor evidencia de
su divinidad. Mientras muchos pensaban mal de Él les dijo:

“Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis


mal en vuestros corazones?” Mateo 9:4.

Mientras hablaba con la mujer samaritana puso de manifiesto la mala vida


de esta:
“…Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y
el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad”. Juan 4:17-
18.

Por lo que ella exclamó:

“…Señor, me parece que tú eres profeta”. Juan 4:19.

A Natanael, al llamarlo al ministerio, y sin haberlo visto antes le dijo:

“Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te


vi”. Juan 1:48
Y al ver a este sorprendido por sus palabras añadió:

“… ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores


que estas verás”. Juan 1:50

Tan impresionante son estas señales que bastarían, por sí solas, para
confirmar la identidad divina de Cristo, sin embargo, existen otras pruebas
contundentes al respecto. Pasemos a la siguiente sección.
➢ Las Profecías:

Cuando analizamos la vida de Cristo a la luz de las profecías fortalecemos


nuestra fe. Y es que al darnos cuenta de que toda su vida fue un diseño
celestial quedamos estupefacto. Los profetas y textos que anunciaron su
nacimiento, muerte y resurrección se remontan al siglo XIV a.C., fecha en
que vivió Moisés. Isaías escribió próximo al año 700 a.C. Daniel en el año
500 a.C. y así los demás. Conozcamos algunas de esas profecías:

• Génesis:

“No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies,


Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos” Génesis 49:10.

La tradición cristiana atribuye el libro de Génesis a Moisés, quien vivió


en el siglo XIV a.C. La cita anterior es una clara referencia al gobierno
sempiterno de Cristo. Jacob reúne a sus hijos antes de su muerte para
profetizarles y declara que la autoridad real estaría en manos de los sucesivos
reyes de Judá hasta que viniera el Rey a quien Dios reservaba el derecho de
reinar.

• Salmos:

Este libro es muy particular por tratarse de una colección de escritos de


diferentes autores que vivieron una vida de íntima relación con el Señor. A
Moisés, por ejemplo, se le atribuye el salmo 90, mientras que, probablemente
los últimos de la colección daten del siglo V a.C., fecha en que la mayoría de
judíos retornaron del exilio.
“Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea
corrupción”. Salmos 16:10.

En este salmo, escrito 900 años antes del nacimiento de Cristo, el rey
David habla de su esperanza en la resurrección de los muertos y a la vez
profetiza la resurrección de Cristo.

“…Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me


ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: Se
encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía”.
Salmos 22:6-8.

“De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole


con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí
mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz,
y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha
dicho: Soy Hijo de Dios” Mateo 27:41-43.

“Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me


observan”. Salmos 22:17.

“Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes”.


Salmos 22:18

El salmo 22 es un salmo mesiánico. A pesar de ser un grito de angustia de


David, el poema contiene muchos detalles que no pueden ser aplicados a otra
persona sino a Cristo.

“El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado”. Salmos
34:20.
Según Éxodo 12:46 no se permitía quebrar hueso alguno del cordero de
la pascua, que tipificaba a Cristo. Este salmo nos recuerda el momento en que
los soldados deciden no quebrar las piernas de Cristo:

“Más cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le


quebraron las piernas”. Juan 19:33.

“Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,


Alzó contra mí el calcañar”. Salmos 41:9.

Este salmo, escrito por David, fue citado por Cristo al referirse a la
traición de Judas. Es el mismo Jesús que le da carácter profético.

“Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los


hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH
Dios”. Salmos 68:18.

Este salmo, también escrito por David, es citado por el apóstol Pablo para
referirse a la ascensión de Cristo y el otorgamiento de dones a la iglesia:

“Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio


dones a los hombres”. Efesios 4:8.

“Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber


vinagre”. Salmos 69:21.
Este versículo profético tiene su cumplimiento en Cristo, según la
siguiente cita bíblica:

“…le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de


haberlo probado, no quiso beberlo”. Mateo 27:34.

• Isaías:

El libro del profeta Isaías fue escrito más de 700 años antes del
nacimiento de Cristo. Muchos le llaman el quinto evangelio por la claridad
con la que sus profecías se refieren a Jesús.

“…He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su


nombre Emanuel”. Isaías 7:14

Mateo, en su evangelio, anuncia el cumplimiento de esta profecía luego


de que el ángel le anunciara a María el propósito de Dios: Llevaría en su
vientre al salvador del mundo.

“…al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán,
en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los
que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”
Isaías 9:1-2.

Aunque Jesús inició su ministerio en Judea, solo Juan narra algunos


eventos de su principio en aquella región. Luego se traslada a la región de
Galilea, donde ejercería una gran influencia con su poderosa predicación.
Esta región era llamada por los judíos despectivamente: “Galilea de los
gentiles”, principalmente por la mezcla de razas que la había caracterizado.
El cumplimiento de la profecía de Isaías 9 es señalado por Mateo:

“Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; y dejando a
Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de
Zabulón y de Neftalí, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías,
cuando dijo: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro
lado del Jordán, Galilea de los gentiles; El pueblo asentado en tinieblas vio
gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les
resplandeció”. Mateo 14:12-16.

“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como un cordero fue


llevado al matadero; y como se abrió delante de sus trasquiladores,
enmudeció, y no abrió su boca”. Isaías 53:1.

Este versículo describe el comportamiento de Jesucristo durante el juicio


que le condenó a muerte. Mientras todos le acusaban irracionalmente, Jesús
permanecía en silencio:

“Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué


testifican éstos contra ti? Mas Jesús callaba…”. Mateo 26:62-63.

“Despreciado y desechado entre los hombres; Y como que nos


escondimos de él rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” Isaías 53:3.

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y


nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” Isaías 53:4-
5.
“Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su
muerte…”. Isaías 53:9.

“…derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los


pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los
transgresores”. Isaías 53:12.

La profecía del siervo sufriente es grandiosa. Dios había prometido un


nuevo retoño de la dinastía davídica: Jesús. Nada más allá de lo sobrenatural
del plan de Dios puede explicar la exactitud de esta profecía. Obviamente es
con detalles, la descripción de la dolora muerte de nuestro señor con el fin de
reconciliarnos con su padre.

• Zacarías:

“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; He


aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un
asno, sobre un pollino hijo de asna”. Zacarías 9:9.

El profeta Zacarías ministró cerca de 500 años antes del nacimiento de


Cristo. Mateo se refiere a este versículo al conectarlo con la entrada de Jesús
en Jerusalén. Jesús envió a los discípulos a una aldea en busca de una asna y
un pollino. Colocaron sobre ellos sus mantos y Él se sentó encima para para
entrar a Jerusalén mientras muchos gritaban:

“¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del


Señor! ¡Hosanna en las alturas!”. Mateo 21:9.
“Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata” Zacarías 11:12.

Este fue el precio por el que Judas traicionó a Jesús.

“Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los
principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré?
Y ellos le asignaron treinta piezas de plata”. Mateo 26:14-15.

La profecía es el anuncio de la traición.

“…y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo
unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”.
Zacarías 12:10.

Esta profecía es el anuncio del arrepentimiento de Israel por haber dado


muerte al Mesías. El costado de Jesús fue traspasado con una lanza:

“Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante
salió sangre y agua”. Juan 19:34.

• Miqueas

Miqueas ejerció su ministerio 700 años antes del nacimiento de Cristo en el


Reino del Sur.
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de
ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad”. Miqueas 5:2

Esta profecía anuncia que el nacimiento del Mesías sería en la ciudad de


Belén de la región de Judea, como sucedió:

“Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el


profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los
príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará[a] a mi
pueblo Israel”. Mateo 2:5-6.

• Jeremías:

El profeta Jeremías ministró cerca de 600 años antes del nacimiento de Jesús
en el Reino de Judá.

“…Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por
sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron”.
Jeremías 31:15.

Esta profecía anuncia la matanza de los niños ordenada por el rey


Herodes El Grande:

“Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó


mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en
Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de
los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías,
cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron”.
Mateo 2:16-18.

Estas son solo algunas de las profecías que anunciaron el nacimiento,


ministerio, muerte y resurrección de Cristo. En total son más de 300 las que
conectan con Él. Esto es, sin duda alguna, otra evidencia de la veracidad de
su ministerio.

• Teofanías

Llamamos teofanías a las diversas manifestaciones de Dios a la raza humana.


El antiguo testamento recoge algunas de estas expresiones divinas. Creemos
que Jesús tuvo participación en la historia antigua revelándose de distintas
maneras (Cristofanías). Veamos algunas:

• Jacob y la lucha con el Ángel de Jehová

Jacob sostiene una lucha con una entidad espiritual. Intentó conocer la
identidad del varón, pero este no se lo permitió. Antes de partir el ser le
bendice y añade:

“No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con
Dios y con los hombres, y has vencido”. Génesis 32:28.

• El Ángel de Jehová en la zarza ardiente:

Este personaje es identificado como: El Ángel de Jehová. Habla con la


autoridad de Dios y se identifica como tal. No hay duda alguna de que es el
Cristo preencarnado.

“Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de


una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía”. Éxodo 3:2.
• Josué y el varón con la espada desenvainada:

La razón por la que creemos que es una manifestación de Dios mismo se


debe a que este ser recibe la adoración de Josué. Además, indica que su
presencia había santificado el lugar, y le ordena, de la misma manera que lo
hizo Dios a Moisés en el monte Horeb, que quite el calzado de sus pies.

“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba
delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué,
yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El
respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.
Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo:
¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová
respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás
es santo. Y Josué así lo hizo”. Josué 5:13-15.
➢ Tipologías

No solo las profecías constituyen una clara evidencia de la autoridad


divina de Cristo. Existen otros elementos que merecen nuestra atención: Los
tipos. La tipología es una clase especial de simbolismo, una representación
profética. En esta sección vamos a considerar aquellas que en el Antiguo
Testamento eran solo sombra de lo que había de manifestarse.

• El Tabernáculo:

El tabernáculo fue un templo móvil cuya construcción la ordenó el mismo


Dios:

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. Éxodo


25:8.

Dada la importancia tipológica que este representaría para la fe cristiana,


Dios le ordenó a Moisés limitar la construcción al diseño que Él mismo le
había entregado.

“Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el


monte”. Éxodo 25:40.
Esto debido a que cada utensilio de este, al igual que cada elemento del
culto, tendría un solo propósito:

"ANUNCIAR LA VENIDA DEL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL


PECADO DEL MUNDO" Juan 1:29.

Compartiré algunas de las tipologías de esta magna obra de Dios que


reveló el ministerio de Jesús.

El tabernáculo, o tienda de reunión, estaba compuesto de la siguiente


manera:

La puerta: “Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte


codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus
columnas cuatro, con sus cuatro basas. Todas las columnas alrededor del
atrio estarán ceñidas de plata; sus capiteles de plata, y sus basas de bronce”.
Éxodo 27:16-17.

Con una cortina azul, púrpura, carmesí y lino torcido, sostenida por 4
columnas, era el único medio de acceso al atrio. Representa a Cristo mismo:

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá,
y hallará pastos”. Juan 10:9.

“…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino


por mí”. Juan 14:6.

Él es el único medio de salvación y camino al padre. Las 4 columnas


representan la oportunidad para todos, pues este número se relaciona con
plenitud de la tierra:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna” Juan 3:16.

Pese a ser una sola puerta, las columnas están dispuestas de modo que forman
3 aperturas. Estas afianzan la doctrina de la Santa Trinidad ministrando
siempre en armonía. Respecto a los colores diría que: El azul es símbolo de lo
celestial, el púrpura de la Realeza, el carmesí, de sacrificio y expiación.

Del otro lado de la puerta se encontraba el atrio. Tenían lugar en él algunas


ceremonias relacionadas con el culto hebreo. Allí se encontraban los
siguientes utensilios:

Altar del Holocausto: “Harás también un altar de madera de acacia de


cinco codos de longitud, y de cinco codos de anchura; será cuadrado el
altar, y su altura de tres codos”. Éxodo 27:1.

En este se ofrecían los sacrificios de animales. Tenían 4 cuernos en sus


esquinas, y una vara a cada lado que servía para transportarlo, dado que el
tabernáculo era una estructura móvil. Por ser el lugar donde se sacrificaban
las víctimas ofrecidas en expiación de los pecados señalaba hacia la cruz, el
lugar donde entregaría su vida el salvador del mundo. Los cuernos en las
escrituras son símbolos de poder y autoridad. Esto habla del poder de su
sacrificio sobre la muerte y el pecado. El fuego del altar nunca se apagaba:

“Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote


pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y
quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. El fuego arderá
continuamente en el altar; no se apagará”. Levítico 6:12-13.

De igual modo, arderá siempre el poder de la cruz exhibiendo el perdón


de pecados a todos los que quieran aceptarlo en su vida.

“… sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. Hebreos 9:22.

La Fuente de bronce: “También hizo la fuente de bronce y su base de


bronce, de los espejos de las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo
de reunión”. Éxodo 38:8.

Era una fuente de agua utilizada por los sacerdotes para lavar sus manos antes
de iniciar las ceremonias. Se encontraba entre el altar del holocausto y el
tabernáculo de reunión. Nos enseña que antes de acercarnos a Dios y ofrecer
sacrificios de alabanzas debemos purificar nuestra vida entregándola a Él.
Algunos sugieren que por no tener ofrecer detalles de sus dimensiones es tipo
del Espíritu Santo, que nos limpia y purifica de todo pecado. Otros creen que
es tipo de las palabras del maestro que provocan el mismo efecto según
Cristo mismo:

“Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”. Juan


15:3.

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Juan 17:17.

El candelero de oro: “Hizo asimismo el candelero de oro puro…”.


Éxodo 37:17.

Estaba a la izquierda. Servía para iluminar el lugar mientras se ministraba


allí. En su función es tipo de Cristo:

“Yo soy la luz del mundo; El que me sigue, no andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida". Juan 8:12.

La Mesa de los panes de la proposición: “Hizo también la mesa de


madera de acacia…” Éxodo 37:10.

Se encontraba a la derecha del lugar santo. El Pan era reemplazado cada


semana, y los sacerdotes comían el añejo. En el nuevo testamento Cristo se
revela como el antitipo de este tipo:

"...Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el


que en mí cree, no tendrá sed jamás". Juan 6:35.

Refiriéndose al maná que sustentó a los hebreos en el desierto Jesús también


dijo:

“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este
pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré
por la vida del mundo”. Juan 6:51.

La mesa estaba hecha de madera cubierta de oro, representando así las dos
naturalezas de Cristo: Divino-Humano. La madera representa su humanidad,
quebrantada por nuestros pecados, y el oro su majestad divina, condición en
la que nos concede salvación. Los panes eran de harina. Esto puede hablarnos
de los sufrimientos de Cristo para darnos vida: El grano tiene que ser
cosechado, trillado y molido:

“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y


muere, queda solo; Pero si muere, lleva mucho fruto”. Juan 12:24.
El Altar del Incienso: “Harás asimismo un altar para quemar el
incienso; de madera de acacia lo harás”. Éxodo 30:1.

Se ubicaba entre el lugar Santo y el lugar Santísimo. Dios le había dicho a


Moisés de qué modo preparar el aroma que utilizaría para perfumar el lugar.
Existen muchas interpretaciones asociadas a este inmueble, por ejemplo: Para
algunos el aroma es símbolo de la oración y adoración que los santos
derramamos, y que nos lleva a su presencia (Al sacerdote al lugar santísimo):

“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los


veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas,
y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”.
Apocalipsis 5:8.

La mezcla estaba compuesta por sustancias que producían un olor grato a


Dios, y que solo se debía utilizar para este propósito. Dios mató a Nadab y
Abiú porque ofrecieron "fuego extraño" en sus incensarios:

“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y


pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante
de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de
Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová”. Levítico 10:1-2.

Dios no acepta invenciones de hombres. Debemos adorarlo de la forma


que Él ha estipulado en su palabra.

El Velo de separación: “También harás un velo de azul, púrpura,


carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines”.
Éxodo 26:31

Este velo separaba el lugar Santo del Lugar Santísimo. Exclamaba la


separación de los hombres de Dios por causa del pecado. Solo el Sumo
Sacerdote podía cruzarlo una vez al año para ofrecer sacrificio por los
pecados del pueblo, y hallar plena comunión con Dios. En el mismo
momento que Cristo entregó su cuerpo y suspiró, este velo, presente todavía
en el templo, se rasgó en dos:

“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la


tierra tembló, y las rocas se partieron”. Mateo 27:51.

Esto puso fin a nuestra separación de Dios y volvimos a tener comunión con
Él por medio de Cristo:

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo


por la sangre de Jesucristo, el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través
del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de
Dios, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua
pura”. Hebreos 10:19-22.

El Arca del Pacto: “Harán también un arca de madera de acacia, cuya


longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura
de codo y medio”. Éxodo 25:10.

Único inmueble del Lugar Santísimo. En su interior contenía: La vara de


Aaron, Las tablas de la Ley, y un poco del Maná del cielo que sustentó a los
hebreos en su travesía por el desierto. Les recordaba el pacto de Dios con su
pueblo. Representaba la misma presencia de Dios. Estaba cubierta por el
propiciatorio que a su vez tenía encima la escultura de dos querubines, cuyas
alas se extendían hasta tocarse unas con otras (Estudiar jerarquía celestial
para entender la razón). La presencia de Dios deslumbraba al sumo sacerdote
desde el centro de estas figuras.

El Cordero de Dios: Nada del Tabernáculo tendría sentido sin la


presencia de un cordero. Este era el símbolo más directo de Cristo. Era
ofrecido en el altar del holocausto en propiciación por los pecados. Jesús se
entregó a sí mismo para que alcancemos redención.

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Juan 1:29.

“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al


matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió
su boca”. Isaías 53:7.

Toda la biblia exhibe el PLAN DE SALVACIÓN Y A CRISTO


CRUCIFICADO...

• Otras tipologías

Consideremos dos tipologías más: La serpiente de bronce y Melquisedec.

La serpiente de bronce: “Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la


puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a
la serpiente de bronce, y vivía”. Números 21:9.

Jesús se refiere a esta serpiente con un tipo de su ministerio redentor:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que


el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:14-15.

Melquisedec: “…sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene


principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios,
permanece sacerdote para siempre”. Hebreos 7:3.

Melquisedec tal vez sea el personaje más intrigante de toda la biblia. No


tenemos mucha información de él, salvo que salió a recibir a Abram cuando
regresaba de la derrota de Quedorlaomer y otros reyes, recibió de este los
diezmos.

El autor de la homilía a los hebreos es quien compara algunos aspectos de


este con el ministerio de Cristo. Veamos algunos:

Melquisedec aparece repentinamente en el relato de Génesis sin ofrecer


rastros de su procedencia. El autor se apoya en esta realidad para enseñar la
perpetuidad del sacerdocio de Cristo:

“…sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni
fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para
siempre”. Hebreos 7:3.

“… Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec”.


Hebreos 7:17.

Melquisedec era rey y sacerdote, igual que nuestro redentor:

“Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó


pan y vino”. Génesis 14:18.

Esto será ampliado en el tema: “Su Sacerdocio”.


V. Su encarnación
➢ Estado de gloria

El apóstol Juan nos enseña en su evangelio que Jesús, al igual que el


padre, es eterno. De hecho, participó en el proceso de la creación y es quien
siempre ha sustentado todas las cosas:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Juan 1:1-3.

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.


Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él
es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. Colosenses
1:15-17.

Jesús mismo afirmó compartir la misma gloria del padre en la eternidad:

“Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que
tuve contigo antes que el mundo fuese”. Juan 17:5.
El autor de los hebreos dice más: Jesús es la misma sustancia de Dios:

“…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual,
siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien
sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra
de la Majestad en las alturas”. Hebreos 1:2-3.

Y los demonios, al verle, reconocían el Espíritu que antes habían adorado:

“Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban


voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios”. Marcos 3:11.

Sin duda alguna, Jesús es Dios hecho carne. Antes de visitarnos su


morada era el cielo, y no dejó de serlo.
➢ Implicación de la transición y doble naturaleza

La primera promesa de la encarnación de Cristo aparece en génesis, justo


después de nuestra transgresión:

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente


suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. Génesis
3:15.

Esta promesa fue confirmada en el tiempo través de los profetas. Dios se


haría semejante a nosotros para vencer la muerte y reconciliarnos con Él.
Esto implicaría la autolimitación a la condición humana, pues debía nacer,
crecer, vivir y morir como lo hacen los hombres. Su amor incondicional nos
salvó. Dejó su trono de excelencia y se entregó a sí mismo:

“…el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz”. Filipenses 2:6-8.

Pese a esto, Jesús nunca dejó de ser Dios. Compartía las dos naturalezas. Él
era el mismo Dios eterno, omnipresente y poderoso que había fundado el
cosmos, pero también era el sencillo y humilde hijo de María. Nació
naturalmente, creció y se desarrolló normalmente:

“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y


los hombres”. Lucas 2:52.

Siempre fue consciente de su naturaleza divina. A los 12 años declaró a sus


padres:

“… ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi


Padre me es necesario estar?”. Lucas 2:49.

Jesús es llamado hijo de Dios porque fue el Espíritu Santo que lo depositó
milagrosamente en el vientre de María. Era, por tanto, hijo del Espíritu, que
también es Dios.
➢ Selección de una virgen

Jesús eligió, para hacer su entrada en nuestro mundo, a una humilde y


sencilla joven virgen. Un ángel anunció a esta el propósito de Dios, quien
aceptó cumplir su voluntad aún con los riesgos que esto implicaba:

“María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora,


concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios
le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin”. Lucas 1:30-33.

“Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo


conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia”. Lucas 1:38.

Las siguientes características hicieron de esta joven la persona ideal para


portal al Dios encarnado en su vientre:

• Virgen:

Isaías había profetizado que el Dios encarnado entraría a nuestro mundo


por la concepción sobrenatural de una virgen:

“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen


concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Isaías 7:14.

Según el evangelio apócrifo de Santiago, Ana, la madre de María, era


estéril y angustiada prometió al señor dedicar el fruto de su vientre si la
bendecía:

“Tan cierto como el Señor, mi Dios, vive, si yo doy a luz un hijo, sea
varón, sea hembra, lo llevaré como ofrenda al Señor, mi Dios, y
permanecerá a su servicio todos los días de su vida”. Evangelio apócrifo de
Santiago, IV-1.

• Pureza:

Es lógico pensar que Dios santificaría el medio que usaría para su


manifestación corpórea. Esta y no otra fue la razón por la que María vivió
impregnada de santidad. Esto es corroborado por el evangelio apócrifo de
Santiago:

“…Y estableció un santuario en su dormitorio, y no le dejaba tocar nada


que estuviese manchado, o que fuese impuro. Y llamó a las hijas de los
hebreos que se conservaban sin mancilla, y que entretenían a la niña con sus
juegos”. Evangelio apócrifo de Santiago, VI-1.

“Y Joaquín la presentó a los príncipes de los sacerdotes, y ellos la


bendijeron, diciendo: Dios de las alturas, dirige tu mirada a esta niña, y dale
una bendición suprema”. Evangelio apócrifo de Santiago, VI-2.

• Servicio:

Según el evangelio apócrifo de Santiago, María fue dedicada al servicio


en el templo desde niña. Allí fortalecía su espíritu mientras aguardaba
inconscientemente la llegada del Rey.

“Y, cuando la niña llegó a la edad de tres años, Joaquín dijo: Llamad a
las hijas de los hebreos que estén sin mancilla, y que tome cada cual una
lámpara, y que estas lámparas se enciendan, para que la niña no vuelva
atrás, y para que su corazón no se fije en nada que esté fuera del templo del
Señor. Y ellas hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que
subieron al templo del Señor. Y el Gran Sacerdote recibió a la niña, y,
abrazándola, la bendijo, y exclamó: El Señor ha glorificado tu nombre en
todas las generaciones. Y en ti, hasta el último día, el Señor hará ver la
redención por Él concedida a los hijos de Israel”. Evangelio apócrifo de
Santiago, VII-2.

“Y sus padres salieron del templo llenos de admiración, y glorificando al


Omnipotente, porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció
en el templo del Señor, nutriéndose como una paloma, y recibía su alimento
de manos de un ángel”. Evangelio apócrifo de Santiago, VIII-1.

María, además, según el mismo evangelio apócrifo, se ocupó de actividades


vinculadas al templo como, por ejemplo, la participación en la creación de un
velo para el mismo:
“Y he aquí que los sacerdotes se reunieron en consejo, y dijeron:
Hagamos un velo para el templo del Señor. Y el Gran Sacerdote dijo:
Traedme jóvenes sin mancilla de la casa de David. Y los servidores fueron a
buscarlas, y encontraron siete jóvenes. Y el Gran Sacerdote se acordó de
María, y de que era de la tribu de David, y de que permanecía sin mancilla
ante Dios. Y los servidores partieron, y la trajeron”.

“E introdujeron a las jóvenes en el templo del Señor, y el Gran Sacerdote


dijo: Echad a suertes sobre cuál hilará el oro, el jacinto, el amianto, la seda,
el lino fino, la verdadera escarlata y la verdadera púrpura. Y la verdadera
escarlata y la verdadera púrpura tocaron a María, que, habiéndolas
recibido, volvió a su casa. Y, en este momento, Zacarías quedó mudo, y
Samuel lo reemplazó en sus funciones, hasta que recobró la palabra. Y
María tomó la escarlata, y empezó a hilarla”.

• Fe:

María fue una mujer de fe. Cuando el Ángel le comunique el propósito


de Dios acepta su voluntad consciente de los riesgos. No los ignoraba. Había
sido formada en el templo y era conocedora de la ley.

“…He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.


Y el ángel se fue de su presencia”. Lucas 1:38.

• Judá:

La portadora del milagro debía pertenecer a la familia de Judá. Jacob, al


profetizar a sus hijos se dirigió a Judá en los siguientes términos:

“No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies,


Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos”. Génesis 49:10.

Dios hizo pacto con David y le prometió perpetuar el dominio de su


generación en Israel:

“Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y


tu trono será estable eternamente”. 2 Samuel 7:16.

De modo que el Mesías debía ser del linaje de David, de la tribu de Judá.
José, al recibir al niño, le concede derecho legal al trono por su ascendencia,
según la genealogía de Mateo 1. En cambio, Lucas 3 es, según expertos, la
genealogía de María. Se nombra su José en su lugar por cuestiones culturales,
pero ella era la hija de Elí, también conocido como Joaquín. De modo que
Jesús es también heredero del trono según la carne.

Pese a lo anterior existe otra postura, propuesta por primera vez por Sexto
Julio Africano, y citada por Benjamín Martín Sánchez en la obra Vida de San
José.

Según esta, ambas genealogías trazan la ascendencia de José y la razón de


la diferencia se encuentra en la ley del Levirato:

“Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no


tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su
cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella
parentesco. Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su
hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel”.
Deuteronomio 25:5-6.

La genealogía de Mateo es la natural y la de Lucas la legal. Elí y Jacob


eran hermanos de madre y el primero murió sin hijos.

De cualquier modo, María es de la tribu de Judá.

“…nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne”
Romanos 1:3.
Nota: Jesús es sacerdote según el orden de Melquisedec.

➢ Implantación en el vientre

Pese a lo expuesto anteriormente otras condiciones eran necesarias para


articular el milagro de la concepción. Dios garantiza la protección de María
creando un escenario distinto al que hasta ahora ella había conocido.
• Unión con José:

La virgen necesitaría un cuidador terrenal y el niño una figura paterna.


Un hombre temeroso de Dios y dispuesto a apoyar la causa aún con su vida,
si fuere necesario. José era el hombre ideal. Estaría a su lado durante el parto
y la crianza del niño. El evangelio apócrifo de Santiago narra la milagrosa
unión de José y María:

“Y el Gran Sacerdote, poniéndose su traje de doce campanillas, entró en


el Santo de los Santos, y rogó por María. Y he aquí que un ángel del Señor se
le apareció, diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los viudos del
pueblo, y que éstos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el Señor
envíe un prodigio, de aquel será María la esposa. Y los heraldos salieron, y
recorrieron todo el país de Judea, y la trompeta del Señor resonó, y todos los
viudos acudieron a su llamada”. Evangelio apócrifo de Santiago, VIII-3.

“Y José, abandonando sus herramientas, salió para juntarse a los demás


viudos, y, todos congregados, fueron a encontrar al Gran Sacerdote. Este
tomó las varas de cada cual, penetró en el templo, y oró. Y, cuando hubo
terminado su plegaria, volvió a tomar las varas, salió, se las devolvió a sus
dueños respectivos, y no notó en ellas prodigio alguno. Y José tomó la
última, y he aquí que una paloma salió de ella, y voló sobre la cabeza del
viudo. Y el Gran Sacerdote dijo a José: Tú eres el designado por la suerte,
para tomar bajo tu guarda a la Virgen del Señor”. Evangelio apócrifo de
Santiago, IX-1.

“Mas José se negaba a ello, diciendo: Soy viejo, y tengo hijos, al paso
que ella es una niña. No quisiera servir de irrisión a los hijos de Israel”.
Evangelio apócrifo de Santiago, IX-2.

• El embarazo:

Cuando María quedó embarazada milagrosamente su relación con José era


considerada “desposorio”. Regularmente se realizaba un año antes de la
ceremonia final que los unía, pero bastaba para considerarlos pareja y se
esperaba de ellos fidelidad.

“…Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen,


se halló que había concebido del Espíritu Santo”. Mateo 1:18.

La biblia dice que, durante su embarazo, María fue “con prisa” a casa de su
hermana Elisabet, también embarazada milagrosamente, aunque de su propio
esposo, Zacarías, mas tarde asesinado en el templo. Elisabet llevaba en su
vientre al precursor del Señor, Juan el Bautista:

“Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del


Señor; Enderezad sus sendas”. Marcos 1:3.

Aunque no se revela la razón por la que María hizo este repentino viaje tan
apresurada, el evangelio apócrifo de Santiago propone una razón lógica:

“Y pasó tres meses con Isabel. Y, de día en día, su embarazo avanzaba, y,


poseída de temor, volvió a su casa, y se ocultó a los hijos de Israel. Y tenía
dieciséis años cuando estos misterios se cumplieron”. Evangelio apócrifo de
Santiago, XII-3.

Es normal imaginar que en la medida que avanzaba su embarazo María se


sentía atemorizada y buscaba esconderse del público, sabiendo que sería
difícil que le creyeran. De hecho, el mismo libro cuenta que finalmente
ambos fueron llevados ante las autoridades religiosas acusados de trasgresión
a la ley de Dios. Finalmente fueron absueltos luego de superar la prueba del
agua, misma que quedó como evidencia ante el pueblo de que en María se
había gestado un milagro.

¿Cómo recibió José la noticia?

El evangelio apócrifo de Santiago dice:

“Y llegó el sexto mes de embarazo, y he aquí que José volvió de sus


trabajos de construcción, y, entrando en su morada, la encontró encinta. Y se
golpeó el rostro, y se echó a tierra sobre un saco, y lloró amargamente,
diciendo: ¿En qué forma volveré mis ojos hacia el Señor mi Dios? ¿Qué
plegaria le dirigiré con relación a esta jovencita? Porque la recibí pura de
los sacerdotes del templo, y no he sabido guardarla. ¿Quién ha cometido tan
mala acción, y ha mancillado a esta virgen? ¿Es que se repite en mí la
historia de Adán? Bien como, en la hora misma en que éste glorificaba a
Dios, llegó la serpiente y, encontrando a Eva sola, la engañó, así me ha
ocurrido a mí”. Evangelio apócrifo de Santiago, XIII-1.
Nota: Estos hechos, aunque narrados por un evangelio apócrifo, merecen nuestra atención.
Dejamos claro que no necesariamente aceptamos como válida toda la información contenida en la obra.

Naturalmente José se sintió engañado. Ignoraba la obra de Dios en María y


apoyado en la creencia de que la criatura que esta llevaba en su vientre era
fruto de una infidelidad decidió apartarse, pero como era justo no quería que
nada le pasara a esta muchacha. Así que no vaciló en tomar una decisión
cuando se presentó el dilema: “Dejarla secretamente”:

“José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla


secretamente”. Mateo 1:19.

La única razón por la que José abandonó esta idea es sobrenatural: Dios lo
confrontó:

“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños


y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo
que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Mateo 1:20-21.
VI. Su muerte
➢ La Razón

El plan de la salvación es la historia de Dios encarnado venciendo la


muerte. Todas las referencias proféticas mostraban el doloroso camino hacia
la cruz. ¿Por qué era tan necesaria la muerte para garantizar el fruto de la
reconciliación?

Con el pecado pusimos fin a la comunión que teníamos con Dios. La biblia
dice que al pecar nos hacemos esclavos del pecado y, por consiguiente, hijos
de Satanás.

“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado”. Juan 8:34.

“El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio…” 1 Juan 3:8.

A la luz del mismo Dios todos hemos pecado y estamos destituidos de su


gloria:

“…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.


Romanos 3:23.

Dios es misericordioso, pero también justo. Su ley demanda la muerte del


transgresor:
“…el alma que pecare, esa morirá”. Ezequiel 18:4.

Sin embargo, Cristo decidió, con su muerte, saciar la justicia divina. Él


entregó su sangre en expiación por nuestros pecados cumpliendo así todo
símbolo profético. De modo que, la humanidad en todas las generaciones
alcanza salvación única y exclusivamente gracias al sacrificio de Jesús. Los
que le precedieron mirando hacia el porvenir, y nosotros, volteando nuestra
mirada hacia la cruz.

“…porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es


derramada para remisión de los pecados”. Mateo 26:28.
¿Por qué murió cristo? Porque sin derramamiento de sangre la demanda
de justicia divina no se saciaría, y hubiésemos tenido que pagar con la
nuestra.

“Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento


de sangre no se hace remisión”. Hebreos 9:22.
➢ Una entrega personal

La muerte de Cristo en la cruz era parte del diseño de Dios. Fue entregado
por los líderes religiosos y flagelado por los Romanos, sin embargo, su
intención no era escapar de ella. Reveló que la muerte era inseparable del
diseño de Dios que entregaba a su hijo por amor a la humanidad:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”. Juan 3:16.

Jesús tenía poder para detener la misión en cualquier momento y exterminar a


todos sus enemigos. Nadie le juzgaría por eso. Él es soberano y se entregaba
a sí mismo. Nadie se lo había pedido, ni siquiera el hombre pecador. La
salvación nació de Él para nosotros.

“¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me


daría más de doce legiones de ángeles?” Mato 26:53.

Soportó con paciencia en su condición de hombre para bendecirnos


eternamente. Es cierto que nunca dejó de ser Dios, pero las limitaciones a las
que Él mismo se sujetó le permitieron sentir el dolor.

“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad,


sino la tuya”. Lucas 22:42.

Su propósito era vencer la muerte al levantarse con su propio poder


victorioso, para así anunciarnos la inmortalidad del alma:
“Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a
tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder
para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí
de mi Padre”. Juan 10:17-18.
VII. Su resurrección
➢ Necesaria:

El fundamento de la fe cristiana descansa en la poderosa creencia de que


Cristo aún vive. Cumplió su ministerio entregando su vida, pero se levantó al
tercer día, como el mismo había prometido, para dejar la tumba vacía. Creer
que Cristo se levantó de los muertos nos hace agradables a los ojos de Dios.
Si la resurrección no hubiese sido una realidad, vana sería la predicación del
evangelio:
“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es
también vuestra fe”. 1 Corintio 15:14.

Para nosotros es posible la resurrección. Todas las profecías antiguas


referentes al Mesías se habían cumplido en Jesús, ¿por qué dudar del
cumplimiento de esta última? Aunque podríamos mencionar algunas razones
lógicas para motivar la creencia en el Cristo resucitado, está claro que
deberíamos aceptarla como una realidad histórica por la fe:

“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; Bienaventurados los


que no vieron, y creyeron”. Juan 20:29.

➢ Comprobable:

¿Qué hechos de la narración deberían alentarnos y fortalecer nuestra


creencia en la resurrección de Cristo? Citemos algunos, además de los
múltiples testimonios de los discípulos que aseguraron haber visto al Cristo
preencarnado.

• Estaba muerto:

Todos los relatos (bíblicos, históricos y de cualquier otro carácter),


coinciden en la verdad de la muerte de Jesús. Murió en una cruz y no
mostraba ningún indicio de vida cuando su cuerpo fue retirado de allí por
José de Arimatea para ser colocado en el sepulcro:

“Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José,


que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo
de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José
el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo,
que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la
entrada del sepulcro, se fue. Y estaban allí María Magdalena, y la otra
María, sentadas delante del sepulcro.” Mateo 27:57-61.

De hecho, ya muerto un soldado abrió su costado con una lanza y el texto


no registra ninguna acción de cristo provocada por el dolor que le infringía el
metal.

“Pero uno de los soldados abrió el costado con una lanza, y al instante
salió sangre y agua”. Juan 19:34.

Dejó su cuerpo al entregar su Espíritu a su padre celestial:

“Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos


encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”. Lucas 23:46.

Sus discípulos le lloraron y testificaron entre ellos su muerte:

“…¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas


que en ella han acontecido en estos días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas?
Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en
obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le entregaron
los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le
crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir
a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha
acontecido”. Lucas 24:18-21.

“Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y


hacían lamentación por él” Lucas 23:27.

• Lugar geográficamente definido:

Los cuatro evangelios afirman que Cristo fue crucificado en un lugar


llamado de la Calavera, en hebrero Gólgota. Su cuerpo fue depositado en una
tumba hecha de roca en la falda de un cerro cerca de Jerusalén. Josh
McDowell cita a Edersheim en su obra “Evidencia que exige un veredicto”:
“La proximidad del santo reposo, y la consiguiente necesidad de actuar
con prisa, pueden haber sugerido o determinado la proposición de José de
poner el cuerpo de Jesús en su propia tumba nueva labrada en la roca, en
donde nadie había sido puesto todavía…”

• Profecías:

Las profecías anunciaron su muerte y resurrección. En secciones anteriores se


ha tratado este tema.

• La tumba custodiada:

“Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los


principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, diciendo: Señor, nos
acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días
resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no
sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo:
Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y
Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. Entonces
ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la
guardia”. Mateo 27:62-66.

Una comitiva de líderes religiosos, encabezada por los sumos sacerdotes


piden que se resguarde la tumba para evitar mal entendidos futuros, sin saber
con esto, que complicarían más la respuesta a la interrogante posterior sobre
el cuerpo de Cristo. McDowell examina el texto con cuidado para responder a
la pregunta, ¿qué guardia custodiaba la tumba? Presenta fuertes argumentos
que avalan la posibilidad de que esta guardia estuviera integrada por soldados
romanos, lo que suma un punto más a favor de la resurrección. Dada la
estricta disciplina militar de los soldados romanos es improbable pensar que
pudieran haber descuidado la tumba, sobre todo si se consideran los riesgos a
los que se exponían.

“…Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os


pondremos a salvo”. Mateo 28:14.

• La piedra:
“…y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y
después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue”.
Mateo 27:60.

Una nota de Marcos 16:4 entre paréntesis aparece en el Códice Beza:

“Y cuando fue puesto allí él (José) puso contra la tumba una piedra que
veinte hombres no eran capaces de mover”. Marcos 16:4 – Códice Beza.

“Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande”.
Marcos 16:4.

De hecho, cuando pasó el día de reposo, y mientras las mujeres se


dirigían a la tumba para ungir el cuerpo de Jesús, la piedra era su
preocupación:

“¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Marcos


16:3.

Sin embargo, al llegar al lugar encontraron una escena inédita: La piedra


no sellaba el lugar:

“Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande”.
Marcos 16:4.

Un ángel del cielo les dio la buenas nuevas:


“…No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha
resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron”. Marcos 16:6.

¿Qué sucedió con los guardias que se supone, cuidaban el acceso a la


tumba del Dios vivo?

“Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y


de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos” Mateo
28:3-4.

• El sello:

Una cuerda pasaba sobre la roca de un lado al otro. Si alguien intentaba


mover la roca rompería el sello y sería duramente castigado por la ley
romana.

¡NINGUNA MEDIDA ADOPTADA POR LOS HOMBRES


DETUVO EL PODER DE CRISTO CUANDO DECIDIÓ
LEVANTARSE DE LOS MUERTOS!
➢ Poderosa:

El nacimiento de Cristo fue majestuoso. El cielo festejo su entrada a nuestro


mundo:

“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes


celestiales, que alababan a Dios, y decían: !!Gloria a Dios en las alturas, Y
en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”. Lucas 2:13-14.

Con la misma intensidad fue festejada su resurrección:

“Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto
a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor,
y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos
al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os
habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del
Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea
crucificado, y resucite al tercer día”. Lucas 24:4-7.

La resurrección de Cristo es el evento más trascendental de toda la


historia de la humanidad. Al levantarse y dejar la tumba vacía Jesús venció la
muerte. Hoy Él es digno de recibir la gloria y la honra por todos los siglos,
amén.

“…he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: !!Salve! Y ellas,


acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”. Mateo 28:9.
VIII. Su sacerdocio
➢ Analogía:

“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a
ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para
expiar los pecados del pueblo”. Hebreos 2:17.

Al llegar a esta sección hemos tratado varios temas que aportan información
relevante respecto al sacerdocio de Cristo, de modo que en esta sección nos
limitaremos a hacer una analogía entre el sumo sacerdote antiguo y el
ministerio de Cristo.

La biblia llama a Jesús nuestro gran sumo sacerdote:

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un
sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino
uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:14-16.

Para ejercer el sacerdocio se exigía pertenecer a la tribu escogida para


este oficio: Leví. Nadie que no fuera de esta tribu contaba con el respaldo de
Dios para ejercer el ministerio. Jesús en cambio, fue designado por Dios
sumo sacerdote según el orden de Melquisedec, pues este no pertenecía a la
familia de Leví:

“Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote,


sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. Como también
dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de
Melquisedec”. Hebreos 5:5-6.

“y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de


Melquisedec”. Hebreos 5:10.

Se exigía del sumo sacerdote antiguo conocimiento y reverencia a la ley


de Dios. Tenía que ser muy estricto para no descuidar ningún protocolo de la
liturgia hebrea. Lavaba sus manos en el altar de bronce como símbolo de
purificación, ofrendaba, esparcía la sangre sobre el velo, perfumaba el lugar
con incienso, y entraba al lugar santísimo, lugar donde la presencia de Dios
se manifestaba, para interceder por él, su familia, y el pueblo, una vez cada
año.

Jesús entró a la presencia de Dios para presentarnos delante de Él a fin de


reconciliarnos.

“La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra
hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”. Hebreos 6:19-
20.

El sumo sacerdote ofrendaba pos sus pecados y los del pueblo, Jesús no
ofrecía sacrifico por Él porque nunca pecó,

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo
pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no
respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba
la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en
su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque
vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor
y Obispo de vuestras almas”. 1 Pedro 2:21-25.

Ofreció su cuerpo por nosotros:

“Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido


a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente
ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre paciente con los
ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; y
por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como
también por el pueblo. Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es
llamado por Dios, como lo fue Aarón”. Hebreos 5:1-4.

“Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran


los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la
segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual
ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo”. Hebreos
9:6-7.

“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene
necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero
sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto
lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley
constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del
juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre”. Hebreos
7:26-28.

El sumo sacerdote antiguo era imperfecto y solo sombra del ministerio de


Cristo:

“Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y


sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún
sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que
es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas
conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”. Hebreos 8:3-5.

Jesús entró una sola vez y para siempre al lugar santísimo:

“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes


venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni
de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el
Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”. Hebreos 9:11-12.

“…y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el


Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido
necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora,
en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”. Hebreos 9:26-27.
“Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo
muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por
los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”. Hebreos 10:11-12.

El sumo sacerdote ofrendaba un animal. Cristo se ofrendó a sí mismo:

“Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del


pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados
fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo
mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta”. Hebreos 13:11-12.
IX. Ascensión y regreso

Si todo lo que hemos dicho de Cristo es cierto, ¿por qué aún reina el odio
y la maldad? Cristo inauguró un reinado espiritual en la tierra. Todos los que
le recibimos hemos sido libres de cualquier opresión demoníaca y ni el odio
ni la maldad reina en nuestros corazones. Sin embargo, Jesús mismo nos hizo
saber que su intención va más allá de fundar un gobierno espiritual: Instalará
un gran reinado en la tierra. Los judíos siempre esperaron un líder con
características revolucionara. Con su humilde actitud Jesús desilusionó a
muchos de sus seguidores. Sus seguidores más cercanos nunca abandonaron
la idea de un gobierno terrenal. De hecho, antes de su partida le preguntaron:

“¿…restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”. Hechos 1:6.

Contrario a lo que muchos piensan, Jesús no descartó la posibilidad de


establecer un poderoso reino en la tierra. Solo la pospuso:

“No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre
puso en su sola potestad”. Hechos 1:7.

Entonces, ¿a qué y por qué se fue Jesús? y ¿A dónde fue?


El gobierno que Cristo prometió instalar en la tierra será muy poderoso.
Contará con la participación de todos sus seguidores. Jesús, en calidad divina,
ascendió al trono de donde vino y ha abierto un nuevo período de
oportunidad a la raza humana: “La Gracia”. Este es el momento para que todo
el que quiera gozar del privilegio de servirle eternamente se una a Él.

“En la casa de mi padre muchas moradas hay; Si así no fuera, te lo


hubiera dicho; Voy, pues, a preparar lugar para vosotros”. Juan 14:2.

En este preciso momento Jesús está junto a su padre vigilando el


cumplimiento de sus obras:

“Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se


sentó a la diestra de Dios”. Marcos 16:19.

Aguarda el momento indicado para regresar y completar su obra.


Su retorno se sucederá en dos fases:

➢ El retorno por su iglesia:

A menudo llamado rapto o arrebatamiento. Sucederá de manera repentina y


marcará el inicio de la gran tribulación. Se caracterizará por ser:

• Repentino:

Nadie imaginará que el momento ha llegado, pero las trompetas sonarán y


serán escuchadas por sus santos.
“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”. Mateo 24:27.

“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y
no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será
también la venida del Hijo del Hombre”. Mateo 24:37-39.

• Justo:

El arrebatamiento es un llamado justo a quienes se han santificado en el


señor. Sin importar el vínculo filiar que nos una a otros, la decisión debe ser
personal, de lo contrario podríamos ser solo testigos del levantamiento de los
justos.
“Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será
dejado”. Mateo 24:40.

• Poderoso:

La muerte devolverá al Señor todos los santos:

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero”. 1 Tesalonicenses 4:16.
• Jesús en las nubes:

El Espíritu Santo de Dios nos levantará para llevarnos al encuentro con


nuestro señor en las nubes.

“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el
aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:17

• Transformación de lo corruptible:

Dios transformará nuestros cuerpos para permitirnos el acceso a su trono.

“Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar


el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo
un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un
momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará
la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de
incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto
corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la
muerte en victoria”. 1 Corintios 15:51-54.

• El inicio de una celebración:

Con nuestra ascensión el reloj profético de Dios reanudará su marcha


hasta completar las setenta semanas previstas. Celebraremos la salvación
durante 7 años, mientras el mundo sufrirá los horrores de un gobierno
malévolo durante el mismo tiempo:

“Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido


tiempo se manifieste”. 2 Tesalonicenses 2:6.

➢ El retorno con su iglesia

Al finalizar el tiempo previsto en las profecías, Dios irrumpirá en este


mundo para instalar un gobierno poderoso: El gobierno milenial de Cristo.
Gobernará las naciones con vara de hierro, y finalmente culminará todo
pecado y toda maldad. Características:

• El fin:

Al regresar por su iglesia Jesús pondrá fin al gobierno del anticristo en la


tierra:

“Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el


espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”. 2
Tesalonicenses 2:8.

Todo ser cuyo nombre no se halle inscrito en el libro de la vida será lanzado
al lago de fuego para pasar la eternidad en sufrimiento:

“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho
delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que
recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos
fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”.
Apocalipsis 19:20.

“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,


donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos”. Apocalipsis 20:10.

“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la


muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida
fue lanzado al lago de fuego”. Apocalipsis 20:14-15.
➢ ¿Cuándo?

Sencillamente, nadie sabe. Solo Dios y nos advierte que será muy pronto.

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino
sólo mi Padre”. Mateo 24:36.

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de


los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto. !!He aquí, vengo pronto!
Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.
Apocalipsis 22:6-7.
X. Cristo en nuestras vidas

Jesús mostró su amor hacia nosotros derramando su sangre inocente en la


cruz del calvario. La biblia dice que el amor de Dios consiste en la iniciativa
divina de concedernos salvación. No fuimos nosotros quienes le buscamos.
No le elegimos a Él, Él nos eligió a nosotros y nadie puede negar esta verdad.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios”. Efesios 2:8.

La relación con Cristo es una realidad por la que podemos optar. Su intención
es hacer amistad con nosotros a través de su Espíritu Santo, y enseñarnos un
nuevo lenguaje: La fe. Si consciente y seriamente asumimos el compromiso
de servirle, sin duda alguna, seremos testigos de grandes proezas.

No pierdas la esperanza cualquiera que sea tu realidad. CRISTO TIENE


PODER. Sin duda alguna, te infundirá valor, fe y paz. ¿Por qué esconderse
del único que puede cambiar nuestro futuro para bien?

¡Recíbele hoy! Ora de esta manera:

“Jesús, hoy te llamo Rey y declaro tu señorío en mi vida. Sálvame. Haz


amistad conmigo. Enséñame tu palabra. Amén”.
Consultas:

1. La Biblia, Versión Reina Valera 1960 (RV60)


2. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
3. Evidencia que exige un Veredicto, Josh McDowell
4. Antigüedades de los Judíos, Flavio Josefo
5. Los Anales, Cornelio Tácito
6. Sobre la muerte del peregrino, Luciano de Samósata
7. Vida de Claudio XXV, Suetonio
8. Carta a Trajano, Plinio el Joven
9. Apología I, Justino Mártir
10. Thallus, citado por Julio Africano
11. El Pentateuco, Pablo Hoff
12. Evangelio Apócrifo de Santiago
13. La vida de Flavio Josefo, Autobiografía
14. Flavio Josefo, Roberto J. Ayala
15. Tabla cronológica de los profetas de Israel, Dennis Bratcher
16. Manual del Tabernáculo, David Bonilla
17. Melquisedec un tipo de Cristo, Willie A. Alverenga
18. Biografías y Vidas, Enciclopedia Biográfica en línea
19. Tácito y la trascendencia de su memoria, Departamento de Historia Universidad de
Santiago de Chile, Revista de Historia Social y de las Mentalidades, Volumen 15, No. 1,
2011: 125-163
20. Las Epístolas de Plinio el Joven como fuente para el estudio de las UILLAE Romanas,
Universidad de Jaén, Alejandro Fornell Muñoz
21. La Dinastía Herodiana, Roberto J. Ayala
22. Nerón, el mecenas asesino, José María Blázquez Martínez
23. Vida de San José, B. Martín Sánchez
24. Explorando el Antiguo Testamento, Westlake Taylor Purkise
25. La Sociedad en los Tiempos de Jesús, Unidad 4. Religión 1o ESO
26. 38. ¿Qué era el Sanedrín?, Textos elaborados por un equipo de profesores de la
Universidad de Navarra dirigidos por Francisco Varo
27. mepalabraderestauracion.org - Estudios preparados por Carmelo Alexander Medina
Santana
28. http://www.seminarioabierto.com/
29. https://actualidad.rt.com/ciencias/195127-natividad-jesucristo-historia-estrella-belen
30. https://www.elperiodico.com/es/opinion/20100207/el-codice-beza-232189
31. https://www.infobae.com/2015/12/24/1778728-fin-del-misterio-que-ano-nacio-jesus/

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