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Las mujeres blancas que dominan el discurso feminista, que son quienes en su mayoría
han fabricado y articulado la teoría feminista, no entienden la supremacía blanca como
una política racial, ni el impacto psicológico de la clase, ni su estatus político dentro de
un Estado racista, sexista, capitalista. Esta falta de conciencia es la que impulsa a Leah
Fritz a escribir Soñadoras y traficantes.
Una premisa central del pensamiento feminista moderno es que “todas las mujeres
están oprimidas”. Esta afirmación implica que el sexismo como sistema de dominación
constituye una fuerza opresora que afecta de manera individual a todas las mujeres.
Sin embargo, no todas conciben que lo sufren puesto que el sexismo implica falta de
opciones y ciertas mujeres no creen sufrir falta de opciones por lo que no creen que
sean discriminadas por su sexo.
Las feministas privilegiadas han sido en gran medida incapaces de hablar a los grupos
diversos de mujeres, de hablar con ellas y de hablar por ellas, porque o bien no
entendían completamente la interrelación de la opresión de sexo, raza y clase, o bien
se negaban a tomar en serio esa interrelación. El feminismo no solo se trata de género
sino que no puede olvidarse de la raza y la clase.
Las mujeres negras siempre estarán mas oprimidas que las mujeres blancas ya que
estas ultimas tienen el “privilegio” de oprimir a otras por su raza.
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