Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La noción de revelación
Modelos de revelación
Distingue tres tipos: 1) cósmicas o de la naturaleza (también aborigen, 24) que refieren a
entidades cósmicas; 2) Teístas, conciben a un Dios trascendente de tipo personal y refieren a
su abisal naturaleza divina; 3) interiores u oceánicas, refieren a la insondable conciencia
humana (más que de revelación hablan de iluminación, o despertar). (23)
A. Dulles (Models of Revelations, Coubleday New York 1983) distingue cinco modelos de
revelación: proposicional (presentación de una doctrina), histórico (acontecimientos
fundamentales), experiencia interna, presencia-ausencia, nueva conciencia. (23)
Los tres tipos se pueden vincular en tres ejes: horizontal, vertical, central (tomado de Croato,
Experiencia de lo sagrado, Guadalupe Verbo Divino, Estella 2002, 66).
1) Eje vertical (espacio). Hacia arriba: dirección anatípica; hacia abajo: dirección catatípica.
Relacionado con las revelaciones de la naturaleza o aborígenes (por estar en el origen de las
demás, en los albores de la experiencia religiosa de la humanidad, 30).
2) Eje horizontal (temporalidad). Hacia el origen: dirección arquetípica; hacia el final: dirección
teleotípica. Aparece el sentido de la temporalidad, el valor de la historia individual y colectiva,
el cuidado de la comunidad (judaísmo, cristianismo, islam, y otras). Se remite por un lado al
origen, de la humanidad y la religión, y por el otro hacia el final escatológico donde convergen
todos los acontecimientos humanos. Polaridad entre el acontecimiento fundante (por ej. La
constitución de la Torah, el acontecimiento Cristo, la revelación del Corán, etc.) y su
consumación en el futuro.
El arquetipo aquí es el místico que trasciende los límites del yo en un estado transtemporal de
unión con la totalidad (26).
NB. En los tres modelos se pueden encontrar mito, concepto y silencio, como ritualización,
compromiso ético, abismamiento místico. (27)
“Como resultante del encuentro del eje vertical con el horizontal, no sólo se produce un punto
de contacto que se pierde en su propia profundidad, sino que se origina una diagonal, donde el
desplazamiento de la historia es impulsado por un movimiento ascendente e interior (…)
Podemos considerar que la diagonal aparece como una resultante de nuestra mentalidad
contemporánea, donde el encuentro de las religiones puede ser vislumbrado como una
convergencia hacia adentro (profundidad mística) y un hacia delante (utopía social), rasgando
el cuadrante superior derecho hacia un punto asintótico entre escatología e historia.” (27-28)
Revelación, mediaciones culturales y lenguaje
“La revelación procede del Silencio, allí donde la palabra y la imagen se desvanecen. Pero, en
cuanto desocultamiento, necesita transponerse en referentes humanos.” (85)
Según Panikkar (La experiencia de Dios, PPC, Madrid 1994, 21-24; La plenitud del hombre,
Siruela, Madrid, 1998, 69-70), no existe la experiencia pura, sino que la experiencia humana (E)
se compone de experiencia inmediata (e), memoria previa del sujeto (m), interpretación 3
cultural del sujeto (i), recepción en el marco histórico cultural en que se produce (r). Luego
añade (De la mística, Herder, Barcelona 2005, 131-161), el lenguaje entre la experiencia
inmediata y la memoria (l) y la acción (a). E: e.l.m.i.r.a (87-88).
Los símbolos que componen las tradiciones religiosas tienen una fuerza de trans-significación,
remiten más allá, evocan más allá de la aprehensión intelectual. (91)
Surgen también, además de los símbolos naturales, las metáforas y analogías más complejas
por equiparación y semejanza de los términos disponibles. Por ello, para captar la fuerza de su
significación hay que conocer esos términos y las relaciones internas que poseen en su lugar
de origen.
Además de los símbolos que proceden del medio natural y cultural, hay símbolos arquetípicos
(Jung, Los arquetipos y lo inconciente colectivo; El hombre y sus símbolos; Joseph Cambell, El
héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito). (92)
[Captamos algo en una vivencia intencional, es decir algo se da en el correlato entre el acto
que se dirige hacia lo captado y el contenido dado de lo captado. Esta región que se abre es
anterior a la pretendida clara distinción entre sujeto y objeto.] “A toda región y categoría de
presuntos objetos corresponde fenomenológicamente (…) una especie fundamental de
conciencia que da originariamente tales sentidos (…) e, inherente a ella, un tipo fundamental 4
Toda vivencia tiene un objeto o sentido (percibido como objetivo) cargado [otorgado, dado,
constituido] intencionalmente. “La percepción es inseparable de la intención (noesis) y
vivencia (noema) con que se capta o conoce determinado objeto. La combinación de los tres
factores (objeto, intención y vivencia) es lo que abra una determinada región de la realidad. El
objeto se configura a partir de la perspectiva y la fuerza afectiva con que ha sido captado por la
conciencia. Los objetos exteriores nos llegan con toda la carga emotivo-intencional que se
proyecta sobre ellos.” (97)