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Apunte sobre desarrollo e irregularidades de la Causa Vialidad.

Cristina está acusada de haber conformado una asociación ilícita con varios funcionarios y
con Lázaro Báez, particularmente, por asignarle 51 obras públicas con sobreprecios y
compartir ese excedente. La causa inicia en el 2008 con una denuncia de Lilita Carrio por
supuesta asociación ilícita entre Néstor Kirchner, Julio De Vido y Lázaro Báez. Es
importante entender que en esta causa, la 15734/2008, no se la menciona a Cristina.

La “prueba” para la primera causa era que Néstor había unificado toda la cartera de Obras
Publicas en De Vido, eso se suponía corrupción. Recordamos que los actos y decisiones
tomadas en pos de un plan de gobierno y de decisiones meramente administrativas, no son
judicialibles, como la famosa bicicleta financiera de Macri o la causa Dólar Futuro.

La causa se presentó en Comodoro Py y le salió “sorteada” a Julián Ercolini, que se declaro


incompetente. El fundamento era que como las obras fueron licitadas en Santa Cruz,
correspondía que sea la Justicia de Santa Cruz la que lo juzgue y no la Justicia Federal de
CABA.

Acá viene lo importante, en 2013, Mariana Zuvic presenta una segunda denuncia con el
mismo componente, como Néstor ya había muerto, la denunciada era Cristina. La justicia de
Santa Cruz toma la denuncia, inicia la investigación y, dos años después, sobreseyó a todos
los imputados porque los delitos denunciados “no existieron”, textual del juez de
instrucción, un fallo que fue ratificado por Cámara después.

Después de esto, por un principio del derecho conocido por todos y todas, el non bis in ídem,
que expresa que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo crimen. Parece que a partir
del 2015, en Argentina, los principios constitucionales y el Estado de Derecho se fueron a
dormir una siesta.

En 2015 Macri designa a Javier Iguacel como director de vialidad. Su primera gestión fue
mandar a hacer una auditoría sobre las obras licitadas a Lázaro Báez en Santa Cruz por los
gobiernos de Néstor y Cristina. La auditoria indico que había algunos desajustes de precios y
demás condiciones en algunas obras, algo completamente normal e inevitable cuando se
adjudica la obra pública, y la conclusión era la siguiente: “Del examen practicado no se
evidencian deficiencias constructivas de relevancia, como así tampoco tareas que hayan
sido certificadas sin ejecutarse, salvo en algunos casos puntuales que fueron detallados en
cada obra. Los desajustes de certificación de obra observados no se consideran relevantes
en relación a la magnitud de las respectivas obras”

Javier Iguacel, con el papel que contenía esa conclusión, va y presenta otra denuncia,
haciendo algo insólito en la historia del derecho, que es presentar una denuncia cuando toda
TU prueba indica lo contrario. La presenta en Comodoro Py y misteriosamente vuelve a caer
en Ercolini, que se había declarado incompetente 7 años atrás. Lo que debía haber hecho,
siguiendo el principio que comente antes, es rechazarla. Los MISMOS HECHOS ya habían
sido sometidos a PROCESO en otro expediente y se había SOBRESEIDO a los imputados.
Solo podía reabrirse a través de una apelación, no a través de una denuncia nueva. Si no
quería hacer eso, pues, Ercolini, debía haber sido consecuente con su accionar posterior y
declararse incompetente y darle la competencia a la Justicia de Santa Cruz. Pero no. La
reabrió y se hizo cargo de la causa. Actuó mal, fuera de ley y sin respetar sus funciones y
obligaciones como Juez Federal, motivo suficiente para iniciar un juicio político. Ya quedaba
claro que no era un proceso normal, el escenario para el Poder Judicial había cambiado.

Ercolini debería haber hecho LO QUE CUALQUIER JUEZ DE INSTRUCCIÓN debía hacer
para iniciar una investigación de sobreprecios en la obra pública: una auditoria. No la hizo y
la evadió durante todo el proceso. Montaron un show televisivo, con grúas en el sur, donde el
peritaje no existió y no fue probado ningún robo.

Acá se empiezan a ver la voluntad política impregnada en el proceso: Se sortea el tribunal


que va a enjuiciar. Esto pasa a ser indispensable para el futuro de la causa. Carlos Beraldi, el
abogado penalista de Cristina, pide que lo dejen asistir al sorteo para controlar la
transparencia pero la Cámara de Casación NO SE LO PERMITE. El sorteo se hace a puertas
cerradas SIN LA PRESENCIA DE LA DEFENSA. En un sorteo inchequeable, salen
sorteados Gorini, Giménez Uriburu y Basso. Desde el inicio, el tribunal mostro su posición
política y demostró porque había salido sorteado. Una de esas cosas fue demorar el
arranque del juicio para que comience en plena campaña electoral del 2019. Jueces
pensando en clave electoral, solo en Argentina.

La doble vara se mostro en el juicio en varias ocasiones, una de las más recordadas es que el
auto de elevación de juicio de los fiscales fue transmitido en vivo y en directo por los
principales canales, pero cuando toco la declaración de Cristina, el tribunal no permitió que se
transmitiera en vivo su defensa. Es la famosa declaración de “A mí me absolvió la historia”.
En estas pequeñas cosas el poder judicial le mostraba a Cristina cuanto la odiaban y la falta de
imparcialidad que iban a mantener durante todo el juicio.

En esos 3 años, entre 2019 y 2022, pasó lo más importante que tiene un juicio de estas
características, acusaciones, recusaciones, prueba, declaraciones, etc. Y la acusación de los
fiscales, empezó a hacer agua por todos lados.

1° problema: La mayoría de las obras habían sido adjudicadas durante la presidencia de


Néstor. Cristina era senadora y primera dama. Ahí surge la famosa figura, mal aplicada, de
la “asociación ilícita”. Aunque no haya ni exista ninguna prueba o indicio de reunión o
comunicación entre Cristina y Lázaro Báez con ella siendo presidenta.

Mas allá del derecho, lo que sostiene que Cristina es responsable de la asociación ilícita, sin
ninguna prueba de conexión con los hechos es que “Si era presidenta, no podía no saber lo
que pasaba”

2° problema: Las obras cuestionadas estaban contempladas en las leyes de presupuesto, leyes
que vota el Congreso, lo que indicaría que habría que sumar a cientos de diputados y
senadores en esa asociación ilícita. Y estamos hablando de diputado y senadores oficialistas y
opositores. No estaba la moda de votar en contra los presupuestos. Los que votaban a favor de
estos presupuestos que adjudicaban estas obras, estaban los propios diputados denunciantes de
la causa. Insólito. Ante esto, los fiscales plantearon que el Gobierno presionaba a los
legisladores para que aprueben el presupuesto. Argumento que derribo, increíblemente,
Margarita Stolbizer, que era una de las denunciantes. Negó haber recibido presiones para
votar a favor. Un detalle espectacular es que desde 2010 la oposición empezó a escribir sus
propios proyectos de Presupuesto para oponerse a los del gobierno, en esos proyectos
estaban las mismas obras publicas cuestionadas.

3° problema: Una de las acusaciones era que Cristina hacia que Lázaro Báez se presentara
como único oferente a las licitaciones para cobrarlas más caras y lograr el sobreprecio. Esto
fue desmentido por un testigo conocido, Ángelo Calcaterra, primo de Macri y presidente de
la constructora IECSA. En el juicio declaro que las constructoras se ponen de acuerdo para
turnarse en las licitaciones y no competirse entre ellas.

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En la parte de los alegatos, el fiscal Diego Luciani utilizo los mismos argumentos que fueron
desestimados por los testigos y que se habían probado falsos durante el juicio. Un adicto al
show. También, sumo, de manera grave, acusaciones nuevas en los alegatos. Uno de los
principios del derecho procesal penal es exactamente lo contrario. No se puede agregar
acusaciones nuevas en los alegatos. En la etapa de prueba se presentan todos los hechos que el
fiscal entiende como evidencia para que se sometan al debate judicial. Si el fiscal presenta
algún elemento probatorio que la defensa entiende que no corresponde, se somete a debate
para que decida el juez: eso sucede en un juicio hasta que se llega a los alegatos, ósea, las
conclusiones. Lo grave es que si vos incorporas hechos en los alegatos, la defensa no puede
cuestionarlos porque ya paso esa etapa. Una trampa que fue permitida porque Luciani y el
juez Giménez Uriburu son amigos y comparten equipo de futbol, el Liverpool. Se juntan a
jugar al futbol en la quinta Los Abrojos, de la familia Macri y Blanco Villegas.

Luciani presento como pruebas unos chats entre Baez y Jose Lopez pertenecientes a la causa
de jose lopez, la famosa de los bolsos. El problema es que, en esos papeles que luciani
presento, también estaban las conversaciones de López con Nicky Caputo y con Eduardo
Gutierrez. Jaque mate. Cuando Cristina amplia su indagatoria y quiere contestar esta nueva
acusación, los jueces le negaron la palabra.

La decisión de que los fiscales te acusen fuera de termino y vos, ampliando indagatoria, no te
puedas defender porque esos mismos jueces te lo prohibieron, es quizás una de las quema de
libros mas grandes que puede hacer cualquiera que le interese esta profesión. Una ofensa al
estado de derecho sin precedente.

Cristina los recuso luego del episodio de las fotos, pero fueron ratificadas por la Cámara de
Casación con los votos de Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, los dos visitantes de
Mauricio Macri en la Quinta de Olivos a jugar al paddle. Los pibes de paddle bancando a los
pibes del futbol.
La historia está llena de estos ejemplos, ya llegara la hora en que todos estos personajes
estarán del otro lado del estrado intentando explicar lo que hicieron. Paso con Perón, paso con
Lula, paso con Dilma y pasará con Cristina.

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