Señor Juez:
I.-
Objeto
1. Que, en los términos previstos por el art. 166 y siguientes del ordenamiento de rito vengo a
promover el presente planteo de nulidad.
A mérito de los argumentos fácticos y jurídicos que serán desarrollados en esta presentación y
en función de las pruebas requeridas en su capítulo V, desde ya solicito que se declare la
invalidez de todo lo actuado en este proceso.
2. Asimismo, por los fundamentos que serán brindados peticiono que oportunamente se
extraigan testimonios de las presentes actuaciones a efectos de investigar la posible comisión de
los delitos que se habrían perpetrado en el marco del trámite de este expediente.
II.-
Aclaración preliminar
Según enseña la más calificada doctrina, uno de los objetivos fundamentales de la investigación
penal consiste en esclarecer la verdad de los hechos que son denunciados. Por tal razón, los
deberes impuestos por la ley a los magistrados y funcionarios judiciales se dirigen, precisamente,
a garantizar que la tarea de reconstrucción histórica sea llevada a cabo en base a los principios
de imparcialidad, legalidad y objetividad, impidiéndose así que la misma quede a merced de
cualquier tipo de especulación, manipulación o interés subalterno.
Como se explicará en los siguientes apartados, el planteo que aquí introduzco no solo se dirige a
colocar este proceso en un marco de legalidad -del que se ha visto privado desde su inicio- sino
fundamentalmente busca que se lleve a cabo una verdadera investigación judicial sobre hechos
que han tomado gran repercusión pública y que se vinculan con la posible comisión de graves
delitos.
Ahora bien, debo enfatizar que este segundo propósito perseguido por la parte que represento
(la búsqueda de la verdad) no se originó a partir de esta nueva citación a prestar declaración
indagatoria. Muy por el contrario, la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, ya en el año 2016 y en
el marco de la causa Nº 5048/2016, públicamente conocida como el expediente de “Obra
Pública” solicitó en reiteradas oportunidades que se investigaran todas las contrataciones que en
materia de obra pública se llevaron a cabo entre los años 2003 y 2015. No sólo eso, la bancada
de diputados del espacio político que lidera la ex Presidenta de la Nación presentó e impulsó un
proyecto de ley por el cual se creaba una comisión bicameral de investigación de la obra pública
realizada entre los años 2003 y 2015.
Por ende, resulta cuanto menos llamativo que, casi dos años después, se haya abierto
súbitamente este nuevo proceso, en el cual se pretende abordar una investigación de iguales o
similares características a la que fuera reclamada por mi parte. Empero, lo que deviene aún más
desconcertante y sospechoso es que para llevar a cabo tal supuesta tarea se vuelva a recurrir por
cuarta vez a la imputación de una presunta asociación ilícita que ya se encuentra investigada en
tres expedientes judiciales en trámite por ante este fuero. Es más, uno de esos expedientes se
inició en este mismo Juzgado y en la resolución en la que se dictó el procesamiento de mi
defendida por el presunto delito de asociación ilícita, V.S. se declaró incompetente, remitiendo la
causa al Juzgado Nº 10. A tal efecto brindó una extensa explicación, justificando las razones por
las cuales no le correspondía seguir investigando ese delito, pronunciamiento que además fue,
por si fuera poco, ratificado por la Cámara de Apelaciones.
III.-
El planteo de nulidad
A. Antecedentes
A partir de la asunción del Ing. Mauricio Macri como Presidente de la Nación mi representada ha
sido sometida a una múltiple persecución judicial a través de la cual se judicializan hechos que
tienen que ver con la política económica adoptada durante su gobierno, el manejo de las
relaciones diplomáticas de nuestro país con terceras naciones y los criterios de asignación de
obra pública fijados en las leyes de presupuesto votadas por el Congreso de la Nación.
Para que la maniobra persecutoria sea eficaz y rinda sus efectos ante la opinión pública, en todos
los casos se ha pretendido conectar a tales actos de naturaleza política con maniobras de lavado
de activos, enriquecimiento ilícito y otros presuntos hechos de corrupción en los que también
incluso se llegó a imputar a los hijos de mi representada y a otros miembros cercanos de su
familia.
Veamos.
También en el mismo mes de abril de 2016 y violentándose todas y cada una de las pautas
establecidas en materia de asignación de causas, se formó el expediente conocido como “Los
Sauces” (causa Nº 3732/2016). Se trataba nada más ni nada menos que de un expediente
mellizo a la causa “Hotesur” (Expte. Nº 11.352/2014), que tramitara originariamente ante este
mismo Juzgado hasta que V.S., como consecuencia de las nulidades procesales acaecidas, fue
separado del conocimiento de esa causa por la Cámara de Apelaciones.
Pese a los planteos efectuados por las defensas, el titular de este Juzgado logró retener esta
causa melliza y, como era de esperar, volvió a realizar las mismas arbitrariedades que había
cometido en la causa “Hotesur”: se ordenó una infinidad de allanamientos, se convocó a prestar
declaración indagatoria a decenas de personas (incluidos los dos hijos y la sobrina de mi
mandante), se intervino sociedades comerciales (varias de las cuales administran medios de
comunicación que siguen una línea editorial crítica del actual gobierno), se dictaron
procesamientos, embargos millonarios e incluso se ordenó la prisión preventiva de quien fuera
el contador de la familia Kirchner bajo la falsa fundamentación de que había violado una medida
cautelar que, para colmo, ni siquiera existe en nuestro ordenamiento jurídico: la “intervención”
de un condominio.
Después de cometer todas estas arbitrariedades, el juez, por propia iniciativa, se declaró
incompetente en la causa y ordenó su remisión al Juzgado Nº 10 del fuero en la misma
resolución en la que ordenó los procesamientos de decenas de personas.
Debo destacar que en la causa “Los Sauces” la Dra. Cristina Fernández de Kirchner fue procesada
en orden a los delitos de lavado de activos, negociaciones incompatibles con la función pública y
también de asociación ilícita. Con relación a esta última figura, la conducta imputada quedó
definida en los siguientes términos:
“…haber conformado una organización, integrada por Néstor Carlos KIRCHNER, Cristina Elisabet
FERNÁNDEZ, Máximo Carlos KIRCHNER, Florencia KIRCHNER, Romina de los Ángeles MERCADO,
Lázaro Antonio BÁEZ, Martín BÁEZ, Leandro BÁEZ, Luciana BÁEZ, Cristóbal LÓPEZ, Fabián DE
SOUSA, Osvaldo José SANFELICE, Alejandra JAMIESON, Lisandro DONAIRE, Martín Samuel
JACOBS, Claudio Fernando BUSTOS, Emilio Carlos MARTÍN, Ricardo Alejandro ALBORNOZ,
Marcelo LUDUEÑA, Norma Beatriz ABUIN, Víctor Alejandro MANZANARES, Alberto Óscar LEIVA y
otras personas aún sin identificar, la cual comenzó a desarrollar sus designios criminales desde el
mes de mayo del año 2003 hasta el día 14 de diciembre de 2016 día que se dispuso la
intervención judicial de `Los Sauces S.A.` y la Sucesión de Néstor Carlos Kirchner, con la finalidad
de recibir dinero como ilegítima contraprestación por el indebido otorgamiento de la concesión
de obra pública, de licencias habilitantes de juego y/o de áreas de la industria petrolera, e
introducirlo en el mercado financiero, procurando brindarle la apariencia de origen lícito”.-
No puedo dejar de recordar que en la causa “Los Sauces”, Florencia Kirchner fue considerada
como organizadora de la banda, sin repararse que al inicio de la supuesta maniobra delictiva ella
tenía tan solo doce años.
También, y utilizando una vez más la técnica del expediente mellizo, el titular de este Juzgado
inició una nueva investigación en contra de mi representada ahora por el delito de traición a la
patria (Expte. Nº 14.305/2015) llegando a afirmar la existencia de una situación de guerra
exterior que, como es de público y notorio conocimiento, jamás ocurrió. También aquí se
dispusieron múltiples detenciones, procesamientos infundados, embargos millonarios y
prisiones preventivas. En esta ocasión, y con la clara y manifiesta intención de que mi
representada no asumiera el cargo que el pueblo de la provincia de Buenos Aires le había
conferido como Senadora de la Nación, el día 7 de diciembre de 2017 -último día hábil anterior a
tomar posesión efectiva de su banca- V.S. pidió su desafuero para proceder a su detención.
Curiosamente, durante los dos años previos en los que mi representada carecía de fueros
parlamentarios, V.S. jamás había pedido su detención, pese a haberla acusado en el marco de
dos procesos de graves delitos (uno de ellos, el de asociación ilícita).
Ahora bien, más allá del carácter protagónico asumido por el titular de este Juzgado en la
persecución desatada en contra de mi mandante, lo cierto es que en el Juzgado Nº 10 del fuero
se desarrollaron otras investigaciones de similares características.
En efecto, en primer lugar debo recordar que desde el año 2008 viene tramitando allí la causa Nº
15.734/2008 caratulada “Kirchner, Néstor y otros s/ asociación ilícita”.
“…se indicó que los ilícitos cometidos habrían comenzado desde fines de 2003 y que, en general,
se vinculan a los contratos de obra pública llevados adelante desde el Estado con un grupo
reducido de empresas, sin cumplir con las normas y reglamentaciones establecidas para el
adecuado y eficiente funcionamiento de la administración pública.
Así, refirieron que los contratos observados presentarían como características la concentración
económica, la concurrencia de los mismos grupos empresarios a las licitaciones sin nuevos
oferentes, la escasa diferencia en las cotizaciones ofrecidas por las empresas, la alternancia en
las adjudicaciones y la existencia de sobreprecios” (lo subrayado me pertenece).
Este proceso, en el marco del cual hasta finales del año 2015 sólo se había comprobado la
inexistencia de las ilicitudes denunciadas (dictándose los correspondientes sobreseimientos) a
partir del cambio de gobierno tuvo un vuelco inesperado (al menos desde el plano jurídico),
pasando a tener ahora tal relevancia que en las resoluciones judiciales dictadas en diferentes
procesos que tramitan en este mismo fuero, comenzó a ser denominada como la “causa madre”.
Dicha condición determinó que en marzo del año 2016 el expediente “Hotesur” (causa Nº
11.352/2014) fuera remitido al Juzgado Nº 10 del fuero, donde actualmente continúa su trámite.
En este proceso mi representada ha sido procesada por el supuesto delito de lavado de activos
en concurso real con el de asociación ilícita.
Por otro lado, por razones de conexidad también tramita en dicho Juzgado la causa Nº
5048/2016, a la que ya me refiriera (expediente de la “Obra Pública”). Aquí, la Dra. Cristina
Fernández de Kirchner se encuentra procesada en orden a los delitos de defraudación en
perjuicio de la administración pública y también -sí, una vez más- asociación ilícita. La
imputación de este segundo delito quedó descripta de la siguiente manera:
“Que se encuentra acreditado en autos en los términos del artículo 306 del Código Procesal
Penal de la Nación, que Cristina Elisabet Fernández, Julio De Vido, José Francisco López, Nelson
Guillermo Periotti, Carlos Santiago Kirchner, Lázaro Antonio Báez y otras personas cuya
intervención aún no se encuentra acreditada en el expediente, habrían formado parte de una
asociación, la que habría funcionado, al menos, entre el 8 de mayo del año 2003 y el 9 de
diciembre de 2015, destinada a cometer delitos, para apoderarse ilegítimamente y de forma
deliberada de los fondos asignados a la obra pública vial, en principio, en la provincia de Santa
Cruz”.
En síntesis, como puede apreciarse, antes de que se iniciara el presente proceso ya existían tres
expedientes por la misma imputación de asociación ilícita que se quiere investigar en estas
actuaciones.
Ergo, esta causa constituye el cuarto proceso en el cual mi defendida pasa a ser enjuiciada como
presunta jefa de una misma organización criminal desarrollada mientras se desempeñó como
Presidenta de la Nación entre los años 2007 y 2015. En resumen, el caso de la Dra. Cristina
Fernández de Kirchner es un precedente que, a no dudarlo, resulta único en los anales de
jurisprudencia de cualquier sociedad, no ya democrática, sino mínimamente civilizada.
B. El caso
Si bien las presentes actuaciones se encuentran al día de la fecha bajo secreto de sumario, la
cobertura periodística brindada al proceso permite reconstruir su inicio y desarrollo. Veamos.
1. Según lo describió el periodista Diego Cabot en distintos artículos que fueron publicados en el
diario La Nación, el 8 de enero de 2018 el nombrado habría tomado contacto por primera vez
con las inscripciones que habría realizado el chofer Oscar Centeno en un anotador, seis
cuadernos espiralados y un cuaderno azul de tapa dura, así como también con una serie de
videos y algunas fotografías.
El material en cuestión, según informó el periodista, se encontraba en una caja cerrada que
habría sido entregada por el mismo Centeno meses antes a Jorge Bacigalupo con el encargo de
que éste la mantuviera bajo reserva. No obstante ello, Bacigalupo se habría contactado con el
periodista Cabot haciéndole entrega del material que tenía bajo su custodia, lo cual habría
ocurrido en el domicilio del primero.
A partir de aquí, siempre según el relato periodístico, Cabot habría convocado para el análisis del
material recibido a dos alumnos de la Maestría en Periodismo de la Universidad Di Tella y La
Nación, a saber, Candela Ini y Santiago Nasra. Ello, con el propósito de estructurar la información
y volcarla en un informe periodístico.
2. Según explicó Cabot, el 8 de marzo Bacigalupo le reclamó la devolución del material que le
había entregado. Ello así pues, Centeno, quien ignoraba por completo que la caja había sido
abierta y su material entregado a terceros, exigía la devolución del mismo.
3. El 26 de marzo, Cabot se habría reunido en un bar del barrio de Palermo con el fiscal Carlos
Stornelli, a quien le habría relatado el trabajo que venía desarrollando. Luego, el 3 de abril el
periodista habría visitado al fiscal en su casa para hablar más tranquilo y exhibirle lo que tenía.
Ante un pedido del fiscal, el 10 de abril Cabot habría concurrido a la fiscalía del Dr. Stornelli, en la
cual habría prestado declaración y entregado las copias que obraban en su poder, así como
también una base de datos y la digitalización de todo el material.
5. Finalmente, Cabot relató en sus artículos periodísticos otras circunstancias relevantes, a saber:
– El 19 de julio, a las 12, uno de los investigadores judiciales me llamó. Había una reunión
urgente. Entré al edificio donde funcionan los juzgados federales en plena feria y de tarde.
Éramos un puñado y el pedido que me hicieron fue concreto: si declaraba mi fuente, quien me
entregó los cuadernos originales, los movimientos serían inmediatos.
– Me tienen que dar tiempo para hablar, les dije. Me contestaron que nada pasaría la semana
siguiente, pero que me iban a avisar después de que termine la feria judicial.
– El plan era que yo lo contacte poco antes de que fuera arrestado Centeno, como para no
permitir “que alguien toque la campana”, según me dijo uno de los investigadores.
– El lunes 30 de julio recibí un llamado. “Avanzá lo antes que puedas”, me dijeron. Esa misma
tarde, me comunique y quedamos en vernos el martes a las 8. Llegué 10 minutos tarde y Jorge
Bacigalupo ya se había tomado un café en un barcito de avenida Lacroze casi Cabildo. A poco de
hablar, aceptó. “Vengan a casa, los espero con café y medialunas”.
– A las 14, Stornelli ya me esperaba abajo del domicilio cuando llegué. Subimos a su
departamento. Nos sentamos en una mesa redonda los tres. Esta vez, la perra hizo migas con el
fiscal. “Jorge, necesitamos que declare. Sería un gran aporte a la causa”, le dijo.
– No anduvo con rodeos Bacigalupo. En ese momento, no bien tomó la decisión de testificar,
Stornelli lo interrumpió: “Le tengo que informar que Centeno acaba de ser detenido”.
Tras la detención de Centeno, éste fue conducido al despacho del juez y, pese a encontrarse
presente su abogado de confianza, no se le habría permitido al letrado reunirse con su cliente.
Por lo visto, en esta circunstancia Centeno habría tomado la decisión de ser incorporado al
programa previsto en la ley 27.304, así como también la de ser asistido a partir de aquí por el
Defensor Oficial. De tal manera, ahora en el carácter de arrepentido, Centeno habría reconocido
la autoría de los cuadernos en cuestión.
Vale la pena destacar que, en rigor de verdad, lo que el imputado reconoció fueron simples
fotocopias de tales instrumentos, pues los originales, tras meses de “investigación”, no habían
sido aún buscados ni por V.S. ni por el fiscal. Ello derivó en que el fiscal, acompañado por el
imputado, se trasladara hacia distintos domicilios de la provincia de Buenos Aires en los que,
según Centeno, podrían hallarse los cuadernos originales. Tal información era falsa, razón por la
cual el arrepentido Centeno volvió a arrepentirse de su anterior versión, reconociendo ahora que
los cuadernos ya no existían, porque él mismo los habría quemado.
7. Además de la detención de Centeno se dispuso la misma medida con relación a una serie de
ex funcionarios y empresarios cuyos nombres aparecían en las fotocopias de los ya famosos
cuadernos. En este punto, resulta insoslayable señalar los distintos criterios para la detención de
empresarios que fueron utilizados. En algunos casos se detuvo a los presidentes de las
empresas, en otros a los segundos en importancia jerárquica y en otros no hubo detenidos.
8. Finalmente, debo mencionar que las personas que fueron sindicadas bajo la categoría de
supuestos aportantes de fondos a la asociación ilícita recibieron un tratamiento procesal
diferenciado: los que negaron formar parte de esta asociación o se abstuvieron de declarar
quedaron detenidos; los que aparentemente negociaron con el fiscal y se arrepintieron (no
queda claro de qué) recuperaron la libertad o, directamente, nunca fueron privados de la misma.
Una mención particular merece el caso de Ángelo Calcaterra, primo del Ing. Mauricio Macri y ex
dueño de empresas de la familia del Presidente de la Nación, quien se presentó voluntariamente
en la sede del Juzgado el lunes 6 de agosto; supuestamente efectuó un relato como arrepentido
y regresó a su domicilio sin mayores consecuencias. Tal declaración habría justificado que
Sánchez Caballero, ex CEO de las empresas de la familia Macri, también fuera inmediatamente
excarcelado.
A mérito de los hechos descriptos en el punto anterior, saltan a la vista las graves irregularidades
que habrían tenido lugar en el marco de este singular proceso, a saber:
a. Tal como lo dispone el art. 18 de la Constitución Nacional, los papeles privados resultan
inviolables. Ello es una lógica derivación del derecho a la privacidad que surge del art. 19 de la
Ley Fundamental.
En línea con lo expuesto, el Capítulo III del Título V del Libro Segundo del Código Penal sanciona
la violación de secretos. Concretamente, se trata de proteger aquella manifestación de la
libertad individual prohibiendo la intromisión de terceros en la intimidad del sujeto pasivo o la
comunicación de sus secretos a otros por parte de quienes -si bien tienen derecho a conocerlos
o los han conocido lícitamente-, carecen del derecho de comunicarlos, ya sea porque
efectivamente violan la esfera de reserva o porque crean peligro para ella (cfr. Creus, Carlos,
“Derecho penal. Parte Especial”, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1983, Tº 1, pág. 352).
De manera particular, el art. 153 del Código Penal reprime la conducta de quien se apoderare
indebidamente de papeles privados, agravándose la conducta en caso de que el culpable
comunicare a otro o publicare el contenido del referido material.
b. Si los hechos que fueron relatados por Bacigalupo y Cabot resultan ciertos, claramente
estamos en presencia de una acción ilícita que contamina el origen de este proceso.
En efecto, el relato brindado por los nombrados es conteste en señalar que Centeno habría
entregado una caja cerrada a Bacigalupo para que éste la mantuviera bajo resguardo. De tal
manera, éste último asumía la condición de depositario, debiendo observar los deberes jurídicos
a su cargo.
La acción desarrollada por el depositario infiel fue llevada a cabo de manera intencional, toda
vez que aquél no solo la ejecutó sin la autorización de Centeno, sino además le ocultó
deliberadamente la maniobra, tal como él mismo lo reconoció. Además, Bacigalupo era
consciente del riesgo al cual dejaría expuesto a Centeno, quien finalmente terminó siendo
detenido en el marco de este proceso.
c. Así las cosas, tal como lo afirma una pacífica jurisprudencia y doctrina nacional e internacional,
deviene inadmisible que se pretenda tomar como prueba un elemento que surge de un acto
ilícito.
2. El fórum shopping
a. Otra de las garantías básicas que hacen al debido proceso legal determina que el juez que
interviene en un proceso debe revestir la condición de imparcial o, al menos, encontrarse fuera
de cualquier situación que conduzca a un temor objetivo de parcialidad. Tal ha sido
invariablemente el estándar fijado por los tribunales nacionales y los organismos internacionales
competentes en materia de Derechos Humanos (conf. Tribunal Europeo de Derechos Humanos;
“Delcourt vs. Bélgica”, 17/1/1970, serie A, n° 11, párr. 31 y “De Cubber vs. Bélgica”, 26/10/1984,
serie A, n° 86, párr. 24).
En el caso de los representantes del Ministerio Público Fiscal, si bien la nota de imparcialidad no
les resulta propia, la ley que gobierna su actuación determina expresamente que deben actuar
de manera objetiva, hasta tal punto que en caso de no ajustarse a esa directiva deben inhibirse o
pueden ser recusados por las partes (art. 9, ley 27.148 y art. 71, CPPN).
En definitiva, se trata nada más ni nada menos que de garantizar que los órganos estatales
encargados de perseguir y juzgar posibles delitos ejerzan los enormes poderes conferidos de
manera legítima, sin abusar de ellos y fuera de toda sospecha.
b. Precisamente, una de las formas de asegurar la garantía referida en el punto anterior consiste
en observar estrictamente las reglas que han sido fijadas en materia de asignación de causas.
Ellas determinan invariablemente que ni los jueces ni los fiscales pueden asumir intervención en
un caso de manera discrecional.
En este sentido, en el art. 6 de la acordada 37/2012 del 06/12/12 que regula el “Sistema de
adjudicación de causas para el fuero Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal”,
dispone lo siguiente:
“A los Juzgados que se hallaren en turno con Cámara se les asignarán mediante el sorteo
correspondiente: (…) Inciso 2º: Denuncias recibidas directamente por los Jueces o los Agentes
Fiscales, o testimonios que fueron extraídos a fin de que se investigue la eventual comisión de
delitos advertidos en el marco de otras causas, que deben ser remitidos a la Mesa de Entradas
de la Secretaría General del Tribunal al efecto que regula este artículo”.
Ahora bien, tal como se relató anteriormente, por lo visto la directiva transcripta fue
deliberadamente incumplida.
En efecto, una vez obtenida la información y los papeles aportados por Cabot, ellos fueron
incorporados sin mayores explicaciones en un legajo de investigación formado en el marco de la
causa Nº 10.456/2014. Luego, como la nueva pesquisa desbordaba de manera manifiesta el
objeto procesal de la primigenia causa, se resolvió formar un nuevo expediente el cual, sin
sorteo alguno, quedó discrecionalmente radicado ante este mismo Juzgado.
Según los considerandos de una resolución dictada por este Juzgado (publicada en el CIJ) se
habría omitido realizar el sorteo de práctica en virtud de que existiría un supuesto de conexidad
-aparentemente subjetivo- entre la nueva investigación de asociación ilícita y el delito que se
persigue en la causa del “gas licuado”.
c. Es más que evidente que, en base a los antecedentes expuestos, tal fundamentación resulta
insostenible. Veamos.
En primer lugar, como se reconoce en la mentada resolución, los presuntos delitos advertidos
“excederían el marco de lo investigado en la causa Nº 10456/2014”. Es más, en dicho decisorio
se refirió expresamente que la formación del nuevo expediente tiene “la finalidad de brindarle
autonomía a esta nueva investigación”.
Sin embargo, la cuestión que resulta definitoria para advertir la falacia de esta decisión reside,
precisamente, en el objeto procesal que se ha fijado para la nueva investigación en la cual se
describe por cuarta vez, y en relación a mi representada, la conducta de una supuesta asociación
ilícita.
Como ya se explicó, la misma hipótesis fáctica de asociación ilícita es objeto de pesquisa en otros
sumarios (no en uno, sino tres), que son de conocimiento público y no pueden ser ignorados ni
por el fiscal y, mucho menos aún, por el juez actuante.
En efecto, V.S. instruyó la causa “Los Sauces” y ya dictó en contra de la Dra. Cristina Fernández de
Kirchner un procesamiento en orden al delito de asociación ilícita que ahora, una vez más,
vuelve a “investigar” en este sumario, recurriendo nuevamente a la técnica del expediente
mellizo.
Por si todo ello no bastara y como también ya se explicó, el magistrado en aquella causa se
declaró incompetente para investigar esta supuesta maniobra delictiva, en los siguientes
términos:
“Teniendo en cuenta los hechos investigados en la presente y los de las causas números
15.734/08, 11.352/14 y 5.048/16 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº
10, Secretaría Nº 19, por razones de conexidad y economía procesal, correspondería que
continúe interviniendo en el presente legajo el titular de dicho Juzgado.-
En efecto, de la reseña de los sucesos que habría que investigar en la presente causa y los que
resultan materia de pesquisa en los sumarios del Juzgado indicado, se advierte plena conexidad,
toda vez que las investigaciones giran alrededor de los hechos perpetrados por una misma
asociación ilícita, las maniobras son similares, existe un principal perjudicado en el Estado
Nacional y existe casi una identidad personal en los incursos en las conductas estudiadas.-
Si bien los miembros de dicha asociación ilegal fueron variando a lo largo del tiempo, su fin fue
obtener ilícitamente bienes del Estado para luego ocultar su origen mediante distintas
transacciones comerciales e incorporarlos a sus patrimonios.-
Además, las investigaciones que tramita ante mi colega de grado que son conexas entre sí, se
iniciaron el 12 de noviembre de 2008 -c.Nº 15.734/08-, el 10 de noviembre de 2014 -c.Nº
11.352/14- y el 26 de abril de 2016 –c.N º 5.048/16-…
[…]
Cabe señalar que los hechos investigados se encuentran conectados objetiva y subjetivamente, y
en caso de escindirlos se estaría yendo en contra del principio de economía procesal, y podría
ocurrir que los diferentes Tribunal que debieran intervenir se entorpezcan entre sí en su trámite
o bien adopten decisiones contradictorias (Fallos 302:861).
[…]
Es de hacer notar que hasta el presente ningún Magistrado tuvo ante sí la totalidad de una serie
de maniobras delictivas que a todas luces forman parte de un mismo `inter criminis`…”.
Por otra parte, el fiscal Stornelli también tomó intervención en la causa “Hotesur” y, por ende,
tampoco puede desconocer que ese expediente fue remitido por conexidad al Juzgado Nº 10 del
fuero, en el marco de la causa por asociación ilícita a la que ahora se denomina “causa madre”.
d. En definitiva, es claro que estamos ante la presencia de un caso de “fórum shopping” que
determina una directa afectación a las reglas del debido proceso legal y la garantía del juez
natural (art. 18, CN), así como también a las pautas que deben regir la actuación del Ministerio
Público Fiscal (art. 120, ídem).
Como enseña la más calificada doctrina, “son imaginables […] formas no disimuladas de creación
de un tribunal ad hoc, inclusive por la misma autoridad del poder judicial, como cuando la
integración del tribunal depende de la orden de funcionarios determinados o cuando, siguiendo,
en principio, un método aleatorio, ese método puede ser o es modificado por una decisión
particular” (Maier, Julio B. J., Derecho procesal penal, Tomo I, Fundamentos, Editores del Puerto
SRL, Buenos Aires 2004, 2ª edición, 3ª reimpresión, Pág. 766).
A partir de los hechos informados surge con total evidencia que la utilización de la “Ley del
arrepentido” (ley Nº 27.304), en lugar de perseguir el esclarecimiento y la sanción de graves
delitos, paradójicamente, habría resultado ser un instrumento eficaz para lo contrario. Veamos.
a. El primer imputado ingresado al programa previsto por la ley Nº 27.304 fue el nombrado
Centeno. Las circunstancias que rodearon a este acuerdo serían las siguientes:
– Primero se habría desplazado a su abogado de confianza, Dr. Carlos Frontini, sin que resulte
claro quién tomó esta decisión; esto es, si fue el propio imputado o si fue por voluntad del juez
y/o del fiscal.
– Luego, se habría mantenido a Centeno sin asistencia letrada dentro del Juzgado por un espacio
de casi una hora, oportunidad en la cual habría sido persuadido de arrepentirse. Por lo visto, ello
resultó eficaz y se logró que esta persona reconociera como propias las anotaciones obrantes en
las fotocopias que le fueron exhibidas.
b. Con relación a las demás personas que fueron detenidas con motivo del procedimiento inicial,
su incorporación al sistema de la “Ley del arrepentido” resultaría también irregular.
En efecto, tales imputados habrían sido colocados ante la disyuntiva de tener que corroborar los
datos que aparecían en las fotocopias incorporadas al legajo y así recuperar su libertad o, de lo
contrario, deberían permanecer detenidos hasta que cambiaran de postura.
Tal procedimiento infringe una de las garantías esenciales que hacen al debido proceso legal,
conocida como la incoercibilidad del imputado como órgano de prueba.
Como señala Maier, “para que las manifestaciones del imputado representen la realización
práctica del derecho a ser oído, como parte integrante del derecho a la defensa, la Constitución
Nacional ha prohibido toda forma de coerción que elimine la voluntad del imputado o restrinja
la libertad de decidir acerca de lo que le conviene o quiere expresar. Esta es la verdadera
ubicación sistemática de la regla que prevé que ‘Nadie puede ser obligado a declarar contra sí
mismo’ y suprime para siempre ‘toda especie de tormento’ (CN, 18), constituyendo al imputado,
como órgano eventual de información o transmisión de conocimiento, en un sujeto incoercible
del procedimiento” (conf. “Derecho Procesal Penal Argentino”, Ed. Hammurabi, Tº 1, Vol. b,
Fundamentos, Bs. As. 1989, pág. 330).
Ello resulta así pues, además de la particular interpretación acordada a la figura del arrepentido,
se le sumaría ahora una indebida interferencia del Poder Ejecutivo Nacional en el trámite de este
proceso.
La gravedad de los hechos anoticiados requiere que se lleve a cabo una minuciosa investigación
en este sentido, ya que podríamos estar en presencia de delitos de acción pública.
IV.-
Conclusión
Como se ha explicado, desde hace más de dos años y medio, mi representada viene siendo
sometida a una múltiple persecución. Pese a tal injusta situación, la nombrada en todo
momento se ha mantenido a derecho, cumpliendo estrictamente con todas las obligaciones
procesales que le fueran impuestas, incluso aquellas que han revestido un carácter claramente
abusivo en su contra.
Las enormes expectativas que se han originado a partir de la amplia difusión que han tenido
estas actuaciones exigen extremar todos los recaudos para que su trámite se ajuste a las pautas
constitucionales y legales vigentes. Ya han existido en la justicia federal investigaciones que se
iniciaron de una manera impactante y que, en la etapa del juicio oral, terminaron siendo un
papelón mayúsculo.
Por ende, resulta imprescindible que en esta misma instancia se meritúe la validez de todo lo
actuado, se lleven a cabo las correcciones procesales pertinentes y se conduzca una
investigación seria, objetiva e imparcial, a efectos de esclarecer los hechos denunciados;
precisamente, lo mismo que mi asistida viene reclamando desde hace dos años.
V.
Prueba
A efectos de acreditar los extremos fácticos relatados solicito que se practiquen las siguientes
diligencias:
1. Se incorpore como prueba documental los recortes periodísticos que se acompañan a esta
presentación.
2. Se libre oficio al Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 a efectos de que remita copia
certificada del Legajo Nº 13 formado en la causa Nº 5048/2016, con motivo de la solicitud de
readecuación de objeto procesal de dicho expediente.
3. Se cite a prestar declaración testimonial a todos los periodistas que suscriben las notas
acompañadas como Anexo I.
4. Se cite a prestar declaración testimonial al Dr. Norberto Frontini a efectos de que deponga en
relación a la asistencia profesional que brindara a Oscar Centeno, en particular, el día en que
fuera detenido en el marco de este proceso.
5. Se invite a prestar declaración a Oscar Centeno a efectos de que, de ser su voluntad, exponga
las condiciones en las que fue incorporado al programa previsto en la ley 27.304.
6. Se invite a prestar declaración a los imputados que permanecen detenidos en autos y que no
se han incorporado al programa referido. Ello, a efectos de que, de ser su voluntad, expongan las
circunstancias del caso.
En cuanto a las declaraciones indicadas en los últimos dos puntos, mi parte habrá de sugerir que
se formulen una serie de preguntas sobre los hechos en cuestión, aportando oportunamente los
pliegos correspondientes.
7. Se cite a prestar declaración testimonial al Dr. Daniel Angelici a efectos de que indique si ha
tenido algún tipo de participación en las supuestas tratativas que precedieron a la incorporación
de Ángelo Calcaterra al programa previsto en la ley 27.304.
8. Se cite a prestar declaración testimonial al Presidente de la Nación, Ing. Mauricio Macri, a los
mismos fines indicados en el punto precedente.
9. Se libre oficio a la Policía Federal Argentina a efectos de que se obtengan los registros fílmicos
de ingreso y egreso, las imágenes, los libros de ingreso y egreso y cualquier otra constancia que
permita identificar las personas que visitaron desde el 8 de enero del corriente año hasta el día
de la fecha, los siguientes lugares: i) la residencia de Olivos, sita en Av. Maipú 2100, Olivos,
provincia de Buenos Aires; ii) la sede del Poder Ejecutivo de la Nación (casa rosada) sita en
Balcarce 50, Capital Federal; iii) la sede de la Agencia Federal de Inteligencia, sita en 25 de mayo
11, Capital Federal; iv) la sede del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, sita
en Sarmiento 329, Capital Federal.
A todo evento, mi parte se reserva el derecho de ampliar las diligencias de prueba requeridas.
VI.-
Petitorio
Proveer de conformidad,
SERÁ JUSTICIA.