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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:

JUICIO A LAS JUNTAS


DERECHO PROCESAL PENAL

ALUMNA: RAIMONDO FREIRE, CECILIA ALEJANDRA


LEGAJO: UNRN-37625
Derecho Procesal Penal | Trabajo de Investigación– Raimondo Freire Cecilia Alejandra 1

“Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de


originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me
pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces:
Nunca más”.
Cierre de alegato del Fiscal Julio Strassera, Juicio a las Juntas,1985

INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo se presenta a pedido de la cátedra, siendo su consigna elegir un
tema del programa que nos interese, e investigar al respecto. Atendiendo a esto
elegí la Unidad 7 -El Juicio-, en primer lugar porque dentro de la misma se incluye el
papel que nos tocará desempeñar el día de mañana como profesionales -esto es,
peritos y productores de prueba-, y en segundo porque me permite articular los
puntos de esta unidad -a su vez atravesada por las anteriores- con lo que a mi
humilde criterio es uno de los procesos más grandes, singulares y únicos, a nivel
jurídico e histórico, que presenciaremos jamás: El Juicio a las Juntas Militares de
1985. Pese a mi corta edad (el día que se dictó sentencia yo cumplía siete años) la
impresión que me dejó ese proceso no ha cambiado con los años, y se ha visto
reforzada con la información adquirida durante todo este tiempo, tanto por interés
personal como por requerimiento académico, al punto de definir mi vocación: aún
con siete años, ya sabía que quería dedicarme a algo que tuviera que ver con el
auxilio a la Justicia. Tardé un poco, pero llegué.
Considero este proceso importante, porque, en un todo de acuerdo con Julio
Strassera, Fiscal del juicio, “fue similar a Nuremberg en cuanto a necesidad moral,
pero jurídicamente superior, porque los militares fueron juzgados por un tribunal ya
conformado, de más de cien años de existencia, no un tribunal especial 1”. Un
tribunal civil juzgaba no crímenes como traición a la patria, sino la violación
sistemática de Derechos Humanos, en un juicio donde los acusados tuvieron todas
las garantías, inclusive, como veremos más adelante, la de juzgarse a sí mismos.
No se me ocurre un mejor ejemplo de debido proceso, igualdad ante la ley y
garantías que este juicio que sigue hasta el día de hoy siendo único en el mundo, y
tiene para nosotros además un doble interés: junto con las declaraciones
testimoniales de los testigos, el rol de los peritos fue fundamental. Es a raíz de este
1
Julio César Strassera explica su estrategia durante el Juicio a las Juntas Militares - YouTube
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proceso que surge el Equipo Argentino de Antropología Forense, cuya labor, que
continúa hasta hoy, no requiere mayores presentaciones.
El trabajo, como mencionaba anteriormente, se articulará en torno a la Unidad 7,
vale decir el juicio, sus principios, el rol de los actores procesales, la teoría del caso,
las fases del mismo, y el juicio de la pena, todos estos puntos aplicados a las
etapas, hechos y protagonistas del Juicio a las Juntas.
Finalmente, sólo queda agradecer a la cátedra. Creo firmemente en que los
contenidos aprehendidos en cada cátedra en particular no deben verse divorciados
entre sí, sino como complementarios. El Juicio a las Juntas es susceptible de
análisis desde prácticamente todas las asignaturas que he cursado hasta ahora, por
lo cual realizar un análisis objetivo de un tema que es para mí (asumo que para
todos) tan caro, es un ejercicio fortalecedor, y necesario para nuestro futuro
desempeño profesional.
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1.-LAS REFORMAS PREVIAS AL PROCESO

10 de diciembre de 1983: El presidente Raúl Alfonsín recibe el bastón de mando y la banda


presidencial de manos de Reynaldo Bignone, último presidente de facto.

Una de las grandezas del Juicio a las Juntas radica en que, para llegar al 22 de abril
de 1985, día de apertura de audiencias conforme al Art. 490 del Código de Justicia
Militar, hubo que recorrer un largo camino de reformas a códigos y leyes, a las
claras constitucionales, que a grandes rasgos sigue esta cronología que se detalla,
y cuya intención no era otra que asegurarles a las partes las garantías necesarias:
22/09/1983: el Poder Ejecutivo Nacional sanciona la Ley 22.924/83, la Ley de
Pacificación Nacional. Establece en su Art. 1°: “Decláranse extinguidas las acciones
penales emergentes de los delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o
subversiva, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982. Los
beneficios otorgados por esta ley se extienden, asimismo, a todos los hechos de
naturaleza penal realizados en ocasión o con motivo del desarrollo de acciones
dirigidas a prevenir, conjurar o poner fin a las referidas actividades terroristas o
subversivas, cualquiera hubiere sido su naturaleza o el bien jurídico lesionado. Los
efectos de esta ley alcanzan a los autores, partícipes, instigadores, cómplices o
encubridores y comprende a los delitos comunes conexos y a los delitos militares
conexos”.
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13/12/83: el recién asumido presidente Ricardo Alfonsín emite dos decretos:


157/83: Decreto de Persecución Penal a miembros de la Agrupación Montoneros.
Establece en su Art. 1°: “Declárase la necesidad de promover la persecución penal,
con relación a los hechos cometidos con posterioridad al 25 de mayo de 1973,
contra Mario Eduardo Firmenich; Fernando Vaca Narvaja; Ricardo Armando
Obregón Cano; Rodolfo Gabriel Galimberti; Roberto Cirilo Perdía; Héctor Pedro
Pardo; y Enrique Heraldo Gorriarán Merlo por los delitos de homicidio, asociación
ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados
contra el orden público, sin perjuicio de los demás delitos de los que resulten
autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices”.
158/83: Decreto de Juicio Sumario ante el Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas. Establece en su Art. 1°: “Sométase a juicio sumario ante el Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de la Junta Militar que usurpó el
gobierno de la Nación el 24 de marzo de 1976 y a los integrantes de las dos juntas
militares subsiguientes, Teniente General Jorge R. Videla, Brigadier General
Orlando R. Agosti, Almirante Emilio A. Massera, Teniente General Roberto E. Viola,
Brigadier General Omar D. R. Graffigna, Almirante Armando J. Lambruschini,
Teniente General Leopoldo F. Galtieri, Brigadier General Basilio Lami Dozo y
Almirante Jorge I. Anaya”. Indica además que el proceso será apelable ante la
Cámara Federal, previa aprobación de la reforma del Código de Justicia Militar. El
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas comienza el Juicio a los Militares el 28
de diciembre de 1983, ya que hasta la sanción de la ley 23049/ sólo los militares
podían juzgar a militares, sin importar el delito. Dictan prisión preventiva rigurosa
para Videla y Massera, dejando en libertad a Agosti.
La promulgación de estos dos decretos contribuyó a la “Teoría de los Dos
Demonios”, la cual afirmaba que durante el Proceso de Reorganización Nacional y
los años previos se dio un contexto de violencia generado por dos extremos: la
derecha, es decir el Estado, y la izquierda, representada por ERP y Montoneros. De
acuerdo al prólogo para el Nunca Más que se le atribuye a Ernesto Sábato,
"Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía
tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha
ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años
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debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas


Rojas y de grupos

similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del
derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales
ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y
en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de
seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía
saber mucho, le respondió con palabras memorables: "Italia puede permitirse perder
a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura 2". Esta teoría fue la que justificó en
definitiva el terrorismo de Estado, aduciendo que del otro lado también se
cometieron “excesos”, que los Montoneros también estaban entrenados para el
combate, y hago esta aclaración porque si bien no fue nombrada, fue la proposición
fáctica que presentó la defensa.
29/12/83: sanción de la Ley 23040/83, Abrogación de la ley 22924/83. Por ser
inconstitucional se la declara insanablemente nula. Establece en su Art. 2°: “La ley
de facto Nº 22.924 carece de todo efecto jurídico para el juzgamiento de las
responsabilidades penal, civil, administrativa y militar emergentes de los hechos que
ella pretende cubrir, siendo en particular inaplicable a ella el principio de la ley penal
más benigna establecido en el artículo 2º del Código Penal” El Art. 2° del Código
Penal por su parte indica que “si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuere
distinta de la que exista al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se
aplicará siempre la más benigna. Si durante la condena se dictare una ley más
benigna, la pena se limitará a la establecida por esa ley. En todos los casos del
presente artículo, los efectos de la nueva ley se operarán de pleno derecho”. La
abrogación implica la anulación de todos los efectos de la Ley, con lo cual los
liberados a raíz de ésta debían presentarse nuevamente ante el tribunal donde
tenían radicada la causa.
09/02/84: sanción de la Ley 23049/84, Reforma del Código de Justicia Militar.
El mismo pasa a entender sólo en delitos esencialmente militares (deserción,
insubordinación, abandono de guardia). Cualquier otro delito cometido por un
militar debía ser atendido por la Justicia Civil. Establece en su Art. 7°: “En

2
Nunca Más, prólogo a la Ed. 1984.
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tiempo de paz, contra los pronunciamientos definitivos de los tribunales milita-


res, en cuanto se refieren a delitos esencialmente militares se podrá

interponer un recurso que tramitará ante la Cámara Federal de Apelaciones


con competencia en el lugar del hecho que originó la formación del proceso”.
En el Art. 10° indica, entre otros puntos: “La Cámara Federal podrá ordenar la
remisión de proceso y fijar un plazo para la terminación del juicio; si éste fuera
excesivamente voluminoso o complejo, la Cámara señalará un término para
que se informe nuevamente con arreglo a lo dispuesto en el párrafo anterior.
Si la Cámara advirtiese una demora injustificada o negligencia en la tramita-
ción del juicio asumirá el conocimiento del proceso cualquiera sea el estado
en que se encuentren los autos”.
11/07/84: la Cámara Federal indica mediante acordada al Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas, que investigue si hubo un método en la violación de Derechos
Humanos, y si esto era responsabilidad de las Juntas Militares. Se les da 30 días
corridos para expedirse, y el 22 de agosto se le extiende el plazo a 30 días corridos
más.
25/09/84: el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas deja constancia de que las
acciones contra la subversión son inobjetables.
04/10/1984: ante la demora injustificada en el juicio por parte del Consejo Supremo
de las Fuerzas Armadas, y sobre la base de que sólo se le había dictado prisión
preventiva rigurosa al Almirante Emilio Massera, sin producir otras medidas útiles de
investigación, la Cámara Federal mediante Acordada 04/84 decide avocar al
Tribunal Militar. Según lo expresado en la misma: “Tal avocación importa no solo el
cumplimiento del imperativo legal ya mencionado, sino también una decisión que
atiende –frente a la expresión por parte del Consejo Supremo de su imposibilidad
de prever algún límite temporal a este juicio– al adecuado resguardo de garantías
constitucionales”3.
1985: los militares intentan evitar el juicio. Albano Harguindeguy, ex ministro del
Interior durante el Proceso de Reorganización Nacional, le ofrece al Gobierno la
posibilidad de renunciar a la prueba (algo que será abordado más adelante) a

3
Juicio a las Juntas Militares - Reseña de algunos antecedentes de la causa
(desaparecidos.org)
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cambio de una confesión de los militares de que los hechos de los cuales se los
acusaba fueron cometidos en nombre de la patria, evitando así el juicio público y la

condena histórica. Alfonsín le da a Strassera todas las garantías para que presente
una “prueba abrumadora”. Se fija la fecha de inicio de audiencias para el 22 de abril
de 1985.
Por lo demás, hubo algunas modificaciones al Código Penal, derogando las leyes
modificatorias promulgadas durante el Proceso de Reorganización Nacional, y al
Código de Procedimientos en Materia Penal, sobre las facultades del Procurador de
la Nación.

2.-EL JUICIO

Tapa del Diario Clarín del 22 de abril de 1985, día de apertura de audiencias del Juicio a las Juntas.

El proceso se llevó a cabo no de acuerdo a lo previsto por el Código de


Procedimientos en Materia Penal (Ley 2372/1888) sino por lo dispuesto por el
Código de Justicia Militar, modificado, como expuse anteriormente, a través de la
Ley 23049/84, dando cumplimiento al Decreto 158/83. En el mismo se deja expresa
constancia de dos cosas: la primera, “que la restauración de la vida democrática
debe atender, como una de sus primeras medidas, a la reafirmación de un valor
ético fundamental: afianzar la justicia4. Con este fin, corresponde procurar que sea

4
El mismo considerando aparece en el Decreto 157/83, con la salvedad de que la persecución penal
debe emprenderse “contra los máximos responsables de la instauración de formas violentas de
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promovida la acción penal contra los responsables de aprobar y supervisar


operaciones cuya ejecución necesariamente había de resultar violatoria de bienes
fundamentales de la persona humana tutelados por el derecho criminal” 5.
La segunda, que se mantendrá el procedimiento militar con apelación ante la justicia
civil garantizando así el cumplimiento del Art. 18° de la Constitución Nacional: “Que
corresponde respetar la competencia de ese tribunal en atención a la prohibición del
art. 18° de la Constitución Nacional de sacar al imputado del juez designado por la
ley con antelación al hecho; sin embargo, dado que el ser juzgado penalmente en
última instancia por un tribunal de índole administrativa constituye tanto un privilegio
como una desprotección para el procesado, ambos vedados por la Constitución, se
prevé enviar inmediatamente al Congreso un proyecto de ley agregando al
procedimiento militar un recurso de apelación amplio ante la justicia civil"6. A través
de esta modificatoria se establecía, además de la comparecencia ante la justicia civil
de militares que hubieran cometido delitos no mencionados en el Código, la
mecánica de las audiencias (Art. 7°, inc. 7).
Características del Sistema Acusatorio Mixto
Aun cuando se aplicó el Código Justicia Militar y no el Código de Procedimientos en
Materia Penal vigente al momento, el sistema de proceso penal es mixto. De
acuerdo a Velloso, este se define o bien como predominantemente acusatorio con
algunas pautas inquisitivas, o viceversa7. Ferrajoli por su parte lo define como
“predominantemente inquisitivo en la primera fase, escrita, secreta, dominada por la
acusación pública y exenta de la participación del imputado, privado de libertad
durante la misma; tendencialmente acusatorio en la fase sucesiva del
enjuiciamiento, caracterizada por el juicio contradictorio, oral y público con
intervención de la acusación y la defensa, pero destinado a convertirse en mera
repetición o escenificación de la primera fase 8”. Si bien las fases se atienen a esta
definición, puedo coincidir con Velloso en que, si bien el sistema utilizado en el
Juicio a las Juntas fue mixto, fue también predominantemente acusatorio: fue la

acción política, cuya presencia perturbó la vida argentina, con particular referencia al período
posterior al 25 de mayo de 1973”
5
Decreto 158/83, op. cit.
6
Decreto 158/83, op. cit.
7
Velloso Alvarado, A.: Lecciones de Derecho Procesal. adaptadas a la legislación procesal de la
Provincia del Neuquén por Andrés Repetto y Jorge Pascuarelli.
8
Ferrajoli, L.: Derecho y Razón, Ed. Trotta, 2014.
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Cámara Federal quien impuso la fase de instrucción escrita, pero todo el proceso
respondía a la necesidad de una sociedad apenas vuelta a la democracia de saber
la verdad, de ver a los represores juzgados y condenados. Y aún con una fase
escrita, lejos estuvo de ser secreta, o fue su intención quitarles garantías a los
acusados, sino todo lo contrario. El sistema utilizado se ajusta entonces a lo
expuesto en el presente cuadro:

Sistema Mixto con Tendencia Acusatoria. Fuente: González Duarte, Marcela: Principios Rectores del
Sistema Acusatorio. Tesis Doctoral, 2016.
Derecho Procesal Penal | Trabajo de Investigación– Raimondo Freire Cecilia Alejandra 10

Veremos a continuación los principios y garantías de este sistema.


Principios
Ferrajoli explica, en Derecho y Razón9, que existen dos tipos de garantías o
principios del proceso, las primarias y las secundarias. En cuanto a las primarias:
a) Nullum iudicium sinne accusatione, no hay juicio sin acusación: al igual que
en el sistema acusatorio, implica la imposibilidad de proceder de oficio por
parte del Juez. Esta imposibilidad se extiende a todos los actos del proceso, y
garantiza el derecho de defensa.
b) Nulla accusatione sinne probatione, no hay acusación sin prueba: implica que
la carga de prueba recae sobre el acusador, en este caso el Ministerio
Público Fiscal. La misma se lleva a cabo en la Fase de Instrucción, la cual de
acuerdo al sistema mixto es escrita y secreta, sin contradicción.
c) Nulla probatio sinne defensione, la prueba es nula si no hay defensa: es una
de las garantías que ofrece este sistema.
Por su parte, las garantías secundarias se dan en la Fase de debate pública, y
coinciden con los principios del proceso citados por Velloso 10
a) Inmediación, lo cual significa que las pruebas deben ser producidas en
presencia del juez -en este caso tribunal- para que tomen las decisiones.
Esto implica que el juez debe estar presente en todo momento.
b) Publicidad, salvo excepciones: éstas suelen guardar relación con el tipo de
delito, o la edad de la víctima. En el caso que nos ocupa, las audiencias
fueron públicas, e incluso televisadas, pero sin sonido, a pedido y por la
influencia que aún tenían los militares.
a) Oralidad, con la intención de que los planteos sean resueltos en audiencia.
En este caso además de los archivos estenográficos se conservaron cintas
en video de todas las audiencias. Como nota de color, las mismas se
encuentran, de todos los lugares posibles, en Oslo, junto a la Constitución
original de Noruega. Fueron llevadas por el tribunal para ponerlas a
resguardo para futuras generaciones.

9
Ferrajoli, Luigi: Derecho y Razón, op. cit.
10
Velloso Alvarado, A., op. cit.
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b) Concentración: las audiencias deben concentrar la mayor actividad procesal


e interrumpirse sólo por razones fundadas, principio replicado en la Ley
23049, que establece un plazo máximo de interrupción de 10 días por
razones de fuerza mayor, y establece la continuidad bajo la pena de nulidad.
c) Contradicción no como método de descubrimiento de la verdad, sino de la
verdad fáctica, es decir, las tesis que presentan las partes. Estas, en pie de
igualdad ante la ley -es decir con las mismas garantías- presentan tesis
contrapuestas, las cuales, debidamente fundadas, permiten al juez -en este caso
tribunal- tomar una decisión fundada e imparcial. Sobre las tesis de las partes
me referiré más adelante. A esto puede sumarse el principio de motivación
cognoscitiva de Ferrajoli, según el cual el juez conoce la verdad judicial o fáctica
a través de las pruebas o contrapruebas, fundamentando o no la hipótesis
acusatoria.
d) Celeridad del proceso, evitando demoras innecesarias. Exceptuando la que
motivó que la Cámara Federal de Apelaciones se hiciera cargo del proceso,
en este caso puede hablarse, en función de la cantidad de prueba producida,
de los testimonios, de la gravedad de los delitos y la cantidad de acusados,
de un juicio en tiempo récord: dio inicio el 22 de abril de 1985, y la sentencia,
apelada, fue confirmada por la Corte Suprema (modificando la calificación de
autor mediato por la de partícipes como cooperadores necesarios, entre otros
cambios que redujeron las penas) el 30 de diciembre de 1986, a poco más de
tres años del Decreto 158/83.

Garantías
Pese a lo expuesto en los alegatos de defensa, existieron para los acusados todas
las garantías constitucionales establecidas en el Art. 18° de la Constitución
Nacional, como así también en tratados de rango constitucional, como la
Declaración Universal de los Derecho del Hombre (1948) y el Pacto de San José de
Costa Rica (1967):
a) Juicio previo: nadie puede ser condenado sin juicio previo.
b) Irretroactividad de la ley (nullum crimen, nulla pœna sine lege): tanto el juicio
como la sentencia deben basarse en una ley anterior al hecho.
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c) Juez natural: prohibición de conformar tribunales ad hoc. Por este motivo


tanto el Decreto 158/83 como la ley 23049 establecen como tribunales
competentes, primero el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, y luego
la Cámara Federal.
d) Inviolabilidad de la defensa en juicio: se le asegura al individuo la defensa de
su persona y sus derechos. De los nueve acusados, sólo Videla intentó
renunciar a ese derecho, alegando que “no tenía nada de qué defenderse”,
por lo cual el Tribunal le asignó un defensor de oficio.
e) No ser obligado a declarar contra sí mismo: esta garantía implica también la
abolición de tormentos de toda índole para obligarlo a declarar contra sí
mismo. La declaración indagatoria es además un acto de defensa, no un
medio de prueba.
f) Principio de Inocencia: toda persona es inocente hasta que se demuestre lo
contrario.
g) Nom bis in idem: impide que un individuo sea perseguido más de una vez por
el mismo delito. Está implícito en la Constitución, pero expresado claramente
en el Código Penal. Los militares fueron acusados y condenados por delitos
que veremos más adelante, y vueltos a juzgar por otros que no formaron
parte de la acusación del Juicio a las Juntas, como el robo de bebés,
homicidio y tormento agravado contra otras víctimas.
h) In dubio pro reo: en caso de duda se favorece al reo; debe entenderse como
una extensión del principio de inocencia, y puede obedecer a que haya pocas
pruebas, por ejemplo, con lo cual lo natural es que al acusado se lo absuelva.
En el caso del Juicio a las Juntas, y atendiendo a ambos principios, se
absolvió a dos de los acusados por falta de pruebas que demostraran que
sus subordinados seguían cometiendo delitos del sistema ilegal de represión
ya establecido cuando ellos asumieron el poder.
Pese a ser calificada por la defensa como ilegal, el espíritu tanto el Decreto 158/83
como de la ley 23049/84 fue el de darles a los militares la posibilidad de juzgarse a
sí mismos, con todas las garantías procesales consagradas en la Constitución, y la
intervención del presidente del tribunal durante las audiencias abogó también en
este sentido.
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División del Proceso


Respetando estos principios, el Juicio a las Juntas se dividió a grandes rasgos en el
tiempo (y será analizado más adelante) de la siguiente manera:
 04 de octubre de 1984 a marzo de 1985: tras avocar al Consejo Superior de
las Fuerzas Armadas, la Cámara Federal de Apelaciones dispuso una faz
instructora escrita, junto al acopio de elementos documentales e informativos,
remisión de expedientes y demás medidas.
 21 de abril de 1985 a 14 de agosto de 1985: audiencias públicas.
 11 a 18 de septiembre de 1985: alegato de fiscalía.
 30 de septiembre de 1985 a 21 de octubre de 1985: defensas de las juntas
militares y ejercicio de derecho a réplica de los acusados.
 22 de octubre de 1985 a 8 de diciembre de 1985: deliberación del tribunal.
 9 de diciembre de 1985: lectura de la sentencia.
 30 de diciembre de 1986: la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirma
la sentencia apelada, con modificaciones.

3.-EL ROL DE LOS ACTORES PROCESALES EN EL JUICIO


De acuerdo a lo expuesto anteriormente, en el sistema penal mixto intervienen tres
actores procesales: dos desiguales, pero en pie de igualdad (esto es, gozando
ambos de todas las garantías del debido proceso) presentan a un tercero partial,
parcial e independiente dos tesis opuestas que deberán probar no la verdad, sino
una verdad fáctica. La importancia de esta distinción radica en que la verdad
absoluta per se no existe; lo que existe es todo aquello que el juez o tribunal pueda
ver y evaluar, ergo demostrado de manera incontrovertible.
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A-El Juez

El Tribunal del Juicio a las Juntas. De izquierda a derecha: Guillermo Ledesma, Ricardo Gil Lavedra,
Jorge Torlasco, León Carlos Arslanián, Andrés D’Alessio, Jorge Valerga Aráoz.

El tribunal de la Cámara Federal de Apelaciones se crea en la Asamblea del año


1813, sustituyendo a la Audiencia y fortificando la posibilidad de defensa material y
técnica11. Clariá Olmedo define al juez penal como aquel que gobierna el proceso
penal y decide en él, actuando en forma individual o colegiada. Tribunal penal
refiere al oficio o conjunto de oficios penales delimitado por criterios de
competencia. Ergo, es factible aplicar la primera definición para este tribunal, es
decir la de juez penal en forma colegiada.

CAMBIAR POR CLARIÁ OLMEDO!!!!


De acuerdo a Velloso12, Juez tiene deberes funcionales, los cuales a su vez se
dividen en esenciales y legales, y procesales.
Son deberes funcionales esenciales:
 Independencia: del poder político, de toda obediencia debida o prejuicio.
 Imparcialidad: vale decir que no tenga interés alguno en el proceso
 Lealtad: principio propio de las partes de mantener discreción en el desarrollo
del proceso, para evitar el escándalo jurídico -strepitus fori-, poniendo en
jaque la confiabilidad en el sistema judicial.
11
Clariá Olmedo, J.: Derecho Procesal Penal.Tomo I. Ed. Rubinzal Culzoni, 1998
12
Velloso Alvarado, A., op. cit.
Derecho Procesal Penal | Trabajo de Investigación– Raimondo Freire Cecilia Alejandra 15

 Ciencia: al Juez se le impone el conocimiento en grado suficiente como para


aplicarlo en forma eficiente, motivo por el cual los jueces son técnicos.
 Diligencia: referida a los tiempos de la justicia, y los tiempos establecidos
para cada parte del proceso.
 Decoro: respeto recíproco entre las partes y el juez, atendiendo además a
que la sentencia tanga además de la autoridad surgida de la ley, la autoridad
moral del juzgador.
Respecto al Tribunal de la Cámara Federal de Apelaciones que intervino en el Juicio
a las Juntas, estaba compuesto de seis jueces. Los integrantes se turnaban una vez
por semana para ocupar la presidencia del tribunal.
Son deberes funcionales legales:
 Relacionadas con el logro de un servicio eficiente: prestar juramento, residir
en el lugar donde tiene sede el tribunal, asistencia al despacho, suplencia de
otro juez, ausencia de causales de incompatibilidad.
Son deberes procesales de dirección:
 Sobre la actividad procesal:
 presidir todos los actos en los cuales deba intervenir su autoridad, actuar con
un secretario o secretarios, controlando los trámites pertinentes a la
secretaría y la labor de los secretarios;
 determinar el tipo de procedimiento, vigilando su tramitación y concentrando
diligencias procesales para garantizar la celeridad y economía del proceso;
 disponer diligencias para evitar nulidades, declarar caducidad del proceso,
fijar plazos procesales cuando la ley no lo haga, controlar pago de costas y
gastos.
 Sobre las partes intervinientes:
 excusarse con causa;
 mantener la igualdad de las partes, procurando de proceder su avenimiento
(conciliación);
 prevenir y sancionar actos contra la probidad, lealtad y buena fe procesal;
 cuidar el orden y decoro en los juicios;
 Sobre el litigio:
Derecho Procesal Penal | Trabajo de Investigación– Raimondo Freire Cecilia Alejandra 16

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