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293-CAL-2018

SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve


horas diecinueve minutos del tres de octubre de dos mil dieciocho.

El recurso de casación en análisis, ha sido interpuesto por el licenciado MARIO


ERNESTO SAMAYOA MARTÍNEZ, en calidad de Apoderado General Judicial del señor
ERAF, en contra de la sentencia pronunciada por la Cámara Primera de lo Laboral, a las ocho
horas cuarenta minutos del veintidós de junio de dos mil dieciocho, que conoció en apelación, de
la emitida por la Jueza de lo Laboral de Sonsonate, en el Juicio Individual Ordinario de Trabajo
promovido por el Defensor Público Laboral, licenciado EFRAÍN OLANO RUIZ, en nombre y
representación del trabajador, OGR, en contra del señor ERAF, reclamándole el pago de
indemnización por despido injusto y otras prestaciones laborales.

Efectuado el estudio del escrito de interposición del recurso se advierte, que la


providencia recurrida es una sentencia pronunciada por la Cámara Primera de lo Laboral, en la
que resolvió confirmar la emitida por el Juzgado de lo Laboral de Sonsonate, por considerar que
estaba dictada conforme a derecho, en un Juicio Individual Ordinario de Trabajo; así también, lo
reclamado en la demanda asciende a más de cinco mil colones o su equivalente en dólares de los
Estados Unidos de América, por tal motivo se estima, que la referida resolución judicial es de
aquellas que la ley califica procedente por la vía casacional. Arts. 586 inciso 1° del Código de
Trabajo, en adelante CT y 519 ordinal 3° del Código Procesal Civil y Mercantil, CPCM.

Determinado que el recurso reúne los requisitos de procedencia establecidos en los arts.
586 inciso 1° CT, y 519 ordinal 3° CPCM, se pro sigue con el análisis de los requisitos formales
de interposición, atinente a los elementos externos e internos propios del mismo.

Se observa, que el escrito fue presentado ante el Tribunal que dictó la resolución
impugnada, la cual se notificó por medio esquela a las 12:15h del 16-VIII-2018, por lo que
considerando los cinco días hábiles para el ejercicio del derecho, el plazo vencía el 23-VIII-8; de
tal manera, el recurso fue interpuesto en el plazo legal, es decir, el 23-VIII-18, el día de su
vencimiento, acompañado del comprobante de recibo de ingreso número uno tres cero cero ocho
cero cero seis seis, como constancia de haber depositado la suma a que se refiere el inc. 1° del art.
586 CT, en Fondos Ajenos en Custodia de la Dirección General de Tesorería del Ministerio de
Hacienda. Arts. 591 inc. 1° del Código de Trabajo y 525 del Código Procesal Civil y Mercantil.

De conformidad a los arts. 593 y 602 del Código de Trabajo, el análisis de las denuncias
casacionales tanto de forma como de fondo, se efectúa de acuerdo a lo prescrito en el art. 528
CPCM, en tal sentido, el impugnante está obligado a puntualizar e individualizar el motivo
genérico y específico invocado, arts. 587, 588 y 589 CT, así como las disposiciones legales que
se han calificado como infringidas, expresando de forma clara y concreta, los argumentos o la
explicación de cómo entiende el recurrente se ha producido la transgresión, sin obviar la absoluta
correspondencia con el vicio de fondo o forma que se está alegando.
De esa forma, en la exposición del escrito se advierte, que el recurrente fundamenta el
recurso en el motivo genérico de infracción de ley, y en los motivos específicos de aplicación
indebida de leyes, art. 463 CT; error de derecho en la apreciación de la prueba documental, art.
402 CT; error de hecho en la apreciación de la prueba, declaración de parte contraria, arts. 353
CPCM y 461 CT; y, error de derecho en la apreciación de la prueba testimonial, arts. 410 inc. 2°
CT y 356 CPCM.

Aplicación indebida de leyes. Art. 463 CT.

Para ilustrar a este Tribunal el recurrente expresó lo siguiente: “[...] En primera instancia
pedí que el proceso individual de trabajo que nos ocupa se dirimiera bajo las normas procesales
del Código de Trabajo, puesto que en nuestro criterio el Código de Trabajo es una ley especial
que prima sobre otras normas procesales, y que salvo excepciones, el aplicador de justicia debe
de hacer prevalecer el Código de Trabajo sobre otras normas en tal sentido oportunamente se
impugnó la decisión del juzgador de no aplicar el Art. 463 CT., para obtener la declaración ficta
del demandado; el señor Juez Aquo en cambio ordenó validar lo pedido por el señor defensor
público, citando al demandado a rendir declaración de parte contraria de conformidad con los
Arts. 345 y 348 del Código Procesal Civil y Mercantil (CPCM). [...]en suma, de haberse aplicado
la norma correcta, y evacuado un pliego de posiciones la patronal, indefectiblemente que el
resultado del proceso sería diferente, particularmente en torno a la presunción del despido, que no
ha sido probado.----Es por ello Honorable Cámara que considero habéis cometido infracción de
Ley por aplicación indebida de Leyes, al ratificar el criterio del juez A quo y agregar vuestro
propio criterio afirmando que la disposición legal del CT. ya no tiene aplicación práctica, lo que
es semejante a afirmar que la estaríais derogando sin tener facultades para ello. [...]”. (sic).

La infracción a que se refiere el impugnante resulta de subsumir los hechos que


constituyen el caso concreto, en la hipótesis de la norma, es decir, al encuadrarlos dentro de ella;
no obstante en el concepto planteado denota una circunstancia distinta o contraria a lo que debe
entenderse por aplicación indebida, pues el recurrente afirma que la Cámara en su sentencia
razonó que la figura de contestar el pliego de posiciones dentro del juicio laboral ya no encuentra
cabida ni desarrollo en la actividad práctica procesal laboral, a partir de la derogatoria del Código
de Procedimientos Civiles y vigencia del CPCM, agregando que el art. 602 CT permite su
aplicación; al respecto señala que expresó, que el art. 345 CPCM, no era aplicable al juicio
laboral; sin embargo, el A quo citó al demandado para que rindiera declaración de parte contraria
de conformidad a los arts. 345 y 348 CPCM; de lo anterior, es factible advertir, que la disposición
aplicada por el juzgador (primera instancia), cuyo criterio fue avalado por el Ad quem, fue el art.
345 CPCM y no el art. 463 CT; por tanto, es errado por parte del abogado Samayoa Martínez,
alegar aplicación indebida de la última disposición, pues la misma claramente según lo expuesto
no fue aplicada y ahí radica su inconformidad; en consecuencia lo expuesto no guarda relación
con la infracción de aplicación indebida, por lo que impone declarar inadmisible el sub-motivo.

Error de derecho en la apreciación de la prueba documental. Art. 402 CT.

En esta oportunidad el concepto del yerro lo expresó así: “[...] Vos Honorable Cámara, en
vuestra sentencia, (apartado 5.3.3) habéis ratificado lo actuado por el señor Juez A quo, que en su
sentencia se negó a aplicar la norma que considero infringida, y en su defecto se basó en los Arts.
318 y 319 del CPCM, para desestimar toda la prueba documental presentada, no obstante que la
misma consistía en documentos privados y documentos autenticados estrictamente atinentes al
caso que se estaba juzgando, de tal manera que al haber desestimado toda la prueba documental
válidamente agregada, nuevamente colocaste al ciudadano demandado en un estado de
indefensión, sin posibilidad de resguardar sus derechos, y nuevamente infringiste la ley al
confirmar las actuaciones del señor Juez Aquo, y expresar vuestro propio criterio en el mismo
sentido, al negarse a aplicar en la sentencia, ley vigente, es decir el Art. 402 del CT., que
reconocía el valor probatorio de los documentos válidamente agregados al proceso; al ratificar lo
actuado por la primera instancia no tomaste en cuenta que el rechazo de la prueba conforme a las
normas del CPCM, entraba en contradicción con lo resuelto por el mismo juzgado, quien por
resolución de las doce horas treinta minutos del día veinte de marzo de dos mil dieciocho,
admitió la prueba documental conforme a las reglas de CT., y posteriormente en la sentencia la
rechaza conforme a las reglas de CPCM., no obstante que la prueba era pertinente al guardar
relación con el objeto del proceso, idónea y no superflua, y que: la prueba en si consistía en
documentos legítimamente obtenidos.---Con la prueba documental consistente en documentos
privados y documentos autenticados no redargüidos por la otra parte o señalados de falsedad,
quedó ampliamente demostradas las dos excepciones: que oportunamente se opusieron en este
proceso, es decir la de “temporalidad de las labores y del contrato de trabajo” y “prescripción de
la acción intentada”, como hechos relevantes que demuestran la terminación de la relación
laboral, no por despido, como erradamente lo afirmáis en vuestra sentencia; a este respecto, vos
Honorable Cámara resolviste que según el Art. 25 Inciso segundo del CT., solo el contrato de
trabajo escrito es permisible por la ley para probar la temporalidad de las labores del trabajador
demandante; [...] por estas razones Honorable Cámara habéis cometido Error de Derecho en la
apreciación de la prueba documental, la cual ni siquiera considerasteis en la sentencia y solo te
conformaste a confirmar lo actuado, bajo vuestro propio criterio, pretendiendo aplicar de manen
parcial la sentencia de la Sala de lo Civil. [...]”. (sic).

El argumento del recurrente se encamina a poner de manifiesto que la Cámara ratificó lo


actuado por el A quo en relación a que desestimó la prueba documental presentada conforme a
las reglas del CPCM; afirma, que con los documentos privados y autenticados quedó demostrada
la temporalidad de las labores, del contrato de trabajo y la prescripción de la acción intentada, en
tanto que el trabajador laboró hasta el treinta y uno de octubre de dos mil diecisiete, según consta
en la prueba documental, circunstancia ratificada con la declaración del demandado; al final
sostiene que la Cámara ha cometido error de derecho en la prueba documental la que no
consideró en la sentencia sino únicamente confirmó lo actuado bajo su propio criterio.
El error de derecho en la apreciación de las pruebas se configura, cuando el juzgador no
da a los medios de prueba impugnados el valor que por ley se le atribuye; por lo que el error de
derecho recae directamente en la apreciación de la prueba, al no aplicarse o aplicarse mal la
medida que establece la ley en cada caso, ya sea otorgándose un valor en mas o en menos del que
corresponde.

De lo anterior se infiere que para que se produzca el error es indispensable que exista
valoración de la prueba por parte del tribunal de conocimiento, para este caso de la Cámara; sin
embargo, el impugnante en su exposición se refiere a que el Ad quem resolvió de conformidad al
inc. 2° del art. 25 CT, en el sentido que sólo el contrato de trabajo escrito es permisible por la ley
para probar la temporalidad de las labores, y dejó de lado explicar cómo o de qué manera en el
análisis de la prueba documental no le otorgó el valor que tiene la referida prueba en el
ordenamiento jurídico, así como describir la misma; tanto así que, en la parte final del argumento
enfatiza que ni siquiera la consideró en la sentencia; en conclusión, dada la omisión en la
exposición del agravio, este Tribunal deberá declarar inadmisible el sub-motivo.

Error de hecho en la apreciación de la prueba (declaración de parte contraria) al


considerarla sin relación a otras pruebas. Arts. 353 CPCM y 461 CT.

Este sub-motivo lo explicó de la manera siguiente: “[...] Vos Honorable. Cámara, en el


apartado 6 de vuestra sentencia, en las pocas líneas que dedicáis al análisis de la prueba de la
“declaración de parle contraria” (tomando como base que esta fuera procedente) te limitas a
ratificar lo actuado por el señor Juez Aquo, y agregas que el resultado de esta declaración fue
adversa a los intereses de la parte actora, reconociendo que el demandante laboró hasta el 31 de
octubre de 2017, y que no LO DESPIDIO, lo que naturalmente consta en la prueba documental
ilegalmente desestimada; no obstante, en vuestra sentencia erráis cuando consideráis la
declaración de parte contraria en forma aislada de la prueba documental que la complementa, y
además anteponéis en vuestra sentencia lo dicho por el testigo señor GR, no obstante las
impropiedades de su declaración; el claro y manifiesto interés que tenía en el proceso en el cual
declaraba y consecuentemente su parcialidad, las contradicciones y especialmente el haber
mentido al declarar que no tiene interés en el juicio y que no era demandante del mismo patrono.
(cuando es de vuestro conocimiento, porque está probado en este incidente que nos ocupa, que el
testigo, señor FAGR, (quien también tire testigo de cargo en el proceso 31-18-IO, supra
relacionado) si es demandante del mismo patrono y en el mismo tribunal laboral de Sonsonate, en
el juicio Ref. 28-18-C4, del que también habéis conocido en apelación por sentencia condenatoria
dictada por el señor Juez de lo Laboral de Sonsonate) lo que demostré en el juicio principal y lo
manifesté ante esta Cámara; de tal manera que en vuestro criterio lo declarado por el demandado
y la prueba documental agregada que lo complementa, cede ante el dicho del testigo señor GR, de
cuyos señalamientos ampliamente especificados habéis hecho caso omiso en vuestra sentencia.
[...]”. (sic).

El art. 353 del Código señala que “el juez o tribunal, podrá considerar como ciertos los
hechos que una parte haya reconocido en la contestación al interrogatorio, si en ellos hubiera
intervenido personalmente, siempre que a tal reconocimiento no se oponga el resultado de las
otras pruebas. En lo demás, el resultado de la declaración se apreciará conforme a las reglas de
la sana crítica”

Esta disposición parte de suponer que cuando el interrogatorio ha arrojado la afirmación


de uno o más hechos por la parte declarante, estos tendrán, en efecto, un valor probatorio; esto
significa que no se valorarán libremente o conforme a las reglas de la sana crítica, sino que
quedarán fijados como hechos probados; no obstante la aplicación de esta regla requiere dos
requisitos: el primero, deben ser personales y perjudiciales, no favorables al declarante (o a su
representado); el segundo, para que la prueba resulte decisiva (tasada) es que dicha declaración
de parte concurra como único medio de prueba en ese proceso, es decir, sin ninguna otra que
pueda contrariarla, o que de obrar otras pruebas, de igual o distinta índole, ninguna de ella
suministre hechos contrarios a los declarados por la parte. Si no fuese así y si el resultado de la
declaración se opone al de otras pruebas, automáticamente el valor tasado de aquélla cede y
queda sin efecto; es decir, debe valorarse conjuntamente con todas las pruebas conforme a las
reglas de la sana crítica.

Se hacen estas consideraciones acerca de la norma que se ha citado como infringida en


virtud que el abogado recurrente alega que la valoración de la declaración de parte se hizo en
forma aislada sin relación con otras pruebas, y al respecto relaciona la prueba testimonial y
documental; pero únicamente relaciona que el Ad quem en su sentencia estimó que el resultado-
de la declaración- fue adverso a los intereses de la parte actora; ahora bien, en caso de existir
hechos que le favorecían al sujeto declarante y que debían valorarse de conformidad a la sana
crítica, estos debieron expresarse en el sub-motivo, pues caso contrario, se desconoce el valor
probatorio que con alguna posibilidad aportaba el análisis de la declaración de parte contraria en
conjunto con la prueba documental y testimonial; es más, en la última parte de la exposición el
recurrente pone de manifiesto que la prueba documental priva sobre la testimonial; agrega
también que el art. 353 CPCM, limita el reconocimiento de los hechos provenientes del
interrogatorio; circunstancia que constituye un contrasentido pues precisamente el supuesto yerro
de la Cámara se ha alegado con dicha disposición.

Dicho lo anterior, el sub-motivo deberá declararse inadmisible por el art. 353 CPCM, en
virtud de la falta de fundamentación del mismo.

Para justificar la infracción al art. 461 CT, el recurrente dijo lo siguiente:”[...] En


este mismo apartado de vuestra sentencia, encajo el argumento de que al confirmar lo actuado por
el señor juez Aquo, y dejar de aplicar el Art. 461 CT., (a fin de cerrar toda posibilidad de contra
argumentación en tribunal de alzada), nuevamente violáis la ley por omisión, pues la norma en
los juicios laborales manda que la prueba se valore de conformidad con la sana crítica; método de
sana crítica que ha sido ratificado en su aplicación en reiteradas sentencias de la Honorable Sala
de lo Civil, Vrg. 19 de julio de 2005, Ref: RE-123-2004; 16 de mayo de 2000; Ref: 337-2000; y
25 de febrero de 2005; Ref 178-C-2004, donde inclusive el alto tribunal ha sometido a
enjuiciamiento el mismo método de sana crítica, particularmente en los casos de pruebas
testimoniales, cuando el juzgador de modo flagrante y notorio falta a las reglas del criterio
racional, estimando de modo irracional, arbitrario y abusivo, la prueba aportada en discrepancia
con los criterios válidos de la sana crítica; de tal manera que al evadir aplicar la norma infringida
y evitar su cumplimiento os achaco que habéis incurrido en Error de Hecho en la apreciación de
la prueba de la declaración de Parte Contraria, y que esto ha traído como consecuencia paralela
que de manera ilegal y subterfugia se amplíe el supuesto tiempo de trabajo y se acredite el
supuesto despido, imprimiéndole carácter de permanente a un trabajador temporal.----Por tanto,
es necesario que el alto tribunal de alzada defina los patrones procesales a que ha de atenerse la
jurisdicción inferior en el futuro, en materia laboral, pues estamos en una clara incertidumbre en
las actuaciones de los diferentes tribunales de primera y de segunda instancia que conocen en
materia laboral, quienes están aplicando sus propios criterios absolutamente desuniformes entre
tribunales, probablemente contradictorios, e inclusive apartados de la ley. [...]”. (sic).

El argumento con respecto a este precepto es genérico, pues únicamente hace referencia a
que el Ad quem incurrió en el error de hecho en la apreciación de la prueba de declaración de
parte contraria, haciendo referencia a la valoración de la prueba de conformidad a la sana crítica;
no obstante, el yerro atribuido a la Cámara únicamente es posible alegarlo cuando la declaración
de parte contraria-antes confesión- no ha sido apreciada en relación a otras prueba, supuesto que
se estudió en el apartado anterior con motivo del art. 353 CPCM, por tal razón este sub-motivo
tampoco en admisible por la disposición alegada.

Error de derecho en la apreciación de la prueba testimonial.


Art. 410 inc. 2° CT.

El inciso de la disposición legal establece una regla que excluye de la credibilidad al


testigo vario o contradictorio y a los falsos y habituales; la que el recurrente afirma no aplicó el
Ad quem, al haberle dado valor probatorio absoluto a un testigo que afirma tenía esas
características; en ese sentido, lo que alega el impugnante es la omisión en la aplicación del
inciso del art. 410 CT por parte de la Cámara, circunstancia que no es propia del error de derecho,
pues tratándose del yerro en la valoración de la prueba testimonial sólo puede darse cuando el
juzgador analiza el medio probatorio mediante un argumento que adolece de sentido o que es
contrario a la razón, es decir, absurdo; cuando la apreciación es excesiva o indebida se le
denomina abusiva; y cuando al actuar sigue su voluntad o capricho sin ajustarse a las leyes o a la
razón, es arbitraria.

No obstante, el planteamiento del recurrente se ciñe en relación a que el testigo no


merecía fe por ser claramente contradictorio y por demostrar interés dentro del proceso; en
seguida relaciona pasajes de la deposición del testigo, con los que a su juicio muestra la falta de
credibilidad del mismo por las contradicciones e interés en el proceso; de esa forma, su
argumento se dirige a evidenciar las supuestas contradicciones en el dicho del testigo y no contra
el análisis probatorio realizado por la Cámara en su sentencia, pues de ninguna manera explica
cómo o de qué manera el Ad quem propició la infracción en la valoración que hizo de la prueba
testimonial; en consecuencia, el sub-motivo también es inadmisible por no haberse configurado
apropiadamente, y así deberá declarase.

Art. 356 CPCM.

En este apartado el abogado Samayoa Martínez sostiene similar argumento al del precepto
anterior; así mismo expresa que la Cámara citó el tema del parentesco del testigo para sustentar el
criterio de no afectación al proceso; no obstante, se limita a enfatizar que el Ad quem ratificó la
sentencia del A quo aun cuando este debió desestimar la declaración del testigo como
oportunamente se le solicitó, lo que no resolvió, y omite manifestar el por qué del error atribuido
a la Cámara, es decir, por qué el análisis fue fallido; adicional a ello, no hace referencia a cuál
regla de credibilidad contenida en la disposición fue afectada por parte del tribunal, esto en virtud
que contiene varios incisos; por ende, dada la falta de fundamentación el sub-motivo es
inadmisible y así deberá declararse.

Por las argumentaciones expuestas, y conforme a lo establecido en los arts. 586, 591, 593
y 602 CT., y arts. 528 y 530 Código Procesal Civil y Mercantil, esta Sala RESUELVE: I)
INADMÍTESE el recurso por la causa genérica de infracción de ley y los motivo específicos:
aplicación indebida de leyes, art. 463 CT; error de derecho en la apreciación de la prueba
documental, art. 402 CT; error de hecho en la apreciación de la prueba, declaración de parte
contraria, arts. 353 CPCM y 461 CT; y, error de derecho en la apreciación de la prueba
testimonial, arts. 410 inc. 2° CT y 356 CPCM; II) Ordénase a la Cámara Primera de lo Laboral,
entregue al trabajador OGR la cantidad de ciento catorce dólares veintinueve centavos de dólar
de los Estados Unidos de América, en concepto de indemnización por la interposición de este
recurso, depositada por el licenciado MARIO ERNESTO SAMAYOA MARTÍNEZ, en calidad
de Apoderado General Judicial del señor ERAF, por medio del recibo de ingreso número UNO
TRES CERO CERO OCHO CERO CERO SEIS SEIS; y, III Vuelvan los autos al Tribunal de
origen con certificación de esta resolución para los efectos legales correspondientes.

Notifíquese.

PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.

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