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PROMUEVE DEMANDA DE DAÑOS Y PERJUICIOS

Sr. Juez:

LEZCANO JUAN SIMON, con DNI 31.442.047, por derecho propio,


con el domicilio real en la Av. Santa Fe Nº 4820, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, con el patrocinio letrado de la Dra. Nadia Carolina Bravo
inscripta al Tº 129 Fº 657 del CPACF, CUIT Nº 27-36992934-3,
constituyendo domicilio legal a todos los efectos legales en la Av. Roque
Sáenz Peña 710, piso 1º, oficina “H” (4326-1007/15-6039-1362) de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, email:
bravonadiacarolina@gmail.com, denunciando domicilio electrónico en
27369929343, me presento y respetuosamente a V. S. digo:

I.- OBJETO

Que vengo a entablar por la presente, demanda de daños y perjuicios


contra: A) VUELTA DE ROCHA S.A., con domicilio en la calle Carlos F.
Melo Nº 252, Ciudad Autónoma de Buenos Aires; y/o quien resultare ser
el titular del vehículo COLECTIVO LÍNEA 64 INTERNO 11; y/o contra
quienes en definitiva resulten ser propietarios y/o poseedores y/o
tenedores y/o usuarios y/o usufructuarios y/o civilmente responsable del
vehículo COLECTIVO LÍNEA 64 INTERNO 11, a la fecha del hecho ilícito
por el que se reclama (09/03/2019), por un monto de PESOS UN
MILLON CIENTO TREINTE Y SIETE MIL ($1.137.000) en concepto de
daños y perjuicios –cuyo detalle se desarrolla en el capítulo siguiente de
“Liquidación” a cuyo detalle nos remitimos-, y/o lo que en más o en
menos determine el prudente criterio de V.S. de acuerdo a las resultas de
las probanzas a rendirse en autos; todo con más los intereses que se
devengaran calculados desde la ocurrencia del hecho dañoso hasta el
efectivo cumplimiento de la condena, y a la doble tasa activa promedio del
Banco de La Nación Argentina; o los que en más o en menos también
considere apropiados el Juzgador en tal concepto; como así también los
acrecidos que correspondan liquidarse y percibirse hasta el momento del
efectivo pago. Se solicita además actualización monetaria a fin de
mantener incólumne el contenido patrimonial de la indemnización de
manera tal de que no se vea empobrecida por efecto de la actual
geométrica y creciente inflación.
Todo ello en base a las consideraciones de hecho y de derecho que a
continuación se exponen.

II. INSTANCIA DE MEDIACIÓN

Que tal como emerge de la documentación que se adjunta, dejamos


constancia de haber agotado la instancia obligatoria de mediación acorde
Ley 26.589, llevada a cabo ante el Mediador Dra. Rossanna Luisa Beatriz
Fernández, HAB. REGMED MJYDHN 3257, en sus oficinas sito en la calle
Uruguay 775, piso 11 Oficina “A”, de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, y en la cual no pudo arribarse a ningún acuerdo con los
demandados.

III.- CITACION EN GARANTIA

Resultando que el vehículo colectivo línea 64, interno 11, comprometido


en la presente, se encontraba asegurado a la fecha del hecho ilícito por el
que se reclama, en ESCUDO SEGUROS S.A, con domicilio en la calle
Avenida Corrientes 330, Piso 4, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
solicito se cite en garantía a la nombrada (conf. art. 118 de la Ley 17418),
y oportunamente se haga extensiva la condena contra ésta, en su carácter
de aseguradora del rodado de la parte demandada.

IV.- LOS HECHOS

El accidente que motiva la presente demanda se produjo el día 09 de


marzo de 2019, siendo las 13:27 hs., aproximadamente.

El Sr. Lezcano, se encontraba parado sobre la senda peatonal del Metro


Bus ORO, Centro de Transbordo Pacifico, ubicado en la Intersección de la
calle Godoy Cruz y Avenida Santa Fe, de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, cuando de pronto procedió a mirar tanto hacia su izquierda como a
su derecha, a fin de cerciorarse que el cruce se encontrara expedito. No
había, en ese momento, obstáculo alguno que impidiera el cruce seguro.
El colectivo de la línea 64, interno 11, se encontraba a gran distancia de
dicha esquina, por lo que con la prioridad que le otorgaba el hecho de ser
peatón y tener el expedito el paso el Sr. Lezcano inicio el cruce de la calle
Godoy Cruz. Iniciada la marcha y habiendo caminado unos metros, el
mismo fue violentamente impactado por el colectivo de la línea 64, interno
11, el cual circulaba a gran velocidad de forma absolutamente
desaprensiva y claramente imprudente.

El Sr. Lezcano fue fuertemente impactado por el colectivo de la línea 64,


interno 11, Empresa Vuelta de Rocha S.A., cayendo fuertemente sobre la
cinta asfáltica quedando caído en el asfalto de decúbito lateral izquierdo,
el chofer del colectivo, se bajó del vehículo lo observó en el suelo, sin
embargo no asistió al Señor Lezcano, como así tampoco le proporciono los
datos del colectivo y seguro, continuando con su recorrido habitual,
ignorando completamente el estado de salud de Lezcano.

En el lugar del accidente, personan que circulaban por la zona se


acercaron a asistirlo, y dos de los testigos que observaron el siniestro,
procedieron muy amablemente a trasladarlo en Taxi al Hospital General
de Agudos Doctor Juan A. Fernández, de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.

Al arribar al nosocomio mencionado, fue asistido por profesionales


médicos, los cuales le realizaron los análisis de rigor y las primeras
curaciones; también le realizaron placas radiográficas y le recetaron
analgésicos para calmar sus dolencias. Los galenos determinaron que
padecía varios politraumatismos de consideración consecuencia de los
golpes que sufrió en el siniestro relatado en autos, y le prescribieron
permanecer en reposo por 48 hs.

Siendo que el actor continuaba con las dolencias y molestias físicas, días
posteriores al accidente, decidió asistir nuevamente por sus propios
medios al Hospital General de Agudos Doctor Juan A. Fernández a los
fines de recibir atención médica y que le receten algún calmante para
aliviar sus dolores. En el Hospital mencionado, le realizaron nuevamente
estudios de rigor, le recomendaron la utilización de collar philadelphia por
el término de 10 días, como asimismo tratamiento en la especialidad
traumatológica/ kinésica.

Al día de hoy, el actor continúa en tratamiento en la especialidad


traumatológica/kinésica, en virtud del síndrome vertiginoso que sufre al
realizar las tareas cotidianas del día, y de los diversos dolores que aun
padece en los sectores columna cervical, hombro y rodilla izquierda, parte
pélvica, costilla izquierda, como consecuencia del accidente de autos.
Vale destacar que antes del lamentable infortunio, el actor no sufría estas
dolencias y las mismas surgen a partir del infortunio vivido.

V. COMPETENCIA

Que V.S. resulta competente para entender en estos autos en razón de


reclamarse los daños y perjuicios derivados de un accidente de tránsito
acaecido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y tener la demandada y
citada en garantía su domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
ello es así, toda vez que conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del
art. 118 de la ley 17.418 la demanda puede ser interpuesta ante el juez
del lugar del hecho o el del domicilio del asegurador y/o demandado.

VI. ACTUACIONES PENALES

Como consecuencia del hecho, se iniciaron actuaciones caratuladas


Lesiones Culposas Art. 94 CP., con la intervención del Juzgado Fuero
Penal Contravencional y de Faltas Juzgado Nº 8, A/c del Dr. Vence
Maximiliano, Secretaria A/C del Dr. Valdivia, en donde resulta
damnificado el Sr. Lezcano Juan Simón.

VII.-CULPABILIDAD

“Se presume la culpa de quién actúa como agente activo del choque, o sea
el que embiste o atropella produciendo con su impulso el impacto.”-
CC0000 TL 7969 S 19-8-1986, Juez MACAYA (SD) CARATULA: Calvo,
Julio c/ García, M. y Giambrone, C. s/ Daños y perjuicios MAG.
VOTANTES: Macaya – Casarini Suares

Fuente: BASE JUBA FALLOS OFICIALES Autor: BASE JUBA FALLOS


OFICIALES, Voces Encontradas: Accidente de tránsito - Base - Choque -
Comercial - Culpa - Daños – Vehículo

Jurisprudencia Sintetizada. Base JUBA. Ref. Fallos Sumarios Oficiales.


Base JUBA. Materia: Civil y comercial Sumario: B2200382 Voces:
Accidente de tránsito - Vehículo embistente.

Según las presunciones "hominis" que ha admitido la praxis


jurisprudencial y la doctrina -suficientemente conocidas-, cabe presumir
que es culpable el conductor del automotor que embiste a otro;
presunción que es susceptible de ser desvirtuada por prueba en
contrario.- CC0000 TL 7947 S 30-10-1986, Juez SUARES (SD)
CARATULA: Getino, Oscar A. c/ Estancia El Rocío y/o Pascual Serrago
y/o José Ibañez s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES: Suares -
Casarini - Macaya

Fuente: BASE JUBA FALLOS OFICIALES Autor: BASE JUBA FALLOS


OFICIALES

Voces Encontradas: Accidente de tránsito - Automotor - Base - Comercial


- Conductor - Culpa - Daños - Doctrina - Presunción - Prueba - Vehículo

Jurisprudencia Sintetizada. Base JUBA. Ref. Fallos Sumarios Oficiales.


Base JUBA. Materia: Civil y comercial Sumario: B2201856 Voces:
Accidente de tránsito - Vehículo embistente.

CARGA DE LA PRUEBA ~ CULPA DE LA VICTIMA ~ DAÑOS Y


PERJUICIOS ~ EXIMICION DE RESPONSABILIDAD ~ PRESUNCION ~
PRESUNCION DE CULPA ~ PRUEBA ~ RESPONSABILIDAD DEL
EMBISTENTE

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala HFecha:


05/12/2008, Partes: Cardozo, Eduardo c. Hausbauer, Cynthia María y
otros, Publicado en: La Ley Online; Sumarios:

“Resulta responsable el conductor del automóvil que embistió a un peatón


en ocasión de encontrarse cruzando la calle, dado que de acuerdo a lo
previsto por el art. 1113 del Código Civil su responsabilidad se presume y
no se ha demostrado la culpa de la victima que pudiera interrumpir el
nexo de causalidad adecuada con aptitud suficiente para producir la
liberación total o parcial de la conductora del vehículo embistente.”

CARGA DE LA PRUEBA ~ CULPA DE LA VICTIMA ~ DAÑOS Y


PERJUICIOS ~ PRUEBA

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala H Fecha:


02/12/2008, Partes: Eichorn, Mario Enrique y otro c. Otero, José Antonio
y otros Publicado en: La Ley Online; Sumarios:

“Es procedente la acción de daños y perjuicios incoada por un peatón


contra el conductor que lo embistió cuando cruzaba la calle, pues éste no
ha logrado acreditar la alegada culpa de la víctima, prueba a su cargo.”
ACCIDENTE DE TRANSITO ~ AUTOMOTOR ~ DAÑOS Y PERJUICIOS ~
PEATON ~ RESPONSABILIDAD OBJETIVA

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala B, Fecha:


24/11/2008, Partes: Furs, María Florencia c. Britez, Jorge Alejandro y
otros. Publicado en: La Ley Online. Sumarios:

“El conductor del automóvil que embistió a un peatón resulta responsable


de modo exclusivo por los daños y perjuicios derivados del accidente, ello
en virtud del riesgo propio de la cosa peligrosa y la desatención que le
habría impedido mantener el adecuado gobierno del rodado, y si bien el
emplazado invocó la existencia de un obrar culposo de la víctima, omitió
acreditar tal circunstancia.”

ACCIDENTE DE TRANSITO ~ AUTOMOTOR ~ CULPA DE LA VICTIMA ~


DAÑOS Y PERJUICIOS ~ EXCESO DE VELOCIDAD ~ INCAPACIDAD
SOBREVINIENTE ~ INDEMNIZACION ~ PEATON ~ RESPONSABILIDAD
CIVIL ~ RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL ~ RESPONSABILIDAD
OBJETIVA ~ VALUACION DEL DAÑO

Tribunal: Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil y Comercial de La Plata,


sala I

Fecha: 14/02/2008, Partes: Tolosa, Francisco c. Castrogiovanni, Miguel


Angel

Publicado en: La Ley Online; Sumarios:

“Debe responsabilizarse en forma exclusiva al automovilista que embistió


a un peatón por los daños y perjuicios derivados del accidente, pues, si
bien la víctima emprendió el cruce de la calle en diagonal y fuera de la
senda peatonal, el conductor, pese a haberla divisado unos metros antes
de embestirla, mantuvo el vehículo a una elevada y antirreglamentaria
velocidad, y omitió adoptar las medidas precautorias a fin de evitar el
infortunio.”

“A efectos de determinar el quantum de la indemnización por incapacidad


sobreviviente, no deben aplicarse métodos matemáticos, pues, lo que cabe
tener en cuenta son las circunstancias personales de la víctima, el grado
de incapacidad otorgado por el perito como elemento referencial y la
reparación que tal minusvalía proyecta sobre todas las actividades del
sujeto afectado.”
ACCIDENTE DE TRANSITO ~ CONDUCTOR DEL AUTOMOTOR ~ DAÑOS
Y PERJUICIOS ~ EMBISTENTE ~ PEATON ~ RESPONSABILIDAD DEL
EMBISTENTE ~ SENDA PEATONAL

Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mercedes, sala


II

Fecha: 05/02/2008, Partes: Mancini, Jorge Mario y ot. c. Tomasini, Julio


Miguel y ot. S/daños y perjuicios. Publicado en: LLBA 2008 (mayo), 437
Sumarios:

“El conductor de un vehículo que embistió a un menor cuando cruzaba la


calle resulta responsable en forma exclusiva por los daños y perjuicios
ocasionados, ya que la conducta del niño no fue irregular ni desprevenida,
pues, cruzó la avenida caminando por la esquina, sumado a que se
trataba de un ámbito barrial y la visibilidad era óptima.”

Jurisprudencia Sintetizada. Base JUBA.

Ref. Fallos Sumarios Oficiales. Base JUBA. Materia: Civil y comercial


Sumario: B1950092 Voces: Accidente de tránsito - Peatón distraído.

“Resulta responsable el conductor de un vehículo que en circunstancias


de observar persona corriendo por el costado de la ruta no previó la
posibilidad de que cualquiera de ellas pudiera intentar su cruce. Un
automovilista profesional, y aun cualquier automovilista, con tiempo y
lugar necesarios, debe estar atento para realizar el frenaje y maniobras
adecuadas para evitar el accidente o detener el auto o sacarlo de la ruta a
la banquina.” CC0001 SM 29232 RSD-20826- S 11-7-1991, Juez UHART
(SD) CARATULA: Becerra c/ Scongio s/ Daños y Perjuicios MAG.
VOTANTES: Uhart - Biocca - Olcese UTSUPRA: A00145862565.

Fuente: BASE JUBA FALLOS OFICIALES Autor: BASE JUBA FALLOS


OFICIALES

Jurisprudencia Sintetizada. SCBA. Provincia de Buenos Aires. Ref.


Sumarios. SCBA. Provincia de Buenos Aires. Fuero: Civil y Comercial
B1351083 ACCIDENTE DE TRANSITO - CONDUCTA DE LA VICTIMA.

“La circunstancia que la víctima no observe estrictamente las


disposiciones del tránsito (peatón que caminaba por la banquina en el
mismo sentido del tránsito) no autoriza a que se la embista impunemente.
La infracción de las leyes de tránsito no implica la culpa del infractor
desde el punto de vista civil.” (A. y S. 1960-IV-278; 1961-II-1e y 116).
CC0101 MP 87724 RSD-162-94 S 2-8-94, Juez RAMIREZ (SD)
CARATULA: Camacho, Lucia c/ Mazzota, Pio s/ Daños y perjuicios
UTSUPRA: A0031593199.-

Fuente: Base JUBA - SCBA. Jurisprudencia de la Provincia de Buenos


Aires. Autor: JUBA – SCBA

VIII.- RESPONSABILIDAD

Responsabilidad significa calidad o condición de responsable y la


obligación de reparar y satisfacer, por si o por otro, toda pérdida, daño o
perjuicio que injustamente se hubiere ocasionado. La Responsabilidad
Civil de los demandados en autos por el hecho dañoso, resulta palmaria
atento las siguientes consideraciones, fácticas y jurídicas:

1. RESPONSABILIDAD DEL DUEÑO Y GUARDÍAN DEL VEHICULO


(RESPONSABILIDAD OBJETIVA).

Conforme la Doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la


Nación, en el fallo pronunciado con fecha 22-7-87 en la causa ("Entel
c/Provincia de Buenos Aires" ( publicado en la Ley 1988-D, 297 y
subsiguientes, con nota de ALTERINI, A (Presunciones concurrentes de
causalidad..."), en los casos de COLISION DE AUTOMOTORES, es decir
colisión entre cosas que presentan Riesgos o Vicios, como el accidente de
marras, se configura un supuesto de daños causados por el RIESGO DE
LA COSA, por lo que es de aplicación la TEORIA DEL RIESGO CREADO,
según la terminología de la Suprema Corte Bonaerense, o RIESGO
RECIPROCO, conforme la denominación dada por la Corte Nacional, por lo
que el REGIMEN JURIDICO APLICABLE sería el previsto por los Arts.
1721, 1722, 1758 ,1757 y concordantes del Código Civil y comercial de la
Nación.

En este sentido la Jurisprudencia ha expresado: "...Los automotores


deben considerarse...como cosa riesgosa... se trata de una cosa que
requiere una atenta, directa y permanente guía por parte del conductor,
cuyo menor defecto posibilita que en cualquier momento escape al
dominio del hombre y sea fuente de perjuicio". (Tribunal Col. de Inst.
Única de San Nicolás, Sensus, T. XX, P. 505). Es decir, en los daños
provocados por "el riesgo o vicio de la cosa" la atribución de
responsabilidad no responde a criterios subjetivos (culpa o dolo, ni
probados ni presuntos), sino que se adopta el régimen de la
responsabilidad objetiva.

“Se prescinde en absoluto en esta materia de la noción de culpa,


negligencia o falta de previsión", los que "no constituyen elementos
exigidos por la norma del Art. 1113 seg. Párrafo in fine del Código Civil
para atribuir responsabilidad al dueño o guardián a tal punto que su
ausencia no lo exime de ella". Resulta por ende impropio acudir a los
conceptos de "Exclusividad", "Concurrencia" o "Presunción de culpa" (AC.
34.081 "Pérez c/ Transporte Atlántico" A y S, 1985-II-205...)

De lo expuesto es dable deducir que de nada servirá al dueño o


guardián probar su "NO CULPA" o "SU MENOR CULPA", pues el elemento
subjetivo en aquel a quien se atribuye la responsabilidad es TOTALMENTE
IRRELEVANTE.

En virtud de lo expuesto precedentemente el dueño o guardián del


vehículo COLECTIVO LÍNEA 64 INTERNO 11, a la fecha del hecho de
marras, debe resarcir integralmente los daños causados a los actores, a
mérito de lo dispuesto por los artículos 1721, 1722, 1731, 1753, 1757,
1758 y 1769 del Código Civil y Comercial de la Nación.

Asimismo la demandada adoptó voluntariamente una conducta


imprudente, imperita y negligente de acuerdo a las circunstancias de
tiempo y lugar y, en especial encontrándose al mando de una cosa
peligrosa a la que conducía en contravención a las más elementales
normas de prudencia y previsibilidad ("Previsibilidad es la que se ofrece en
hechos normales y previsibles en general, art. 512, 902, 1067, 1068,
1109, 1113 y c.c. del Código Civil, Acuña Anzorena; Estado actual de la
Doctrina en materia de la Responsabilidad Civil Extracontractual, Rev.
Colegio de Abogados, La Plata, año IV Nro. 7").

Esta manifiesta imprudencia del accionado lo convirtió en


responsable, no sólo en los términos de los artículos 1721, 1722, 1731,
1753, 1757, 1758 y 1769 del Código Civil y Comercial de la Nación, sino
que además configuró por sí sola la culpa civil que contemplan los Arts.
1716, 1725, 1749 y 1752 del mismo cuerpo legal.

Al respecto nuestra Jurisprudencia ha manifestado:

" El conductor de una máquina peligrosa (automóvil), debe tener en


todo momento el control de su vehículo, de modo de poder detenerlo
cuando se presenta una de las frecuentes contingencias del tránsito,
importando la omisión de tal deber de vigilancia, culpa suficiente para
acoger la demanda por daños y perjuicios" (CNCiv., Sala e, noviembre 6
1962). ED, 3-584.

Quien tiene a su cargo la conducción de un vehículo, asume sobre sí


la posibilidad cierta de la ocurrencia de sucesos que, en el curso ordinario
del tránsito, pueden presentarse de manera más o menos imprevista, y el
conductor debe estar lo suficientemente alerta como para sortear esas
emergencias, salvo casos excepcionales. - CC0000 TL 10441 RSD-21- S
13-8-1992, Juez CASARINI (SD) CA-RATULA: Bustamante de Beneites,
Mirta c/ Giambrone, Carlos y otro s/ Da-ños y perjuicios MAG.
VOTANTES: Lettieri-Casarini-Macaya.

A continuación V.S. se detallarán los fundamentos en virtud de los


cuales esta parte achaca responsabilidad a al accionado.

A.- Responsabilidad del conductor del rodado:

Se imputa responsabilidad al demandado en los términos de los


artículos 1757 y 1758 del Código Civil y Comercial de la Nación.

Así lo entiende la mayor parte de la jurisprudencia y la doctrina, al


señalar que la responsabilidad objetiva se extiende al conductor del
automóvil o motocicleta y al dependiente.

Se juzga al conductor del rodado embistente o embestido a mérito del


riesgo por él originado al introducir una cosa riesgosa en el medio social,
creando así un riesgo con su uso y la circulación del rodado.

En sintonía con ello, aunque con diferente argumento, Pizarro apunta


que la responsabilidad del conductor queda alcanzada por el riesgo de la
actividad y sujeta al parámetro objetivo de atribución. Y que, cualquiera
sea la forma y modo en que se produzcan, los accidentes de automotores
caen bajo la órbita de los mencionados artículos. El destacado jurista
señala que ello también surge de lo establecido por el artículo 1769 del
CCCN (Pizarro, Ramón D., “Responsabilidad civil por actividades riesgosas
o peligrosas en el nuevo Código”, La Ley, 12/08/2015).

Sin perjuicio del carácter objetivo del factor de atribución en


cuestión, en el caso del conductor no debe omitirse la incidencia causal
que en la producción del daño tiene la inobservancia de las
reglamentaciones de tránsito (Galdós, Jorge Mario, “El riesgo creado y el
conductor del automóvil”, JA, 1996-IV, 983). En efecto, esta situación se
configura en la mayoría de los casos, y el que motiva el inicio de las
presentes actuaciones no es ajeno a ello. Prácticamente en la totalidad de
las situaciones se encuentra una hendija que habilita, aunque más no
sea, un reproche subjetivo.

De acuerdo con ello, en la especie también debe cuestionarse la


conducta desplegada por el conductor del colectivo línea 64 interno 11
por haber obrado con imprudencia, negligencia o impericia, omitiendo las
diligencias que las circunstancias de tiempo y lugar le imponían, al deber
haber previsto que circular a gran velocidad sobre un metrobus que se
sabe que generalmente circula mucha cantidad de personas esperando un
colectivo, produciría un accidente. (conf. art. 1724 del CCCN).

Por lo tanto, surge patente, que el accionado no conducía con la


precaución que exigían las circunstancias de tiempo y lugar, debiendo
haber previsto que circular a velocidades no permitidas, produciría un
accidente por la presencia de un peatón, sobre todo en una zona con gran
cantidad de personas como lo es donde ocurrió el siniestro autos.

El accionado, no circuló con cuidado ni prevención, abandonando al


accionante, sin haber brindado ayuda luego del accidente, conservando en
todo momento el dominio efectivo del colectivo línea 64 interno 11,
ignorando entonces los riesgos propios de la circulación y demás
circunstancias del tránsito.

Esta conducta representa una actitud con virtualidad suficiente como


para imputarle culpa, por la producción del siniestro que originara los
detrimentos que infra se enuncian en el artículo 1757 del CC y CN “Hecho
de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño
causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean
riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por
las circunstancias de su realización. La responsabilidad es objetiva.”

B.- Responsabilidad del titular registral:

La empresa de colectivos VUELTA DE ROCHA S.A., debe responder


en los términos de los artículos 1757 y 1758 del CCCN por ser el titular
registral del rodado.
Ello es así, en virtud de los argumentos indicados en el punto
anterior, y porque expresamente lo dispone el art. 1758 del CCyCN que
dispone “el dueño o guardián son responsables concurrentes del daño
causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por si o por
terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un
provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la
cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso de
actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene
provecho de ella, por si o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación
especial”.

IX.-RELACIÓN DE CAUSALIDAD

A los fines de la determinación del nexo causal el Art. 1727 Cód. Civil y
Comercial De la Nación, enumera y clasifica las consecuencias de los
actos según la mayor o menor probabilidad de que sucedan, al
antecedente causal.

Son así, consecuencias inmediatas, las que derivan del acto mismo, y
según el curso normal de las cosas, consecuencias mediatas, las que
resultan solamente de la conexión de un hecho con otro acontecimiento
distinto, pero habitualmente ligado al primero y por lo tanto previsibles.

Se imputan al autor del hecho las consecuencias inmediatas que importan


una conexión de primer grado con el hecho antecedente y son los que se
presentan, normalmente, con regularidad, y las consecuencias mediatas,
solo en cuanto previsibles – en abstracto efectivamente previstas por el
sujeto-, ponderándose en ellos una conexión de segundo grado, no
imputándose las consecuencias casuales, en razón que lo casual es
fortuito y por lo tanto no previsible.

En el caso de autos, el lamentable suceso, fue clara e indudablemente,


consecuencia del accionar del conductor del colectivo interviniente en el
hecho investigado, a quien le era claramente exigible el prever las
consecuencias de:

Por un lado, la imprudente maniobra de no respetar la velocidad


permitida de los hechos, que le indicaba que se detuviera, por lo que
conforme la pacífica y reiterada jurisprudencia debe responder
objetivamente.
Asimismo, y como consecuencia de dicha ilegal maniobra realizada por el
conductor del colectivo línea 64 interno 11, a quien le era claramente
exigible el prever las consecuencias de la imprudente maniobra de
conducir a gran velocidad en una zona con gran circulación de peatones
como lo es donde ocurrió el lamentable siniestro.

A entender de esta parte, también fue transgredido por el conductor del


colectivo de la línea 64 interno 11, el principio de pericia conductiva, el
cual se refiere a que cuando un conductor se desplaza por una vía de
circulación, interactuando con otros vehículos, y/o peatones requiere del
sujeto del tránsito una capacidad psicofísica general y un relativo grado de
habilidad para percibir, evaluar, reaccionar y actuar, ante los estímulos y
situaciones del tránsito.

El principio de pericia conductiva involucra sustancialmente, la posesión


de una adecuada capacidad de adaptación y respuesta a las
circunstancias cambiantes del tránsito moderno. Jurisprudencialmente
ha sido formulado en estos términos: el conductor de un automotor se
constituye en guardián de una cosa peligrosa, razón por la cual debe
extremar los cuidados y la atención frente a emergencias repentinas, pues
mantener el pleno dominio del automotor significa encontrarse en
condiciones de reaccionar adecuadamente ante el obrar de otros vehículos
y peatones.

En similar sentido, aunque más enfáticamente, se ha declarado que “todo


conductor de un automotor, como guardián de una cosa peligrosa, debe
estar atento a las evoluciones imprevistas de la circulación, pues debe
guiar al rodado con la plena conciencia de que no existen sendas
absolutamente libres, sino por el contrario, dominadas por una intensa
complejidad” (CnCiv, Sala D, 10-5-99 Villarruel Santiago c/Milovic,
Miguel”).

En definitiva y como conclusión, a entender de esta parte, por los motivos


manifestados ut supra, es clara e indudable que la responsabilidad por el
accidente ocurrido recae exclusivamente en el conductor del colectivo de
la línea 64 interno 11, al momento del hecho.

En nuestro medio para determinar la causalidad es necesario establecer a


que antecedente puede ser atribuido el consecuente, para ello es necesario
recurrir al mecanismo de la Prognosis Postuma mediante el cual se
ensaya la supresión hipotética de una o varias condiciones, y se asigna la
calidad de causa del daño a la condición, con cuya supresión, aquel no se
hubiese producido. En el caso que nos convoca, si mentalmente secamos
de escena las conductas imprudente y negligente (ya antes descriptas) y
correspondientes al conductor del colectivo de la línea 64 interno 11, el
cual colisionó al actor, no tenemos daño, en consecuencia, incorporarlos
en el análisis y con ello obtenemos un resultado disvalioso, hace que
tengamos daño resarcible.

Kelsen distingue tres grados de responsabilidad subjetiva. El primero es


cuando se exige una intención maliciosa, o sea, una intención de dañar, el
segundo cuando basta para imputar la responsabilidad el que el sujeto
tenga intención de cometer el acto antijurídico, aunque lo haga sin
intención de dañar, y el tercer grado es cuando es suficiente para imputar
la responsabilidad que el sujeto prevea como posible el resultado, aunque
este resulte indeseable.

Al entender de esta parte, la responsabilidad del accionado en el caso de


autos, debe encuadrarse en el tercer tipo de responsabilidad enunciada
por Kelsen, ya que la imputabilidad reside en la previsibilidad, análisis
que debe realizarse retrospectivamente y en abstracto, ya que tal fin debe
tenerse en cuenta la previsión del Art. 1725 del Cód. Civil y Comercial que
dice:

“Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento


de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la
previsibilidad de las consecuencias”, en la situación fáctica que nos ocupa
no podemos afirmar con certeza que el chofer demandado actuó con la
intención de causar el daño, pero si podemos afirmar, sin duda alguna,
que le es claramente exigible el prever las consecuencias de su negligente
conducta.

El ordenamiento del tránsito, en aras de la seguridad, consiste en la


organización del espacio y del tiempo en que se produce la circulación de
los diversos vehículos y peatones, para que los sujetos del tránsito no
colisionen ni se atasquen, protegiendo a través de la correcta regulación
de ambas variables vidas e integridades personales y bienes valiosos. La
normativa transaccional del tránsito debe, entonces, compatibilizar
seguridad con funcionalidad o fluidez y con los restantes principios y
valores. Para ello deben adoptarse las medidas que mejor compatibilicen
estos valores, partiendo de la base que en materia de transito no existen
principios naturales. Todas las normas de tránsito han partido de un base
de discrecionalidad, teniendo apenas algunas raíces costumbristas.

La reglamentación del tránsito es, así, de base rigurosamente legal, dado


que el Estado impone a los particulares las reglas de circulación y debe
ser quien se encargue de controlar que ellas sean cumplidas. En el
tránsito no hay libre albedrio, sino el deber de cumplir las normas
regulatorias del mismo. Esta normatividad se corporiza en el Art 36 de la
Ley 24.449, que edicta “Prioridad normativa. En la vía pública se debe
circular respetando las indicaciones de la autoridad de comprobación o
aplicación, las señales de tránsito y las normas legales, en ese orden de
prioridad”.

Una de las facetas de las cuales se compone la seguridad en el tránsito es


la subjetiva, la cual consiste en que todos los conductores, peatones y
otros usuarios de la vía pública deben comportarse de modo de no
constituir un peligro para la circulación; ellos deben evitar causar daño a
las personas y a las propiedades públicas y privadas, creo que es más que
evidente que este principio fue totalmente vulnerado por el conductor del
colectivo de la línea 64 interno 11, ya que como consecuencia de su
maniobra imprudente el actor sufrió el lamentable siniestro en donde ha
sufrido lesiones que persisten al día de la fecha. También se ha resuelto
que la conducción de un rodado obliga a su conductor a adoptar las
previsiones inherentes a las alternativas del tránsito sobre la base de una
estricta sujeción al deber de cuidado que consagran los reglamentos, los
cuales no funcionan como normas de asignación de responsabilidad ex
post de producido el evento, pues su objetivo fundamental radica en
ordenar el tránsito para evitar accidentes.

Jurisprudencialmente ha sido formulado en estos términos: el conductor


de un automotor se constituye en guardián de una cosa peligrosa, razón
por la cual debe extremar los cuidados y la atención frente a emergencias
repentinas, pues mantener el pleno dominio del automotor significa
encontrarse en condiciones de reaccionar adecuadamente ante el obrar de
otros vehículos y peatones.

En similar sentido, aunque más enfáticamente, se ha declarado que “todo


conductor de un automotor, como guardián de una cosa peligrosa, debe
estar atento a las evoluciones imprevistas de la circulación, pues debe
guiar al rodado con la plena conciencia de que no existen sendas
absolutamente libres, sino por el contrario, dominadas por una intensa
complejidad” (CnCiv, Sala D, 10-5-99 Villarruel Santiago c/Milovic,
Miguel”).

En definitiva y como conclusión, a entender de esta parte, por los motivos


manifestados ut supra, es clara e indudable que la responsabilidad por el
accidente ocurrido recae exclusivamente en el conductor del colectivo de
la línea 64 interno 11, al momento del hecho.

X.- DAÑO PATRIMONIAL

Los artículos 1717, 1737 y 1739 del Código Civil y Comercial de la Nación
definen al Daño Patrimonial de la siguiente manera: “Hay daño cuando se
lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento
jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de
incidencia colectiva”".

Es del caso destacar, que de acuerdo a lo establecido en el art. 1740 del


Código Civil y Comercial de la Nación, la reparación debe ser plena: “La
reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la
situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el
pago en dinero o en especie. La víctima puede optar por el reintegro
específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente
oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de
daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad
personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la
sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del responsable”.

A.- DAÑO DE LA PERSONA

1) INCAPACIDAD PARCIAL Y TRANSITORIA Y SOBREVINIENTE DEL


SR. LEZCANO JUAN SIMON

Conforme se acredita con la documentación acompañada, y por demás se


corroborará con la pertinente pericial médica a rendirse; como
consecuencia del hecho ilícito ventilado en autos, que el actor, sufrió
lesiones.
El Sr. Lezcano sufrió varios politraumatismos, principalmente en las
zonas de la columna cervical, hombro y rodilla izquierda, en la zona
pélvica, costilla izquierda, por lo tanto se le tomó radiografías en las zonas
afectadas, se le realizó estudios traumatológicos, estudios de laboratorio,
inter-consulta con el servicio de medicina clínica, porque al pasar los días
comenzó a intensificarse el síndrome vertigino con alteración en la marcha
que comenzó a sentir a partir del lamentable infortunio.

Asimismo, debió permanecer casi dos semanas en reposo, la cual se


extendió mucho más de lo previsto, en virtud de los dolores y
padecimientos sufridos. Se adjuntan con la presente todas las constancias
y estudios médicos, a través de los cuáles se puede determinar las
consecuencias físicas que el actor debió seguir padeciendo.

Por lo demás, se hace expresa reserva por los daños futuros producto del
mismo accidente y/o posibles actuales aún hoy desconocidos que puedan
ser descubiertos con posterioridad.

En virtud de las lesiones padecidas a consecuencia del hecho que nos


ocupa, el Sr. Lescano se vio impedido de realizar actividad alguna durante
un prolongado lapso de tiempo como así también para la realización de las
tareas habituales que le impone su actividad normal. Esto ultimo lo llevo
a tener que cerrar su centro de estética, principal sostén para su familia,
debido a las imposibilidades que el accidente le ha causado.

A los fines de establecer el monto resarcitorio, por los diversos conceptos


que se reclaman en este acápite; solicitamos de VS. meritúe que la
indemnización que se concede a la víctima de un accidente por
incapacidad, debe considerar que ésta, no solo cuenta desde el punto de
vista laborativo, sino respecto de todas las actividades en general,
incluidas por cierto las de carácter personal, social, esparcimiento, vida de
relación etc. En ese mismo orden de ideas, y a los mismos fines habrá que
tenerse en cuenta, tanto el tiempo de convalecencia en que la víctima
sufrió transitoriamente una incapacidad parcial como así también las
lesiones posteriores a raíz del accidente de marras.

Extremos éstos sobre los que se expedirá el experto oportunamente; sin


perjuicio de lo cual estimamos el porcentaje de incapacidad parcial en el
orden del 32% al Sra. Palacios Mayra Daiana de la total vida.
Por tal motivo, se reclama en concepto de incapacidad la suma de PESOS
TRESCIENTOS MIL ($ 3.500.000) o lo que en más o en menos resulte de
la prueba a rendirse en autos.

2).- DAÑO MORAL

El filosofo Schelling señalaba que “nadie puede pensar nada sin su yo,
consciente de sí mismo, resulte asimismo pensado; no podemos
abstenernos de nuestra autoconciencia”. Coincidimos con este criterio y
podríamos convertir la premisa de Schelling de la siguiente manera: nadie
puede sentir nada sobre nadie, sin sentir sobre sí mismo.

Así lo ha dicho reiteradamente la jurisprudencia ubicando el daño moral


dentro de la lesión de los sentimientos: “El daño moral se configura por
todo sufrimiento o dolor que se padece, independientemente de cualquier
reparación de orden patrimonial. Es un menoscabo en los sentimientos,
consistente en los padecimientos físicos, la pena moral, las inquietudes o
cualesquiera otras dificultades o molestias que puedan ser consecuencia
del hecho dañoso.

La idea central del daño moral está basada en el aspecto “sentimental” de


los seres humanos. Sentir representa la experimentación de sensaciones
producidas por hechos externos o internos (un accidente de tránsito, un
terremoto; un baile; un espectáculo público o el dolor de un órgano). Las
sensaciones son estados de ánimo resultados de aquellos sucesos o
noticias importantes, captadas por los sentidos.

Así nuestro sentido de la vista establece una sensación al visualizar a un


ser querido o un acontecimiento de la naturaleza o construido por el
hombre o a través de la audición detectar sonidos placenteros o
acongojantes o el tacto, para un ciego el tacto de las formas produce
alegría y otro dolor, tristeza.

El ánimo está relacionado con la situación (estática) o estado (dinámico)


que experimenta el ser humano y que puede manifestarse por expresiones
positivas (alegría) o negativas (congoja) o que puede permanecer ocultas
en el interior de las personas, produciendo angustias depresivas (seres no
demostrativos o poco demostrativos exteriormente de sus emociones y
sentimientos).
Consideramos que los sentimientos son un aspecto trascendente en la
vida de los seres humanos que tienden a su felicidad y cuando se lesionan
producen un dolor muy particular en cada persona y que su profundidad
es conforme a la medición de ese valor que experimenta cada uno. Parece
entonces obvio que la premisa es el valor de los sentimientos que uno se
da sobre sí mismo y la derivada, en la medida de lo propio, lo proyectará
sobre los demás, sentirá y hará sentir a otro u otros, dañará y será
dañado sobre ese valor de los sentimientos. Cuando esto sucede, el
derecho responde con la reparación.

La indemnización por daño moral, tiende a reparar la privación o


disminución de aquellos bienes que tienen un valor precipuo en la vida del
ser humano, y que son la paz, la tranquilidad de espíritu, la libertad
individual, la integridad física, el honor y los más sagrados afectos (Cám.
2da. Apel. Civ. Com., Minas, de Paz y Trib., 19-7-97, causa
96.929/24.060, Diez Ceretti, Susana c/camelo Allia Loffaro p/Daños y
perjuicios"; Id, 18-2-97, Causa 135.125/24.237, "Videla, Matilde E.
c/Federico E. Céspedes y otro p/Daños y perjuicios"). –

Resultará aquí de mayor utilidad, analizar la procedencia del agravio


moral en su conjunto, es decir, aquél que se origina al momento del
hecho, a raíz de un choque injusto, y de las lesiones padecidas en dicha
ocasión por el accionante, sus dolores, la medicación y tratamientos
suministrados, reposo indicado, incapacidades relacionadas con el evento,
etc.-

En efecto, su vida social y de relación, la laboral e incluso aquellos


aspectos más íntimos de su humanidad se han visto abiertamente
vulnerados, frustrados y cercenados. Se ha dicho que, así como el daño
patrimonial es un perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, el daño
moral es el perjuicio susceptible de apreciación desde la óptica del en-
tendimiento, de la sensibilidad o de la voluntad de la persona.

El daño patrimonial repercute sobre lo que el sujeto tiene (incluyendo, sus


propias aptitudes en cuanto instrumento de obtención de bienes
exteriores); el daño moral incide sobre lo que el sujeto es. El daño
patrimonial entraña un defecto del patrimonio tomando como modelo su
composición anterior al suceso o el aumento que entonces podía esperarse
(disvalor pecuniario); el daño moral implica un defecto existencial en
relación a la situación subjetiva de la víctima precedente al hecho
(disvalor personal) (Conf. Zavala de González, "Resarcimiento de daños",
2a. Daños a las Personas, pág. 36 y 37.

Entonces comprender el fenómeno sentimiento-daño moral, es necesario


establecer una primera síntesis: Los sentimientos como resultado del
proceso de culturización, son un producto social, que se incorporan a la
persona y que los asume integralmente (o establece una propia escala de
valorar aquellos lo cual lo traslada a la ética) que los proyecta sobre si y
en sus interrelaciones.

Entonces de esta forma el daño posee tres dimensiones analíticas y


fenomenológicas: el concepto abstracto del sentimiento; la propia estima
como valor de esos sentimientos (el individuo se considera una persona
con sentimientos, de allí que un hecho-accidente de tránsito- le produce el
sentimiento de aflicción y causa daño moral) y los sentimientos que
proyecta en sus interrelaciones, familiares (fallecimiento en una mala
praxis de un hijo), sociales, (la asignación de una calumnia en un
determinado ámbito, así por ejemplo en un club) laborales (el descredito
sin causa de la patronal), etc. De esta forma se va conformando un sitio
sentimental del sujeto que lo va restringiendo, ampliando y desarrollando,
que determina su modo de ser y el modo de ser frente a los demás
(sentimental o no sentimental o poco sentimental o muy sentimental). -

Estos elementos nos proporcionan la dimensión del daño moral, ahora


debemos avanzar sobre la intensidad del mismo, que se relacionan con el
“quantum” de la cuantificación económica de la reparación. La intensidad
es medible a través de la representación del sentimiento por medio de las
emociones que pueden ser estáticas o pasivas (un hecho lo conmociona de
tal manera que la representación de la emoción es precisamente esa,
paralizarlo, enmudecerlo, azorarlo) y activas o dinámicas, proceso de risa
o llantos continuos, perduración de un rostro placentero o sufrido).

En cuanto a lo relación de intensidad las segundas permiten una mejor


medición y al ser duraderas son más intensas y en general se conocen
vulgarmente como generadoras de estado de ánimo. En cuanto a su
relación con la cuantificación del daño, las segundas demandaran una
suma mayor para compensar un estado de emoción perdurable en el
tiempo.

Tales padecimientos constitutivos del daño moral deben ser


indemnizados, circunstancia por la que se reclama por el actor la suma
total de PESOS CIENTO CINCUENTA MIL ($150.000), o lo que en más o
en menos resulte de la prueba a rendirse en autos.

3.- GASTOS MÉDICOS, DE FARMACIA, TRASLADOS

Como consecuencia del accidente ya descripto, el Sr. Lezcano se vio en la


obligación de realizar algunos gastos de farmacia, atención médica,
traslados, asistencia, y gastos varios. Es necesario destacar, que estos
gastos son consecuencia lógica y necesaria del evento dañoso.

Sabido es que este tipo de gastos "...no exigen necesariamente la prueba


acabada de su existencia, si luego de las pericias técnicas se evidencia su
ocurrencia a través de la naturaleza de las lesiones experimentadas y del
tratamiento a que fuera sometido el actor..." (CNEsp. Civ. Com., Sala Y, 9-
12-83 y 4-11-81).-

Al respecto, la jurisprudencia ha sostenido que: "Indudablemente una


persona que ha sufrido un accidente de cierta importancia tiene que
buscar un medio de transporte, para concurrir al nosocomio donde la
atienden y que el traslado se realice en forma cómoda y sin las
contingencias propias del transporte que comúnmente es usado por la
mayoría de las personas". (CNEsp. Civ. Com., Sala I,Besone de Luquez,
María c/ Val, Tomás R. s/ Sumario" 20-3-85) y que "Es común que deban
realizarse gastos de traslados a centros asistenciales y adquisición de
productos farmacéuticos, solventados por los particulares afectados, que
no son reembolsados por las obras sociales que limitan su asistencia
pecuniaria a determinados aspectos y circunstancias de la atención
sanitaria, no comprensivos de todas las erogaciones que aparejan el
cuidado de la salud comprometida por enfermedad o accidente. Es decir,
que aún en los casos de asistencia médica subvencionada por organismos
sociales, siempre es menester realizar gastos extraordinarios de los que no
se poseen habitualmente comprobantes." (CNEsp. Civ. Com. Cittadino,
José Víctor c/ Griglione, Juan M. s/ Sumario", 19-12-83).

Por todo ello, se reclama por este rubro a favor del Sr. Lezcano, la suma
de PESOS QUINCE MIL ($ 15.000), o lo que en más o en menos resulte
de la prueba a rendirse en autos.
4.-DAÑO PSICOLÓGICO.

Sabido es que la unidad indisoluble de la persona, su in-tegridad, y


normalidad psíquica constituye una dimensión reconocible y valiosa;
consecuentemente debe ser objeto de reparación jurídica, generando
consecuencias resarcitorias el hecho que la menoscaba: la lesión del daño
debe alcanzar no sólo a las lesiones físicas sino también las psíquicas
(conf. Zavala de González Matilde, Resarcimiento de daños, 2a., Pág.,
191).

Así, la jurisprudencia tiene dicho que "... El daño psíquico también resulta
indemnizable atendiendo a la integridad psíquica de la persona como
objeto de protección jurídica. El fundamento último lo constituye la
unidad indisoluble de la persona, formada de cuerpo y alma. La doctrina
moderna considera a la salud psíquica como un concepto de salud
integral..." (C.N.Civ. Sala F, 23/4/7, L.L. 156).

Es decir, que el daño psíquico supone una perturbación patológica de la


personalidad de la víctima, que altera su equilibrio básico, o agrava algún
desequilibrio precedente. Comprende, tanto enfermedades mentales, como
los desequilibrios pasajeros, pero ya sea como situación estable o
meramente accidental y transitoria, implica en todo caso una faceta
morbosa, que perturba la normalidad del sujeto y trasciende en su vida
individual de relación (conf. ídem Zavala González).

En cuanto al resarcimiento de este daño la jurisprudencia mayoritaria se


pronuncia a favor de la indemnización de las secuelas psíquicas del hecho
al sostener que "...así como toda disminución de la integridad física
humana es materia de obligado resarcimiento, ha de reconocerse que
cualquier merma de las aptitudes psíquicas de un individuo constituyen
también un daño resarcible..."(C.N.Civ. Sala B. 28/11/74, L.L., 1975-A-
688) y que "...debe indemnizarse la disminución de la personalidad de la
víctima, más dolorosa aún que la decadencia física…” (C.N.Civ. Sala D,
JA, 26-160, S-24.170).

Por el hecho vivido y las lesiones padecidas, la actora ha padecido


secuelas de índole psíquica de una envergadura tal por lo que deberán ser
necesariamente resarcidos.

Sus signos más manifiestos denotan una intensa ansiedad, inhibición,


retraimiento, rigidez, falta de espontaneidad, sufrimiento, tensión,
depresión, temor, angustia, etc.; signos que se presentan con ánimo de
permanencia, y que gravitan de modo negativo e insoslayable en todos los
aspectos de su vida.

Debe destacarse que ninguna de las circunstancias descriptas, formaban


parte del comportamiento y estado cotidiano del actor, con anterioridad al
ya citado lamentable accidente y sus consecuencias, siendo una persona
alegre, divertida, sociable, que visitaba frecuentemente a sus familiares y
amigos, pero después se transformó en una persona retraída, antisocial y
poco comunicativa con sus familiares. Su vida social se vio modificada, ya
que se ha vuelto temeroso e inseguro, angustiándose por el solo hecho de
tener que depender de terceros para realizar algunas tareas.

Además, vale destacar que desde el lamentable accidente la actora se


encuentra reacia para salir sola a la calle y ha dejado de visitar a sus
familiares y amigos, así como también le es imposible a usar cualquier
rodado similar a una bicicleta por el miedo de que le vuelva a suceder. De
lo señalado, surge claramente la existencia del daño psicológico, cuya
entidad, características, patología y necesidad de tratamiento tendiente a
paliar, y/o a revertir estos padecimientos, serán motivo del dictamen
pericial sobre la materia que, como medida probatoria por separado se
ofrece.

Por lo dicho, prudencialmente se reclama, para el Sr. Lezcano la suma de


PESOS OCHENTA MIL ($100.000), o lo que en más o en menos resulte
de la prueba a rendirse en autos.

5.-TRATAMIENTO PSICOLOGICO

Las consecuencias del accidente hacen necesario el tratamiento


psicológico de la parte actora, cuya duración, frecuencia y costo, serán
estimados en definitiva por el experto que V.S. se dignará a designar.

Los gastos terapéuticos son aquéllos orientados al restablecimiento


de la integridad psicofísica de la víctima del hecho, y constituyen un daño
patrimonial indirecto, por implicar un perjuicio económico reflejo a raíz
del mal hecho a la persona, derechos o facultades de la víctima (JUBA
B201994).
Con relación al costo del referido tratamiento psicoterapéutico, cabe
recordar que dada su índole, que exige una muy especial relación entre
terapeuta y paciente, la víctima tiene derecho a elegir ser asistida por el
profesional que mayor confianza le merezca, sea a través de una
institución pública, obra social o bien en forma particular (CNCiv., Sala I,
M., V. E. y otros c/ Conductores Línea 500 Interno 47 s/ Daños y
perjuicios, 03/2001).

La jurisprudencia tiene entendido como concepto autónomo, los


gastos que resulten del tratamiento específico, si ello es aconsejado por el
perito en su informe. Al referirnos al daño psicológico, dejamos
suficientemente aclarada la base sobre la cual procede este rubro.

"…Los tratamientos futuros aconsejados y su costo en razón de una


psiconeurosis motivada por el accidente y todas sus consecuencias
dañosas, como factor desencadenante de los caracteres de base de la
personalidad de la víctima, justifican el incremento del monto
indemnizatorio…". (CNEsp. Civ. Com., Sala II "Lipovesky, Benjamín c/
Esquivel Juan C. s/ Daños y perjuicios". 23.12.85).

A los fines de ponderar la cuantía del monto solicitado en este acápite


estimamos que el tratamiento psicológico indicado para el accionante
comprende a por lo menos 1 (una) sesión semanal de psicoterapia,
durante 1 año, como mínimo, a razón de pesos cuatrocientos ($1.500)
cada sesión.

Por tal razón se reclama, para el Sr. Lezcano la suma de PESOS


SETENTA Y DOS MIL ($72.000), o lo que en más o en menos resulte de
la prueba a rendirse en autos.

6.- DAÑO PUNITIVO

Para una empresa, el hecho de no pagar las indemnizaciones en tiempo y


forma puede redundar en un beneficio económico mayúsculo frente al
daño producido.

La novel doctrina argentina define a los daños punitivos como “sanciones


civiles extrareparatorias que se imponen con el objeto de sancionar al
demandado previniendo, a éste y tal vez a terceros, de incurrir en
conductas similares en el futuro.” (“Función preventiva en los Daños
Punitivos” Martín A. Frúgoli, publicado en www.derechouns.com.ar).
Los Daños Punitivos son una interesante herramienta para la protección
de los Consumidores de Seguros, en donde podría ser un instrumento
completamente valioso para persuadir a las Aseguradoras, para que
cumplan en tiempo y forma con sus obligaciones legales con sus
asegurados y víctimas.

Así, con la aplicación razonable de multas civiles por Daños Punitivos, por
parte de los Jueces, entendemos que es una medida de persuasión para
evitar incumplimientos de las Compañías Aseguradoras. Todo ello es,
porque estimamos que si bien las Aseguradoras tienen la legítima libertad
de defender sus intereses dentro del marco legal, no tienen la libertad
para perjudicar a sabiendas a los consumidores de seguros.

En la importantísima reforma realizada por la Ley 26.361, se incorporaron


los Daños Punitivos¸ en el Art. 52 bis de la Ley 24.240.

Allí se señala que “…al proveedor que no cumpla sus obligaciones legales
o contractuales con el consumidor, a instancia del damnificado, el juez
podrá aplicar una multa civil a favor del consumidor, la que se graduará
en función de la gravedad del hecho y demás circunstancias,
independientemente de otras indemnizaciones que correspondan…”

Si bien la norma podría llegar a mejorarse en su redacción, es pertinente


señalar que en lo básico y esencial, es una herramienta legal suficiente,
para aplicar correctamente los daños punitivos.

FUNCIÓN SOCIAL DE LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS

Se suele discutir si en las Compañías de Seguros tiene que tener


preeminencia el ejercicio legal de una actividad lucrativa o la función
social de las empresas. No hay duda que toda empresa comercial
(incluidas las Compañías de Seguros), tiene una legítima aspiración de
lucrar. Pero, por otro lado, no hay que perder de vista que las empresas de
seguros, no son cualquier empresa. En absoluto…

En efecto, el correcto desempeño de las Aseguradoras es tan trascendente


para toda la sociedad que la Doctrina y Jurisprudencia de los Estados
Unidos, suelen sostener que existen tres clases de empresas diferentes:
empresas “públicas”; empresas “privadas” y empresas “quasi-públicas”.
(SHERNOFF, William M.; How to make Insurance Companies pay your
claims (And what to do if they don’t), página 107, Hasting House Book
Publishers, New York, 1990) (Suprema Corte de California, en los autos
caratulados “Eagan vs. Mutual of Omaha”; citado por Shernoff
(SHERNOFF, William M.; How to make Insurance Companies pay your
claims (And what to do if they don’t), página 107, Hasting House Book
Publishers, New York, 1990)

Y, justamente, dentro de las categorías de las empresas quasi públicas, se


encuentran las Aseguradoras. Ello es así, ya que el bien común y el
interés público se encuentran íntimamente relacionados con sus
actividades.

En este sentido se ha expresado nuestra Jurisprudencia ( ‘Doctrina


Judicial’, 1996-I-84) al sentenciar que: “…las empresas aseguradoras son
una categoría intermedia entre las empresas privadas y las de servicios
públicos, de modo tal que la autorización que se les otorga puede llegar a
asimilarse a una verdadera concesión del Estado, de lo que se sigue que la
fiscalización externa no ha de reducirse al solo control de funcionamiento
sino que se proyecta sobre la eficacia de la prestación del servicio…”
(Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial; Sala ‘A’, de fecha 9 de
Septiembre de 1995).

Incluso, por vía de analogía, podemos reseñar que en nuestra Corte


Suprema de Justicia de la Nación, en los autos caratulados “Hospital
Británico de Buenos Aires vs. Estado Nacional (Ministerio de Salud y
Acción Social”), de fecha 13 de Marzo de 2001 (voto del Dr. Adolfo
Vazquez), se afirmó que a las obras sociales les es aplicable la figura del
seguro, lo cual es extensible por su gran similitud jurídica, económica y
operativa a las empresas de medicina prepaga; agregando luego que “…
tienen a su cargo una trascendental función social que está por encima de
toda cuestión comercial…” (Corte Suprema de Justicia de la Nación,
Recurso de Hecho; H 90.XXXIV; in re: “Hospital Británico de Buenos Aires
vs. Estado Nacional (Ministerio de Salud y Acción Social)”, voto del Dr.
Vazquez, de fecha 13 de Marzo de 2001 (la letra negrita y el subrayado, es
nuestro).

Desde la perspectiva de los miembros de nuestra sociedad, no es lo


mismo, una empresa que fabrica zapatillas o computadoras, etc, que una
Aseguradora. Si fueran lo mismo, también existiría una Superintendencia
de Zapatillas o Computadoras de la Nación… Pero pocas son las empresas
están tan controladas como las Aseguradoras, y ello se debe por la función
social que tienen las Aseguradoras en la sociedad.
Por lo expuesto, entendemos que resulta evidente, que más allá del legal
espíritu comercial de las Aseguradoras, el nudo gordiano de dichas
empresas para la sociedad toda, es que cumplen una función social. Ello
no significa, que no existan pautas legales ni principios económicos que se
apliquen, pero, si implica, que: los incumplimientos legales o
contractuales de una Aseguradora, no tienen la misma nefasta
trascendencia social, que si lo realiza otro tipo de empresa.

APLICACIÓN DE DAÑOS PUNITIVOS A LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS

Algunas de las situaciones en las cuales podría analizarse la alternativa


de aplicar los daños punitivos serían:

La mora en el pago del siniestro a los consumidores de seguros, sean


asegurados o víctimas. Una de las quejas de los consumidores de seguros,
o de los asegurados, o víctimas de siniestros, es lo lento, dificultoso y
engorroso que pude llegar a ser cobrar un siniestro.

“Por lo tanto, si una Compañía Aseguradora es morosa, sin fundamento


válido, para el pago de un siniestro a su asegurado o a la víctima, es que
se le pueden aplicar daños punitivos.” (KEETON, Robert F. – WIDISS,
Alan; Insurance Law (a guide to fundamental principles, legal doctrines
and comercial practices), pág. 919, acápite 7.10 (b) ‘Justifications for and
against, and standards for, awards of Punitive Damages’, Ed. West
Publishing Company, Minnesota, Estados Unidos, 1988.)

La idea es que la Aseguradora no especule, si le conviene a ella pagar o no


los siniestros, de acuerdo a los beneficios financieros que pueda obtener
con el dinero que deja de pagar (como resolvió la Corte Superior de
Arizona, en el caso “Nardelli vs. Metlife Auto & Home”, de fecha 20 de
Marzo de 2009, donde se le aplicó a la Compañía de Seguros, la sanción
de daños punitivos, por la suma de U$S 55.000.000, por negarse a pagar
al asegurado la indemnización correcta, por el robo de una camioneta
Ford Explorer. (Publicado en Lawyers USA, página 18, de fecha Mayo de
2009.)

Por ello, la aplicación de los daños punitivos en las empresas que tienen
una función social (Aseguradoras; Medicina Prepaga; etc.), es un
instrumento formidable, para la protección de los consumidores y
usuarios.
No realizar una oferta razonable a consumidores de seguro al asegurado
y/o víctimas:

Hay pocas cosas más decepcionantes para un asegurado o una víctima,


que un abogado representante de la Compañía Aseguradora que no tiene
instrucciones para realizar un ofrecimiento dinerario… Es pertinente
señalar que puede existir la situación que una Compañía Aseguradora
rechace un requerimiento, porque no existe cobertura.

Pero, hay otros muchos casos, donde no hacen ningún ofrecimiento, sin
dar ninguna justificación al respecto. Consideramos nuevamente oportuno
la aplicación de los daños punitivos con el fin de proteger a los usuarios y
víctimas de seguros.

Rechazo de siniestros sin fundamento válido y razonable:

El Art. 56 de la Ley de Seguros, es una de las normas más importantes


para la protección de los consumidores de seguros, estableciendo -entre
otras cosas- que en el caso que la Aseguradora rechace el siniestro, debe
dar los fundamentos puntuales y específicos bajo apercibimiento, sea
considerado aceptado iure et de iure. (SOBRINO, Waldo (Director); ‘Ley de
Seguros Comentada’; Art. 56¸ www.laleyonline.com).

No obstante ello, si la Compañía de Seguros no realiza un rechazo de


siniestro fundado y sustentado, e igualmente obliga al asegurado a
realizar un juicio que dura varios años; en estos casos en particular, al ser
la Aseguradora conocedora de su propia sinrazón, es que corresponde la
aplicación de daños punitivos.

Corresponde destacar que esta multa civil viene siendo aplicada con
amplitud (Cámara Civil y Comercial (Sala II) de Mar del Plata en la causa
Nº 160.599 "Chavarria Jonatan German C/ Autocredito S.A. de
Capitalización S/Nulidad De Contrato" del 21/6/2016; Cámara Civil y
Comercial (Sala III) Mar del Plata en la causa Nº 159.070 "Vignolles María
De Los Angeles C/ San Cristobal Seguros Generales S.A. S/ Daños y Perj.
Incump. Contractual" del 15/12/2015: Cámara Civil y Comercial de Junín
en la causa 42.818 "Decima Julia Graciela y Otros C/ Productos de Maiz
S.A. (Ingredion Argentina Sa) Y Otros S/ Daños Y Perjuicios" del
19/11/2015; Cámara Civil y Comercial (Sala II) de Mar del Plata en la
causa 159.035 "Desiderio, Daniel Darío C. Mapfre Argentina de Seguros
S.A. S. Daños Y Perjuicios" del 3/9/2015; Cámara Civil y Com de Zárate
Campana, en la causa "Ayestaran Juan Carlos c/AMX Argentina S.A. s/
Ds. y Ps." del 29/5/2012; y el reciente de la Cámara Primera Civil y
Comercial de Bahía Blanca en la causa Nº 146.984 "Castaño María
Alejandra C/ Banco Credicoop Cooperativo Limitado s./Daños y Perj." del
6/10/2016; entre muchos otros), procurando restañar los numerosos
daños que a diario se producen en la contratación en masa.

Asimismo, de conformidad con la regla interpretativa que señala el art. 2°


del CCyC, la función disuasiva que la multa de daño punitivo persigue en
la actitud de las Compañías Aseguradoras, con vistas a que en el futuro y
teniendo en miras el castigo recibido, recalculen sus costos operativos
poniendo mayor acento en la evitación de los daños, que en tolerarlos
apostando a que no recaerán sobre ellos sino sobre los consumidores de
contrato de seguros (asegurado y/o víctima); en otras palabras se procura
desalentar una injusta traslación de costos, que para peor, se desplaza del
poderoso jurídica y económicamente al más débil y vulnerable, el
consumidor.

Como se advierte no deja de ser, en cierto modo, una aplicación de la


función preventiva del derecho de daños, hoy con expresa consagración
legislativa (art. 1710 CCyC).

En los presentes actuados, los hechos no están en discusión, el


demandado circulaba a gran velocidad. Como consecuencia del
lamentable infortunio, el actor sufrió lesiones. Previo a someter el caso a
una instancia judicial, consideramos como una posibilidad tratar de
negociar y arribar a un acuerdo extrajudicial con la compañía de seguros
contratada por la compañía de seguros de la empresa de transporte.

Asistimos a la primera audiencia de mediación en el estudio de Mediación


del Dr. Tesseira, intercambiamos datos a los fines de ver cómo solucionar
el problema que estaba padeciendo el actor a consecuencia del siniestro
de autos, sin embargo luego un representante legal de la cía de seguros y
de la empresa demandada, nos informó que el caso fue rechazado sin dar
mayores detalles al respecto.

Sabido es que la mayoría de las compañías de seguros en la Argentina,


tienen la mala costumbre de ofrecer sumas irrisorias extrajudicialmente o
directamente rechazan los siniestros. De esa forma, saben que en
promedio 2 de cada 10 personas que sufre un accidente de tránsito,
iniciarán juicio a los fines de hacer valer sus derechos, por lo que
económicamente terminan beneficiadas a costa de la víctima en el
contrato de seguro, haciendo abuso de poder por su posición el mercado.

Muchas de las víctimas en el contrato de seguro, no tienen la posibilidad


de esperar por años la sentencia de un juicio, y lamentablemente tienen
que aceptar sin opción la suma irrisoria que ofrecen las compañías de
seguros “por necesidad”, o simplemente se resignan por no tener una
respuesta con eco favorable a la resolución del conflicto.

Ello, en el caso del Sr. Lezcano no podía aceptarse, y esto en virtud de que
al día de la fecha padece serias lesiones que motivan el presente reclamo.

Esa práctica, asumida por muchas compañías de seguros del país, deben
cesar, y cesarán el día en que comiencen a ser multadas civilmente por no
reconocer los derechos que les corresponden a las víctimas en un
accidente de tránsito, y que ellas haciendo abuso de su posición de poder
en el mercado, se aprovechan, con el fin de desalentar a las víctimas de
accidente automovilístico a reclamar sus derechos.

Con respecto al caso que nos ocupa, cabe destacar que en todo momento
manifestamos nuestra buena voluntad de que el Sr. Lezcano que sea
sometido a una exhaustiva pericia médica por parte de un perito médico
que propuso la compañía de seguros o la empresa de transporte, a los
fines que merite el grado de incapacidad del actor, sin embargo, ellos
rechazaron el siniestro.

Luego de insistir e insistir por una respuesta positiva por parte de las
empresas demandadas, teniendo en cuenta que ya habían pasado varios
meses desde que ocurrió el siniestro, resultó imposible continuar con la
buena predisposición para evitar judicializar el caso.

En los presentes actuados ha quedado sentado como hecho fundante de


la decisión, la existencia de un incumplimiento pertinaz e infundado de la
compañía aseguradora quien negó la cobertura razonable de los daños
que reclamamos sin dar motivos razonables.

Tal actuación conforma, innegablemente, un ilícito civil provocando una


lesión a intereses extrapatrimoniales de la actora, tal como ya lo
expusimos.

Corresponde destacar lo resuelto en un precedente reciente en donde se


ha destacado que no resulta recaudo para la procedencia de la multa civil
demostrar que el proveedor dañador se benefició (“Ajargo c/BBVA” reg.
int. 53 (S) del 9/6/2016) aunque, al igual que en aquel caso, en este
tampoco es improbable que haya sido así, pues al no abonar suma alguna
y resultar un especialista en el tráfico comercial, tal beneficio cabe tenerlo
por probado (arg. art. 163 inc. 5° CPCC).

Por lo expuesto, y teniendo en cuenta que para la citada en garantía y la


empresa demandada, el hecho de no haber pagado las indemnizaciones en
tiempo y forma, pudo redundar en un beneficio económico mayúsculo
frente al daño producido al actor, y asimismo teniendo en cuenta su
facturación anual, y el fin principal de prevención de los daños punitivos,
se reclama por este rubro la suma de PESOS QUINIENTOS MIL
(500.000), o lo que en más o en menos resulte de la prueba producida en
autos. –

XI.-LIQUIDACIÓN

De acuerdo a lo expuesto Ut Supra, las sumas reclamadas en cada


concepto son las siguientes:

Lesiones e Incapacidad…………………………………...$ 300.000.-

Daño moral……………………………….…………….... $ 150.000.-

Gastos médicos, farmacia, traslados y otros………… $ 15.000.-

Daño psicológico…………………………………..…….… $ 100.000.-

Tratamiento Psicológico……………………..……..…….. $ 72.000.-

Daño punitivo……………………..……………………….$ 500.000.-

Total…………………………………………………………..$ 1.137.000.-

En consecuencia, se reclama la suma global de PESOS UN MILLON


CIENTO TREINTE Y SIETE MIL ($1.137.000) o lo que en más o menos
V.S. estime corresponder de acuerdo a las pruebas a rendirse en autos y a
vuestro elevado criterio.

XII. MORA Y CÓMPUTO DE LOS INTERESES


Es sabido que la fijación judicial de intereses para las deudas en mora,
procura resarcir al acreedor por la demora en percibir su crédito y castigar
al incumplidor, quien se apartó de los términos de la obligación asumida
en origen. La jurisprudencia ha resaltado el contenido disvalioso del
incumplimiento y la necesidad de desalentarlo, conceptos que conviene
recordar y tener presentes . El orden jurídico requiere, como pauta general
de conducta, que toda persona cumpla con las obligaciones que
legítimamente asume o le impone la ley y así lo ratifican las normas del
CCCN.

Con el objeto de mantener incólume la cuantía de la obligación


deben fijarse tasas de interés positivas en procura de evitar que,
debido a la demora en el pago imputable al obligado, el acreedor
reciba una suma nominal depreciada, en lugar de la justa indemnización
que le corresponde para enjugar el daño padecido. En una economía
donde la inflación es igual a cero cualquier tasa, aún la pasiva, es
una tasa positiva. Pero frente a la creciente desvalorización monetaria que
nuestro país sufre, nadie puede desconocer la desvalorización
monetaria, reconocida inclusive por los propios índices que publica
el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, por lo que no se resarciría
plenamente al acreedor.

Como sucede en todas las demandas de daños y perjuicios derivados de


accidentes de tránsito, no hay una tasa acordada entre víctima y
responsable, y tampoco una establecida por leyes especiales. Por ende,
solo resta acudir a tasas fijadas en alguna reglamentación del Banco
Central.

Por otro lado, el art. 771 prevé que el juez debe valorar “el costo medio del
dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se
contrajo la obligación”. Esto significa, en lo que aquí interesa, que desde el
día del hecho el acreedor (víctima) se ha visto privado del capital al que
tiene derecho, y que entonces se debe evaluar cuánto le hubiera costado el
dinero si lo hubiera buscado en el mercado. Pero, además, la tasa debe ser
importante, para evitar la indeseable consecuencia de que el deudor
moroso especule o se vea beneficiado por la demora del litigio, en
desmedro de la víctima.

En efecto, nuevo examen de la economía y desvalorización monetaria que


sufre nuestro país en la actualidad, permite advertir que la tasa activa no
compensaría al acreedor, para quien el costo del dinero es mucho más
alto. Parece entonces que una tasa adecuada para estos casos sería la que
surja de aplicar dos veces la tasa activa, pues su resultado refleja el costo
del dinero en el mercado para muchos usuarios.

No puede dejar de mencionarse que el artículo 16° de la ley 25.065, de


Tarjetas de Crédito, el cual prevé que "el límite de los intereses
compensatorios o financieros que el emisor aplique al titular no podrá
superar en más del 25%" a la tasa que aplique a las operaciones de
préstamos personales en moneda corriente para clientes. Este límite, que
fue convalidado por la Corte Suprema (“Proconsumer c. Banco Itaú Buen
Ayre S.A. s/ sumarísimo, del 17/05/2016, LA LEY 2016-D, 159) al no
intervenir en el caso resuelto por la sala C de la Cámara Nacional en lo
Comercial (fallo del 20/04/2012, publicado en el mismo lugar), es mayor –
por el momento– a la tasa que se solicita.

En efecto, por todo lo expuesto, se solicita que se haga lugar a la demanda


de daños y perjuicios por la suma total solicitada, y que resulta de la
liquidación practicada en el acápite anterior, o lo que en más o en menos
resulte de la prueba producida o del elevado criterio de V.S., con más los
intereses desde que se configuró cada perjuicio objeto de reparación
(CNCiv., en pleno, 16/12/1958, Gómez, Esteban c/ Empresa Nacional de
Transportes s/Daños y perjuicios; así como lo establecido en el art. 1748
del Código Civil y Comercial de la Nación) y hasta el efectivo pago, a la
doble tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a
treinta días del Banco de la Nación Argentina (CNCiv., en pleno,
20/04/2009, Samudio de Martínez, Ladislaa c/ Transportes Doscientos
Setenta S.A. s/Daños y perjuicios).

XIII.-DERECHO

Se funda el derecho que asiste a nuestro representado en las


disposiciones contenidas en los Arts. 1716,1721, 1722, 1724, 1731, 1737,
1738, 1740,1742, 1746, 1753, 1757, 1758, 1769 y concordantes del
Código Civil y Comercial de la Nación, Art. 118 de la ley 17.418, 165 del
Código Procesal, Ley Nacional de Transito, doctrina y jurisprudencia
aplicable a la materia.-
XIV.-PRUEBA

Ofrezco desde ya los siguientes medios de prueba, sin perjuicio de


ampliarlos conforme a la facultad otorgada por el código ritual, solicitando
se ordene su oportuna producción.

1) INSTRUMENTAL

1- Fotocopia de DNI del actor.

2- Constancias médicas pertenecientes al Sr. Lezcano.

3- Acta de cierre de mediación original.

4-Certificado de actuaciones penales.

5 Placas radiográficas pertenecientes al actor.

2) INFORMATIVA

Se libren los siguientes oficios:

a) Al Hospital General de Agudos Dr. Juan A. Fernández, de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, en donde fue atendido el actor, en la guardia
el día 09/03/19, como consecuencia del accidente, a efectos de que
remitan su Historia Clínica, o en su defecto fotocopia autenticada, labrada
con motivo de su atención a causa del accidente sufrido el día 09/03/19.

b) Al Registro de la Propiedad Automotor, para que informe por sistema


DEO al juzgado sobre quien detenta la calidad de titular de Dominio
respecto del Vehículo Colectivo LÍNEA 64 INTERNO 11, al día
09/03/2019.

c) Al Juzgado Fuero Penal Contravencional y de Faltas Juzgado Nº 8,


A/c del Dr. Vence Maximiliano, Secretaria A/C del Dr. Valdivia, en donde
resulta damnificado el Sr. Lezcano Juan Simón, para que la misma envíe
“ad effectum videndi et probandi” causa caratulada Lesiones Art. 94, N° de
sumario 133479/2018 donde resulta víctima el Sr. Zubelza Mario
Gustavo.

3) PERICIAL MEDICA
Se designe perito médico legista, único de oficio, a fin que, previa revisión
y exámenes complementarios a efectuar a los actores, y de las demás
constancias de autos, se expida sobre los siguientes puntos de pericia:

1) Previa consulta de los antecedentes médicos, estudios realizados,


historias clínicas, etc. indique con el mayor grado de precisión, todas y
cada una de las distintas lesiones que el actor ha padecido, y las que
continúan padeciendo, y si las mismas guardan relación de causalidad
con el accidente relatado en los hechos.

2) Determine grado de incapacidad física y psíquica permanente que


presentan los accionantes, con mención de los baremos utilizados.

3) Tiempo de incapacidad total durante la convalecencia, y hasta que


quedara consolidado el grado de incapacidad permanente.

4) Tratamientos médicos y asistencia medicinal soportada por el Sr.


Lezcano.

5) Tratamientos médico y de asistencia medicinal que deberá soportar el


accionante en el futuro a efectos de paliar las secuelas que existen como
consecuencia del accidente que nos ocupa.

6) Si resulta razonable y en su caso su cuantía, de la partida resarcitoria


en concepto de gastos médicos, farmacia, traslados, etc.

7) Si el hecho denunciado ha perturbado el equilibrio de sus funciones


psíquicas.

8) En caso, afirmativo indicar cuadro patológico o perturbaciones que


presente en vinculación con el incidente que se denuncia como causal del
mismo.

9) De hallar patología precisará cuanto de esa patología responde a


personalidad de base cuanto a eventuales formaciones reactivas.

10) Para el mismo supuesto, indicar el grado de incapacidad resultante


tanto en el orden personal (subjetivo) como en su relación familiar, social
y laboral.-

11) En caso de que padezca incapacidad psíquica, indique tratamiento


adecuado, tiempo de duración, frecuencia y monto estimativo de cada
sesión.-
12) Evalué las proyecciones del hecho traumático y de la experiencia
negativa en su conjunto, en lo que hace a las etapas evolutivas posteriores
del actor, del grupo familiar en su conjunto así como la capacidad de goce
futura de los mismos.-

13) Si es posible que con el tratamiento médico el actor se recupere


total y absolutamente o pueden persistir secuelas.-

8) Cualquier otro dato que el perito considere de interés conforme a su


ciencia y saber.

5) PERICIAL MECÁNICA:

Se designe perito ingeniero mecánico único de oficio, a fin de que,


teniendo a la vista las constancias del presente proceso, se expida sobre
los siguientes puntos de pericia:

1) Efectúe croquis a escala, describiendo la mecánica del accidente, el


lugar donde se produjo, destacando las señales de tránsito, semáforos,
demarcación de las sendas peatonales, carteles indicadores, lomas de
burro, y todo otro elemento que el experto considere de interés, existente
en el lugar del hecho.

2) Indique si la mecánica accidental pudo razonablemente haber


ocurrido como se relata en los hechos de esta demanda y si el mismo se
podía haber evitado.

3) Todo otro dato que estime de interés para la causa.

6) PERICIAL CONTABLE

En el supuesto y para el caso de que las citadas en garantía negaran su


calidad de aseguradora del demandado y/o presentara en autos la
documentación obrante en esa empresa referente al siniestro por el que se
acciona solicito a V.S. designe perito contador único de oficio a fin de que
constituyéndose en la sede de la citada en garantía, ESCUDO SEGUROS
S.A., con domicilio en la Avenida Corrientes 330, 4º piso, de la Ciudad
Autónoma de Bs.As., informe:
1) Si los libros de la misma son llevados en legal forma;

2) Si se encuentra asentada la póliza correspondiente al COLECTIVO


LÍNEA 64 INTERNO 11,

3) Si dicha póliza se encontraba vigente al 09/03/2019;

4) Caso afirmativo, informará los riesgos cubiertos y topes de


cobertura;

5) Adjuntará en su informe las denuncias y toda la documentación


existente en la aseguradora mencionada, relacionada con el siniestro por
el que se acciona. –

6) CONSULTOR TÉCNICO:

Con el fin de colaborar en la producción y análisis de la prueba a


producirse en autos, propongo al siguiente consultor técnico:

1.-Médico Dr. Darío R. Fedi, domiciliado en A. Vélez Sarsfield 240, Ciudad


Autónoma de Buenos Aires.

2.- Licenciada en psicología Mariana Melina Tossi MN 29658.

3.- Contador público Walter Cesar Varela Tº216 Fº097 CPCECF.

7) CONFESIONAL:

Se cite al demandado y/o al representante legales de la citadas en


garantía, en su caso mediante cédula ley 22.172, a fin de que absuelvan
posiciones, reconozcan firmas y documentación y contesten
interrogaciones del Art. 415 del C.P.C.C. a la audiencia que V.S. designe y
bajo el apercibimiento de ley (arts. 417 y cs. del C.P.C.C.).-

8) TESTIMONIAL:

Se cite por el Juzgado y en su caso, conforme la ley 22.172, a prestar


declaración testimonial:
- Llanos José Luis, D.N.I. Nº 17.048.664, domiciliado en la calle
Paraguay 4814, piso 6º, depto 17, de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.

- Marcelo Guillermo Gustavo Rossi, D.N.I. Nº 16.974.338,


domiciliado en Caracas 1418, piso 7, depto “15”, de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.

Cumpliendo las exigencias del ritual procesal Art 333 in fine del CPCCN,
pongo en conocimiento de VS que los testigos ofrecidos por esta parte,
depondrán sobre los hechos y daños producto del siniestro de autos.

XV.- BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS

Por cuerda separada, por carecer de recursos esta parte actora y con el fin
de hacer efectivo el derecho al acceso a la justicia, se iniciarán
oportunamente los autos para peticionar la concesión del beneficio de
litigar sin gastos, conforme lo determinan los arts. 78 y concs, del CPCCN.

XVI.-AUTORIZACIONES

Se autorice a los Dres. Gladis Paintanida y/o Florencia Perfetti y/


Alejandro Muñoz y/o Diego Colomes y/o Federico Narváez y/o Christian
A. Castiglioni y/o Erika Natali Guillamondegui y/o Daiana Catania y/o
Malena Pereyra y/o Jorge Sousa y/o Diego Pallise y/o Jorge Cardozo, y/o
Alejandra Ruiz a examinar el expediente, extraer fotocopias, hacer
desgloses, presentaciones, diligenciar cédulas, oficios, mandamientos,
testimonios, y todo cuanto fuere menester para el normal desarrollo del
proceso.

XVII. ACOMPAÑA BONO

Se acompaña el bono de derecho fijo, solicitando su agregación.

XVIII. RESERVA DEL CASO FEDERAL


Para el hipotético caso que V.S. no hiciera lugar a la acción aquí
intentada, hago expresa reserva de ocurrir ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación por violación de derechos constitucionales
reconocidos en la Carta Magna, tales como el de peticionar ante las
autoridades (art. 14), el de defensa en juicio (art. 18), el de propiedad (art.
17), los derechos no enumerados (art. 33, y los derechos de rango supra-
legal incorporados por la reforma constitucional del año 1994, e
incorporados en el art. 75, inc. 22.

XIX.-PETITORIO

Por todo lo expuesto, solicito:

a) Se me tenga por presentado, por parte y por constituido el domicilio


legal indicado.

b) Se tenga presente la documentación que se acompaña.

c) Se tenga por ofrecida la restante prueba que hace a mi derecho,


ordenándose oportunamente su producción.

d) Se corra traslado de la demanda en la forma y bajo apercibimiento de


ley

e) Se tenga por presentado la autorización conferida.

f) Oportunamente se haga lugar a la demanda en todas sus partes,


condenando a los accionados al íntegro pago de las sumas reclamadas por
lesiones, daño moral y psicológicos, tratamiento psicológico, gastos
médicos y demás, suma todas a las que se deberá aplicar sus intereses
desde la fecha del hecho dañoso hasta el día de su efectivo pago, con más
intereses y costas del juicio.

Proveer de conformidad,

SERÁ JUSTICIA.

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