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STATUS DEL INDIO

CONCLUSIÓN

Podemos presentar el debate acerca de la situación jurídica de los nativos de América a


través de dos posturas, enfrentadas y simultáneas, cuyos fundamentos se expusieron en
aquel entonces en las llamadas “Juntas”, reuniones convocadas por el rey sobre asuntos
importantes, que se desarrollaban a lo largo de los años, y de las que surgían resoluciones
concretas. El status del indio fue tratado en las Juntas de Burgos de 1512-1513, y en las de
Valladolid de 1542-1543, y en las de 1550-1552, y se podría resumir en la siguiente
alternativa:

¿Igualdad o desigualdad?

-En favor de la “desigualdad”: se sostiene la postura de la evolución lineal, en la que las


sociedades avanzan a través de los mismos estadios, quedando algunas atrasadas con
respecto a las otras, que se encuentran atravesando etapas superiores de evolución. De
acuerdo con esto, los indios se habrían hallado, al tiempo del Descubrimiento, en un estadio
evolutivo intermedio, que los acercaba a la categoría de “rústicos” o menores en el derecho
castellano. Necesitados, pues, de tutela legal. Esta postura se asienta sobre las siguientes
doctrinas y documentos:

a) el Requerimiento de 1513, carta dirigida a los nativos de América y escrita por el jurista
Juan López de Palacios Rubios, en la que se intentaba explicarles las razones de la
presencia de los españoles, así como la autoridad del Papa para otorgar el Señorío de las
Indias Occidentales a los Reyes Católicos, y con ello la legitimidad de su dominio. En cada
desembarco, en cada avance en el territorio americano, se les leería el Requerimiento. Se
considera expresión de desigualdad porque en el documento es el español el que fija las
reglas y no permite otra opción que aceptarlas; de lo contrario, cabría aplicar el concepto de
“justa causa de guerra” (otro tema de ardiente debate en la época de la que hablamos).

b) la doctrina de Francisco de Vitoria en su Relectio de Indis, por cuanto autoriza la


guerra contra el indio en los casos en que éste perturbase el natural derecho de
“sociabilidad universal”, que consiste en la facultad de navegar, comerciar y circular por
todo el orbe, derecho que es natural y de gentes, y cuya violación constituye injuria grave
que admite la guerra como respuesta. Asimismo, encuentra Vitoria en la barbarie de los
indios otra razón para tutelarlos en su propio beneficio.

c) la doctrina de Juan Ginés de Sepúlveda, basada en la tesis aristotélica de la esclavitud


natural: “son esclavos por naturaleza los que participan de la Razón en cuanto pueden
percibirla, pero sin tenerla en propiedad”. De acuerdo con esto, habría en la Naturaleza
una jerarquía esencial basada en relaciones de superioridad-inferioridad. Así, el niño es
inferior al adulto (inferioridad transitoria, ya que el correr del tiempo la subsana), la mujer

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es inferior al hombre, el animal es inferior al humano, y el indio es inferior al europeo. El
fundamento de estas jerarquías es la imperfección de unos que, por causa de su debilidad o
indefensión, deben someterse a otros por su propio bien y para evitar males mayores.

-En favor de la “igualdad”: sostiene la tesis de la racionalidad esencial, de Santo Tomás de


Aquino, que iguala a todos los hombres en Cristo y en el libre albedrío, que es la condición
misma de humanidad. Los documentos que abonan esta postura son:

a) la respuesta de los Reyes Católicos a través de una Real Cédula del 1500, ante la oferta
de Cristóbal Colón de proporcionarles esclavos: “los indios son vasallos libres de la
Corona de Castilla”.

b) el testamento de la reina Isabel en defensa de las personas y los bienes de los nativos
de América.

c) la Real Cédula de 1530 de Carlos V: “Ninguna persona sea osado de tomar en guerra o
fuera de ella ningún indio como esclavo….etc.” (Ver en carpeta de documentos).

d) la Bula del Papa Paulo III de 1537: “A todos digo sin ninguna excepción…aquellos
indios, como verdaderos hombres que son…no están privados de su libertad ni del dominio
de sus cosas…y no serán esclavos….etc” (Ver en carpeta de documentos).

e) las Nuevas Leyes de 1542, ordenamiento general de carácter territorial, resultado de las
Juntas de Valladolid, que declaran la “libertad natural del indio”, lo que implica que no es
necesario demostrarla, ya que es condición propia de su esencia humana.

f) la doctrina de Bartolomé de las Casas en las Juntas de Valladolid de 1550, donde


expresa que no existen diferencias naturales entre el indio y el europeo, y para rebatir a
Juan Ginés de Sepúlveda, su contendiente en aquellos debates, dice: “Mandemos a paseo
en esto a Aristóteles pues de Cristo, que es verdad eterna, tenemos este mandato: amarás a
tu prójimo como a ti mismo”. La única posible diferencia que encuentra el fraile radica en
que el indio no es creyente de la verdadera Fe, pero sólo porque no la conoce; y es algo que
puede revertirse, dada la natural inclinación del nativo hacia la salvación, puesto que es
manso, pacífico, y es cristiano sin saberlo (como los gentiles a los que se refería San Pablo
en sus Epístolas). Este pensamiento del P. las Casas es, en cierto modo, la proyección de un
ideal: el del “buen salvaje”, que considera al indio de América viviendo la Edad Dorada del
hombre, la que en Europa ya se ha perdido y que debe tomarse como modelo de virtud
natural.

g) las Ordenanzas de Juan de Ovando de 1573, cuando se reemplaza la palabra


“conquista” por “poblamiento”, y se establece la posición definitiva: pacificación de los
territorios y búsqueda de métodos atractivos para lograr la conversión espiritual (música, la
Cruz en la mano, hablarles en su lengua, etc).

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A partir de las Ordenanzas de pacificación de Juan de Ovando, la situación con el indio
queda así:

-En territorios ya ocupados por los españoles, aun cuando lo hubiesen sido ilegítimamente
por no haberse cumplido las órdenes reales, no serían abandonados por el mal que de ello
pudiera acarrearse. Y donde no hubiese sumisión voluntaria del indio, la presencia española
tendría el carácter de un Protectorado que admitiría la actuación de los caciques como
señores o jefes naturales.

-En territorios aún no ocupados por los españoles, descubiertos o no (recordar la cuarta
Bula, Dudum siquidem) dichos territorios podrían ser ocupados sin daño a los nativos, que
deberán ser tratados como hombres libres conforme el derecho natural, hasta que
reconozcan al Rey de España como su jefe, y a partir de entonces serán considerados
súbditos. Mientras tanto, el acercamiento deberá ser pacífico y procurar alianzas con el
indio, a menos que éste ataque sin razón, en cuyo caso cabrá rechazarlos en defensa propia.

Como antecedentes necesarios de este capítulo, ver los temas dictados sobre las distintas
formas de organizar al indio para trabajar: repartimientos, encomiendas, mita, yanaconazgo,
reducciones, corregimientos y misiones, a lo largo de la colonización de América. Ahondar
en el origen de cada sistema, su fundamento y su evolución a través de la legislación
indiana.

GLORIA VODANOVICH CASAÑAS

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