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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior


Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
Área de Ciencias de la Salud
Programa de Medicina

Monografía

Bachilleres:
Cátedra: Bioética Aquiles Fonseca C.I: 28.084.
1er año de Medicina Alondra Parra C.I: 31.322.282
Sección 22 Greisiris Velázquez C.I: 31.317.865
Profesor: Wilmer Caldera Héctor Mora C.I: 31.010.766
Krystell Correa C.I: 31.564.127
Luz Irina Pérez C.I: 29.629.128
María Galiano C.I: 31.283.381
Skarliany Coto C.I: 31.537.117

San Juan de Los Morros, marzo de 2023


Índice

Introducción………………………………………………………………3
La persona humana………………………………………………………4
Características de la persona humana……………………………………7
Origen de la dignidad de las personas……………………………………9
Principios de la dignidad humana…………………………………………10
Los procesos biográficos del hombre………………………………………13
Repercusión biográfica de la enfermedad…………………………………14
Conclusión……………………………………………………………………17
Referencias bibliográficas…………………………………………………18
Introducción

La persona humana, a lo largo de toda la historia a estado bajo observación


e investigación constante, ya que como una especie que evoluciona con el
paso de cada día, esta requiere extensas investigaciones.
La investigación sobre esta puede variar y conectarse entre distintas ramas
como las humanidades, ciencias, antropología, bioética, etc. Todas con el fin
de darle una explicación a las conductas de la persona, con respecto a su
entorno, necesidades y actitudes cotidianas.
En este trabajo se hablará sobre la persona humana con sus diferentes
características y su desarrollo social, en como este se relaciona con su
entorno usando sus creencias y enseñanzas; el como estas pueden afectar
las distintas áreas de su vida.
La persona humana

La persona, jurídicamente hablando, es el sujeto de derechos y obligaciones,


es decir, todo ser capaz de tener derechos y contraer obligaciones. Para
fines legales, el Código Civil distingue entre: (I) personas naturales (personas
físicas o seres humanos) y (II) personas jurídicas (que corresponde a una
ficción legal).
Es el ser humano como totalidad el que es valorado cuando se habla de
dignidad humana, no se valora sólo la racionalidad, ni tampoco, como podría
comprenderse en otras teorías antropológicas, la “animalidad”, es decir su
costado biológico: lo que comparte con el animal y el vegetal, sino la
integridad del ser humano. Esta valoración implica el reconocimiento de la
multiplicidad de aspectos que implica el ejercicio de la humanidad, entre
ellos, el fundamental, que es su relación con el otro humano y con lo no
humano que le permite descubrir todo lo que es y todo lo que le falta ser.
Cuando se hace hincapié en la persona y en su dignidad se busca subrayar
el valor del hombre como tal. Se debe entonces valorar al ser humano, o a la
persona, mediante el reconocimiento del valor de su vida, proclamándolo
merecedor de derechos: del derecho a la integridad, a la identidad, a la
buena vida, al futuro, a la Salud y la Educación entre otros. La persona
humana no es otra cosa que un ser humano y la referencia a éste puede ser
enriquecida con significados provenientes del concepto de persona, mientras
se reconozca su igualdad en dignidad.
Se asocia al ser humano con un sujeto racional protagonista de la historia,
referencia de toda moral y por consiguiente de todo conocimiento y política.
El sujeto moderno no sólo se conoce a sí mismo, sino que ese conocimiento
le permite juzgar acerca de la verdad y el bien: su razón es la medida de esa
verdad y ese bien, y el resultado de ello es claramente una ciencia
sustentada sobre una objetividad establecida por el sujeto y una ética
sostenida por un mandato, un imperativo que debe ser identificado y
obedecido por un sujeto. Ese sujeto es el hombre, el ser humano, el quien
que no es un qué ni puede serlo. Kant, el representante más preclaro de la
modernidad, pone al ser humano como el protagonista único de lo moral y
por consiguiente como lo que debe considerarse más valioso, lo que es el fin
de cualquier acto moral. El hombre, su dignidad, es innegociable, no puede
cambiarse por nada.
Desde el punto de vista filosófico, sobre todo desde el personalismo, la
asociación más frecuente es la de persona con la identidad, buscando
asociar identidad con el carácter de quien. Desde aquí se analiza que hay
ciertas señales empíricas como forma, figura, parentesco, nombre propio,
lugar y fecha de nacimiento, que son propios de cada ser humano como
entidad singular y que, por consiguiente, circundan su individualidad. Estas
particularidades que pueden ser formalmente reconocidas por una sociedad,
según el personalismo, aluden a la certeza de ser un yo individual, a la
transparencia de la autoconciencia y la autonomía de un quien, que es dueño
de un cuerpo que también lo identifica. Ese yo que se inserta en una
sociedad, de tal manera que no puede eludir la vida social, tiene sin embargo
una vocación de superar ese estado, en tanto y en cuanto es un ser espiritual
que aspira a la trascendencia.
Al hablar de seres humanos o simplemente de humanos, nos referimos a
nuestra propia especie, llamada científicamente Homo sapiens (en latín:
“hombre sabio” u “hombre pensante”). Se clasifica biológicamente en el
orden de los primates y la familia de los homínidos. Los seres humanos
somos los creadores de la civilización que hoy domina y transforma la Tierra.
Antiguamente se empleaba el término “hombre” para referirse al conjunto de
la humanidad, pero dada su similitud con el individuo macho de la especie,
esto se encuentra en desuso. Hoy en día es preferible y aceptable el uso de
“ser humano”, “humanidad” o “humano”, ya que en estos términos se
incluyen ambos sexos de la especie.
Aunque no lo parezca, no es sencillo responder qué cosa es el ser humano.
Todo depende de la disciplina que se hace esta pregunta. Pueden darse
respuestas meramente biológicas, que tienen que ver con el funcionamiento
de nuestros cuerpos o con nuestra evolución. Otras respuestas sobre la
naturaleza del ser humano pueden ser del orden psicológico, que atienden a
nuestra manera de pensar o al hecho mismo de que pensamos. Las
respuestas filosóficas, pueden vincular lo humano con una manera de actuar
y de pensarnos a nosotros mismos.
El ser humano es un animal gregario, es decir, le gusta vivir entre sus pares.
La familia es la unidad básica de la sociedad, mediante la cual se reproduce
a sí misma, y es dirigida por los progenitores (padre-madre) o por sustitutos.
Una consecuencia del comportamiento social del hombre fue el desarrollo del
lenguaje. Gracias a él el ser humano ha podido comunicarse para llegar a
acuerdos, defenderse de otras especies y planificar para el futuro.
Ética del ser humano
El ser humano ha construido diversos códigos filosóficos, morales y éticos
mediante los cuales regirse, a lo largo de su historia. Estos códigos han sido
impartidos por religiones, implantados a la fuerza o construidos en conjunto
para dar solución a conflictos que, de otro modo, resultarían sangrientos o
innecesariamente largos.
Características de la persona humana

Característica es una cualidad o aspectos, que permiten identificar a una


persona, objeto o animal, diferenciándolo de sus semejantes, o de otros
elementos (según sea el caso). Al hacer referencia a las personas, estas
incluyen tanto la personalidad como el aspecto físico. Las características
pueden ser habilidades, cualidades, rasgos físicos o psicológicos.

Algunas de estas características son:

• Posee capacidad de razonamiento y conciencia.


• Tiene consciencia de la muerte.
• Es un ser social.
• Se organiza en grupos sociales que generan un código ético para la
supervivencia del grupo.
• Se comunica mediante el lenguaje.
• Se expresa simbólicamente por medio de la cultura (arte, religión,
hábitos, costumbres, vestido, modelos de organización social, etc.).
• Expresa su sexualidad mediante el erotismo.
• Posee libre albedrío, es decir, voluntad propia.
• Tiene capacidad para el desarrollo tecnológico.
• Tiene capacidad para la empatía.
• Su intervención en el medio ambiente causa impacto ecológico.

Características biológicas
El ser humano es un animal bípedo, con articulaciones superiores útiles,
capaz de andar erguido y de pelaje escaso. Posee simetría bilateral y sus
órganos reproductores en el medio, entre las piernas.
En su cabeza se hallan los órganos principales de los sentidos, de la
comunicación, su vía alimenticia. También en la cabeza, dentro del cráneo,
se encuentra el cerebro, el órgano más poderoso en materia de información,
capacidad creativa y de razonamiento.
El ser humano es una especie sexuada. Su reproducción implica 9 meses de
gestación y el nacimiento de un nuevo individuo dotado de un nuevo e
irrepetible genoma, heredado de sus padres. Es un mamífero y un primate.

Características culturales
Nuestra especie es rica en culturas y en tradiciones rituales, sociales y
expresivas. Somos los poseedores del lenguaje verbal, una herramienta tan
fascinante que nos permite explicar el universo, nombrarlo, relacionarlo y
representarlo mediante sonidos y signos que pasar a otros.
Además, somos las únicas criaturas capaces del arte, de la inspiración y las
únicas capaces de creer en Dios y de rezar. También las únicas capaces de
odio, de avaricia y de egoísmo.
Origen de la dignidad de las personas

El concepto de dignidad humana tiene su origen en la antigüedad griega; sin


embargo, se ha enriquecido en su significado y alcance a lo largo del
desarrollo de la historia humana, pasando de ser un concepto vinculado a la
posición social a expresar la autonomía y capacidad moral de las personas,
constituyéndose en el fundamento indiscutible de los derechos humanos.
Especial relevancia tiene la dignidad humana, como elemento para enfrentar
y desarrollar las normas relativas a las transformaciones sociales provocadas
por el desarrollo científico y tecnológico. En este texto nos centramos en
abordar las que se refieren al inicio de la vida humana ya su final.
En su desarrollo histórico la idea de dignidad humana ha hecho referencia a
distintos aspectos de la condición humana o ha sido entendida desde
distintas perspectivas o dimensiones. Francisco García Moreno, por ejemplo,
identifica lo que él llama cuatro dimensiones de la dignidad: a) político-social;
b) religiosa o teológica; c) ontológica yd) ética, personal y social en el sentido
de la autonomía, 6 que corresponden de alguna manera a su evolución o
desarrollo a lo largo de la historia, como exponemos a continuación.

La dignidad en la Antigüedad

En una primera etapa, en la Antigüedad griega y posteriormente en Roma, la


concepción de la dignidad se basó originariamente en el aprecio y el
reconocimiento social hacia el individuo, en la posición social que se
ocupaba, como señala Antonio Pelè: En efecto, tanto en la Antigüedad, la
Edad-Media, el Renacimiento, etcétera el valor del individuo derivaba de su
filiación, origen, posición social, u otros cargos políticos. En resumen, los
individuos nacían con dignidades distintas y desiguales. El individuo podría
sentir e identificar su valor y excelencia por la pertenencia a una élite con la
cual compartiría los rasgos sociales, políticos y económicos.

Dignidad con fundamento religioso

Ya desde las filosofías griega y romana la dignidad hace referencia también


a un reconocimiento de lo divino en los individuos, por eso la exigencia de un
comportamiento virtuoso, que busca la perfección propia de lo divino. Sin
embargo, aunque la idea de la creación del hombre por Dios es un rasgo
común a todas las religiones monoteístas, fue con la aparición del
cristianismo que la dignidad cobró una nueva dimensión, fundada en el
vínculo con la divinidad. La dignidad para el cristiano se fundamenta en que
es creado por Dios: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó”.
Para los cristianos, la dignidad tiene su fundamento en su filiación divina, a la
que se suma la redención de todo el género humano por Cristo, el mismo
Dios hecho hombre, y con esto la dignidad se une con el principio de
igualdad, pues la creación y la redención alcanzan a todos. Pero de nuevo se
trata de una dignidad que le viene al hombre de fuera, que no tiene su
fundamento en la propia condición humana.

Principios de la dignidad humana

Debemos conocer que la dignidad humana es el valor que todos poseemos


desde que nacemos, visto desde un punto de vista religioso este es creado a
imagen y semejanza de Dios, desde lo moral hace referencia al valor
inherente del ser humano por el simple hecho de serlo, como ser racional,
dotado de libertad, no se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino
consustancial al ser humano. Es un principio fundamental en el que se
basan todos los demás valores como una actitud de respeto que merece la
persona por el hecho de pertenecer a la especie humana, es decir que la
dignidad es la libertad que se tiene de elegir lo que cada uno desee dentro
de ciertos límites que no afecten la convivencia social y los derechos que
tienen en el mismo sentido los otros integrando la necesidad de que todos
los seres humanos sean tratados en un pie de igualdad y que puedan gozar
de los derechos fundamentales que de ellos derivan.
Otro sentido que podemos darle a la dignidad humana consiste en no definir
ni conceptualizarla sino tratando de identificar las conductas que la lesionan
o dañan, lo que se identifica como conceptualización de la dignidad por su
contrario. Gracias a que el ser humano es un ser social, y su dignidad va
acompañada de la interacción social, existe en conjunto con valores
fundamentales, como son la solidaridad, la paz, la caridad y el amor al
cristiano y/o prójimo. (Sánchez, 2017)
La primera actitud que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser
humano es la de respeto y rechazo de toda manipulación: frente a él no
podemos comportarnos como nos conducimos ante un objeto, como si se
tratara de una «cosa», como un medio para lograr nuestros fines personales.
Principio de Respeto
«En toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, trata siempre a
cada uno (a ti mismo y a los demás) con el respeto que le corresponde por
su dignidad y valor como persona»
Todo ser humano tiene dignidad y valor inherentes, solo por su condición
básica de ser humano. El valor de los seres humanos difiere del que poseen
los objetos que usamos. Las cosas tienen un valor de intercambio. Son
reemplazables. Los seres humanos, en cambio, tienen valor ilimitado puesto
que, como sujetos dotados de identidad y capaces de elegir, son únicos e
irreemplazables
Principios de No-malevolencia y de Benevolencia
«En todas y en cada una de tus acciones, evita dañar a los otros y procura
siempre el bienestar de los demás».
Principio de doble efecto
«Busca primero el efecto beneficioso. Dando por supuesto que tanto en tu
actuación como en tu intención tratas a la gente con respeto, asegúrate de
que no son previsibles efectos secundarios malos desproporcionados
respecto al bien que se sigue del efecto principal»
El principio de respeto no se aplica sólo a los otros, sino también a uno
mismo. Así, para un profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo
significa obrar con integridad.
Principio de Integridad
«Compórtate en todo momento con la honestidad de un auténtico
profesional, tomando todas tus decisiones con el respeto que te debes a ti
mismo, de tal modo que te hagas así merecedor de vivir con plenitud tu
profesión».
Ser profesional no es únicamente ejercer una profesión, sino que implica
realizarlo con profesionalidad, es decir: con conocimiento profundo del arte,
con absoluta lealtad a las normas deontológicas y buscando el servicio a las
personas y a la sociedad por encima de los intereses egoístas.
Otros principios básicos a tener presentes son los de justicia y utilidad.
Principio de Justicia
«Trata a los otros tal como les corresponde como seres humanos; sé justo,
tratando a la gente de forma igual. Es decir: tratando a cada uno de forma
similar en circunstancias similares».
La idea principal del principio de justicia es la de tratar a la gente de forma
apropiada. Esto puede expresarse de diversas maneras ya que la justicia
tiene diversos aspectos. Estos aspectos incluyen la justicia substantiva,
distributiva, conmutativa, procesal y retributiva.
Principio de Utilidad
«Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu intención tratas a
la gente con respeto, elige siempre aquella actuación que produzca el mayor
beneficio para el mayor número de personas».
El principio de utilidad pone énfasis en las consecuencias de la acción. Sin
embargo, supone que has actuado con respeto a las personas. Si tienes que
elegir entre dos acciones moralmente permisibles, elige aquella que tiene
mejor resultado para más gente.
En la actualidad uno de los ámbitos de reflexión social en los que tiene
mayor importancia la idea de la dignidad humana es en el de la bioética.
Disciplina nacida apenas en los años setenta y pretender ser un espacio de
reflexión ética para hacer capacidades frente a las nuevas personas para
interactuar con el entorno vivo, el bios, gracias al desarrollo de la ciencia y la
tecnología pudiendo afectarlo de manera tal que se ponga en riesgo la
supervivencia misma de la humanidad. Por eso el reconocido como padre de
la bioética, Van Rensselaer Potter tituló a su obra Bioethics, Bridge to the
Future.
La bioética, como una disciplina joven que está aún en formación, con
dificultades especiales en su desarrollo dada la necesidad de la
interdisciplina para lograr avances y desarrollar consensos y principios que
puedan ser eficientemente institucionalizados en la sociedad; pues como
disciplina moral aspira a dirigir u orientar la conducta humana.
Los procesos biográficos del hombre

El método biográfico constituye una metodología de investigación cualitativa,


que integra los relatos de toda una vida o de determinadas etapas o
acontecimientos biográficos de relevancia de la persona estudiada, además
de toda la información o documentos de los que se pueda disponer sobre la
vida del sujeto objeto de estudio, con el propósito de conocer y analizar la
percepción de la realidad social de la persona estudiada. La siguiente
presentación hace un recorrido por las principales características y
aplicaciones investigadoras de la metodología biográfica en Ciencia Sociales.
Se dan ejemplos prácticos de su utilización, se valoran sus potencialidades y
límites, así como sus fundamentos teóricos más relevantes.
En el escenario de las metodologías cualitativas, el enfoque biográfico ha ido
adquiriendo un lugar relevante. Este enfoque, en la intersección de lo social y
lo psicológico, sostiene que los individuos están marcados por una dinámica
contradictoria entre la acción de determinantes sociales y familiares y el
trabajo que el propio sujeto efectúa sobre su historia para intentar controlar
su curso y otorgarle un sentido. De esta manera, se concibe al sujeto como
un producto, un productor y un actor de su historia.
Se presenta en este artículo una revisión del enfoque biográfico analizándolo
y situándolo como un enfoque cualitativo y clínico para el quehacer científico.
Se revisa la trayectoria que este enfoque ha tenido en las ciencias sociales, a
través del aporte que diferentes disciplinas han ido realizando. Se presentan
las principales corrientes de desarrollo del enfoque, así como las principales
opciones teóricas que fundan y orientan el quehacer desde él.
Repercusión biográfica de la enfermedad

La formación profesional en el área de la salud ha de favorecer la realización


de juicios morales que permitan enfrentar la vida con dignidad
comprendiendo al paciente como persona, apoyándose en la propia
consciencia moral que aprueba vivir y ayudar a vivir a otros. Incorporar la
subjetividad humana en la clínica contribuyó a desarrollar la patología
biográfica en la comprensión del sentido que la enfermedad y la salud tienen
en la existencia humana del paciente, lo que terminó favoreciendo cambios
en la relación médico-paciente.
Desde el año 1973 con la Declaración de los Derechos del Paciente se
comienza a dar un viraje en la relación médico-paciente, que ya la medicina
antropológica de Von Weizsäecker de la Escuela de Heidelberg había
iniciado varios años antes, al plantear la subjetividad humana en la
clínica e integrar la patología biográfica y comprender el sentido de la
enfermedad y el sanar dentro de la existencia humana, al mirar dentro de la
persona que la padece, sosteniéndose que el enfermar humano está
preparado, desde la infancia, por el caudal hereditario y por la biografía
personal. De esta manera se pretende reconocer a la persona humana,
donde la enfermedad es la característica de la existencia, donde la patología
está directamente influida por la percepción de la enfermedad y del hecho
mismo de sentirse enfermo, tomando en cuenta la enfermedad como parte
de la biografía personal, con un profundo sentido de la existencia humana y
con diferentes niveles de afectación. La experiencia de los signos y síntomas
considerados objetivamente por el paciente, propio de la condición como se
asume o se vive la enfermedad, en una personalidad particular explica las
actuaciones del paciente, la asunción del rol de enfermo y el compromiso con
el tratamiento.
La forma como se vive la enfermedad está directamente proporcional a la 37
incapacidad a la que se verá sometida la persona por causa de la
enfermedad y sobre todo en relación a la libertad que se pueda seguir
teniendo y a los cambios permanentes en la biografía de la persona. La
experiencia de enfermedad representa cómo se vive y del modo cómo se
siente el proceso patológico desde lo más íntimo del ser humano, analizado
desde parámetros selectivos.
Incluye datos como ritmo y modos vitales: sueño, descanso, aficiones, rutina
diaria. Han de explorarse en relación con la repercusión funcional de los
síntomas. La anamnesis es, entre otras cosas, una prueba funcional que
permite valorar la repercusión de la enfermedad en la vida cotidiana del
sujeto. La anamnesis biográfica trata de poner en relación acontecimientos
biográficos con síntomas o enfermedades para encontrarles un sentido. Las
enfermedades no son nunca hechos casuales, la enfermedad es para el ser
humano una experiencia biográfica en el contexto de su propia vida. Toda
enfermedad es siempre un proceso psicosomático en cuanto participan el
soma y la psique, con variables repercusión en una y otra vertiente de la
persona. En este sentido, la enfermedad se manifiesta como una interrupción
en la biografía de la persona, señalando un «antes y un después» en su vida.
Esta ruptura biográfica puede presentarse como provisoria –los momentos
de «interrupción» o «intrusión»- o definitiva, implicando una «inmersión» total
y absoluta en un nuevo mundo de vida, en el caso de enfermedades
crónicas. Otro factor concluyente en la interpretación personal de la
enfermedad, como parte de la biografía, ha de llevar a estudiar cómo esta
influye en la familia de acuerdo al momento histórico-particular en que surge
como acontecimiento grupal y cómo esto favorece o no en el tratamiento o la
Rehabilitación de la persona enferma.
El avance tecnológico alcanzado por la medicina en las últimas décadas ha
hecho que los aspectos éticos de la actividad médica, contrariamente a lo
que algunos pudieran esperar, han recibido una atención creciente ya que,
precisamente, el uso y abuso de los recursos técnicos determinan cambios
en la praxis médica que obligan a replantear las relaciones entre la ética y la
medicina. Indudablemente, la medicina científica ha logrado avances
incuestionables en el diagnóstico y la terapéutica de muchas enfermedades;
sin embargo, se ha repetido hasta el cansancio que la tendencia tan
arraigada de estudiar "enfermedades" y no "enfermos" es reprobable, entre
otras razones porque el problema que aqueja al paciente no está resuelto
simplemente al etiquetar la enfermedad, no teniendo en cuenta que lo que el
paciente realmente desea, consciente o inconscientemente es estar seguro
que su condición particular ha sido comprendida, única manera de lograr una
relación médico-paciente exitosa. Claude Bernard, representante a ultranza
de la medicina científica ya lo había vislumbrado en pleno siglo XIX al
afirmar: "el médico se ve con frecuencia obligado a tener en cuenta en sus
tratamientos eso que llaman influencia de lo moral sobre lo físico y por
consiguiente una multitud de consideraciones de tipo familiar o de posición
social que nada tienen que ver con la ciencia". En este sentido y como una
contribución a un mejor conocimiento de la persona enferma, además del
diagnóstico de la enfermedad, considerada como un hecho biológico y de los
aspectos emocionales presentes siempre en el enfermo, creemos que ubicar
la persona en su situación vital contribuirá significativamente a entenderla
mejor.
La noción de situación vital está relacionada con el concepto de "mundo" de
los filósofos existencialistas, y se refiere, esencialmente, al conjunto de seres
y cosas con los cuales la persona establece una relación significativa;
ambas, el yo (la persona) y su mundo (la circunstancia que le tocó vivir)
inseparablemente, constituyen la vida de todo hombre. La circunstancia está
formada por muchas cosas: seres, creencias, objetos, recuerdos, etc. que
ayudan u obstaculizan a la persona en su desenvolvimiento. En este sentido
puede decirse que el estado de bienestar o malestar, la manera de enfrentar
la vida, sus motivaciones y sus frustraciones, dependen de muchas cosas, la
mayoría de las veces, difíciles de precisar: En palabras de Ortega: "Somos la
persona que vive una vida particular y concreta con las cosas y entre las
cosas el hombre no tiene más remedio que hacerse cargo de la situación,
esto es, de sus circunstancias"
Al aparecer la enfermedad todo se transforma: el mundo de un hemipléjico
es totalmente distinto al que tenía cuando gozaba de buena salud y sus
motivaciones son otras. "La enfermedad le cambió la vida", es la expresión
popular que resume esta tragedia y pone en evidencia el hito que la
enfermedad produce en la biografía de la persona.
Conclusión

En conclusión, podemos decir que la persona humana a lo largo de su


evolución como un ser pensante, en base a sus creencias y enseñanzas a
originado una conducta social adecuada a su entorno.
La formación de estas conductas y características, ayudan al desarrollo de
las personas y la sociedad en general, apoyando sus derechos, deberes, su
moral, principios, dignidad, y todas esas bases que nos llevan a la formación
de la conciencia social y propia de cada individuo. Por eso, es importante
siempre tener presentes estos valores y saber la importancia de estos, ya
que ayuda a cada persona a relacionarse con su entorno de forma correcta,
como en su trabajo, en sus familiares, amigos, conocidos, etc.
Los valores y la dignidad de una persona, radican en sus experiencias de
vida, así como también tenerlos presentes día con día, evaluando su entorno
y entendiendo los fundamentos que estos tienen.
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