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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales “Rómulo Gallegos”
Área: Ciencias para la Salud, Escuela de Medicina Dr. Francisco Torrealba
Sede San Juan de los Morros, Estado Guárico
Programa: Medicina
3er año, sección N°4
Materia: Ética y Deontología Medica

LA PERSONA HUMANA

Profesor: Frank Álvarez

Integrantes:

Briceño Yanez Jaimer Amílcar C.I: 28. 176.073


Canelón Marcano Valeria Josefina C.I: 28.482.400
Corrales Chávez Rafael Miguel C.I: 28.280.843
González Pérez Juan Pablo C.I: 28.482.300
García Correa Stephania de los Ángeles C.I: 28.429.521
Romero Rivas Francis Gricell C.I: 27.238.912

Abril, 2021

La persona humana
Se define como un ser independiente, inteligente y racional, que desde pequeño
desarrolla sus conocimientos, y se apoya en la educación para desarrollar todas sus
potencialidades frente a la sociedad, que es la que lo lleva a convertirse en un hombre
productivo para la sociedad, que lo lleva a ubicarse en el contexto social como una persona
que logra sus metas y propósitos que siempre serán individuales. Filosóficamente
podríamos definir persona humana como: Un ser que por tener, no solo instintos, sino
también entendimiento y libertad, es capaz de sentir necesidades morales, tanto con
relación a su cuerpo como respecto a su espíritu, y que, por ello, tiene también derecho a
satisfacer esta doble clase de necesidad de la persona humana que lleva consigo el derecho
que es correlativo de aquellas necesidades y obligaciones.
En este mismo orden de ideas, da significado al ser del mundo, es el centro de la
sociedad, es artífice de la historia que tiene en las personas concretas, en sus relaciones y en
sus acciones, toda fuente de la explicación. Pero también es fundamento y criterio ético. En
sentido subjetivo, en cuanto que una acción es ética cuando expresa una elección de la
persona. También en sentido objetivo, en cuanto que la persona es fundamento, medida y
término de la acción moral. En este orden de ideas, tiene una naturaleza corpóreo-espiritual
y está dotada de una razón abierta al conocimiento y al reconocimiento de su propia
dignidad en sentido pleno (inscrita en la misma naturaleza), de los valores que debe realizar
y de las normas para obtenerlos. Es el juicio práctico de la razón el que constituye la
conciencia moral. La estructura de la persona, o la naturaleza humana personalizada,
mediante la reflexión racional consigue la conciencia de sí y la conciencia de la urgencia
moral de seguir su propio bien y de buscar en sus acciones la realización del bien propio y
de toda persona.

Características de la persona

1. Tiene cuerpo y alma:


Cuerpo físico: Sujeto a leyes biológicas (nacimiento, nutrición, crecimiento,
reproducción y muerte).
Alma: Principio de movimiento de todo ser vivo, diferente al de lo demás.
2. Es individual:
Es distinta de todos los miembros de la especie humana.
Unidad que no puede dividirse sin perecer.

3. Es social: Solo en compañía de sus semejantes, encuentra las condiciones


necesarias para el desarrollo de su conciencia, racionalidad y libertad.

Origen de la dignidad de las personas

La dignidad implica desde su origen como palabra, lo que es valioso y por lo tanto,
lo que merece ser apreciado por ello. Radica así en dos elementos claves: Por un lado,
autoconocimiento y reconocimiento de la individualidad y por otro, el reconocimiento
de la importancia del otro.
En este contexto, el concepto de dignidad humana, toma su inspiración en el autor
renacentista Pico Della Mirandola y de la Ilustración. Mucho contribuyó a su aclaración
el pensamiento de Kant que habla de que las personas no pueden ser utilizadas nunca como
un medio sino como un fin. A la vez, es necesario reconocer que la dignidad humana es una
idea de hondo sentido cristiano.
Por otro lado, a pesar de ser una idea de larga tradición, el reconocimiento jurídico
de la dignidad personal no se produjo hasta pasada la Segunda Guerra Mundial, con
la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada en 1948. El despojo sufrido por
numerosos grupos de población durante la guerra y los años anteriores a ella avivaron el
reconocimiento individual en las víctimas de la existencia de algo que no les podían robar:
la libertad interior. Este reconocimiento, experimentado por numerosas personas al mismo
tiempo, generó tras la guerra un movimiento social a favor del reconocimiento jurídico de
la idea de dignidad, con la esperanza de que episodios como los sufridos no volvieran a
repetirse. La Declaración Universal de Derechos Humanos invoca en su Preámbulo la
dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana para luego afirmar que
todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derecho (artículo 1). Con
posterioridad, el concepto de dignidad humana fue retomado por los dos pactos
internacionales de derechos humanos de 1966 y por la mayoría de los instrumentos
condenatorios de una serie de prácticas o directamente contrarias al valor esencial de la
persona, tales como la tortura, la esclavitud, las penas degradantes, las condiciones
inhumanas de trabajo, las discriminaciones de todo tipo En la actualidad, la noción de
dignidad humana tiene particular relevancia en las cuestiones de ética Así mismo, un gran
número de constituciones nacionales, sobre todo las adoptadas en la segunda mitad del
siglo XX, hacen referencia explícita al respeto de la dignidad humana como fundamento
último de los derechos enumerados y como la finalidad esencial del estado de derecho.

Principios de la dignidad de las personas

Principio de respeto: En toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, trata
siempre a cada uno ,a ti mismo y a los demás con el respeto que le corresponde por
su dignidad y valor como persona.
Principio de malevolencia y de benevolencia : En todas y en cada una de tus
acciones, evita dañar a los otros y procura siempre el bienestar de los demás.
Principio de doble efecto: Busca primero el efecto beneficioso, dando por supuesto
que tanto en tu actuación como en tu intención tratas a la gente con respeto,
asegúrate de que no son previsibles efectos secundarios malos desproporcionados
respecto al bien que se sigue del efecto principal.
Principio de integridad: Compórtate en todo momento con la honestidad de un
auténtico profesional, tomando todas tus decisiones con el respeto que te debes a ti
mismo, de tal modo que te hagas así merecedor de vivir con plenitud tu profesión.
Principio de justicia: Trata a los otros tal como les corresponde como seres
humanos; sé justo, tratando a la gente de forma igual. Es decir: tratando a cada uno
de forma similar en circunstancias similares.
Principio de utilidad: Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu
intención tratas a la gente con respeto, elige siempre aquella actuación que produzca
el mayor beneficio para el mayor número de personas.

Los procesos biográficos del hombre


Para comenzar, cuando se habla de seres humanos nos referimos exclusivamente a
los Homo sapiens, aunque no seamos los únicos integrantes del género Homo.
La evolución humana comprende el surgimiento de las siguientes
especies principales (existieron otras menores que no formaron parte vital del árbol
evolutivo):
Australopithecus: Primeros primates en caminar erguidos, fueron un grupo variado
y exitoso de especies, que se enfrentaron a un cambio climático intenso en
la sabana de su época, viéndose obligados a abandonar la dieta vegetariana
y empezar a cazar, dando así origen al género Homo.
De esta especie se conservan esqueletos bastante completos, como la famosa Lucy
(Australopithecus afarensis).
Homo habilis: El género homo se caracteriza por su capacidad de desarrollo de
herramientas de piedra, y el primero de ellos existió en África hace 2,2 millones de
años. Su capacidad craneal no superaba los 800 cm3 y habría compartido época con
el Homo rudolfensis, con el cual a menudo se considera una misma especie.
Homo ergaster: Esta especie humana fue la primera en salir de África hace 1,8
millones de años y colonizar otros territorios, gracias a lo cual sirvió a su vez de
eslabón entre otras dos especies venideras: el Homo erectus (en China y extremo
oriente) y Homo cepranensis u Homo antecessor (en Europa).
Homo erectus: Habitó en Asia hace 1,8 millones de años, hasta su extinción hace
300.000 años. Se cubría con pieles de animales y fabricaba diversas herramientas de
piedra, además de cocer sus alimentos, pues habrían domesticado el fuego.
Esto imprimiría cambios profundos en su musculatura y su sistema digestivo, así
como formas más complejas de socialización que habrían requerido entonces
un lenguaje articulado.
Homo antecessor: De mayor altura y cerebro todavía pequeño en comparación con
el Homo sapiens, fueron el primer eslabón humano europeo, que sirvió de peldaño
entre el Homo ergaster y el Homo heidelbergensis, y tal vez sea el único ancestro
común entre los humanos modernos y el Homo neardenthalensis.
Homo heidelbergensis: Surgida hace 600.000 años, poseían grandes cráneos de
1200 cm3 y mandíbulas salientes, mayor apertura nasal y, posiblemente, un primer
lenguaje simbólico. Sus primeros fósiles se hallaron cerca de la ciudad alemana de
Heidelberg, y de allí su nombre.
Homo rhodesiensis: Surgido hace 600.000 años en África, poseía una capacidad
craneal más elevada, entre 1280 y 1325 cm3, y rasgos comunes con
el H. erectus, H. ergaster y H. antecessor. Sin embargo, sus rasgos apuntan ya más
al futuro H. sapiens que a las especies que le fueron contemporáneas, por lo que se
trataría de nuestro antecesor directo.
Homo neardenthaliensis: El famoso “hombre de Neardental” habitó Europa,
Oriente próximo y Asia central hace más o menos 230.000 y 28.000 años, y su
extinción obedece a causas desconocidas.
Sin embargo, al haber compartido época con el H. sapiens, se piensa que
la selección natural y la competencia habría favorecido a este último. Aun así,
muchos humanos de hoy en día poseen índices genéticos de H. Neardenthaliensis,
por lo que el cruce entre especies no ha debido ser inusual.
Homo sapiens: El ser humano como lo conocemos surgió en dos tandas:
la premoderna, cuyos cráneos no eran todavía del todo esféricos, con frente vertical
y bóveda alta, aparecidos en África (Etiopía, Israel, Marruecos y Sudáfrica,
principalmente) hace 315.000 a 100.000 años. Y luego están los humanos
modernos, dotados de comportamiento y fisionomía moderna, y cuyos primeros
restos datan de hace 195.000 a 140.000 años.
Esta especie habría sido de tez oscura y habría lentamente conquistado el mundo
entero, extinguiendo activa o accidentalmente al resto de las especies del género
Homo y deviniendo en la humanidad que conocemos hoy.
Se trata pues, de una biografía una e indisoluble que comienza con la fecundación y
termina en el instante de la muerte, sea por aborto, por accidente de circulación, infarto. En
consecuencia, los términos de cigoto, mórula, blástula, embrión, feto, neonato, niño, joven,
adulto, anciano, son irrelevantes. Y el momento del parto.
Por otra parte,aun siendo muy importante, no es más que un suceso biográfico más de la
vida, pues los procesos de desarrollo continúan durante la infancia, produciéndose
fenómenos similares a los que ocurrieron durante los nueve meses de gestación, aunque
progresivamente menos intensos; el anciano, por ejemplo, tiene menos vitalidad que el
cigoto.
Debido a que cada proceso biológico es causado en base a procesos inmediatamente
anteriores, salta a la vista la existencia de un continuum vital que hace imposible
establecer barreras biológicas y por tanto conceptuales.
Todo comienza en la fecundación. Desde ese momento se instaura una cascada de
acontecimientos suavemente e ininterrumpidamente concatenados.
Se trata de una vida autónoma porque ese ser toma del medio ambiente en que se
encuentra todo lo necesario para subsistir, independientemente en muchos casos de
que la madre esté enferma o desnutrida.
Ese ser, vivo y autónomo, tiene la condición humana.
Se demuestra que el ser que nos ocupa es de la especie humana porque tiene una
organización fisico-química exclusivamente humana, distinta estructuralmente de
las restantes especie animales.
Su genoma, además, es diferente al de un ser no humano, como pueda ser un ratón,
un primate u otros animales, en que los procesos de la fecundación y desarrollo son
muy similares, por lo menos al principio; la especie humana tiene más de 100.000
genes en su haber; su genoma diferente al de un animal.
Contiene además una carga genética, aportada por los gametos en fecundación,
responsable de las diferencias del mismo, no sólo por lo que se refiere al sexo o a
los aspectos externos color de los ojos, forma de la nariz, modo de andar, de hablar,
de escribir, entre otros, sino también por lo que respecta a los órganos internos
Metafísicamente, el hombre no posee otra modalidad de existencia que la de ser
persona (ser individual de naturaleza racional, espiritual).
Como ya la primera célula, el cigoto tiene una naturaleza humana porque su
organización, su estructuración.
Lo primero va más con el ser, lo segundo con el tener; si es más importante el ser
que el tener, por lo tanto la dignidad del hombre se mantiene siempre igual, desde el
comienzo de su vida, desde la fecundación.
La evolución humana tuvo su punto inicial cuando una población de primates del
noroeste de África se dividió en dos linajes que evolucionaron de modo
independiente: uno de ellos permaneció en los árboles, mientras el otro migró a
la llanura.

Repercusión biográfica de la enfermedad

La historia natural de la enfermedad describe la evolución de la misma, sin


intervención médica, desde antes de que ésta se inicie (interacción entre el individuo y su
ambiente biopsicosocial), hasta su resolución en recuperación, cronicidad o muerte. Su
repercusión biográfica es gracias a que en la historia natural se distinguen los períodos pre-
patogénico (o período de riesgo) y patogénico; este último se inicia con una etapa
preclínica, caracterizada por cambios bioquímicos y tisulares, sin síntomas ni signos
propios de la condición patológica. Le sigue la etapa clínica que es aquella con la cual el
médico clínico habitualmente se contacta. Desde el punto de vista de la salud colectiva, se
ha demostrado que mientras más precozmente se aborden los problemas a lo largo de esta
historia natural, más efectivas y de menor costo serán las intervenciones a nivel colectivo.
Una forma de ordenar las intervenciones colectivas, útil para la mayor parte de los
problema de salud, es vincularlas a la historia natural de la enfermedad.
Periodo pre-patogénico: Acciones individuales o comunitarias orientadas a la
población con el fin de reducir la incidencia de cierta enfermedad, para esto se debe
actuar en disminuir los factores de riesgo.
Promoción de la salud: control de los determinantes en población presuntamente
sana.
Protección específica o prevención de la enfermedad: también en población
presuntamente sana pero orientada a evitar problemas específicos de salud.
Periodo patogénico: dirigida a la población presuntamente sana y/o en etapas
iniciales de enfermedad, incluye:
Diagnóstico precoz y tratamiento oportuno: búsqueda intencionada en población
general presuntamente sana o en grupos de alto riesgo y consecuente tratamiento.
Importante: no modifica la incidencia real de la enfermedad.
Limitación de la incapacidad: tratamiento de la enfermedad en sintomáticos para
acortar la enfermedad y evitar complicaciones y secuelas.
Periodo patogénico: Medidas destinadas a reducir en el largo plazo las
consecuencias de la enfermedad, dirigida a enfermos avanzados, convalecientes o
discapacitados. Incluye:
Tratamiento
Rehabilitación
Prevención de la discapacidad.

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