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Tema 05. Derecho Penal.Concurso de personas en el delito.

I. GENERALIDADES
En la realización de un delito pueden intervenir varias personas, de
manera que el hecho viene a ser el resultado de una acción
conjunta y no la obra de un solo individuo. Ahora bien, el concurso
de varios sujetos en la realización del hecho puede revestir de
varias formas: puede tratarse de varias personas, que contribuyen
en conjunto a la realización del hecho típico, que también puede
ser realizado por una sola persona; o puede tratarse del caso de
varias personas que intervienen por requerirlo así el hecho típico,
como en los supuestos de los denominados delitos plurisubjetivos
(el caso del agavillamiento, por ejemplo). Este último tipo de
concurso se denomina se denomina necesario y de él no tratamos.
 
Aquí hacemos referencia a la primera forma de concurso, por el
cual intervienen en el hecho algunas personas, con aportaciones
no requeridas por el tipo legal y que la ley expresamente regula en
la parte general de nuestro Código Penal (véase Arts. 83º al 85º).
Con estas disposiciones, nuestra legislación fija un régimen para
graduar las responsabilidades de las diversas personas
intervinientes en el hecho, y que contribuyen a su realización de
diversas maneras, con modalidades no especificadas en cada tipo
legal. Esta participación o cooperación, precisamente, en la
actualidad, y ello trata de ser recogido por la ley, puede ser de
diversos grados e intensidad: se puede prestar cooperación en la
fase interna de un delito, por ejemplo, determinando o instigando a
un sujeto a cometerlo, o se puede cooperar en la ejecución, por
ejemplo, facilitando la acción del autor; así mismo, la intervención
del participe puede ser primaria o secundaria, de acuerdo con su
importancia o influencia en la realización del hecho, lo cual
determina la diversa penalidad de los participes: quienes cooperan
en forma primaria o principal, se hacen acreedores a la totalidad de
la pena correspondiente al hecho, y quienes lo hacen en forma
secundaria, merecen una menor pena.
II. EL AUTOR
No existe en nuestra legislación una definición de autor. A él se
hace referencia en cada tipo de delito, ya que, como señala el
Código Penal, se define el delito en vista de la consumación por el
autor, siendo por ello la participación una causa de extensión de la
pena, al igual que la tentativa; y en el artículo 83º se utiliza la
expresión “perpetradores” para precisamente a los autores.
Artículo 83º del Código Penal. “Cuando varias personas concurren
a la ejecución de un hecho punible, cada uno de los perpetradores
y de los cooperadores inmediatos queda sujeto a la pena
correspondiente al hecho perpetrado. En la misma pena incurre el
que ha determinado a otro a cometer el hecho”.
De allí que podamos afirmar que, de acuerdo con nuestra
legislación, es autor quien perpetra o realiza el hecho constitutivo
de cada tipo delictivo. Nos adscribimos, por tanto, a una noción
restrictiva de autoría.
III. CLASES DE AUTORIAS
Autor Mediato.
Sería aquel que se sirve de otro sujeto que no es autor o que es
imputable o inculpable, en orden a cometer con dolo o con culpa un
hecho típico dañoso. Ejemplos; de la utilización de un inimputable,
de un enfermo o de un niño, para la comisión de determinados
hechos; y finalmente, el caso citado por otros de la realización de
hechos punibles que requieren un sujeto activo calificado (por
ejemplo, funcionario público) a través o por intermedio de sujetos
no calificados.
Con relación a la figura del autor mediato, se ha discutido
ampliamente en la doctrina penalística su justificación y alcance,
señalando algunos que los supuestos indicados bien pueden
resolverse recurriendo a la noción estricta de autor o a la figura de
la instigación.
La Coatoría.
Muchas veces un hecho punible resulta a cargo de varias personas
(perpetradores) que realizan o perpetran, como señala el Código
Penal, el hecho mismo constitutivo del tipo delictivo y que se
denominan, por ello, coautores. En este caso, no hay
accesoriedad, esto es, la responsabilidad del coautor no depende
de la del otro, siendo así que “si suprimiéramos la existencia de los
otros colaboradores, seguiría siendo autor, porque realizó actos
típicos y consumativos”, como en el caso de que dos (02) sujetos,
de acuerdo, lesionen a la victima.
El coautor, pues, es un autor, un perpetrador, que realiza el hecho
típico conjuntamente con otro u otros autores. No se trata pues de
un participe y, por tanto, no se aplican los principios a que
hacemos referencia al tratar de la participación
IV. LA PARTICIPACIÓN
En el delito, es un sentido estricto, como ya lo hemos dicho, surge
cuando en la realización de un hecho punible intervienen otra u
otras personas, además del autor, en calidad de instigador o de
cooperador inmediato o de cómplice, formas de participación que
nuestro código regula en los artículos 83º, 84º y 85º, como formula
de extensión de la responsabilidad penal que en los tipos
específicos se consagra con vistas a su perfeccionamiento a cargo
del autor.
 
V. NATURALEZA DE LA PARTICIPACIÓN
Se ha planteado en la doctrina diversos problemas, objeto de
complicados debates. Un grupo de autores vincula la participación
en cierta medida, a la causalidad, lo que quedaría de manifiesto
con el tratamiento dado por nuestro código al encubrimiento como
delito autónomo, sin que ello implique que queden equiparados al
autor de todos los participes; así mismo, siguiendo la doctrina
tradicional, se entiende que se coopera o se participa en un hecho
que es idéntico para todos: se trata de un solo hecho, de un delito
único y de diversos responsables, y no de diversos delitos, a cargo
de uno de los participantes; se trata de un concurso de personas
en un delito y no de una pluralidad de delitos o de un delito de
concurso como lo han señalado algunos. Se afirma en el mismo
sentido, como principio básico, la accesoriedad de la participación,
es, su naturaleza dependiente, su subordinación a un hecho
principal, situación por la cual solo puede ser entendida y adquiere
importancia con relación al hecho principal realizado por el autor.
 
VI CLASES DE PARTICIPES
El Instigador; El instigador o caso moral, mal llamado por algunos
“autor intelectual”, de acuerdo con nuestra legislación es el
participe que determina a otra persona a cometer el hecho (Art.
83º, aparte único).
Determina a un sujeto a cometer un hecho, inducirlo a instigarlo,
implica así, como señala la doctrina una acción directa o indirecta.
Acción en el sentido de que el instigador debe haber dirigido su
actuación psíquica a un hecho determinado, no siendo suficiente la
simple opresión de un deseo o la sugerencia encubierta.
Cooperación Inmediata: Art. 83º. CP.
Los “cooperadores inmediatos”, que incurren en la misma pena
correspondiente a los autores, equiparados a éstos, por tanto, en la
sanción.
El cooperador inmediato, ciertamente, se enmarca dentro de la
categoría de los cómplices con un carácter primario y en su
participación se concreta, en la concurrencia con los ejecutores  del
hecho, en orden a la actuación de la empresa delictiva, realizando
operaciones que son eficaces para la perpetración del hecho, de
acuerdo con la forma como fue organizada  tal empresa, sin que
tales operaciones materialicen los actos productivos característicos
del hecho.
Los Cómplices;
La actividad de los participes puede ser de naturaleza secundaria o
de ayuda indirecta y puede asumir las formas de una cooperación
moral o material en orden a la realización del delito.
Nuestro código, en el artículo 84º, hace referencia a estas
categorías de cómplices, que resultare sancionadas con la pena
correspondiente al hecho, rebajada a la mitad.
 
Primer lugar: Considera la ley comportamiento de complicidad, en
este caso moral, excitar o reforzar la resolución de perpetrar el
delito o prometer asistencia o ayuda para después de su comisión
(Art. 84º. Num. 1).
En esta hipótesis, la conducta del cómplice consiste, de una parte,
en excitar o reforzar la resolución de perpetrar el delito. Se trata
así, no de determinar a otro a cometer un delito (caso de
instigación), sino de influir de alguna manera no determinante en
su resolución criminal ya formada; se trata del hecho de aconsejar,
de estimular la resolución criminal, de proporcionar razones que
faciliten la situación.
De otra parte la conducta del cómplice, en la hipótesis que
consideramos, puede consistir en la promesa de asistencia o de
ayuda para después de la comisión del hecho punible.
Segundo lugar: Nuestra ley considera comportamiento de
complicidad, dar instrucciones o suministrar medios para la
realización del hecho punible (Art. 84º. Num. 2)
Se trata en este caso del suministro de información o medios en
general, con el conocimiento en el cómplice del delictuoso de quien
se servirá tales medios y, por tanto, con el propósito de servir o
cooperar con tal fin.
Son instrucciones dirigidas a la comisión del hecho, las cuales no
se orientan a mover la voluntad la voluntad directamente, como en
el caso de la instigación o excitación, sino a ilustrar el
entendimiento, proporcionando elementos para la ejecución del
delito.
Tercer lugar: Considera nuestro código comportamiento de
complicidad, de cooperación secundaria, por tanto, la facilitación de
la perpetración del hecho o la prestación de asistencia o auxilio
para que se realice, antes de su ejecución o durante ella. (Art. 84º.
Num. 3).
Se trata en este caso de ayudar o facilitar la realización del hecho a
través del auxilio que puede prestarse antes o durante su
ejecución. Si en el caso anterior se hacía referencia a una
cooperación o complicidad en cuanto a los medios, en esta
hipótesis se plantea un supuesto de cooperación o de complicidad
en cuanto a los actos. Se coopera así en la preparación del hecho
o en su ejecución, de manera que ésta se facilita, pero sin que la
participación durante la ejecución reúna las características de una
cooperación inmediata. Habría complicidad en el hecho de quien
vigila en la calle mientras sus compañeros cometen un robo en una
vivienda cercana, en este caso, la actividad se limita a quitar
obstáculos o a prevenir un peligro sin aplicar las propias energías o
la violencia directa del mandato penal, en tanto, que había
cooperación inmediata, en el caso de quien vigila la entrada en la
oficina donde se está cometiendo un hurto, o de quien presencia,
en actitud amenazadora, un robo.
 
La Complicidad Necesaria 
El ultimo aparte del artículo 84, referido a los cómplices, hace
alusión a la denominada complicidad necesaria y establece que no
se aplica la disminución de pena prevista para los cómplices (pena
correspondiente al hecho punible respectivo rebajada por la mitad),
cuando con sin el concurso del cómplice no se habría realizado el
hecho. Por tanto, en este orden de ideas, de acuerdo con nuestro
código, entenderemos que es necesaria la conducta del participe
que cae bajo alguno de los supuestos del articulo 84, no
constitutiva por tanto ni de instigación ni de cooperación inmediata,
de la cual se hace depender la realización del hecho, lo que se
determina por juicio exante. Seria el caso, por ejemplo, de la
conducta del empleado bancario que deja abierta la bóveda del
Banco para facilitar así la acción de apoderamiento del dinero así
depositado; o la conducta de la empleada doméstica que le procura al autor del
hurto las llaves del apartamento; o la conducta del farmaceuta que elabore y
suministre al autor del envenenamiento, de acuerdo con el, la sustancia mortífera.
En todos estos casos se puede apreciar que la conducta del cómplice reviste una
especial importancia en orden a la realización del hecho, por lo que podemos
concluir que el autor no habría realizado el hecho sin tal conducta del cómplice.
 
La Complicidad  ``Correspectiva´´
Participación en la refriega.
Finalmente, cabe hacer referencia a la denominada ``complicidad correspectiva´´,
figura que encuentra aplicación en materia de homicidio y lesiones, según el
articulo 424 del CP. cuando en la perpetración de tales hechos han tomado parte
varias personas y no se puede descubrir quien es el ejecutor inmediato o autor del
hecho, caso en el que se sanciona a todos los que han tomado parte con la pena
correspondiente a los cómplices.
Se trata, pues, de la situación de la intervención o concurso de varios sujetos en
un hecho común, del cual uno es el autor sin que ello pueda probarse.
Creo que la única forma de resolver la contradicción y evitar la absurda aplicación
de la norma, radica en interpretar la disposición contenida en el artículo 425, en el
sentido de que en el caso de una refriega o riña tumultuaría con resultado de
muerte o de lesiones, todos los que hayan agredido al ofendido se sancionarán
como autores; los que hayan participado en el riña sin agredir al ofendido, con las
penas disminuidas contempladas en el mismo artículo; se aplicará la norma sobre
la complicidad correspectiva, cuando en la refriega no se llega a conocer a los
agresores del muerto o herido, pero se demuestra la participación de algunos en
tales hechos dañosos. En este último caso, a quienes han participado en la riña se
les sanciona con la penalidad indicada en el artículo 424 para la complicidad
correspectiva.

Qué es el concurso de delitos?

El concurso de delitos es un fenómeno jurídico que se produce cuando una persona


realiza una pluralidad de hechos constitutivos de delito como consecuencia de una o
varias acciones (u omisiones). En el caso de tratarse de varias acciones, ninguna puede
haber sido ya enjuiciada para que se aplique el concurso de delitos.

Complicidad Correspectiva”, la Sala considera que ésta se configura cuando en un hecho


delictivo participan dos o más sujetos activos, quienes sin concierto o acuerdo previo,
producen un resultado típico, no pudiendo individualizarse de forma precisa la conducta
de cada sujeto activo en la producción del resultado final.»

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