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BIBLIO T E C A U N IV E R S IT AR IA La de c isió n judic ial
Ciencias Sociales y Humanidades El debate Hart - Dworkin

NUEVO PENSAMIENTO !URíOICO


Colección dirigida por Cristina Motta zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Estudio preliminarzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYX
César Rodríguez zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWV

COMITÉ EDITORLAL
Daniel Bonilla
Manuel José Cepeda
Mauricio Garda
Carlos Gaviria
Cristina Motta zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Universidad de los Andes


Facultad de Derecho

Siglo del Hfmbre Editores


------ --------- ------.

La decisiónjudicial / H.L.A. Han y Ronald Dworkin; estudio preli-


minar de César Rodríguez - Bogotá: Siglo del Hombre Editores Facultad
de Derecho, Universidad de los Andes, 1997.
191 p.; 19 cm. - (Nuevo Pensamiento Jurídico)
Bibliografía p. 181-191
ISBN: 958-665-004-9

1. Justicia-Filosofía 2. Derecho-Filosofía 1. Dworkin, Ronald 11.


Rodríguez, César, 1m. 111. Facultad de Derecho, Universidad de los Andes
(Bogotá) IV. Título V. Colección
340.12

© Oxford University Press 1961, 1994. "Postcript" translated from


Trie Concept of Law by H.L.A. Hart (2nd de 1994)
by permission of Oxford University Press.
© Traducción: Magdalena Holguín
NOTA DE LOS EDITORES
© Ronald Dworkin Reprinted by permission of the author frorn:
"How Law is Like l.íterature" translated from A M atter of Principie by
Ronald Dworkin, Harvard University Press, 1985.
© TradUCCjón:Juan Manuel Pombo Abondano

la. Edición 1997


la. Reimpresión 1998
2a. Reimpresión 1999
3a. Reimpresión 2000 Tras pocos años de su publicación, El concepto de
4a. Reimpresión 2002 derecho transformó la forma como la filosofiadel de-
5a. Reimpresión 2005 recho era entendida y estudiada dentro y fuera del
mundo anglosajón. Su enorme i.rn.pactodio lugar a
© Siglo del Hombre Editores
Cra. 32 N° 25-46 Bogotá. D.C.
una multitud de publicaciones que discuten él libro y
PBX: 337 77 00 • Fax: 337 7665 sus doctrinas, no sólo en el contexto de la teoria jurí-
www.siglodelhom bre.com dica, sino también en la filosofíamoral y política.
Durante varios años, Hart tenía en mente añadir
© Facultad de Derecho-Universidad de los Andes
era. 1 N° 18'-10 Bogotá. D.C.
un capitulo a El concepto de derecho. Él no queria
Tel.: 3520466 EXl. 23822 hacer reparaciones experimentales al texto cuya in-
Fax: 281 2l 30 fluencia había sido tan amplia y, de acuerdo con sus
deseos, el libro es publicado aquí sin cambios, excep-
Diseno de colección: Mauricio Mela González
to por algunas correcciones meneres '. Pero él queria
ISBN: 958-665-004-9 responder a los diferentes comentarios hechos al li-
(Colección) ISBN: 958-665-000-6 bro, defendiendo su posición contra quienes la inter-
pretaban erróneamente, refutando las criticas írifun-
Panamericana Formas e Impresos S.A.
Calle 65 N° 95-28 Bogotá, D.C.
Impreso en Colombia - Printed in Colombia
1 Los editores ingleses se refieren a zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW
El concepto de derecho, cuya
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni
Postscrtptum.zyxwvutsrqpo
segunda edición fue hecha en 1994 e incluyó elzyxwvutsrqponmlkjihgfe
y
en sus partes, ni registrada en o transmitida por. un sistema de recuperación de informac.on.
en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico. fotoqutrníco. electrónico. magnético, esta nota aclaratoria IN. del T.l. Véase H.LA. Hart, The Concept
electrooptíco. por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. of Laiu, Segunda Edición, Oxford, Clarendon Presa, 1994.
dadas, y -lo que era igualmente importante para ellas estaban ausentes de las otras porque él los des-
é l- aceptando la fuerza de la crítica fundada y sugi- cartó, o porque nunca tuvo una versión que incorpo-
riendo formas de ajustar las doctrinas del libro para rara todas las correcciones. El texto publicado inclu-
satisfacer esas observaciones. Que el nuevo capítulo ye todas las correcciones que no fueron descartadas
-pensado al comienzo como prefacio, pero fmalmen- por Hart y que aparecen en versiones del texto que él
te como zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
p o s ts c rip tu m :- estuviera sin terminar al mo- continuó revisando. En ocasiones el texto mismo era
mento de su muerte. se debió sólo en parte a su me- incoherente. Esto debe haber sido el resultado, en
ticuloso perfeccionismo.Esta circunstancia también varias ocasiones, de un error de lectura del manus-
obedeció las dudas persistentes del autor sobre la crito por parte del mecanógrafo. cuyos errores Hart
sabiduría del proyecto y a una continua incertidum- no siempre notó. En otras ocasiones, se debió sin
bre sobre si podría hacer justicia al vigory la profun- duda a la forma natural en que las frases se enredan
didad de las tesis del libro original. Sin embargo, y en el desarrollo de la redacción, solucionable erÍ la
con varias interrupciones, continuó trabajando en el versión zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJ
ñ n a l, que Hart no pudo hacer antes de morir.
p o s ts c rip tw n .y al momento de su muerte la primera En estos casos, tratamos de restaurar el texto origi-
de las dos secciones planeadas estaba casi completa. nal, o restablecer. con la mínima intervención, el
Cuando Jenifer Hart nos pidió examinar los bo- pensamiento de Hart. Un problema especial se pre-
rradores y decidir si había allí algo publicable, nues- sentó en la Sección 6 (sobre la discrecionalidad).En-
tro pensamiento más presente fue no dejar publicar contramos dos versiones del párrafo inicial, una en
nada con lo que Hart no habría estado satisfecho. una copia que terminaba en ese punto, y otra en una
Por lo tanto, estuvimos complacidos de encontrar copia que contenía el resto de la sección. Debido a
que la mayoría de la primera sección del p o stscrip tu m : que la versión truncada se encontraba en una copia
se encontraba en un estado tan acabado. Hallamos que incorporaba varias de las revisiones más recien-
sólo notas a mano destinadas a la segunda sección, y tes, no fue nunca descartada por él, y es consonante
eran demasiado fragmentarias e incipientes para ser con la exposicióngeneral del zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVU
postscriptum; decidimos
publicables. Por el contrario, la primera sección exis- dejar que se publicaran ambas versiones y que la que
tía en varias versiones y había sido escrita a máqui- no fue terminada apareciera en una nota de pie de
na, corregida, escrita de nuevo a máquina, y revisada página.
de nuevo. Hart, obviamente,no consideraba que aun Hart nunca hizo escribir a máquina las notas de
la versión más reciente se encontrara en su estado pie de página. que son en su mayoría referencias.
definitivo.Hay numerosos cambíos en lápiz y bolígra- Tenía una versión manuscrita de las notas, y las in-
fo. Además. Hart no descartó versiones anteriores, dicaciones para la lectura de éstas se pueden encon-
sír:o que parece haber seguido trabajando en la ver- trar con mayor facilidad en Ia primera copia escrita a
sión que encontrara a mano. Aunque esto hizo más máquina. M ás tarde, agregó ocasionalmente referen-
díficíl el trabajo editorial, los cambios introducidos cias en comentarios marginales, pero la mayor parte
durante los últimos dos años fueron básicamente de de éstas está incompleta, indicando a veces sólo la
matiz estilístico, lo que indica que él estaba esencial- necesidad de buscar la referencia. Timothy Endicott
mente satisfecho con el texto tal como estaba. verificó todas las referencias. buscó el origen de las
Nuestra tarea fue comparar las versiones altema- que estaban incompletas y agregó referencias donde
tivas s, donde ellas no coincidían, establecer si los Hart citó a Dworkin o lo parafraseó de forma cercana
segmentos del texto que aparecían en sólo una de sin indicar una fuente. Endicott también corrigió el
· .. ----_. -- -------'-_._-------

texto donde las citas eran inexactas. En el curso de


este trabajo, que implicóinvestigacióne ingenio nota-
bles, también sugirió varias correcciones al texto
principal, de acuerdo con las directrices editoriales
expuestas anteriormente, que nosotros incorporamos
agradecidamente.
No hay duda en nuestro pensamiento de que, si
hubiese tenido la oportunidad, Hart habría mejorado
y pulido más el texto antes de publicarlo. Pero cree-
postscriptwn. publicado contiene su res-
mos que elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
puesta cuidadosa a varias de las tesis de'Dworkin.

PENÉLOPE A BULLOCH ÍNDICE


JOSEPHRAZ

TEORíA DEL DERECHO Y DECISIÓN JUDICIAL


En tomo al debate entre H.L.A Hart
Y Ronald Dworkin . 15
C ésar R odriguez

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Orígenes y desarrollo del debate . . . . . . . . . . . . . . . 20
La reformulación del positivismo en Hart . . . . . . 20
Las primeras criticas de Dworkin. . . . . . . . . . . . 35
La respuesta de Hart frente a la primera
critica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
La "segunda critica" de Dworkin
y la construcción de la teoria del derecho
como integridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
La defensa sistemática de Hart:
elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGF
P oetscrtptum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
¿Están Hart y Dworkin realmente
en desacuerdo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Las reglas y los principios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
La omisión de Hart y la critica de Dworkíri:
¿son distintos los principios y las reglas? . . . . . . 48

1 1 zyxwvuts
Los principios, las reglas y la regla BIBLIOGRAFÍA . 181
de reconocimiento, , , , , , , ' , , .. , , ' , , , , 54
Bibliografíade H.L.A Hart . . . . . . . . . . . . . .. 181
El derecho como práctica interpretativa ... 61
Bibliografíade Ronald Dworkin . 184
Los casos difíciles y la discrecionalidad judicial 66
Bibliografíasobre el debate Hart-Dworkln . 189
Un caso para Hércules y Herbert . . . . . . . . . . . . 66
Tipos de Casos difíciles . 68
¿Cómo se resuelven los casos difíciles? . 69
¿Existe una respuesta correcta en los casos
dificile s? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

POSTSCRIPTUM _.... 89 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


H .L .A . H a rt

La naturaleza de la tearia del derecho . . . . . . . . . . . 91


La naturaleza del positivismojurídico. . . . . . . . . . 98
El positivismo como teoría semántica. . . 98'
El positivismo como teoría interpretativa .... .. 103
El positivismo suave , 106
L a naturaleza de las reglas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
La teoría práctica de las reglas. . . . . . . . . . . . . . 112
Reglas y principios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Los principios y la regla de reconocimiento . . . . . . . 123
Linaje e interpretación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Derecho y moral ...... . . . . . .. .. . . . . . 130
Derechos y deberes. . . . . . . . . . . . . . . . .... .. 130
Identificacióndel Derecho . . . . . . . . . . . ...... 131
Díscrecíonalídadjudícíal .... . . . . . . . . . . ...... 135

CÓMO EL DERECHO SE PARECE


A LA LITERATURA .zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
143
RonaId Dworkin
Las leyes y el derecho 144
Literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 148
Hípótesís estética . 143
La intención del autor . 157
Derecho y literatura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
164
L a cadena legislativa. . . . . . . . . . . . . . . . . ..,. . . 164
La intención autorial en el derecho . 172
La politica en la interpretación . . . . . . ..... . 177

12 13
TEORÍA DEL DERECHO
y DECISIÓN JUDICIAL
En tomo a l debate
entre H.L.A Hart Y R Dworkin
C é sa r R o d ríg u e z

INTRODUCCIÓN

La publicación de E l..f.Q !l~ t'? ,.,g e ~!;.~Chol de H.L.A.


Hart en 1961 dio inicio a una fecunda reflexión en la
teoriajuridica, <';.w-.?-cteri.za,_ci~_porelénfasíq en el estu-
dio deIa Gt9j:udü~él.ci_óp.
o ,< l,pU c;¡!.~ i9~ J~ qici~
del dere;:-
CP.02 y por la utilización de los instrumentos de la

1 H.L.A. Hart,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
T h e zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
Concept of Law, Oxford, Clarendon Press,
1961. Trad. casto de Genaro Carríó, El concepto de derecho,
Buenos Aires, Abeledo-Perrot,1963. L a s citas de esta obra que
aparecen en el presente estudio corresponden a la traducción
de Carné, que ha pasado a ser canónica en la bibliografiahar-
tíaria en español.
2 Robert Alexyha sostenido que "la ciencia del derecho. tal como
'éSéultlvada en la actualidad, es:· · ar:_~e
todo, l,lIladisciplill.i· éác-
tica porque su pregunta. central reza: ¿qué,_e:s Jo debiclo;>en.los
:~C?-90s n~aI~~..PzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONML
imagina¡¡iO~? E~4t pregunta _es planteada desde
, una perspectiva que coincidecon la"geljuez;".T e o ria d é lo s iIe {e -

'~~$~~di~~~~=~1!i~~ti~~~~~
_~Wo~otciidq por el creciente Protagonismocielos jueces en los
Estados democratices. Sopre."e:l.2S~~'?d~cia1 en diferentes
_~.~~-
ordenamientos
...... .-----_ ..
juridicos, vé a se Mauro Cappelletti, Le p o u u o ir

15
filosofia contemporánea. particularmente la filosofia fue ganando influencia frente a la versión kelseruana,
analítica y la herrnenéutica. predominant-e en España y Latinoamérica. Sin em-
Para comprender la rtqueza de la teoria juridica de bargo, han sido acontecimientos constitucionales re-
fmales de siglo, se debe tener en cuenta la existencia cientes los que han dado lugar a un mayor interés
del ffif.r~.!!@m~nto enk~~dos._co~nt.e.s_de reflexiÓi1. por Hart y han motivado la traducción y el estudio de
que .han pugnado -en ~~I.l!ig.-º.Jq.ill:n@ncr- por con- los trabajos de Dworkin. Así, por ejemplo, el estable-
vertirse en ei p~~g.~g_I!]..9:.._cJ9plln@t~.:
las ..,teorías_i!rl cimiento de un tríbunalconatitucíonaleri ~§'p@a en
inglés H.L.A. Hart Y la g~ su opositor. el norteamerj- 1978 y en Colombia 1991 ,-y la consecuente j'urtdí-
-.cañ-¿)Ro,nald Dworkm. Desde un comienzo, Hart en- zación de !emas sensibles de la vida social, cQ!ll0 J.F..
Cüñ&""ó"enDworkin un poderoso contradictor dís- prqt:ec(;!Qn,_dk.__lo_s_d~~g¡Q$;
..furidarnentales ..meqi9J}te
puesto a rebatir los fundamentos de su teoria y, de reCursos y accíories especíalss-> fue la ocasjón propi-
paso, los de toda la tradición positivista. cia para el surgimiento de debates profundos sobre la
No es posible saber si la obra de Hart habria teni- inte~r~~~g~~..9?Estitucionaly .1~.JJ_~es..."de,..lo§...tri-
do mayor influencia sin las criticas sistemáticas de bunales .ccnstítucíoriales. La juridización de la Cons-
Dworkin, o si el pensamiento de éste habría llegado a titución -antes considerada esencialmente un pro-
ser predominante si no hubiese nacido bajo la som- grama político-- dio lugar a una crisis de la concep-
bra del hartiano. Lo que es indudable es el beneficio ción tradicional del derecho constitucional y del dere-
para la comunidad filosóficay juridica que ha venido cho en general- y, como sUf,;,ege en medio de todas las
creciendo alrededor de este debate, cuya incidencia crtsis en el conocírníeritos, · · impulsó el estudio de
ha superado ampliamente las fronteras del pensa- cuestiones filosóficas.En"este contexto, la viva discu-
miento anglosajón. sión...H*:,,9~?~~_J?E2~~~s:.,t9;~~*-s ..~~~~ga-
El derecho y la teoría del derecho hispanoamertca-
nos, por ejemplo, recibieron rápidamente el influjo de
la teoria hartiana a través de la impecable traducción
.~~~~~::ij~~:m~lt]~~~~iJ6t~
al español de El concepto de derecho, hecha por Ge~ 4 En Colombia, por ejemplo,se habla de la existencia de un "nue-
naro Carrtó+en 1963.~ Desde entonces, la versión sq- vo constrtucíonalísrno" tras la entrada en vigencia dezyxwvutsrqponmlkjihg
la Consti-
cíológíco-analítíca del positivismo propuesta por H~ tución de 1991. Dos características fundamentales del nuevo
constitucionalismo tienen que ver directamente con la discusión
Hart-Dworkin: por _l!,,%.p~e, s):!~al ppder_iAte.!p'x:~i:a,tiy~.,y
creativo deljuez y, por otra, su inspiración teórica en la doctrina
des Juges, París, Fondo de Cultura Económica, 1990: Kenneth y la pcictlca constítucíonalee anglosajonas, La dístíricíóri dv,¡gr-
M. Holland (edit.), Judicial. Activism in C om parative Perspectiue, kíníana entre.x~glas y príncíptos,..por ~jep1plo,fue recogida ex-
Nueva York. Sto M artín's Press, 1991: Boaventura de Sousa presamente por el nuevo constitucionalismo.zyxwvutsrqponmlkjihgfedc
Véase Manuel
Sántos et al., Os tríbunais nas sociedades contem poraneas; José Cepeda, Los derechos}u.ndam entales en la C onstitución de
Oporto, Afrontamento, 1996. 1991, Temis, Bogotá. 1992, pp. 1-20.
3 Carrtó participó directamente en el debate anglosajón, defen- 5 Thornas Kuhn identifica como rasgo característico de las transi-
diendo a Hart de las críticas de Dworkin. e iniCiÓ en-.kgentina ciones -de"paradigmasintelectuales "la proliferación de articula-
la discusión sobre el tema. Véase Genaro Carríó, "Professov ciones en competencia, la disposición para ensayarlo todo, la
Dworkín's Views on LegalPositiVisgf. eri: Indiana. r..aW JOu.'T'uJ. expresión del descontento explicito, el recurso a la filosofiay el
55 (1979)' Y _PrincipioS jurídico..s. !;J .PR~i~~~ juríd~: fh.te¡~OS debate de los fundamentos ... zyxwvutsrqponmlkjihgfedc
h•
La. estructura de las revoluciones
Aires, Abeledo-Perrot, 1970. Igualmente, <?~19.~ .S~tiago Nmq., científicas, Bogotá, Fondo de Cultura Económica, 1992, p. 148'-
discutió las tesis de Hart y las críticas de Dworkin en varios de . , 6 ' zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGF
Es significativo,en este sentido. que una de las obras m ás influ-
sus escritos. Véase, por ejemplo,La..v.flIi~;,<i¬ 11~g~.BueJ;lOS. ~,:. yentes en el constitucionalismo español posterior a 1978 h>
AI,~s., Astre~, pp.. 14:$-F:'k
" ~, .' -. . -' - -....- . -- ..' ¡
;. recogido la tesis de Dworkín sobre la interpretación de la=

16
alímentarido las creaciones de la teoria jurídica y el tao ~n la tercera y última parte expondré las conse-
derecho constitucional en lengua española. cuencias centrales de la controversia sobre las reglas
Este estudio introductorio intenta establecer las y los principios e:n)~_,!yoriay la ,prªG:P.!=!-ª
..J:!J.ri_djcas,
líneas centrales del debate entre H a rt y Dworkin y consecuencias que. están. relacíonadas con ._~l j?rO ?]_f-
está dirigido en primer lugar a quienes se inician en tnáae~X~::'q¡~éCí6nalia~a"cte .19~Jti~ces ~aes~~:m
~l conocimiento de la díscusíón. Sin embargo, los lec- -':aé~os_ djJic:!~s.~ Larespuestft á~e"§t~ problema ínvo-
tores más avanzados encontrarán expuestos -la rna- i~c:rate~as co?n~",~LE()~e~,..<::~~~~i¡j~1Jue.~·19~O-:.
yoria de las veces como notas de pie de página- al- .d2.§.j.~.ipt~rpretaci~y ..g!l?9§mW9W1!de,ha1]ijr .11¡?-
gunos de los puntos más especializados del debate .
.El estudio está divididoen tres partes. En Ja,,,pri-
. mera, mostraré la manera como. sWgiQ., el debate
"~~~t~~~~~~~~ª-;~~~~~~t~~
tes repercusiones actuales del debate Hart-Dworkín,
- ~t:· ÍJwodtin yIa trayectoria que ha seguicÍo desde Finalmente, es necesario hacer una precisión me-
su inicio. Asimismo, discutiré una cuestión prelimi- todológica. Una de las caracteristicas más interesan-
nar fundamental para cualquier comparación de las tes de la disputa estudiada es la disposición que tie-
obras de los dos autores: ¿son teorías rivales o_~- nen ambos autores para poner a prueba sus tesis en
plemente tratan dos asl..mtoS<nstinTÓ§?~Para dar res- casos concretos. Tanto Hart como Dworkin toman
puesta aes1;_ p~~g~ta:señaIaréros- puntos de cruce ejemplos de las jurisdicciones inglesa y norteameri-
y de fuga de las dos teorias. El propósito de este pri- cana -especialmente de casos constitucionales deci-
mer capítulo es ofrecer una cronología del enfrenta- didos por la Corte Suprema de los Estados Unidos-
miento y un ma.pa 9~ gbica.c.i9nde los problemas que para demostrar la consistencia de sus afirmaciones.
serán tratados detenidamente en los dos capítulos Esto es especialmente cierto en el caso de Ronald
siguientes; por este motivo, muchas de las tesis de " pw~rkiD,. 5L~i~~.'n~~9-,.R~~-.."~Jl9,-8>.Bg§,:J~~S~(S,·~~i,';ijtS
Hart y Dworkin aparecerán en este capítulo apenas -Hercules .:x Beroerj::;- q4e...res1!:~.J.~Jj;~~
enunciadas. En la segunda parte del estudjo, presen- ,.; .partír d~§>...¡kºriaS. dworlQnlcm¡tyh~~!'~§P~~~-
taré el debate que gira alrededor de la pregunta: ¿q~~ yamenté,~ Este rasgo ha tenido ün doble efecto positi-
....
tipos de normas existen en los.ordenarp..i~pt()~ Jupdi- vo en la discusión: por una parte. ha conectado di-
cos- y córno~s.e· ~· pueCféñ~idenllii~~-
Este f6J)ico--'-rela- rectamente la teoría con las decisiones judiciales y.
tfvoaTaErreglas-y-priiiCípfosjundicps y a la""regl?-+de por otra, la ha hecho más clara, más amena y más
reconocírníento't-e- es el punto de partida de-ia díspu- sutil. Con el fin de conservar este efecto en el presen-
te ensayo, acudiré constantemente a ejemplos extraí-
dos de casos constitucionales y de otras jurisdiccio-
G arcía de En-
nes. Además, en el último capítulo, Hércules y Her-
sulas "vagas" de la Constitución. Véas_g Ed~_~.q.~
ia, La. ~.ºnstítUCión como norma y ¿(TiiliW1al. COnstitircionÍ;¡J..
id, Civi~-üi8i:"pp:" 22-6-236: otra contrl¡;üctóidillclal al bert discutirán uno de los casos más controvertidos
o de las obras de Hart y Dworkin en España fue el estu- de la jurisprudencia constitucional colombiana, rela-
'liminar de. A C<lls~ a la traducción de Toking
'etiousiu, "E risayo sobre D w orkín", en: Los derechos e{l
l :
1. casto de M~9~~~0, Barcelona, Aríel, 1984. 7 HérculeszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
es el personaje central de los casos tratados por D w or-
-c;.. .!SUaImenteimportantes son los exhaustivos trabajos kin a lo largo de toda su obra. El contraste con Herbert =-Ilama-
-nón de Páramo, H.L.A. Hart Y la teoría analítica del Taking zyxwvutsrqp
do así en alusión expresa a Herbert Hart- aparece enzyxwvutsrqponmlkjih
1Iid. Centro de Estudios Constitucionales; 1984, y Rights Seriously, Cambridge, Harvard University Press, 1977, p.
ío Ramos. La. regla de reconocimiento en la teoría 125. En este ensayo, las citas y la rrurneracíóri de las páginas
'\
"\.Hart, Tecnos, Madrid, 1989. provienen de la obra orígínal en inglés.

19
cionado con la exequibilidad de una ley que penaliza- aprecia en los términos de las preguntas, la teoría
ba el porte y uso de dosis personales de estupefa- h a rtra n a es "general", en el sentid9._en que no inte:qta
cientes, decidido por la Corte Constitucional Colom- ~x.Plic:::ª=!" un ordenamiento jtuidico particular como el
biana en la sentencia C-221 /948• inglés o el norteamericano, sino <:~.~.ql~.!~! sistemajy.-
:r:!~~.~.9-vigente ~n .~~_~..?ciedad contemporánea com-
pleja. En segundo lugar, la perspectiva de estudio de
ORÍGENES y DESARROLLO DEL DEBATE
Úart es "d e s c rtp tíy a ", en tanto pretende aclarar la es-
tructura del derecho y su funcionamiento sm._~~n§..i-
La re fo rm ulac ió n de l po s itiv is m o e n H art
derar para ello la jll~.tifi:~~ció.!!..mor9J de las prácticas
jurídicas analizadas 10.
El punto de partida h.artianozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA En el tratamiento de los temas mencionados, Hart
utilizó las herramientas de la fílosofía analítica o lin-
t;l_12r.9ºó~t.9...genera1 de Hart en E l concepto de derecho zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
güística inglesa, cuyo nacimiento coincidió con la
e se n fre n ta r el problema rnás...inq~.~.lw :lt!;de lª..i.eoría etapa de formación y docencia de H a rt en Oxford.
jurídica, esto es, la pregunta: ¿g1..!._é.~~:!.g. .~!;~~h_?? Hart Como el propio Hart 10 relatall, la filosofia analítica
.asume la perplejidad constante 'de"losabogados y ciu- floreció bajo el írnpulso de J" .~~:.b. -.!:lstin.en, O xford y de
dadanos corrientes, que usan a diario la palabra "de- ~~dwj.guWittgenstein... e.n.~G.~l;:>;tj9Wdurante los siete
recho" pero tienen grandes dificultades para respon- años en que H a rt fue profesor de filosafia en la pri-
der qué significa ese término o para coincidir en los
rasgos que diferencian al derecho de sistemas diS~-
mera de estas universidades. I¿l,.;..é:lpli~:;lS~é>r c.c;l~:~~ta
aproximación fIlosófica al estudio. del cierecllo .iplp~có
tos de regulación social como la moral o la cortesía.
uña"ate~góI1 l?~ef{:!r~I?-t~:-~ · }~n.i.\d~ien~<=1J~,~.?_ga-
~~. N~_g_l,lI1@_g_~~r?l~~.1apo } ~~~:~.~~&_:,~~.~
~ a d.Q.s,}os<Jueces t. Jº~Je@slaqor~,~g,Y."..}J)~~ludadaa2~~::ffi~_
«~s problemas r.~~:ur.;reI?:!~~ ;~n,::B-~9n9,JW1,.1fil: ¿ n general uí.Ú.izél.p.,.9LE~~9Ese~a .asUÍlto$~jUrídicos.
qué se diferencia el derecho deIas ..9.r..d~.Qe..~J..espalda- .Las cuestiones lingüísticas, cree H a rt siguiendo a
das P9.riiiii~r:!~s, y qu~..~el9:cí~~_~en~_co!!. ellas?, ¿en J .L . Austin, no son asuntos de sólo palabras; por el
qué se diferencia la obligación j~~~a de la 'obligación contrario, una conciencia agudizada de las palabras
moral, y qué relación tiene con ella? y ¿qué son las puede llevarnos a "agudizar nuestra percepción de
reglas, yen qué medida el derech9.~;;_V!!9-_<;.uesti<)n de los fenómenos", porque cuando buscamos y halla-
reglas'P'". En otras '-palabras, los problemas funda- mos definiciones "no contemplamos simplemente p a -
mentales de la teoria jurídica son las relaciones .entre labras ... sino también las realidade_s para Itablar
el derecho y la coerción; entre el derecho y la moral, y ácerca de las cuales usamos las palábras;12. A sf,- el
entre el derecho y las reglas. _, ~~ __ '. __ •• A' __ ._ ...........~-

Al intentar dar respuesta a estos interrogantes,


Hart desarrolló una teoría del derecho con dos carac- 10 Estas dos características son expuestas por el mismo Hart en elzyxwvutsrqponm
teristicas fundamentales. En prímer.Iugar. corno se Postscriptum. a su obra, cuya traducción se publica en el pre-
sente volumen. H.LA. Hart, The Concept of La.w , Segunda Edi-
ción, Oxford,ClarendonPress, 1994. pp. 23~-240.
8 SentenCiaC-221/94. M.P. Carlos Gaviria. Salvamento de voto 11 H.LA. Hart, Essuuje ÍJ1. Jurisprudence and Philosophy, Oxford,
de José OregoríoHemández, Hemando Herrera, Fabio Morón y ClarendonPress, 1993, p. 2.
Vladimiro Naranjo.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
G aceta de la C orte C onstituciO nal. Edición 12 J.L Austin, ~APlea for Excuses".en: Proceedirujs of the Aristote-
Extracrdírraría(mayode 1994). Uon Society, 57 (1956-1957).citado en H.L.A Hart. El concepto
9 H.L.A. Hart, E l concepto de derecho, op. cii., p. 16. de derecho, op. cit., p. 18.

20 21
e§J.:~_c;g_o
del lengu?-je que usamos, albablar del d~ere- y teoría juridica crítica o evaluativa- y, por otra par":
cho e.~
<al._n:!.isIJlO
tie:rg¡:?_~ est~~ de 1.8,$ práctícas le, la "insistencia ... en quc. los fundamentos de un
socíales q,ue constituyen
"_ '.'
el_derecho;
- .• " -,
eLan~sis
······-,,·c'~_··..:oc?
lin- sistema juridico no se deben buscaren rünguria teo-
gü~co y §__ geSCripciÓnsociológi~~7~e~ip1~J¿<?AA-",>1J1ji- , ría mora). o justificatiya, sino que soIJ..adecuadarnente
tuamente. Por esta razón, la obra de Hart es prolífica
descritos en ).~~, !fE~wg~,m9J,3k.X~",Y~,Qf.ªti~a,rneQte
~n'consideraciones sobre el uso que hacemos de ex- rieutros A'Y ,Pn..4.~!?jj;o,.~e4i~A,._.JJ.ll.l~-
presiones como "obligación", "estar obligado a", "ver- . gíslador sopei-ano'~16. .
se obligado a", "dtscrecíonaltdad judícíal", "regla juri- Dentro.de ~;;,4t,tr8ffiG:i,ºn.PQsiJlw.sta, AlJ,~p.pJ:_o~-
· " t -~.=-",,--, , _. '
dlca , e c. la su teoría im_p_~rativistadel derech~, que consiste,
Es necesario destacar dos rasgos de la aproxima- según 'f-fárt, en la tesis según la cl,lal.ª~e:rpp~~.fl.L$:e
cíón Iíngúístíco-soctológtca propuesta por Hai:C En exista un sistema jurídico es necesario que ..haya :'fli-
primer lugar •. s~
.P.!:9E9.§ito no E d-ªL~~~S:ó~ guna persona o cuerpo de personas queemitan 9r<9-e-
d~10 que..s.~gpUl~éll9:R~?:~ra."~er:~~1].o",'~".escríbír nes generales respaldadas por amena..zg.sy que esas
~ estructura .caracteristj~-9.e,.:u.p ~s.J~j:~m.~jpJj9ifo órdenes seaIÍ. generalmente. opedeclcl~. y tiene que
c:;:onfemporáneoI3• En segundo lugar. su atención se existir la creencia general de que estas amenazas se-
centra en la_"p,;:áctice_ social", esto es, en la forma en rán probablemente Jiechas efe_stix~ en el 5."4Puesto
que las personas ªst0.?ll, ~q_1~~~);tt:L~~!9!,l~§..xeg~d..?-s de desobediencia" 17. Auattn llama a esa persona o
por el derecho y ,<,;I_lel)g~?-j~ de que_,.se,va).eQpara grupo de personas "scl,-eraIlO"y sostiene que en cada
refeItrse'a ellas. Óe""acu-erdo" con esta aproximación ordenamiento jurídico éste es único, supremo e inde-
-----como10 ha puesto de manifiesto Roger Cotte- pendiente. E~_c!E.:~cho,_ en_~sta perspectiya" es el cqp-
_.rre~ l~s _nC?rIlJ;a~",j1?!Í~!~as _d~sc~~ u-9?-
~.e~.!?Le juritode f?f¿f~~s~r~§p~?~c~-__p§-t>~~R~ffi ~cjaQ,as
'..base _sociQlógic,ay la):eqn~~ael,aer~cliQ... ~g!?re~~~~'p- ':pill'~ .S9QerWl-o ..,en. elerclqo. ,de su",.pW~r 1~@.~Ja.,-.g,x:o
ría social. . . ~_i1Iiii~r,El S9J),~~P impone lírnítacíones a 8Us"sU-
cOn_- esta perspectiva, Hart acomete UB,~.• qj~ca bordinados, míentras.tque s'u poder está libre sle_re:,s-
compreherisíva de la teoría positivista predomíriaqte tríccíones-e. Han: comparte las dos añrmacíones me-
hasta el momento en .Inglaterra, elaborada por.Jopn dulares deCpoáitivismo de Bentham y Austin pero
Auatín y cuyas raíces se remontan a los trabajos pe rechaza la conclusión según la cual_el cDJ~n<;Lge
Jeremy Bentham,..a finales del siglo xVIJI. Como lo úieritip,c:ac:iónde las i~gl~s jLWqü::~§i-<~~Leii~~~l]!t~.sn
señala Hart en un articulo posterior a E l concepto de
derecho», Bentham' estableció en The F ragm ents of
s:!_h~}:?j!2_ª~_)0§_:_~i1s!~atl9S.".g~.2_~~~.~ ~,§,~9.~a-
.ri pl9. El derecho de una socieaaa organizada no pue-
G ooernrneni los. clC?t:( pilares del positivismo jurídlco de ser identificado eatísfactoríamente respondiendo a
inglés: P<?l"' una' parte. ia sep~ación tajaüte entr~lo la pregunta: ¿q!-l-i~~s el !:,>oberanoy cuáles son sus
que el derecho "es" y 10 que,el derecho "debe ser" -y, órdenes? Este criterio es adecuado para identificar
por-tanto, entre teoría jurídica analítica o descriptiva o·tia tipo de mandatos, corno las órdenes impartidas
por un aÉ'_~tan~ a sh!s víctimas. En este caso, todo lo
---'"_----_._.-
13 IbícL, pp. 20-21.
'14 Roger Cotterrell, Laurs C om m uniuj. Legal. T heory in S ocíological 16 Ibid, íd. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFE
(traducción del autor).
P erspectiue, Oxford, Clarendon Press, 1995,p. 97. 17 H .L.A .H art, E l concepto de derecho, op. cu.. p. 32.
15 H .L.A . H art, "Law in fue Perspective of Philosophy", en: EssD.ys 18 Ib id ., pp. 32 Y 64.
in Jurisprudence and P hiiosophsj, op. cii., p. 147. 19 Ibid., pp. 23-62.

-c-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
22 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
23
que se necesita para saber ~ál es el mandato vigen- L o s tipos de reglas Jurídicas y la regla
te en la situación es si existe la relación asaltante- de reconocim iento
asaltados y si aquél ha dictado uná orden. Parece
contrario a nuestra percepción de la vida social, sos- La f~lª principal deJa te9ria .P~ ~Y:=ttW , P'M9.-.~s:v1,
tiene Hart, que el derecho sea simplemente la institu- corietste en. no -99-1?~r)p.s:+w.Cl9Jª,}.l9.:~~9A.A~
,~'r~1a", sín
cionalización de la situación descrita: las normas ju- )a, c~(~t~$lfup.9.s.H?1.e. explicar Iaestructura y eLfuncio~
rídícas no son órdenes ocasionales .que recil:)¡rposde namiento del derecho, Las ideas de orden, hábito,
Ilart~r de ~· ~-legisia.do.r c1ru:amente.identificado ~~, obediencia y amenaza son adecuadas para dar cue:P-
. I!:Qsc~~~n§l cumplirlas pajo la amenaza de ~ ta de la sttuacíón del asaltante, pero no de la práctíca
cas tigo20. social de una co m u n id a d re g id a P Q r .re g la s ..jurídt-
-Las c0rl1p4c;.~§ dernzadas del modelo de Aus- C~S25. L a te aria austini~~,:e~.;.m.ite,¡",Sllt5?!1-d~r qué s,ig-;
tin son múltiples. como lo muestran algunas de las ~ mfica que una p e rsrm a , "se ,v-~plJ.liga~a" a .haceralgp
preguntas que el modelo es incapaz de responder: si -~~gr~ en:tf~ar su dinero al asal:t2níe-, pero no qué
las normas juridicas son órdenes expedidas por un significa que "tel1g9¡)?:ól?li~~F~~P';:' q,e?=J:l5!ser.91go de
soberano y habitualmente obedecidas por los ciuda- acuerdo con el derecho -v.gr. pagar· anuáIrriente sus
4"f"- danos. ¿cómo_s_eexplica la persistencia del derecho, impuestos-. ~?: . .s.~teI!der.~~-noción de obligación
.e.~.d ectr, el he.<:~~de qu~ lª.s nQ:nnas ~i_g_anyig~ntes es indispensablela noción de r~;' el que ili':íapéts'o-
q~~PYSs.d~_qye guieI)._J?-~ .exp_idlC!Jiaabandonadq su ña tenga lUla..91?ligac:ióJ;l j~éI~~:. qUie:ré'decrr.:gpe
:S:5llgo~21;¿cómo se explica el hecho de que existan existe unaregla ..quep:r,:evé}a,_ Qpligaci9ri;'y.qp~el caso
ñórmas ,9.-ld-eij~ s.a-
las potE:stades,legislativas dei de esa ,persona se._epcuentra dentro -",
apIí,cacion de la regla26:
q~,tc~p(;\,fle
.
.beranov=: ¿cómo es posíble .q~e exis1:a.,n.;. ~<?@as erna-
nadas de la costumbre y no de un acto explícito de .' A partir de estariocíón, Hart establece.dos distin-
.' , .• ' " > ..••..••.. ,",",

Iegtslacíónv=: ¿de qué manera encajan en el modelo cíones furidamentales.: 9~.ó!!l.!§t.9~ la._Q.j~:ÜP,Ci(ln.,entre ~
propuesto las normas que no írnporien sancíones reglas
- ..:.-
primarias
..:-,- . ...-..--......
----.--
y
..-.~-.~-
rid a ríg s y , .de
se cu_-~~'4
..- ..-. _".....
otro ...la.
..;.,~~
dísrín-
.... _."_-_-..-
sino que otorgan I29testades a los individuos para, re- cíón entre los pl,P.}tº§-,-~~-rl~'*):p.t.~rIl~ ~ ~ ,§ ~ ~frente In q
gular juridicamente 'sus relaciones so cía le s, como las a las !"~la.? En la diada reglas primarias - reglas
relativas a la formación de los contratos y el otorga- secundarias, Hart ve ~a clave de la tecría jurídíca y la
miento de testamentosj=' E§Jfl,S,.p~~g~tas, aguda- fuente de la solución de las preguntas que -Al~~
. merite q::ifi,gi_q_C§_por
Hart a la concepción de las órde- había dejado stn respuesta". I¿:ls.¡-~glªs Er,iman_as
nes respaldadas i;or-amenazas~mostiarOn las ínsufi- !.q].P_9~~g.".9.~peres positivQs -~~ci~-' Q,pegaUVgg
-cienci<ls de la teoria'positi~i~ta'-Vige:ntey-preparaj-on -_()~~_i()I!es- ?-J<?~>IDdividuos. Son reglas primarias,
el terreno paraIa tarea de reconstrucci9g~del positi- por ejemplo, las que imponen obligaciones. cívíles. a
vismo emprenciida I?ór_Hart'en'sÜ:'oQr.a. ' las personas, como la obligación de los padres de,
sostener a sus hijqp. Laª_:I.:~g~_§_ecung.arias,enve
t~to, o~p:rga.:n: po~~~~~es..)l.}os.· ,R~.~-l:]I:ivs q~~..l~~
autoridades públicas para crear, modíñcar, extiPgW,
20 Ibid., p p , 2 5 -3 2 .
21 Ibid., p. 64.
22 Ibid., p. 64. 25 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
Ib ícL ,p , 101.
23 [bid, p. 56. tua: zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
26 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
p. 106.
24 Ib id ., p. 3!:;>. 2 7 Ib id . p p . 101-102.

2 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 25
-,-~ - ------,------- ,-,-,-----------------------------------

o determ inar los efectos de las reglas de tipo prim a- norm a al sistem a jurídico a tra vé s de trria p!}leba d:~
ri0 2S. A sí por ejem plo, las reglas relativas a la form a- origen o linaje -pedigree--:, esto es, del exam eride Ia
ción de contratos les dan a los particulares potesta- sN l~~a::lliQ ~gLgeijvad..ón de _~~ cual hace Eart:eJe
des para fijar los estándares que rigen sus relaciones n9g:Q ª ..",La validez de u ri aecreto, por ejem plo, depen-
contractuales, estándares que a su vez son reglas -dé 'd e la sujeción de éste a las leyes vigentes, y la
prim arias porque obligan ,a_l$lS~pq.r:t~§.~fl.-hª"~~& abs- ,9 validez tanto de las leyes com o de los decretos depen-
tenerse de hacer algo -v .g r. pagar una deuda al ven- de de la conform idad de unas y otros con la C onsti-
cim iento del plazo estipulado--. O tros ~jem pl9s de tución. La C onstitución, dentro de esta estructura je-
~glas ~ecundarias son las norm as constitu~ales rárquica, es el críte río suprem o de valipez. .A h q ra
sobre la expedición de.leyes y lasnorm asprocesales bien, ¿de ..
qué
'.
depende
-:.:._'._-_:'_'>-
la validez
," ,- ~'.~,~.' ,__ o
de la C onstitución?
_ ....... _._ _,-.=-:'"""-:.:...'~,'.'!;f_..
.•• .,. •••. '~_ L .. - -",,,,,,,)
- ....

que regylan la función judici§l. En ejercicio de las Esta pregunta constituye la prueba defíriítíva para
potestades atribuidas por esas reglas secundarias, cualquier teoria sobre la validezjurídica ... Jtqrt..s o~e-
los legisladores y los jueces establecen reglas prim a- pe que la validez de la C onstitución tá r
rias contenidas en leyes y sentencias, respectivam en- i.iñ.affi$ que establece _que ;J.q ,que 'l<i' C ,onstitucién
te. H art llam a "reglas de cam bi9.,"29a las reglas.securi- <tice es q~r.edJ.;0"32. Esta es la r~la de reconocim iento
d a rta s qtl~_~ facultades a los particulares y _ª_lQ s d~L~istem á jurídica.. en tanto sum inistra los criterios
ie_g!,slªÓ D res paracrear reglas prim arias. Las norm as de validez -la C onstitución y las norm as subordina-
sobre el ejercicio-~e !~ función ]udictal constituyen das a ésta- por referencia a los cuales se identifican
un segundo tipo de reglas secundarias, que H art de- las norm as que son reconocidas com o pertenecientes
nom ina "r~as de adjudicaci9n':~_ a dicho sístem aé.:
El terc~r._..!!I2o
de regla. secundaria es la r~gl§;-de A l sum inistrar el criterio suprem o. de .validez, la
recº--llº~_Ü uieIifP,que tiene una im portancia particular regla ,de reconocím íento es Una "regii.'(¡ltinikt',,;
.~ .-1{ ~
10':;
'_- .......
;.
q ue o''_.'4 ..... ,

en la teoría jurídica de H a rt. C om o se vio anterior- significa


.-.. que en ella terrnínaIa. -.~_.>'--_._~......,-~:'".~-~_.~_ ..~<._.,.~l
c9.deñ~-de'validez
m ente, uno de los pilares del positivism o es la. defen- si§tem a. D e la regla de reconocim iento, com o se verá
saode la Eosibilidad de identificqr ,eLderecho yjgeI:1tr enseguida, no se puede predicar su validez -porque
en una sociedad a p~ de. un parám etro indepe,n- no hay ninguna regla por encim a de ella que sea su
diente de la m oral. H a rt explica el origen de este pa- fuente de validez-, sino su "existencia" fáctica. En
rám etro -'+que denom ina "regla de reconocím íen- térm inos de H a rt: '
to"31-, - en térm inos de la estructura de los m odem os '.
§t~!~!E};;~J}!t}§{co~. ' En to(ja sóciedad com pleja con- '-1
tem poránea las' reglas juridicas están organizadas je- 32 ) La respuesta de H art ha sido m odificada aquí para un caso zyxwvutsrqpo
rárquicam ente, de tal form a que la validez de una <c.:»: com o el colom biano, en el que la norm a superior o "críterío
suprem o de validez". com o la llam a H a rt, es la Constitución,
regla depende de su conform idad con las reglas ubi- H art habla generalm ente del caso ínglés. en el que la suprem a-
cadas en un nivel jurídico m ás alto. Esta estructura cía norm ativa corresponde a las leyes" expedidas por el Parla-
jerárquica perm ite determ inar la perten~n,cia de una m ento. Sin em bargo, considera el caso de ordenam ientos con
.. __ . ','
una Constitución escrita, com o el riorteam erícano. Ibid., pp .
132-133.
33 H art distingue el zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
c rite rio s u p re m o , que en nuestro sistem a seria
28 Ibid., p. 10l. la Constitución, de la re g la ú ltim a o re g la d e re c o n o c im ie n to , que
29 Ibíd., p. 119. seria la regla según la cual "lo que la Constitución dice es dere-
30 Ibid., p. 120. cho". La regla de reconocim iento s u m in is tra el criterio suprem o
31 Ibíd., pp. 125-153. y los dem ás criterios de validez del sistem a. Ibíd., pp. 132-133.

2 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 27 zyxwvutsr
La afírrnacíón de que [la regla de reconocimiento] existe sólo
jluecle ser un enunciado de hecho externo. Porque mientras
norma básica del sistema. Además. debido a que la
que una regla subordinada de un sistema puede ser válida y, razón de validez de una riorrna puede ser solamente
en ese sentido, "existir" aun cuando sea generalmente deso- otra norma, la presuposición debe ser una norma,
bedecida, la regla de reconoci.m..ientosólo existe como una esto es, la norma básica del sistema. Pero "a diferen-
práctica compleja, pero normalmente concordante, de los tri- cia de la normajuridica positiva, la básica no es váli-
bunales. functonartos y particulares, al identificar el derecho
por referencia a ciertos criterios. Su exístencía es una cues-
da porque Sea creada de algún modo por un acto
tión de hecho 34. . .... .. .,' juridico, síg~_.por.qu~_se s..!-.:!.P,Q1:le
que es válída">". H art
sostiene queesta idea e's,~-g~voc~'p or · d~s--~azones.
La. .regla, .de 'b~~pnos4nienJo,-de .H art, en cense- En primer lugar, el mismo hecho de hablar de la vali-
~~
• cuericta, tiene, -W1-. q:trá~_t~p~,~~jwicI.i.~~-:~q~ialn:
de un dez de la norma básica causa confusión, porque la
',} lado, e~)a J~~¡,~e"y~_q~.~- ..8 ~!~.r1_tffi9",,~gprsmo y, validez se predica sólo de las normas situadas por
debajo de ella.
<
L"·

,1
por tanto. ~~J'1::-T~-w~a del SIstema jurtdíco: de
otro lado, e$ la en.:ynciación de un hecho sgq~ con-
sis tente en la aceptación práctica ael criterio supre- Sólo necesitamos la palabra "validez", y así la usamos co-
'--,i rno y de criterios subordinados como parámetros de
múnmente. para resolver cuestiones que surgen dentro de
un sistema de reglas, donde el estatus de una regla como
./
_ identificación de las normas de dicho sistema. De miembro del sistema depende de que satisfaga ciertos crite-
~ acuerdo con Jllélll Rarn.ónde Páram~r rios suministrados por la regla de reconocímíento. No puede
presentarse una cuestión de ese tipo respecto de la validez de
No se trata de una norma jurídica en sentido estricto, ni de la propia regla de reconocimiento que proporciona los crite-
una mera convención, uso o costumbre, El concepto de regla rios; ella no puede ser valida n i inválida, simplemente se la
de reconocímíento parece estar a caballo entre dos esferas. acepta como,~~<;!a para ser usada de esta manera 38.
....'..._.~.:-:'.-i~_-i.~~
una jurídica y otra fáctica. ya que, si bien por un lado pro-
porciona los criterios para la identificación de otras reglas -y En segundo lugar, Ia ~~~i~;",9~,!t~}{'~n, de acuerdo
en este sentido, podría ser calificada como "derechor->- por
otro lado, cuando hablamos de su existencia, formulamos en
con H~, o..~<;:*~~~)~.r~aJi9,~c;l-,,~q<::}~
:s.lJbye~e~tea la
verdad un enunciado externo sobre un hecho efectivo que se
aflrmacíón de la existencia de la regla de reconoci-
refiere a la manera en que son identificadas las reglas de un miento. Si bien es cierto que generalmente los miem-
sistema 35. bros de una comunidad juridica no enuncian la regla
de recoriocírníerrto, sino que la "usan" en la identifi-
Con la inclusión de UD elemento fáctico en la regla cación del derecho aplicable a un caso 39, eso no signi-
de reconocimie:qto, Hart rech~ ..e l postulado k~~.s.e- fica que su existencia sea sólo un pres'upuesto l<>gic:p.
ruano según el cual esa regla Q norrnacbasica no es La regla de reconocimiento existe C5orno tirrapráctíca
u n "presupuesf9" d~lesquem~_~e valí-
l.i_il._!Iechó-sE:0 social efectiva que puede ser descrita mediante' l..l.TI
dez__ < áeun sistema juridlc03~. Para Keisen~-ia validez enunciado de hecho externo=.
de la norma su'perlor'creun sistema juridico es pre-
supuesta y la enunciación de esa presuposición es la
37 H~s K~lsen,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG
Teoria general del derecho zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
y del E stado, Universi-
dad Nacional Autónoma de México,México, 1988, p. 137. He
seguido en este punto la exposiciónde Carlos SantiagoNino, La
34 Ibíd., p. 137. validez del derecho, op. cit., pp. 11-12. - .._,...._ -_ .. "_--_.
35 Juan Ramón de P áram o, H .L.A H art Y la teoría analítica del 38 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
H .L.A . H art, E l cO nceptode derecho, 01:>.CiL, p. 135.
derecho. op. cii., pp. 248-249. 39 Ibíd., p. 127. .
36 Ibid., pp. 134-137,
40 lb id., p. 137. Contra esta noción fáctica de la regla de reconocí-

2 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
· --- .. -- - - - - - '- - - - - - - - - - -

Punto d e vista externo y punto de vista interno pertenece a la sociedad observada o zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY
lI D miembro de la

frente a las reglas misma que adopta la actitud de científicosocial- que


constata, por ejemplo. que es una conducta regular en
Hart introduce la segunda distinción esencial de su el grupo estudiado el que los miembros más jóvenes
teoría, a saber, la diferencia entre el punto de vista traten con respeto a los mayores -v.gr. obedeciéndo-
intemo y el punto de vista extemo frente a las reglas, les regularmente o hablándoles con un lenguaje y en
con el fin de responder a un conjunto adicional de un tono moderados--, o el que los conductores se de-
jpterrogantes insatisfechos por la teoría de las órde- tengan ante un semáforo en rojo. Si el observador no
nes respaldadas por amenazas. En esta teoría, examina los motivos por los cuales las personas se
¿cómo es posible distinguir un hábito social --como conducen de esta manera, puede afirmar que existe
el de salir de paseo los domingos- de una regla so- una reiteración en el comportarníento de los miembros
cial -como la regla de cortesía que establece que se del grupo, esto es, un hábito, pero no podrá distinguir-
debe tratar con deferencia a los mayores o la regla lo del hábito de ir de paseo los domíngos+'.Sin embar-
juridica que prohíbe pasar los semáforos en rojo--?; go, los mismos casos del trato a los mayores y de la
¿obedecemos las reglas sociales por_háb.ilo -o :por detención en el semáforo pueden ser considerados te-
c<_?stumbre". como lo decimos con mayor frecuencia-, niendo en cuenta los motivos que originan esas con-
.~
o por otras razones? Es claro que la teoría de Austin ductas, e~..d ecir, as1.ll11iendo el_Q~t'? de vista int~_o
no permite distinguir los hábitos de las reglas, como del 'p<1,IÜciparite..-en.<:n_~~~_PI~CtJ~ª.s. Para el partici-
quiera que afirma que éstas consisten justrunente en pante, eSa1:5_§.ccionesno son el resultado de simples
hábitos de obediencia. hábitos sino de "reglas" vigentes en su grupo social,
Hart traza la línea dtvísoría entre estas dos nocio- que él "acepta" corno parámetros de regulación de su
nes a partir de la distinción entre el punto de vista comportanúenW 42• Por esto, puede fundar en las reglas
intemo y el punto de vista extemo. Las reglas sociales menciOnadas sus críticas a quienes no respetan a los
--de cortesía. religiosas,jurídicas, morales. etc.- pue- mayores o pasan los semáforos en rojo, así como su
den ser consideradas desde dos perspectivas: desdeJ...a. exigenciaa cualquier miembro del grupo de que actúe
~e un observador extemo -v.gr. tin a persona que no de acuerdo con ellas. Entre tanto, criticas y exigencias
similares en el caso del hábito de ir a pasear los do-
miento se ha sostenido que incurre en la llamada "falacia natu- mingos resultan absurdas.
ralista". Los críticos de Hart afirman que no es posible derivar Las reglas jurídicas, como formas de_E~glassocia-
de una afirmación de hecho (la existencia de la práctica social les, pueaen ser vistas desde l.ll1aperspectiva extema
que conforma la regla de reconocimiento) un juicio normativo (el
ydesde una perspectiva intema. El primer punto de
deber de comportarse de acuerdo con dicha práctica). Robert
Alexy,por ejemplo. defiende la norma básica de Kelsen y critica vlsta--pueae ser asumido por LUl observador interesa-
la regla de reconocimiento hartiana afirmando que "la ventaja do en registrar sólo reQ.eticionesen la coñdu~ta de los
de la teoría kelsemana de la norma fundamental reside en que ñii~_iibroSdeuna sociedad, o por .~_.r.g!_e_!!lbro que no
este paso del ser al deber ser no se esconde detrás de conceptos
acepta las reglas ju rtd íc a s por considerarlas justifica-
tales como los de aceptación y existencia de una práctica sino
que es puesto de manifiesto y tematizado. En última instancia, das sino con eljtn de evi~_ .s~ls.aSigo43.En esta pers-
--------- zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWV
una teoría empírica de la norma fundamental tiene que fracasar
porque no puede aprehender adecuadamente el problema pro-
piamente d ic h o de toda teoría de una norma fundamental, es 41 H,L.A Hart,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
E l c o n c e p to de d e re c h o , o p . ctr.,p. 112.
decir, el paso del ser al deber ser". E l c o n c e p to y la v a lid e z d e l 42 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Ibid., p. 11 L--
d e re c h o , Barcelona, Gedisa, 1994, p. 122. 43 Ibíd.., p. 112_

30 31
pectiva, por ende, se subraya el aspecto coercitivo de Una constatación lingüística inicial sirve de base a
las reglas. Entre tanto, el punto de vista intemo asu- la tesis de Hart sobre este tema: la I2..I:ecisión .d e l len-
mido por el participante destaca la" gim~nsión rior-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
_gy._9je humano, en general, y dell;-~guaje jurídico, en
su
m a tív a de las reglas, es decir. función jü'sÍificativa particular, es limitada. Las palabras utilizadas en la
de juicios de aprobación o critica. Gracias a esta di- conversación cotidiana son vagas, aunque tienen sig-
, m~1}§.i9.n..9_e las reglas podemos hablar de derechos y nificados suficientemente precisos para permitir la
. obligaciones;-y rio 'sólo de hábitos y coacción. ELp_un- cornurrícacíórr=. La vaguedad Q "textura abjerta"46 d.cl
..!0.9~~sta it}temo, as~,e~.el eIeJ!l.~p..tg_.9.!-:!Y_!!Q~rtni- JeI1gym.e.._§.~..C lc~,nbJ._~Q_~_(;~PO ~s_regJas ~l11idi-
te c!iS.m:g~!:. e.?-~e~~_~..2blige99~Clu1:J.~!.~_go -v.gr. S§,_s - y 9~_la.s~r_e_g1§t?_~g~!al~~_g~g~r~-, por dos
entregar nuestro dinero al asaltante- y tener la oblí- r~Q!!~_!?_fundam.entales. En primer lugar, las reglas
gacíón, ,~de hacer .~_go-v.gr. e.I1g-~g_qr ---áñUalmente juridicas no están dirigidas a personas o cosas parti-
parte de nuestro dinero a la adrnímstracíón de írn- culares, sino a _::s1a~." de p~r.:.~_<?E.as o c()~~s -:v.gr.
puestos-. En el segundocaso la razón de la obliga- las normas soóre tránsito no se refieren al carro de
ción es la existencia 'd e ' una regla juridica que es Pedro Pérez, sino a vehículos y conductores-. En se-
aceptada por los "miembros de la comunidad, mien- g u rid o Iu g a r, P~!JIlaIl~q~nvigentes .~te periqc!9s .'
tras que en el primero simplemente nos vemos forza- largos y , por tanto, se aplican a sítuacíones que no
dos a actuar para salvar nuestra vida. pueden ser previstas en el momento de su creación.
Esta última caracteristica de las reglas jurídicas; por
L o s lím ite s d e l ie n q u a je y la d is c re c io n a lid a d . ejemplo, explica la inclusión de expresiones generales .
judicial en el derecho de'loscontTatos, como la "buena fe", <:/
que s~ _ § lp li~ a n de_ª!;JJ~.r:ºº_conl-ª~~stétQG_l~_q_e ~
rA partir de las dos distinciones examinadas, Hart G...a_dª~_~~ªSJLCOncrgo. .
¿ construye una propuesta comprehensiva sobre los Ahora bien, ¿cómo se ip.t<:!!]?r~tan ~~spalabras de
'r ) prQ.ºl~!}l-ª§._centrales de la teoria del derecho. cºI_!lQ la textura abierta? Hart propone utilizar la técnica de la
i< í _~~laciónentre eficacia y validf;_?;, la iEterpretación, los analogía para soluctonar- ~~_tº§__~ª§_()§ _C!~ in-
º ill~ !l~..~
__
'. ~ ( ,Yinculos entre justicia y derecho y._~~ral y de- terpretacíórrv. Toda expresión lingüística tiene un
. ~ ) ~e!cho,L las ~Jldiciones de existencia de un ordena- núcleo duro de significado y un área de penumbra.
.; .. "::i ,_pllento_ jurídico - y su aplícacíón .._ .§:_,~§:?os _)ím.:ites El núcleo de significado de una expresión está con-
".J ) corno el derecho íriternacíonal y d d~~~cJ:10. ~.~}~sso- formado por los casos de fácil interpretación, es de-
\ ciedades prírnttívas-e-.Aunque en todos estos tópicos cir, aquellos en los cuales casi todos los intérpretes
_ . .! :. .los aportes de Hart son importantes, para los propó- estarian de acuerdo en que la expresión se aplica -o
~ \ sitos del estudio del debate con la teoría dworkiniana no se aplica- a los hechos considerados. Así, en el
-J
_,)
¿\ es necesario concentrarse en uno de ellos: !a.Íflter- conocido ejemplo de Hart, frente a una regla que
.J
"~ (' pretaciq.Q_, <_:l~J g~r,~<::bo y las. decisiones judiciales en dice: "está prohibida la circulación de vehículos en el
los casos dífíctles=. . . ... . .. _._."~ "~-.~--- parque", todos estai{all{üs de acuerdo en que los ca-
miones y los automóviles no podrian circular en ese

44 En este punto serán tratadas las raíces lingüísticas de la teoria


de Hart sobre los casos dificiles.El debate con las posiciones 45 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
Ib fd ., p_ 158.
formalista y realista y las criticas de Dworkin sobre este tema 46 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED
tua; p. 155.
serán analizados en la tercera parte de este ensayo. 47 Ibid., pp. 158-159.

3 2 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 33
__ L___~. ~ ~~~__ _ ~ ~
- ---------------

lugar, porque entendemos que esos casos están In- LaszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG


prim e ras c rític as de D w o rkin
cluidos en el núcleo de la palabra "vehículo" en este
contextow, L a 2¿oI1a d e f!~mbra de las expresiones La reformulación hartiana del positivismo suscitó des-
lingüísticas está conformada por los casos difíciles de de un comienzo un amplio debate, en el que fueron
interpretación, en los que es controvertible se apli- si tan numerosos los defensores como l~.rtp.cos.
ca la expresión de textura abierta a los hechos exa- Dworkin se ubicó rápidamente entre estos últimos y
minados. En la regla que nos sirve de ejemplo, ¿están ~~- ~_~§.9 participó en un simposio convocado alrede-
comprendidas las bicicletas? Sin duda encontraría- dor del tema de la discrecionalidad judícíalw, En esa
mos intérpretes dando razones a favor de la aplica- ocasión, Dworkin estableció los primeros rasgos de la
ción de la palabra "vehículo"a este caso y otros argu- critica qt..i'"e
desarrollarla en la segunda mitad de la
mentando que las bicicletas pueden circular libre- década de los sesenta. Contra Hart, ~os_:üene q ue no
mente por el parque. Estos casos dificiles pueden ser todos los casos dificile s tiene~ ~ lJ origen en la ,:ague- )
r:~~.!d~liOS con base ~ I"l. u_i}:~~Ijj;_~.Q9
9-P!:<?:x::i._Ip§:tivo,
el de dad -de un término de una regla jYÚdica-y-qué- erró- ) es.
l.ª-ª=D-91og~acón-fos casos fáciles. En el ejemplo, para J;l~a1ITIJ1",ar.gueen ellos iosJueces tienen pOderesdis- {
decidir si las bicicletas-esffui.-iriCluidase n la prohibí- crecionales_jL as partes en uií"procesÓ'tiénéii derecho
cíón debernos examinar si éstas se parecen ---en as-
pectos relevantes para efectos de la circulación en el
a~obteñer LUlasolución a~.ordecorrel.ordcnamíento
j~dlco preexistente; este derecho opera .tanto en los 1
(-*
parque- a los camiones y los automóviles. casos fáciles como en los dificiles y , por lo tanto, los \
L a división entre casos fáciles y dificiles ti~I}.~a .jueces no gozan de discrecionalidad l}!.º~.~oderes ex- (
consé'c~encia central Eara la discusión_entre H~ y cepsionales de creación de normas juridicas:0 .
D w oikiñ. Hart sostiene que debido a que la vaguedad ---Durante casi quince anos (1 9 6 3 -1 9 7 7 ), Dworkin
./ ~s..~ ?:_.~~sti~ __
@Ú=:~~~te aI}en&:!~dico y a publicó u r ia serie de artículos en los que desarrolló
/
que en la deci?jón de los casos dificiles existe más. de estas ideas y extendió su crítica a los demás pilares
-, una !I2t~rpl:e:tación ~g~ple, cuando estos casos lle- de la teoría de Hart. Estos artículos -junto con otros
gan ~a los estrados jud.!s!aleslos juec§_tiene~e- sobre temas de filosofiapolítica y moral- fueron com-
cíonalídadw para ~scoger la interpretación que consi- pilados en el libro T aking R ights S eriously, publicado
deren más ..ªPXQPladswCuando la yeglci aplicable es im - en 1 9 7 7 . Tres de estos ensayos constituyen lo que se
precisa, el juez no tiene otra salida que escoger pru- podría llamar la "primera crítica" de Dworkin a Hart.
dentemente la opción que estime adecuada. En estas En el primero de ellos, Th.e Modei of Ruless", D_~~r-
circunstancias ~~~_ciQna1es,' eJ.jg~.no_es.m_ªPU~do ~ se_E!0puso minar los tres cimientos del posttívts-
.~l_sl~E~~ho -porque las f~gl§l~Eo.,_~~~~~~é_ill_.lE}a ~.º!!a
díreccíón-e-, sino c~eándolopara el ca~()~2~0.
5 0 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Journal of Philo- zyxwvutsrqpo
Ronald Dwokin. "Judicial D ís c re tlo ri", en: T h e zyxwvutsrqponmlkjihgfedcba
sophy, 6 0 (1 9 6 3 ), pp. 6 2 4 -6 3 8 .
51 Los tipos de caso difícil y el poder discrecional del juez serán
Ibíd., p. 158. analizados en detalle en el tE:r.~Uªpítul0 de este trabajo. En el
Carrtó traduce judicial discretion. por "discreciónjudicial". Sin presente capítulo serán expuestos sólo el desarrollo y la crono-
embargo, dado que los significados de discreción son "sensa- logía de la disputa Hart-Dworkínsobre estos temas.
tez", "agudeza"y "reserva",he preferidohablar de discrecionali- 52 Ronald Dworkin,''The Modelof Rules", en:' Uniuerstuj of Chicago
dad. térrníno que s!gillfu;_a"]jb re " o_.':.mu:egl.ado".
Esta traduc- Laus R eoieur; 35 (1967),reproducido en: T aking R íghts S eriously,
ción es la utilizada por Francisco.~porta. "Ética y derecho". en: op. cit., capítulo 2: "1J1eModel of Rules I". Entre el articulo de
Victoria Camps (edit.). H istoria: de' la ética; Critica, Madríd, 1963 y este ensayo existe un paso intermedio. la publicación de
1989,Tomo 3, p. 2 5 0 , "Doeslaw have a functíon?".en: Yale Law Joumal, 74 (1965).

34 35
mo, que señaló de la siguiente marieraxI)' el derecho pertínentes=. Por ~s~a.J;:~ón,segúri Dworkín, el se- >
es un conjunto de reglas íderu.íficable mediante una gundo pilar p o s tu v ís ta es falso: los jlleces,- en-los ca- ':
única regla de reconocímíentorZl ese conjunto de.re-
. agota' el' contenido del derecho, de tal
gl<:i.~· -'"vá1idas
forma que cuando no existe una regla claramente
ª%~~.t*~i~:~
~¿~~t~~,~~:~;~Z
\
vigentes en el sistemajuridico 56• Finalmente, también -
identificada por referenCiaa una regla de reconoci- 18'-'tercera-fesi"s ....
d'ei positi~o queda sin sustento:
miento, l~_.h-:;~es_~en discrecionali~ad ,para deci- a~~que no existan reglas aplicables al caso c~n..<;,reto,
dir el caso; Y' 3))los derechos y las oblígacíories pue- siempre existirán principios que lo sean y, en conse-
den derívarseTsólo de reglas jurídicas cuya validez cuencia, una de las partes en un litigio tendrá dere-
pueda ser a firm a d a claramente en términos · de la re- cho a que el j~ez reconozca en su sentencia que esos
gla de reconocimiento; por 10 tanto, en los casos dífí- principios le dan'Ía razóri'".
ciles en los que no existe una regla semejante no es En un segundo articulo, S o cia l R u le s and L e g a l
posible afirmar que alguna de las partes tiene un de- Theorif8, ..Q}:y'9.r..~[l concentra su ataque en lo que
recho a que el caso sea decidido a su favor=. considera el fundamento último de las tres tesis po-
Dworkin dirige sus criticas en primer lugar al pilar sitivistas en su versión hartiana: la "teoría de la re-
central: la concepción del derecho como reglas reco- gla social". Sostiene que en el modelo de Hart las
nocibles por su origen o linaje, esto es, por su confor- reglas sociale~'stfui "coñstltuidas por una conducta
midad con normas ubicadas en niveles jerárquicos unITonnede las personas que conforman el grupo so-
superiores del ordenamiento jurldico. Para Dworkm, aspecto extemo--, unida a la utiuzacion de di-
c ia l .......
no todas las normas juridicas son reglas precisas Chas r~las como fuente cÍe criticas y exigencias -as-
como las que consagran tipos penales o requisitos pecto intemO:=S9,Pero estas dos caracteristicas no
procesales; en la legislación y en la práctica juridica explican satisfactorlamentéla:"eKistenciade re g Ia s so-
existen, igualmente, "PI.iA~1.Qj.os" corno el gue estable- cíales como Tas'''morales,porque estas son reivindica-
ce que nadie puede aprovecharse de su propio dolo, das independientemente de-oía.frecuencia con la que
qüe'tlenen una estructura y un f~~JQn.~ento dife- soiiob'servadas 60• Un miembro honesto de un grupo
rente al de lª~.Eeiili!s-
y que .~9!!,_~121icados a diario por soCiardi:).ndeapUE.51ap _1g~_!;;19.r.()~':S,por ejemplo, pue-
los jueces en los casos fáciles y,~§pecialmente! en los de afirmar con sentido que robar es reprochable.
.~l[~!I~~:"LOs principios, además, nopueden ser iden- Esto muestra, para Dworkin, los errores C id susteñto
tificados mediante una regla social de reconocimiento sociológicoque Hart pretende dar a las reglas socia-
como la de Hart54• ." ...._._
les -entre ellas las jurtdícas-c-, particularmente a la
Ahora bien, al,.,:ln.q}¿~,Jº§._P~.'2!P'~.?~_.funcionan
de regla de reconocimiento, y la necesidad de ampliar
diferente a las reglas -v.gr, dictan resulta-
rn a rie ra el concepto de derecho para incluir en él principios
dOs~;;sprecisos que éstas-, son igualmente obli-
gatorios, en tanto deben ser tenidos en cuenta por
55 Ib id ., p. 2 6 .
cualquier juez o intérprete en los casos en que son
56 lbid., pp, 31-39.
57 Ibíd., pp. 44..45.
58 Ronald Dworktn,"SocialRules and LegalTheory",en: Y ale Law
53 Ronald Dworkin.T zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
aking R ights S eriously. op. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
cit. p. 17. Joum al, 81 (1972}.Reimpreso en Taking R ights S eriouslu. capí-
54 Ib id ., pp. 39-45. Las reglas, los principios zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y la regla de reconoci.. tulo 3: "TheModelofRules Ir.
miente son los tópicos del segundo capítulo de este ensayo, 59 Ronald Dworkin.Taking R ights S eriouslij, op. ctt.. p. 50.
razón por la cual en este punto serán apenas enunciados. 60 Ibíd., p. 52.

36 3 7 zyxwvutsrqpon
-- -- --- ----------_- ---- ------~----- -----~------~----_--~

"justificativos" de las prácticas juridicaS61_ Con esta cultades de las..tesjs _d.'Y.9.r!IDfi~as, particularmente
arnphacíón, Dworkin li.Q.?pO-Q,e el ~ban92P-0 d<,;_J.9:_ se- la- amplíacíón del concepto de
derecho para incluir
'p~ación conceptual tajante_ entr$?__g_~o y _~'>.~.~ _ principios justificativos y la afírmacíón de la existen-
'deferidlcá porlos' p()~Wvi;?1as. cia de una respuesta correcta en los casos díñctles ,
--'-' En 'i-Icii¿fcaseS62:-últirÜo- de los articulos de la pri- En cuanto a lo primero, H,~ cu~stiona el que una
mera ¿rltica,--Dworkin hace el primer planteamiento ~ri~uridica qu.e une la descripción y la justifica-
sistemático de su teoria juridica. El énfasis en este ción se~ __!I1ás.~.h.lminadoraque otra que, ._~~~ __ la
escrito se traslada del análisis y destrucción del posi- s.~ya, in~pta describir la estructura del derecho _§in
tivismo de H a rt -tarea que Dworkin cree haber aco- justificarla ni criticarla. En cuanto a 10 segundo, Hart
metido con éxito en los dos trabajos anteriores- a la hace una critica que ha perseguido a los trabajos de
construcción y puesta en practica de su "te o ría de los Dworkín desde un comienzo: aun siguiendo un méto-
derechos". Contra la tesis de la discrecionalidad i udi- do jurídico estricto como el de Hércules, en los casos
(1 cíal, DworkiÍl'Z~struye un método de decisiQP.e_~r- dífícíles ptreden ..~QR[~viv:!r dos o mas interpretaci;;nes
,/ soníñcádo por un juez con capacidades extraors!_ina- basadas en príncípíos _e_r:l~ºp.trados, entre lascuales
~) na:s;"fierGllles, y destinado a enc.qg_1¿_~ en cada caso el juez irré!mle.c1~ª!JJ~~el'!~~.t~~_drá que _e.§G,9$r.En
<, difiCil los. p@~tp~º?_que expliquen de la mejor m~e- esta última instancia excepcional -"intersticial". en
/ ra poaíbleLaareglaa yig~P.:t~.§. Y quep'r()y~<:Ul: Ia IP._ejor palabras de Hart-, eli~~ tiene un po(fer'~disCreciQ-
_<; juS tíflcacíón ~o.r_a1 1.~_.~.~~~~~!}-.Q~L~ª-so63.
p'~_3: __ Dwor- nal. L a itr:Ü~<!..f!Ldefender la posición contraria
.> k in c9.nQ.p. en que los jueces corrie~tes, sigui~ndo el
método de Hércules, pueden proferír aentertcías co-
seria añrmar que en
¿?'g]ijijioct~_.PM~!Plº-~
cada caso dificil existe oo'1iñiCo
-aplicables que strVen de~
-rrectas en 'los msos dífícíles y mantenerse siempre en - P ~~}~.E ~~~ adecuada_._io~c~?).p~ece contrario
el dominio de la aplicación del derecho, sin p~~ar a l a la práctica juridii:a. Al s'uscríbír esta tesis, Dworkin
discutido campo de la cre~c~_ón est~rnegando la complejidad -e incluso la contradic-
de normas jurídicas.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
ción- presente en los sistemas jurídicos de las socie-
La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
re s pue s ta de H art fre nte a la prim e ra c ritic a dades contemporáneas.
En la segunda conferencia, American Jurispru-
L a reacción de Hart frente a las criticas de Dworkin dence through English E y e s : The Nightmare and The
no consistió en un esfuerzo sistemático de contra-ar- Noble Drearré>, Har t clasifica a los teóricos nortea-
gumentación, sino en una serie de observaciones mericanos en dos bandos:-l;;;q"üe ven el derecho
contenidas en dos conferencias dictadas entre 1976 y coriio-~u!la:-· p:e$.ªc;-Ulla,
es decir, como el conjunto de
1977. En la primera de ellas, 1776-}976: Laui in the reglas capríchosamente impuestas en cada caso por
Perepectioe of Phílosophy64,Hart señala algunas dífí- el juez de rurrio: y los que conciben el derecho como
._--~- ----~~-.... -.--------_
un rioble sueño. es decir, cOffiQ--el conjunto .qe prin-
cipios coherentes que proporcionan una respuesta
61 Ibíd.., p. 57. para todos los casos. Los teóricos de la pesadilla
62 Ronald Dworkin. "Hard Cases", en: Harvard La.w Review, 88
son los realistas radicales, como Holmes o Lle-
(1975), reimpreso como capítulo 4 de Takíng RighU?Seriously.
63 Ronald Dworkin. Taking Righ,ts Setiouslij, op. cit., pp. 105-130.
Este tesis, fundamental en el pensamiento de Dworkin, será
desarrollada en los dos siguientes capítulos deeate trabajo. 65 H.L.A. Hart, "American Jurisprudence through Eriglishzyxwvutsrqponmlk
Eyes:
64 H.LA. Hart, "1776-1976: L a w in the Perspectíve of Philosophy", The Níghtmare and The Noble Dream", en: Essayszyxwvutsrqponmlkjihgfe
in zyxwvutsrqponm
Jurtsptu-
en: Essays in Jurtsprudence o.nd Philosophy, op. cit .. pp. 145-158. dence andPhilosophy, op. cit., pp. 123-144.

~ 3 9 zyxwvutsrqpo
38
wellyn=, para quienes las reglas juridicas son una en A M atter of Princtpte"; estableció las líneas centra-
s irn ple predicción de lo que dirán los jueces. Los les que después serian expuestas sistemáticamente
nobles soñadores vienen de una tradición impulsa- en la segunda fase, representada por Law's Etnpire'),
da por Roscoe I:'~Ul)g. y tienen en Dworkin -e l "más obra que constituyó la primera exposición completa
noble soñador detoqQs"67- su exponente más des- del pensamiento jurídico dworkiniano.
tacado. En dos de los ensayos contenidos en A Maiter of
¿En qué consiste, para Hart, el sueño de Dwor- Principie, Dworkin sentó las bases de la teoria del
kin? En 1~.S_Qp'f!anza en que un e~en derecho corno tn te g ríd a d = . En How Law is Like Lite-
detenido de
los hechos, las reglas y lós· -pnncij2ú,· s· -re.ifiª-ptesen
raiure'>, cuya traducción se...í ricluye en el presente
un caso dificira:rr...Qi~L1J.n:ª-(iQi~ª
..
x ~§PJd~sta. correcta.
volumen. estableció la relación entre la creación lite-
No es posibie- demostrar cómo-el juez debe inclinarse r:ap_a la y ad}_iidi6i~!6n=ouapi!caci.9.~_j~"ª~c~~~~~t.ª.~~-
por una interpretación entre varias igualmente razo- cho, relªQtºrL~l!.J~~}dRaun lugar ceng-al en su teo-
nables. de la misma forma corno se puede demostrar, ria. En No Right Answer'?7 4• enfrenta el aspecto -mas
por ejemplo. que una persona es más alta que otra'". -controvertido de su pensamiento -la tesis de la exis-
~Ante la falta de un criterio externo para probar las tencia de una respuesta correcta en el derecho-- y
interpretaciones alternatívas, no es factible eliminar refuta las criticas de los escépticos apelando a la
ese espacio de discrecionalidad judicial. práctica juridica. en donde se evidencia, según Dwor-
km, qlJ~Jpef_~sy ap_9gac10s g eneralmente están con-
La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
"s e g unda c ritic a" de D w o rkin vencidos de la existéncia cié ·una-úi1icá··softiCión ade-
y la c o ns truc c ió n de la te o ria de l de re c ho cJ:iaaa-· · aI-casó--e-~ináéi(;y que los ~eIllpaü;~:·e;).tre .
c o m o inte g ridad principios son mucho más .raros que 10 que piensan
los positivistas.
Tras la publicación de Takíng Rights Seriously, Dwor- En La.w's Empire, Dworkin construye su teoria en
k in se concentró en continuar su labor constructiva, diálogo no sólo con la de Hart, sino con numerosas
haciendo alusión a la teoría de Hart sólo en cuanto cQrrientes de pensamiento que contradicen la idea
sirviera como contrapunto a la suya 69• L o que puede cii_Lgerechocómo integridad, particularmente el con- zyxwvutsrqpon
ser llamado la "segunda critica" a Hart consistió pri-
mordialmente en'ía"fonnUia-éión de la teoría del dere-
~h9__~omo int~g_Jjpad,--q~eDworkm -'lle~ó a cabo en 70 Ronald Dworkin. A zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
Maiier cf Principie, Cambridge, Harvard Uní-
dos etapas: en la primera, representada por una serie versity Preas, 1985.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
de articulas escritos entre 1978 y 1985 Y recopilados 71 Ronald Dworkin.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONML
Law's Em pire, Cambridge. H a rva rd University
P ress, 1986. T rad .. caste]!ªºª d~._9Jª1!di~rrari, __
~~~lgg."1_.ºe-
.ili.s.a~_198.?
Las referencias y Iarrumeracíóri delas páginas utí- _
lizadas en este trabaja corresponden ..a,)a.. edición _origin~..~J1.
66 H a rt, sin embargo. sostiene que los realistas no creían en la .i..rl.e;1~§·
versión extrema que aparece en algunas de sus aflrrnacíones. 72 Tanto estas bases como las implicaciones de la teoría del dere-
sino en alguna más moderada que exageraron con el fin de cho como m te g rtd a d serán examinadas en los capítulos Ir y III
atacar las tesis de los formalistas. lbid., p. 128. de este trabajo, razón por la cual en este punto serán sólo men-
67 Ibid., p. 137. . cionadas.
68 tua.. p. 140. 73 Ronald Dworkin. "H o w Law is Like L íte ra tu re ", en: A Matter of
69 Dworkin respondi_óbrevemente a las observaciones hechas por Principle, op. cit., pp. 146-165.
Hart en las dos conferencias mencionadas en un apéndice que 74 Ronald Dworkin, "No Right Answer?", en: A M aiter of Prtnctple,
fue incluido en Takí.ng Rights Sertouslu. ~p. cit., pp. 292-293. op. cit. pp. 119-145.

40 41
vencíonalísmo'" y eL_pragmªº§iIll_076• La.. teoría desa- de H art: e l zyxwvutsrqponmlkjihgfed
La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
de fe ns a s is te m átic a P ostscriptum
rrollada por Dworkin en esta obra tiene dos caracte-
risticas fundamentales: e~ "Part:ic:.u1ar", en tanto tiene La. defensa del positivismo frente a las criticas de
como objeto de-reflexión las práctícasjjjrídícas vigen- Dworkin fue llevada a cabo hasta la década de los
tes en los Estados -Unidos e Inglaterra, y es "descríp- noventa principalmente por autores cercanos a H art,
tíva-juetíñcatíva", "en"'cüanto parte del aupuesto de o por autores que, no obstante ser opositores de éste,
que l<3.s· preguntassobre qué es el derecho -descrip- discrepaban en mayor medida de las propuestas de
ción- y_q!-l~_?'~l:)-~-~~~_~Lª~r~ch6
~ju~?ficas.iQn y cri- Dwork.iri¿;lH art tuvo durante varios años el proyecto
tica- están entrelazadas tªºJº_ru-Ja ... f.H::'ªC_ti.~_ª._~omo de plantear una respuesta comprehensiva a las criti-
en la teónéi jUridicas 77. cas de Dworkín y afinar su propia teoria para sortear
. Deséfe-esta perspectiva, Dworkin c9.!'!~ibela adjudi- las dificultades planteadas por el teórico norteameri-
cación como una tarea gobemada por una virtud pre- cano. C_Qrr_e~fín, q_~~~ en un Postscriptwn a El
sérite en las'culturas juridicas y morales de l~_qu~~e concepto de derecho, que aún no estaba terminado en
ocupa. Esa Vírtud es la integridad, entendida como el el momento de su muerte. Sin embargo, la sección
cómpromiso de las autortdádés públicas -incluyendo del-PostSctiptum dedicada a Dworkin se encontraba
a los jueces-- de tratar a los parttculares de manera casi concluida y fue editada y publicada en 199480•
consistente con los principios de moralidad política En el Postscriptum..,cuya versión castellana pu-zyxwvutsrq se-
plasmados en las inStit~cioñ~s· · de· ia· co.iñiffiic!ad.
Esta
concepción de la adjudicación y del derecho proveen,
para Dworkin, tanto la descripción más adecuada del 79 Entre los defensores ~á.s cercanos a H art se destaca Joseph
Raz, "LegalPrincipIes and the U m its zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYX
oCLaw ", en: Yale La.w .Iour-
funcionamiento del derecho como la justificación mo- 'na!, 81 (1972); "Authoríty. Law and Morality", en: 711e Monist.
ral más plausible de las prácticas juridicas ariglosa- 68 (1985); y "Dworkin: A N ew Link. in the C ham ", en:zyxwvutsrqponmlkjihgfe
California
jorias'". Laui Reoieui: 74 (1986). Kent Greenawalt, por su parte. rebatió
la distinción entre princiPiOS y políticas en "Díscretíorr and Ju-
dicial Decision: The Elusive Quest for the Fetters that Bind .Jud-
ges", en: Colwnbia Lau: Review, 75 (1975). Las ~~stsde Dworkin
fueron parcialmente defendidas. entre mucnOs otros, por Rolf

75 La tesis central del convencionalismo es que el derecho consiste


sólo en las reglas establecidas claramente por el legislador en el
-. -~:fa.rtoqill!- "SocÚllPolicy and Judicial Legíslatíori", en: .AJiieriC"Q;¡_
Phílosophical Quarterly, 8.(1971); y Edgar Bodenheím er,"H art,
Dworkin and the Problem of Judiéiar1:awmaIdñg Discretion",
pasado, reglas que deben ser interpretadas de acuerdo con la en: Georgia Law Review, 11 (1977). La s.~~ilación mas impor-
intención del legislador y no pueden ser adaptadas por el juez a tante de ensayos' sobre el debate Hart-Dworkín es la de Mars-
los casos nuevos. Por esta razón. cuando no existe una regla 'hall echen (edlECRo"ñatáDworkin ana CoñIemporary Jurispru-
clara. riojse .pueg.e afírm ar que el juez decide el caso "en dere- denc;;'-ÑewJersey;'RoWman & Allanhera. 1982. Entre eSfos tra-
cho". Ronald Dworkíri, Larv's Einpíre.-op. df;:ca"Pítulo 4. SO~I, "Le-
oajos son especialmenfeesclarecect"ores 10s"""CiePlllli...1l
76 . Los defensores del pragam atísm o jurídico' afirman que los jue- gal Theory and the Obligation of a Judge: The Hart./Dworkín
ces en sus decisiones no deben atender tanto a las reglas vigen- Dispute", pp. 3-27: Jules Colernarr,"Negatíveand Positive Posí-
tes y a los precedentes judiciales, sino a las consecuencias so- trvísm ", pp. 28-47: Kent Greenawalt, "Polícy, Rights and Judi-
ciales de sus decísíones. De acuerdocóñ' laviSi"Onpragmática cial Decísíon", pp. 88-118; Y Neil McConruck, "Dworkin as a
de 'la adjudícacíón, el juez debe moldear la interpretación de las Pre-Berrtharníte", pp. 182-204. una'cOmpilaCiÓn posterior cen-
regías para alcanzar el resultado social más c6n,y.iiiie.~ge:-lbid., trada en la obra de H art fue hecha por R. Gavíson, Issues in
capítulo 5. . Contemporary Legal Phílosophy: The lrifluence of H.L.A Hart;
77 Ibid., pp. 1-44. ,~. Oxford, Clarendon Press, 1987. . _
78 Ibici. pp. 176-224. La teoría del derecho como integridad sera ,.. 80\ H .LA H art, The Concept ofLaw,\S~~_ EdicióE) op. ctt., pp.
expuesta en los dos capítulos siguientes de este estudio. \___,/ 238-276. -.----- ..-.----.--

42 4-3 zyxwvutsrqponm
blica en este volumen. H~~_ elabo!...~..! ;l;.es
_y.P~s_,9~de- abogados, f~c_ion~os y ciudadanos muestre que las
fensa: en primer lugar. · ofrece razones para demos- reglas tienen una dimension-critica o justificativa -en
trar' que varíasdéIás tesis que Dworkin le atribuye cuanto aquellos apelan a las reglas para criticar con-
-por ejemplo. la idea según la cual la aceptación ductas o hacer exigencias-'- no impide la formulación
unánime de la regla de reconocimiento es un requisi- de una "teoría" descriptiva, que no sea ella misma crí-
to de existencia de ésta- no se desprenden de su tica o justificativa. Hart sQstiene gue su propia teoría
obra y. por el contrario. están explícitamente exclui- ~_un "positivismosuave"ss.porque al describir el furi-
das en ella'". En este punto, la defensa de Hart con- cíonamíento del derecho reconoce la existencia de va-
siste. en otras palabras, en afirmar que Dworkin lores en la regla de reconocimiento -v.gr. los valores
interpretó erróneamente su teoria. En segundo lu- consagrados en la Constitución-, sín que por ello
gar. Hart argumenta en favor de algrmasde-sus tesis pase a ser una teoria valoratíva al estilo dworkiniano.
-v.gr. la separación entre descripción y justificación Con la muerte de Hart y la publicación del P o st-
en el derecho. y la existencia de la discrecionalidad scrip tw n se cerró la historia de este debate directo.
judicial- e intenta mostrar que no sucumben ante Sm embargo, Dworkin ha continuado la aplicación
las propuestas d w o rk ín ía n a s = .. L a defensa aquí no de su teoría a problemas de derecho constitucional y
radica en señalar errores en la lectura sino en mos- de filosofia rnoral'", al tiempo que continúa el debate
trar que. aunque la interpretación es correcta, las te- entre estudiosos de las tesis de los dos autores. Esta
sis positivistas son más consistentes que las pro- discusión. sin embargo, presupone una respuesta a
puestas de Dworkin. Por último. Hart acepta algunas una pregunta esencial,' que será tratada a continua-
inconsistencias y vacíos ensiiteoría -v.gr. la escasa ción: ¿h~sta qué punt2_2_<?~ comparables las teorías
atención a los principios- y sugiere adaptaciones de Hart_y_Dworkin?
para solucíonarlos=. Este último tipo de defensa con-
siste, entonces, en refmar las formulaciones de la ¿Están Hart Y D w o rkin rea1 m.ente
teoría inicial. en desacuerdo ?
Estos tres tipos de argumento se combinan a lo
largo del P o stscrip tu m y se aplican al tratamiento de Aunque parezca paradójico plantear la pregunta so-
seis temas: la naturaleza de la teoría j uridíca, la natu- bre la existencia del debate en un estudio dedicado a
raleza del positivismojurídico. la naturaleza de las re- analizarlo, esta pregunta exige ser abordada porque
glas. los principios y la regla de reconocimiento, e l varios autores han afírrnado que de hecho no hay
derecho y la moral, y la dtscrectonalídad judicial. El desacuerdo entre Hart y Dworkin. Los argumentos
punto central de la defensa de Hart es la reivindica- que esgrimen estos teóricos son de dos tipos: por lJl1.
ción de la posibilidad de elaborar una teoria "descríp- lado, algunos positivistas, particularmente. Jo~.~b
Uva"del derecho que, no obstante tener este carácter, ~87, respondieron las criticas de Dworkin afirman- zyxwvutsrqpon
dé cuenta de la existencia de juicios valorativos en el
derecho=. El hecho de que la "práctica" de::_j~es,
'- - - ~ " " '~ " - _-
. --~,...._-.-----.-._~---
..... 85 Ibíd.,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED
p. 250.
86 Ronald Dworkin, Freedom's zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQP
L a w . T h e MoralReading of tiie Ame-
rica n Constítution, Cambridge, Harvard University Press,"1996 Y
81 lbíd., p. 246. "Objectivityand Truth: You'd Better BelieveIr'. en: P hilosophy &
82 Ibid., pp. 242 y 274. P ublic Affairs, 25 (1996).
83 lbíd., p. 259. Joseph Raz, "Legal Príncíples and the Lim.its of zyxwvutsrqponmlkjihgfedc
L a w ", en: op.
84 Ibid., pp. 242-243. cii., p , 823.

4 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 45
do que éstas podían ser satisfechas con una adapta- te con 10 anterior, la preocupaclon de Dworkin por
ción marginal de la teoría de Hart y que, por tanto, justificar las prácticas jurídicas de los Estados Uni-
no había un enfrentamiento sustancial entre los dos. dos e Inglaterra queda plasmada en un detenido aná-
Para estos teóricos esto es lo que sucede con la rei- . lisis de las virtudes morales zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWV
y políticas de esos paí-
vindicación de los principios como normas j u ríd íc a s ses, análisis inexistente en la obra de Hart.
diferentes a las reglas. La teoria de H a rt nunca negó Sin embargo, es también evidente que existen
la existencia de principios, a~9.ueiioros hay~ta- puntos de contacto entre las dos teorias. Esto se ex-
do detenidamente y , por lo tanto. cuando Hart habla plica por el hecho de que las tesis de Dworkin no son
de-las reglas puede entéllderse-:-s in cietrirnento_para sólo justificativas, sino también descriptivas: preten-
er.~i:iª-fu_2._general
de su teoría, que se refiere también den por igual explicar el funcionamiento y formular
a los principios. .._. justificaciones morales de las prácticas juridicas. E:.§i
"-Es posible negar la existencia del desacuerdo por e~to por .l~__g~las primeras críticas de Dworkin
aduciendo el argumento opuesto al de R a z , es decir, se dirigieron contra los pilares descri tivos del ositi-
afirmando que Hart y Dworkin no disienten porque viSffiO'-reg as juridicas, dis~recionalidadjudicial,_r_e-
están hablando de asuntos totalmente distintos, de gra de reconocimiento--, con el argumento de que no
la misma forma en que no es posible que disientan explicaban sªt.i~fª~tºD.9-IDente la estructura del dere-
dos personas cuando una habla de botánica y la cho vigente. Además, si bien el objeto de reflexión de
otra de inteligencia artificial. Mientras que Hart in- Dworkíri'e s el derecho norteamericano - y , en t u l se-
tenta una tearia descriptiva y general. Dworkin for- gundo plano, el derecho inglés-, los elementos y las
mula una teoria descriptiva-justificativa y particu- conclusiones de su teoria pueden ser extendidos en
lar 88• De esta forma, las propuestas de los dos auto- buena medida a otros ordenamientos juridicos, espe-
res serian líneas paralelas que, por definición, rru ri- cialmente a aquellos que cuerrtari con un sistema de
ca se cruzan. Por el contrario, pueden complemen- control constitucional fuerte como e l. de los Estados
tarse mutuamente; Dworkin, por ejemplo, podria Unidos.
ofrecer una justificación de las prácticas que Hart Las teorias de Hart y Dworkin se encuentran en
describe, y viceversa. dos puntos principales. En primer lugar, los dos au-
Estas dos posiciones tienen la virtud de detectar tores ofrecen soluciones distintas al problema relati-
las diferencias entre las tearias de Hart y Dworkin, vo a los tipos de normas juridicas y la existencia de
aunque lo hacen pasando por alto los aspectos co- una regla de reconocimiento. En segundo lugar, de-
munes. Sin duda, no es posible comparar punto por fienden posturas diferentes en relación con la pre-
punto las dos propuestas teóricas, porque algurios gunta sobre la solución de los casos dificilesy la d ís -
problemas son tratados sólo por una de ellas. Así por crecionalidad jtrdíctal. Estos.problemas, que han sido
ejemplo. la perspectiva descriptiva y general de Hart sólo señalados en el recuento del debate, serán anali-
le da especial relevancia al tema de las condiciones zados en detalle en los dos capítulos siguientes.zyxwvutsrqpon
de existencia de W 1 ordenamiento juridico, terna que
no se encuentra en las tesis de Dworkin. En contras-

88 El mismo Hart señala estas diferencias entre su teoría y la de


Dworkin en elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
P ostscriptum : V éase H.L.A.Hart, T he C oncept: of
Law . Segunda Edición,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
op. cit., p. 24:)..

46 47
LAS REGLAS Y LOS PRINCIPIOS bien este contraste "lingüístico" es un primer paso
hacia la distinción entre rc:glas y principios, la dife-
o m isió n de H art y la Critic a de D w o rltin: rencia se encuentra, de acuerdo con Dworkin.-en-UI1
L a zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
¿so n distinto s lo s princ ipio s y las re g las? nivel "lógíco'w, que tiene dos aspectos:
_._.c._._'· _,· · · _ .

-r-,
.f.. lo~argo de El concepto de derecho, HartJ!~~re- 'J. !¿t~.Legl~:?operan dentro de un esquema de
glª? [u ríd tca s" a ~~~normas .!s!~p_tificabl~~~ Il!.edi@te "todo o nada": si. s~.~danlos hechos estipulados por
la J:"~&~_<;le reconocímíentó=.' Como se vio anterior- una regla, o bien ésta"esvá:ÜdaUy~' por tanto, el resul-
mente, las reglas pueden ser primarias o secunda- tado que prevé debe ser alcanzado en el caso concre-
rias, según impongan deberes u otorguen facultades to; o bien es inválida y, por ende, no tiene ninguna
de creación, extinción, modificacióno 'fijación de efec- incidencia en el caso?'. Si alguien fuma en el salón y
tos de las reglas primarias, respectivamente. Esta la prohibición de fumar está vigente, no se requiere
clasificación, sin embargo, no permite distinguir dos ningún elemento adicional para im.pedirleal infractor
tipos de normas que los jueces y abogados utilizan de que continúe con su conducta. El nexo entre hechos
manera diferente en la práctica juridica. Considere- y conclusión jurídica a través de una regla es auto-
mos las siguientes normas: "está ~prQbibido f umar en mático. Además, la lógica de todo o nada hace impo-
los salones de clase" y "el E~taci{)._g9!_a.I}t@_§§_ liber- sible q u e co e xtsta n dos reglas contrarias en el mismo
tades. de informacíóny prensa". Aunque la primera sistema juridico. Si el legislador establece una nueva
parece díctar resultados mucho más precisos que la regla según la cual "está permitido fumar en los salo-
segunda, esta diferencia no puede ser explicada por nes de clase", la regla anterior que prohibía esta con-
la división entre reglas primarias y secundarias, dado ducta se entiende derogada y la nueva surte efecto.
que ambas son reglas primarias, en tanto establecen Ahora bien, es posible que la prohibición de fumar
deberesy derechos correlativos. en los salones coexista con una regla distinta, por
--~Dw:{)x_lsPl·(56sti~ que las normas. como la que ejemplo, con una que establece que está permitido
p~()!i!t?~_JurnaI-eñJQ~ ..s alones Sal} !:~glasy ~e las fumar en los salones de clase durante los exámenes
n~~.§.~ __ s em~j~te~ la qtl~_~C?!!~-ªgrala..Jil::>~Ij:adde fmales. A primera vista, esta posibilidad desvirtúa la
prensa son principios. ¿En qué consiste la díferen- afírrnacíón de que dos reglas con contenidos contra-
cía? Una respuesta rápida mostraría que Ias reglas rios no pueden estar vigentes al mismo tiempo en un
están redactadas en términos _más concisos qüe los mismo ordenamiento juridico. Sin embargo, las dos
principios.. ta- regla contra el tabaqutsmoen la uni- reglas mencionadas no son contrarias, porque una
versidad contiene expresiones como "fumar" y"salo- -la atinente a los exámenes finales- es una "excep-
nes de clase" que determinan con precisión las con- ción" a la prohibición general -de fumar en las au-
diciones de su aplicación, mientras que el principio las-, La regla completa' podría ser redactada de la
constitucional citado utiliza expresiones de textura siguiente manera: "está prohibido fumar en los salo-
abierta como "libertad de prensa" y no ofrece elemen- nes de clase, salvo durante los exámenes finales". De
tos'concretos de modo Y'lugar para su aplicacióri:'_Si esta forma, se mantiene la característica anotada: las
reglas se aplican o no se aplican; si una regla inter-
,8 9 H .L .A .H a rt,E l co n ce p to d e d e re ch o , o p . cii., P..:_J~. H a rt utiliza
. la noción de regla juriclica desde los primeros pasajes del libro; 90 Taking zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQP
Ronald Dworkíri,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLK
R ig h is S e rio u sly. o p . cii., p. 24.
vé a se , por ejemplo, pp. 10-13. 91 Ibid., zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFE
íd.

48 49
--_._--

fiere en el carnpo de aplicación de otra. o bien la r_~~las, e~~oIlces, los .p'~~cipios no establecen __!:!ll
reemplaza. o bien establece una excepción a el1a92• nexo directo entre los hecho-s· )r· tacoriclirsfóri Jurídica;
Los principios, en cambio, no siguen una lógica de generalmente es neC"e's'ano'-hacei: .én""una instancia
todo o nada. El principio. según e1..~ uaJ.__~I..~ ~~do ga- intermedia del razonamiento. una comparación de
rantiza las libertades de illf.QITI1-ª.ción
y prensa no de- principios encontrados. Es por esto por lo que se
termina ai:Itom¿úcar;-écle que siempre quese dé trna puede decir que las reglas son conclusivas y los prin-
.§i.ig§;_ción
en la que él esté en jüego, el resultado debe cipios sonno-=conclusivos. Además, la comparación
ser su EroÚ~ccióii:'Enalgunos casos constitucionales entre principios no se resuelve a través de la supervi-
a
· -co· mUIÍes la jurisprudencia de tribunales de dife- vencia de uno de ellos y la supresión del otro; los dos
principios SQº-r.~viven,aunque sólo 'uno prevalezca en
rentes países. por ejemplo, el principio de libertad de
el caso concreto'e. --~-.- .
en;.) prensa ha entrado en c~11~.2..n con otros principios,
OOLIf'0 co~o el ~~.r:_echo a la i.J::ltimidad.
Cuando el derecho de
los medios de comunlCaclOnde informar a la socie- 2. La alusión a la comparación de principios intro-
dad acerca de la vida prívada de un personaje públi- duce la segunda distinción sustancial entre éstos y
co entra en conflicto con el derecho de éste y de su las reglas. La aplicación de los principios hace nece-
. .......
familia a la intimidad, el juez Illl-Sfl~im..J?~dir~_U~jerci- sano pesar o ponderares- su valor relativo en unas
cío de la libertad de p!:.ens~9j. La tnaplícacíón del circunstancias determinadas. El derecho a la intimi-
p"rtn¿ipfü--de'Hbertadde prensa en estas circunstan- dad, por ejemplo, prevalece sobre la libertad de pren-
cias, sin embargo, "no" implica que desaparezca del sa si, teniendo en cuenta todos los hechos y los datos
sistema jurídico, como sucede con las reglas que son jurídicos relevantes, su peso relativo es mayor que el
derogadas por otras de contenido contrarío: el princi- de ésta en el caso considerado.
pio conserva su vigencia y puede prevalecer en otros Las reglas carecen de esta dimensión. Cuando dos
casos. Tampoco significa que el principio que consa- reglas entran en conflicto, de acuerdo con lo expuesto
gra el derecho a la intimidad sea una excepción al anteriormente, no tiene sentido preguntarse cuál de
que prevé la libertad de prensa; es posible que poste- las dos tiene mayor importancia en el caso. Las únicas
riormente, en un caso diferente, la libertad de prensa preguntas que tienen sentido en este contexto son:
prevalezca sobre la íntímídad'". A di,ferenci.ª~las ¿deroga una regla a la otra? y ¿es una regla una ex-
cep~~~ la otra? La respuesta afirmativa a una de las
dos preguntas resuelve satisfactoriamente el problema.
92 Ibíd.. pp. 24-25.
93 Así 10determinó la Corte Constitucional colombiana en la sen-
tencia T-611/92. M.P. José Grego..w I-Iemández (la acción de un sentido similar,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPON
véase la sentencia de la Corte Europea de
tutela procede para proteger los derechos a la intimidad y a l DerechoszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
H um anos en el caso Li11gensU S . Austria, del 8 de julio de
buen nombre de la esposa y las hijas de un personaje de la 1986 (vulneractón de la libertad de prensa por la imposición de
farándula. que habían sido vulnerados por versiones sobre la una multa a un periodista que publicó un artículo en el que ponía
vida familiar publicadas por medios de comunicación escritos). en tela de juicio la probidad de u n a lto funcionario público).Vín-
Gaceta de la Corte Constitucion.al, Tomo 7 (noviembre-diciembre cent Berger, Jurisprudence de la Cour Européenne des Droíts dezyxwvutsrqpo
de 1992). pp. 615-643. • l'Hornme, P a rís, S ire y. 1994. pp. 349-351.
94 Véase, por ejemplo, la sentencia U-056/95, M.P. Antonio Barrera 95 Ronald Dworkíri, Taking Rights Seriously, op. cit., pp. 25-26.
(la libertad de prensa prevalece sobre el derecho a la intimidad 96 Dworkin se refiere a l "pesaje" de principios. Ibid., p. 26. Robert
cuando aquélla se ejerce bajo la forma de la creación literaria y , Alexyha desarrollado esta dimensión de los principios, a través
utiliza datos conocidospreviamente por el público). Gaceta de la ~de su teoría de la ponderación. Véase Robert Alexy, Te~de
C o rte Constitucional. Tomo 2 (febrerode 1 9 9 5 ). pp. 7 5 4 -7 7 5 . En /11 l02...~~!"echostitndamentales. op. cit. pp. 81-115.

50 5 1 zyxwvutsrqpo
Las dos distinciones explicadas --de un lado, el tipo de conflicto?, ¿prevalece siempre la regla por ser
carácter conclusivo de las reglas y el no-coriclustvo más específica, o el principie por tener mayor peso re-
d~'J.osY!iriC!E!9s y , del otro, la di.r:n.~D§l?l}.-
d~-~eqo lativo? Ninguna de estas soluciones es acertada. En
propía de los"príricípíos-e- constituyen la(-Ql~~u_lA..)de realidad, como lo afirma Dworkíri=,10JL~.9pflictos regla-
la "división de las normas jtuidicas propuesta por ,p~ipio son resueltos mec4?Q!~_~L~~.9.~ema de,!as co-
Q\y§i:ltin.'Slri-emhargo, es necesario señálardós ma- lisiones e~ principios. Para ello, la ponderación se
tices sin los cuales la oposición entre reglas y princi- hace Il<?_ entre é s te y e l (>
entre la regla y el principio~_~ino
pios resultaria excesiva. En primer lugar, n~~emE.re 'i:)rinC~piO qu~_sl±bxace~~~a~gla. En nuestro ejemplo, )
~s claro si una norma es un principio Q",~ª.I.~gf~.Así la prohibición de publicar información sobre un proce- ,
por"'ejemplo;-'en 'una socíedad comprometida con la ~ ~ l._d~l;>.Jq~_pro-1
so. en curso busca proteger el P_r:!P.-c.iPto
protección de la libertad de prensa sobre cualquier ceso -específicamente, el principio de,Jm2~alidad
otro valor, la norma que consagra dicha libertad fun- ael juez-, que puede ser afectado por la presión de la
cionará como una "regla", no corno un principio. "El opíriíón pú_1?_!icacuando el' caso apar~,c::e.:~:rt)~:?
..medios
Estado garantiza las libertades de información y aecornl:iTIícación. La decisión del coriflicto reguiere, .>
prensa" es una regla Si determina automáticamente entonces, una ponderación en1!~_,~l,p~ci2!o deIíber- ~
la prioridad de estas libertades sobre cualquier dere- tad de prensa y el principio del debido proceso. '
cho o deber vigente en el ordenamiento jtuidico. La G 'distinción -propuestq porc-DWorkines aceptada
supremacía de la libertad de prensa en esta sociedad por Hart, quien reconoce en el P o stscrip tu rti que su
eliminaría la instancia de ponderación y determinaría teoria carece de un tratamiento detallado de los prín-
directamente un resultado favorable a esa libertad en 'cipiosH Jo• Sin embargo, para Hart, la distinción no es
todos los casos. De hecho, una de las propuestas de sustancial, sino de grado>". Los choques entre reglas
los movinúentos defensores de los derechos humanos y principios demuestran que las reglas también pue-
consiste justamente en que las normas que consa- den ser no-conclusrvas en circunstancias excepcio-
gran derechos sean aplicadas de esta forma, es decir, nales. Las reglas y los principios guardan diferencias
como reglas. Estas observaciones han hecho que al- importantes, pero entre ellos no existe una separa-
gunos teóricos sostengan que la diferencia entre ción tajante.
principios y reglas no es Iíngüístíca n i lógica, sino
predominantemente ¡;-¡{illé::ionar': depeñd-e'-ael papel Derechos Humanos en el caso S u n d a y TImes vs. R e in o U n id o . ~fzyxwvutsr
.. l
-"'-i..._
que las normas jueguen en cad'a caso coricreto'". Jurisprudénce de zyxwvutsrqponmlkjihgfed
26 de abril de 1979, Vincent Berger.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVU
Id Cour
En segundo lugar, es posible que se presenten no Européenne des Droits de l'Homme. op. cii., pp. 342-346. ~ I I zyxwvu
99 Ronald Dworkin. Takíiig R if¡htS S enously. op, cito, pp. 24-28,
sólo conflictos regla-regla y prtnctpío-príncípío, sino
100 H.L.A. Hart, Ttie Concept of Laui, Segunda Edición. op. cit., pp,
también conflictos regla-príncípío. El principio de liber- 259-261. Sin embargo. es necesarto advertir que en El concepto
tad de prensa, por ejemplo',-puede COA§,i6nar con una de derecho Hart nunca niega que entre reglas como las enun-
regla que establece que los medios de comunicación ciadas exista una diferencia importante. De hecho, él mismo
contrasta las reglas determinadas del derecho penal con otras
no pueden en ningún caso publicar información sobre
más abiertas como las del derecho civil, que utiliza parámetros
un proceso judicial en curso'", ¿Cómo se resuelve este como el "debído cuidado". H.L,A. Hart, El concepto de derecho,
op. c ii., pp, 165-166. Además. habla del "cornprorrnso razonable
entre intereses en conflicto" en los casos difíciles. lo que equiva-
97 El mismo Dworkin señala la distinción funcional entre princi- le a lo que en Jateoríade Dworkin es la ponderación o "pesaje"
pios y reglas; vé a se T a kin g R ig h ts S e rio u sly, op. c ii., p. 27, de principios competitivos. Ibid., p. 164,
98 Un conflicto de este tipo fue decidido por la Corte Europea de 101 H.LA. Hart, The C o n ce p t of Laus, Segunda Edición, op. cit. p. 261.

5 2 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
...... _ ...._ ." _._._ .... _-----------

Lo s princ ipio s , las re g las y la re g la previstos en la Constitución o en normas de inferior


de re c o no c im ie nto jerarquía. Pero la consagración positiva de los princi-
pios no es un requisito para su aplícacíón. ~~_.p<?r
L a critica de D tuorkiri a la regla de reconocim iento ejemplo, aunque el prin.s~P.i9~-ª~ún ~ J cualnadie ..ffi!e-
de Hart: zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA de aprovecnárse-'(fesu~'propio dolo no esté consagra-
doe-ñ"~ercrerechoQ_ositivo,!lingún juez dudaría en
Al proponer la distinción entre' reglas y príncípíos,
Dworkin no pretende hacer una modificación acceso-
ria a la teoría positivista. La distinción implica el de-
rrumbe de uno de los pilares de esa comente de pen-
samiento: la-!~sis de la existencia de un parámetro
( aplicarlo' si en un caso concreto encuentra
d6--1aspartes ui en
ue una
o tener ganancia d~.~a ..m ª-
rlióbra:· IFaudulenta.Además, los principios son de íri-
dole"-inuy variada e incluso pueden ser contrarios
unos a otros. Por último, es posible enunciar princi-
c!e identificación de las normas de U n sistema jurídi- pios nuevos, como sucedió en Colombia en la década
co. En esta tesis se fnnda la separación conceptual de los treinta con los principios del abuso del derecho
.~I?tre el · derecho.Yla rrióral: si hay U n parfuTIetroin- y del enriquecimiento sin causa. Estos tres rasgos
dependiente de la morajcon el cual pueden ser iden- -falta de p o sítíva cíó n , variedad e innovación- ha-
tificadas las normas jurídicas. es posible afirmar que cen imposible que los principios sean identificados a
una norma pertenece a un sistema jurídico incluso si través de u r i criterio simple y, por tanto, que exista
no guarda conformidad con criterios materiales de una regla de reconocimiento que comprenda tanto
justicia. En otras palabras, una norma puede ser vá- los pnñ.Cipioscomo las reglas. __
o u. __ ·_ •

lida aunque sea injusta. -- Dwor'kíriofrece dos argumentos adicionales contra


Tanto el positivismo de Austin y Bentham como el la idea de la regla de reconocimiento. En primer lu-
de Kelsen, según se Vio en el capítulo anterior, ha- gar, en el ámbito de los principios no existe u ria se-
bían acudido a la noción _de..g ~J.jYaciÓn je:@r9.1!icao paración tajante entre validez y aceptación, como lo
l~aje -p g d i.g J;e e - para explicar la validez de las nor- muestran los principios que sin estar consagrados en
mas jurídicas. Sin embargo, frente a la definición del el derecho positivo son aplicados en las decisiones
carácter de la norma suprema del sistema jurídico, judiciales. La validez de estos'piíñCipios radica justa-
las respuestas no resultaban enteramente satisfacto- mente en su~ceptación en la práctica jurídica 103. En
rias. Hart r~_forruulóla regla de reconocimiento en segundo lugar, no existe entre los jueces, abogados,
términos de la existencia de . una
iii-"ácti"ca"soCial
de funcionarios y ciudadanos un consenso sobre una
ac::.p!~~.ción de una norma juridi~.~?up.:r.~ma -v.gr. la regla de reconocimiento simple y valoratívamente
Conatítucíón-c- y sostuvo que esta b~<:?~iológica neutra como la enunciada por Hart. Por el contrario,
ofrecía Una solución adecuada al problema recurren- el contenido de la regla de' reconocimiento -'-y de las
te de las teorías positivistas. reglas sociales en general- es permanentemente dis-
L a existencia de principios en el ordenamiento ju- cutido y divide las opiniones de acuerdo con diferen-
rídico, de acuerdo con Dworkin, hace colapsar el es- tes posibilidades de interpretación 104. Esto sucede,
quema de validez y aceptación propuesto por Hart102• por ejemplo, con la regla: "lo que diga la Constitución
Algunos prtnctpíos. como la libertad de prensa, están es derecho". L o que evidencia la práctica no es que

102 Ronald Dworkm, T aking R íghts S eriouslu, op. c it. pp. 39-45 y 103 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
iua., zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
pp. 41-"42.
58-68. 1 0 4 Ib íd ., pp. 54-55.

54 5 5 zyxwvutsrqpo
los agentes jurídicos tiendan a aceptar uníformemen- tablece que "lo que la Constitución dice es derecho"
le una sola interpretación ele lo que la Constitución puede servir de fundamento de un sistema juridico
ordena, sino a permanecer en desacuerdo. Las diver- aunque existan casos dífícíles en los que la comuni-
gencias en la ínterpretacíón de la regla de. r¿conoci- dad se divide sobre lo que efectivamente dice la
rníerifó, además, no estári r.~§~gidas a.c:~~§ti-ºnes Constitución -por ejemplo, sobre si ésta establece la
dé linaje o validez, stno que tienen que ver con fre- primacía de la libertad de prensa sobre la intimidad
com..~.·.l<i.:pr~v~~p.-
c_i!enaa:· coil· · cl¿~sti()~~~.y?}.or?:§~~s, en un caso particular-. Para que exista una regla de (
cía de un derecho fundamental sobre otro en un caso reconocimiento en un sistema jurídico se requiere }
concreto. La regÚi de .reconocírnterrto de· HaIi,--para q_ue~a un acuerdo general en la comunidad acer-
Dworkfn, no incluye valores y, por tanto, no explica c:..~~~ su coritenído.. P~fQdiS;J::lO
acuerdo no excluye
adecuadamente la existencia de desacuerdos valora- las discrepancias en sITUacionesexcepcionales.
tívos en el derechó{os.' Por otra parte, Hart admite la existencia de reglas
de reconocimiento que incluyen valores. L a regla: "lo
E l "p o sitivism o su a ve " de H a n que la Constitución dice es derecho" es aceptada por
Hart corno la regla última de los ordenamientos que
Algunas criticas de Dworkin a la regla de reconoci- cuentan con una Constitución escrita lO9; es claro que
miento atribuyen a Hart tesis que éste había evitado la Constitución tiene cláusulas de contenido valoratí-
en sus escritos. Corno Hart lo señala en el Postectip- vo y, por tanto, que los valores pueden hacer parte de
turn lO6, esto es evidente en el caso de la última crítica la regla de reconocimiento. Finalmente, tampoco la
reseñada, relativa al desacuerdo sobre la regla de re- objeción basada en la existencia de principios nue-
conocimiento y a la inclusión de valores en ésta. Hart vos, para Hart, constituye una amenaza seria para la
rechaza la crítica mostrando que su positivismo es teoría de la regla de reconocimiento. G.w~ralmente,
suave 107, es decir, contrario a la tesis positivista fuer- los principios se encuentran consagrados de forma
te según la cual existe una regla de reconocimiento ~i~~?:.~~ e l derecho positivo o en pronunciamientos
exenta de contenidosvalor::ttivos e indiscld1ida en el lliQ!g§Jes, o son.,-::<{1?tenidos
por Inferencia a partir de
se.iWCrela..c?~ñ::tunidad juridica. En E l ;;;;_ ~ e p tod e d e - reglas_P9_sitiv~ En todos estos casos, los prmcí-
recno=, Hart habla de la "incer.tidumbre de la regla
de reconocimiento" precisamente para referirse a
Caquelloscasos en los que abogados, jueces, funcio- /1 ~ zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Ibid.. p. 1 3 3 .
narios y ciudadanos .~~te:t:l SOPLeel _f.<?_ntenido de ~
Un principio §~juflere_de un conjunto de reglas si éstas pueden
dicha regla. Esto no implica, sin embargo, que la re- ser vistas corno casos particulares de dicho prindpío. Así por
ejemplo. el principia según el cu.?:l_I1~~~_e..l!.~~_m;>LQY_ei;parse
.de
gla de reconocimiento no exista. Así, la regla que es- su propio c19Iq_§~..Plleq5tw..ferir
=-esto es. presentar corno la base
éOmún_:::de dos reglas: por un lado. de la regla del derecho de
sucesiones que prohibe a los parrtcídas heredar la fortuna de su
105 En esta critica se encuentra el núcleo de la distinción dworkí- padre y. por otro. de la regla del derecho de los contratos que le
ruana entre de~~ul:~r9q§_~E1píricos y desa<;~:dos teóricos en el permite a l comprador pedir la nulidad de la venta si el vendedor
derecho, que será expuesta en una sección posterior de este ocultó los vicíos de la cosa objeto del contrato. Es posible en-
capítulo. contrar reglas que obedecen a l mismo principio en prácticamen-
106 H .L .A . H a rt. Tite Concept of Laui, Segunda Edición. op. cii., pp. te todas las ramas del derecho, de ta l forma que aún si el prin-
2 5 0 -2 5 4 . zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA cipio no está consagrado expresamente corno ta l, puede ser in-
107 Ib id ., p. 2 5 0 . ferido de las reglas del ordenamiento jurídico y. por tanto. hace
108 H .L .A H a rt, El concepto de derecho, op. c ii., pp. 1 8 3 -1 9 1 . parte de éste.

56 5 7 zyxwvutsrqponm
pios surgen de fuentes del derecho comprendidas por Este argumento inicial necesitaba un desarrollo
la regla de reconocimiento y , por ende, pueden ser mucho más detallado, que Dworkin nevó a cabo en
identificados por su origen o línaje-!'. su teoría sobre los casos díficíles->. Dworkin sostiene
Ahora bien, la defensa de H a rt de la regla de reco- que las normas pertenecientes al sistema jurídico de
nocimiento va más allá de la refutación de las criticas una comunidad son aquellas que se derivan de "la
de Dworkin. En efecto, H~ so~tiene que la dfstíri- moralidad política presupuesta por las normas e ins-
c;~9.nentre principios y regla..~.!1..2..sólo
TI.._<> .~~ incompa- tituciones de la comuriídad'vw. Se puede afírrnar, en-
~!?!~coriIa !~gla ~~_r.~<:~9.º_c;~mjento,~_i,p-ºgue · · ~~._§u- tonces, queIa "regla de reconocimiento" en DworWn
I?()_!le"ll2.
¿Cómo es posible hablar de POOCÜ2ios jurí- -armque él rrunca aplica esa expresión a su criterio
dicos si no existe un criterio que los diferencie de de idenHficaciórí-d el derecho- establece dos condi-
principios -(fe
cortesía o de moralidad? La_-'respuestaa ciO~S_.C ie-pertenencia al sistema jurídico: P 2!"_~
esta inquietante pregunta, planteada por Rolf Sarto- lado, exige que las normas hagan parte de las insti-
rius desde los comienzos del debate-w, dio lugar a un tuciones re'conocidas en la com~g.2d -por ejemplo,
desarrollo ulterior de la teoría dworkiniana del dere- que estén incluidas en leyes o sentencias- y, por
cho, que será tratada a continuación. otro lado, requiere que sean consistentes coI1la mo-
;a:H:2i~dpolít!sa qUUl¿s@ca esas-insi!.lli~i,º!i~s-
?toda
La "regla de reconocim iento" de D w orkin norma que pretenda ser parte del ordenamiento jurí-
y la am pliación del concepto de derecho dico de una comunidad debe traspasar ese filtro des-
criptivo-justificativo, que cumple la función que en
Dworkín ofrece una respuesta que al mismo tiempo H a rt tenía la regla de reconocimiento basada en la
reconoce el valor de la objeción de los positivistas y aceptación socíal!'".
formula una tesis opuesta a la defendida por éstos. Una consecuencia fundamental se desprende de la
Sostiene que si bien la referencia a principios jurídi- propuesta de Dworkin: el derecho, al contrario de lo
cos presupone la existencia de algún criterio identifi- sostenido por el positivismo, no es conceptualmente
cador, éste no es social, como 1 0 afirma H a rt, sino independiente de la moral. En otras palabras, no es
_y?Jo:r:~ o _I)..9_r:_:rrmtivo.
En todo sistema jurídico "al- posible identificar el contenido del derecho -reglas y
guna regla o principio 'normativo', o un conjunto principios- sin acudir a la moralidad politíca'v'. La
complejo de éstos, es el estándar apropiado que de-
ben u~ los jl:1~~esp ara idenjj~ las_reglas o prtn-
Cipiosparti<::_~!~~~qel sl~~f.ho"1l4:
Una norma perte- 115 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED
Ibid., pp. 81-130.
nece al ordenamíento jurídico de una comunidad si 116 Ibid., p. 126. ('
es conforme con el conjunto de principios defendidos 117 Esta es la primera formulación del derecho como integridad,
teoría que Dworkin desarrolló en zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
Laiu' s' Emj:ú;e y que será ex- '
por la teoría que mejor explica y justifica las prácti- puesta más adelante en este capítulo.
cas jurídicas de dicha comumdad. 118 Esta tesis será matizada por Dworkin en Lauis Em pire, con la
introducción de un momento descriptivo o pre-interpretativo en
el que las normas jtuidicas son reconocidas por su aceptación
111 H.LA Hart, Tñe Concept of Laui. Segunda Edición,op. cii., p. 264. social, sin tener en cuenta su justificación moral. Sin embargo,
112 Ibid., p. 266. Dworkin insiste, según se verámás adelante, en la unidad del
113 Véase Rolf Sartonus, "Social Policy and Judicial Legislation", proceso interpretativo zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQP
y , por ende. en la conexión entre descrip-
en: op. cit., p, 155. ción y justificación. La separación positivista entre ser y deber
114 Ronald Dworkín, Taking Ríghts Sertousuj, op. cit, p. 60 (traduc- ser, para él, ha "debilitado á la teoría jurídíca"_A M atter of P n n -
ción del autor). ciple, op. cit., p. 148.

58 5 9 zyxwvutsrqpo
descripción de las reglas y principios es inescindible tiene la virtud de recoger el punto de vista intemo
de ::;ujustificación a la luz de la moral de la cormirri- frente a las normas, que se manifiesta cuando al-
dad, Esto implica una evidente "ampliación del con- guien dice, indignado, que una norma -por'ejemplo,
cepto de derecho"1 19, En el positivismo,la dimensión Ti~Cque establece un sistemade castas- es tan injus-
justificativa pertenece al dominio de la moral -a la ta que no puede ser considerada parte del derecho
esfera del d e b e r ser--, no a la juridica -la esfera del aunque cumpla con los requisitos de validez. Dwor-
ser--, Por esta razón, de acuerdo con Hart, cuando el k in acepta que esa norma hace parte del derecho
~)juez no cuenta con LUlanorma clara aplicable~g:tso, desde el punto de vista descriptivo --o "preírrterpre-
~ ~ b e a C u d íiacriterios "~_<l-.j~c6s"· 'co~Q)os_pnn- tatívo", como se verá más adelante-, pero no desde
cípíos morales->.Dworkinconsidera insostenible la lí- la perspectiva valoratíva --o "interpretativa"-, al me-
.riea trazada por Hart, porque en la pr;icticajurldica se nos en una comunidad dernocr-átíca-w. L a persona
integran las dos esferas. Desde el "punto de vista in- indignada ante la norma injusta utiliza esta distin-
temo" asumido por los jueces, abogados y ciudadanos ción: al negar el estatus jurídico de la regla que impo-
a l defender LUlainterpretación en un caso concreto ne e l sistema de castas, no quiere decir que ésta no
-punto de vista en el que Dworkincentra su teoria- sea válida, sino que es injustificable. Dentro de un
son igualmente relevantes la jusqg~~ci~D-._r!!2!:.al Y_Jª concepto de derecho que comprende tanto la dimen-
existencia de normas que respaldan esa interpreta- sión descriptiva como la justlf1cativa,la afirrnacíóri de
ción. En el debate-interpretativo,los participantes uti- esa persona tiene pleno sentido.
lizan argumentos descriptivosy argumentos justifica-
tivos, y no establecen una distinción tajante entre E l de re c ho c o m o prác tic a inte rpre tativ a
unos y otros. Desde la perspectiva intema, entonces,
los principios y reglas utilizados tanto para describir El atague de Dworkin a la separación entre descrip-
como para justificar son "jurídícos''. ción--y justificación fue desarrollado sistemática-
L a diferencia entre los conceptos de derecho res- mente -_._-_
_,_.--
-en-Law's
- __
....._ .._ -_.
E m p ire . Dworkin 'parte-de~una re-
zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
---
tringido..-H a rl- y amplio ~DW¿)rkin- es i.iTiii.éii1:an- formulación de su crítíca al positivismo de Hart, en
te'p~~)a 'solución de2!9bleI}}asn::aclicionalesd e la términos de la oposición entre desacuerdos empíri-
teoría..cl~U;lerecho, como el relativo a l estatus jurldico cos y desacuerdos teóricos en el derecho. En a.!g!l-
de las normas injustas. ~ara Hart, dado que las nor- nos casos, los jueces, los abogados y los _~!.1:l-ºgQa-
mas juridicas se r~~qn.Q_C;;;.~_:Q_:R.ºL,1?U
o.Ij.genQlinaje, es nos discuten sobre héc-hos;por ejemplo, sobre si el
perfectamente consistente afírrnar que una norma trámite de un proyecto'de ley cumplió todos los re-
pertenece a l ordenamiento -por cumplir los requisi- quisitos establecidos en la Constitución para la ex-
tos de validez- y , sin embargo, es injusta. Este he- pedición de las leyes. Desacuerdos de este tipo son
cho, resultante de la sep-ªLa<;;j..6n concept.ualerrtre de- empíricos, en tanto se resuelven mediante una veri-
recho y moral, permite que las normas jurídicas sean ficación de los hechos relevantes 123. El positivismo,
criticables desde el punto de vista de la rnor'al+".P ara de acuerdo con Dworkin, clasifica todos los desa-
D~~:~, la unión conceptual entre derech? y rrioral cuerdos en el derecho como empíricos, como dispu-
tas sobre la validez de las normas relacionadas con zyxwvutsrqpo

119 Ronald Dworktn, L a .w 's E rn p ire , o p . cit, pp. 104-108.


120 H.L,A Hart, E l co n ce p to d e d e re ch o , o p . cu.. pp. 190-191. 122 Ronald Dworkíri.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPO
L a u rs E rn p ire , o p . zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTS
cii., p. 104.
121 Ibid., pp. 259· 261. 1 2 3 Ib id ., p. 5.

60 61 zyxwvuts
... _- . . . _-_---- •• 0 .0 .• '-----'--'--. ~ ._ _. _

hechos históricos 124. La regla de reconocimiento por ejemplo, los participantes de la práctica intentan
curnple precisamente e l papel de hecho histórico determinar lo que el conjurrto de normas vigentes
fundamental por referencia a l cual se resuelven los "realmente exige1':2:,J Para ello, deben desentrañar el
desacuerdos sobre el derecho. propósito que inspira las normas juridicas o de corte-
Sin embargo, es claro que no todos los debates sía existentes en su comunidad y co_pstruira partir
juridicos son de este tipo. Losjueces y abogados pue- de él la interpretación que las artícuÍe :yjt:i'"stlfiquede
den discutir, por ejemplo, S9}?!~.~~.~llW~s" sQn_1osre- la mejor manera posible.
quisftosestablecidos en la_ººnstitución para la expe- E~!~_l?roceso d e interpretación de las prácticas j_u-
dición de· · las· leyes,nosÓiü sobre si éstos se curnplíe- ri_9.kasse lleva a cabo en tres fases->. En la primera
ron en Lúi··cas·o concreto. De la misma forma, dtsou- -preinterpretativa- .elintérprete identifica las reglas
.ten sobre qué alcance se le debe dar a la libertad de y principios que hacen parte de esas prácticas. El
prensa cuando entra en conflicto con la intimidad, no criterio de identificación es la aceptación general de
sobre si es un hecho que estos principios estén in- las reglas y principios por parte de los miembros de
cluidos en el texto de la Constitución. La gente discu- la comunidad jurídica. En la segunda fase -inter-
te, en general, sobre lo que "realmente establecen" pretatrva-s-, el intérprete debe ofrecer una justifica-
las ..I !-?rmª§_.i.lJ..:ddicasLI25•
a discuSión·llene
-que· · ver ción moral y política de los elementos de la práctica
con el "contenido" del derecho y por tanto, de acuer- jurídica identificados en la primera fase. La justifica-
do con DWor~, son teóricas, no empírícas-w. ción no tiene que encajar -fit- en todos los elemen-
Los desacuerdos teóricos -que constituyen la mé- tos de la práctica -por 10 general no es posible que
dula del derecho- muestran el rasgo central de las lo haga, porque existen reglas y principios contradic-
prácticas jurídicas, a saber, su carácter argurnerrtatí- torios-, pero sí en buena parte de ellos; debe encajar
VO l27, La vida del derecho consiste en un intercambio en grado suficiente para presentarse como u r ia justí-
de argumentos entre personas que ofrecen interpre- fícacíóri de "esa" práctica. En la tercera fase -postin-
taciones a lte rrra tív a s sobre lo que "rea1meE!-~
d ice" el terpretativa-, el intérprete formula reformas a la
derecho en un caso concreto. La práctica juridica, práctica jurídica existente, con el fin de' acercarla a
entonces, es esencialmente "interpretativa"; su pro- los requerimientos de la justificación desarrollada en
pósito es construir el verdadero sentido de las reglas la fase interpretativa.
y principios vígerites+". Dworkin sostiene que esta in- L a división del proceso interpretativo a l mismo
terpretación constructiva es común a todos los árnbí- tiempo desarrolla y modifica la tesis sostenida por
tos sociales; tanto en el derecho como en la cortesía, Dworkin anteriormente sobre las relaciones entre de-

124 Ibid., p. 33. 129 Ronald Dworkín,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM


Law 's E m pire. op. cu., pp. 52-53. Dworkin
125 Ibíd., p. 17. distingue entre el significado de una práctica social y las opinio-
126 Los desacuerdos teóricos son disputas sobre las "bases (groW 1ds) nes de los participantes de dicha práctica. Cuando surge un
del derecho". esto es, sobre lo que el ordenamiento jurídico real- desacuerdo sobre el contenido de una norma de cortesía. por
mente establece para un caso particular.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Ibid., p. 5. ejemplo, la pregunta que guia la solución es: ¿que requiere en
127 Ibíd.. p. 13. este caso la práctica social de la cortesía?, y no: ¿que piensa
1 2 8 Ib id ., pp. 46-48. La influencia de la idea dworkiniana de las cada uno de los participantes sobre este caso? En el ámbito
prácticas interpretativas ha dado lugar a l Ilarriado "gíro inter- jurídico. la pregunta es: ¿cuál es la solución exigida por el dere-
pretativo" en la teoriajurídica. V éase MichaelMoore, "The Irrter- cho en este caso? y no: ¿cuál es, según los redactores de la
pretíve Tum in Modem Theory: A Tum fcr the Woree?", en: norma o el público en general. la solución a este caso?
Sta.nfordLaui Review. 41 (1989). 130 tu a ., pp. 65-68.

6 2 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA ~ 6 3 zyxwvut
recho y moral, de un lado, y entre descripción y justi- Dwor'kírrsostiene que la única teoría que a la vez
ficación, del otro. Por una parte, al proponer una fase responde adecuadamente a l~ pregunta sobre el con-
preinterpretativa, Dworkin acepta que toda discusión cepto de derecho y cumple los tres requisitos inter-
sobre el derecho debe hacerse sobre la base de un pretativos, por 10 menos en las culturas jurídicas
acuerdo general de la comunidad acerca de las reglas riortearnerícaria e Inglesa, es el "derecho como ínte-
y principios que -conforman las prácticas juridicas. _@ idad"135. p~ .~cuerdo con--e:sia.:--feoría,
los particula-
En otras palabras, la justificación se puede hacer res tienen derecho a que las decisiones de las arrtorí-
sólo si existe un acuerdo mínimo sobre qué es lo que --óadespúblicas estén basadas en principios aplicados
se debe justificar. Con esto, como lo señala Hart en el Cl€manera conststente=s. E1derecho como integridad
P ostscriptum ; Dworkin acepta la existencia de alguna exige que los casos similares sean tratados de mane-
forma de regla de reconocimiento social en el nivel iasímUar y condena, por lo tanto; las leyes y senten-
preínterpretatrvo-». Por otra parte, sin embargo, - cías fundaaas en distinciones caprtchosas1 37• La inte-
Dworkin concibe las tres fases como parte de un pro- gridad constituye, así, el criterio valoratívo de identi-
ceso unitario. Esto significa que todos los argumen- ficación de las normas juridicas cuyas caracteristicas
tos juridicos atraviesan "las tres etapas" interpretati- generales habían sido señaladas en Taking R íghts Se-
vas y que las teorías del derecho deben dar cuenta de riously.
la unidad del proceso. Esto implica la inseparabilidad Las exigencias del derecho como integridad son
de los momentos descriptivo y justificativo, tanto en especialmente importantes en el campo de la adjudi-
la práctica como en la teoría jurídicas. cación o aplicación judicial del derecho. En un caso
Una teoría del derecho adecuada debe satisfacer concreto, los prtncípíos y reglas que proporcionan la
los requisitos de las tres etapas interpretativas 132:
debe encajar en las prácticas jurídicas de la comuni-
dad a que se refiere,justificarlas adecuadamente des- Dworkin sostiene que la justíñcacíón de la coerción con base en
de el punto de vista de la moralidad política de la decisiones políticas pasadas es el tronco común del que se des-
prenden las diferentes rarnas o concepciones altemativas sobre
comunidad y proponer cambios a esas prácticas. Ade- lo que es el derecho.
más, dicha teoría debe responder a la pregunta: ¿en 135 Ronald Dworkin, zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJ
Law 's E tnpire, op. cii., pp. 176-224.
qué circunstancias el uso de la fuerza estatal estájus- 136 La integridad puede ser asím ílada, de manera general. a la con-
sistencia en la toma de decisiones por parte de las autoridades
tificado por decisiones políticas anteriores -v.gr. la públicas. Dworkrn, sin embargo, establece algunas distinciones
Constitución, las leyes, las sentencias-?l33. Lajustifi- entre integridad y consistencia. Ibíd., p. 227. Debido a los objeti-
cación de la coerción a partir de decisiones políticas vos específicos de este estudio, no es posíble considerar aquí el
preVias constituye para Dworkin el concepto de dere- análisis detallado de Dworkin sobre los fundamentos empíricos
. y morales del derecho como integridad, que ocupa u n lugar
cho, esto es, ef carnpo común a todas las coricepcío- - central en Law 's E rnpire.
nes particulares sobre el derecho134 • (.137 .Dworkín ha defendido la idea de integridad bajo la forma de un
',_.--"derecho de todos los ciudadanos a ser tratados Con "í~ consí-
deraCión_yrespeto". Este derecho, para Dworkin, es lapiedra
131 H .L.A H art, 7he Conceptof Laiu, Segnnda Edición, op. cit., p. 266. angular del sistema constitucional de los Estados Unidos, como
132 Ronald Dworkin, Laurs E m pire, op, cit., p. 94. lo afirma en su reciente Freedom 's zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPO
Law, op. cir., pp. 7-8; "las
133 Dworkin utiliza la expresión "decisionespolíticas"en sentido am- autoridades públicas deben tratar a todas los gobemados como
plio, como sinónimo de "decisionestomadas por las autoridades titulares de un estatus moral y político igual; deben intentar, de
públicas"_En este sentido. las sentencias son decisionespolíticas. buena fe, tratarlos con igual consideración; y deben respetar
134 Ibid., p. 93. Para la distinción entre concepto y concepciones, todas las libertades individuales que sean indispensables para
véase ibíd., pp. 71-72 Y Taking R íghts Serious1y, op; cii., p. 134. esos fines..." (traduccíon del autor).

6 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 65 zyxwvutsrqpo
----- - - - - - - - '- - - - - -

solución adecuada son aquellos que resultan de la este motivo y que se encontrara en estado de droga-
aplicación consistente de decisiones políticas pasa- dicción sería internada en un centro de recuperación.
das -v.gr. leyes y sentencias relevantes para el La Corte tuvo que sortear múltiples dificultades
caso--, de acuerdo con una interpretación que ofrez- para decidir el caso. Su jurisprudencia previa sobre
ca la mejor justificación política y moral de dichas el tema de la autonomía personal no era unívoca. En
decisiones. Esta afirmación general, así como los ras- dos casos decididos poco tiempo antes, había esta-
gos particulares de la integridad en la adjudicación, blecido precedentes dtstíntos: había afirmado la pre-
serán desarrollados a continuación en la última sec- valencia del derecho al libre desarrollo de la persona-
ción de este estudio. lidad sobre razones de moralidad y orden p'úblícosv",
pero posteriormente declaró constitucional la penali-
zación del aborto, aduciendo que e l derecho al libre
L o s CASOS DIFÍCILES Y LA DISCRECIONALIDAD
desarrollo de la personalidad de la madre debía ceder
JUDICIAL
ante el derecho a la vida del hijo por rracer-v. L a Cor-
te, además, no había enfrentado un caso similar y la
Ningún tema ha enfrentado tanto la teoría de Hart
con la de Dworkíricomo el de la dtscrecíorialídad ju- jurisprudencia producida durante los dos años de su
funcionamiento era aún incipiente. Por otra parte, el
dicial en los casos dificiles.De hecho, es posible leer
texto de la Constitución le ordenaba proteger al mis-
las críticas de Dworkin a l positivismo como un es-
mo tiempo e l derecho al libre desarrollo de la perso-
fuerzo por rechazar los cimientos de la teoría de la
nalidad -articulo 16----- y la salud de las personas
discrecionalidad j udicial138. Por esta razón, la discu-
sión de uno de esos casos a partir de las teorías de -artículo 49-. Por último, la opinión pública estaba
uno y otro autor conatítuyerxuna prueba útil para dividida:un sector pensaba que el castigo era injusto
y que la norma era mefícaz,mientras que otro sector,
comprender sus coincidencias y discrepancias. En
esta sección, será utilizada con ese propósito una de mayoritario, sostenía que declarar inconstitucional la
las sentencias más debatidas de la Corte Constitu- norma significaríael aumento automático del consu-
cional colombiana, relativa a la constitucionalidad de mo de estupefacientes.
la penalización del porte y consumo de dosis perso- Con estos antecedentes, Hérculesy Herbert aplica-
nales de estupefacientes. rán a lo largo de este capítulo las tesis de Dworkíny
}-:Iart,
respectivamente. sobre la solución de los casos
y H e rbe rt

En 1994, un ciudadano pidió a la Corte Constitucio-


dificiles.Para ello. sin embargo, es necesario respon-
U n c as o para H é rc ule s zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
der una pregurita previa: es dificilun caso? ¿c::~~_~ +-
nal declarar inexequibles las normas que sanciona-
ban con arresto y multa el porte y el consumo de
140 Sentencia T-097/94. M.P. Eduardo Cifuentes. Aclaración de
dosis personales de drogas aluctnógenae-w. Las mis- voto de José Gregario Hemández (acción de tutela concedida a
mas normas preveían que la persona detenida porzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
un estudiante de una escuelazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
m ilita r expulsado por supuestas
prácticas homosexuales).zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSR
G a c e ta d e la C o rte C o n s titu c iO n a l.
Tomo 3, segunda parte (marzode 1994),pp. 150-168.
138 Como se vio en la primera parte de este ensayo, el primer ar- 141 Sentencia C -1 3 3 j9 4 . M.P.Antonio Barrera. Salvamento de voto
ticulo escrito por Dworkin contra Hart está dedicado a este de Eduardo Cifuentes. Alejandro Martinez y Carlos Gaviria. G a -
tema. Véase~Judicial D ís c re tío ri", en:zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
op. c ii., p. 624. c e ta de la C o rte C o n s titu c io n a L Tomo 3. primera parte (marzo de
139 Se trataba de los articulas 2 y 51 de la Ley30 de 1986. 1994).pp. 275-303.

6 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 67
Tipo s de c as o s difíc ile s guír en prtncípío la línea de sus decisiones anterio-
res, el cambio deTUnsprud,~ncia implica una carga
El contraste entre casos fáciles y dífícíles es un lugar a rg u rn e rrta tív a superior a la de los casos rutinarios.
común en los escritos de H a rt y Dworkin. En térmi-
nos generales, un caso es dificil cuarido los hechos y ¿C ó m o s e re s ue lv e n lo s c as o s difíc ile s ?
las normas relevantes permiten, por lo menoszr.pr'í-
,IT).~rá,v is ta , más de una .solucíón. El tipo de caso difi- La. te s is in te rm e d ia d e H a rt Y la d is c re c io n a lid a d
cil más frecuente es aquél en el q~~.J~..IlOnnª-ªP~- J u d ic ia l e n lo s c a s o s d ifíc ile s zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTS
ble es de textura. abierta, es decir, contiene una o
más expresiones lingüísticas vagas. A i '-forIñular su Dos teorías jurídicas radicales y opuestas se han dis-
teona s'übre--IadiscrecionalidacIjudicial" H~ tuvo en putado a lo largo de este siglo la preeminencia en la
mente este tipo de caso, como 10 muestra el ejemplo explicación del razonamiento judicial. D~_up':.)ado, el
en el que se discute si la regla: "está prohibida la formalismo sostiene que la división entre zyxwvutsrqponmlkjihgfedc
c a s o s fá c í-
circulación de vehículos en el parque" se aplica tanto res y dificiles es artificiosa; los -jlj_~ces,
-en todas las
a los automóviles como a las bicicletas. circunstancias, deciden de acuerdo con el derecho.
Es posible, sin embargo, que incluso si la norma P ~ .a los fo_~~stas, el derecho prevé una solución
aplicable es clara, exista más de una altematlva ra-: .clara para cada caso, que -se---6btienem edIante un
zonable de solución. Enefecto, a la dlhcultaCiSé"ñala- s~_logismo. De otro lado, e l ieaIi"~mo-TUridico--cfefÍeñde
da por H a rt pueden añadirse cuatro más. El} primer tilla posición ~scé.pticafrente a las normas jtrrídtcas.
lJdgar,es factible que exista más de una norma apli- De acuerdo con esta teoría, las normas juegan sólo
cable al caso, como sucede cuando dos principios co- un papel l!lliT~inalen las _decisiones judiciales -san
lisionan. Ésta es la fuente de dificultad fundamental sólo p~~2!~Ci~~s d~_l9.__ o_q~e-
~st-ªsQueden lleg~ a
en la sentencia sobre la dosis personal de estupefa- ~~r-:es la volL~n.~dde lo.tlueces, no las normas, la
cientes. En segundo lugar, en algunos casos no exis- que §>_~lmpQne$n_j,9,.,~sentenci~s.
te ninguna norma aplicable, es decir, hay una laguna HartO-Criticatanto la versión formalista como la
en el sistema jurídico. Estos casos se resuelven por l' versión realista del razonamiento juridico 1 4 3 • Contra
medio de mecanismos de ipt~gJ;:Q&ión, como la arralo- el formalismo, señala la existencia de casos dificile s ,
gía 1 4 2 • En tercer lugar, aunque exista una sola norma en los que es insostenible la tesis según la cual las
--pertinentey--su---textosea claro, su aplicación puede normas determinan claramente un resultado. Contra
ser ir.:lj1J.5j:a o socialmente perjudicial en el caso con- el realismo, muestra que la práctica cotidiana del de-
creto. Esta circunstancia explica la autorización ex- recho consiste en la solución de casos fáciles, en los
cepcional al juez para acudir a la ~quidad como crite- que los jueces no dudan en aplicar de manera rt.ñ í-
rio de decisión. Por último, es posible que el juez o naria una norma prevista específicamente para un
tribunal haya establecido un_precedent!=que a la luz cierto hecho. Los problemas juridicos consisten con
de un nuevo caso considere necesario modificar. frecuencia, por ejemplo. en la verificación del venci-
Dado que por razones de consistencia -integridad, miento de un plazo o del cumphmtento de una so-
en sentido dworkiniano- el ju e z o tribunal debe se- lemnidad. Incluso en los casos dífícíles, existen rior-

142 Estos dos tipos de caso dificil fueron señalados por Dworkin en
"Judicial Discretíon", en: o p . ctt., p. 627. 143 H.LA. Hart. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJ
E l co n ce p to d e d e re ch o , o p . zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVU
cit., pp. 161-176.

6 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 69
.. - .. - ------

. m as que lim itan el poder de decisión del juez; una tidos Com oel de la dO SIS personal de estupefacientes,
norm a de textura abierta adm ite varias interpretacio- le dio relevancia a su teoría sobre los casos dificiles. zyxwvutsrqp
nes, pero no cualquíer interpretación. Toda interpre- :e?:E ~~...~, cuarido existe m ás de una posibiljdad_de,0'
. tacíóri de una norm a está lim itada, com o se vio en la solución, el juez tiene "discrecio~illad" para escoger
prim era parte de este estudio, por el núcleo de signi- unaci.e-ellas I46. Este-poder discrecional es sem ejante
ficado de las expresiones lingüísticas contenidas en a l que ejéI-Cenlas autoridades adm inistrativas cuan-
esa norm a. A sí por ejem plo, no seria plausible prohi- do reglam entan una ley que establece sólo parám e-
bir a los bebés circular por el parque aduciendo la tros generales -leyes "m arco"-. Las norm as no su-
existencia de una norm a que busca im pedir que los gieren al juez un resultado determ inado, porque no
vehículos transiten por ese lugar. existe una única regla o prtncípío relevante para el
'- '- V La verdad, Pa:~ H ~, se ~.~uentra en el ~e~H odel caso o porque la regla existente es vaga; por tanto, el
form alism o y eTrealtsrnow '. En los casos faeües, la juez -que no puede negarse a decidir argum entando
descripción foITilálista~ m ás acertada: basta un si- incertidum bre- no descubre la solución en el dere-
i logtsrno para conectar la norm a con la solución, de "crea". El juez deftne exJjOst
cho vigente, sino Cíi.J:· e-la
suerte que el J2~,?~r de.!_jue~
e stá es1;rj~~te.J.1¡nita- f"'a:cto·'los derechos--ydeberes que tienen las partes
do. La presencia de esta característica en la m ayor ../
involucradas en el litigio147• /'
parte de los litigios perm ite que el derecho cum pla la A hora bien, ¿tienenJ.9§..iuecesalgún lím ite en es- ,:,
función de darle certeza a las relaciones sociales. En tos actos de legislaciÓ n,~excepcionales - "i!J.~tersticia-
los casos dífícíles. sin em bargo, la posición realista es- le-;;;;~"'elite"riñinos
de H art-? D w orkin ha sosteTildo
m ás adecuada. D ado que el juez no cuenta con nor- que la teoría hartiana -de los casos dificiles da una
m as precisas, debe elegir entre altem ativas razona- respuesta negativa radical a esta pregunta. Sin em -
bles; la sentencia, en estas circunstancias, es esen- bargo, es posible deducir de las afirm aciones de H art
cialm ente lo que el juez quiere que ella sea, aunque dos lím ites al poder creativo de los jueces. E!!.J2 .r_:!m
. ~r
dentro de lim ites que los realistas pasan por alto. L a ltig-ar,-esclaro que los jueces no pueden dictar cual-
existencia de estos casos excepcionales perm ite que quier solución en un caso dificil.A unque exista m ás
el derecho cum pla su segunda función: dejar un de una alterriatíva de decisión, la gam a de posíbtlída-
m argen de flexibilidada la regulación de las relacio- des está circunscrita por el texto de las norm as apli-
nes sociales, que perm ita considerar las circunstan- cables, si éstas existen, o por el de las norm as y pre-
cias del caso concreto'<. cedentes judiciales que tratan tem as stm flares, en el
A unque H art sostuvo que las prácticas jurídicas caso contrario148. Estári descartadas igualm ente las
estaban conform adas prim ordialm ente por casos fá- soluciones que im pliquen ia V iolaciónde prtncípíos
ciles, la creciente ím portaricía de los fallosjudiciales, procesales del etstem atjurtdtco, com o los que estable-
particularm ente en casos constitucionales controver- cen las com petencias de las distintas jurisdicciones;
así, por ejem plo, en el caso de la dosis personal de
144 Ib ic L , p , 183. estupefacientes, la Corte no puede ordenar que,
145 Para Hart, el derecho concilia dos necesidades sociales: de t ir i com o consecuencia de la declaración de tnconstrtu-
lado, la necesidad de que existan reglas ciertas que regulen la
conducta de los individuos y , del otro, la necesidad de dejar
abiertos asuntos que se pueden definir adecuadam ente sólo en 1 4 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
iua.. p. 164.
cada caso concreto. El derecho se m ueve, así, entre la seguridad 1 4 7 Ib íc L , p. 191.
y la equidad. Ib íd ., p. 162. 1 4 8 Ib íd ., p. 180.

70 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 71
cionalidad de la prohibición, se índemmce en general de temperamento j udícíal ha sido recogida por Neil
a las personas que han sido internadas en centros de McCormicky Manuel Atíenza. entre otros, corno fun-
rehabilitación -esta indemnización es de competen- damento para sugerir la relación de complementarte-
cia de los jueces administrativos y seria otorgada en dad entre la teoría del razonamiento jurídico y la teo-
cada caso concreto-. E~_~~gundolugar, Hart sugie- rta de las pasíonesv».
re un límite de otra naturaleza, consistente en la Con todos los elementos del análisis anterior,
existencia de virtudes judiciales. En los casos d ífíc í- volvamos ahora al caso planteado al comienzo de
les, los jueces muestran con frecuencia Virtudes ca- este capítulo. ¿Cómo enfrentaría Herbert el caso de
racteristicas, inexistentes en el proceso legislativo, la dosis personal de estupefacientes? La primera
que pueden explicar nuestra resistencia a llamar "le- constatación relevante para Herbert es la existencia
gislativos" los poderes judiciales incluso en estas si- de normas constituctonales que colisionan en el
tuaciones de controversia. En términos de Hart: caso e_.~!1dJ~8Jl:
.soluctories <?p.l:le_§J.a.s.
La inconstitu-
ciórialtdad de la prohibición encuentra ap<?yoen el
Estas Virtudes son: imparcialidad y neutralidaJj al e x a m in a r derecho al libre desarrollo de la personalidad (ar-
las alternativas; conSicteraclOnde los intereses de todos los tículo 16 C.P.) Y en la dignÚ:lacCfiÚmaÚá"1artículo 1
afectados; y una preocupación por desarrollar algún princi-
pio general aceptable como base razonada para la decisión.
C.P.). De hecho, ese fue el fundamento de la opi-
Ya que es siempre posible una pluralidad de tales principios, nión de la mayoría de la Corte Constitucional para
es indudable que no se puede d e m o stra r que una decístóri es declarar la inexequibilidad de la norma acusada;
la única correcta: pero es posible conseguir que se la acepte para los magistrados que votaron por esta decisión,
como el producto razonado de una elección imparcial bien aetirnír una posición psrterrialtsta
el Estado n_Q__C!~1;:>e
informada. En todo esto aparece la "ponderación" y el wb~an-
ce" caractertstícos del esfuerzo por hacer justícía en medio de frente. a los ciudadanos, a quienes
la Constitución
intereses en conflicto149, garantiza una esfera de autonomía limitada sólo por
los derechos de los demás. L a vulneración de esa
Esta propuesta de Hart tiene dos. consecuencias esfera por razones de protección de la salud de la
importantes: de un lado, aftrma la ímposíbtlídad de persona vulnera la dignidad humana, porque pres-
demostrar la existencia de una respuesta correcta en cribe a l individuo la mejor. manera de conducir su
los casos dificilesy, de otro lado, sugiere que la dis- vtdavBtn embargo, Herbert advierte que la libertad
crecíonalidadjudicial está circunscrita por la "forma" y:- fa dignidad humanas pueden ser concebidas de
propia en que los jueces toman sus decisiones. Como otra manera, como 1 0 hicieron los magistrados de la
lo ha puesto de presente Mauro Cappellettí'<',10 que Corte que salvaron su voto. Para éstos, "la verdade-
diferencia al juez del legislador no es el contenido de ra libertad no consiste en el derecho a escoger el
sus decisiones, sino el procedimiento utilizado para mal, sino en el derecho a elegir sólo entre las sen-
llegar a ellas. Los jueces están obligados a actuar
como terceros imparciales dentro de un proceso en el
151 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGF
L a teoría de las pasiones a la que acuden estos dos autores es
que deben oír a todas las partes interesadas, obliga-
la de Day!9,H ume. Neil McCormick.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVU
L e g a l R e a s o tiin q and L e g a l.
ción que no existe en el caso de la producción de T h e o ry . Oxford, Clarendon Press, 1978, Prefacio. MoCorrníck.
leyes. L a idea de imparcialidad
-~-<.... ~..
corno virtud o rasgo sin embargo. en el prólogo a la edición de 1994. se muestra más
cercano al racionalismo de Alexy y Habermas que al empirismo
de Hume.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
¡bid. Segunda Edición. 1994, p. xvi. M?ilue1Atienza,
149 Ibid.., p. 253. por su parte, establece la conexión anotada en:~ -táM1i6a.
150 Mauro Cappelletti. L e p o u v o ir d e sju q e s , o p . c it. pp. 70-76.
X
/
.'
_._ ..,_ .. _._
Barcelona, Aríel, 1993, p. 140.
.. -,._.~.... -.~._----- ;_,....

72 73 zyxwvutsrq
--- -- ----- ----------'----------

das que conducen al bien"152.De acuerdo con esta la Kealidadde los c<J,Sos_dificiles
-la,,i.Qcecti_dJJ.¡n_bre
de
concepción, la prohibición del uso y consumo de lo? j ueces->-pero encaja en la ideologíade la separa-
dosis personales de droga es constitucional porque ción de poderes, de acuerdo con la cual losjlJ_eces
guía adecuadamente el uso de la libertad individual deben decidir "en derecho". Finalmente, tras conside-
y -da cumplimiento al deber:_del
_ Esrado ele proteger rar todas -las-alt~~~tivas de decisión, Herbert sigue
la salud de las personas (articulo 4 9 C .P .). sus convicciones morales y políticas liberales y sos-
Herbert indaga luego en el preámbulo y en los del derecho al libre desarrollo de la erso-
ti_ene--qúe-
principios fundamentales establecidos en los prime- nalidad se 'sigue sin uda a mconstitucionalidad de
ros articulos de la Constitución. Sin embargo, en- IaProhibiClóii y __
se une al bloque mayoritario de la
cuentra de nuevo el principio de libertad y otros Corte. -
como el de prevalencia del interés general. ¿Se prote--
ge mejor el interés general con la prohibición o sin e l m étodo de H é rcu le s y la n e g a ció n
D w o rkin :
ella? Claramente, esta pregunta puede ser contesta- de ladiscrecionalidadJudicial
da sólo a partir de alguna concepción del interés ge-
neral: si se entiende que éste consiste en el bienestar La teoría hartiana sobre los casos difíciles, para
de la mayor parte de la población, que no consume Dworkin, es insatisfactoria tanto desde el ptrnto de
drogas y que ha opinado en las encuestas q u e la p ro - vista descriptívo como desde el punto de vista jl!$j:j_p-
hibición debe mantenerse, Herbert debe tmír'se a los cª~iyol53.En cuanto a 10 primero, la idea de díscrecío-
magistrados que salvaron el voto. Si, por el contrario, nalidad judicial supone que cuando los jueces a ftr-
acepta una concepción personalista del interés públi- man en sus sentencias que la interpretación que de-
co, de acuerdo con la cual éste consiste en la-protec- fienden es la correcta de acuerdo con el derecho vi-
ción de los derechos fundamentales, debe votar con gente, están utilizando una ñgura retórica para encu-
la mayoría de la Corte. brir lo que realmente es una decisión discrecional.
Las normas constitucionales, concluye Herbert, Para Dworkin, no hay runguna razón por la cual se
no dictan ningún resultado preciso. Tampoco las deba presumir la falta de stncerídad de los jueces en
sentencias previas de la Corte, corno se vio anterior- los casos dificiles.Por el contrario, la práctica jtrrídí-
mente, señalan una doctrina uniforme que esté obli- ca muestra que jueces y abogados argumentan sobre
gado a seguir en este caso. Las dos opciones parecen lo que las reglas y principios prescriben para el caso
, contar con argumentos contundentes. Herbert prefe- concreto, no sobre el grado de discrecionalidad con
\ riria sostener en su sentencia que no existe una_r~s- que cuenta el juez para resolverlo. La tesis po~_i_!:iyista
\ divide el razonamiento judicial en dos fases: en la
puesta correcta para el caso y que la decisión.que
tomará es sólo la que considera más acoriseiable, <:le primera, el juez consulta los códigosyencuentra que
/ :.J
acuerdo con sus preferencias morales y políticas. Sin no existe una norma que dicte un resultado claro;
embargo, sabe que los jueces tradicionalmente re- hecho esto, el juez deja a un lado sus códigos e_in-
dactan sus tallos como conclusiones extraídas direc- venta una solución por su propia cuerrta, Esta divi-
tamente de las normas jurídicas. Este estilo esconde sión es insostenible, de acuerdo con Dworkin, porque
en la práctica los jueces nunca llevan a cabo serne-

152 Sentencia zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


C -2 2 1 j9 4 . SalvaIl1ento de voto de José Gregorto Her-
nández, Hemando Herrera, Fabio Morón y V1adimiro Naranjo.
O p . c it., p. 31 (citando aG. Mazzini). 153 Ronald Dworkin,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
Takíng Rights Seriously, op. cit., pp. 31-39.

7 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 7 5 zyxwvutsr
jante tipo de razonamiento'>. La interpretación judi- Según la descripción de los casos difíciles ofrecida
cial es un proceso unitario en el que las normas per- por Hart. dado que no hay normas claras. ninguna
mean la decisión desde el momento del planteamíen- de las partes involucradas tiene derechos ni deberes
to del caso haata el de la redacción de la seritencía. antes de que el juez los establezca ex post Jacto en la
La teoría de la discrecionalidad judicial, además, sentencia, lo cual constituye una aplicación retroactí-
no __
p~~ede~ferjustificac1a dentro del contexto de un va del derecho="
Estado dernocrátícoise. En efecto, e l principio funda- El rechazo de la tesis de la discrecionalidad judi-
mental de la democracia, la soberanía popular. impli- cial, para Dworkin, abre el camino para la formula-
ca que las leyes deben ser expedidas directamente ción de un modelo descriptivo-justificativo adecuado
por los ciudadanos -democracia directa- o por sus para la solución de casos dificiles en el contexto de
representantes -democracia indirecta-. En la de- un Estado democrático de derecho. El primer ele-
mocracia indirecta, la elección popular de los funcio- mento del modelo ya se encuentra en la distinción
narios que intervienen en el proceso legislativo -los entre principios y reglas. Es posible que no exista
parlamentarios y. en casos excepcionales, el Presi- una regla prevista para los hechos de un caso dificil;
dente- promueve la representación de los intereses siempre se podrán aplicar, sin embargo. reglas ariá- .
de los sectores de la sociedad afectados por las leyes logas o principios generales del ordenamiento. S\>
y le da a los electores la posibilidad de evaluar, para 'Qten un sistema conformado por reglas tiene Iagu- zyxwvutsrqponml r
efectos de las votaciones futuras, el desempeño de nas, la-inclUSión de los j?ririª-i?..'!_9S garantiza la cO fu _ i
dichos funcionarios. El ejercicio de potestades legis-
_ .. ...-. '-...:...~~~

pletud del mismo l58• .


lativas por parte de los jueces. funcionarios designa- El segundo elemento del modelo es introducido por
dos por vías diferentes a la elección popular, desvir- Dworkin para resolver los casos en que la dificultad
túa el principio democrático y significa una ocupa- províerie de la colisión de dos o más principios rele-
ción del ámbito de competencia de otros poderes p ú - vantes. La tesis de la discrecionalidad de los jueces
blicosl56• puede ser refutada sólo si se propone algún orden
Por otra parte, la tesis hartiana contraria el princi- jerárquico entre diferentes tipos de prtncípíos: si el
pio de legalidad, central en el Estado de derecho. De juez está obligado a preferir cierta clase de principios
acuerdo con este principio, una persona puede ser sobre otra, su poder discrecional desaparece. La dis-
sancionada sólo con base en una ley vigente en el tinción dworkiniana ent~:_~_:_'201itic~" -p o lic ie s - y
momento de los hechos que dan lugar a la sanción. "prmcí píos" 159 busca. eatablecer .las ..lill.~ªs __g_e...p:~!?1e~_.ge
es~_Q~ª~U_j_er<kguico. Como fue expuesto en el capitu-
154 Ronilld Dworkin, Law's Etnpire, op. cu., pp. 37-39.
lo anterior, los Prin~!P'~os SQ_~_g9DI!~~L.!!2:...~2n~sivas
155 Corno he mostrado en los capítulos anteriores, la discusión en- y las reglas son norm.a~.,~.9P'-~I\-l.sivas. Dworkin formula
t.re las teorías jurídicas Hart y Dworkin es a sim é trica : está corn- una distinción adicional. entre dos tipos de prtncípíos:
puesta por argumentos de uno y otro autor en el nivel dcscríptí-
va, del que se ocupan las dos teorías; en el nivel justificativo. en
cambio, los argumentos de Dworkin no tienen ~qt1iy'~~g.te e ~ la 157 !bid, p. 86.
teoría (p1A~eIl,te de~cri.Rtiya) de Hart. Esto sucede de nuevo en 158 Dworkin sostiene que la cornplerud del derecho es, por lo me-
el terna de la discrecionalidad judicial: Hart ofrece sólo una des- nos, una idea regulativa de la actiVidadjudicial. Hércules debe
crtpcióri de. la solución de los casos dificíles, mientras que resolver los casos asumiendo que los principios Ilenari los vacíos
Dworkin .dirige su crítica tanto contra esa descrtpcíón como normativos; es decir, que el derecho es una "red sin fístrras" zyxwvutsrqponm
contra su .Y~9rmoral y político. (se a m le ss w e b ). Ib id ., p. 116.
156 RonaId Dworkin, T a kin g R ig h ts S e rio u slsj, o p , c ii., pp. 84-86. 159 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
tua.. pp. 22-28 Y 82-84.

76 77
las políticas, de un lado, y los príncíptos en sentido tarrtes. De un lado. los dos conceptos no son opues-
es Lriclo, del otro. Las po!íJ~~ son .,,~s,tAD.g.wes que tos, porque es posible en muchas ocasiones traducir
bu~9'ill protegertrn ..·~º9j~tly_o_s:_C)!~~tivo",
corno la segu- una política -v.gr. la protección del interés púbhco->
ridad nacional o el crecimiento de la economía. Su en términos de derechos -v.gr. los derechos de los
justificación se encuentra en el bienestar de la comu- individuos que conforman la mayoría de la cormrní-
nidad en su conjunto'?'. Los_p.rincipios sortesjárida- -dad-e-, y víceversave. De otro lado. los derechos de
res que defienden un "derecho iridividual", corno el segunda generación consagrados en las constitucio-
libre,desarrolle..ºy.Ja_p~~~QP~~4~d. Su justificación es nes del Estadosocial-como lo han señalado Haber-
de Í:ÍP<?, lJlQ.raly, por tanto, no depende del provecho mas y Teubnerl66- son el resultado de una mezcla
que la comunidad obtenga de su exístencta-w.. entre principios y políticas. De hecho, es posible con-
Los actos de los funcionarios elegidos popular- cebir estos derechos -v.gr. el derecho ~._!~.~~_e!lda o
mente pueden estar basados en políticas o en princi- ~~ s~.'!d- como una juIidización de estándares que
pios. El Congreso, por ejemplo, puede expedir una en el Estado liberal funcionaban como políticas de-
ley que otorgue subsidios a un sector de la economía pendientes del buen funcionamiento de la economía.
y lo niegue a otros, si considera que por este medio La juridizaciÓn implica la posibilidad de que los indi-
puede proteger el objetivo colectivo del crecimiento viduos puedan exigir por vía judicial las prestaciones
económíco'<. Las medidas de este tipo, fundadas en estatales previstas en las normas que consagran es-
políticas, constituyen un compromiso entre los inte- tos derechos; el juez, en estas circunstancias, debe
reses de distintos grupos sociales; el cálculo estraté- tener en cuenta necesariamente argumentos de polí-
gico de la mejor forma de lograr este compromiso ticas -policies--, como los efectos de la protección de
puede ser hecho en una sociedad democrática sólo un derecho en la marcha de la economía-w.
por funcionarios elegidos directamente por los ciuda-
danos. Lo~j~ces, ~ c~bio, fl!_IJ.Q.ª-D_Y deben fundar
s~s decisiones en argumentos de prtncípío. S_usr'azo- 165 Dworkin responde a esta clificultadcon un argumento un tanto
nes no sori-de"conveñifficiasocial, sino de consisten- oscuro. Sostiene que los dos conceptos no son enteramente tra-
cia jurídica y'ffioráií6 3 ~ --~ --"-'--'- ,"_..
_...
-""
. ....
_- ducibles, porque el argumento fuerte en favor de una posición
Taking Rights zyxwvutsrqpo
está dado sólo por el tipo de estándar adecuado.zyxwvutsrqponmlkjihgfed
La' distinciÓn'entre principios y políticas ha dado Seriously, op. cit., p. 96.
lugar a numerosas criticas l64, por dos motivos írnpor- 166 JÜTgenHabermas, Between Facts and Norttis, Cambridge, MIT.
1996. pp. 240-252; G. Teubner (edit.). Dilemmas of La.w in the
W eifare State, Berlín, De Gruyter, 1986.
167 Laconfrontacrórr .entre ..e ~~ E~~!!!.ca y los .<:1~lé~(;~_~_p!:~~ciona-
160 Ibid., p. 84. les es la columna vertebral de la jurisprudencia de la Corte
161 Ibíd.. id. Esta afirmación es cierta dentro de una ética que, Co~-ct;~aIcolombianasobl'e zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
ef Estado-soctal'. Véase;- entre
como la de Dworkrn, rechace los postulados del utilitarismo. otnls:Ii ~ ;eiiteñd;ir::4b6/92,M .P. Círo AÍi.garHa (sentencia de
Dentro de una ética utilitarista, la correción moral y el beneficio tutela que ordena a una a u to rid a d municipal terminar un acue-
de la comunidad (evaluado de acuerdo con cualquiera de las ducto. con el fin de proteger el derecho a la salud y al medio
versiones del utilitarismo)van de la mano. ambiente de la comunidad), Gaceta de la Corte Coristitucional;
162 Ibid., pp. 91-92: La.w· sEmpire, op. cit., pp. 217-218. Tomo 2 (junio de 1992), pp. 190-215. Es claro que Dworkin no
163, Ronald Dworkin, Taking Rights Senously, op. cii., p. 84. tiene en mente este tipo de casos, e xtra ñ o s a la jurisprudencia
164 Entre otros, Kent.QreeIla~t, "P olícy, R ig h ts, and JudiCial De- constitucional norteamericana, cuando enuncia la distinción
císíon", y Donald Regan, "Glosses on Dworkin: Rights, P ríricí- 'entre principios y políticas. Casos similares se presentan. sin
ples, and Polícíes", ambos en: Marshall Cohen (edít.l, Ronald embargo, en el derecho de otros países con constituCiones típi-
Diuorkiri and Contemporcuy Jurispru.den.ce, op. cii., pp. 88-118 Y cas del Estado social. Para el caso alemáp_,.l!é<:t§'eRqg~rt.Al~.
119-160, respectivamente. op. cit., capítulo 9. L a tesis dworkíníariaha sido crítícada Inclu-

78 7 9 zyxwvutsrqpo
~~,0!.9gelo de;sks~sioI}_~§j.!:l2J.s:@.es\
!?~~do en.,PDnci- Lateoría 9:~1derecho como integridad, para Dwor-
píos. para Dworkin, explica y justifica adecuadamente km , diluye dos · éIiIémas· 21eDyad,Q· §· derposiIh1sITi?~-En
el papel de los 'jueces en' u n ' EStado-democrático de '.¡)'\ _g}!lTIs;r.,!~r, deja sin fundamento la -.9:!..~~tomía entre
derecliO-:--Eii"dect6;"Uiía_'vez'se'a:dopta este modelo. las descl,lRPrpiento y creación judicial del derecho. El
ó5jeclones hechas él. la tesis de la legislaciónjudicial en juez hace las dos cosasy no. hace ninguna a l decidir
los casos difíciles pierden sustento. Por una parte. las un caso. D~rkjn explica esta aflrmé!:<::!.Q.p. ..~ im-Uill)do
sentencias no son retroactivas porque los principios la his!0:2~~erecho-á'la elaboraciÓn de una novela
hacen
que láS- fundan 'parte del ordenamiento juridico
antes de ser citados en ellas. Por otra parte. el hecho f
- en"'caaena 171: al redactar una sentencia. el juez está
eñTaTñiSma situación que un escritor que encuentra
de que los jueces D.<? s..~anelegidos popularmente no les terminados varios capítulos de una novela y debe
impide sino que los "autoriza" a decidir.los casos difici- hacer el siguiente. Tanto el juez como el escritor de-
les con argumentos de piirtCipio l68• L o s derechos, pro- ben tener en cuenta el sentido de la historia anterior
tegidos por este tipo de argumentos, son por definición -descubren- para redactar el siguiente paso en la
tríu rifo s del ín d ív td u o o o n tra Ia s m a y o ría s 'w y. por ta n - cadena -crean-. El descubrimiento del sentido de
to: deben ser ga:i=ru,.tizados por la vía judicial, indepen- la historia jurídica anterior, esto es, de las reglas,

»
, diente del poder del electorado.
12eIl:t:!"0 del modelo de pIincip~os, ~l juez está CQJ11.-
PEºlp~!ido con el ideal político de la integridad. Su
principios y antecedentes jurisprudenciales, está uni-
do a la ~~~?:~gmde un episodio adicional por parte
del juez. representado por su decisión en trn caso
deber fundamental es establecer q~ de.<::~sión está ')\ nuevo. En ~~~.? lugar el derecho.cerno integridad
1.

ordenada por la aplicación consiste.t:l.t~_ª~las reglas. -) destruye la distinción entre ca?Q.~_iª.f.gesy dífícües.
los p ríric íp to s y las decisiones judiciales existentes en , Para· 'decidir "cu~qui~r" caso el juezd.~b~ ..~ _ir
la práctica juridica de su "comunidad. Cuando dos la..~
..:!:glas, p~~~pI~~jr ante~~9~gl~s._relev~ y gy-
alternativas de solución encajen en igual grado en c.!_qirc uál. es la solucíón ...
q1!..~m".ejorencaja ~g__~§s
esta práctica, debe ~s.C:9ger la que esté mejor justill- prácticas juridicas y está mejor justificada por los va-
"cada a la luz de las cºJ].yi~-ºiº_!1~§.. ffi9,rales y políticas 1~r.~*"~ifpu:eStOS>E!?E· eifás~· El-método es el mismo en
aubyacentes a las normas e instituciones de la co- todos los casos; la facilidad o dificultad no aparece a l
murucíad-?v, comienzo sino al final del análisis de un problema
jurídico, según el método descrito deje en pie una o
más de una altemativa de solucíóntt-. No existe, en de-
so en el medio anglosajón; Kent Greenawalt, por ejemplo. sos-
tiene que las consideraciones sobre la utilidad pública deben
hacer parte del razonamiento judicial en los casos dificiles. V é a - 171 Ib id .,pp. 228-232. Esta interesante metáfora jya había sido zyxwvutsrqpo
se Kent Greeriawalt, "Polícy,Ríghts and Judicial D e c ts ío rr". en: e rru n c ía d aen "How L a w is Like Literature", en;zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZ
A Matter of P riri-
cp. cit., p. 90-109. c ip le , o p . cito, p. 146-166.
168 Ronald Dworkin, T a kin g Right.s S e rio u slu , o p . cti., p. 85; 172 Esta tesis de Dworkin es bastante ú til para entender el error so-
169 Los derechos, para Dworkin, garantizan esferas individuales bre el que está basada la regla básica de la hermenéutica tradicio-
exentas de la influencia del parecer de la mayoría, Un derecho nal; in claris n o n fi: in te rp re ta tio (no cabe la interpretación cuando
existe. por defmición, si su protección es negada sólo cuando la norma es clara). Esta regla supone que la interpretación es un
argumentos de política (p o licy) muy fuertes militan en contra. Si recurso marginal, que opera sólo corno una especie de "m a l riece-
razones de política débiles prevalecen srsternátícamente sobre la s a rto " cuando el lenguaje de las normas es oscuro. Sin embargo.
aplicación de una prerrogativa individual, ésta no puede ser corno lo sugiere Dworkin.el juicio sobre la claridad de una norma
llamada coherentemente "derecho".Ibid., id. es en sí mísrno una interpretación: se llega a la"conchasíóri de la
170 Ronald Dworkin, L a w 's Ernpire, o p . ctt., pp. 254-258. claridad d e sp u é s de verificar que su texto no presenta problemas

8 0 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA $1 zyxwvutsr
· ------------

ninguna distinción sustancial entre casos ru-


ñ n ítrv a , derechos de los demás. L a airtonomía de la voluntad
ünaríos y casos d ífic íle s que dé lugar a que el derecho no implica que el índívtcluo tenga la posibilidad de
opere en aquellos y la discrecionalidad en éstos-P. escoger cualquier tipo de vida, sino sólo el que sea
Ahora bien, con todos los elementos teóricos men- conforme con la razón y con el bienestar personal y
cionados, ¿cómo decide Hércules el caso de la dosis social. L a prohibición, además, es aceptada por la
personal? En primer lugar, Hé-I~'!-].les examina las mayoría de la opinión pública y disminuye los riesgos
normas y sentencias relevantes y 11.e:g§:_~_~~_%mclu- de criminalidad derivada del consumo de estupefa-
Sien-Similar a la obt~!::!i~~_E9r ~~!::9~_ct:las prácticas cientes. En consecuencia, el interés general aconseja
}ü.I1dfcas-e'ii"ColOmbia permiten la formulación razo- la penalización de la conducta. Entre tanto, la pers-
nable de las dos alterriatívas de solución. Tanto la pectiva que 12~oP?I1e.~?:. d.~.~p.~f!.&~_92_l!....~_~!k-la
tesis que defiende la inconstitucionalidad de la prohi- a.utonomía personal en senqdQ-ª!Dplio.Las_p~::r§0l1aS
bición como la que aboga por su constitucionalidad pu~4.~~~~!~~~~rcurso· de~ existencia, coñ la única
cuentan con apoyo en el texto de la Constitución y en limita99!L9-_~!:~speto d e los derechos de los demás.
algunas decisiones previas de la Corte. Sin embargo, -Hercules sospecha de los argumentos sobre el in-
en este punto -en el que Herbert terminó su análi- terés general expuestos por los partidarios de la pro-
sis- Hércules comienza su segunda fase interpreta- hibición. Esos argumentos se refieren a políticas, no
tíva. La pregunta que guía esta etapa es la siguiente: a principios. Las consideraciones sobre la convenien-
¿cuál es la solución que justifica mejor las prácticas cia social de la prohibición son asunto de los legisla-
constitucionales colombianas? Hércules debe optar dores, no del juez. L a decisión de Hércules no es de-
por la respuesta que se funda en los principios más terminada por el hecho de que la mayoría de los ciu-
valiosos desde el punto de vista moral y politico y que dadanos piense que se debe penalizar el porte y con-
subyacen a esas prácticas. sumo de dosis personales de droga, porque la tarea
De una parte, para la posición favorable a la con- del juez es ..Qfp1~gerd erechos, incluso - y sobre
tinuación de la prohibición, las personas no son li- todo-- contra el parecer de la mayoría. En este caso,
bres de hacerse daño, incluso cuando no afectan los la protección del derecho al libre desarrollo de la per-
sonalidad milita en favor de la inconstitucionalidad
de la prohibición. Hércules indaga, fmalmente, si la
dentro del contexto del ordenamiento jurídico en su totalidad. El
que la interpretación sigue este orden se puede corroborar cuando Constitución colombiana de 1991 puede ser descrita
la aplicación de una norma considerada "clara" en una é p o c a y justificada con base en algún principio generalv- y
pasa a ser problemática en un tiempo posterior. Cuando esto su- llega a la conclusión de que tanto los antecedentes de
cede. se hace evidente que la antigua claridad se debía a que la
su expedición como su texto están fundados en el
norma encajaba en el contexto del ordenamientojurídico existente
entonces, no a que el texto de la norma era inequivoco.Una vez el respeto al pluralismo. Este valor justifica las normas
contexto cambia. la relación entre norma y ordenamientojurídico constitucionales sobre el respeto a la libertad de cul-
se vuelve problemática y la norma deja de ser clara. lbíd., pp. tos y a la diversidad étnica y cultural, entre otros. El
351-354.
1 7 3 Ib ie L , p. 354. De esta forma, Dworkíri responde a los criticos
que habían señalado que el método de Hércules era ú til sólo
para los casos dificiles. V é a s e Allan Hutchinson y John Wake- 174 Esta lectura moral de la Constitución a partir de un principio
ñeld, "A Hard Look at Hard CaS~~".e n: Ó jif'o-;d Jownal of Legal general es propuesta por Dworkin en zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW
F re e d o m 's L a u i, o p . c it.,
Studies, 2 (1 9 8 2 ), p. 86. Sobre el tema de los casos fáciles y pp. 1-38. Dworkin enc'l,.lentraen el principio del tratamiento con
dificiles en general, v é a s e Frederick Schauer, "Easy Cases", en: y consideración la clStYe axiológica del B ilL zyxwvutsrqponmlkjihgfed
ig1.!~.!-~~f.>~to of R ig h ts
Southem Califomia.La.wReuiei», 5 8 (1 9 8 5 ). p. 3 9 9 . de la Constitución riorteamerícana.

82 83 zyxwvutsrqp
pluralismo el paterrialísrno estatal, basado
condena puesta correcta en el derecho y, recientemente, la ha
en una visión oficialde las costumbres y las conduc- ex..
tendido· · -eA-pllcitamentea cuestiones morales176.
tas adecuadas para la vida individual. Hércules con- -Jürgen Habermas, desde la perspectiva de la teoria
cluye que la respuesta correcta para ei caso es la cóñíüñic-ativa- del derecho, ha sostenido recientemen-
inconstitucionalidad de la norma acusada y se une a te una opinión sernejante'?".De acuerdo con esta te-
la mayoría de la Corte. sis, el hecho de que no sea posible "demostrar" la
corrección de una interpretación en ámbitos como el
¿E x is te una re s pue s ta c o rre c ta e n lo s c as o s jurídico o el literario, no implica que carezca de senti-
dif íc ile s ? do hablar de la existencia de una respuesta correcta,
desde el punto de vista intemo de los participantes
Aunque Hércules y Herbert se inclinaron por la mis- en la práctica interpretativa 178. La demostración es
ma dectsíón, es claro que lo hicieron de manera muy propia de áreas del conocimiento como la ciencia, en
diStinta.17~. Hércules sostiene que la inexequibilidad que existen "hechos duros" -hardJacts-, extemos a
de la ley'es la única respuesta correcta para el caso, la práctica científica, que sirven como punto de eva-
teniendo en cuenta la historia de las prácticas consti- luación de la corrección de una afírmactón. Esta rela-
tucionales en Colombia. Herbert no cree que haya ción con hechos extemos es el fundamento de la ape-
una solución correcta para el problema planteado en lación a la objetividaden la cíencíavv.
la demanda, sólo soluciones razonables; para él, la Por ser una práctica interpretativa, entre tanto, el
altemativa de la despenalización parece la más ade- derecho puede entenderse sólo desde el "interior" del
cuada, aunque no pueda demostrar que sea la co- proceso de argumentación en el que dos o más parti-
rrecta y reconozca que el fundamento de esa posición cipantes reivindican la corrección de su interpreta-
depende en última término de su simpatia personal ción de las normas. Desde la perspectiva interpretati-
por el valor de la tolerancia. va -esto es, desde la discusión sobre lo que el dere-
El contraste entre estas dos posiciones ha sido vi- cho "realmente ordena" en un caso- los jueces y los
vamente discutido por Hart y Dworkin y por numero- abogados no se muestran escépticos frente a la solu-
sas corrientes de pensamiento que han intervenido ción de un problema juridico. Por el contrario, afír-
en el debate. Dworkin ha defendido la tesis de la res- zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
man que las normas, correctamente interpretadas,
determinan un sólo resultado, y ofrecen argumentos
........ para sustentar esa posición. Estos argumentos no se
: 175' En este capitulo he intentado resaltar los puntos de disputa
entre H art y Dworkinsobre la discrecionalldadjudíctal. Sin em-
bargo, las últimas versiones del debate (Law's Em pire de Dwor- 176 Ronald D w orkrn, "Objectivityand Truth: You'd Better Believe
km y el Postscriptumde H art) muestran una cercanía mayor H". en: zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
op. cu.. p. 87.
entre las dos posiciones. En efecto. H art reitera que el poder 177 Habermas afirma que "es cierto que las normas validas corifor-
discrecionalno es arbitrario y Dworkinsostiene que para inter- rnari una estructura relacional flexible.en la que las relaciones
pretar las conviccionessubyacentes a la práctica jurídica de la pueden variar dc trn caso a otro; pero zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWV
esta variación está sujeta
com unidad; el juez no puede evitar acudir a sus propias convic- a la exigencia de la coherencia, que garantiza que todas las
ciones (aunque no para imponerlas sobre las de la comunidad, normas encajan en un sistema unificado.diseñado para admitir
sino para llegar a éstas). Esta similitud fue percibida por el exactarnerrte+urra solución correcta para cada caso". Between
propio H art, quien la sugirió en u ri pasaje que escribió corno Facts and Norms, op. cii., pp. 260-261 (traduccíón del autor).
redacción alternativa de la introducción a la última sección del 178 Ronald Dworkin, Takinq Righ1:sSenously, op. cit., p. 81; A Mat-
Postscriptum: Véase H .L.A. H art. The Concept of Laui, Segunda ter of Principle, op. cii., pp. 119-145.
Edición. op. cii., pp. 306-307, 179 Ibid., p. 138.

84 85 zyxwvutsrqp
--- --- ....- ---

fundan -no se pueden fundar- en "hechos duros" entre individuos racionales: por otro lado, se basa en
exlernos a las prácticas juridicas, sino en razones re- el principio de la buena fe, que se deriva de una vi-
lativas a la "coherencia narrativa" de la solución pro- sión solidaria de la sociedad. De forma similar, el de-
puesta dentro de la historia de esas práctícas 'w , La recho constitucional está nutrido de numerosas con-
defensa de la corrección de una respuesta con base tradicciones, como la que existe entre los principios
en este tipo de "hechos débiles" de coherencia narra- generales de igualdad y libertad. La incompatibilidad
tiva no impide que el intérprete reivindique válida- de los principios furidantes del derecho permea toda
mente que su respuesta es la adecuada. la práctica jurídica. incluyendo el proceso de adjudi-
Hart y, sobre todo, los teóricos pertenecientes al cación en los casos dífícíles. Las reglas y principios
movimiento de los Crincal: Legal Studies="; se han dictan resultados contrarios, como producto de la
opuesto enfáticamente a la idea de una respuesta co- contradicción localizada en la base ideológica del or-
rrecta en los casos dífícíles. Esta tesis, argumentan, denamiento juridico; en estas circunstancias, resulta
está basada en presupuestos rnetafisicos sobre la imposible afírmar la existencia de una única res-
existencia de parámetros de corrección para las deci- puesta correcta.
siones jurídicas. Un análisis despojado de semejan- La posición escéptica radical expuesta en estos ar-
tes supuestos lleva a la conclusión contraria: los sis- gumentos es reconocida por Dworkin como la critica
temas jurídicos contemporáneos contienen normas más fuerte a su teoría. De hecho, Dworkin ofrece ra-
contradictorias, basadas en concepciones éticas y po- zones que contrarrestan, pero no eliminan, los argu-
líticas opuestas. Así, por ejemplo, Duricari Kermedyw- mentos del escepticismo. En primer lugar, sostiene
ha sostenido que el derecho privado gira alrededor de que los principios juridicos no son contradictorios, .
dos principios incompatibles: por un lado, se funda sino competitivos. Dos principios contrarios pueden
en el principio de libertad contractual, perteneciente convivir en un mismo ordenamiento juridico sin
a una concepción liberal del intercambio económico crear contradicción; cuando entran en competencia
en un caso concreto, son ponderados de acuerdo con
el razonamiento propio de la colisión de principios183.
180 Ibid., p. 139.
181 El movimiento de los Critícal Legal. Studies surgió en los Estados En segundo lugar, en la práctica, los jueces y aboga-
Unidos hacia_ll!76 y ;;;tá"compuestopor peñsadores muy diver- dos consideran excluyentes las soluciones altemati-
sos. como Q.uncan Kenne_9y,Marh.Jgsp.net.y MaIiJ1¿._ Minow. De vas a un caso. Así por ejemplo, en un caso penal sólo
acuerdo con esta última, el movimientopersigue cuatro o"liJetivos:
1) demostrar que la interpretación de las normas jurídicas puede
hay dos postbílídades: o el acusado es culpable y, por
ser utilizada para alcanzar cualquier resultado; 2) detectar, a tra- tanto, debe ser castigado, o es inocente y debe ser
vés del análisis históricoy socíoeconómíco, los grupos sociales que absuelto. Entre las dos opciones no hay una tercera,
se harr beneficiado de la aplicación del derecho: 3) exponer la
forma como el análisis jurídico intenta legitimar sus resultados; y .
razón por la cual el debate consiste en determinar
4) favorecer visiones sociales que han sido margínalízadas con el cuál de las dos es la correctaw-.
fin de volverlas parte del discurso jurídico. Martha Míriow."Law
Turriíng Outward", en: Telos, 73 (1986). citado por Gary Minda,
Posmodem Legal Movements, N.Y.U. Press. 1995, p. 108. Sin em- Ronald Dworkin,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONML
183 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Lauss Em pire, op. cii., p. 269.
bargo, varios autores. entre ellos Dworkin y teóricos qu"ehacen 184 Dworkin sostiene que los conceptos jurídicos son dispositivos,
parte del movimiento (comoTushnet), han subrayado la falta de es decir, que admiten sólo dos valores de verdad. Si la proposi-
identidad metodológicay epistemológicade los trabajos produci- ción: "el acusado es culpable" es verdadera, la proposición: "el
dos dentro de esta corriente. . acusado es inocente" es falsa, y viceversa. Ronald Dworkíri, A zyxwvutsrqpo
182 Duncan Kennedy, "Forro and Substance in Prívate Law Adjudi- M atter of Principle; op. cii., p. 119. Esta lógica bivalente férrea ha
catíori", en: Haroard Law Review, 89 (1976). sido criticada por varíes teóricos, que defienden la POSibilidad

8 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
El tópico de las respuestas correctas muestra un
rasgo común a toda la drscuaíón entre las teorias de
Hart y Dworkin, que puede servir corno conclusión
de este estudio. La tesis escéptica de Hart parece
describir de manera más adecuada la práctica juridi-
ca, que muestra a los jueces y abogados más incier-
tos sobre 10 que "realmente dice" el derecho que lo
que sugiere la descripción de Dworkin. Una descrip-
ción adecuada de cómo deciden los jueces en la.prác-
tica los casos dífícíles se acerca más a las dificultades
experimentadas por Herbert que a la seguridad mos-
trada por Hércules. Sin embargo, la dimensión nor- P O S IS C R IP TU M
mativa de la teoria dworkiniana, inexistente en la
obra de Hart, es un. instrumento poderoso de evalua- H.L.A. Hart
ción y critica de lo que hacen los jueces en los casos
dificiles. Sin duda, el valor de la consistencia reivin-
dicado por el derecho como integridad es una exigen-
cia que debe hacerse a los jueces en un Estado de-
mocrático de derecho185• Allí donde Hart provee los
elementos descriptivos, Dworkin proporciona los ins-
trumentos para la justificación y la critica. El presente libro fue publicado por primera vez hace
veintidós años. Desde entonces, la reflexión teórica
sobre el derecho yla filosafia se han aproximado mu-
cho más,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
y la teoría del Derecho ha sido objeto de un
gran desarrollo, tanto en este país corno en los Esta-
dos Unidos. Me agradaría pensar que este libro con-
tribuyó a propiciar tal desarrollo, si bien entre los
de hallar respuestas intermedias adecuadas a las círcunstan- abogados dedicados a la academia y los filósofos,cri-
cías de cada caso. Así por ejemplo, en las sentencias de control ticas de sus principales doctrinas, han sido a l menos
constitucional las únicas opcíories no son la inconstitucíonali-
dad o la constitucionalidad totales, sino que en el medio se
tan numerosos corno sus adeptos. Comoquiera que
encuentra una posibiEdad que le da flexibilidad a la decisión: la sea, aun cuando originalmentelo escribí teniendo en
constitucionalidad condicionada, que ha sido utilizada en la ju- a.. lcanzado
mente- a los estudiantes de Derecho, ha
risprudencia constitucional de varios paises. Para una defensa una difusión muc~9..!I1:~:;'_.§,p1pH.a
y ha geñ~E~Q_o una
de la lógica intermedia o fluida zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(logíque du floui, véase Fraricoís
Ost y Michel van de Kerchove, Entre la lettre et I'eeprtt; Bruselas, exfen~aB.ter.ª-t'l,l;!:ª_§~~~daria
de comeritaríoe criticas
Bruylant, 1989; Mireille Delmas Marty, Pour un droii COr7lrTlUI1, en el mundo anglosajón yen varios países donde han
Paría, Seuil, 1994. _ sido publicadas traducciones del mismo. Gran parte
185 La defensa del valor descriptivo de las tesis de Hart y del valor de estos ensayos críticos está conformada por artícu-
justificativo y critico de las de Dworkin es hecha, entre otros,
por Philip Soper, "Legal Theory and the Obligation of a Judge:
los publicados en revistas de Derecho y de filosofía,
The Hart/Dworkin pero adicionalmente se han editado importantes li-
Dispute", en: Ronald Dusorkin: and Contem- zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
porary JuriSprudence, op. cit., p. 22. bros, en los cuales las diferentes tesis de este libro

8 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 89
._.- .... - - .- - - -

han sido blanco de critica y puntos de partida para la de algunos de ellos como en la terrntnología en que
exposición de las propias leorias del Derecho de los los expresa. Algunas de las criticas que ocupan i.in
criticos. lugar prominente en sus primeros ensayos han desa-
Aun cuando he respondido a algunos de mis dt-- parecido de sus obras posteriores, aunque no haya
tractores, en especial al fallecido profesor Lon Fuller- renunciado expíícttarnente a ellas. Puesto que estas
y al profesor R.M. Dworkrn>,hasta el momento no he primeras criticas han obtenido amplia difusión y
formulado una respuesta completa a ninguno de ejercen una gran influencia, he considerado conve-
ellos; he preferido observar y aprender de un instruc- niente responder tanto a ellas corno a las posteriores.
tivo debate en el que algunos de los criticos se han L a primera sección y la más extensa del Postscrip-zyxwvutsrqponml
distanciado unos de otros tanto como lo hacen de mí. tw n se ocupa de los argumentos de Dworkin. En la
E!?-~§.tePostscriptum, sin embargo, intento ~§ponder segunda me refiero a otros criticas, quienes sostienen
a algunas de las amplias críticas su~~!.!adas _por que mis tesis no sólo adolecen de oscurtdades e in-
D"WOl'Kin en muchos de los artículos semínales reco- exactitudes, sino que en ciertas ocasiones llegan a la
piladosen sus libros Taki.n..gRights Seriously (1 9 7 7 ), incoherencia y la corrtradíccíórr'. A este propósito,
A Matter of Principie (1 9 8 5 ) y La.w's Erripire (1986)3. debo admitir que en más ocasiones de las que me
Aquí me he centrado principalmente en las objecio- agradaría contemplar, mis criticas están en lo cierto;
nes de Dworkin, pues no sólo ha argumentado que aprovecho la oportunidad que me ofrece este Post-
casi todas las tesis importantes de este libro están scriptum . para aclarar lo que está oscuro y para revi-
radicalmente equivocadas, sino que se opone a la sar lo que escribí originalmente en 10 que pueda ha-
idea misma de una teoria del Derecho y a su propósi- ber de incoherent.e o contradictorio en ello.zyxwvutsrqponmlkjih
to implícito. Los argumentos de Dworkin en contra
de los principales-temas del libro guardan cierta co-
LA NATURALEZADE LATEORÍA DEL DERECHO
herencia general a través de los años; ha habido, no
obstante, importantes cambios tanto en el contenido
El propósito de este libro e!:.ª.º. f:r.~~erlJIla teoria acer-
c~?_c::lD~ho que fuese a la vez general y c!~§criºti-
va. Es "general", en el sentido de que I1º.._~~_~TI~y.~ntra
1 VéCtsemi reseña de su libro Th.e Mora1.i.tyof Laui (1964). en: 78,
Harvard Law Review, 1.281 (1965), reproducida en: Essays in. atada a ning4l}._$J~.t~ma ..o.cultuca Jurídica en particu-
Jwisprudence a n d Philosophy (1 9 8 3 ), p. 3 4 3 . Nota: las notas laI,<siTio~jque busca hacer un recuento explicativoy
entre paréntesis de este tipo han sido ariadídas por los editores aciffi:a:tC;rio
del Der~chocomo· una-institlJ..GiQD social y
del Postscriptum.. pOTítíca-éoípp.1~Ii,-qúeposeeUn aspecto gobemado
2 Véase mi articulo "L a w in the Perspectíve of Philosophy: 1776-
1976", en: 5 1 . Neui York Unioersiiij Law Review, 5 3 8 (1 9 7 6 ); por~reglas - y . en este sentido, "normativo"-.-. Tal
"American Jurisprudence through English Eyes: The Nightmare institución, a pesar de las muchas variaciones que
a n d th e Noble D re a rn ", en: 1 1 , GeorgiaLa.w Revíew, 9 6 9 (1 9 7 7 ); acusa en diferentes culturas y épocas. ha asumido la
"Between Utility arid Ríghts", en: 79, Columbta: Law Review, 828
(1979). Todos los articulos anteriores fueron recopilados en: Es-
misma forma y estructura general. si bien ha sido
says in JUTisprudence a n d PhiIosophy. Véanse también "L e g a l rodeada de muchas comprensiones erradas y mitos
Duty and Oblígatíori", cap. VI, en m i libro Essays on Bentham que la oscurecen. El punto de partida para esta tarea
(1982) y "Cornmerrt",en: R. Gavison (ed.), Issu.es in Contempo-
rary Legal PhiIosophy (1987), p. 35.
3 Versiones castellanas, L o s derechos en serio, Barcelona, Aríel,
1984. El imperio de lajusticia, Barcelona. Gedisa. 1 9 8 8 . A Mat- 4 H a rt no completó la segunda de las secciones aquí mencionada.zyxwvutsrqponm
ter of Prtnciple no tiene traducción castellana. IN. del T.] Véase la Noto..del Editor.

90 91zyxwvutsrqp
esclarecedora es el dífuridído conocimiento común de do-, p~cialmente valoratíva y_j!:1~.t:i..f?:~a.::t!va
y "d íríg td a
los principales rasgos del sistema jurtdtco nacional a una cultura~}uridíCa--en--particular'·que G. es. por lo
modemo que atribuyo, en la página 3 del libro, a genefar,-l:aaerautor y , en e l caso de Dworkin, la d~l
cualquier persona educada. El recuento es "q~?crjpti- Derecho anglo-americano. L a tarea central de la teona
va" por cuanto es moralmente neutro y sus objetivos del DerechoasfCónceoiaa es caracterizada por Dwor-
no buscan Justiiic~
n i recomendar, con-base en un kin de "inte.:mretativa"7 y contiene en parte evaluacío-
funaamenfo· inorar6--deotr.a.-4i4ql~, las' forinas -y -~s- nes, pues consiste en identificar los. principiOS que
tr'uctur'as 'que'aparecen en la descripción general que mejor se "ªcI~~~~" al l)erecho--estableCidQ<y~._las
hago del Derecho, aun cuando una clara compren- prácticas de.lJ.Il si~tema_juridico Y que, a l m is m o
sión de ellas es, en mi opinión, un aspecto preliminar tiempo, sl..uninistran la mejor jp.stificación moral de
de importancia para cualquier crítica moral del Dere- ellos, mostrando así el derecho "bajo su mejor aspec-
cho que haya de ser útil. to'". Para Dworkin, Ios _P'!_igf~P_!9§_§§j.identifiqld~s no
Como medio para llevar a cabo este proyecto des- sólo fo rrn a ri parte de una teor.íªºf:!l:P~r~GhQ, ~!n0 gue
__
criptivo, el libro hace uso repetido de una serie de son también, írnplícítarnerrte, part~._º~LDerechomis-
conceptos tales corno "reglas que imponen un deber", mo. Para' este autor, "la filosofía del Derecho -ju ris -
"reglas que confieren un poder", "reglas de reconoci- . p ru d e n ce -- es la parte general de la adjudicación, el
miento", "reglas de cambio", "aceptación de las re- prólogo silencioso a cualquier decisión en Derecho'".
glas", "punto de vista externo e írrterno", "enunciados En sus primeras obras, dichos principios eran desig-
externos e íriterrios"y "valídezju rtd íc a ". Estos concep- nados sencillamente como "la teoría mas sensata del
tos centran la atención en ciertos elementos en térmi- Derecho"l0, pero en su última obra, La.w 's E m p ire , ca-
nos de los cuales puede ser esclarecida analíticamen- racteriza a estos principios y a las proposícíories jurí-
te una variedad de instituciones y prácticas juridicas dicas particulares que se siguen de ellos, como Dere-
y puede responderse a una serie de interrogantes re- cho en U ll ..s eritído "ínterpretatívo". Las prácticas.JL1,!].-
lativos a la naturaleza general del Derecho, suscitados dícas estable~idas o paradígmas c.I~LP~:r~~h.o que la
por la reflexión acerca de tales instituciones y prácti- teoría interpretativa debe iñierPí-etar.~():I"ldescrítoepor;
cas. Incluye preguntas tales corno ¿Qué son las re- Dworkíri como "pre.-iI!_'~~D?re~~v<?~"ll, y supone que el
glas? ¿Cómo difieren de los meros comportamientos teórico no tendrá ninguna dificultad n i deberá realizar
regulares? ¿Hay tipos radicalmente diferentes de re- un labor teórica para identificar estos datos preíriter-
glas juridicas? ¿Cómo pueden relacionarse las reglas pretativos, puesto que h a n sido est.?-~t~Etgqs mediante
entre sí? ¿Qué significa que las reglas conformen un un consenso general entre los abogados de los siste-
sistema? ¿Cómo se relacionan las reglas jurídicas y la mas jurídiCOSparticulares 12.'
autoridad que poseen con las amenazas, por una par-
te, y con los requerimientos morales por la otra?>
L a teoría del Derecho así concebida, corno descrip- 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
L a .w 's E rn p tre , zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLK
o p , cit.. p , 102, zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPO
7 ibid., capítulo 3.
Uva y general a la vez, es un proyecto que dill~f_S: radi-
8 Ibíd... p , 90.
calmente de l:9, c:::once.p'~i_ón_g~Jdworkin de la teoría del 9 lbid..
Derecho --o jw isp ru d e n ce , como la designa a menu- 10 T aking R ights S eriously. op. cit., S 66.
1 1 Laus:s E trtpire, op, cil., p p . 65-66,
12 Dworkin, s in embargo. advierte que la identificación de este De-
recho preinterpretativo puede ser ella m ís rn a objeto d e interpre-
5 Véase H ,L .A . H a rt, "C o m m e n t", en: Gavison, op. cit., ri. 2. p. 3 5 . tación, Véase ibid., p. 66.

92 9 3 zyxwvutsrqponm
----------

No resulta evidente por qué debería o podría susci- descripción y evaluación" ha "debilitado la teoría del
tarse u n conflicto de importancia entre proyectos tan Derecho"l?
diferentes corno m i concepción de la teoría del Dere- Encuentro dificil seguir las razones precisas que
cho y la de Dworkin. En efecto, gran parte de la obra ofrece Dworkíri para rechazar la teoría o filosafia del
de Dwqrkip, incluyendo L a w 's Ernpire, está dedicada Derecho descriptivas. Su objeción principal parece
a la elaboración de las ventajas comparativas de tres ser que la teoría del Derecho debe tener en cuenta
explicaciones diferentes acerca de la manera, en que el una perspectiva intema que seria el punto de vista
Derecho -"decisiones políticas anteriores@-justifi- de quien la practica o de quien participa en el siste-
cala coerción y por consiguiente, g_eneratres formas ma jurídico; sería imposible que una teoría descripti-
diferentes_Q-~-~Q_Jj§!~ __~ J. Derecho a las que denO'inina va pudiera ofrecer una explicación adecuada de este
respectivamente "corrvencícnaljsmo", "pragmatismo punto de vista írrterrio, pues su perspectiva no es la
ju rtd íco " y "Derecho corno ín te g ríd a d ''> . TodO 10 que del participante Siq9 la del observador externo'",
escribe acerca de estos tres tipos de teoría es de gran Pero, de hecho, no hay nada que impida a un obser-
interés e importancia como contribución a una filoso- . vador extemo, dentro del proyecto de una jurispru-
fía del Derecho valorativa y justificativa y no pretendo dencia descriptiva tal como la que se ejemplifica en
discutir la elaboración que ofrece de sus ideas inter- mi libro, describir la manera como los participantes
pretatívas '", excepto por cuanto sostiene que una teo- ven el Derecho desde una perspectiva intema. Por el
ría del Derecho positivista, tal como la que presento contrario, explico en este libro, de manera relativa-
en este libro, puede ser reformulada, de manera es- mente extensa, que los participantes manifiestan su
clarecedora, como una teoría interpretativa. En mi punto de vista intemo a l aceptar que el Derecho su-
concepto, esta última idea es errada y expondré a ministra guías para su conducta y parámetros de crí-
continuación las razones que me llevan a objetar una tica. Desde luego, un teórico descriptivo del Derecho
versión interpretativa de m i teoría. no comparte él mismo la aceptación de los partici-
Dworkin, en sus escritos, parece excluir una teo- pantes, pero puede y debe describirla, como en efecto
ría general y descriptiva del Derecho como algo ca- he intentado hacerlo. Es cierto que, para tal fín , el
rente de se_I-1-_t_:i:do o. en ~l Y:l1~jor_skJ~~ @sos, como teórico descriptivo del Derecho debe "comprender" 10
algo sencillamente inútil. "Lás teorías del Derecho que significa adoptar el punto de vista intemo y. en
Ú tl1es -=atIrITia· ..- ---illterpÉeta.Q~_ ..~ §!él.clj6_ _P~c.!dlarde
__ este sentido restringido. debe estar en condiciones de
una práctica histórica en deearrollo'v'': anteriormen- ponerse en el lugar de un participante; pero esto no
-te, había- ~{ITnado'q ue "uria distiñción radical entre equivale a compartir o suscribir el punto de vista in-
temo del participante n i a renunciar en manera algu-
Q.~ Ib id ., p. 9 3 .
na a su posición descriptiva.
14 Ib íd ., p. 94. En su crítica de la filosofiadel Derecho descrtptíva,
15 Debemos observar, sin embargo, que algunos crítico s, Michael
Moore, por ejemplo, en "The Irrterprctíve Tum in Modem
Thcory: ¿ A Tum for fue Worse?".en: 4 1 . StandfordLa.w Reoieui, 17 A Matter ofzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
P rtn cip ie . op. cit., p.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTS
1 4 8 ; cf; "L a s teorias del Derecho
8 7 1 (1 9 8 9 ), en las páginas 9 4 7 -9 4 8 , si bien admite que Ia prúc- no pueden ser comprendidas r'azoriablernente como... recuentos
tica legal es interpretativa en el sentido de Dworkin, mega que neutrales de una práctica social", en: "A Reply by Ronald Dwor-
la teoría legal pueda serlo. k m ", Marshall Cohen (ed.). Ronald Dworkin and. Coniemporanj
16 La.w's Ernpire, op, c it., p. 1 0 2 ; cf. "Las teorías generales del De- .Ju risp ru d e n ce (1 9 8 3 ) [citadoen 10 sucesivo como R D C Jj, p. 2 4 7 ,
recho son, para nosotros. interpretaciones generales de nuestra en 254.
p.E9piapráctíca ju ríd íca ", ib íd ., p. 4 1 0 . 18 Véase Laus's Ernpire, op. c tt., pp. 1 3 -1 4 .

I
94 95 zyxwvutsrqpo
1-
Dworkin parece excluir esta posibilidad evidente, la de que parecía una tesis extravagante y, ciertamente,
un observador externo que toma en cuenta, en esta como el mismo Dworkin la -ha calificado."imperialista",
actitud descriptiva, el punto de Vista intemo del parti- según la cual la única forma apropiada de la teoría del
cipante pues, como lo he dicho, identifica la ñlosofía Derecho seria la interpretativa y valorativa.
del Derecho como "la parte general de la adjudica- No obstante, sigo encontrando paradójicas las im-
ción", y esto equivale a tratar a la filosofía o a la teoria plicaciones de las siguientes palabras de advertencia
del Derecho como si ella misma hiciese parte de un con las que Dworkin acompaña ahora el retiro de su
sistema juridico Visto desde la perspectiva-intema de tesis presuntamente imperialista: "pero vale la pena
los participantes juridicos. No obstante, el teórico des- resaltar cuánto se extiende este problema [del sentido]
criptivo puede comprender y descríbír el punto de Vis- en los problemas de que tratan las teorías generales,
ta ínterrio del participante sobre el Derecho sin que como la de H a rt'v-. La pertinencia de esta advertencia
necesariamente lo adopte o 10 comparta. Incluso si no es clara. Los problemas que he discutido inch'!yen
--como lo ha argumentado Neil.Mªº"ºº!lllick 19 y mu- asuntos tales~-comola relación del derecho -~¿:ri las
chos otros criticos- la perspectiva in~.!TIadel partici- órdenes coercitivas, por una parte, y cap.J.".!=.qy.~!).mien-
pante manifestada en la"aceptaCión"-del Derecho como tos· · · · moraJ.es,porla otra, y el punto irny],ícitoen la
algo que suministra guias de conducta y parámetros advertencia de"DWüikfn parece ser que, al discutir
de crítica incluye necesariamente támbtéri la creencia problemas de esta índole, incluso el teórico descripti-
de que existen razones "morales" para conformarse a vo deberá enfrentar problemas relativos al sentido o
los requerimientos de la 'ley y"ÜTIajustificación "mo- significado de las proposiciones jurídicas que sólo
ral" del uso que ésta hace de la coerción, esto seria puede ser respondido satisfactoriamente por una teo-
también algo que debe ser registrado por trna filosofía ría jurídica parcialmente interpretativa y parcialmente
del Derecho moralmente neutra. pero no algo que el valorativa. Si en efecto así fuese, para determinar el
teórico deba suscribir o compartir. sentido de cualquier proposición jurídica dada, inclu-
Sin embargo, Dworkin mismo i::a aceptado que los so el teórico del derecho descriptivo debe formular y
problemas parcialmente valorativos que Dworkin de- responder la pregunta interpretativa y valorativa,
. nomina "interpretativos"no son los únicos de que tra- "¿qu~_§~nJi..do debe asignarse a esta proposición si ha
tan la filosofía y la teoria del Derecho, y que hay un "/ de derivarse de.aquellos Erincipios que mejor se ade-
lugar :i.Inportantepara una fílosofíadel Derecho gene- / cuan a la ley eshibfeCida' y meior la íustifican"i":Ju:m
ral y descriptiva, y ha explicado que observaciones su- si füérá'-cierto que LUla-ieoriageneral y descriptiva del
yas tales como "la -fllosofía del Derecho es la parte ge- Derecho, al buscar una respuesta al tipo de interro-
neral de la adjudicación" deben ser matizadas pues, gantes que menciono, debiera determinar el sentido
como lo afirma ahora, esto sólo "se aplicarla a la filoso- de las~proposicionesjuridicas en muchos sistemas di-
fia del Derecho en lo relativo al problema del sentido"20. ferentes, no parece haber razón alguna para aceptar
Se trata de una corrección importante y acertada de lo la idea de que esto "deba" estar determinado por el
hecho de formular el interrogante interpretativo y va-
Ioratívo de Dworkin. Más aún, incluso si los jueces y
19 V éase Legal. R easoning an.d Legal. Theory (1978), pp. 63-64, abogados de' todos los sistemas jurídicos de los que se
139-140.
20 R .M . D w orkin. "Legal Theory and the Problern of S errse", en:
R . Gavison (ed.), Iseues in C ontem porary Legal P hiIosophy: T he
Injluence ofH .L.A H art (1987). en 19. Ibid., zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDC
id. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGF
21 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED

96 97 zyxwvutsr
________ ~_~_ ~ •• - • __ •• •• o .• __ • • _

,_,
, ocupa la teorta descriptiva de hecho resolvieran los equivocadamente supone que éstos están fíjados por
\. problemas del sentido de esta manera. en parte inter- reglas lingüísticas, compartidas por jueces y aboga-
pretativa y evaluativa, esto seria a lg o que la teoria dos, que gobiernan el uso y por ende el significado de
descriptiva debe registrar como un hecho sobre el la palabra "Derecho". tanto cuando aparece en afír-
cual basará sus conclusiones descriptivas generales macíories acerca de cuál es "el Derecho" en u r i siste-
respecto del sentido de las proposiciones jurídicas. ma jurídico particular sobre u r i punto específico,
Desde luego, sería un grave error suponer que porque como en añrmacíones acerca de qué es "el Derecho"
estas conclusiones se basanen este hecho, deban ser --el Derecho en general=-c-. Desde esta perspectiva
ellas mismas interpretativas y valorativas y que, al ex- positivista del Derecho, se seguiría que los únicos
ponerlas, la teoría descriptiva ha pasado de la tarea desacuerdos que pueden existir acerca de problemas
de descripción a la de interpretación y evaluación. L a jurídicos serian aquellos relativos a la existen,ciao no
descripción continúa siendo rma descripción incluso existencia de tales hechos históricos; no podría haber
cuando lo que describe es una evaluación. desacuerdos teóricos n i controversias acerca de lo que
constituye los "furidarnentos"del Derecho.
L A NATURALEZADEL POSITIVISMO JURÍDICO Dworkin dedica muchas páginas de su esclarece-
dora critica al positivismo jurídico a mostrar que los
desacuerdos teóricos acerca de qué constituye los
El po s itiv is m o c o m o te o ría s e m ántic a
fundamentos del Derecho es, contrariamente a lo .que
afirma e l positivismo, un rasgo prominente de la
Dworkin asume mi libro como un trabajo representa-
práctica jurídica anglosajona. En contra de la idea de
tivo del positivismo jurídico rnodemo, por oposición a
que éstos están fijados incontrovertiblernente por las
versiones anteriores, tales como las de Bentharn y
reglas lingüísticas compartidas por jueces y aboga-
Austin, principalmente por su rechazo a las teorias
imperativas del Derecho que ellos proponen, y a la dos, Dworkm aostíerieque ..~ .~~s~ns!§!m~.I]...t«:?_Sº.Q!!9-
idea según la cual toda ley emana de un cuerpo o v~E.!?-blespue~__entr~.ellos..?<? ..~ 9!2_h.ª-y_hechoshi~tori-
persona soberano e írrestrícto desde el punto de vista cos sino a. m.~.I].~_g9.j"!Jlyios
morales y j_l::1-~~os
de_valor
controve~Úbles.
legislativo. Dworkin encuentra en mi versión del posi-
. '-Dworki;;-ofrece dos explicaciones muy diferentes
tivismo jurídico una serie de errores diferentes pero
acerca de cómo los positiVist'as"CO"mo yo hemos llega-
relacionados entre sí. El más fundamental seria la
do a adoptar esta perspectiva radicalmente equivoca-
Idea de que la verdad de las proposiciones jurídicas,
tales como aquellas que describen derechos y deberes da. Según la pQ__~~!:"~_.~~J~~9:sión, los positivistas
creen que si 10 que constituye los fundamentos del
jurídicos. depende únicamente de hechos hístórícos
Derecho no estuviese fijado incontrovertiblemente
evidentes incluyendo hechos relativos a las creencias
por reglas sino que fuese un asunto disputable que
personales y a las actitudes socíales'". Los Iaechos de
permite desacuerdos teóricos, entonces e l término
los que depende la verdad de las proposiciones jgrídi-
"Derecho" "significarla"diferentes cosas para diferen-
cas corrstítuyen i~ q~lé·-º5Y~~~~.den0I?íria:··"ios funda-
tes personas y a l utilizarlo no se comprenderían, no
mentos del Derec~.?"23 y el positivista, e? su opinión,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
.se comunicarian acerca de la misma cosa. Esta

22 L a w 's zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
E rn p ire , o p . c ii., pp. 6 s s .
23 Ibid., p. 4 . 2 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
tua: zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLK
pp. 3 5 s s .

98 9 9 zyxwvutsrqp
creencia atribuida a los positivistas es, en concepto tre un concepto y diferentes concepciones de un con-
ele Dworkin. completamente errada, y llarna al argu- ceplo que ocupa un lugar ta n prominente en la obra
mento en contra de los fundamentos controvertibles posterior de Dworktn=.,
del Derecho en que el positivista presuntamente Por último, Dworkin insiste también en que la te-
basa, "aguijón semántico">, pues depende de nna sis según la cual la teoría del Derecho que presentan
teoría acerc-a"d~~a "Derecho". los positivistas no es una teoría semántica. sino un
En L a u i'e E m p ire procede entonces a remover este recuento descriptivo de los rasgos distintivos del De-
"aguijón semántico". recho en general como fenómeno social complejo,
Aun cuando en el primer capítulo de L a u ss' E m p i- presenta un contraste con la teoría semántica que
re se me clasifica, junto con Auetín, como un teórico resulta vacuo y desorientador. Según su argumen-
semántico y. como tal, como alguien que deriva la t0 2 7 , puesto que uno de los rasgos distintivos del De-
teoría jurídica positivista "del hecho evidente" del sig- recho como fenómeno social es que los abogados dis-
nificado de la palabra "Derecho", y que adolece del cuten la verdad de las proposiciones jurídicas y "ex-
"aguijón semántico", no hay nada en mi libro n i en plican" este hecho por referencia al sentido de tales
ninguno otro de mis escritos que apoye esta presen- proposiciones, una teoria descriptiva del Derecho
tación de mi teoria. La tesis que sostengo. según la debe ser. después de todo, sernáritícaw. En m i opi-
cual los sistemas jurídicos nacionales desarrollados nión, este argumento confunde el significado de "De-
contienen una regla de reconocimiento que especifica recho" con el significado de una proposición jurídica.
los criterios de identificación del Derecho que deben Para Dworkin, una teoría semántica del Derecho se-
aplicar los jueces. puede estar equivocada; en ningún ria aquella en la cual el significado mismo de la pala-
lugar, sin embargo, fundamento esta doctrina en la bra "Derecho" hace que el derecho dependa de cier-
idea errada de que es parte del significado de la pala- tos criterios específicos. Pero las proposiciones jurídi-
bra "Derecho" el que haya tma.iregla de .reconocí- cas no son típicamente aserciones acerca de qué es
miento s~_:rp~j9-I1te éñ-.todos1Q$_
s_isteJllª§_j~__9iCOS,
ni "el Derecho", sino acerca de 10 que es "el Derecho",
'en la idea, aún más errada, de que silos _~riteriosde esto es. de 10 que el Derecho en alg.tJ,.n sistema E_enpi-
identificación de Íos fundamentos del Derecho no es- _te.e~g_eo
- .
autoriza
--
a hacer.
--- -, --,_. __ .-._--'
-,',
Por consiguiente. aún si
tuviesen fijados de manera incontrovertible, "Dere- el significado de las proposiciones jurídicas estuviese
cho" tendría 'uri "significado"diferente para diferentes determinado por deflriícíones o por sus condiciones
personas. de verdad, esto no lleva a concluir que el significado
En efecto, este último argumento que Dworkin me mismo de la palabra "Derecho" hace que el Derecho
atribuye confunde el "significado"de un concepto con dependa de ciertos criterios específicos. Esto sólo.su-
los criterios de su "aplicación". Lejos de aceptar esta cederla si los criterios suministrados por una regla
idea. al explicar el concepto de justicia, llamo expre--
samente la atención (p. 100) al hecho de que los cri-
terios de aplicación de un concepto con un significa- :~26 : Sobre véase John Rawls. A Theory of J~tice zyxwvutsrqponm
esta dístíncíón,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
\_ ) pp_ 5 -6 , 1 0 . IA l distiñglili'"'Hconcepto"oe'jüstiétil"'de
(1 9 7 1 ), la
do constante pueden variar y son controvertibles. concepción de justicia, Rawis afirma: "En este punto sigo a H.L.A
Para aclarar lo anterior, trazo la misma dtstíncíón en- Hart, T h e Concept of Lau» ... , pp. 155-159". (Primera edición.) Véase
A Theory ofJustiJ:;\e~ p. 5, n. L] Versión castellana, La Teoría zyxwvutsrqponmlkj
d e la
Justicia, México, Fohdo de Cultura Económica, 1978.
27 L a w 's E m p ire , o p . c ti., pp. 418-419, n. 29.
25 Ib id ., p. 45. 28 Ibíd., pp. 31-33.

100 101
de reconocimiento de un sistema y la necesidad de El po s itiv is m o c o m o te o ría inte rpre tativ a
una regla semejante derívarari del significado de la
palabra "Derecho".Pero no hay indicio alguno de ta l En la segunda explicación que ofrece Dworkin del
doctrina en mis escrttosw. positivismo del hecho evidente, no lo trata como una
Dworkin representa equivocadame.nteen otro as- teoria semántica o como una teoria basada en consi-
pecto la forma de positivismo jurídico que he pro- deraciones lingüísticas, sino que intenta recons-
puesto. Trata m i tesis acerca de la regla de reconoci- truirlo como una forma de la teoria inte~tativa ¿
miento como si requiriera que los criterios que sumi- dworkini3-!faque él d~n()~~_:s_ºnvencion~l~mo".
nistra para la identificación del Derecho debieran Segúü' esta teoria -que Dworkin finalmente rechaza
consistir únicamente en hechos Irís tó ríc o s , por lo por deficiente-, el positivista, a guisa de un teórico
cual seria un ejemplo de "un positivismo del hecho interpretativo comprometido con mostrar el Derecho
evtderrte'?", Sin embargo, aun cuando los principales bajo su mejor aspecto, añrrna que los criterios de
ejemplos que ofrezco de los criterios suministrados validez del derecho consisten en hechos, no fijados
por la regla de reconocimiento pertenecen a lo que incontrovertiblemente por el vocabulario del Dere-
Dworkin ha denominado "linaje"31 , y se ocupan Úlli- cho, como sucede en la versión semántica, sino por
-crunente de la manera como las instituciones jurídi- una convicción compartída por jueces y abogados.
cas adoptan o crean el Derecho y no de su c0!:1:t.(:!nido, Esto muestra al Derecho de manera favorable por-
explicítarnerrte ruITInO, tanto en este libro (p. 72) que asegura algo de gran valor para quienes están
como en mi artículo anterior, "Positivismand the Se- sometidos a él, esto es, que las ocasiones en que se
paration of L a w and M orals"32que, en algunos siste- ejerce la coerción jurídica dependen de hechos acce-
mas jurídicos, el de Estados Unidos, por ejemplo, el sibles a todos, de manera que todos estarán adverti-
criterio último de validez juridica puede incorporar dos con anterioridad del uso de la coerción. Es lo
explícitamente, además del linaje, principios de justi- que Dworkin denomina "el ideal de las e~ectativas
cia o valores morales sustantivos, y que éstos pueden protegtdae'<-': no obstante, para Dworkrn, ~us méri-
constituir el contenido de restricciones constitucio- tos fírialrnerrteno compensan los numerosos defec-
nales. Al atribuirme un "positivismo del hecho e v i- tos de que adolece.
dente" en Law 's Etnpire, Dworkin desconoce este as- Una explicación interpretativista del positivismo
pecto de mi teoria. Por esta razón, la versión "semán- como convencionalismo, sin embargo, no puede ser
tica" del positivismo del hecho evidente que me endil- presentada como una versión plausible o reconstruc-
ga evidentemente no es mía, como tampoco lo es nín- ción de m i teoria del Derecho, y-esto por dos razones.
gun~ forma de positivismodel hecho evidente. En primer lugar, como ya 10 he afirmado, m i teoria
. no es tU l positivismo del hecpo evidente puesto que zyxwvutsrqponm
dentro, de los criterios de y~idez ad_g)Jtev~ºr~~ y no
s<?19~J].~,~bQS.En'''s'egundo lugar, y más importante
aún, mientras que la teoria interpretativa de Dwor-
kin, en todas sus formas, depende de la presuposi-
29 V éasep. 209, donde rechazo una doctrina semejante. ción de que el propósito u objetivo del Derecho y de zyxwvutsrqpon
30 Esta frase es de Hart y no se encuentra en La.w's Etnpire.
31 Ta.kiRg Rights Seriously, op. cit .. p. 17.
32 71, Haruard: L a w Reoieus, 598 (1958).reproducido en: EssaI.Js on
JUTisprudence andPhi!osophy (véase, en especial,pp. 54-55). 33 L a w 's zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJ
Em pire, op. cu.. 1 1 7 .

102 103 zyxwvutsrqp


las prácticas jurídicas es justificar la coercíóri=, cíer- jurídica corno una teoría convencionalista interpreta-
Larnerite no es ni nunca ha sido m¡"póslciónsostener tiva, según la cual la coercíóri jurídica únicamente se
que el Derecho tenga ta l propósito u objetivo.Al igual justifica "cuando se conforma a la comprensión con-
que otras formas del positivismo. mi teoría no 2r_eten- venctonal=», se basa en la exposición que hago de los
de identificar el propósito del Derecho y"de-ia:s prácti- Elementos del Derecho en el capítulo V, sección 3, de
cas JUridfca:S-'comotales; por consigUiente, no hay este libro. Allí muestro cómo las reglas secundarias
nada en riii "teóna: que' apoye la tepí~_deDworkírr,que' de reconocimiento, cambio y adjudicación constitu-
ciertamente no comparto, según la cual el propósito yen una respuesta a los inconvenientes de un régi-
del Derecho es justificar la coerción. Por el contrario, men simple imaginario conforrnado únicamente por
considero inútil buscar un propósito específico que reglas de obligación primarias. Tales inconvenientes
deba cumplir el Derecho, más allá del de suministrar son la "incertidumbre" respecto de la identidad de las
guías para la conducta humana y parámetros de crí- reglas, su naturaleza "estática" y la "ineficiencia" y
tica para dicha conducta. Desde luego, esto no servi- pérdida de tiempo que implica la presión social difu-
rá para diferenciar el Derecho de otras reglas o prin- sa, única manera de garantizar el cumplimiento de
cipios que tengan los mismos objetivos generales; lo~" las reglas. No obstante, al presentar las reglas secun-
_""
" rasgos distintivos del Derecho son las_p.r~_yj§.iºnes darias corno solución a dichos inconvenientes, nunca
q'-:le-'Eac;:atr~.g-é.~_qe reglas eccuridartas. paratderttí- afirmo que la coerción jurídica sólo se ''justifique''
ñ c a r.T c a m b ía r y hacer Cl,l!J:lpriT~-su"s
parárnetros y la cuando se conforme a estas reglas y mucho menos
pretensión g~?erciI:ªi._q':-!~_~_~1<?~ ".~.~?e~..pE-ori_<;!Gtci
por que el proveer una justificación semejante sea el pro-
sobre otros. No obstante, incluso si mi teoría estuvie- pósito del Derecho en general. En efecto, la única
se comprometida con el positivismo del hecho evi- referencia que hago a la coerción en la exposición de
dente bajo la forma del convencionalismo, que prote- las reglas secundarias se refiere a la "ineficiencia"re-
ge las expectativas a l garantizar que todos dispon- sultante de dejar el cumplimiento obligatorio de la ley
dr án de una advertencia previa a l ejercicio de la coer- a la presión social difusa en lugar de confiarlo a las
ción jurídica, esto sólo mostraría que considero 10 sanciones organizadas administradas por los jueces.
anterior como un mérito particular que posee el De- Es evidente, sin embargo, que una solución a la inefi-
recho y no que el único propósito del Derecho corno ciencia no es una justificación.
tal sea el de suministrar esta seguridad. Puesto que Desde luego, es cierto que el añadir a un régimen
las ocasiones del ejercido de la coerción juridica son de reglas primarias de obligación una regla secunda-
principalmente aquellos casos en los que la función ria de reconocírníento, permite a menudo identificar
primordial del Derecho, la de guiar la conducta de de antemano las ocasiones en que se ejercerá la coer-
quíeries están sometidos á. él, no puede cumplirse, la ción y, por lo tanto, contribuirá a justificar su uso en
coerción jurídica, aun cuando es, desde luego, un el sentido de que excluye una objeción moral para
asunto de importancia, es una función secundaria. utilizarla. Pero la certidumbre y conocimiento previo
Su justificación no puede asumirse razonablemente de los requerinlientos del Derecho que suministra la
como el propósito u objetivodel Derecho como tal. regla de reconocimiento no sólo es importante para
Las razones de Dworkin para reconstruir m i teoría efectos de la coerción: es igualmente crucial para el

34 tua; p. 93. 3 5 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


iua., p. 4 2 9 , n. 3 ,

104 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 105


... __ ._ ---

e je rc íc ío inteligente de las facultades + u ríd tc a s -por No obstante, las consideraciones anteriores no en-
ejemplo, suscribir testamentos o cont 'JS - y , en ge- frenlan las objeciones más basteas de Dworkin, pues
neral, para la planeación inteligente de la vida pública al responder a otros autores que han adoptado ta..TJ1-
y privada. L a justificación de la coerción a la que con- bién alguna forma del positivismo euave=, ha formu-
tribuye la regla de reconocimiento, por consiguiente, lado importantes críticas de esta doctrina que, de ser
no puede entenderse como su propósito general y me- validas, se aplicarian asimismo a m i teoría y por con-
nos aún presentarse como el propósito general del siguiente, exigirían aquí una respuesta.
Derecho en su totalidad. Nada de lo que afírrno en m i L a crítica fundamental de Dworkin es que habría
teoría sugiere que pueda ser entendida así. una i;;'Consistenci~oftinda entre el -posit!~§!TIO
suave':' el cual permite que la identificación del Dere-
El po s itiv is m .o s uav e cho dependa de asuntos controvertibles acordes con
juicios morales u otros juicios de valor, y_el "modelo"
Dworkin, al atribuirme un "positivismo del hecho e v í- posi:ti-YiS.1.a
general del_Qerecho, esencialmente preo-
-ª~nte", ha c¿'inpre~~Údoequivocadamente rn:i1eOría cupado por suministrar Par.átp.~trosde conducta pú-
como si no sólo requiriera --como en efecto lo hace- blicos y confiables que puedan ser identificados con
f~ que la existencia y autoridad de la regla de reconoci- certeza como asuntos de hecho y que no dependan
t- miento dependieran del hecho de ser aceptada por de argumentos morales corrtroverttbles'". Para esta-
" zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
los despachos judiciales, sino también que los crite- blecer una inconsistencia semejante entre el positi-
rios de validez jurídica que suministra la regla de re- vismo suave y el resto de mi teoría, Dworkin cita la
conocimiento consistieran exclusivamente en el tipo exposición que ofrezco de la regla de reconocimiento
específico de hecho que él denomina asunto de "lina- como algo que soluciona, entre otros inconvenientes,
je" y que se refiere a la manera y forma de creación y la incertidumbre del régimen imaginario prejurídíco
adopción del Derecho -cosa que no aflrrno=-. En- de reglas primarias de obligación determinadas por la
contramos allí un dºº.l~..._ e1I9r. En primer lugar, costumbre.
Dworkin desconoce el hecho de que acepto explícita- En mi opinión, esta crítica a l positivismo suave
mente que la regla de reconocimiento puede incorpo- exagera tanto el grado de certidumbre que un positi-
'.
v, rar, como criterios de validez jurídica, la conformidad vista coherente debe atribuir al cuerpo de parárne-
con principios morales o valores sustantivos; es por tros jurídicos, como la incertidumbre que resultaría
ello que mi teoría ha sido calificada de "poeítívísrno si los criterios de validez jurídica incluyeran su con-
suave" y no, como sucede en la versión que Dworkin formidad con principios morales o valores específicos.
ofrece de ella, de "positivismo del hecho evidente". En Desde luego, es cierto que una función impo.rtan!e de
segundo ~J..lgar, no hay nada en mi libro que sugiera la regla de reconocimiento es promover la certeza_con
que los criterios fáctícos suministrados por la regla la que el Derecho se puede alrrrn_§F. No podría hacer-
de reconocimiento deban ser exclusivamente asuntos lo si las .pruebas qué- introduce para el Derecho no
de linaje: pueden ser mas bien lírnítactqnes sustanti- sólo suscitan problemas controvertibles en algunos
vas al contenido de la legislación, tales como las en- casos sino en todos o en la mayoría de ellos. Sin
miendas decimosexta o decimonovena de la Consti-
tución de los Estados Unidos, en las. que se respeta
36 V éase su respuesta a zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQ
E .P . Soper y J .L . Colem an en R D C J, pp.
la creación de una religión o se restringe el derecho al 247 ss. y 252 ss.
sufragio. -.-
37 R D C J, p. 248.

106 107 zyxwvutsrq


embargo. la exclusión de toda incertidumbre a cual- a la determinación y completividad del Derecho. La.
quier precio y a costa de otros valores no es unobje- posición que sostengo en este libro es que las reglas y

f .._ tivo_q~e yo háya 'c'onsiderado jamás para l~.!_~glade


reconocimiento. L o anterior resulta evidente, o a l me-
enos 'aSí-lOhabía esperado. al afírrnar explícitamente
principios j'urídtcos identificados en términos genera-
les con los criterios suministrados por la regla de re-
conocimiento poseen con frecuencia lo que he deno-
en este libro que la regla de reconocimiento rnísma, minado "textura abierta". de manera que cuando el
así como las reglas jurídicas particulares tderrtíflca- problema residee~dir si una regla dada se apli-
das por referencia a ella, pueden estar rodeadas de ca a un caso particular, el Derecho no puede deter-
una "p e rru rn b r a" debatible de tncer-tídurnbre=. Debe- minarlo y por esta razón resulta ser parcialmente in-
ría coñSiderarse asimismo el argumento general se- determinada. Tales casos no son sólo casos zyxwvutsrqponmlkjihgfe
"d ífíc í-
gún el cual. incluso si pudiesen formularse leyes que les", controvertibles en el sentido de que aboga~os
resolvieran de antemano todos los posibles proble- razonables e informados pueden' estar en desacuerdo
mas que pudieran surgir sobre su significado, la sobre cuál de las respuestas es jurídicamente correc-
adopción de leyes semejantes a menudo entraría en ta. sino que el Derecho, en estos casos, es funda-
conflicto con otros de los objetivos que persigue el mentalmente "incompleto": no suministra ninguna
Derechow. Debería tolerarse un margen de incerti- respuesta a estos· -illú:!rrogantes.S on_._~~.!.~~.g~.~_~o
dumbre. e inCluso buscarse, en el caso de muchas están jurídtcarnente regulados y. P?Ia lleg~ __ < l; _!::illa
j_~gl~~.Juridicas,ge manera que pueda adoptarSe~a decisión en estos casos, el juez debe ejercer aquella
ª-~<;i~J._2n
juJjQ!f_airlformada cuando se conoce los he-' -ª~')~I~y':-q,¡~··í1.~~.)!ª=--
furicjóri reshingid~ 'de creación
0_~-::,d e un caso im__ert?!1~~p y ~§'.í._Eod,~r
identificar los mado "dtscrecíorialídad".
. . .... ...
Dworkin
:!t- .-
rechaza
_-
la -idea
----
de
asunto"?_5!,ue_~~tán en juego Y.d eG!._dn:lg_§_Iacionalmen- que el Derecho pueda ser incomp~~toen este sentido
te. -SoTosi se trata la furicíóri de suministrar certeza y deje v:ª<::íos q D.:e.
debari..ser .lleriados por el ejercicio
-de la regla de reconocimiento como primordial y de una disc~ggnalidad que crea derecho. Considera
como aquella que predomina sobre las demás. puede que esta posición es una inferencia inválida del he-
considerarse inconsistente la forma de positivismo cho de que una proposición jurídica que afírrna la
suave que incluye entre los criterios de validez jurídi- existencia de un derecho o una obligación jurídtcos
ca la conformidad con principios morales o valores pueda ser controvertida y. por consiguiente, conver-
controvertibles. El problema subyacente, en este tirse en un problema acerca del cual hombres razo-
caso. se refiere al grado de incertidumbre que puede nables e mforrnados puedan disentir y. cuando lo ha-
tolerar u r i sistema jurídico si ha de representar un cen, a menudo no haya manera de demostrar con-
avance significativo respecto de Un régimen descen- cluyentemente si es verdadera o falsa. Tal inferencia
tralizado de reglas de costumbre al suministrar guías es inválida. porque aun-cuando una proposición jurí-
de conducta determinadas, identificables previamen- dica sea controvertible, puede haber. sin embargo,
te y por lo general confiables. "hechos" en virtud de los cuales sea verdadera o falsa
L a segunda critica de Dworkin respecto a la cohe- y.· · a~ cuando su verdad o falsedad no pueda ser
rencia de mi versión del positivismo suave suscita demostrada, sea posible detenninar que los argu-
problemas diferentes y más complejos que se refieren mentos en favor de su verdad sean mejores que
aquellos en favor de su falsedad o viceversa. Esta dis-
38 V é a n sepp. 123. 147-154. tinción entre una ley controvertible y tma ley incom-
39 V é a sep. 128. pleta o írideterrníriada es un asunto de considerable

108 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 109


- __ o __ • -'---- _

-------,,--_ _ ;;._ _ _ _ _ :'------------~ - ." ... __ ... ,."

im portancia para la teoria interpretativa de D w orkin, una prueba m oral, sólo puede entender este requeri-
pues según sus tesis, una proposición juridica es m iento com o el llam ado a ejercer la discrecionalidad
verdadera sólo si, en conjunción con otras prem isas, de crear la ley según su com prensión de la m oral y
se sigue de principios que se adecuan m ejor a la his- de sus exigencias, y sujeto a cualquier lim itación que
toria institucional del sistem a juridicoy sum inistran, a este respecto im ponga el sistem a j uridico.
a la vez, la m ejor ju .s tíñ c a c íó rr del m ism o. Por consi-
C reo todavía que la teoria juridica deberia evitar
guiente, para_JJw orkp, la ~~~cl<éid .de cualqui~r.propo-
com prom eterse con teorías filosóficas controvertibles
sición jundica depende, en ~1_t:ilT!..~ instancia, de la
acerca de la naturaleza general de los juicios m orales
verdad de · U ñ-.fLiIéTO m oral acerca de qué 10justifica
y dejar abierta, corno lo hago en este libro -p. 168---,
m e}ür-y, puesto que para él los juicios m orales son la pregunta general de si poseen 10 que D w orkin de-
esencialm ente controvertibles, lo m ism o sucede con nom ina "un estatuto objetivo", pues cualquiera que
las proposiciones juridicas. se~ la respuesta a este interrogañ.~· :fiIos~ficole l ~e- .' J __
Para D w orkin, la idea de un criterio de validez ju- ber del juez será el m is!ll0' ~sto es! orm u ar e m ejor ~
rídica cuya aplicación im plique un juicio m oral con- juicio m oral posible sobre cualquier asunto m oral
trovertible no presenta ninguna dificultad teórica; se- que deba decidir. Para efectos prácticos, no tiene nin-
gún su concepto, puede ser una auténtica prueba gúna im portancia si al decidir los casos de esta rna-
para el D erecho preexistente porque su carácter con- . nera el juez está "creando" derecho de acuerdo con la
trovertible es perfectam ente com patible con que haya m oral -sujeto a las lim itaciones que le im ponga la
hechos -en m uchos casos hechos m orales- en V ir- ley- o si, por el contrario, es guiado por su juicio
tud de los cuales seria verdadera. m oral respecto de lo que es el D erecho ya "existente"
Por otra-parte, el posítívtsrno débil, en cuanto per-
';_-~, de acuerdo con un test m oral sobre el D erecho. D es-
..rníte que un criterio de validez juridica sea en parte de luego, si la teoria del D erecho deja abierto el pro-
, una prueba m oral, íncurrjría, según D w orkin, en blem a del carácter objetivo de los juicios m orales,
, - "tm a segunda -inconsistencia adem ás de la m enciona- corno sostengo que debe hacerlo, el positivism o suave
da' ariteríorrrierrte. Pues esto no sólo contradice el no puede entonces caracterizarse sin m ás corno una
"m odelo" positivista del D erecho com o algo identifica- teoría según la cual los principios m orales o los valo-
ble con certeza, sino tam bién el deseo que atribuye al res pueden contarse entre 'los criterios de validez juri-
positivista de independizar "el carácter objetivo de las díca: en efecto.'si el carácter objetivo de los principios
proposiciones juridicas"40 de todo com prom iso con morales y valores perm a_r:iece a bierto, debe perm ane-
una teoria fílosóñca coritroverttble acerca de la natu- cer abierto tam bién el problem a de si las previsiones
raleza de los juicios m orales. Pues u ria prueba m oral del positivism o suave qúe Irichayeri 1* conform idad f
puede ser una prueba para el D erecho preexistente con ellos' entre las pruebas para el D erecho existente t
sólo si hay hechos m orales objetivos en virtud de los puedan tener tal efecto o, por el contrario, sólo ptie- '\
-, -.
"'" . cuales son verdaderos los juicios m orales. El que dan constituir Q _ri~taciones para que los jueces (
existan tales hechos m orales objetivos, sin em bargo, "creen" D erecho de acuerdo con la m oral. --
es una teoria filosófica controvertible; de no existir D ebernos observar que algunos teóricos, en espe-
tales hechos, el juez a quien se le pida que aplique ci;U R a z , sostienen que cualquiera que sea la natura-
leza ae los juicios m orales, cuando la ley exige a los
"jueces aplicar parám etros m orales para determ inar el
40 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
RDCJ. p. 250. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
D erecho, concede a los jueces discrecionalidad y les

110 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 111 -


ordena que la usen según su mejor criterio moral al La teoria práctica de las reglas sociales que he ela-
crear una nueva ley; pero no convierte la moral en borado ha sido extensamente criticada por Dworkin,
una ley preextstentev. quien. como lo he mencionado ya. traza una distin-
ción. sirrrilar pero divergente de la mía en muchos
aspectos. entre la descripción extema que hace tm
LA NATURALEZA DE lAS REGLAS
sociólogo de las reglas sociales de una comunidad y
el punto de vista tnterrio de un participante que re-
La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
te o ría prác tic a de las re g las curre a las reglas con el propósito de evaluar y criti-
car su propia conducta y la de otros=. Algunas de las
En muchos apartes de este libro llamo la atención a criticas de Dworkin a mi explicación inicial de las re-
la distinción entre el punto de vista intemo y el pun- glas sociales es ciertamente sensata e importante
to' de Visfá-@ erno del cÍerecho-:-" ----- ,,--
para la comprensión del Derecho y. en lo que sigue,
Para explicar 'estas distinciones y su importancia, indico las considerables modificaciones que ahora es-
comienzo por examinar (pp. 56-57), no el caso alta- timo necesarias.
mente complejo de trn sistema juridico que compren-
de tanto reglas de costumbre como reglas legisladas,
Mi explicación. como lo sostiene Dworkin, es de-
fectuosa j)orcuanto desconoc.e__ !~_ímEQrtantedíferen-
sino el caso más sencillo -al que se aplican las mis- é'iii.--queexiste entre un' consenso de "~.9-~ción",
mas distinciones entre lo mterno y lo extemo-- de las manifestado -enlas reglas convencionales (~elgrupo, y
reglas de costumbre de cualquier grupo social, grande un consenso de "convicción"ind.9?~ndiente, manifes-
o pequeño, a las que denomino "reglas sociales". La tado eñ-IaS'pr¿ctlcas"cOncurrentes de un grupo. Las
explicación que doy de éstas ha llegado a conocerse reglas son prácticas sociales conven~ionales si la .~
como "la teoria práctica" de las reglas, porque trata a conformidad general de un grupo a ellas hace parte
las reglas sociales de un grupo como constituidas por de las razones que tienen sus miembros individuales
una forma de práctica social que comprende patrones para aceptarlas; las prácticas meramente concurren-
de conducta seguidos regularmente por la mayoria de tes, por el contrario, tales como la moral compartida
los miembros del grupo y, a la vez, una actitud nor- por un grupo, I19_ e stán constituidas por convención 'í
mativa caracteristica frente a dichos patrones de con- SIDO P9F _~l.hechode que los :rnj.~!.!.l:1?~,<?,!Sq eLgDJ,p.o
g e-
ducta que he denominado "aceptación". La aceptación neralmente han actuado y actúan con base en las ' -.
consiste en,la C\iSPOEl:~c~qn de los~indi~duos a adopu:u- mísrnas razones. pero tndependierites unas de otras,
estos .patrories+dé coridiacta corno guíasde su propia para comportarse de deterrnírtada ~~.5ra.
conducta futura y como parámetros de critica que Mi explicación de las :r:~g!~~.~,2~es,como acerta-
pueden legttimar exigencias y diversas formas de pre- damente lo ha señalado también Dworkin, se. ~Elica
sión para la conformidad. El punto 'de V,j,sta e xterno de ' únicamente a las reglas conve~~ionales en el-sentido
las reglas soc::i~~~_~~el de_~º~ador de_~E..Erácti- antérlü'i-. Esto reduce 'considerablemente el alcance
ca, Y el punto de vista inter!lO es_e.Ld.e_quien participa de la teoria práctica, a la que ahora no coristdero
en dicha práctica y acepta las reglas como gu.!_asd e como una explicación razonable de la moral, ni a ni-
cond~~ta.
_y parámetros de crítica.
----,.........._- .... ........-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
--......--. vel individual ni a nivel social. No obstante, esta teo-

41 V éase J. Raz, "Dworkíri: A New Link zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


in the Charn", en: 74,
California Laur Reoteui, 1.103 (1986). en 1.110,1.115-1.116. 42 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFE
V éase LaU J'sE m pire, op. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLK
cit., pp. 13-14.

112 113 ~
------- -- ----

ría continúa siendo un fiel recuento de las reglas so- tíritívos sólo puede existir si hay "cierto estado de co-
ciales convencionales que incluyen. adem ás de las sas rio rrn a tív o ":". E ncuentro las palabras citadas ex-
costum bres sociales ordinartas -a las que puede o cesivam ente oscuras: de la discusión del ejem plo de
no reconocerse fuerza juridica-, algunas reglas jurí- la regla de quienes asisten a la iglesia -los hom bres
dicas de im portancia, incluyendo la regla de recono- deben llevar la cabeza descubierta en la-Iglesia 4 5 -
cim iento, que es, en efecto, una form a de regla de D w otK iñ, a l parecer, entiende por estado de cosas
costum bre judicial que existe sólo si es aceptada y norm ativo el que existan buenos fundam entos m ora-
practicada en las operaciones de identificación y de les o justificaciones para hacer lo que requiere la re-
aplicación del D erecho por parte de los jueces. L as gla; por esta razón, argum enta que, si bien la m era
reglas jurídicas prom ulgadas, por el contrario, aun práctica regular de quienes asisten a la iglesia de lle-
cuando son identificables com o reglas jurídicas váli- var la cabeza descubierta no puede constituir la re-
das m ediante los criterios sum inistrados por la regla gla, puede ayudar a justificarla, pues genera ocasio-
de reconocim iento, pueden existir com o reglas jurídí- nes de violarla y suscita expectativas que son buenos
cas desde el m om ento de su prom ulgación, antes de fundam entos para una regla sem ejante. S i esto es lo
que haya surgido la ocasión de practicarlas y la teo- que entiende D w orkin por el estado de cosas norm a-
ría práctica no es aplicable a ellas. tivo requerido para garantizar la aserción de una re-
_La..s.ritica central de D w orkin a la teoría pr~ ctica gla norm ativa, su explicación de las condiciones de
de las rew s es que ésta asum e erradam ente que existencia de una norm a social m e parece excesiva-
u ñ a ' régla social está constítuída por su práctíca so- m ente fuerte; al parecer se exige, no sólo que los par-
cial y, por consiguiente, trata la añrrnacíón acerca de ticipantes que apelan a las reglas que establecen de-
la existencia de dicha regla m eram ente com o una beres o sum inistran razones para la acción crean que
afírm acíón del hecho sociológico extem o de que las hay buenos fundam entos m orales o justificaciones
condiciones prácticas para la existencia de la regla para conform arse a las reglas, sino que existan en
han sido satísfechas= . E ste recuento no puede, argu- realidad tales fundam entos. E s evidente que una so-
m enta D w orkin, explicar el carácter "norm ativo" que ciedad puede tener reglas aceptadas por sus m iem -
posee incluso la m ás sencilla de las reglas convencio- bros que son m oralm ente inicuas, tales com o aque-
nales, pues tales reglas establecen "deberes" y "razo- llas que prohíben a las personas de cierta raza el uso
nes para actuar" a las que se apela cuando se cita la de las instalaciones públicas en los parques o playas.
regla, com o com únm ente se hace al criticar la con- E n efecto, incluso la condición m ás débil para la
ducta de alguien y para sustentar exigencias de ac- existencia de una regla social que sólo requiere que
ción. E ste rasgo de dar razones y establecer deberes los participantes "crean" que hay buenos fundam en-
constituye su cafácter norm ativo distintivo y m uestra tos m orales para conform arse a ella es dem asiado
que su existencia no puede consistir en un m ero es- fuerte com o condición general para la existencia de
tado de cosas fáctico, corno sucede con las prácticas reglas sociales, pues algunas reglas pueden ser acep-
y actitudes que, de acuerdo con la teoría práctica, tadas sencillam ente por deferencia a la tradición, por
constituyen la existencia de una regla social. P ara el deseo de identificarse con otros o por la creencia
D w orkíri, una regla riorm atíva con estos rasgos dis- de que la sociedad sabe qué le conviene m ás a los

44 Ib id ., p. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG
51.
43 V é a s e T a k in g R ig h ts S e rio u s ls j.o p . c it. pp. 48-58. 45 Ib id ., pp. 50-80: v é a s e el presente libro, pp. 124-125. zyxwvutsrqponmlkjihg

1 1 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 115
individuos. Estas actitudes pueden coexistir con una práctica de las reglas descansa en una comprensión
consciencia más o menos aguda de que las reglas errada de la [unción de la regla. Supone que la regla
son moralmente objetables. Desde luego, una regla debe determinar por completo el resultado jurídico en
convencional puede ser moralmente sensata y justifi- casos particulares, de manera que cualquier proble-
cada y las personas creer que lo es. Pero cuando sur- ma jurídico que surja puede ser resuelto apelando
ge el interrogante acerca de por qué quienes han sencillamente a los criterios o pruebas suministradas
aceptado reglas convencionales corno guía de su con- por la regla. Ésta, no obstante, es una concepción
ducta o como parámetros de crítica lo han hecho, no equivocada: la función de la regla se limita a determi-
veo ninguna razón para seleccionar de las muchas nar las concíícíónéá generales que de'b<?~_~.~~~facer
respuestas que pueden ofrecerse (v é a n s e pp. 114, las decisiü-ñesjurídicas correctas en los modeIJlos
1 1 6 ) una creencia en la justificación moral de las re- sistemas c:le- Derecho. La regla 10 hace en la mayor
glas corno única posibilidad o respuesta correcta. parte de í6s'-casc;sal suministrar aquellos criterios de
Finalmente, Dworkin argumenta que la teoría prác- validez que Dworkin denomina asuntos de lin.9-jey
tica de las reglas, incluso restringida a las reglas con- que se refieren, no al contenido delDerecho, sino a la
vencionales, debe ser abandonada porque no puede forma y manera corno se crean o adoptan las leyes;
incluir la idea de que el alcance de una regla conven- pero corno lo he afrrrnado (p. 2 5 0 ), además de estos
cional pueda ser objeto de controversia y, por lo tan- asuntos ..de linaje, la regla de reconocimiento debe
to, dé lugar a desacuerd0 46• No niega que hay algu- suministrar comprobaciones relacionadas, no con el
nas reglas convencionales constituidas por la prácti- contenido fáctico del Derecho, sino con su conformi-
ca regular y la aceptación, pero sostiene que las re- dad a valores morales sustantivos o principios. Desde
glas así constituidas incluyen únicamente casos rela- luego, en casos particulares. los _j~eces pueden_di-
tivamente desprovistos de importancia tales corno las sentir acerca de si tales pruebas se satisfacen Q,,_T!o,
y
reglas de algunos de los juegos; en el presente libro, úna "prtreba moral en la regla de reconocimiento no
sin embargo, una regla ta n importante y tan poco podrá dirimir un desacuerdo de esta índole. Los jue-
controvertida como una regla de reconocimiento bá- ces pueden coincidir en la pertínencía de estas prue-
sica del sistema jurídico es tratada corno una regla bas como algo determinado por la práctica judicial
constituida por la práctica uniforme de los jueces al establecida, aun cuando disientan acerca de qué exi-
aceptarla como guía en la aplicación y promulgación gen las pruebas en casos particulares. A la regla de
del Derecho. Et_I} '<::9:qtr~_de 10 anterior, Q.wnrkin,_§QS.- reconocimiento concebida de esta manera se aplica
tiene q'ue e rr 19.§_ casos dificiles hay frecuentes desa- > f;: plenamente la teoríapráctíca de las reglas.
cuerdos teºl]~9S ent.z~lº~~aberca de qué a fír- { ,
ma el Derec}!<?_~~~i~l<?_a_L!:n_t(;l]}ª._~§_pe~jfic_C4--Y esto R e g las y princ ipio s
muestra que .la ...q:p-@ .~I1ciª <:i~__
:ill~ _ Q n tr.9 ~ ~ r:t.iQ illd ayd
de aceptación general es UD.é.l: !lQ_sión. Desde luego, la Durante largo tternpo. la crítica más conocida de
frecuencia e írn p o i-ta n c ía de tales desacuerdos no Dworkin con referencia a este libro era que errada-
puede negarse, pero apelar a su existencia corno ar- mente representaba el Derecho como si consistiera
gumento en contra de la aplicabilidad de la teoría únicamente en reglas "todo o nada" zyxwvutsrqponmlkjihgfedcba
y desconocía
otro tipo de parámetro jurídico, esto es, los princi-
pios jurídicos que desempefian un papel importante
46 Ib id ., p. 58. y distintivo en el razonamiento jurídico y en el pro- zyxwvutsrqpo

1 1 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 117
ceso de adjudicación. Algunos criticas que han en- Pero, ¿qué es exactam ente lo que se m e acusa de
contrado esta falencia en m i obra la han concebido desconocer? ¿Qué son los principios y cóm o difieren
com o un defecto relativam ente aislado que podria de las reglas juridicas? Tal com o utilizan el térm ino
subsanarse incluyendo principios junto con las re- los estudiosos del Derecho, los "principios" incluyen
glas juridicas com o com ponentes de un sistem a jurí- a m enudo un vasto conjunto de consideraciones teó-
dico y han considerado que yo podria hacer esto sin ricas y prácticas, de las cuales sólo algunas serian
abandonar o m odificar esencialm ente ninguno de pertinentes para los problem as que Dworkin se pro-
los ternas principales del libro. Dwcrkíri, sin em bar- pone form ular. Incluso si la expresión "principio" se
go, quien fue el prim ero en adoptar esta línea de encontrara restringida a patrones de conducta que
critica, ha insistido en que los principios jurídicos incluyan la conducta de los jueces en la decisión de
sólo podrian ser incluidos en m i teoría del Derecho a casos, hay diferentes m aneras de establecer contras-
costa de abandonar sus doctrinas centrales. Si yo tes entre las reglas y este tipo de principios. No obs-
llegara a adm itir que el Derecho consiste parcial- tante, creo que todos los criticas que m e han acusa-
m ente en principios no podría, en sl:J:' opinión, soste- do de ignorar los principios coincidirían en que hay
ner coherentem ente, com o lo he hecho, que el De- al m enos dos rasgos que los diferencian de las re-
recho en un sistem a se identifica m ediante crtte- glas. El prim ero es una cuestión de grado: los princi-
rios sum inistrados. por una. regla .de... recon.ocim iento pios, en relación a las reglas, son generales o no
aceptada en la práctica de los jueces o que los j ue- específicos, en el sentido en que a m enudo zyxwvutsrqponmlkjihg
10 que se
ces ejerzan una facultad o discrecionalidad auténti- consideraria com o un núm ero determ inado de re-
ca, aunqut:;,intersti<;.@ ,e n aquelioS'casos en que la glas puede ser m ostrado com o ejem plificación o ins-
-n,orm ~J!yidacfeXplícitaexi?~~p,t.e n o COnSjgu~___enlitir tancia de un principio único. El segundo rasgo seria
una decfsíón , o que no existe una conexión necesa- que los principios, por cuanto se refieren m ás o m e-
ria im portante entre Derecho y m oral. Tales doctri- nos explícitam ente a algún propósito, m eta, facultad
nas no sólo son esenciales para m i tearia del Dere- o valor, son considerados, desde cierto punto de vis-
cho, sino que se asum en a m enudo com o aquello ta, com o algo que resulta deseable preservar o ser
que constituye el núcleo central del m odem o positi- objeto de adhesión y que, por ende, no sólo sum inis-
vism o jurídico: abandonarlas no sería, entonces, tran una explicación o racionalidad de las reglas que
algo de poca m onta. los ejem plifican, sino que al m enos contribuyen a su
En esta sección de m i respuesta, considero dife- justificación.
rentes aspectos de la crítica en los que se m e objeta Adem ás de estos dos rasgos relatívamerite incon-
el ignorar los principios juridicos e intento m ostrar trovertibles de am plitud y deseabilidad, desde cierto
que 10 que tenga de válido esta crítica puede ajustar- punto de vista que tiene en cuenta el papel explicati--
se sin que esto conlleve graves consecuencias para va y justificativo de los principios en relación con las
m i teoria en su conjunto. Ciertam ente, confieso que reglas, habria un tercer rasgo díferericíador que, en
en m i libro m e ocupé m uy poco del tópico de la adju- m i opinión, es una cuestión de grado, m ientras que
dicación y del razonam iento jurídico y, en especial, para Dworkin, quien lo considera un asunto cr'uctal,
de los argum entos relativos a lo que m is criticas de- no lo es. La reglas, según él, operan en el razona-
nom inan principios j urídícos. Coincido en que es un m iento de quienes las aplican de una m anera "todo o
defecto de m i exposición el no haberm e detenido en nada", en el sentido de que si una regla es válida o
los principios. aplicable a un caso dado, "exige",esto es, determ ina

118 119
concluyentemente el resultado juridic047• Entre los principio de mayor peso. un principio puede ser des-
ejemplos que ofrece de reglas juridicas se encuentran cartado y dejar de deterrnínar una decístón: sin em-
aquellos que prescriben una velocidad máxima de bargo, so.l:!reYMrá intacto para ser utilizado en otros
60 km p.h. en las autopistas. o las leyes que regulan casos en los que pueda tener prioridad sobre algún
la elaboración. prueba y eficacia de los testamentos, otro principio de menor peso. Lfls..re.gJ.as,pQr el con-
tales como la regla legal según la cual uri testarnerito ~~o, sQp-_y§lidas2._ip.vá1:igas pero no 'pose~.IJ. -esta
no es válido a menos de estar firmado por dos testi- dimensión de peso; por ello, si ta l como son formula-
gos. Los principios j urídícos, de acuerdo con Dwor- das inicialmente' entran en c o .n fliC to · -· -s ó I6 "'~ a de
k íri, difieren de estas reglas todo o nada porque, ellas, en "opírííóri de Dwork.iii.:,~puedes~:cyª-Jiday trrra
cuando son aplicables, no "exigen"una decisión, sino regla que pierda eI1--~Qmp<:::.tencia con otra debe ~er
que señalan o apoyan una decisión, o bien enuncian reforrnulada de manera que resulte cohererrte con su
una razón que puede ser eliminada en favor de otras rival y,"por ende, inapfiC?.~Í?le'~ªL¿a.$O
dado=.
pero que los jueces tendrán en cuenta como algo que '., No veo razón-argUna para aceptar este contraste
los inclina a decidir de una manera u otra. Para radical entre principios y reglas jurídicas, como tam-
abreviar. llamaré a este rasgo de los principios su poco la idea de que si una regla válida es aplicable a
carácter "no concluyente". Algunos de los ejemplos un caso determinado, debe, a diferencia de l.U l princi-
que ofrece Dworkíride estos principios no concluyen- pio, determinar siempre su resultado. No hay razón
tes son relativamente específicos. tales como "los jue- para que un sistema jurídico no .r,eCQp.Q~a que una
ces deben examinar en detalle los acuerdos de com- regla válida determina un resultado en los casos a los
pra [de automotoresl para determinar si el consumi- que e&aplicable, excepto cuando hay otra regla, con-
dor y los intereses públicos son tratados con justi- siderada de mayor importancia, que es aplicable
cia"48;otros poseen un alcance mucho mayor, ta l también al mismo caso. Por consígutente, una regla
_C.,9~o, ..,:¡ñ.i.ng~a persona_puede beneficiarse de su derrotada en competencia con otra regla en un caso
propio dolo".,<I~;,y, de hecho, la mayor parte de las más determinado puede, a l igual que un principio, sobre-
importantes restricciones constitucionales a los po- vivir y' determinar resultados en otros casos en los
deres del Congreso de los Estados Unidos y a la legis- que se juzgue de mayor importancia que otra regla
lación estatal, tales como las provisiones de las En- rtv a l= ,
miendas Primera, Quinta y Decimocüarta a la Cons- Para Dworkin, entonces, el Derecho comprende a
titución de los Estados Unidos, operan como princi- la vez reglas todo o nada y principios no concluyen-
pios no conchryerrtesw. Lo~prinCipi<?_§.,juríg.iCos, se- tes, y no piensa que la diferencia entre ambos sea
gún Dworkin, difieren de las reglas porque tienen una cuestión de grado. No obstante, considero que
una dimensión d_~:'p'~?O"51 pero no de yalidez, y es la posición de Dworkin no es coherente. Sus prime-
por esta razón que, al entrar en conflicto con otro ros ejemplos implican que las reglas pueden entrar
en conflicto con los principios y que un principio
47 Ibíd.., p. 24.
48 roíd., íd ., tomado de Henningsen v. Bloomfield Motors In c ., 3 2 , 52 Ibíd... pp. 24-27.
N J , 358,161 A . 2d 69 (1 9 6 0 ) en 387,161A 2d en 85. 53 Raz y \Vakuchow han enfatizado este importante punto sobre el
'4:9 , Taking Rights Sertausli], op, c ii., pp. 25-26, que no he llamado la atención.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTS
V é a s e J. Raz, -Legal Príricíples
50 Dworkin discute si la Ptimera Enmienda es una regla o un and fuezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG
L im its ofLaw", en: 81,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQ
YaleLJ, 823 (1972), en 832-834
principio en ib íd ., p. 27. ' y W.J. Waluchow, "Herculean Posítívísm", en: 5, Oxford Journai
51 iua: p. 26. ofLegalStudies, 187 (1985), en 189-192.

120 121
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prevalecerá algunas veces y otras no cuando entra posiciones pueden entrar en conflicto con otra regla
en competencia con una regla. Los casos que cita considerada de mayor importancia-, y principios
incluyen~. donde el principio de que por lo general no concluyentes que sólo señalan ha-
nadie puede beneficiarse de su propio dolo fue sos- cia una decisión pero que, con frecuencia, no la de-
tenido a pesar del claro lenguaje de las reglas legales terminan.
que gobiernan las consecuencias de un testamento Considero que los argumentos establecidos a par-
para excluir que un hoIllicida herede de su víctima. tir de principios de esta índole constituyen un rasgo
Es un ejemplo del caso en que un principio prevale- importante de la adjudicación y del razonamiento j u-
ce sobre una regla, pero la existencia de un conflicto rtdíco y que tal rasgo debiera señalarse mediante la
semejante muestra ciertamente que las reglas no terminología apropiada. Debemos dar crédito a
poseen el carácter todo o nada, puesto que son sus- Dworkin por haber mostrado e ilustrado su impor-
ceptibles de entrar en conflicto con principios que tancia y el papel que desempeñan en el razonamíento
prevalecen sobre ellas. Incluso si describimos tales jurídico: ciertamente fue 'un grave error de rní parte el
casos, como 1 0 sugiere en ocasiones Dworkíri, no no haber resaltado su fuerza no concluyente. Sin em-
como conflictos entre reglas y principios sino como bargo, decididamente no era mi intención. al utilizar
un conflicto entre el principio que explica y justifica la palabra "regla", sostener que los sistemas jurídicos
_la regla bajo consideración y otro principio, el con- comprenden únicamente reglas "todo o nada" o re-
traste radical entre reglas todo o nada y principios glas casi concluyentes. No sólo llamé la atención zyxwvutsrqpo
no concluyentes desaparece; pues. desde esta pers- (véanse pp. 130-133) a lo que denominé --quizás de
pectiva, una regla dejará de determinar el resultado manera poco afortunada- "parámetros jurídicos va-
de un caso al que es aplicable según sus términos si riables" que especifican los factores que deben tener-
su principio justificativo es derrotado por otro prin- se en cuenta y sopesarse frente a otros. sino que tra-
cipio. Igual cosa sucede si. como también lo sugiere té de explicar por qué, en algunos ámbitos del com-
Dworkin, pensamos que un principio justifica una portamiento, no es apropiado reglamentar a través de
nueva interpretación de alguna regla jurídica clara- parámetros tan variables como "debido cuidado",
merite forrmrladaeé. síno más bien por reglas no concluyentes que prohí-
L a . incoherencia que resulta de sostener que un ban o requieran las mismas acciones específicas en
sistema jurídico consiste a la vez de reglas todo o todos los casos salvo algunas excepciones extraordi-
nada y principios no concluyentes puede solucionar- narias. Por esta razón, tenemos reglas contra el ho-
se si admitimos que tal distinción es una cuestión micidio y el hurto y no meramente principios que exi-
de grado. Ciertamente. puede establecerse un con- jan el debido respeto por la vida humana y por la
traste razonable entre reglas casi concluyentes. don- - propiedad.
de la satisfacción de sus condiciones de aplicación
basta para determinar el resultado jurídico con ex-
cepción de unos pocos casos -en los cuales sus dis- L o s PRINCIPIOS y LA REGLA DE RECONOCIMIENTO

L inaje e inte rpre tac ió n zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQ


54 115 N.Y. 506, 22 N.E. 188 (1889); Taking R ights S enously, op,
cii., p. 23; véase tambíéri La.w 's E m pire, op. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
cii., pp. 15 ss.
55 Para la discusión presentada por Dworkin. véase Taking R ights Dworkín ha sostenido que los principios jurídicos no
S eriously, op. cit., pp. 22-28, Y Law 's E m pire. op. cit., pp. 15-20. pueden identificarse mediante los criterios aurnínts- zyxwvutsrqpo

122 123
trados por una regla de reconocimiento manifestada chos principios zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONML
j ur'ídícos no deben su carácter a su
en 1 8 práctica de los jueces y que, puesto que los contenido, al que se entiende como interpretación
principios son elementos esenciales del Derecho, la del Derecho establecido, sino a lo que él denomina
doctrina de la regla de reconocimientodebe ser aban- su "linaje", esto es, a la forma como han sido crea-
donada. Para él, los principios juridiC()Ssólo pueden dos o adoptados por una fuente de autoridad reco-
ser identificados mediante una interpretación cons- nocida. Tal preocupación, creo, lo ha conducido a
tructiva como miembros del conjunto único de prin- un doble error: en primer lugar, a la creencia de
cipios que mejor se adecua a la historia institucional que los principios jurídicos no pueden ser identifi-
del Derecho establecido en un sistema juridico y me- cados mediante su linaje y, en segundo lugar, a la
jor lo justifican. Desde luego, ningún juez, inglés o creencia de que una regla de reconocimiento única-
norteamericano, ha adoptado ja rriá s explícitamente mente puede suministrar criterios de linaje. Ambas
un criterio sistémico holístico de ta l amplitud para creencias son equivocadas; la primera, porque no
identificar el Derecho, y Dworkin acepta que ningún hay nada en el carácter no concluyente de los prin-
juez real, diferente de su juez mítico ideal "Hércules", cipios ni en sus otras características que impida el
podria realizar la proeza de construir W1ainterpreta- que sean identificados mediante criterios de linaje,
ción de todo el Derecho de su país. Sin embargo, pues es evidente que una de las disposiciones que
desde esta perspectiva, la mejor manera de compren- se encuentran en una Constitución escrita o en una
der a los jueces es como si trataran de "imitar a Hér- enmienda o una ley puede ser comprendida como
cules" en forma limitada y considerar sus decisiones algo que opera a la manera no concluyente caracte-
de este modo, cree Dworkin, permite evidenciar "su rística de los principios, como algo que suministra
estructura oculta'w. razones para la decisión que pueden ser derrotadas
El ejemplomás famoso, bien conocidopor los abo- cuando otra regla o principio presenta razones más
gados ingleses, de la identificaciónde principios me- fuertes en favor de la decisión contraria. El propio
diante una forma restringida de la interpretación Dworkin contempla que la Primera Enmienda a la
constructiva es la formulación que ofrece Lord Atkin Constitución de los Estados Unidos, siempre y
en el caso D onohu.e v. S teoerisoré? del "principio de cuando el Congreso no restrinja la libertad de ex-
vecindad" hasta entonces implícito, como aquel que presión, debe ser interpretada precisamente de esta
subyace a varias reglas aisladas que establecen el de- manera's. Por otra parte, algtmos principios juridi-
bido cuidado en diferentes situaciones. cos, incluyendo algunos principios básicos del Cotn-
No encuentro plausible la idea de que en tan li- m on Laui, tales como aquel según el cual nadie
mitados ejercicios de interpretación constructiva la puede beneficiarse de su propio dolo, son identifica-
mejor rrianera de comprender a los jueces sea-la de dos como Derecho por la prueba de "linaje" pues
considerar que están tratando de imitar el enfoque han sido consistentemente invocados por los jueces
sistémico holístico de Hércules. L a crítica que qui- en una diversidad de casos diferentes como algo
siera formular ahora, sin embargo, es que la preo- que suministra razones para la decisión adoptada,
cupación por la interpretación constructiva ha lle- que deben ser tomados en cuenta, aun cuando son
vado a Dworkin a desconocer el hecho de que rrru- susceptibles de ser derrotados en algunos casos por

56 Laui' s E m pire, op. cit., p. 2 6 5 .


57 (1 9 3 2 )A .C . 5 6 2 . 58 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
V éase Taking R ights S eríously, op. cii., p. 27.

124 125 zyxwvutsrqpon


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razones que hagan prevalecer la decisión contraria. trar que el criterio de la prueba interpretativa hace'
Frente a ejemplos semejanles de principios jurídi- parte de un modelo convencional de reconocimiento
cos identificados mediante criterios de linaje, nin- del Derecho seguiría siendo una buena explicación
gún argumento general que afirme que la inclusión teórica de su carácter jurídíco. Por consiguiente, no
de principios como parte del Derecho implica el existe la incompatibilidad que, según Dworkin, se da
abandono de la doctrina de la regla de reconoci- entre la aceptación de principios como parte del De-
miento seria válido. En efecto, como lo muestro más recho y la doctrina de la regla de reconocimiento.
adelante, no sólo es consistente con ella sino que de El argumento presentado en los dos últimos pá-
hecho exige su aceptación. rrafos basta para mostrar que, contrariamente a lo
Si se concede, como de seguro debe hacerse, que sostenido por Dworkíri, la aceptación de principios
hay al menos algunos principios jurídicos que pue- como parte del Derecho es consistente con la doctri-
den ser "capturados" o identificados como parte del na de una _regla ,de reconocimiento, incluso si la
Derecho mediante criterios de linaje suministrados prueba tnterpretatíva, de Dworkin fuese, como él lo
por una regla de reconocimiento, la crítica de Dwor- afirma, el úmco críterlo apropiado -para identificarlos.
k in debe entonces limitarse a una tesis más modes- De hecho, es posible extraer una conclusión aún más
ta: que hay muchos principios jurídiCOSque no pue- fuerte: esto es, que es necesaria una regla de recono-
den ser capturados de esta manera porque son exce- cimiento si los principios han de ser identificados
_sivamentenumerosos, vagos o susceptibles de cam- mediante un criterio semejante. Y esto porque el
bio o modificación, o bien no poseen W 1 rasgo que punto de partida para la identificación de cualquier
permita su identificación como principios jurídicos principio jurídico que se evidencie mediante la prue-
por referencia a una prueba díferérite de la de perte- ba interpretativa de Dworkíri es algún campo especí-
necer a aquel esquema coherente de principios que fico del Derecho establecido al que se adecua el prin-
mejor se adecua a la historia ya las prácticas institu- cipio y que el principio contribuye a justificar. El uso
-cíonales del sistema y mejor las justifica. A primera de este criterio, por consiguiente, presupone la iden-
vista, esta prueba interpretativa no parece ser una tificación del Derecho establecido y, para que esto
altemativa al criterio suministrado por una regla de sea posible, es preciso disponer de una regla de reco-
reconocimiento sino únicamente, como lo han argu- nocimiento que especifique las fuentes del Derecho y
mentado algunos critícos=",una forma compleja del las relaciones de superioridad y subordinación que
"positivismo suave", del criterio que identifica los obtienen entre ellas. En la terminología de zyxwvutsrqponmlkjihgfedc
Laurs Em-
principios por su contenido y no por su linaje. Es pire, las reglas y prácticas jurídicas que constituyen
cierto que una regla de reconocimiento que contenga los puntos de partida para la tarea interpretativa de
estos criterios interpretativos no podría, por las razo- identificar los principios jurídicos subyacentes o im-
nes antes presentadas, asegurar el grado de certeza plícitos constituyen "Derecho preínterpretatívo": gran
en la identificación del Derecho que, según Dworkín, parte de lo que afírma Dworkin acerca de él parece
seria deseable para un positivista. No obstante, mos- suscribir la idea de que es necesario algo muy seme-
I -
jante a una regla de reconocimiento que identifique
las fuentes de autoridad del Derecho tal como se des-
59 Véase. por ejemplo. E_P.Sopee "LegalTheory and the Obligation
of a .Judge", en: RDCJ, p. 3. en 16; J. Coleman, "Negatíve and
cribe en el presente libro. La principal diferencia en-
tre mi posición y la de Dworkin en este punto es que
RDCJ, p. 28: D. Lyons, ..Prtncíples, Positi- zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Posttíve Posítívísrn", en:zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
v is m ano LegalTheory",en: 87, YaleLa.w Joum al, 415 (1977). yo atribuyo el acuerdo general entre los jueces res-

126 127
pecto de los criterios de identificación de las fuentes de las fuentes del D erecho es sustancialm ente igual a
del D erecho a la aceptación com partida de "reglas" la m ía.
que sum inistran tales criterios, m ientras que D w or- Subsisten, sin em bargo, grandes diferencias teó-
k in prefiere hablar de "co n se riso s'w , "p a ra d íg m a s'v' y ricas entre m i posición y la de D w orkin, pues D w or- zyxwvutsrqpo
"presuposiciones"62com partidos por los m iem bros de k in sin duda rechazaría el tratam iento que hago de
la m ism a com unidad interpretativa. D esde luego, su Pr:':l~_in!& .1J?~tativapara los principios jurídicos
corno lo ha aclarado D w orkin, hay una im portante com o la form a específica que asum e en algunos sis-
diferencia entre tir i consenso de convicciones inde- tem as jurídicos una regla de reconocim iento conven-
pendientes, donde la concurrencia de otros no es cional, cuya existencia y autoridad dependen de que
parte de la razón que posee cada una de las partes sea aceptada por los jueces. E n su opinión, esto re-
del consenso para concurrir, y un consenso de con- presentaría equivocadam ente y dem eritaría el pro-
venciones donde sí lo es. C iertam ente, la regla de re- yecto de una interpretación "constructiva", diseñada
conocim iento es tratada en m i libro com o algo que se para m ostrar el D erecho bajo su m ejor aspecto m o-
apoya en una form a convencional de consenso jurídi- ral, lo cual, para D w orkin, está im plicado en la iden-
co. E l que se base en él parece evidente al m enos en tificación del D erecho, pues no concibe su estilo de
el D erecho inglés y norteam ericano, pues la razón interpretación com o un m étodo de reconocim iento
de que un juez inglés trate la legislación parlarnerrta- del D erecho requerido por una m era regla conven-
ría - o un juez riortearnertcario la C onstitución- cional aceptada por los jueces y abogados de siste-
com o fuente del D erecho que prevalece por sobre m as jurídicos particulares. Por el co rrtra rto .v lo pre-
otras fuentes, incluye el hecho de que sus colegas senta com o un rasgo central de gran parte del pen-
coinciden en ello así com o lo hicieron sus predeceso- sam iento y de la práctica social diferente del D ere-
res. E n efecto, el propio D w orkin habla de la doctrina cho, y com o algo que m uestra "una profunda cone-
de la suprem acía legislativa com o un hecho bruto de xión entre todas las form as de íriterpretacíón"; inclu-
la historia jurídica que lim ita el papel que pueden yendo la interpretación tal com o se entiende en la
desem peñar las convicciones del juez63 y afírrna que critica literaria e incluso en las ciencias rratur'ales=.
la "actitud interpretativa no puede sobrevivir a m e- N o obstante, incluso si este criterio interpretativo no
nos que los m iem bros de la m ism a com unidad inter- fuese tan sólo un m odelo de reconocim iento del D e-
pretativa com partan, al m enos de m anera general, recho requerido por una regla convencional y tuviese
las m ism as presuposiciones" acerca de "qué cuenta afinidades y conexiones con la interpretación tal
com o parte de la pr'áctíca"?'. C oncluyo, por consi- com o se entiende en otras' disciplinas, el hecho es
guiente, que cualesquiera que puedan ser las dife- que si hay un sistem a jurídico cualquiera en el que
- rencias que subsistan entre las reglas y las "presupo- el criterio holístico interpretativo de D w orkin se utili-
siciones", "consensos" y "paradigm as" a los que alude zara realm ente para identificar principios jurídicos,
D w orkin, su explicación de la identificación jurídica podría ser que en tales sistem as tal criterio esté su-
m inistrado por una regla de reconocim iento conven-
cional. Pero puesto que no hay sistem as jurídicos
60 Lcius'e E m p ire . o p . cii., pp. 65-66. 91-92. reales en los que el criterio holístico se utilice plena-
61 Ib id ., pp. 72-73.
62 iua., pp. 47, 67.
63 . Ibid., p. 401.
64 Ibid., p. 67. 65 lbid., p. 53.

1 2 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 1 2 9 zyxwvutsrqpo
---------- -----------

mente, sino sólo sistemas como el inglés y el nortea- de manera prearialitíca, que pueden haber derechos
¡11(TiCU10 c10ilc1,~·'-,\_'r eali:0éU1. cjercícíos más m o d e s to s
v deberes s in ninguna fu-ndamentación o fuerza.
de interpretación constructiva, como sucede en el Creo que es importante, para comprender el tipo de
caso D onohue v. S tevenson para íd e rrtífíc a r los prin- contribución que puede brindar una filosofíadel De-
cipios juridicos latentes, el único problema que de- recho deecrtptrva general a esta comprensión del
bemos considerar es si tales ejercicios deben com- Derecho, ver que cualesquiera que sean los méritos
prenderse corno la aplicación del criterio suministra- de su teoria interpretativa general, la critica que hace
do por una regla de reconocimiento convencional o Dworkin de la doctrina de que los derechos y deberes
de alguna otra manera y , de ser así, cuál es su ca- juridicos pueden estar desprovistos de fuerza o justi-
rácter juridico. ficación moral es errada, y lo es por las siguientes
razones: los derecho:Sy deberes jurídicos son el pun-
DERECHO y MORAL to en que el Derecho,junto con sus recursos coerciti-
vos, protege y restringe la libertad individual, y con-
fiere o niega a las personas el poder de utilizar la
D e re c ho s zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y de be re s
maquinaria coercitiva del Derecho. Por ello, aun
cuando las leyes sean moralmente buenas o malas,
Argumento en este libro que aun cuando puede ha-
justas o injustas, los derechos y deberes exigen aten-
ber muchas y diversas conexiones contingentes entre
ción como puntos nodales en aquellas operaciones
Derecho y moral, no hay conexiones conceptuales
del Derecho que son de suprema importancia para
necesarias entre el contenido-del 'Derechoy la moral;
p-or-e nde, las disposiCionesmoralmerrt"einicuas pue- los seres humanos con independencia de los méritos
den ser válidas como reglas o principiosjurídicos. Un morales de las leyes. No es, entonces, correcta la afir-
aspecto de esta forma de separación entre Derecho y mación de que los derechos y deberes jurídicos sólo
moral es que puede haber derechos y deberes jurídi- pueden tener sentido en el mundo real si hay funda-
cos que no poseen ninguna justificación o fuerza mo- mentos morales para afírmar su existencia.
ral. Dworkm ha rechazado esta idea en favor de la
tesis --derivada, en última instancia, de su propia Ide ntif ic ac ió n de l D e re c ho
teoría interpretativa del Derecho--, de que debe ha-
ber al menos fundamentos morales ptim a facie para La diferencia más fundamental en relación con las
las afírmacíones acerca de la existencia de los dere- conexícries entre Derecho zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
y moralidad, entre la teoria
chos y deberes jurídicos. Por esta razón, considera la del Derecho desarrollada en este libro y la de Dwor-
idea de que "los derechos juridicos deben ser enten- kin se refiere a la identificación del Derecho. Según
didos como una especie de los derechos morales" mi teoria, la existencia y contenido del Derecho pue-
como un elemento "crucial"66de su teoría del Dere- den ser identificados por referencia a las fuentes so-
cho y afírrna que la doctrina p o s ítív ís ta contraria per- ciales del Derecho -esto es, la legislación, las deci-
tenece al "mundo peculiar del esencialismo juridi- siones judiciales, las costumbres socíales- sin hacer
CO"67, en el cual sencillamente nos es dado conocer,
referencia a la moral, excepto en aquellos casos en
que el Derecho así identificado ha incorporado en si
mismo criterios morales para la identificación del De-
66 R D C J.p , 2 6 0 , recho. Por otra parte, según la teoría interpretativa
6 7 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Ibid., p. 2 5 9 , de Dworkin, toda proposiciónjurídica que afírrne qué zyxwvutsrqpo

130 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 131


dice el D erecho sobre un tem a determ inado im plica adecuan a l D erecho, pueden en efecto sum inistrar
necesariam ente un juicio m oral, puesto que, de lím ites m orales o restricciones a lo que puede consi-
acuerdo con su teoría interpretativa holística, las derarse jurídiCO . N o disiento en m anera alguna de
proposiciones jurídicas son verdaderas sólo si, junto esta proposición, pero es perfectam ente com patible
con otras prem isas, pueden derivarse de aquel con- cori m i tesis de que el D erecho puede ser identifica-
junto de principios que m ejor se adecuan a la totali- do sin hacer referencia a la m oral.
dad del D erecho establecido y sum inistran su m ejor A l introducir la distinción entre D erecho interpre-
justificación. Esta teoría interpretativa holística gene- tativo y preíriterpretatívo, D w orkin adm ite que pue-
ral posee, por consiguiente, una doble función: sirve de haber sistem as jurídicos tan perversos que nin-
para identificar el D erecho y , a la vez, para sum inis- guna interpretación de sus leyes que pudiéram os
trar su justificación m oral. encontrar m oralm ente aceptable es posible. Cuando
Tal era la teoría de D w orkin, brevem ente sinteti- esto sucede podríam os, com o él lo explica, recurrir a
zada, antes de que introdujera, en Laui' s E m p ire , la lo que llam a "escepticism o intem o"69y negar que ta-
distinción entre D erecho "interpretativo" y "preíriter- les sistem as sean jurídicos. Sin em bargo, dado que
pretatívo". Considerada com o una altem ativa a la los recursos de que disponem os para describir si-
teoría positivista según la cual la existencia y conte- tuaciones de esta índole son altam ente flexibles, no
nido del D erecho pueden ser identificados sin hacer es necesario llegar a esta conclusión cuando pode-
referencia a la m oral, la teoría de D w orkin, tal com o m os decir m ás bien que los sistem as jurídicos, inde-
fue form ulada originalm ente, era vulnerable a la cri- pendientem ente de 'cuán perversos sean, son D ere-
tica siguiente. Cuando el D erecho identificado por cho en un sentido preínterpretatívo'". Por consi-
referencia a sus fuentes sociales es m oralm ente ini- guiente, no estam os obligados a afirm ar siquiera de
cuo, los principios que sum inistran su m ejor 'Justifi- las peoresIeyes de los nazis, que no s~.Jt::Y ~spues-
cación" sólo podrían ser los principios m enos ini- to qu~ pueden ..9 .!t':~Dder las !~~,~-ª_{_~eg~~nesm o-
cuos que se adecuaran a ese D erecho. Pero tales ralm ente aceptables sólo en su ir!icu<?_ conte~~~()_.gl.O -
principios m enos inicuos no pueden tener fuerza ral, · m ie~t.ras que com parten ..con ellas ~t_¿.<:!po~
de
justificativa y no pueden constituir un lím ite o res- los rasgos ...c!~~~12tivosdel.I?~;r:~~110
-form as de crea-
tricción m oral a lo que puede considerarse com o D e- ción del D erecho, de adjudicación y de prom ulga-
recho; y dado que no pueden dejar de adecuarse a ción, por ejem plo--. Es posible que haya razones su-
cualquier sistem a jurídico, por perverso que sea, la ficientes en diversos contextos y con variados propó-
teoría que pretende identificar el D erecho por refe- sitos para desconocer la diferencia m oral y afirm ar,
rencia a ellos no puede diferenciarse de la teoría po- con el positivista, que tales siste~~s 12~J:Y ~IsO son
S
sitivista según la cual el D erecho puede identificarse jurídicos. A esto sólo añadiría Dworkíri una especie
sin hacer referencia alguna a la m oral. Los princi- de aditam ento, m anifestando su adhesión general al
pios que resultan m oralm ente razonables, de acuer- rrurito de vista interpretativo, al afírrnar que estos
do con los parám etros de lo que D w orkin ha deno- srstem as perversos son D erecho únicam ente en un
m inado "m oral de forido"?", y no solam ente los m ás sentido preinterpre~.!!vo.
razonables desde el punto de vista m oral, que se Considero"queel recurso a la flexibilidad del len-

68 T a kin g R ig h ts S e rio u sly, o p . cit., pp. 112, 128; vé a se tam bién 69 Laurs zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
E m p íre , o p . cit., pp. 78-79.
p.93. 70 Ib id ., p. 103.

i
133 zyxwvutsrqponm
132 jzyxwvutsrqponmlk
:1

j
guaje y la introducción en este punto de la distinción No obstante, como el mismo Dworkin 10 reconoce
entre Derecho interpretativo y preírrterpr etatívo forta- más tarde, incluso cuando trn sistema es tan perver-
lece los argumentos positivistas en lugar de debilitar- so que no es posible una interpretación moral o justi-
los. Pues hace poco más que transmitir el mensaje de I ficativa del Derecho en su totalidad, puede haber, sin
I
que las cosas son diferentes en una filosofía del Dere- embargo, situaciones en las que sea posible atribuir
cho descríptíva donde el Derecho puede ser identifi- con propiedad a los individuos a l menos derechos
cado sin hacer referencia a la moral y una filosofía
del Derecho justrñcatoría interpretativa para la cual
I con fuerza moralzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
prima facie", Esto sucedería cuan-
do el sistema contiene leyes -aquellas relativas a la
la identificación del Derecho implica siempre un jui- I
I formación y obligatorio cumplimiento de los contra-
cio moral acerca de qué es lo que mejor justifica el i tos, por ejemplo-s- que no se ven afectadas por la
í
Derecho establecido. Este mensaje, desde luego, no ¡ maldad general del sistema y es posible que los íridí-
¡
da ninguna razón al positivista para abandonar su Viduos se hayan basado en tales leyes a l planear sus
proyecto descriptivo, y tampoco se propone hacerlo. Vidas o al disponer de sus propiedades. Para atender
Pero incluso este mensaje debe ser matizado, pues el 1 a situaciones s e m e ja n te s , Dworkin matiza su idea
!
Derecho puede ser tan perverso que exija un "escep- inicial de que los derechos y deberes jurídicos con
ticismo interno", en cuyo caso la interpretación del fuerza moral prtma facie deben derivarse de una teo-
Derecho no ímplíca ningún juicio moral y es preciso ría interpretativa general del Derecho y reconoce que
renunciar a la interpretación tal como la entiende tales situaciones constituyen, con tndependencía de
Dworkín?'. su teoría general, "razones especiales" para adscribir
Una modificación ulterior introducida por Dwor- derechos jurídicos provistos de alguna fuerza moral a
kin en su teoria interpretativa incide de manera im- los individuos.
portante en la explicación que da de los derechos ju-
rídicos. Dentro de la teoria holística que inicialmente
DISCRECIONALIDADJUDICIAU 3
formula, la identificación del Derecho y su justifica-
ción se tratan ambas como derivadas de aquel con-
El conflicto directo más radical entre la tearia del De-
junto único de principios que mejor se adecua a la
recho expuesta en este libro y la de Dworkin surge de
totalidad del Derecho establecido y mejor la justifica.
mi aflrrnacíóri según la cual, e~. ~~~~a
Tales principios tienen entonces, corno lo he dicho,
jurídico, habrá si~mR~.-ª!gunos casos .que no están
una doble función. Pero puesto que el Derecho esta-
blecido en un sistema puede ser tan perverso que
reglamen~r la ley enlosque .en algúll momen-
haga imposible una interpretación justificativa gene-
to la
d¿clsión a favor o en contra no 'está. dictada por
el Derecho y, por coristguíente, éste es parcialmente
ral de sus leyes, Dworkíri ha señalado que estas dos
indeterminado o incompleto. Si en tales casos' el juez
funciones pueden separarse, dejando sólo principios
ha de llegar a una decisión y no, como lo sostuvo
juridicos identificados sin hacer referencia a la moral.
alguna vez Bentham, negar su jurisdicción o referir
Sin embargo, tal normatividad no puede establecer
los aspectos no reglarneritados por el Derecho exís-
ningún derecho que tenga la fuerza moral prirna facie
que Dworkin atribuye a todos los derechos jurídicos.
72 Ib íd .., pp. 105-106.
73 Una versión alterriatíva del párrafo inicial de esta sección apare-
71 Ib íd ., p. 105. ce en una nota zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLK
fin a l.

134~ 135 zyxwvutsrqp


,
¡

tentea la legislatura para que decida sobre ellos, el nuevos códigos. Sy.s fact¿.J!.ades s on entonces "íriters-
jt.!~ ~ ,. e jercer; ,su "dtscrecíorialtdad"
~~,~.e__ y "legjslar" 1.!<::i~" y estÉ\Il_.§_!.-.lje1.as
a mLlchas limItaCIOnessus-
p~?:_~l caso é:!.l lugar d_e_~!?!.§.<; 9-._ªP..licar-eL.Qere- t@,tivas. NQ_, oQ..&tmlte, habrá puntos en los cuales el
cho eSf?blecido, preerisfepte. Por consiguiente, en Derecho establecido no determina una decisión como
aq'uellos casos no Pj~yj,s.tQsni r~lamentados .por.Ja correcta, y para decidir aquellos casos en los que ta l
_ley, elj'-:l.~~rea nue~§:sleye_sy ~.Rli<;:_~_.~l_D~::r:=._echo_esta- cosa sucede, eljue~ debe ~jers:~r,~!~.fa,c::t:l-~g:t9._ge. crear
blee-ido-..qld~J~ conñere §:us poderes legislativos y a la el ~cho. s iÍl embargo, no debe hacerlo a rb itra ría -
vez losIírníta. ---... ..- -.--,
. -- __ ... -_~- mente, esto es, debe siempre tener razones generales
Este modelo del Derecho, corno algo parcialmente qué justifiquen su decisión y debe a,c!.!:!~como un
indeterminado o incompleto y del juez como quien legislador' 'escrupu10so 10 haria al decidir según sus
~~19§ al ejercer una discrecionalidad limita- propias creencias y valores. Si satisface estas condi-
-~--
da que crea Derecho, es rechazado por Dworkin,
quien 10 considera como una representación errada
ciones, está autorizado a seguir parámetros o razo-
nes de decisión que no están dictados por el Derecho
tanto del Derecho como del razonamiento juridico. y que pueden diferir de aquellos seguidos por otros
En efecto, ~tiene que 10 gue es Incompleto np es el jueces enfrentados a análogos casos dificiles.
Der~c;tl.O s4_l_~y~~~~óE__ q:ue de él ofrec~I'!___l9~
yistas, y que esto es así re~glw~ ~Vid~nt~--º~_
posttí-
su pro-
Dworkin .---- --
formula tres criticas principales
_ ...-.. " ... .. ...... en con-
~ zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
"'"""""

tra de la_QQ~ic_i9n
~ ". "

..ariteríor, según la cual los jueces


,,'~ .

P.iª.,~XQ!!~"!_~ión "írrte rp re ta tív a '' del.,_Derecho'corno pueden ejercer una facultad discrecional restringida
_algQ __ adem á~=CielDerecho :;'expliéitó" es-
g1J~~c!~y_c:;,! para solucionar casos que el Derecho no regula por
tablecido identificadQ_ p or referencja a sus fue..!lj:~~_so- completo. La. e_rimera afirma que tal explicación es
cíales, PrincipiQs.j.uridiGQ§ :1111.plic_itos"que S011-_ ,aque- una falsa descripción del proceso judiCial y de 10 que
110sque mejor se adecuan o sQn.!Ilfl.15._~ºh~:[_C;:D...t_e,s__con hacen los jueces con los "casos dífícíles"?",P ara mos-
el DerechoexpÚcito y suministran su mejor justifica- trarlo, Dworkin recurre al lenguaje utilizado por los
ción. Desde este punt<!,ge_Yi.~ta inte~retativo, ,~E:tez jueces y abogados cuando describen la tarea del juez,
nunca tien~__9_c~.~~I! de aIJartarse d.e.lJ)erecho Y: ejer- y a la fenomenología de la toma de decisiones judicia-
~~_la ~!<'t~. g e ,<?re~ciónd~ J2~r~_~hQ __p arª.Jl~ a les. Se dice que los jueces, al decidir los casos, y los
~~, 9~c~siª--n. Es entonces a estos principios implíci- abogados que los presionan a decidir a su favor, no
tos, junto con sus dimensiones morales, a los que hablan de que el juez "haga" la ley, incluso en casos
debe recurrir el juez en aquellos "casos dificiles" en inéditos. Aun en el más dificil de tales casos, el juez a
los que las fuentes sociales del Derecho no determi- menudo no es consciente de que haya, como lo su-
nan la decisión. giere el positivista, dos estadios completamente dife-
, Es importante señalar que la facultad de creación rentes en el proceso de decisión: uno en el cual el
de Derecho que le atribuyo a los jueces para regular juez prírnero encuentra que la legislación e.xistente
casos parcialmente indeterminados por el Derecho es no determina la decisión en ningún sentido, y otro en
diferente de una legislatura: no sólo están tales facul- el que se aparta de la ley existente para crear Dere-
tades sujetas a muchas restricciones que "limitan" cho para las partes de novo y ex post facto según lo
sus "opciones" de las que puede estar libre una legis- que considera mejor. Por el contrario, los abogados
latura, sino que al ejercer el juez esta facultad única-
mente para disponer de casos particulares no puede 74 Taktng R ights Seriotislij, op. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQP
c ii., p.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
8 1 ; Laus'e E rn p ire , op. cit., pp.
utilizarla para imponer reformas a gran escala ni 3 7 -3 9 .

136 137 zyxwvutsrqponm


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se dirigen a l juez corno si estuviese siempre preocu- minados o cuando el Derecho explícito es mudo, los
pado por hallar y hacer cumplir el Derecho existente jueces no abandonan sus libros de Derecho y co-
y el juez habla corno si el Derecho fuese un sistema mienzan a legislar sin ulterior guía del Derecho.
sin vacíos en el cual hay una solución para cada caso Muy a menudo,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPON
a l decidir tales casos, citan algún
que él debe descubrir, no inventar. principio generala un propósito o meta generales,
No hay duda de que la conocida retórica del pro- que un ámbito amplio y pertinente del Derecho
ceso judicial apoya la idea de que en un sistema juri- existente ejemplifica o desarrolla, y que señala ha-
dico desarrollado no hay casos desprovistos de regu- cia una respuesta determinada para el caso dificil
lación juridica. Pero ¿qué tan en serio debemos to- en cuestión. Éste es, en efecto, el núcleo mismo de
rnar esto? Hay, desde luego, una larga tradición eu- la "interpretación constructiva" que constituye un
ropea y una doctrina de la separación de poderes que rasgo tan prominente de la teoría de la adjudicación
dramatiza la distinción entre el Legisladory el Juez, de Dworkin. Pero aun cuando este procedimiento
en la cual se insiste en que cuando la ley existente es ciertamente lo difiere, no elimina el momento de la
clara, el Juez es meramente el "portavoz"de una ley creación judicial de Derecho, puesto que en cual-
que él no crea n i moldea. Sin embargo, es ímportante quier caso difícil pueden presentarse diferentes
distinguir el lenguaje ritual utilizado por los jueces y principios que sustentan analogías rivales y el juez
abogados al decidir los casos judiciales de sus afir- debe decidir entre ellos, apoyado, como cualquier
maciones generales más reflexivas acerca del proceso legislador escrupuloso, en su buen juicio acerca de
judicial. Jueces de la talla de Oliver Wendell Holmes qué es lo mejor y no en un orden establecido de
y Cardozo en los Estados Unidos o Lord Reíd en In- prioridades prescritas por la ley. Únicamente si
glaterra, así corno una legión de abogados, tanto para todos estos casos pudiera hallarse en el Dere-
aquellos dedicados a la academia como a l litigio, han cho existente algún conjunto único de principios de
insistido en que hay casos que el Derecho no regula orden superior que asignaran un peso relativo o
por completo, en los que a l juez le corresponde una prioridades a los principios rivales de orden inferior,
tarea ineludible aunque "intersticial"y que, en lo que el momento de la creación jurídica de Derecho no
respecta al Derecho, muchos casos podrían ser decí- sería solamente diferido sino eliminado.
didos en cualquier sentido. Las otras críticas que formula Dworkin contra mi
Una consideración principal puede ayudarnos a explícacíón de la discrecionalidad jurídica no sólo la
explicar la reticencia a aceptar que los jueces, en consideran descriptivamente falsa sino corno una po-
algunas ocasiones, hacen y aplican el Derecho y sición que suscribe una forma de creación de Dere-
elucida también los rasgos yrincipales que diferen- cho antidemocrática e tnjueta". Los jueces por lo ge-
cian la creación de la ley por parte del legislador y neral no son elegidos y, en una democracia, se afir-
del juez. Es ésta la importancia que tipicamente ma, sólo los representantes elegidos por el pueblo de-
atribuyen los jueces cuando deciden casos no regu- bieran detentar la facultad de legislar. Hay muchas
lados a los procedimientos por analogía, para ase- respuestas a esta crítica. El que a los jueces les sean
gurarse de que el Derecho rruevo que están crean- confiadas facultades legislativas para solucionar los
do, aun cuando es Derecho nuevo, es coherente con conflictos cuya regulación no está prevista en el De-
los principios o razones subyacentes reconocidos
corno fundamentados en el Derecho existente. Es
cierto que cuando hay leyes o precedentes indeter- 7 5 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
tua: pp. 84-85.

138 139 zyxwvutsrqp


recho puede ser considerado com o un precio que hay soluto en casos dificilespuesto que se trata de casos
que pagar para evitar la inconveniencia de recurrir a en los cuales el D erecho ha regulado de rn a rie r'a in-
m étodos altem ativos de regularlos, tales com o refe- com pleta y en los que no hay un conocim iento del
rirlos a la legislatura; y tal precio puede considerarse D erecho claram ente establecido que justifique ex-
m enor si los jueces se ven restringidos en el ejercicio pectatívas?".
de estas facultades y no pueden diseñar códigos ni
am plias reform as, sino únicam ente reglas para solu-
cionar los problem as específicosque surgen de casos
particulares. En segundo lugar, la delegación de fa-
cultades legislativas lim itadas al ejecutivo es un ras-
go conocido de las m odem as dem ocracias y una de-
legación sem ejante al poder judicial no parece consti-
tuir una am enaza m ayor para la dem ocracia. En am -
bas form as de delegación, una legislatura elegida
norm alm ente detentará un control residual y puede
rechazar o enm endar cualquier ley subordinada que
encuentre inaceptable. Es cierto que cuando, com o
76 N o ta d e l E d ito r. Éste es un párrafo inicial para el capítulo de la
sucede en los Estados U nidos, los poderes legislati- discrecionalidadjudicial que no fue descartado por H art. ~Á lo
vos se encuentran lim itados por una C onstitución largo de sus extensos escritos acerca de la adjudicación, D w or-
escrita y los jueces detentan extensos poderes de re- kin ha m antenido constantem ente su opinión en contra de la
discrecionalidad de los jueces en el sentido de que tengan poder
visión, es posible que una legislatura "dem ocrática- para crear D erecho en casos que el derecho vigente no corrtem -
m ente elegida"no pueda revertir una pieza de legisla- pla. D w orkin estableció que..aparte de algunas excepciones tri-
ción jurídica. El control dem ocrático últim o sólo pue- viales, tales casos no existen ya que com o lo establecerla en
de garantizarse a través de la engorrosa m aquinaria form a célebre, siem pre hay una 'respuesta correcta' para cada
asunto acerca de 10 que es el D erecho en cualquier punto que
de la enm ienda constitucional. Es éste el precio que pueda em erger en un caso.
hay que pagar por las restricciones juridicas al go- N o obstante esta apariencia de estabilidad en zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY
la doctrina, en su
biem o. posterior introducción de las ideas interpretativas en su teoría
jw idica yen su reivindicaciónacerca de que todas las proposi-
D w orkin form ula la acusación ulterior de que la cionesjw idicas son interpretativas en el sentido adjudicado por
legislaciónjudicial es injusta y la condena com o una el a esta expresión, D w orkin definió -com o R a z habria de ano-
ex postfacto a la que, tarlo por prtrnera vez- el sentido' últim o de esta posición en
form a de legislar retroactiva o zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
form a cercana a la m ía, al reconocer que las cortes tienen y
desde Juego, com únm ente se considera injusta. Pero
frecuentem ente ejercen una discrecionalidad para la creación
las razones para considerar la legislación retroactiva del D erecho. Con anterioridad a la introducción de las ideas
com o injusta es que frustra la justificada expectativa interpretativas en su teoría del D erecho, parecía haber una grari
de quienes, a l actuar, se han basado en el supuesto diferencia entre nuestras perspectivas acerca de la adjudica-
ción, porque la prtm era negación que hizo D w orkin de la discre-
de que las consecuencias juridicas de sus actos es- cionalidadjudicial en un sentido estricto, y su insistencia acer-
taran determ inadas por lo que se conoce del D ere- ca de que siem pre hay una respuesta correcta, estaban asocia-
cho establecido'en el m om ento de sus actos. Tal ob- das con la idea de que el papel del juez cuando decidia casos
era discem ir y a p lic a r el derecho vigente. Sin em bargo esta vi-
jeción, sin em bargo, incluso si procede en contra de sión inicial, que por supuesto difiere de m i perspectiva acerca
'un cam bio o el desconocim iento judicial de una ley de que el juez al decidir casos frecuentem ente ejerce la díscre-
claram ente establecida, no parece pertinente en ab- cionalidadjudicial no figura en..."

140 141 zyxwvutsrqpo

d...J
CÓMO EL DERECHO SE PARECE
A LA LITERATURA

R o n a ld D u io rk in .

Intentaré demostrar aquí que la práctica jurídica es


un ejercicio de interpretación y esto no sólo cuando
un abogado interpreta un documento, una ley o un
código específicosino de manera general. El derecho,
así concebido. es una cuestión profusa y profurida-
mente política.Abogadosy jueces no pueden evitar lo
políticotal y corno lo entiende. en términos generales.
la teoría política. No obstante, las leyes, el derecho,
tampoco son un asunto de política personal o parti-
dista, y una critica del derecho que no entienda esta
diferencia ayudará muy poco en la comprensión del
problema y servirá muchísimo menos corno guía.
Propongo pues, que podernos mejorar nuestra com-
prensión del derecho si se compara la interpretación
jurídica con la interpretación en otros campos del co-
nocimiento, en particular en la literatura. T~ién
sos echo ue el derecho, cuando sea mejor entendi-
e o, nos otorgará un mejor éntendimiento de 10que la
.interpretación significaen general.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYX

143
L A s LEYES Y EL DERECHO presencia de tres testigos", entonces la pr'oposacrori
juridica de que un testamento en Illinois necesita
El problema principal de la jurisprudencia analítica tres testigos parecerla ser cierta sólo en virtud de
es el siguiente: ¿q_1fé;",~~sele al texto de ese suceso histórico.
la ley? Con esto quiero decir las mucñas interpreta- ~~compli~.~gicl!º_~_~j~iS __
Se
CIOnesy aseveraciones que los abogados hacen al in- derrumba.
.~
Considérese la proposición de que un
"formarsobre lo que la leyes respecto a esto o aque- pfan específico de discriminación positiva --que no
llo. El contenido de la ley puede ser muy abstracto y ha sido aún puesto a prueba en una Corte- sea
general, como la ley aquella en la que se afírrna que, constitucionalmente válido. Si esto es cierto, no lo es
en los Estados de la Unión, es decir, en los Estados únicamente en virtud del texto de la Constitución y
Unidos, cuando se trate de proveer con se rvícío s bá- de previas decisiones tomadas en alguna Corte, por-
sicos a sus ciudadanos, no se puede discriminar r'a- que entre abogados sensatos, que conocen bien la
cialmente. O dicho contenido puede también ser más Constitución y los historiales de las cortes, aun entre
o menos concreto como aquel mandato en el que se ellos, podrian no estar de acuerdo en que dicha pro-
establece que quien acepta un cheque en el curso posición sea necesariamente cierta. (Es más, tengo
normal de una negociación, sin previo aviso de irre- mis dudas respecto a la validez del análisis positivis-
gularidad alguna por parte del titular, está en su de- ta incluso en el caso sencillo del testamento, pero ese
recho de cobrarlo contra el girador. Por último, puede es un asunto distinto que aquí no interesa.)
también ser muy concreto, como aquella proposición _::;::.¿Qué otras o ciones surgen? Una seria suponer
en la que se establece que el señor X debe pagar la que toda proposición jurídica polémica, corno la del
suma de $1.150 dólares por daños y perjuicios ocu- plan de discriminación positiva, no es para nada des-
rridos sobre el señor Y, a l resbalar éste frente a la criptiva sino más bien expresión deJ9._g!-le s u vocero
.. '\
resbalosa acera del primero, ocasionando fractura de ) quístera que la l~y_f.l;!~§e.-Otra:opctón, m"á5ain---meio-'-/
cadera. En cada uno de los casos surge un interro- sa: seria la siguiente: las proposiciones polémicas
gante. ¿Sobre qué trata el contenido de ley? ¿Qué son intentos por describir alguna ley natural u objeti-
demonios hace que una ley sea cierta o falsa? va que existe en virtud de una verdad moral antes
.- 1) La ~~~gunta _~~~ porq~~_Jos eriuricíados de la que en virtud de una decisión histórica. En arnbos
ley parecen ser descriptivos -suelen tratar sobre casos se necesitarían varias declaraciones jurídicas
cómo-son -lis cosas frente a la ley y no sobre cómo para llegar a hacer una mera evaluación que no fuera
deberian ser- y, sin embargo, ha sido sumarrlente descriptiva: una de dos, la formulación expresarla la
dificil establecer de manera precisa qué es lo que preferencia del vocero -su posición política perso-
describen. Los juristas positivistas consideran que, nal- o lo que éste cree que son los requisitos nece-
en efecto, las proposiciones juridicas son integral- sarios que constituyen los principios de una moral
mente descriptivas: pedazos de historia. Para ellos política ideal. Ninguno de los dos caminos es convin-
una proposición jurídica sólo es cierta en el caso de cente porque alguien que añrma que un plan de dis-
que un hecho, de alguna manera legislativo, haya criminación positiva -aún no probado ~n una cor-
tenido lugar, de lo contrario no. ~s.~¡;,ªre.nternen- te- es constitucional, lo que está haciendo es descri-
te funciona muy bien en casos en extremo sencillos. bir la ley como es antes de como quisiera o cree que,
Sl1a: asamblea le-glsTátiVa-der-está.aü-
de-millüis':pro- en el mejor de los mundos posibles, debería ser. Pue-
mulga que "Ningún testamento será válido sin la de incluso llegar a decir que el plan es constitucional

144 145 zyxwvutsrqp


---~ --- -- --------- ------_ . _ ._ -------

a su pesar y que cree que, de acuerdo con la m ejor años, que un conductor irresponsable que atropelló a
teoría m oral, no deberia serlo. un niño, era responsable del dario m oral que sufrió
Existe otra altem ativa m ejor: las proposicionesju- la m adre de la criatura que presenció el zyxwvutsrqponmlkjihgfed
a ccíd e rrte , y
rídicas no son m eras descripciones de la historia del que esto cobija tam bién a la tia que supo del acci-
derecho, en un sentido literal, ni tam poco son sim - dente. A hora pensem os en una tia que dem anda a
ples evaluaciones de alguna m anera separadas de di- otro conductor irresponsable por daños y perjuicios
cha historia. Son siem pre interpretaciones de la his- m orales cuando supo, gracias a una Ilarriada telefó-
toria jurídica, con elem entos tanto descriptivos corno nica, del accidente, ocurrido a cientos de m illas de
v a lo ra trv o s , pero distintas de am bas. Esta sugerencia distancia, en el que su sobrina había sido arrollada.
la aceptarán, por lo m enos en prim era instancia, m u- ¿Tiene la tía el derecho a ser com pensada por el
chos abogados y filósofos del derecho. Están acos- daño? Los abogados suelen decir que éste es u n pro-
tum brados a decir que las leyes son una cu~stiól]._cl~ blem a que consiste en interpretar, de m anera correc-
~taCión. A hora, esto eScierto-perosólo porque, ta, la sentencia orígtnal. ¿A caso, entonces, la teoría
q U lzá , entienden el térm ino interpretación de alguna jurídica sobre la que se respaldó el prim er juez al
m anera específica. Cuando una ley -o la Constitu- tom ar su decisión sobre la m adre que presenció el
ción- no es clara en algún punto, ya sea porque un accidente, cobija tam bién a la tia que supo del acci-
térm ino crucial resulte vago o una oración am bigua, dente por teléfono? D e nuevo, m uchos escépticos se-
entonces los abogados dicen que la ley debe interpre- ñalan que es m uy im probable que el prim er juez tu-
tarse y proceden a aplicar 10 que ellos llam an "técni- viera en m ente una teoria lo suficientem ente elabora-
cas de interpretación jurídica". Casi toda la literatura da corno para decidir tam bién en el caso de la tia, de
que existe asum e que la interpretación de un docu- m anera que el segundo juez, aquél que "interpreta" la
m ento específicoes una cuestión de descubrir lo que sentencia prinlera, lo que en efecto hace es crear,
sus autores -quienes legislan o los delegados a una sobre la m archa, nueva legislación de la m anera que
asam blea constitucional- quisieron decir al utilizar él o ella considera la m ejor.
los térm inos que utilizaron. Sin em bargo, los aboga- L a idea de interpretación no puede servir para dar
dos adm iten en m uchísim os casos que el autor no cuenta, de trn m odo general, de la naturaleza o el
tuvo ni ésta ni aquella intención y que aun en otros valor de verdad de una proposición jurídica... a m e-
casos es sim plem ente im posible descubrir la inten- nos que se separe com pletam ente de cualquier aso-
ción. O tros tom an posiciones m ás escépticas. A fir- ciación relativa a la intención o sentido que hubiera
m an que siem pre que ® juez pretende haber descu- podido tener u n vocero específico.D e lo contrario se
bierto la intención detrás de algún parágrafo de legis- convertirí~ en otra versión m ás de la tesis positivista
lación, lo único que está haciendo es levantar una que sostiene que las proposiciones jurídicas no son
cortina de hum o detrás de la cual el juez im pone su m ás que decisiones por escrito tom adas en el pasado
<¡, punto de -yi_!S!~~r~Q n_al sobre 10 que considera que la por personas o insU tuciones. Si la interpretación
ley debería ser. pasa a conform ar la base de una te aria diferente y
- 'ia-ir;_t~rPretación com o instrum ento de análisis m ás viable sobre las proposiciones jurídicas, debe-
jurídico es m ucho m enos frecuente cuando se trata m os entonces desarrollar una explicación m ás global
del derecho consuetudinario, aunque aun allí no esté sobre qué es la interpretación. Esto significa que los
ausente del todo. Supongam os que la Corte Suprem a abogados no deben seguir tratando la interpretación
del estado de Illinois hubiera decidido, hace varios jurídica com o una actividad zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVU
s u i q e rie ris , D ebem os es-

146 147
tudiar la interpretación corno una actividad general, terpretación sobre el sentido de una obra en su con-
como un modo de conocer, ocupándose de otros con- junlo. Est.as disquisiciones algunas veces se convier-
textos que dicha actividad conlleva. ten en aseveraciones sobre algún personaje: que
A los abogados les vendria bien estudiar interpre- Hamlet en verdad amaba a su madre, por ejemplo, o
taciones literarias y artísticas. Puede no parecer un que en realidad la odiaba, o que en verdad no hay
buen consejo -salir de Guatemala para meterse en ningún fantasma y éste no es más que una manifes-
Guatepeor- ya que los mismos crítícos están muy tación esquizofrénica de Harnlet. Otras veces se tra-
divididos en cuanto a 10 que la interpretación literaria ta de aseveraciones sobre los acontecimientos que
es, cosa que no mejora en las otras artes. Sin embar- subyacen al argumento: que Ham1et y Ofelia eran
go, precisamente por eso los abogados deberian co- amantes antes de iniciarse la pieza -o que no 10
nocer dichos debates. No todas las batallas que se eran-. Con mayor frecuencia nos ofrecen de mane-
han librado entre la critica literaria han sido edifican- ra directa hipótesis sobre el "punto", o el "terna",o el
tes y a veces ni siquiera inteligibles, pero se han de- "sentido y stgnífícado" o el "tono" de la pieza en con-
fendido muchas más teorías de la interpretación en j unto: que Ham1et trata sobre la muerte, por ejem-
la literatura que en el derecho, y aquí se incluyen plo, o sobre las distintas generaciones o sobre políti-
teorias que ponen en entredicho la distinción llana ca. Tales interpretaciones quizá tengan una función
entre la descripción y la evaluación que tanto ha de- práctica. Pueden servir de guía a un director que
bilitado la teoria del derecho. piensa hacer un nuevo montaje de la obra, por ejem-
plo. Pero también pueden tener una importancia
'.m ás general, como ayudamos a entender de mejor
LITERATURA manera aspectos importantes de nuestro entamo
cultural. Ahora, por supuesto que ciertas dillculta-
La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
hipó te s is e s té tic a des que pueden surgir sobre el sentido que tiene
una palabra en el texto, inciden sobre asuntos más
. Para que los abogados puedan sacar provecho de globales. Pero, estos últimos, f"malmente,tratan del
una comparación entre 10 que es la interpretación significado de la obra como un todo más que del sig-
jurídica y la literaria, es menester que vean la se- riífrcado de una frase específica.
gunda desde cierta perspectiva. En esta sección in- Los criticas no coinciden en la forma de responder
tentaré decir cuál es esta perspectiva. (Prefertría que a tales preguntas. Quiero, en 10 posible, no tomar
lo qué aquí se afirma sobre la literatura no provoca- partido sino intentar aprehender los 'desacuerdos de
ra polémica entre los académicos de esa disciplina, un modo zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
10 suficientemente general para intentar
aunque me temo que sí la provocará.) Los estudian- describir en qué no coinciden. Mi sugerencia aparen-
tes de literatura realizan muchos trabajos bajo títu- temente banal -que he llamado la "hipótesis estéti-
los corno "interpretación" y "hermenéutica" y unos y ca"- es la siguiente: 10 que la interpretación de un
otros casi siempre también los llaman "descubrir el texto literario busca es mostrar qué lectura -o voz o
sentido de un texto". Sólo me interesa incidental- dirección, o actuación- es capaz de revelamos el
mente algo que dichos estudiantes hacen y que con- texto como una verdadera obra de arte. Distintas teo-
siste en intentar descubrir el sentido en el que algún rías y escuelas de interpretación no están de acuerdo
autor utilizó tal palabra o frase. Me interesan, por el con esa hipótesis porque asumen rnuy diferentes teo-
contrario, los razonamientos que ofrecen alguna in-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
rias riormattvas, preceptivas, respecto a qué es la Ií-

148 149
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teratura y para qué sirve y qué hace que una obra Todas las teorías de interpretación contem porá-
literaria sea m ejor que otra. neas parecen utilizar corno parle ele su respuesla al
C asi con seguridad, esta sugerencia, con todo y su requisito arriba m encionado, la idea de zyxwvutsrqponmlkjihgfed
lll1 texto ca-

aparente debilidad, será rechazada por m uchos aca- nónico --o partitura en el caso de la m úsica, u objeto
dém icos porque, dirán, confunde la crítica con la in- fisico único en el caso de casi todo el arte plástico-.
terpretación, o de cualquier m odo, porque resulta re- D icho texto establece una estricta lim itación en 10
lativista a ultranza y por 10 tanto se trataria de un que a su identidad conciem e: todas las palabras allí
trabajo escéptico que, en el fondo, lo que hace, es contenidas deben ser tenidas en cuenta y runguria
negar la posibilidad de hacer interpretación. En efec- puede cam biarse para así hacer de ella -la obra-
to, la hipótesis estética puede no ser m ás que refor- una supuesta m ejor obra de arte. (Por aceptada que
m ular de nuevo una teoría ahora en boga en la que esta lim itación sea, no es ta n inexorable. U n chiste,
se dice que, com o la interpretación es la que crea la por ejem plo, no deja de ser el m ism o chiste aurique
obra de arte y esto sólo desde el punto de vista o se cuente de distintas m aneras, ninguna de ellas ca-
en-
dogm a de una com unidad de críticos específica, zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
nónica. U na interpretación del chiste escogerá una
tonces sólo existen interpretaciones de poem as o no- m anera particular de contarlo y puede, incluso, ser
velas o piezas de teatro específicas, pero ninguna es com pletam ente original, todo para resaltar su punto
m ejor que otra. C on todo, la hipótesis estética no es clave, "real", o para develar por qué es en "verdad"-
tan desm añada, ni tan débil ni tan irrem ediablem en- g ra c ío s o .) D e m anera que el m odo de interpretación
te relativista corno puede parecer en un prim er m o- que asum e cualquier crítico se verá afectado por sus
m ento. creencias teóricas respecto a la naturaleza y a la ne-
L o que la interpretación de un texto pretende es cesidad de un texto canónico --o no-.
m ostrar "la obra" com o la m ejor obra de arte que U n m odo o estilo interpretativo tam bién se verá
"puede ser". El énfasis en la obra, se hace para seña- afectado o incidido por los conceptos que el intérpre-
lar la diferencia entre explicar una obra de arte y te tenga sobre la coherencia o la integridad en el arte.
sim plem ente convertirla en otra obra distinta. Q uizá U na interpretación no podrá aum entar la ím portan-
Shakespeare hubiera podido escribir una m ejor pieza cía de una obra de arte si hace que gran parte del
utilizando las m ism as fuentes que usó, y que en esa texto que la com pone resulte irrelevante, o si m ucho
m ojor pieza el héroe hubiera sido un hom bre m ás de .lo que ocurre en ella resulta accidental o si m u-
decidido para la acción. D e esto no se desprende que chos tropos o cuestiones de estilo parecen desinte-
el zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
H a m le t que en efecto escribió, en realidad trate de grados y respondiendo a estándares aislados de 10
un hom bre decidido para la acción. Es qbvio que una que se considera escribir bien. D e aquí que, de la
teoría de la interpretación debe contener una s'ubteo- hipótesis estética, no se desprende que porque una
ría sobre lo que constituye la identidad de una obra _novela filosóficatenga m ás valor estético que i.m a no-
de arte para que le sea posible ver la diferencia entre vela de m isterio, entonces una novela de A gatha
interpretar y sim plem ente cam biar, trastocar la obra. C hristie sea en realidad un tratado sobre la m uerte.
(C ualquier teoria útil sobre dicha identidad será polé- U na interpretación así, fracasa no sólo porque una
m ica, de m odo que esta sería la m anera obvia en la novela de A gatha C hristie, tom ada com o un tratado
que los desacuerdos respecto a la interpretación, van sobre la m uerte, seria un tratado m uy pobre y con
a depender de desacuerdos m ás generales contenidos m enos valor que una buena historia de m isterio, sino
en una teoría estética.) por que esta interpretación hace estragos con la no-

150 ~151
vela: excepto una. o dos frases en toda la novela, to- las son menos sutiles porque rio tratan estos aspec-
das las demás devenirian irrelevantes al supuesto tos zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDC
c u a s i formales del arte bino más bien su función
tema; la organización, el estilo, las figuras retóricas o asunto como arte en sí, de manera más amplia. ¿Se
no serían las apropiadas para l..LYJ.a novela filosófica puede decir que la literatura --en principio o de ma-
sino para tm género completamerite distinto. Con nera sustancial- tiene un núcleo cognoscitivo? ¿Se
todo, algunos libros originalmente ofrecidos a l públi- trata de mejor arte cuando éste es de alguna manera
co como novelas de misterio o policiacas -incluso instructivo, cuando aprendemos de él algo sobre el
pensadas como tales por los miSlTIOS autores-, han modo de los hombres o el rrrurido? De ser así y si el
sido en efecto "reinterpretadas" como algo de mayor psicoanálisis es verdad -----excusen la manera tan cru-
pretensión. El interés de la crítica actual por Ray- da de plaritearlo-e-, entonces una interpretación psi-
manci Chandler es i.m ejemplo. Pero que esta reinter- coanalítica de una obra literaría podría mostrar por
pretacíón funcione en el caso de Chandler y no en el qué se trata de un arte que cumplió zyxwvutsrqponmlkjihgfedcba
- o n<>- con
de Christie ilustra las limitaciones o exigencias de la éxito su cometido. ¿Será bueno el arte en tanto logre
coherencia y la integridad. comunicar su susodicho cometido con éxito en un
Existe, sin embargo, mucho espacio para la discu- sentido sencillo? En este caso entonces la buena in-
sión entre los críticos respecto a lo que se puede con- terpretación se centraría en las intenciones del autor
siderar como unidad o coherencia, respecto a qué porque la comunicación no puede llamarse exitosa a
tipo de tmtdad sería deseable y cuál trrelevante o no ex-
menos de que exprese 10 que quien habla quiere zyxwvutsrqponmlkji
deseable. ¿Sí se puede hablar en verdad de una ven- presar. ¿O más bien, será que el arte es bueno cuan-
taja cuando se le pide al músculo de la lengua del do expresa en un sentido distinto, en tanto sea capaz
lector que al leer un poema o una narración, "imite" de estimular o informar las Vidas de quienes se acer-
los movírníerrtos y/o direcciones que le exige el texto can a él? En este caso entonces la interpretación co-
tal y corno está expresado en el poema o la narra- locaría a l lector - o escucha o espectador- en el pri-
ción? ¿Acaso la coherencia mejora agregando un ele- mer plano. Desde esta perspectiva la lectura de la
mento más a toda la coordinación? ¿Será una venta- obra sería lo más importante.
ja cuando ocurre que ciertas conjunciones y los fma- Las teorías estéticas no existen aisladas de la filo-
les de los versos se arreglan de modo que el lector, s afia, la psicología, la sociología,y la cosmología. Un
mientras "negocia" con el poema, va elaborando su- creyente probablemente tenga trna teoría sobre el
posiciones y lectur-as contradictorias que harán que, arte distinta de la de un agnóstico. Hemos visto ade-
al terminar su lectura, lo que comprende sea muy más cómo las más recientes teorías críticas súbrayan
distinto de lo que.;comprendió en tanto avanzaba en lo muy susceptible que es la interpretación frente a lo
la lectura? ¿Le agrega esto otra dimensión de com- que se entiende por significado, referente y otros as-
plejidad a la unidad del todo, o será más bien que pectos técnicos de la filosofia del lenguaje. Pero la
pone en peligro tal unidad porque una obra literaria hipótesis estética no pretende ni asume que cual-
debería ser capaz de mantener su significado e im- quier persona que interprete literatura tenga una
portancia al ser sometída a una segunda lectura? teoría estética completa y conscientemente desarro-
Distintas escuelas ínterpretattvas surgirán y desapa- llada. Ni que todo aquel que interprete debe estar
recerán contestando a estas preguntas, que es preci- suscrito a una de las escuelas aquí reseñadas de ma-
samente lo que la hipótesis estética propone. nera escueta. A mi modo de ver, 105 mejores críticos
Las grandes diferencias entre las distintas escue- niegan la existencia de tma única función o propósito

152 153
en el arte. U na novela o una pieza de teatro pueden Por el contrario, com o lo que la gente considera que
ser valiosas de m uchísim as m aneras, algunas de las lo que hace que el arte se constituya en buen arte es
cuales aprehendem os a l leer, o ver, o escuchar sin por naturaleza algo subjetivo, la hipótesis estética no
que m edie una previa reflexiónabstracta sobre lo que tiene la m enor esperanza de rescatar objetividad al-
el buen arte debiera ser. guna en la interpretación excepto, quizás, entre
Con todo, quíenquíera que interpreta una obra de aquellos que piensen de m anera parecida, lo que no
arte cuenta con algunas opiniones de naturaleza teó- ayuda m ucho.
rica acerca de la identidad, la coherencia y otros as- Sin lugar a dudas la hipótesis estética resulta ba-
pectos form ales de la obra de arte, así com o con a l- nal en m ás de una m anera im portante: tiene que ser
gunos conceptos m ás específicam entepreceptivosso- abstracta para poder dar cuenta de las am plias dis-
bre lo que es bueno en el arte. A rribas creencías o crepancias que existen entre las m uchas teorias ...
preconceptos están detrás del juicio de que ésta o pero quizá no sea zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPON
ta n débil después de todo. La hipó-
aquella lectura es m ás apropiada que otra para bene- tesis tiene la im portancia de haber incidido en que a
ficio del texto. Tales opiniones o creencias no tienen las teorías interpretativas académ icas ya no se les
porqué estar articuladas, pueden ser "tácitas". Esto considere com o lo que con frecuencia ellas m ism as
no las hace m enos genuinas -ni m eras "reaccío- alegan ser, a saber, análisis de la .íd e a m ism a de la
nes"- ya que su fuerza en acción la puede percibir interpretación, sino m ás bien com o posibles candida-
cualquier lector o critico no sólo en una única cir- tas para dar la m ejor respuesta posible a la pregunta
cunstancia interpretativa aislada sino en cualquier sustantiva que la interpretación plantea. Así, la inter-
núm ero de estas circunstancias. A dem ás, porque en pretación se convierte en un concepto detrás del cual
efecto circulan y son capaces de convencer. las distintas teorías son conceptos rivales. D e aquí se
Todo esto no afecta para nada la queja m ayor que desprende que en realidad no existe una diferencia
anticipé contra la hipótesis estética: que es trivial. radical -sino sólo una en el nivel de abstracción-,
O bvio que se podría decir que distintos m odos de in- entre ofrecer una teoría de la interpretación y ofrecer
terpretación descansan sobre distintas te arias res- la interpretación de una obra de arte específica. Es
pecto a lo que el arte debiera ser, para qué sirve y m ás, la hipótesis niega que existan las distinciones
qué lo convierte en buen arte. El asunto es tan banal, contrastadas que algunos a c a d é rn íc o s han cultivado.
que bien podria plantearse al contrario: las distintas Y a no existe una división tajante entre la interpreta-
teorias estéticas provienen de distintas teorías inter- ción, concebida com o descubrir el significadoreal de
pretativas. Si alguien corrsídera que la estilística es una obra, y la critica, eritendida com o algo que eva-
fundam ental para la interpretación, pensará que una lúa su éxito o im portancia. A lguna diferencia persis-
obra de arte es m ejor porque integra enunciación, te, claro, porque no es lo m ism o decir qué tan buena
pronunciación y tropo. Si alguien está m uy interesa- puede llegar a ser una obra específicay decir qué ta n
do en la deconstrucción, hará caso om iso del referen- bueno es hacer eso. Sin em bargo, en am bos casos se
te en el sentido convencionalde la palabra y conside- hace un juicio de valor a la obra de arte.
rará que no tiene m ayor im portancia al dar cuenta La objetividad es otro asunto. Para m í, establecer
del lenguaje. Esta exposición de m i hipótesis tam po- si se pueden afírm ar com o verdaderos o falsos, váli-
co ayudará en m anera alguna a arbitrar entre las dos o inválidos,los juicios que hacem os sobre el arte,
distintas teorías interpretativas D Í a refutar los car- es una pregunta abierta. Este asunto hace parte del
gos que se le pueden hacer de nihilista o relativista. problem a filosóficom ás am plio respecto a la objetivi-

154 155
dad, cuestión hoy por hoy muy debatida, tanto por la tra la hipótesis estética. No defendiendo aquí ningu-
éUca como por la filosofía del lenguaje y nadie que na explicación específica en cuanto a cómo la gente
estudie el caso del juicio estético en sí, puede tomar puede llegar a tener ya sea teorías interpretativas o
rma posición al respecto. Por supuesto que ningrma estéticas, sólo alego algo sobre las conexíories en el
valoración estética de importancia puede ser "demos- modo de argumentar entre tales teorías sin importar
trada" como verdadera o falsa. Es imposible crear los de dónde surjan. Claro que atrn al nivel en e l que
argumentos que sostengan cualquier interpretación polemizan o discurren, ambas teorías se refuerzan
dada de manera que ésta sea universalmente acata- mutuamente. Esto da pie para dudar sobre cualquier
da, ni siquiera entre los entendidos. Si esto es lo que teoría que trate sobre qué constituye un objeto en
se quiere decir cuando se afirma que los juicios esté- arte, ya que todo lo que dicha teoría genere es una
ticos son subjetivos -que no se pueden demostrar- teoría de la interpretación a todas luces tonta. Mi
entonces son subjetivos. Pero esto no implica, por 10 punto es prectsamente que la conexión es recíproca,
tanto, que ninguna teoría normativa, preceptiva, so- de manera que cualquier persona que salga a defen-
bre el arte pueda ser mejor que otra ni que tirra teoría der una aproximación particular al problema de la
no pueda ser la mejor hasta ahora generada. interpretación, estaría obligado a recurrir a aspectos
La hipótesis estética invierte -para bien, pienso más generales de una teoría estética. esté consciente
yo-- una conocida estrategia. E.D. Hirsch, por ejem- de ello o no. Y esto puede ser cierto uurrque 10 con-
plo, arguye que sólo 'uria teoría como la suya puede trario, hasta cierto punto, también lo sea. Quiero
hacer de la interpretación algo objetivoy darle validez agregar que sería un error considerar este hecho de
a las interpretaciones particulares. Tal aseveración la mutua dependencia como algo que ofrece, en sí
me parece un error en dos sentidos próximos. L a . in- mismo, cualquier razón que dé cabida para hablar
terpretación es trna empresa, una institución pública sobre escepticismo o relativismo en lo que concier-
y no es correcto, por lo tanto, asumir a príorí que las ne a la interpretación. Ésta parece ser la esencia de
propuestas claves de cualquier empresa, por pública frases como "la interpretación crea el texto", pero,
que sea, tengan que tener validez. TanlpoCOes co- de manera inmediata. no hay más implicaciones es-
rrecto asumir demasiado respeto a 10 que la validez cépticas en la idea de cómo debería comportarse
en tales empresas debería ser -por ejemplo, si la aquello que consideramos una obra de arte, en rela-
validez exige como requisito la posibilidad de que se ción a lo que consideramos que debe ser la interpre-
pueda demostrar. Me parece mejor proceder, en este tación de una obra de arte, que la idea análoga de
caso, de manera más empírica. Se debiera, antes que que lb que consideramos que debe ser un objeto debe
nada, estudiar una serie de actividades en las que la ajustarse a nuestra teoría del conocimiento... siem-
gente asume que tiene buenas razones para decir lo pre y cuando agreguemos, en ambos casos, que la
que dice y que considera son ciertas de manera gene- conexión sigue siendo cierta en el caso contrario.
ral y no sólo en lo que va de urio a otro prmto de
vista individual. Entonces se podría juzgar qué es- L a inte nc ió n de l auto r
tándares acepta esta gente, en la práctica, al pensar
que poseen razones de esta índole. L a prueba de fuego de la teoría estética no reside
Tampoco el asunto de la reversibilidad -que una pues, en su capacidad para defenderse de estos ata-
teoría estética puede depender de rma interpretación ques sino en su capacidad explicativa y, muy par-
y viceversa- puede utilizarse como argumento con- ticularmente, en su capacidad crítica. Si coincidimos zyxwvutsrqpon

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en que las teorías interpretativas no son análisis au- trata. ¿C uál es la pregunta que se propone contestar
lónom os de lo que significa m terpretar algo sino que m ejor? C on toda seguridad no alguria pregunta sobre
m ás bien se basan y dependen de teorías preceptivas el lenguaje corriente o siquiera alguna sobre el signi-
del arte, debem os entonces aceptar que son vulnera- ficado técnico de las palabras "sentido" o "interpreta-
bles a los reclam os que se le puedan hacer a la pre- ción". U n intencionalista no puede suponer que to-
ceptiva en la que estas teorías interpretativas des- dos sus críticos y a quienes él m ism o crítica, cuando
cansan. A m í, ciertam ente, m e parece que las m ás usan la palabra "interpretación" en efecto quieren
acendradas y dogm áticas de las teorías que defien- significar el descubrim iento de la intención del autor.
den la intención del autor son vulnerables en el sen- Tam poco puede aducir que zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSR
10 que él reivindica des-
tido que acabo de exponer. Estas teorías tienen que cribe de m anera prectsa lo que todo m iem bro de la
suponer, respecto a esta hipótesis, qtreTo que tiene herm andad de críticos realiza siem pre que se hable
valor en una obra de arte, 10 que debería conducirnos de la "interpretación". D e ser así, sus criticas y polé-
a valorar una obra m ás que otra, está restringido a lo m icas devenirían innecesarias. Pero, si su teoría no
que quiera que fuera, en algún estrecho y lim itado es sem ántica ni em pírica en estos sentidos, ¿qué cla-
sentido, la intención del autor al poner lo que allí se de teoría es?
puso. Tal alegato presupone, com o ya lo dije, que el Supongam os que un íntencíonalísta nos contesta:
arte debe entenderse com o una form a de com unica- "D icha teoría señala un asunto m uy im portante en
ción del tipo vocero-auditorio. Pero aun esta sospe- las obras literarias, fu rid a m e rita lrn e rrte , ¿qué quiso el
chosa tesis term ina, tras un breve exam en, contradi- autor que su obra fuera? U na cuestión a todas luces
ciendo el presupuesto. im portante, aun en el caso de que dicha im portancia
Los intencionalistas objetarían lo anterior. Insisti- sea prelim inar a otras cuestiones igual o m ás im por-
rán en que su teoría de la interpretación no es un tantes sobre su significadoy valor. D e hecho, se trata
inform e sobre lo que tiene valor en un libro, un poe- de aquello que la m ayoría de la gente, durante m u-
m a o una pieza teatral sino sólo una explicación de cho tiem po, ha dado en llam ar una interpretación.
aquello que un libro, poem a o pieza particular signifi- Sin em bargo, el nom bre que le den no im porta, siem -
ca, y que debem os de antem ano entender lo que algo pre y cuando se reconozca la im portancia de la acti-
significa antes de entrar a decidir si la cosa tiene va- vidad m ism a y se sobreentienda que. en principio, los
lor y dónde reside dicho valor. Tam bién objetarán académ icos estarían en capacidad de producir res-
que jam ás han dicho que sólo la intenciór: del autor, puestas correctas y objetivas a la pregunta que la
"en algún estrecho y lim itado sentido", sea relevante m ism a actividad plantea".
al establecer el significadode su obra. Tal respuesta se puede requC ir a lo siguiente: nos
En la prim era de estas objeciones, la teoría de la es posible descubrir la intención de un autor, lo que
intención del autor se presenta no com o el resultado tenía en m ente -por lo m enos sacar conclusiones
fin a l de la hipótesis estética -es decir, no com o la probables al respecto- y es im portante hacerlo,
m ejor teoría interpretativa dentro de los parám etros adem ás, por otras razones y propósitos de tipo lite-
que estipula tal hipótesis- sino m ás bien com o su rario. "
rival, una m ejor teoría sobre qué es lo que es una Pero, ¿por qué im portante? ¿Q ué otros propósi-
interpretación. Sin em bargo, resulta en extrem o difi- tos? C ualquiera que sea la respuesta, asum irá que
cil entender la teoría de la intención autorial com o todo valor o significación en el arte estará de alguna
rival de cualquier índole de la hipótesis que aquí se m anera ligado a la intención del autor por la sencilla

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