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Realismo y Benito Pérez Galdós.

Hay dos tipos de interpretaciones de lo que puede ser el Realismo. La primera es como
algo histórico, que cristaliza en la literatura del siglo XIX.
Entre las teorías descriptivas sobre qué es el realismo, una de las mas interesantes es la
de Wellek y la de Watt. Wellek dice que el realismo es un tipo de literatura que necesita
un tema común que no presente rasgos extraordinarios o sobrenaturales. Dice que lo
primero que necesitamos es estar ate personajes comunes y que no sean exclusivamente
tipos, es decir, que no presenten todos los grados que están tipificados en un personaje
característico. Para Wellek el realismo se caracteriza por ser concreto e individual frente
a lo abstracto. Además, entre sus rasgos está la objetividad, entendiendo por esto el que
no se presenten como únicamente aceptables las opiniones del autor hasta e punto de
que intervengan en la personalidad o juzguen los hechos narrados. Lo siguiente al
realismo es el naturalismo, el cual necesita que el narrador no exprese ninguna
valoración de los personajes ni los hechos.
A lo largo del XIX se ampliará la parte dramática, dialogada, del texto. Cuando
pensamos en cuentos como los de Carver, ya no es objetiva la decisión del autor de
donde acaba o termina el cuento. Además, en esta corriente literaria (naturalismo y
realismo) está implícita la doctrina de la causalidad natural, que no casualidad.
Hay un compromiso con la visión científica del hombre y de la sociedad que se
distancia del idealismo y las visiones tradicionales. Los realistas acusan a sus
antecesores de no haber narrado de manera adecuada la verdad, algo que comparte con
el naturalismo.
Watt intenta describir una teoría naturalista. Entre los elementos que destaca estaría el
que recuerda que en realidad el primer realismo, como denominación de un movimiento
artístico, lo encontramos en pintura, de manera que a esos pintores realistas podríamos
agruparlos y situarlos frente a los idealistas. Watt habla de realismo formal, que se
distingue de la literatura anterior. Watt destaca también que no podemos encontrarnos
con elementos semejantes a los del cuento tradicional, a la mitología o a historias ya
conocidas. Para él lo que resulta central es la valoración que desde el punto de vista
filosófico se da a la experiencia humana. Hasta entonces esta era irrelevante.
Encontraremos que sobre todo resulta importante el formato biográfico, ya que es
necesario mostrar la experiencia individual de cada uno de los personajes realistas. Los
argumentos o bien son parcial o totalmente inventados, o pueden basarse en algún hecho
contemporáneo, pero, en cualquier caso, el personaje tiene que ser un individuo
concreto en circunstancias concretas, de manera que cobrara especial importancia el
procedimiento caracterizador y el reflejo del contexto en el personaje.
CONTEXTO

● 1868 Isabel II emigra por una caída absoluta. 


● 1869 asesinan a Prim. Cambio esencial en lo que eran los militares. 
● 1871-1873 Amadeo de Saboya como rey. No llega a reinar nada más que dos
años. 
● 1873. Primera República
● 1874 Golpe de Estado Martinez Campos

Toda esta serie de revueltas acaban con la restauración, serán tiempos bobos. Durante
estos años es cuando Galdos escribe la mayoría de sus cuentos. 

SOBRE GALDÓS Y SUS CUENTOS

Nace en 1843 y muere en 1920. 


Sus primeras novelas se denominaban novelas de tesis. 

CUENTOS

Pública unos 25 cuentos sueltos que aparecen en periódicos/revistas y 9 incluidos en un


volumen y entre estos uno de los que ha recibido mayor atención es el que se titula Una
industria que vive de la muerte. Episodio musical del colorea 65. Este relato tiene dos
partes, que se ha visto como artículo de costumbres y relato. La primera sección son
descripciones, en la segunda sección nos encontraremos con una sorpresa final ya que lo
que se relata es la experiencia de un carpintero que construye ataúdes y que sin saberlo
había construido en el último de ellos su propio ataúd. 
Distinciones de las clases sociales hasta incluso de un ataúd. 
En el caso de Galdos tendrá un argumento muy escaso pero de los más significativos
que escribió en toda su carrera. 

Los cuentos no son lo más interesante en su biografía. Hay distintas opiniones sobre el
número de cuentos que escribe Galdos, obras completas en el 1851 aparecen solo 11, no
incluye todo lo que escribe. Teniendo en cuenta, además, que alguno de ellos pueden ser
calificados de cuadros de costumbres o artículos de costumbre. Tampoco aparecen en
las obras completas una sección dedicada a las novelas cortas donde al menos tenemos
que incluir dos La sombra 1871 y Torquemada en la hoguera 1889. 

Al igual que en otras narraciones debemos establecer la diferencia entre distintas épocas
de Galdós, y hay que subrayar que una buen aparte se escriben en la época de los 60 y
comienzos de los 70, cuando comienza a publicar en la prensa madrileña y cuando el
mercado literario decae la moda del folletín con respecto a lo que va a pasar a ser la
novela realista. 

La sombra ha sido desatendida porque al mismo tiempo se estaba desarrollando la


primera novela, nos encontramos con un personaje que sale de un cuadro que 3sta en la
pared (dos mundos)
Torquemada en la hoguera, no se ha estudiado separadamente sino con las otras tres
novelas donde aparece el mismo personaje. Es una de las obras muy buenas con
respecto a las otras 4. En el prólogo nos habla del tipo de literatura que produce, insiste
en que lo más importante para el cuento no sería su brevedad sino el señor de la infancia
que lleva, en otros casos, nos dice que los cuentos serían ensayos (algo sobre lo que la
ciencia aún no se ha pronunciado y tiene carácter de algo no definido o acabado)
narrativos o descriptivos. 

En otros cuentos los asocia con la locura y nos dice que en el caso de los problemas
mentales el cuento hace que retornemos al criterio elemental de la infancia. Esta
situación Alan Smith la interpreta con el término psicoanalítico de “regresión”. Smith
dice que el cuento en el caso de Galdos y en otros posibles, tiene una especial capacidad
para rearticular un mito, pero despojándose de su autoridad. En esto sigue a Joseph
Campbell los mitos son sueños públicos y los sueños son mitos privados (nos recuerda
que el mito no es solo una historia que se cuenta porque es bonita, sino que es una
historia con cierta relevancia para la sociedad). De ahí nos dice Smith que el cuento
daría espacio al material de los sueños sin el carácter de autoridad que tiene el mito. 

En 1868 (fecha de la revolución) publica Manicomio políticosocial. Soliloquios de


algunos dementes encerrados en él. En este texto nos encontramos distintos personajes
y cada uno explica su locura, estaríamos ante una sátira que tiene como objeto la
sociedad de su tiempo y en realidad por ese carácter no llegaría a ser fantástico o
maravilloso. La preocupación por los problemas psicológicos es característico de la
época. 

Tiene algún prólogo en el que señala que los cuentos pueden compararse “al estado de
alegría de más inocente por ser el primero en la escala de la embriaguez”. Nos recuerda
que el cuento con frecuencia ha sido determinado un género para niños y que el escritor
y el lector serán menos exigentes. 

En general al tener una buena parte de los  cuentos el elemento maravillosos, serán
considerados como una escritura inferior a lo que es su narrativa realista. En lugar de
representar la realidad y la vida cotidiana lo que encontramos es un tono romántico con
ensoñaciones, divagaciones fantásticas, contando con que Galdós siempre lo considero
como algo lateral con respecto a sus novelas y en algunos casos nos encontraremos con
reflejos costumbristas, en donde es perceptible la influencia de Larra en el uso de la
ironía, de la crítica social pero también en el costumbrismo de mesoneros romanos que
va a ser el máximo ejemplo de este género durante mucho tiempo. La relación con
Mesoneros Romanos Galdós lo toma como memoria viva y le pregunta sobre hechos
que ha vivido.
Cuento que resulta significativo especialmente en la primera etapa de Galdós y en la
novela La novela en el tranvía de 1871 y aparece luego en al menos dos impresiones sin
que haya cambios sustanciales entre las distintas versiones. Se produce la interacción
ficción-realidad que le permite ironizar sobre los folletines y que durante mucho tiempo
habían dominado en la escena literaria española. De manera que al mismo tiempo que
ironiza sobre ella asimila ese tipo de escritura. Lo que hace Galdós es un tipo especial
de intertextualidad. Lo que se hace es incluir en el texto otro tipo de relato que en
realidad resulta muy difícil de aceptar como verosímil.
En este relato primero aparece un relato en primera persona, focalizado desde la primera
persona pero también incluye un fragmento del que seria el folletín original en tercera
persona de manera que se reúnen materiales de distinto origen: conversación con el
doctor, lectura de un trozo de periódico, el sueño que es continuación del folletín que se
esta contando y por último la conversación en la que escucha a otros personajes que
trata también sobre la Marquesa y el mayordomo. Estos personajes son ensamblados por
la mente del narrador de manera que él es el que establece la coherencia que tendría
solamente validez para él y para los lectores de folletines. Esto es lo que Darío
Villanueva denominaba el realismo intencional, es decir, el texto presenta una serie de
elementos que conocemos como tipificados de un tipo de texto, pero es que a su vez el
lector realiza ese tipo de lectura en que no se perciben las convenciones del genero y lo
leemos como realista.
En esta primera época tiene otros cuentos que tienen componentes alcohólicos,
fantásticos, como los que publica junto a la reedición de La sobra en 1890.
Estos son Celín o Tropiquillos.
Allan Smith señala que el cambio que se produce en la narrativa breve de Galdós estaría
relacionado con el cambio ideológico del autor. Galdós en los años 70 cree en la
capacidad emancipadora de la burguesía como motor del progreso y como inspiración
de la novela realista. Al mismo tiempo con esto continua la idea de Balzac de que la
sociedad contemporánea era el objeto privilegiado para la novela por su inestabilidad y
su constante cambio. La narrativa que representa la sociedad contemporánea es más
interesante que otras formas anteriores para Balzac. A finales de los 80 cambia su
perspectiva política y podríamos decir que oscila mucho más hacia la izquierda que sus
planteamientos al comienzo de su carrera. En 1891 publica un articulo titulado 1 de
mayo y ahí señala que la burguesía después de combatir los privilegios de la Iglesia y la
aristocracia se habría convertido en una fuerza dinámica. Este cambio ideológico
coincide con La rendición de la sombra y con novelas en las que aparecen elementos
fantásticos como el caballero encantado.
La literatura fantástica según Adam Smith podría interpretarse como una crítica del
estado de descomposición social del país de los años 90. Para él lo fantástico debe
interpretarse como subversión del orden, de manera que esta literatura daría libertad al
deseo inconsciente que sería esencialmente un deseo de cambio.
Todos los relatos de comienzos del XIX pueden girar en torno al folletín, la literatura
socialmente utópica de algunos escritores, etc.

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