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Los artículos.

Hombres caminan por la calle.


Artículo es un actualizador. Un sustantivo en realidad no hace referencia a cosas, sino a
conceptos.
En el siglo XIII sería normal que no hubiese artículos.

Todo<TOTUS
Mismo<*METIPSSIMUS

Creación del artículo definido.


-ILLE, aparte de participar en la creación del pronombre personal de 3.ª persona y del
demostrativo, también da lugar al artículo definido, según lo que Girón Alconchel (2008) ha
llamado poligramaticalización.
-El paso del demostrativo ILLE al artículo el es una gramaticalización del tipo 2 (de
gramatical a más gramatical, o a otro contenido gramatical): deíctico/anafórico >
actualizador.
-Los demostrativos, sobre todo ILLE e IPSE (que da también artículo en otras lenguas o
dialectos, como por ejemplo el artículo salado de Mallorca: es poble, sa casa…), abundan
en el latín vulgar, por ejemplo en la Peregrinatio Egeriae (s. IV), sobre todo con valor
anafórico. Y en general se emplean mucho en el latín vulgar cristiano dentro del estilo
cercano al habla al que se tiende retóricamente, con muchas referencias al contexto de
habla. También abunda el demostrativo en el latín visigótico.
-Del uso anafórico, acompañando a sustantivos ya mencionados en el discurso, ILLE pasa a
utilizarse para referirse a sustantivos no mencionados antes en el discurso, sino consabidos
antes de empezar a hablar, parte de las concepciones del hablante. De hacer referencia a
una realidad física (deíctico) y textual (anafórico) pasa a referir a una realidad virtual o
mental, a ser un actualizador que hace referencia un concepto y que indica el género y el
número de un sustantivo. Consabido entre hablante y oyente (un, es conocido del
hablante, pero presuponemos que no tanto del oyente, el sí).
-El cambio se hubo de producir ya en latín o protorromance (hacia el s. VI o el VIII), por ser
una innovación románica común a todos los romances. Surge además como una innovación
correlativa al cambio tipológico SOV > SVO, pues se emplea en primer lugar con sujetos
(que son tópicos gramaticalizados, elementos consabidos): sirve para señalar el tópico del
discurso, que suele coincidir con el sujeto. Luego el artículo se extiende al OD y aún en la
Edad Media era poco frecuente como término de preposición (en campo, en mano).
-En cuanto a las formas, algunas parecen arrancar mejor del nominativo y otras del
acusativo latinos, quizá debido al mantenimiento de la declinación bicasual más largo
tiempo en el artículo (o el empleo de ILLE como caso oblicuo: ya en latín se documenta
ILLE como término de preposición): Nominativo ILLE > ele > el, ell (+ vocal, hasta el s. XIII,
según M. Pidal, pero aún documentado después: ell omne, ell ermano, ell ermana)
Acusativo ILLU(M) > elo (Glosas) > el Acusativo ILLAM > ela > la / el (el espada, el arena, el
alma en la Edad Media; a finales de la Edad Media se pierde el espada, y aún hay casos de
el antigüedad o el Andalucía en el Siglo de Oro; es en el siglo XVIII cuando ya se produce el
orden actual: el + sust. fem. á-, el arpa, el hambre)
Neutro ILLUD > elo / lo Hay un intento de distinguir el masculin

El espada El antigüedad El agua (sust, femeninos empiezan por a- tónica)


``El´´ cambia el género de agua. Pero el plural es ``Las aguas´´, como el arte-las artes. Arte
(ambiguo, porque tenemos también arte poética).
Hay un cambio de género en marcha pero que todavía no ha triunfado porque existe la
norma.
``El antigüedad´´. En el Siglo de Oro sonaba bien, igual que ``El Andalucía´´. La regla era
que el+sust era femenino con sustantivos que comienzan con a- o á tónica.

``El espada´´. En la Edad Media la regla era el+sustantivo que comience por vocal era
femenino.

-Hay un intento de distinguir el masculino del neutro, como en el pronombre personal.


-El plural también deriva del AC: ILLOS > (e)los ILLAS > (e)las
-La atonicidad produce la reducción extrema (gramaticalización-desgaste), con pérdida de
vocales relajadas por apócope (singular) o aféresis (plural) y despalatización de -ll-.
-Hasta el s. XIII se documentan contracciones como conno, -a, -os, -as o enno (- a, -os, -
as), que son además típicas de áreas laterales (la Rioja, Cantabria, Toledo).
En el español medieval proliferan además otras contracciones como al, del, contral, fazial,
quel…; aunque todas se siguen produciendo en el habla, en la escritura solo se admite al y
del.

Textos
Glosas emilianenses.

Contracciones texto 1. Con-CONO, ILLAM>ela>ella,

ARTÍCULO+POSESIVO (SUA)

El>ILLE/ILLUM (examen)

Texto dos> porque- para que< para<pora<por+a

Los magos- los<ILLOS

Illam>ella>el/la

yuales>íbales. Para la i- se ponía una y.

Al-contracción>a+el

Enel-no es una contracción porque no se altera la forma,como en eno.

La creación del artículo indefinido.


-El numeral masculino UNUS > UNU(M) pierde su vocal final (un), mientras que el femenino
la conserva (UNA > una). En el español medieval la /a/ final se eliminaba cuando la
palabra siguiente empezaba con una vocal (un escoba, un onda), y no únicamente ante
la /á/ tónica inicial como ahora (un arma), por el mismo tipo de cambio de el(a) espada en
un(a) escoba.
-Si bien en la actualidad algunos gramáticos aún dudan de la categorización lingüística de
un como artículo indefinido, adscribiéndolo más bien a la categoría de cuantificador
indefinido (como algún, ningún), en la Edad Media estaba más claro que un no estaba aún
gramaticalizado como artículo.
-Artículo indefinido en perspectiva tipológica: “Indefinite article” en WALS
-Mar Garachana (2009) resume perfectamente el debate sobre un(o) como artículo,
pronombre o cuantificador indefinido. Así, como otros cuantificadores indefinidos, el numeral
un(o) tiene una variante apocopada un ante sustantivo (¿Podrías dejarme un bolígrafo?) o
una variante plena uno sin sustantivo cuando funciona como pronombre.
-Alonso o Alarcos rechazan un como artículo si definimos este como categoría vacía y
átona, y opinan que un está más próximo a pronombres indefinidos como cierto o algún, con
restos de significado de cuantificador. Presenta además un correlato pronominal como uno,
frente al artículo el que no lo tiene, y las gramáticas del español no reconocen un como
artículo hasta el siglo XVIII.
-Ahora bien, en cuanto a la tonicidad, en femenino, plural y uso enfático el artículo
indefinido es tónico, pero ello es discutible en el caso del masculino singular un, además de
que la tonicidad no tiene por qué ser definitoria de la categoría artículo. La conexión
paradigmática con algún o ningún se produce simplemente por la etimología conjunta, y en
todo caso el sentido indefinido de un es más vago. La duplicidad categorial del artículo
indefinido no es más problemática que la del demostrativo: me quedo este lapicero/me
quedo este. La descripción gramatical tardía se debe simplemente al peso de la gramática
greco-latina que carecía de tal categoría gramatical y por ello no la describían.
-En todo caso, existe artículo indefinido pero el límite con el numeral es borroso, lo que
permite juegos de palabras como Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos.
-En muchos casos el indefinido se puede conmutar por un numeral: Con un rotulador /
dos/tres/cuatro… rotuladores habrá bastante. Pero no siempre, por ejemplo en los usos
enfáticos y metafóricos, en los que además el artículo indefinido es obligatorio si solo hay un
sustantivo (no tanto modificado: Juan era (un)hombre de principios/Juan era (una) buena
persona: Llegó hecho un payaso, Juan es un payaso, un lince. El plural unos-unas
funciona además siempre como presentador (unos/unas cien personas).
-De todos modos, este tipo de dudas de adscripción categorial es explicable en un proceso
de gramaticalización, por el que se produce persistencia de algunas características de
numeral (y por tanto como cuantificador) junto a las innovaciones propias de su formación
como artículo (y por ello también un proceso de estratificación).
-Teniendo en cuenta los diferentes usos del artículo indefinido, veremos cómo se derivan
del numeral y evolucionan en castellano:
1) Indefinido específico (indefinido = faltan datos para averiguar referente, específico = el
referente es conocido por el hablante, pero no por el interlocutor): Busco a una secretaria
que me atendió ayer [unido a otras marcas de especificidad, como el CDP y el indicativo en
la oración de relativo]
2) Indefinido inespecífico (entidades no factuales, carentes de existencia concreta: faltan
datos para datos, pero referente no es concreto): Busco una secretaria que me atienda.
[unido a la falta de preposición ante el CD y al subjuntivo en el relativo]
3) Indefinido genérico: Un marido debe ser fiel (lectura partigenérica: hace referencia a la
clase a partir de un miembro, parafraseable por cualquiera, frente a las totigenéricas, como
en El marido debe ser fiel, que hace referencia a toda la clase y es parafraseable por todo:
todo marido/todos los maridos debe(n) ser fieles)
4) Enfático-metafórico: Juan era (un) hombre de principios, Juan era (una) buena persona,
Juan es un payaso, un lince, un listo…,

Posesivos.

Indican que una entidad está relacionada con otra y una de esas relaciones es la posesión,
por ello lo correcto sería llamarlos relativos y no posesivos.
Se tratan conjuntamente con los determinantes, pronombres y los adjuntos.
En la Edad Media los posesivos no son claramente determinantes, pueden coaparecer tras
el artículo.
En el siglo XIV los tónicos se van convirtiendo en determinantes perdiendo la tonicidad.
En todo caso, exsoste una gran variedad formal (poliformismo) del posesivo en la Edad
Media.

Evolución de las formas específicas de varios poseedores (nuestro, vuestro) no muestran


problemas:
Según Alvar/Pottier ya en latin vulgar, la forma clasica VESTRUM se sutirtitia por
VOSTRUM, por analogía con NOSTRUM, , coincidiendo en o tónica.
Existen también las formas dialectales nuesso y vuesso [con desgaste de -tr- en -ss- > -s-]
perviven en el “bable occidental” (Alvar/Pottier, 1983: 100). Nueso aún se documenta como
lenguaje arrusticado en el Quijote (Alvar/Pottier, 1983: 100, n. 17), y vuesa forma parte del
desgaste de la fórmula vuestra merced > vuesa merced… > usted, y debía ser la
pronunciación habitual en el siglo XVI, según el testimonio del Diálogo de la lengua de
Valdés: “si diziendo vra. m. pronunciase el vra. con r, qualquier castellano que me oyese
juzgaría que soy extranjero […] Es bien verdad que la pronunciación más ordinaria es sin r.
´´
Así, a diferencia del latín, el español tiene dos series de posesivos, tónica, y átona, que dan
resultados diferentes en las formas de un solo poseedor y en las de 3.ª persona (mío/mi,
tuyo/tu, suyo/su); las variantes mío, tuyo, suyo son tónicas y se emplean como adjuntos (en
posición posnominal, como atributos o acompañando al artículo), mientras que mi,tu,su son
por lo general átonas (tónicos aún en Asturias, Santander, Castilla y León, mí padre, según
M. Pidal, 1994[1940]:256) y se emplean como determinantes, en español actual.
En español medieval la distribución de los posesivos, apocopados o plenos, masculinos o
femeninos, con diversos cruces, no era regular a lo que se han tratado de buscar diferentes
explicaciones.

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