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GÉNERO FANTÁSTICO

Estamos ahora en condiciones de precisar y completar nuestra definición de lo fantástico.


Esta exige el cumplimiento de tres condiciones. En primer lugar, es necesario que el texto
obligue al lector a considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas reales,
y a vacilar entre una explicación natural y una explicación sobrenatural de los
acontecimientos evocados. Luego, esta vacilación puede ser también sentida por un
personaje de tal modo que el papel del lector está, por así decirlo, confiado a un personaje y,
al mismo tiempo, la vacilación está representada, se convierte en uno de los temas de la
obra; en el caso de una lectura ingenua, el lector real se identifica con el personaje.
Finalmente, es importante que el lector adopte una determinada actitud frente al texto:
deberá rechazar tanto la interpretación alegórica como la interpretación «poética». Estas tres
exigencias no tienen el mismo valor. La primera y la tercera constituyen verdaderamente el
género; la segunda puede no cumplirse. Sin embargo, la mayoría de los ejemplos cumplen
con las tres. (Todorov)

Así la literatura fantástica quedaría definida como la que presenta en forma de problema
hechos a-normales, a-naturales o irreales. Pertenecen a ella las obras que ponen el centro de
interés en la violación del orden terreno, natural o lógico, y por lo tanto en la confrontación
de uno y otro dentro del texto, en forma explícita o implícita. (Barrenechea)

Temas del relato fantástico


En este género se pueden identificar algunos tópicos, entre ellos:
El doble: tema clásico del fantástico que se refiere a la existencia de un "otro yo", de una "copia de uno mismo", que
habita más allá de nosotros y que nos interpela.

Las mutaciones: los personajes sufren transformaciones parciales o completas que los convierten en seres diferentes
de los que eran.
Las apariciones: la presencia de seres sobrenaturales constituye otra de las temáticas del género. Esto supone la
coexistencia de dos mundos, el de la vida y el de la muerte: habría un "más allá" que se hace presente en el mundo de
los vivos. Este tópico ha sido explorado por autores como Edgar Allan Poe y Howard P. Lovecraft.
Coexistencia de la realidad y el sueño: sus fronteras se tornan difusas, y es difícil determinar si los hechos
pertenecen a una o a otro. Un relato paradigmático es "Las ruinas circulares", de Jorge Luis Borges, en el cual un
hombre, a punto de ser envuelto por las llamas, se da cuenta de que es parte del sueño de otro.
Alteraciones espaciotemporales: el espacio y el tiempo se ven perturbados a través de regresiones, tiempos
detenidos, realidades paralelas.
REALISMO MÁGICO
Qué es el realismo mágico con ejemplos
La expresión "realismo mágico" en 1925 se usó por vez primera de la mano de Franz Roh, un crítico
alemán que hacía referencia a un tipo de pintura que mostraba una realidad ligeramente diferente a la que
veía el ojo humano. No obstante, cuando Arturo Uslar Pietri acuñó este término, lo hizo con una motivación
distinta: describir el estilo literario que algunos autores latinoamericanos empezaban a seguir, un estilo con
efectos mágicos en la realidad que todos conocemos creando un nuevo espacio que mezclaba la realidad
con la ficción.
Muchos escritores del boom latinoamericano profesaron este subgénero literario como, por ejemplo, es
el caso de Gabriel García Márquez quién con "Cien años de soledad" consiguió crear una obra que resulta
la mejor muestra literaria del realismo literario. En esencia, este subgénero se refiere a aquellas obras en
las que en una escena de aparente normalidad y realidad aparecen elementos fantásticos que, sin
embargo, no producen sorpresas entre los personajes de las obras. Por tanto, en el plano literario, el
realismo que se nos presenta viene de la mano con la fantasía y, por eso, el nombre tan acertado de
realismo mágico.
Se ha estudiado mucho el origen de este subgénero narrativo, pero muchos críticos apuntan a que fue
la mejor manera de los autores residentes en países dictatoriales y censurados de poder expresar sus
pensamientos y sus ideas con fantasía. Una manera de evadir la censura y de presentar una realidad
fantasiosa que, en realidad, era una metáfora de la realidad que ellos vivían.

Principales características
Elementos fantásticos en la realidad conocida
El autor nos sitúa en una realidad fácilmente identificable ya que es real y cercana. Sin embargo, en ella
se incorporan una gran cantidad de elementos fantásticos, mágicos, que conviven con la realidad. Es
importante remarcar que muchos de estos elementos forman parte de la identidad y sensibilidad de los
pueblos latinoamericanos, con huella de personajes míticos, legendarios, etcétera.
Naturalidad frente a la fantasía
Los acontecimientos fantásticos o irreales de la trama se tratan como normales entre los personajes.
Por tanto, el lector no encontrará una reacción de extrañeza en el personaje que vive esa situación
fantástica sino, más bien, lo contrario.
La importancia del narrador
El narrador tiene un papel muy relevante. La causa está en que, cuando nos presenta el hecho
fantástico, su voz también lo hace con una naturalidad propia del subgénero. No hace hincapié en lo
extraño del suceso, sino que lo explicará con la misma normalidad y neutralidad que si explicara que
alguien está comiendo. Los hechos fantásticos de estas obras no son fantásticos en la realidad literaria y,
por eso, ni siquiera el narrador puede darle ese toque especial porque rompería con la esencia. Solamente
el lector se dará cuenta de lo mágico que está ocurriendo, pero nadie más le dará importancia al hecho.
Escenarios americanos
Los autores latinoamericanos vieron en el realismo mágico una óptima herramienta para recuperar su
identidad silenciada y sus tradiciones más auténticas. Por eso, todas las historias que explicaban se
incluían dentro de la realidad americana con paisajes y espacios propios de esta parte del mundo.
Atmósferas intimistas
También suele ser común que los autores que siguieron esta corriente crearan una atmósfera intimista
que le permitiera al personaje expandirse e investigarse en su interior. Estas obras pueden leerse como
auténticas metáforas de lo que los escritores querían expresar y, por tanto, con la mezcla de la fantasía y
la realidad creaban mensajes muy poderosos y potentes.

Mitos y leyendas autóctonos


Los autores empleaban muchos elementos de su tradición popular para poder crear ese marco de
fantasía e irrealidad. Con esto, no solo creaban el ambiente idóneo para sus obras, sino que, además,
recuperaban historias y personajes que habían sido abandonados u olvidados con el paso de los años.
Una manera de poder volver a sus orígenes culturales y ahondar en sus raíces.
Denuncia social
La mayoría de los textos que forman parte del realismo mágico se escribieron con una voluntad crítica.
Como se ha comentado, muchos de los autores fieles al género vivían en países con dictaduras y censura.
Por tanto, la vía que encontraron para poder denunciar lo que estaban viviendo era mediante este
subgénero que traspasaba el filtro de la censura y que estaba cargado de mensajes ocultos.

Imagen: literatura de sexto


Escritores del realismo mágico más destacados

Mención especial se debe hacer a Gabriel García Márquez ya que, para la gran mayoría de los
críticos, es el padre del realismo mágico. Con "Cien años de soledad" consigue llevar este género a su
máxima expresión y escribir una de las obras más importantes en lengua española.
Aquí se deja un listado con los escritores más importantes del movimiento:
 Horacio Quiroga
 Miguel Ángel Asturias
 Jorge Luis Borges
 Manuel Mujica
 Elena Garro
 Juan Rulfo
 Carlos Fuentes
 Mario Vargas Llosa

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