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FACULTAD DE TEOLOGÍA – IBA

Materia: Introducción al Antiguo Testamento II


Fecha: 16-10-2015
Estudiante: Felipe Cabral
Tarea: Lectura y resumen
Libro: Lasor, W. Panorama del Antiguo Testamento. Hageo. Págs. 468-476

El profeta: Realmente se sabe muy poco sobre Hageo. Fue contemporáneo de


Zacarías y, en gran parte, la reconstrucción del templo se debió al trabajo de estos
dos profetas. Se cree que era un joven que volvió de Babilonia con Sesbasar.

Su mensaje: El libro de Hageo contiene cuatro profecías, cada una con fecha
precisa. (1) El 29 de agosto de 520, se dirige a Zorobabel y a Josué el sumo
sacerdote, en esencia era un llamado a terminar el templo; (2) El 17 de octubre de
520, se dirige al gobernador, al sumo sacerdote y al remanente, el mensaje podría
resumirse en la frase: “Yo estoy con vosotros”; (3) El 18 de diciembre de 520, es un
diálogo entre Yahvéh y Hageo en donde se llama al pueblo al arrepentimiento; (4)
también el 18 de diciembre de 520, se dirige a Zorobabel con un mensaje
escatológico. La idea era alentar a la nación, a su gobernador, a su sumo sacerdote y
al remanente del pueblo para terminar de reconstruir el templo.

Situación histórica: Se supone que los judíos, exiliados en Babilonia por


cincuenta años estarían ansiosos por volver a casa. Sin embargo, muchos
prosperaron en Babilonia, los niños nacidos en ese lugar ya tenían más de cincuenta
años, No todos querían desarraigarse y volver a una tierra que nunca habían
conocido. Retornaron unos cincuenta mil judíos y subsecuentemente otros grupos.
En Babilonia no existió la cruel esclavitud que habían sufrido en Egipto. Tampoco
Sesbasar fue un Moisés dotado del poder de Dios. Jerusalén había sido destruida y
no la habían reconstruido.

Período postexílico: Los judíos vivían no sólo en Babilonia, sino también en Egipto
y probablemente en otros lugares. Bajo los persas, Judá poseía un grado
considerable de gobernación autóctona, pero los judíos estaban bajo un gobernador,
sin rey propio. El culto en el templo de Jerusalén no se caracterizó por la
centralización y, a lo sumo, se constituyó en un santuario central nominal, ya que las
sinagogas locales se ocupaban de las necesidades de la mayor parte de los judíos. No
se levantó voz profética alguna.

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