HAGEO 1
Sigamos intentándolo:
Cómo enfrentar los obstáculos, 1a parte
A medida que el profeta Hageo animaba al
pueblo de Judá a completar la reconstrucción del
templo, entregó cuatro mensajes en unos cuatro
meses. Cada mensaje fue diseñado para hacerle
frente a un problema específico en la comunidad
judía que obstaculizaba la tarea. En dos casos, el
propio Hageo identificó el problema; en los otros
dos, el contenido del mensaje sugiere el obstáculo
que estaba impidiendo el proyecto. Estos cuatro
obstáculos (explícitos o implícitos) proporcionan
un bosquejo natural para el libro.
OBSTÁCULO 1—EL PENSAMIENTO DEL
PUEBLO: «ESTE NO ES EL MOMENTO
ADECUADO» (1.1–15)
El contexto y la situación (1.1, 2)
1
En el año segundo del rey Darío, en el mes
sexto, en el primer día del mes, vino palabra de
Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel
hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué
hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: 2Así
ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo:
Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el
tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
Un obstáculo para la conclusión del proyecto
fue que los judíos no creían que era un buen
momento para reconstruir el templo. Estos dos
versículos introducen al lector en el tema del
libro respondiendo a tres preguntas acerca primer
mensaje de Hageo.
Versículo 1. ¿Cuándo? El texto comienza
dándole fecha al primer mensaje del profeta
Hageo. La revelación inicial de Dios al profeta
vino en el año segundo del rey Darío, en el mes
sexto, en el primer día del mes. Darío comenzó su
reinado como rey de Persia en el 522 a.C., por lo
tanto, al presente mensaje se le debe dar la fecha
del 29 de agosto del 520 a.C. En vista de que los
judíos no tenían su propio rey, registraban sus
eventos de acuerdo a los reyes extranjeros que
gobernaban sobre ellos. Richard Wolff observó que
este versículo inicial les recordó a los judíos que
«todavía no estaban completamente restaurados».1
En «el primer día del mes», los judíos habían
de guardar la luna nueva como un día santo. En
un día así, puede que los corazones del pueblo se
hayan vuelto al Señor, por lo que podrían haber
estado más dispuestos a aceptar el mensaje de
Hageo. Joyce G. Baldwin pensó que el día «era,
por lo tanto, una ocasión en la que sería posible
conseguir la atención de esta comunidad agrícola,
porque habría fiestas en Jerusalén».2
¿Quien? La fuente del mensaje era Jehová. Al
igual que los demás profetas, Hageo afirmó que sus
palabras provenían de Dios. Dios estaba dando Su
mensaje por medio del profeta Hageo, quien, junto
con Zacarías, jugó un papel importante en el libro
de Esdras. A los dos profetas se les acredita con
alentar a los judíos a reanudar la reconstrucción
del templo (Esd 5.1, 2; 6.14).
Los principales destinatarios del mensaje
fueron Zorobabel, que fue gobernador de Judá, y
Josué, sumo sacerdote, los dos líderes de los judíos
que regresaron. A Zorobabel se le podría haber
considerado como la primera autoridad civil, y a
Josué como la máxima autoridad religiosa. Estos
1 
Richard Wolff, The Book of Haggai (El libro de Hageo)
(Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1967), 21.
2 
Joyce G. Baldwin, Haggai, Zechariah, Malachi: An
Intro­duction and Commentary (Hageo, Zacarías, Malaquías:
Una introducción y Comentario) The Tyndale Old Testament
Commentar­ies (Downers Grove, Ill.: Inter-Varsity Press,
1972), 37.
1
líderes tenían que ser motivados para que a su vez
pudieran motivar a la nación a terminar la tarea
en cuestión.
Puede que a Zorobabel también se le haya
conocido como «Sesbasar», o podría haber sido el
gobernador que sucedió a Sesbasar. El rey persa lo
asignó para servir como gobernador. Como nieto
del rey Joaquín, estaba en la línea de sucesión de
David. Su nombre se encuentra en la genealogía
de Jesús (Mt 1.12). Surge un problema cuando a
Zorobabel se le identifica como el hijo de Salatiel,
ya que 1º Crónicas 3.19 dice que es el hijo de
Pedaías, el tercer hijo de Joaquín, en lugar del hijo de
Salatiel, el hijo mayor de Joaquín. Se han sugerido
dos posibles soluciones a este problema. Una es
que Salatiel podría haber adoptado a su sobrino
mayor, Zorobabel, que a partir de ese momento fue
llamado por su nombre. La otra es que Zorobabel
nació de la viuda de Salatiel mediante el levirato.3
A Josué se le identifica como el hijo de Josadac,
lo que también le haría nieto de Seraías, el principal
sacerdote llevado al exilio en Babilonia (2º R 25.18;
1º Cr 6.14).
Versículo 2. ¿Qué? El contenido del mensaje se
centró en la reconstrucción del templo. El templo
había sido destruido por Nabucodonosor alrededor
del 586 a.C., cuando los babilonios conquistaron
Judá y tomaron a los judíos cautivos. Cuando Ciro
el Grande les permitió regresar a su propia tierra
alrededor del 538 a.C., los judíos comenzaron
pronto la reconstrucción del templo colocando sus
cimientos. Sin embargo, los moradores de la tierra
les desanimaron, y sus esfuerzos de construcción
se detuvieron por unos dieciséis años (Esd 4.4, 5).
John T. Willis ofreció las siguientes razones
de por qué las labores en el templo habían cesado
durante todos esos años: 1) Los judíos tuvieron
temor de los samaritanos (2.4, 5). 2) Estaban
más interesados en ​​ sus propias actividades que
en hacer la obra de Dios. 3) Se acostumbraron a
procrastinar. 4) Eran egoístas con sus posesiones.
5) No creían que la reconstrucción del templo era
lo suficientemente importante como para justificar
el sacrificio de su tiempo y energía.4
En los días que profetizó Hageo, Dios había
decidido que era el momento para que se completara
el proyecto del templo sin terminar. Sin embargo,
los judíos no estaban listos para reanudar el trabajo.
Decían que no era el tiempo adecuado de que la
3 
Ibíd., 38.
4 
John T. Willis, My Servants the Prophets (Mis siervos
los profetas), vol. 4, The Way of Life Series (Abilene, Tex.:
Biblical Research Press, 1982), 77–78.
2
casa de Jehová [fuera] reedificada. Algunos han
sugerido que los judíos podrían haber pensado que
los «setenta años» de la profecía de Jeremías (Jer
25.11, 12; 29.10) aún no se habían cumplido, por
lo que estaban diciendo que no había llegado el
momento para reconstruir el templo.5 Sin embargo,
otros han cuestionado esta idea. Por ejemplo,
Carroll Stuhlmueller escribió: «Es muy dudoso
que los judíos hayan interpretado la profecía de
Jeremías de manera tan literal».6 La verdadera
razón para la postergación del pueblo es revelada
posteriormente por el profeta Hageo: Los judíos
estaban más preocupados por otros asuntos —su
propia casas— que por la casa de Dios (1.4).
La amonestación del profeta:
«¡Reconstruyan el templo!» (1.3–11)
3
Entonces vino palabra de Jehová por medio
del profeta Hageo, diciendo: 4¿Es para vosotros
tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas
artesonadas, y esta casa está desierta? 5Pues así ha
dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre
vuestros caminos. 6Sembráis mucho, y recogéis
poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis
satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que
trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
7
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad
sobre vuestros caminos. 8Subid al monte, y traed
madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi
voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
9
Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en
casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué?
dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa
está desierta, y cada uno de vosotros corre a su
propia casa. 10Por eso se detuvo de los cielos sobre
vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
11
Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los
montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el
aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre
los hombres y sobre las bestias, y sobre todo
trabajo de manos.
Versículos 3, 4. Los judíos estaban aseverando
que el tiempo aún no había llegado para que
5 
Clinton R. Gill ofreció esto como una posible excusa
hecha por los Judíos. (Clinton R. Gill, Minor Prophets—A
Study of Micah Through Malachi [Profetas Menores—Un Estudio
de Miqueas hasta Malaquías], Bible Study Textbook Series
[Joplin, Mo.: College Press, 1971], 242.)
6 
Carroll Stuhlmueller, “Haggai, Zechariah, Malachi”
(«Hageo, Zacarías, Malaquías»), en The Jerome Biblical
Commentary (Comentario bíblico de Jerome), ed. Raymond E.
Brown, Joseph A. Fitzmyer, y Roland E. Murphy (Englewood
Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, Inc., 1968), 388.
el templo fuera reconstruido (1.2). Jehová les
respondió de vuelta, preguntando si era tiempo
para habitar en [sus] casas artesonadas, mientras
que la casa del Señor yacía desierta. Por supuesto,
la pregunta es retórica; la respuesta obvia es «¡No!».
El pueblo no debía haber estado construyendo sus
propias casas y viviendo con lujos, mientras dejaban
la casa de Dios en ruinas. (Para más información,
vea «Casas artesonadas» en la página 6.)
¿Cómo podía decirse que los judíos moraban
en «casas artesonadas» y aún así sufrían el
tipo de problemas mencionados en 1.6–11? Las
posibilidades podrían ser las siguientes: 1) Algunos
vivían en «casas artesonadas», con lujos, mientras
ignoraban al Señor, pero otros estaban sufriendo.
2) El pueblo había construido sus «casas
artesonadas» durante los buenos tiempos, sin
embargo, los últimos tiempos habían sido malos
(aunque el pueblo no moría de hambre).
Versículo 5. El profeta utilizó un enfoque
de recompensa/castigo para animar al pueblo
a cumplir con el mandamiento de Dios. Para
ayudarle al pueblo a ver el error de sus caminos,
dos ocasiones dijo: Meditad bien sobre vuestros
caminos (1.5, 7; vea 2.15, 18). «Meditad bien sobre
vuestros caminos» es literalmente «fijen vuestros
corazones en vuestros caminos», un modismo
hebreo que quiere decir «¡Reflexionen sobre su
proceder!» (NIV).7 En estos versículos, Hageo le
pidió al pueblo que «meditaran» en la forma como
el Señor ya les había castigado.
Versículo 6. Sus vidas y su trabajo habían
sido insatisfactorios. Por lo tanto, sus cosechas
habían sido pobres; tenían poco para comer o
beber; su vestido no les mantenía calientes; y
su jornal era para nada. La situación era como
poner dinero en saco roto; sus ingresos parecían
desaparecer rápidamente. Tal vez el pueblo no
podía ahorrar nada debido a precios inflados.8 El
haber descuidado la casa del Señor había hecho
que Dios les castigara, o al menos le habían
impedido a Dios bendecirlos. Cuando Dios retenía
Sus bendiciones por culpa de la desobediencia
de los judíos, estaba actuando de acuerdo con los
galardones y las maldiciones pronunciadas en la
ley de Moisés (Lv 26; Dt 27; 28).
7 
Robert L. Alden, “Haggai” («Hageo»), en The Expositor’s
Bible Commentary, vol. 7, Daniel—Minor Prophets [Comentario
bíblico del Expositor, vol. 7, Daniel—Los profetas menores], ed.
Frank E. Gaebelein (Grand Rapids, Mich.: Zondervan
Publishing House, 1985), 581.
8 
Homer Hailey, A Commentary on the Minor Prophets
(Comentario sobre los profetas menores) (Grand Rapids, Mich.:
Baker Book House, 1972), 304–5.
Versículos 7, 8. ¿Qué solucionaría el problema
de ellos? Hageo dijo que el pueblo sería galardonado​​
si [reedificaban] la casa. Él les dijo nuevamente
que [meditaran] sobre [sus] caminos —que
pensaran cuidadosamente sobre lo que habían
hecho y necesitaba hacer (vea comentarios sobre
1.5). Les entregó el mandamiento de Dios a juntar
madera del monte y hacer el trabajo. Cuando así
hicieran, Dios [pondría] en ella [Su] voluntad y
sería glorificado.
El hecho de que a los judíos se les dijo que
«[trajeran] madera, y [reedificaran] la casa»
puede ser significativo. Cuando el templo fue
destruido, los viejos cimientos, siendo hechos
de piedra, no habrían desaparecido; tampoco las
grandes piedras que conformaban la mayor parte
de las paredes exteriores. Todo fue quemado, y
las piedras habría sido removidas y desplazadas;
sin embargo, los judíos tenían algo con lo cual
comenzar. Lo que necesitaban era «madera» para
reemplazar lo que se había quemado y restaurar al
templo una vez que hubieren colocado las piedras
nuevamente en su lugar. En otras palabras, los
judíos no tenían que empezar de cero cuando se
dispusieron a reconstruir el templo. Baldwin señaló
la preposición «en» que se encuentra en 1.14 («en
la casa de Jehová») como una indicación «de que
la estructura del edificio se mantuvo».9
¿Qué se entiende por el «monte»? 1) El término
sugiere las colinas de Judea que rodeaban Jerusalén
como la fuente de madera para el templo. De
hecho, allí se podían encontrar varios tipos de
árboles, incluyendo el olivo, el mirto y la palma
(Neh 8.15). Si es correcto, la madera de los montes
de Judea habría complementado los troncos de
cedro que ya habían sido obtenidos del Líbano
(Esd 3.7). Probablemente fue necesario usar los
troncos de cedro más largos para las vigas del
techo, como había hecho Salomón en el primer
templo (1º R 5.1–10). 2) Si el cedro obtenido para
el segundo templo ya se había utilizado en las
«casas artesonadas» del pueblo, tal vez el «monte»
se refiere al Líbano. Tendrían que volver allí para
obtener más madera de cedro.
Versículo 9. Una vez más, el Señor habló de
las consecuencias para el pueblo si no le ponían a
El de primero. Habían sacado poco provecho de
sus labores. Cuando iban a recoger sus cosechas,
esperaban un buen rendimiento, sin embargo,
encontraron sólo un poco; entonces cuando trajeran
el grano cosechado en casa, Dios lo [disiparía] en
un soplo. ¿Por qué? Porque la casa de Dios yacía
9 
Baldwin, 43.
3
desierta, mientras cada uno de los judíos corría
a su propia casa. El pueblo se apresuraba para
atender sus asuntos personales mientras ignoraban
la necesidad de cuidar la casa de Dios.
La NIV consigna: «Cada uno de vosotros está
ocupado con su propia casa». La palabra corre
(NVI) es la traducción literal del verbo X… w r (ruts);
la NRSV y la REB consignan «se apresuran». Al
parecer, la idea es que el pueblo estaba tan ocupado
apresurándose por sus casas, atendiendo sus
propios negocios, que no tenían tiempo para los
negocios del Señor. La traducción libre de la CEV
consigna «Se apresuran a construir sus propias
casas, mientras mi templo sigue en ruinas».
Versículos 10, 11. Para castigar al pueblo por su
egocentrismo, el Señor había enviado una sequía
que había afectado negativamente la tierra y sus
frutos (el trigo, el vino y el aceite), las bestias, y
los hombres y todas sus obras.
El mensaje de Hageo daba entender que, como
lo había estipulado el pacto, si los judíos ponían a
Dios de primero, la nación prosperaría. El descuido
de la casa de Dios por parte del pueblo explicaba
los problemas que habían estado sufriendo.
La respuesta del pueblo:
Obediencia y reverencia (1.12–15)
12
Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo
de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del
pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras
del profeta Hageo, como le había enviado Jehová
su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.
13
Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló
por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo
estoy con vosotros, dice Jehová. 14Y despertó
Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel,
gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo
de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo
el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en
la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, 15en
el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo
año del rey Darío.
Versículo 12. La última parte del capítulo 1
registra la respuesta del pueblo al mensaje que
Dios entregó por medio de Hageo a Zorobabel,
Josué, y luego al pueblo. De acuerdo a lo que
muestran los registros bíblicos, la mayoría de los
profetas fueron ignorados o rechazados la mayor
parte del tiempo por el pueblo al que hablaban,
¡pero no Hageo! Por el contrario, los dos líderes,
junto con el resto (una referencia a los judíos que
habían regresado del cautiverio) escucharon las
4
palabras del profeta Hageo y [oyeron] la voz de
Jehová su Dios.
Las referencias al «resto» en Hageo y Zacarías
podrían proporcionar un cumplimiento de las
profecías de Isaías concerniente al regreso de
un remanente (Is 10.21; 11.11). En vista de que la
palabra para «regresar» (b… w v, shub) también quiere
decir «arrepentirse», podría ser importante que
en Hageo la palabra «resto» se aplica a los judíos
que regresan cuando son obedientes a «la voz de
Jehová su Dios».10
Mediante su obediencia, el pueblo [temió]
delante de Jehová. En lugar de «temió», otras
versiones consignan «mostró reverencia» (NASB).
«Temer» a Dios no quiere decir tener «miedo» de
Él, más bien «implica reverencia [y] adoración y
da expresión adecuada al espíritu de la verdadera
religión en el Antiguo Testamento».11
Versículos 13–15. El libro registra que en el día
veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del
rey Darío —un poco más de tres semanas después
del primer mensaje registrado en el capítulo (1.1)—
el pueblo [trabajó] en la casa de Jehová. ¿Qué había
ocurrido mientras tanto? Algunos creen que cuando
el pueblo escuchó por primera vez la palabra de
Hageo y «temió […] delante de Jehová» (1.12),
comenzaron a limpiar los escombros y reunir los
materiales para la construcción. Después de tres
semanas, Hageo volvió a hablar, animándoles a
completar el trabajo transmitiendo la buena noticia
de que Jehová dijo: Yo estoy con vosotros. Con
Dios de su lado, no podía derrotárseles; ¡sin duda
triunfarían! Con ese ánimo, Jehová [despertó] el
espíritu tanto de los líderes como del pueblo, y
se inició el trabajo de reconstrucción.12
Otra posibilidad es que el proceso de
predicación de Hageo y la respuesta favorable a
los judíos requirieron un periodo de tiempo más
prolongado, necesitándose unas tres semanas para
completarse. Si es así, el relato que se encuentra en
Hageo es un verdadero informe, pero abreviado,
de lo sucedido: Por tres semanas Hageo predicó;
al final de ese tiempo, dijo: «Jehová está con
vosotros»; y luego los judíos, que habían sido
favorablemente convencidos y conmovidos por su
predicación, comenzaron a hacer lo que el Señor
les había dicho que hicieran.
El hecho de que fue «Jehová» el que «despertó
10 
Ibíd., 42.
11 
Wolff, 38.
12 
Este punto de vista aparece en Charles L. Feinberg,
The Minor Prophets (Los profetas menores) (Chicago: Moody
Press, 1990), 242.
[…] el espíritu» de los judíos hace énfasis en que
el efecto de la predicación de Hageo no había
de atribuírsele al profeta. Más bien, gracias a Su
palabra hablada por medio del profeta, Dios obró
dentro de los espíritus de los oyentes receptivos de
Hageo para producir los resultados que deseaba.
AplicacióN
— —
Hageo 1
«MEDITAD BIEN SOBRE VUESTROS
CAMINOS» (1.5, 7)
En dos ocasiones, el profeta Hageo dijo:
«Medita bien sobre sus caminos» (1.5, 7, vea 2.15,
18). Deseaba que el pueblo pensara seriamente
sobre su situación —sobre dónde estaban en
relación con su objetivo, dónde querían estar, y
cómo podían llegar allí. Pensar con cuidado les
condujo a cambiar sus caminos y reconstruir el
templo.
Tal vez, desde un punto de vista espiritual, lo
que la mayoría de las personas necesitan hacer
más que cualquier otra cosa es «meditar» en sus
caminos, pensar cuidadosa y seriamente sobre su
condición. Si bien podrían no estar sufriendo las
consecuencias negativas de su pecado como sufrió
Judá (aunque muchos podrían estarlo), todavía
necesitan pensar en preguntas como las siguientes:
«¿Estoy viviendo de acuerdo a mi potencial para
bien?»; «¿Está mi hambre espiritual sin satisfacer?»;
«¿Se agrada Dios con mi vida?»; «Si sigo viviendo
como lo estoy haciendo, ¿dónde voy a pasar la
eternidad?».
Meditemos bien sobre nuestro caminos.
También podríamos decir: «Pensemos en ello».
Un examen concienzudo de nuestra condición
podría dar lugar a un cambio para bien.
LA BUENA PREDICACIÓN (1.8, 14)
La misión de Hageo fue motivar a los judíos a
«[reedificar] la casa» (1.8). Gracias a sus palabras,
los judíos «vinieron y trabajaron en la casa de Jehová
de los ejércitos, su Dios» (1.14). ¡La predicación del
profeta logró su propósito! A diferencia de otros
profetas, Hageo experimentó resultados visibles
de su labor.
¿Qué hizo tan poderosa su predicación? Hay
varias cosas que podrían mencionarse:
Habló la palabra del Señor (1.2, 3, 5, 12, 13). El
Señor había prometido que Su palabra lograría
lo que fue enviada a hacer (Is 55.10, 11). Hoy, el
Nuevo Testamento les enseña a los predicadores
que el poder para convertir a las personas no reside
en sí mismos, sino en el mensaje que predican (Ro
1.16; 1ª Co 1.18).
Habló clara y directamente. Hageo no dejo lugar
a dudas en cuanto a lo que el Señor requería de
sus oyentes. El dijo: «reedificad la casa». Nadie
podía malinterpretar el mensaje. En la predicación
del evangelio, puede que a veces haya espacio
para la sutileza, la insinuación, o dejar que los
oyentes infieran del mensaje presentado lo que
tienen que hacer; sin embargo, por regla general,
los predicadores tienen que decirle a las personas
clara y directamente lo que el Señor requiere de
ellos.
Utilizó una lógica eficaz. «¿Es […] tiempo?»,
preguntó Hageo, en otras palabras, «¿de habitar
en casas bonitas, cuando la casa de Dios está en
ruinas?» (vea 1.4). Este razonamiento lleva a la
obvia conclusión de que algo andaba mal. Puesto
que tenían casas bonitas, ¿no debían reconstruir
la casa de Dios? El razonamiento lógico es una
necesidad si las personas han de entender lo que
están haciendo cuando obedecen el evangelio.
Para muchos, la lógica es convincente. Motivará
a algunos a hacer lo que es correcto.
Prometió galardones a cambio de obediencia. Si
bien Hageo entendió que la situación podría
mejorar si el pueblo hacía lo que debía, el principal
galardón que ofreció fue simple: «Yo estoy con
vosotros, dice Jehová» (1.13). Los predicadores
que esperan ver resultados —como Hageo y los
predicadores en tiempos del Nuevo Testamento—
deben hablar de galardones. Por supuesto, no
deben hacer promesas que el Señor nunca hizo
(por ejemplo, afirmar que Dios garantiza la
prosperidad y la buena salud a los fieles). Sin
embargo, pueden enseñar que las personas que
obedecen al Señor recibirán el «perdón de [sus]
pecados» y el «don del Espíritu Santo» (Hch 2.38).
Tal vez el mayor galardón que se puede prometer
es que ahora, como entonces, el Señor estará con
los que se vuelven a Él (Mt 28.20).
Su audiencia fue receptiva. Hageo fue un
predicador éxito gracias en gran parte a que su
público estaba dispuesto a escuchar y actuar en
base a su mensaje. Del mismo modo, en nuestro
tiempo, los predicadores verán resultados visibles
en la medida en que les prediquen a oyentes
receptivos.
Los predicadores deben hacer todo lo posible
para predicar el evangelio con eficacia, para
mover a las personas a obedecer al Señor; sin
embargo, después de haber hecho todo lo posible,
el resto depende de los oyentes y del Señor, que
da el crecimiento (1ª Co 3.6). Algunos recibirán
el mensaje «con mucho gusto» (Hch 2.41; KJV)
5
al igual que aquellos a los que Hageo predicó. «CASAS ARTESONADAS» (1.4)
¿Qué se entiende con el término «casas
«EL TEMOR DELANTE DE JEHOVÁ» (1.12) artesonadas» en Hageo 1.4? La palabra griega
Como resultado de la predicación de Hageo, NA p D s (sapan), que se traduce como «artesonadas»,
se utiliza en algunos otros textos del Antiguo
… oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo
de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del
Testamento con respecto a la construcción. Cuando
pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras Salomón construyó el primer templo, lo «cubrió»
del profeta Hageo, como le había enviado usando vigas de cedro y tablones (1º R 6.9). La NIV
Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de consigna que completó el templo, «techándolo»
Jehová (1.12).
con estos materiales. También «cubrió» la sala del
trono del palacio con cedro, «del suelo al techo»
El pueblo escuchó el mensaje de Hageo y lo
(1º R 7.7) o «de piso a piso» (NASB). Otro texto,
obedeció. Al hacerlo, «temieron […] delante de
Jeremías 22.14, habla de un rey posterior de Judea
Jehová».
que «cubrió» su palacio de cedro y luego lo pintó
A veces las personas piden que se muestre
de rojo brillante («bermellón»).
un mayor «temor» («reverencia»; NASB) delante
En el presente contexto, el término hebreo
del Señor. Cuando lo hacen, a menudo hablan de
sapan puede referirse tanto al techo como al
cómo adoramos (debemos callar en el culto) o
revestimiento interior. 1) La NEB y REB consignan
de la forma como hablamos (no debemos usar el
el término como «bien techado», que forma un
nombre de Dios a la ligera). Si bien necesitamos
buen contraste con las ruinas desoladas del templo.
mostrar reverencia en ambas áreas, Hageo 1.12 nos
En este caso, el punto de contraste incluye la
recuerda que la manera más importante de mostrar
terminación de sus hogares, mientras que el templo
reverencia «delante de Jehová» es obedeciéndole.
seguía sin terminar (sin techo). 2) Si la referencia
La persona que calla en el culto muestra reverencia
es al revestimiento interior, el énfasis está en lo
delante de Dios, sin embargo, también lo hace la
invertido: El pueblo había derramado su riqueza
persona que está afuera hablándoles de Jesucristo
en sus casas, sin embargo, habían descuidado
a sus amigos y vecinos, porque está cumpliendo la
la casa del Señor. Otras versiones enfatizan los
Gran Comisión. Además, la persona que obedece
recursos económicos necesarios para artesonar
la verdad proclamada por el predicador también
las casas, describiéndolas como «costosas» (CEV),
está mostrando reverencia delante del Señor.
«adornadas» (NCV), o «lujosas» (NLT).
Reverenciemos al Señor: Mostrémoles reverencia
haciendo lo que nos pide hacer.

Autor: Coy Roper

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