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¿Cuáles son las Bienaventuranzas?

1 – Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos


es el Reino de los cielos.
2 – Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán
consolados.
3 – Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en
herencia la tierra.
4 – Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
5 – Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán la misericordia.
6 – Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos
verán a Dios.
7 – Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos
serán llamados hijos de Dios.
8 – Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
9 – Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y
digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi
causa.
10 – Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será
grande en los cielos.

Daniel (profeta)
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Este artículo se refiere al profeta judío. Para el artículo sobre el libro bíblico de
Daniel, véase Libro de Daniel.

Daniel
‫ָּדנִ ּיאֵ ל‬
Daniel, Miguel Ángel, Capilla Sixtina (1511-1512)

Profeta y santo

Nacimiento siglo VII a. C.


probablemente Jerusalén

Fallecimiento siglo VI a. C.
Babilonia

Venerado en Judaísmo
Cristianismo
Islam1
Fe Baha'i

Principal Babilonia, Kirkuk,


santuario Muqdadiyah, Susa, Malamir y Samarcanda

Festividad 21 de julio (festividad católica)

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Daniel (hebreo ‫;דנִ ּיאֵ ל‬


ָּ árabe: ‫ )دددددد‬es el profeta, autor y protagonista principal
del Libro de Daniel, que se halla incluido tanto en el Tanaj como en la Biblia.2
En el libro de Ezequiel se nombra a cierto Daniel como una persona de
excepcional sabiduría y rectitud (Ez. 14: 14, 20 y 28: 3). También aparecen
mencionados otros dos personajes con el mismo nombre, a saber: Daniel, hijo
de David (1 Cr 3:1 y 2 Sam 3:3) y Daniel hijo de Itamar, de familia sacerdotal, uno de
los exiliados que retornaron con Esdras en 458 a. C. (Esd 8:2).
Índice

 1Significado del nombre


 2Vida de Daniel
o 2.1La casta Susana
o 2.2Formación
o 2.3En la corte de Babilonia
o 2.4El banquete de Belsasar
o 2.5En el foso de los leones
o 2.6El profeta
o 2.7Muerte de Daniel
 3Tumba de Daniel
 4Profecías y visiones
 5Daniel como personaje histórico
 6Conmemoración litúrgica
 7En la literatura rabínica
 8Daniel en el Islam
 9Daniel en la tradición occidental
 10Véase también
 11Referencias
 12Bibliografía
 13Enlaces externos

Significado del nombre[editar]

Daniel en el foso de los leones. La respuesta de Daniel al rey, óleo por Briton Rivière, 1892.

El nombre consta de dos partes: el primer segmento proviene del verbo ‫( דין‬din)
'juzgar', 'contender' o 'alegar y la porción final es ‫( אל‬El), abreviatura de 'Elohim'; 'Dios',
'divinidad'. La partícula ‫( י‬i) ha sido interpretada tanto como un hiriq, denotando
pertenencia, o como un yod posesivo de primera persona (como en el hebreo
moderno).3 Por lo tanto Daniel suele traducirse como 'Dios es mi Juez' o 'Juicio de
Dios'. La Enciclopedia Judaica lo interpreta, a la luz de Gén 30,6, como 'Dios es el
defensor de mi derecho'.4
En el judaísmo Daniel es considerado el autor del libro homónimo, el cual es parte de
los Ketuvim, pero no un profeta. Los cristianos, en cambio, lo incluyen entre
los profetas mayores. En las Iglesias católica y ortodoxa también es venerado como
santo.
En la tradición islámica, aunque no sea mencionado por el Corán, se le considera
igualmente un profeta.

Vida de Daniel[editar]
Las únicas referencias a Daniel se encuentran en el libro bíblico que lleva
su nombre las cuales pueden complementarse con los datos suministrados por Flavio
Josefo cuya fuente última se ignora. Según estas tradiciones; Daniel pertenecía a una
familia noble del Reino de Judá, tal vez emparentada con la realeza.5
La casta Susana[editar]

Daniel salva a Susana, óleo de Sebastiano Ricci.

En su juventud, según se infiere de las secciones deuterocanónicas de su libro tendría


unos catorce años,6 fue conducido cautivo a Babilonia, luego de la caída
de Jerusalén en 587 a. C.. Siendo todavía un adolescente tuvo una intervención
decisiva en el proceso contra Susana. Esta mujer, joven y bella, había sido acusada
injustamente de adulterio por dos de los ancianos de la comunidad de los desterrados;
Daniel no solo defendió su inocencia sino que probó, por medio de un hábil
interrogatorio, que los propios denunciantes eran quienes habían acosado a la mujer,
calumniándola al no haber cedido a sus deseos.7
Formación[editar]
Nabucodonosor II, según el relato bíblico, ordenó escoger un grupo de jóvenes
hebreos para ser educados, después de lo cual entrarían al servicio del rey.8 Los
elegidos fueron Daniel y tres jóvenes de su misma tribu:
Ananías, Misael y Azarías quienes fueron confiados al cuidado de Aspenaz,9 jefe de
los eunucos.
Los jóvenes fueron introducidos en la cultura mesopotámica, aprendiendo su lengua,
su escritura y su tradición literaria motivo por el cual recibieron nombres en lengua
acadia tardía, el texto bíblico los transcribe como Beltsasar o Baltasar (Balâtsu-usur,
'Bel protege al rey'), para Daniel, y Sadrac, Mesac y Abednego, para los otros tres
jóvenes respectivamente. Fueron alojados en el palacio real, hoy identificado con la
zona arqueológica de Kasr, en la margen occidental del Eúfrates.
La tradición judía sostiene que estos jóvenes fueron convertidos en eunucos.
Daniel y sus compañeros, no obstante residir en la corte, mantuvieron sus
prácticas kosher de alimentación revelándose, siempre según el relato de su libro, que
este régimen los hacía más saludables que los demás jóvenes que vivían en el
palacio. Después de una formación de tres años, Daniel y sus tres compañeros, fueron
presentados ante Nabucodonosor quien, dice el texto: "los halló diez veces mejores
que todos los magos y astrólogos que había en su reino".10
En la corte de Babilonia[editar]
En el segundo año del reinado de Nabucodonosor,11 el monarca tuvo un sueño que lo
dejó profundamente angustiado, por lo que convocó a sus astrólogos y expertos en
artes adivinatorias, y les exigió lo interpretasen; para asegurarse de que no lo
engañaran en el momento de interpretar su sueño, los puso a prueba explicándoles
que existía una gran dificultad: les dijo que había olvidado su propio sueño. Ante la
falta de respuesta satisfactoria de parte de sus sabios, el rey se irritó y ordenó que los
ejecutasen. Daniel, que no había estado presente en ese episodio, fue también
arrestado pero, al enterarse acerca de lo ocurrido, habló con Arioc, jefe de la guardia,
y solicitó un plazo para poder responderle al soberano. La petición le fue concedida.
Entre tanto, Daniel y sus compañeros oraron a Yahveh pidiendo les revelase el
misterio.
Esa noche, en una visión, le fue revelado a Daniel el sueño del monarca y, al día
siguiente, el profeta se presentó en la corte proporcionando subsecuentemente el
relato del sueño de Nabucodonosor así como también su correspondiente
interpretación.12 Este hecho marcó el reconocimiento de Daniel, quien fue
subsecuentemente nombrado gobernador de la provincia de Babilonia y jefe de sabios
y expertos. Del mismo modo, los tres jóvenes judíos recibieron importantes cargos en
la administración imperial.
Daniel permaneció en la corte real durante todo el reinado de Nabucodonosor y
continuó ligado a ella cuando Belsasar le sucedió en el trono.13 El libro de Daniel omite
la existencia de Evilmerodac, Neriglisar, Labashi-Marduk y Nabonido, considerando a
Belsasar haber sido hijo de Nabucodonosor. Algunos autores postulan que el término
hijo no se utiliza literalmente, sino con el sentido de descendiente.14
En esos años los relatos mencionan el episodio del ídolo de oro,15 en el cual los tres
jóvenes fueron arrojados a un horno ardiente, y otro que, presentado como un
testimonio del propio rey, narra la transformación de Nabucodonosor en bestia.16
El banquete de Belsasar[editar]

Banquete de Belsasar, Rembrandt

El siguiente episodio de la vida de Daniel registrado en el libro de su nombre es


el banquete de Belsasar. En esa ocasión el soberano corregente de Babilonia —ya
que el monarca primero era su padre Nabónido— celebraba un festín en compañía de
sus nobles cuando tuvo la ocurrencia de beber en los vasos sagrados substraídos
del Templo de Jerusalén. De inmediato una misteriosa escritura apareció en la pared,
trazada por una mano espectral, la cual ninguno de los sabios fue capaz de interpretar.
Llamado Daniel, por sugerencia de la reina quien recordaba su desempeño de otrora,
éste censuró al rey y, sin aceptar sus promesas de obsequios, descifró la escritura. El
texto anunciaba, en arameo, la caída de Babilonia en manos de los persas.
Belsasar cumplió lo prometido y nombró a Daniel tercer señor del reino, pero esa
misma noche la ciudad fue tomada y el rey, muerto.
En el foso de los leones[editar]
Pintura de Peter Paul Rubens.

A tenor de lo narrado por el libro de Daniel, el conquistador de Babilonia y sucesor de


Belsasar, fue Darío, el medo, personaje desconocido por la historia.
Bajo el reinado de este soberano tiene lugar un complot de los sátrapas contra Daniel
que derivó en su encierro en el pozo de los leones; esta intriga se valió de la fidelidad
a Dios del protagonista, pues un edicto caprichoso sugerido al rey por aquellos
prohibía cualquier petición, fuera a un dios o a un hombre excepto el soberano,
durante 30 días (Daniel 6:1-9). Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado,
entró a su casa y oró tres veces al día, como lo solía hacer anteriormente; entonces
dichos hombres lo hallaron orando a Dios, por lo que fue acusado de violar el edicto
real del rey y, por ello, arrojado al foso de los leones (Daniel 6:10-16).
En el foso de los leones el profeta no sufrió daño alguno.
A la mañana siguiente, cuando Darío comprobó el portento, ordenó liberar a Daniel y
echar al foso a sus acusadores, quienes perecieron inmediatamente al ser brutalmente
devorados por las bestias (Daniel 6:19-28).
En esas mismas secciones se menciona la sucesión de Astiages, la entronización
de Ciro II el Grande y el episodio por el cual Daniel revela el fraude de los sacerdotes
de Bel que habían convencido al rey de que el dios comía las ofrendas, siendo que
eran ellos quienes lo hacían.17
El profeta[editar]

Profeta Daniel, por Aleijadinho, Congoñas, Minas Gerais, 1800-5.


Durante gran parte de su vida, cuenta el libro homónimo, Daniel recibió diversas
visiones apocalípticas que anunciaban, por medio de símbolos y claves numéricas, la
instauración del Reino de Dios sobre la tierra.
Muerte de Daniel[editar]
Acerca de la muerte de Daniel no existen testimonios bíblicos y las tradiciones
posteriores no aclaran si regresó al territorio de Judea o permaneció en Mesopotamia,
pero esto último parece lo más seguro.
Dado que aún vivía durante el reinado de Ciro, en Babilionia a partir de 539 a. C., es
posible que alcanzara una edad centenaria. Su muerte se sitúa, entonces, entre el
tercer año del reinado del mencionado soberano persa, es decir entre 536 y 530 a. C.,
cuando muere Ciro (pues ya no se menciona su presencia en tiempos de Cambises).
Es muy probable que tuviera lugar en Babilonia pero, dado que su tumba se veneraba
en Susa, algunos autores se inclinan por esta última ciudad.

Tumba de Daniel[editar]
Tumba del profeta Daniel en Susa.

Tumba de Daniel en Samarcanda.

Existen al menos seis lugares diferentes que pretenden poseer la tumba de Daniel, a
saber:

1. Babilonia, en el actual Irak. Este emplazamiento se basa en el Martyrologium


Romanum que dedica el día 21 de julio para conmemorarlo y declara que fue
enterrado en aquella ciudad, en una cripta real.
2. Susa, Irán. Según una antigua tradición local, compartida por judíos y
musulmanes, el profeta fue enterrado en esa ciudad. Testimonios de
escritores árabes, sirios y persas desde el siglo VII relatan la historia de ese
sepulcro; Benjamín de Tudela (1160) narra en sus escritos como era
reclamado por los moradores de ambas riberas del río Coaspes (hoy Karkheh,
el Ulai de la Biblia) hasta que el shah Shanjar (quizás Sharvaraz) ordenó
colocar el féretro en el centro de un puente que lo cruzaba.18 En la actualidad
el lugar de la misma es un popular santuario.19 El mausoleo data de la
segunda mitad del siglo XIX, caracterizado por su torre cónica de yeso blanco
que corona la obra y los dos pequeños minaretes. Este tipo de torres es típico
del suroeste de Irán y de las zonas vecinas de Irak.20
3. Kirkuk, Kurdistán iraquí. En la ciudadela de Kirkuk se encuentra también una
tumba atribuida a Daniel. El sitio fue originalmente un edificio religioso judío,
más tarde una iglesia cristiana y por último una mezquita musulmana. En la
misma, actualmente, se encuentran cuatro tumbas que, se dice, pertenecen a
Daniel y los cuatro jóvenes.21
4. Samarcanda, Uzbekistán. En las afueras de Samarcanda existe otra tumba de
Daniel. Según una leyenda local, Tamerlán, intentaba conquistar Siria o,
según otras versiones La Meca, sin éxito hasta que uno de sus consejeros le
aseguró que sus derrotas se debían a la presencia, en ese territorio, de la
tumba del profeta. En una acción militar, el conquistador logró apoderarse del
cuerpo, al cual hizo trasladar hasta sus dominios del Asia Central. De esta
tumba mana una fuente de agua a la que se atribuyen propiedades
curativas.222324
5. Muqdadiyah, Irak. En el año 2007, después de un bombardeo en el pueblo de
Al Wajihiya, cerca de Muqdadiyah algunas fuentes mencionaron la presencia
de la tumba de Daniel como un objetivo de los grupos insurgentes locales. La
tumba, situada en el Gobierno de Diyala, fue atacada y dañada, incluyendo su
domo de color verde.2526
6. Mala Amir, Kurdistán iraní.La Enciclopedia Judía señala otra tumba de Daniel
a cinco días de marcha de Dizful, cerca de Mala Amir.21

Profecías y visiones[editar]
Para más información sobre este tema véase: Libro de Daniel
Según el libro de Daniel, este profeta recibió dos visiones durante el primer y el tercer
año de Belsasar. En ellas diferentes animales fantásticos aparecieron ante su vista
para representar la sucesión de reinos posteriores al Imperio Babilónico hasta un
tiempo indeterminado cuando serían destruidos y alguien como un hijo del hombre que
representa probablemente a "los santos del Altísimo", es decir el resto del pueblo
judío, asumiría el poder en un mundo renovado.27
Quizás la más célebre profecía atribuida a Daniel sea la de las Setenta Semanas. La
narración bíblica dice que en el primer año del mencionado rey Darío, Daniel constató
en los escritos de Jeremías que se aproximaba el fin de los setenta años de
desolación de Jerusalén. Recibió entonces, según el hagiógrafo, una revelación
transmitida por medio de Gabriel donde se anunciaba la reconstrucción de la ciudad, la
muerte de un Ungido (Mesías) y el cumplimiento de todas las profecías. La predicción
fijaba los plazos para estos eventos por medio de semanas que, según todos los
comentaristas, corresponden a períodos de siete años. Otra profecía muy conocida, es
la del carnero y el macho cabrío, en la cual se le muestra la derrota y conquista de
imperio medo y el imperio persa a manos de Alejandro Magno.
Más tarde, siempre a tenor del libro bíblico, cuando corría el tercer año de Ciro (536),
Daniel recibió nuevas visiones apocalípticas donde se le muestra a
los ángeles protectores de Persia, Javán (Grecia) e Israel contendiendo en favor de
sus respectivas naciones. También se le anuncian invasiones y guerras en la tierra de
Israel, protagonizadas por personajes enigmáticos designados como el rey del
norte y el rey del sur, posiblemente algunos de los soberanos helenísticos.

Daniel como personaje histórico[editar]


Existe una referencia sobre Daniel en el libro de Ezequiel (capítulo 14:14); en la misma
se lo considera como un modelo de sabio, esto ha llevado a considerar que el pasaje
se refiere a Dan-El, un mítico héroe cananeo y fenicio.28 Los defensores de la
historicidad del personaje sostienen que, puesto que en dicha referencia se le
considera justo, es improbable que Ezquiel elogiara a Dan-El, un adorador de dioses
paganos.
La tendencia entre los comentaristas bíblicos que utilizan el método de análisis
literario es, por contrario, que el libro de Daniel sería un relato popular destinado a
subrayar algunos temas importantes para la nación judía en años previos a la
persecución de Antíoco Epífanes.29 El lenguaje del libro y la minuciosidad de las
descripciones de Antíoco tienden a sugerir esta noción.30

Conmemoración litúrgica[editar]
La Iglesia Ortodoxa Oriental celebra la fiesta de San Daniel, el Profeta junto con la de
Los Tres Jóvenes el Domingo de los Santos Patriarcas que suele caer entre el 11 y el
17 de diciembre, es decir el último domingo antes de la Navidad. La profecía del
capítulo 2 de su libro (Dn. 2:34-35), sobre la piedra que destruyó al ídolo de los pies de
barro, suele ser usada en la himnología como una metáfora de la Encarnación. Así la
"piedra" es Cristo y el que haya sido "no cortada por mano humana" se refiere al
nacimiento virginal, siendo la Virgen María, o la Theotokos, la "montaña no cortada".31
En la Iglesia católica, su onomástico se celebra el 21 de julio.32
También es conmemorado en el Calendario de los Santos de la Iglesia Luterana de
Missouri junto con los Tres Jóvenes el 17 de diciembre, concidiendo con la celebración
ortodoxa.33
La Iglesia Copta, por su parte, lo celebra el 23 de Baramhat, equivalente al 3 de abril.34

En la literatura rabínica[editar]
Según la tradición rabínica, Daniel pertenecía a la realeza; su destino fue profetizado
por el propio Isaías cuando le dijo al rey Ezequías: "y tus hijos, que tú has engendrado,
serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia"35 También se alaba a Daniel con
estas palabras: "Si estuviera en un platillo de la balanza y todos los sabios de los
gentiles en el otro; él sería más pesado que todos ellos".36 Se dice que
Nabucodonosor lo admiraba mucho, a pesar de que se hubiese negado a rendirle
honores divinos37 y que cuando el joven le reveló el sueño que había olvidado no tuvo
ninguna duda de que su interpretación del mismo era correcta.38

Daniel en el Islam[editar]
Los musulmanes consideran a Daniel como un profeta, a pesar de no ser mencionado
en el Corán. Las tradiciones islámicas dicen que predicó en el Iraq durante los
reinados de los reyes persas Lahorasp y Ciro, a los cuales enseñó la unicidad de Dios
y exhortó al pueblo a retornar a su culto. El historiador Al Tabari cuenta que Daniel
resucitó con sus plegarias a una multitud de personas muertas mil años atrás, un
episodio que historiza la parábola de Ezequiel 37 1 10.39 Ciro lo había hecho cargo de
la enseñanza de la verdadera religión, cuando Daniel le pidió permiso para reconstruir
el Templo y retornar a Palestina, el rey accedió al primer pedido pero rehusó dejarlo ir
alegando que “si tuviera mil profetas como tú, quisiera que todos se quedasen
conmigo”. En otras tradiciones, sin embargo, se considera al profeta como rey de
Israel tras el retorno de la Cautividad de Babilonia. Se atribuye también a Daniel la
invención de la geomancia ("'ilm al-raml") y la autoría del libro "Usul al-Ta'bir"
(Principios de la Interpretación de los Sueños).40 Al Masudi dice que en realidad hubo
dos Daniel. El Antiguo, quien vivió entre la época de Noé y la de Abraham; autor de las
mencionadas ciencias y Daniel, el Joven, tío materno de Ciro autor del "Kitab al-Jafar"
(Libro de la Adivinación) y de numerosas predicciones sobre los reyes de Persia.4142

Daniel en la tradición occidental[editar]


Daniel ha sido una figura muy importante en la tradición cristiana en razón de
mencionada Profecía de las Semanas que anunciaría, según algunos teólogos, con
exactitud el nacimiento y la muerte de Jesucristo. Del mismo modo sus predicciones
sobre guerras apocalípticas y la sucesión de los Imperios lo hicieron un favorito de los
predicadores de la Parusía, en especial a la hora de calcular la fecha de tal evento.
Como un joven estudioso, pleno de confianza en Dios, aparece en los diseños
del Renacimiento, en especial en los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. En
los siglos XIX y XX, la figura histórica del profeta fue cuestionada por los estudiosos de
la antigüedad mesopotámica en razón de las incongruencias entre los relatos de su
libro, que parecería corresponder al siglo IV o III a. C., y los hechos históricos.
El profeta Daniel, fresco de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, antes y después de la
restauración.

Véase también

Daniel entre los leones


¡ANDA! Parece que Daniel está en un aprieto. ¡Pero los leones
no le están haciendo nada! ¿Sabes por qué? ¿Quién metió a
Daniel entre todos estos leones? Veamos.

El rey de Babilonia es ahora un hombre llamado Darío. Daniel le


agrada mucho a él por lo bueno y sabio que es, y Darío lo hace un
gran gobernante en su reino. Por esto, otros hombres envidian a
Daniel, y hacen esto:

Van a donde Darío y dicen: ‘Todos queremos, oh rey, que hagas


una ley que diga que por 30 días nadie debe orar a ningún dios
ni hombre sino a ti, oh rey. Si alguien desobedece, debe ser
echado entre los leones.’ Darío no sabe por qué estos hombres
quieren esta ley. Pero cree que es buena idea, y escribe la ley.
Ahora la ley no puede ser cambiada.
Cuando Daniel oye de esto, va a su casa y ora como siempre lo ha
hecho. Los hombres malos sabían que Daniel no dejaría de orar a
Jehová. Se alegran, porque parece que van a alcanzar lo que
quieren, librarse de Daniel.

Cuando el rey Darío se da cuenta de lo que está pasando, se pone


triste. Pero no puede cambiar la ley, y tiene que mandar que
echen a Daniel en el hoyo de los leones. Pero el rey le dice a
Daniel: ‘Espero que el Dios a quien tú sirves te salve.’

Darío está tan inquieto que no puede dormir esa noche. A la


mañana siguiente corre al hoyo de los leones. Ahí lo ves. Él grita:
‘¡Daniel, siervo del Dios vivo! ¿Te pudo salvar de los leones el Dios
a quien sirves?’

‘Dios envió su ángel,’ contesta Daniel, ‘y cerró la boca de los


leones para que no me hicieran daño.’
El rey se alegra mucho. Manda que saquen a Daniel del hoyo.
Entonces echa entre los leones a los hombres malos que trataron
de librarse de Daniel. Hasta antes de que estos hombres malos
lleguen al fondo del hoyo de los leones, éstos los agarran y les
rompen todos los huesos.

Entonces el rey Darío escribe a todo su reino: ‘Respeten todos al


Dios de Daniel. Él hace grandes milagros. Él salvó a Daniel de que
se lo comieran los leones.’

Daniel 6:1-28.

La historia de Daniel y
los leones
por Sharla Guenther

Esta historia se trata de Daniel. El llegó a Babilonia


con Ananías, Misael y Azarías, y a cada rey que iba
y venía le agradaban estos hombres porque eran
honestos y buenos trabajadores. Siempre les daban
los trabajos más importantes, lo que hacía que los
otros trabajadores del rey se sintieran celosos.
Esta vez el nombre del rey era Darío, y a el también
le agradaba Daniel. Supo que Daniel era un buen
trabajador y decidió ponerlo a cargo de todo el
país. Los otros servidores del rey estaban muy
celosos de Daniel, y trataron de encontrar algo que
le causara problemas. Estaban tratando de que lo
despidieran, pero Daniel obedeció a Dios, así que no
pudieron encontrar nada.
Finalmente estos hombres se dijeron unos a otros;
"no podemos encontrar ninguna razón para que el
rey despida a Daniel. La única manera en la que
podemos lograr que él desobedezca al rey es si
hacemos una ley en contra de su dios." Así que
fueron con el rey Darío y dijeron, "Oh, gran rey, eres
tan maravilloso que nadie debería orar a nadie más
que a ti."
El rey dijo, "¡me parece una idea
grandiosa!" Entonces los hombres dijeron: "Todos
tus trabajadores han acordado que debe hacerse
esto y que cualquiera que ore a cualquier otro dios
debe ser lanzado al foso de los leones."
Los trabajadores mintieron y dijeron que todos los
que trabajaban para el rey habían accedido, pero por
supuesto que nunca hablaron con Daniel porque
sabían que él no estaría de acuerdo. El rey no sabía
esto, así que hizo la ley y esta no podía cambiarse.
Cuando Daniel oyó sobre la nueva ley, hizo lo que
siempre había hecho. Fue a casa a una habitación
en el segundo piso y abrió las ventanas que tenían
vista a la ciudad. Tres veces ese día se arrodilló y
oró a Dios como siempre lo había hecho.
Estos hombres fueron en grupo a la casa de Daniel y
lo encontraron orando y pidiendo la ayuda de
Dios. Así que corrieron donde el rey y le dijeron; "tu
trabajador Daniel está ignorando tus órdenes. Lo
hemos visto orando a su Dios tres veces hoy."
El rey se puso muy triste cuando oyó esto. De
verdad le agradaba Daniel y no quería que
muriera. Trató de todo para cambiar la ley y evitar
que Daniel fuera lanzado al foso de los leones, pero
los hombres vinieron y le recordaron que la ley no
podía cambiarse y que Daniel tendría que ser
castigado.
Así que al final del día el rey dio la orden, y trajeron
a Daniel y lo lanzaron al foso de los leones. El rey
dijo a Daniel, "¡espero que tu Dios, al que sirves y
oras, te rescate!"
Rodaron una piedra grande y pesada en frente del
foso y el rey regresó a su palacio con lágrimas en los
ojos. Esa noche, el rey Darío no pudo comer ni
dormir porque estaba muy preocupado por Daniel.

Al día siguiente, tan


pronto como el sol salió, el rey se levantó y corrió
hacia el foso de los leones. Cuando se acercó gritó,
"Daniel, tu Dios, al que sirves y oras, ¿te ha
rescatado de los leones?" El rey esperó en silencio
la respuesta.
Luego, de repente Daniel dijo: "Oh rey, ¡viva para
siempre! Mi Dios envió un ángel, y éste cerró la boca
de los leones. No me han lastimado porque no he
hecho nada malo."
El rey saltó de alegría e inmediatamente ordenó que
retiraran a Daniel del foso. Y cuando lo levantaron
del foso, no tenía ni un rasguño porque había creído
en Dios.
El rey sabía que los hombres lo habían engañado
para que castigara a Daniel, así que los castigó a
ellos.
Después el rey hizo una nueva ley y dijo; "El Dios de
Daniel es grandioso, y ordeno que todos en mi reino
respeten al Señor Dios, que rescató a Daniel de los
hambrientos leones."

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