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CUALQUIERA QUE BEBIERE DE ESTA AGUA, VOLVERÁ A

TENER SED

Juan 4:10 Respondió Jesús, y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y


quien es el que te dice: Dáme de beber: tú pedirías de él, y él te daría
agua viva.

En juan 4:10 la palabra conocieses está en modo subjuntivo imperfecto; indica la


posibilidad y el deseo de Jesús de que esta mujer conozca el don de la salvación y
regeneración, además, resulta la posibilidad de que reconozca, y experimente la
esencia de ese don a través de la fe y obras. Se indica que dentro de la plenitud de su
vida pasada no terminó de conocer al Mesías, y que en algún punto de su vida tuvo la
posibilidad de seguir esta búsqueda y de guardar las palabras de Cristo para obtener
el nuevo nacimiento. Su muy alterado y limitado conocimiento se ve expuesto en este
capítulo, puesto que Jesús le invita a que acepte el regalo y don de la vida eterna que
ella claramente ignoraba. En este v10, se observa notoriamente una profecía de
Cristo con respecto a la mujer que se cumple en v15, y cabe decir que Jesús conocía
el carácter firme y decidido de esta mujer; que en resolución reconoció a Jesucristo
como Señor y Mesías profetizado, paso muy importante en primera instancia para
recibir la vida eterna dentro de su ser bajo el nuevo concierto.

De todo ello podemos notar, que el ser humanos debe creer necesario tener al Mesías
como Señor y Dios de sus vidas, esto es, conforme el Padre lo demanda, con el
propósito de tener futuramente en el interior esa Luz morando dentro de sí; pero era
tal la seguridad de la mujer que no cabía la duda en su convicción, puesto que era
muy grande su necesidad de cubrir su vacío espiritual, que pudo ver lo necesario de
tener al Mesías, y a su palabra dentro de ella, este reconocimiento es profetizado por
Jesucristo; digno de imitar por los judíos de tal administración.

La palabra daría, indica un requisito condicional en el modo indicativo, y por


conjeturas verosímiles da a entender esta cláusula que la permanencia del agua viva
que estaría al lado de ella estaba condicionada a guardar su palabra, sin dejar de
perseverar en la fe genuina sobre el Hijo de Dios.
El agua de vida que es Cristo y su Espíritu Santo estaría junto a la mujer, ayudándola
a que la palabra sea retenida en su mente y corazón, hasta venido el cumplimiento de
la promesa. Esto es una condición firme y segura de parte de Dios; y no existe nada
que contradecir ni criticar respecto a sus designios, en efecto, Dios jamás ha
cambiado ni mudaría lo que ha decretado.

Juan 4:13 Respondió Jesús, y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta


agua, volverá a tener sed;

Cualquiera que tenga la oportunidad de beber de esta agua “especial”, con seguridad
y certeza volverá a tener sed, caber mencionar, que esta afirmación especialmente
es para los hombres que tienen su mirada y corazón centrado solo en las religiones
terrenales. La palabra volverá, está en futuro indicativo mientras que bebiere es un
término de futuro subjuntivo.

Con esta frase “El que guardare en capítulo 8 v 51 nos ubicamos en el tiempo o
contexto de la primera venida, y refiere a las palabras de Dios, afirmando que quien
persevere en ellas y mantuviere su fe en el Hijo de Dios hasta el cumplimiento de los
tiempos, tendría como premio al Salvador morando dentro de su interior para siempre;
es decir, tendrán la bendición suprema de no carecer de los frutos de la vida eterna,
que serían en plenitud de gracia , amor, gozo verdad y paz tan llena y profunda y
suficiente, siendo la misma esencia y naturaleza interna de Cristo dentro su pueblo.

Cabe afirmar que en esta dispensación aún aguardamos el rapto de la iglesia,


asimismo Jesucristo será desprendido y movido de este cuerpo humano corrupto (de
la iglesia) a un cuerpo glorificado, que será eterno e inmortal, y así el Espíritu de
Cristo se apartará de dentro de este templo donde actualmente reposa y está unido
en esencia, para vivir por siempre en un cuerpo glorioso, sin mancha, y sin rastro del
más mínimo pecado, en pocas palabras, aquella esposa será levantada con el
propósito y finalidad de alcanzar en su luz la morada celestial eterna. El deseo de
Cristo se puede ver evidenciado a través de todos los verbos que se utilizan, quieren
decir la firmeza de sus promesas y su anhelo de que todo hombre alcance la gloria
eterna en Cristo, en efecto, la iglesia fiel solo tiene que aguardar en esta dispensación
presente, el momento oportuno y señalado por el Padre para ser glorificado por el
esposo.
Podemos asegurar que todas las personas de aquella época tuvieron la oportunidad
de retener las palabras de Cristo en su corazón conforme a la voluntad del Padre,
porque la luz del mundo les dió evidencia suficiente de que su palabra era
directamente de Dios, asimismo, los discípulos debían de perseverar en fe y obras
hasta el momento preciso de aquella inauguración del nuevo concierto.

Juan 4:21 Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en
este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre.

“La hora viene”, es decir un nuevo concierto ha de venir en un presente y momento


adecuado y oportuno, se trata del tiempo seguro y real que considerando la sazón de
los discípulos, sucedería futuramente en muy corto tiempo. Este periodo ya existe y es
veraz, y es ahora mismo y se trata de lo mencionado en v23, a partir del principio del
punto de la nueva dispensación, donde Jesús declara que vendrá una iglesia que
obedecerá al Padre obrando sus nuevas demandas y estatutos y decretos, y lo
honrará verdaderamente, es decir, le temerá por considerarlo Dios mismo. El deseo
amoroso del Padre siempre se mueve en la acción de buscar a todos los seres
humanos con el objetivo de encontrarlos y conocerlos, y darles la posibilidad de que lo
amen en extremo, y que obedezcan de manera perseverante las palabras del Hijo. El
Padre a los tales se dirige en el momento oportuno para obrar en ellos dentro de una
comunión santa e íntima.

Juan 4: 42 Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque


nosotros mismos le hemos oido; y sabemos, que verdaderamente éste
es el Cristo, el Salvador del mundo.

Indica una acción de fe segura por parte de los hombres que verdaderamente
reconocieron al Mesías, esto se expresa por los verbos “creemos”, “hemos”,
”sabemos”. En el v 39 la palabra creyeron, se conjuga en modo pretérito indicativo, e
indica una acción segura pero probablemente no finalizada, y nos señala el creer
firme por la palabra de mujer, y así podemos notar la persistencia y perseverancia de
carácter de la samaritana puesto que la palabra “daba” de modo imperfecto de
indicativo quiere decir que la mujer posiblemente nunca cesó durante un tiempo
determinado de dar testimonio de Jesús , quizá nunca se limitó atestiguar a los de su
pueblo en un lapso de tiempo , y probablemente durante toda la restante plenitud de
su vida .

Juan 6:51 Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo: si alguno
comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi
carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

La frase vivirá para siempre en el versículo se aplica a dispensaciones que debían


establecerse futuramente, quiere decir, que era una profecía para la verdadera iglesia
de Jesucristo, donde el Espíritu de Cristo fue injerido y colocado dentro de seres
humanos que se humillan sinceramente al Salvador, a los cuales Dios siempre les ha
garantizado el cumplimiento fiel de sus promesas; que son invariables, esto es, para
toda la vida moraría Cristo en ellos y ellos en Cristo, así también al lado de Dios al
mismo tiempo presente, tanto en el cielo como en la tierra.

En consecuencia, la Biblia menciona que estamos asentados ahora mismo con Cristo
en los cielos, muy enseguida de nuestra conversión fuimos traslados a aquella
posición geográfica celestial donde mora el Sol de Justicia: Nuestro Señor Jesucristo.
Véase Efesios 2:6

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