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Síndrome de Down

Las discapacidades físicas y mentales traen consigo una serie de desafíos para
las personas que las sufren y quienes las rodean. Entre las más conocidas se
encuentra el síndrome de Down, que se produce cuando un individuo nace con un
desorden genético, relacionado con una cantidad anormal de cromosomas.
Aunque en las últimas décadas se han realizado importantes descubrimientos e
investigaciones sobre sus posibles causas, actualmente el mayor problema es el
desconocimiento que muchos tienen sobre el tema y la falta de comprensión que
demuestran.

Los niños especiales, como también se les llama, pueden ser reconocidos por
ciertos rasgos físicos que son fáciles de identificar. Tienen una cabeza pequeña y
más redondeada que lo normal, mientras que sus ojos permanecen entrecerrados
y en ocasiones su lengua queda colgando. No obstante, los problemas de
aprendizaje son la característica que más está asociada con el síndrome de Down.
Asimismo, las personas que sufren de este trastorno son más propensas a
padecer de algunas enfermedades, especialmente aquellas que afectan al
corazón y sistema endocrino.

Todo lo antes mencionado demuestra la importancia de que los niños con


síndrome de Down reciban una atención que tome en cuenta sus limitaciones,
pero de una forma humanitaria. Su discapacidad cognitiva se ve reflejada en una
actitud que no corresponde a su edad, por lo que suelen mostrarse afectuosos y
amigables. De este modo, es necesario que reciban estímulos externos que
favorezcan su desarrollo y los motiven a socializarse, como cualquier otra
persona.

Aunque no cabe duda que el nacimiento de un niño con síndrome de Down trae
consigo retos y preocupaciones particulares para los padres, es fundamental que
exista un entorno saludable donde se le brinde amor y comprensión. El hogar
debe convertirse en un lugar seguro para que se exprese y aprenda cómo
comportarse, para lo cual es recomendable la ayuda de gente especializada y
tratamientos conductuales que sean creados de acuerdo a sus características. Sin
embargo, cabe mencionar que varios estudios demuestran que es recomendable
inscribirlos en escuelas regulares, dado que esto les permite progresar más
rápido, en comparación a instituciones con programas de educación especial.

Es muy importante que las familias entiendan que la sobreprotección no es


aconsejable. Si bien es cierto que existen muchos casos alrededor del mundo
donde gente inescrupulosa se ha aprovechado de personas con síndrome de
Down, esto no puede convertirse en una razón para evitar que aprendan a
desenvolverse por sí solos, al contrario, debe incentivar a los padres para que
poco a poco les enseñen cómo ser independientes. De esta manera, en un futuro
tendrán mejores oportunidades para encontrar trabajo e integrarse activamente a
la sociedad.

En la actualidad, el síndrome de Down es considerado uno de los trastornos


genéticos más comunes y conocidos. A pesar de ello, muchos mitos y estereotipos
persisten en torno a las personas con síndrome de Down, lo que puede limitar su
desarrollo y calidad de vida. Una posible afirmación es que la educación inclusiva
puede ser una solución efectiva para desafiar estos estereotipos y maximizar el
potencial de las personas con síndrome de Down.

La educación inclusiva es un modelo de enseñanza que busca garantizar el


acceso y la participación plena de todos los estudiantes, independientemente de
sus habilidades o discapacidades. La inclusión educativa de las personas con
síndrome de Down se ha demostrado que tiene beneficios significativos, tanto
para los estudiantes con discapacidades como para aquellos sin ellas. De hecho,
algunos estudios han mostrado que los estudiantes con síndrome de Down que
asisten a clases regulares pueden mejorar su rendimiento académico y social, y
desarrollar habilidades importantes, como la autodeterminación y la
independencia.

Otra posible afirmación es que la promoción de la autonomía y la independencia


puede ser una estrategia efectiva para mejorar la calidad de vida de las personas
con síndrome de Down. A menudo se considera que las personas con síndrome
de Down son dependientes y necesitan ayuda constante, pero esto puede no ser
cierto en todos los casos. La promoción de la autonomía y la independencia puede
incluir estrategias como la enseñanza de habilidades de la vida diaria, la
promoción de la autodeterminación y el fomento de la participación en la
comunidad.

En resumen, la educación inclusiva y la promoción de la autonomía y la


independencia son dos posibles estrategias para mejorar la calidad de vida de las
personas con síndrome de Down. Al adoptar estas estrategias, es posible desafiar
los estereotipos y mitos que rodean al síndrome de Down, y maximizar el potencial
de las personas afectadas.

Para poder investigar el tema se enumeran algunas posibles preguntas anclas que
podrían ser utilizadas para el mejor desarrollo de esta investigación que es ; “El
síndrome de Down”

1. ¿Qué es el síndrome de Down y cómo se produce?


2. ¿Cuáles son las características físicas y cognitivas más comunes de las
personas con síndrome de Down?
3. ¿Cuál es la prevalencia del síndrome de Down en la población y cuáles son
los factores de riesgo asociados?
4. ¿Cómo se puede diagnosticar el síndrome de Down durante el embarazo y
cuáles son las opciones de tratamiento disponibles?
5. ¿Cuáles son los desafíos y oportunidades para la inclusión educativa de las
personas con síndrome de Down?
6. ¿Cómo afecta el síndrome de Down la salud y cuáles son los cuidados
médicos necesarios?
7. ¿Cuáles son las opciones de empleo y participación social para las personas
con síndrome de Down y cuáles son los desafíos asociados?
8. ¿Cuál es el papel de la sociedad en la promoción de la inclusión y el
bienestar de las personas con síndrome de Down?
9. ¿Cuáles son las investigaciones y avances recientes en la comprensión y el
tratamiento del síndrome de Down?
10. ¿Qué se puede hacer para apoyar a las familias y cuidadores de las
personas con síndrome de Down?

El síndrome de Down es una condición genética que se produce cuando hay una
copia extra del cromosoma 21. Esto se conoce como trisomía 21 y puede ocurrir
de forma espontánea durante la división celular del óvulo o del espermatozoide.
Como resultado, las personas con síndrome de Down tienen tres copias del
cromosoma 21 en lugar de las dos habituales. Este trastorno puede afectar el
desarrollo físico y cognitivo de la persona.

Las características físicas y cognitivas más comunes de las personas con


síndrome de Down incluyen ojos almendrados, nariz achatada, manos pequeñas y
un tono muscular más débil. También pueden presentar retrasos en el desarrollo,
discapacidad intelectual y dificultades en el habla y el lenguaje. Sin embargo, es
importante destacar que cada persona con síndrome de Down es única y puede
tener diferentes habilidades y desafíos.

La prevalencia del síndrome de Down en la población varía según la edad de la


madre. En promedio, ocurre en aproximadamente 1 de cada 800 nacimientos. Los
factores de riesgo incluyen la edad avanzada de la madre, antecedentes familiares
de síndrome de Down y ciertas afecciones médicas en la madre durante el
embarazo, como la diabetes.

El diagnóstico del síndrome de Down se puede realizar durante el embarazo


mediante pruebas de detección y diagnóstico prenatal. Las opciones de
tratamiento disponibles incluyen apoyo médico y terapias para abordar los
desafíos físicos y cognitivos asociados con la condición.

En cuanto a la inclusión educativa, las personas con síndrome de Down pueden


enfrentar desafíos para recibir una educación adecuada y efectiva. Sin embargo,
también existen oportunidades para una educación inclusiva y personalizada para
abordar las necesidades individuales de cada persona con síndrome de Down.
La salud también puede verse afectada por el síndrome de Down, lo que puede
requerir cuidados médicos especiales y monitoreo regular. Las opciones de
empleo y participación social también pueden presentar desafíos para las
personas con síndrome de Down, aunque hay programas y oportunidades de
inclusión para fomentar su participación activa en la sociedad.

La sociedad desempeña un papel importante en la promoción de la inclusión y el


bienestar de las personas con síndrome de Down. Esto puede incluir la
sensibilización, la eliminación de barreras y la promoción de oportunidades y
apoyos adecuados. Las opciones de empleo y participación social para las
personas con síndrome de Down también dependen de la actitud de la sociedad.
Muchos individuos con síndrome de Down son capaces de trabajar y participar en
la comunidad, pero a menudo se enfrentan a barreras y prejuicios. Es fundamental
trabajar para fomentar un ambiente de inclusión y proporcionar apoyo para que las
personas con síndrome de Down puedan desarrollar sus habilidades y contribuir
plenamente a la sociedad.

En cuanto a la investigación y los avances recientes, se están realizando


importantes investigaciones para comprender mejor el síndrome de Down y su
tratamiento. Además, hay un mayor reconocimiento y promoción de la diversidad y
la inclusión en la sociedad. Por ejemplo, se están investigando las alteraciones
moleculares que causan las características cognitivas y físicas del síndrome de
Down, y se están desarrollando terapias génicas y farmacológicas específicas
para abordar estos cambios.

También se están realizando investigaciones sobre cómo mejorar la atención


médica y la calidad de vida de las personas con síndrome de Down, incluyendo el
desarrollo de terapias de intervención temprana, como la terapia ocupacional y la
terapia del habla, para mejorar las habilidades cognitivas y la comunicación.

Además, se está trabajando en el desarrollo de tecnologías y herramientas de


apoyo para mejorar la inclusión educativa y social de las personas con síndrome
de Down, como programas de educación especializados y aplicaciones móviles
diseñadas para apoyar la comunicación y la independencia.
Por último, es importante considerar cómo apoyar a las familias y cuidadores de
las personas con síndrome de Down. Esto puede incluir acceso a información,
recursos y apoyo emocional para ayudar a navegar los desafíos y celebrar las
fortalezas y habilidades de las personas con síndrome de Down.

Las personas con síndrome de Down a menudo requieren cuidados y apoyo


adicionales de sus familias y cuidadores. Es importante que las familias y
cuidadores se sientan apoyados y capacitados para brindar el mejor cuidado
posible a sus seres queridos con síndrome de Down.

En primer lugar, las familias y cuidadores pueden buscar recursos y apoyo de


organizaciones locales y nacionales que se dediquen al síndrome de Down. Estas
organizaciones pueden proporcionar información útil, programas de apoyo y
oportunidades de conexión con otras familias y cuidadores en situaciones
similares.

Además, es importante que las familias y cuidadores se eduquen sobre el


síndrome de Down y cómo pueden apoyar mejor a su ser querido. Esto puede
incluir aprender sobre los cuidados médicos necesarios, las opciones educativas
disponibles y cómo abogar por los derechos de su ser querido.

Las familias y cuidadores también pueden beneficiarse de la conexión con grupos


de apoyo local y en línea. Estos grupos pueden proporcionar un espacio seguro
para compartir experiencias, obtener consejos y recibir apoyo emocional.

Otras formas de apoyar a las familias y cuidadores de personas con síndrome de


Down incluyen proporcionar respiro y apoyo financiero cuando sea necesario,
ofrecer oportunidades para el cuidado personal y la relajación, y fomentar la
inclusión social y comunitaria de su ser querido.

Un subtema interesante y relevante a explorar en relación al síndrome de Down es


la salud mental y emocional de las personas que lo padecen. El síndrome de
Down es una afección genética que puede afectar la forma en que se desarrollan
el cerebro y el sistema nervioso de una persona. Como resultado, las personas
con síndrome de Down pueden enfrentar ciertos desafíos en su vida diaria, que
pueden afectar su salud mental y emocional.

Es importante destacar que las personas con síndrome de Down pueden


experimentar una amplia gama de emociones y sentimientos, como cualquier otra
persona. Sin embargo, pueden ser más vulnerables a ciertos problemas de salud
mental, como la depresión, la ansiedad, el trastorno del espectro autista (TEA),
problemas de comportamiento, trastornos del sueño, trastornos de ansiedad
social, trastornos obsesivo-compulsivo, los estudios han demostrado que hasta el
50% de las personas con síndrome de Down pueden sufrir depresión en algún
momento de sus vidas.

El TEA es otra afección común en personas con síndrome de Down. Se estima


que alrededor del 10% de las personas con síndrome de Down también tienen
TEA. El TEA puede presentar desafíos adicionales para las personas con
síndrome de Down, ya que puede dificultar su capacidad para comunicarse y
socializar con los demás.

La falta de comprensión y el estigma asociado a la discapacidad intelectual puede


hacer que las personas con síndrome de Down se sientan aisladas y solas, lo que
puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental y emocionales. Además,
las dificultades en la comunicación y la comprensión pueden hacer que sea más
difícil para estas personas expresar sus emociones y buscar ayuda cuando la
necesitan.

Para abordar estos desafíos de salud mental y emocional, es importante que las
personas con síndrome de Down reciban atención integral y personalizada. Esto
puede incluir terapia psicológica y psiquiátrica, así como asesoramiento y apoyo
emocional. También es importante que las personas con síndrome de Down
tengan acceso a actividades sociales y comunitarias que les permitan interactuar y
conectarse con los demás.

En conclusión, la salud mental y emocional es un subtema importante en relación


al síndrome de Down. Las personas con síndrome de Down pueden enfrentar
ciertos desafíos en su vida diaria que pueden afectar su salud mental y emocional.
Por lo tanto, es importante que se les brinde una atención integral y personalizada
para abordar estos desafíos y mejorar su calidad de vida.

Según datos de la Secretaría de Salud de México, la prevalencia del síndrome de


Down en el país es de aproximadamente 1 de cada 1,000 nacimientos. Esto
significa que se estima que cada año nacen alrededor de 4,000 bebés con
síndrome de Down en México.

 Prevalencia: En México, se estima que el síndrome de Down afecta por


igual a hombres y mujeres. El síndrome de Down es la afección
cromosómica más común en los seres humanos, afectando a alrededor de
1 de cada 800 nacimientos en todo el mundo.

 Edad materna: El riesgo de tener un hijo con síndrome de Down aumenta a


medida que la madre envejece. En México, se estima que la prevalencia del
síndrome de Down es de 1 en 1,500 nacimientos para mujeres menores de
35 años, 1 en 800 para mujeres entre 35 y 39 años, y 1 en 270 para
mujeres mayores de 40 años.

 Esperanza de vida: En la actualidad, la esperanza de vida para las


personas con síndrome de Down ha aumentado significativamente gracias
a los avances médicos y sociales. En la década de 1980, la esperanza de
vida promedio para las personas con síndrome de Down era de alrededor
de 25 años, mientras que hoy en día, muchas personas con síndrome de
Down viven hasta los 60 años o más.

Entrevistada en el contexto del Día Mundial del Síndrome de Down, que se


conmemora este 21 de marzo, refirió que antes, las personas con este síndrome
que sufrían cardiopatías no eran intervenidas, por lo que la enfermedad
evolucionaba y fallecían. Se calcula que, en México, una de cada 700 niñas y
niños nace con este síndrome, y se estima que habitan en nuestro país más de
220 mil personas con esta condición, de las cuales entre 50 y 60 por ciento
presenta algún grado de daño cardiovascular.

 Problemas de salud: Las personas con síndrome de Down pueden


experimentar una serie de problemas de salud, como problemas cardíacos,
problemas de audición y visión, problemas de tiroides, enfermedad de
Alzheimer y otros trastornos de salud mental.

 Servicios de salud: En México, existen servicios de salud especializados en


el diagnóstico, tratamiento y atención de personas con síndrome de Down.
Algunos de ellos son el Instituto Nacional de Pediatría, el Hospital Infantil de
México Federico Gómez y el Hospital General de México.
 Inclusión educativa: La inclusión educativa es un desafío importante para
las personas con síndrome de Down, pero cada vez más se están tomando
medidas para garantizar que las personas con síndrome de Down tengan
acceso a la educación en igualdad de condiciones con sus pares.

 Empleo: A pesar de que las personas con síndrome de Down pueden


enfrentar ciertos desafíos en el lugar de trabajo, cada vez más se están
tomando medidas para garantizar que tengan acceso a oportunidades de
empleo y sean valorados como trabajadores.

 Participación social: Las personas con síndrome de Down pueden participar


plenamente en la vida social y comunitaria, y cada vez más se están
tomando medidas para garantizar que tengan acceso a oportunidades de
participación en igualdad de condiciones con sus pares.

 Organizaciones y asociaciones: En México, existen diversas organizaciones


y asociaciones que brindan apoyo y servicios a personas con síndrome de
Down y sus familias. Algunas de ellas son Down México, Down Guadalajara
y la Asociación Síndrome de Down de la Ciudad de México.
Los datos estadísticos y gráficos sobre el síndrome de Down muestran que es una
afección común y compleja que puede afectar a muchas áreas de la vida de una
persona. Sin embargo, también muestran que cada vez más se están tomando
medidas para garantizar que las personas con síndrome de Down tengan acceso
a oportunidades de educación, empleo y participación social en igualdad de
condiciones con sus pares.

En conclusión, el síndrome de Down es una condición genética que puede


presentar diversos desafíos tanto físicos como cognitivos para las personas que la
padecen. Aunque cada individuo con síndrome de Down es único, existen ciertas
características comunes, como una apariencia facial particular y un retraso en el
desarrollo cognitivo, cada persona tiene diferente nivel de retraso y desarrollo.

Quiero destacar que el síndrome de Down no define completamente a una


persona y que cada individuo debe ser considerado en su totalidad, con sus
habilidades y limitaciones únicas. Además, es fundamental que se brinde una
educación inclusiva y una atención médica adecuada para garantizar que las
personas con síndrome de Down tengan la oportunidad de desarrollar todo su
potencial y así poder vivir en la sociedad con menores complicaciones en la vida
cotidiana.

La promoción de la inclusión social y laboral de las personas con síndrome de


Down es un desafío importante que enfrenta nuestra sociedad, y se necesita un
esfuerzo conjunto para superar las barreras y crear oportunidades de desarrollo y
participación, tanto en la sociedad como en el seno familiar. La investigación
continua y los avances en la comprensión y el tratamiento del síndrome de Down
también son cruciales para mejorar la calidad de vida de las personas que lo
padecen.

El síndrome de Down es una condición compleja que requiere atención y apoyo


adecuados para garantizar el bienestar de las personas que lo padecen. Sin
embargo, con la educación, el cuidado y la inclusión adecuados, las personas con
síndrome de Down pueden tener una vida plena y satisfactoria y hacer
contribuciones significativas a la sociedad.

Algunas recomendaciones para las personas con síndrome de Down, sus


familiares y cuidadores son:

1. Educación adaptada: Es importante recibir una educación adaptada a las


necesidades individuales de cada persona con síndrome de Down. Esto
puede incluir adaptaciones curriculares, programas de apoyo y recursos
específicos para ayudar a desarrollar habilidades y maximizar el potencial
de cada individuo.

2. Inclusión en la sociedad: La inclusión en la sociedad es crucial para el


desarrollo de las personas con síndrome de Down y para sentirse valorado
como individuo. Es importante promover la inclusión en todos los aspectos
de la vida, como la escuela, el trabajo, las actividades sociales y la vida
diaria.

3. Atención médica adecuada: Las personas con síndrome de Down pueden


tener una mayor incidencia de ciertas afecciones médicas, como problemas
cardíacos, problemas de audición y problemas de visión. Es importante
tener una atención médica adecuada y regular para prevenir y tratar
cualquier enfermedad asociada al síndrome de Down.

4. Dieta saludable y ejercicio regular: Una dieta saludable y el ejercicio regular


son fundamentales para mantener una buena salud física y mental. Es
importante trabajar con un profesional de la salud para desarrollar un plan
de alimentación y ejercicio adaptado a las necesidades individuales.
5. Apoyo de la familia y cuidadores: El apoyo de la familia y los cuidadores es
fundamental para el bienestar de las personas con síndrome de Down. Es
importante contar con un entorno de apoyo que ofrezca recursos y ayuda
para enfrentar los desafíos y las necesidades individuales.
6. Grupos de apoyo y organizaciones: Puede ser útil encontrar recursos y
apoyo en organizaciones y grupos de apoyo para personas con síndrome
de Down y sus familias. Estos grupos pueden proporcionar información,
recursos y oportunidades para compartir experiencias con otras personas
que entienden mejor los desafíos y necesidades específicas.

7. Autonomía y autodeterminación: Las personas con síndrome de Down


pueden ser capaces de tomar decisiones y tener control sobre su vida. Es
importante fomentar la autonomía y la autodeterminación para que las
personas con síndrome de Down puedan tomar decisiones informadas y
tener control sobre su vida diaria.

El desarrollo psicomotor de los niños con Síndrome de Down sigue el mismo


orden que el de todos los niños, pero se da a menor velocidad. Por ello es
importante evitar comparaciones. La mayoría de los niños con Síndrome de Down
aprenden a caminar, montar bicicleta, comunicarse, leer, escribir y hacer la gran
mayoría de cosas que todos los niños hacen.

Existen dos factores que influyen en su desarrollo: buena salud y un entorno


estimulador. Con los niños con Síndrome de Down no es distinto.

Cuidar su salud:

Existen muchas condiciones médicas asociadas al Síndrome Down, la mayoría


tratables en la actualidad. Por eso es esencial que un niño con Síndrome Down
reciba la atención médica necesaria y oportuna, para evitar complicaciones. Un
niño que se encuentra físicamente sano podrá explotar con mayor facilidad todo
su potencial de desarrollo.
Brindarles un entorno que los estimule

Un niño con Síndrome de Down, al igual que cualquier otro niño, necesita un
hogar donde se le brinde apoyo, contención y oportunidades para desarrollarse.
En algunos casos puede requerirse, además, el apoyo de terapistas de
intervención temprana (física, orofacial, ocupacional), sobre todo en los primeros 5
años de vida.

Recomendaciones generales para padres de niños con Síndrome de Down

 Acudir oportunamente al pediatra y a las evaluaciones de los especialistas


que requiera.
 Realizar los exámenes y tratamientos necesarios para evitar
complicaciones
 No intentar convertirse en terapistas profesionales ni en profesores.
especializados. Dedicarse a la crianza del niño de la manera más regular
posible
 Usar instrucciones cortas y simples con ellos.
 Reforzar de manera positiva las buenas conductas y los logros de los niños.
 Tener paciencia y no hacer las cosas por el niño ya que, si bien puede
demorar más en aprender a hacer algo, lo logrará y se le debe dar la
oportunidad.
 No obligar al niño a hacer cosas que no desea.
 Aprovechar las actividades cotidianas y los intereses del niño para reforzar
conocimientos, no todo se aprende en terapias.
Glosario

Discapacidades: limitaciones en las habilidades físicas o mentales de una


persona.

Desafíos: obstáculos o dificultades a superar.

Síndrome de Down: desorden genético causado por una cantidad anormal de


cromosomas.

Desorden genético: anomalía en los genes que puede afectar el desarrollo de una
persona.

Cromosomas: estructuras en el núcleo de las células que contienen información


genética.

Investigaciones: estudios sistemáticos realizados para descubrir nuevas verdades


o solucionar problemas.

Causas: factores que provocan una enfermedad o trastorno.

Comprensión: entendimiento o conocimiento profundo sobre un tema.

Desconocimiento: falta de información o conocimiento sobre un tema.

Trastornos genéticos: alteraciones en los genes que pueden causar problemas de


salud o discapacidades.

Mitos y estereotipos: creencias o ideas falsas y generalizadas que pueden influir


en la forma en que se percibe a un grupo de personas.

Desarrollo: proceso de crecimiento y maduración en diferentes áreas, como física,


cognitiva, emocional y social.
Calidad de vida: el bienestar general y la satisfacción con la vida en diferentes
áreas, como salud, relaciones, trabajo y actividades de ocio.

Educación inclusiva: un enfoque educativo que busca garantizar que todos los
estudiantes, independientemente de sus habilidades o discapacidades, tengan
acceso y participen plenamente en la educación.

Rendimiento: la capacidad de un estudiante para lograr resultados satisfactorios


en sus estudios.

Autodeterminación: la capacidad de tomar decisiones y actuar de forma


independiente y responsable.

Independencia: la capacidad de realizar actividades y tomar decisiones sin la


ayuda constante de otros.

Habilidades; habilidades necesarias para realizar actividades cotidianas, como


vestirse, cocinar o manejar el dinero.

Participación: la capacidad de involucrarse en actividades sociales y culturales en


la comunidad en la que se vive.

Potencial: habilidades y capacidades que una persona tiene para lograr metas y
desarrollarse en diferentes áreas.

Trisomía: una condición en la que hay tres copias de un cromosoma en lugar de


las dos habituales.

Prevalencia: la frecuencia de un trastorno o enfermedad en una población


determinada.

Ansiedad: Es una respuesta emocional que experimenta una persona ante


situaciones que percibe como amenazantes o estresantes, y puede manifestarse
en síntomas físicos y psicológicos como palpitaciones, sudoración, miedo,
preocupación excesiva, entre otros.
Trastorno del espectro autista (TEA): Es un trastorno del neurodesarrollo que se
caracteriza por dificultades en la comunicación y la interacción social, patrones
repetitivos de comportamiento y limitaciones en intereses y actividades.

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