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INTELIGENCIA CREATIVA

EBOOK 3: El lenguaje, el culto al fuego sagrado y a los muertos como


gestores del pensamiento trascendente
Autor: Omar Cabrales Salazar

Contenido del módulo Nº 3

1. Enfoque global del módulo


2. Introducción
3. El Culto al fuego sagrado
4. El Culto a los muertos
5. El lenguaje y la escritura
6. El pensamiento numérico
7. ¿Qué nuevo hemos aprendido?
8. Referencias

1. Enfoque global del Módulo: En este módulo estudiaremos cómo el fuego y los
muertos inician al ser humano en los primeros cuestionamientos existenciales, al
llevarlos de forma extasiada hacia la contemplación del fallecido. Así mismo, la forma
como al rendirles culto, se convierten en los primeros dioses e incentivan la emergencia
del pensamiento trascendente, que junto con la articulación del lenguaje y la escritura
le dan más vuelo a la imaginación y la creatividad.

Temas
Tema 1: El culto al fuego sagrado y a los muertos. La manera en que la iniciación en el
pensamiento trascendente lleva al pensamiento creativo.
Tema 2: La invención de la escritura y la forma como al pensar en términos más
concretos, el hombre del neolítico logró articular conceptos o ideas por medio de las
palabras y formularse preguntas.

2. Introducción
Como lo vimos en los módulos anteriores, el dominio del fuego fue revolucionario para
los hombres del paleolítico y el neolítico. En un proceso gradual de entendimiento
sobre su naturaleza, el hecho de dominarlo significó un logro determinante que le
proveyó más bienestar que casi ningún otro fenómeno natural, pues entre otros
beneficios espantó los animales peligrosos y los insectos, le permitió iluminar la noche
y las cavernas, como también cocer los alimentos. Posteriormente, ya bajo el influjo de
su calor y su luz, y por todos los favores obtenidos, el hombre lo constituyó como un
dios que debía ser conservado y adorado.

En relación con la muerte, el hombre del neolítico no pudo más que verse asombrado
ante su misterio. Desde sus primitivos niveles de consciencia y desconocimiento del
funcionamiento del cuerpo humano, la muerte fue para él un enigma inexorable que lo
llevó a cuestionarse sobre su propia existencia y el destino que tomarían sus ancestros
al fallecer, en la medida en que articulaba las palabras para hacerse preguntas. Por

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esto, en el marco de constitución de la familia tuvo que haber desarrollado, en una
primera instancia, el sentimiento del apego por quienes morían, para tener interés en
su cuidado post mortem y que de alguna forma su deceso le conmoviera. Y en segundo
lugar, el lenguaje, para crear las palabras que le permitirían decir su nombre y convocar
su beneficencia, convirtiéndose paulatinamente en las primeras oraciones para invocar
la divinidad. La contemplación del cadáver de quien fuera su compañera o su padre, lo
llevó a preguntarse sobre las causas de su quietud, de su silencio y sobre su destino,
además, le dio la pauta para crear palabras que al recordar su nombre lo acompañaran
en este nuevo viaje hacia lo desconocido y a su vez rogaran por su protección en el
mundo de los vivos.

Desde esta perspectiva, en este módulo estudiaremos la forma como el lenguaje, ya


estructurado en palabras y los comienzos de la escritura, el culto al fuego y los muertos
incentivan cada vez más la ensoñación y se convierten en los primeros dioses, que le
dan más vuelo a la imaginación, la innovación y la creatividad.

3. El Culto al fuego sagrado

El dominio del fuego le proveyó muchos favores a las sociedades del paleolítico y el
neolítico. Al espantar las bestias y los insectos e iluminar las noches, el hombre logró
instantes de tranquilidad que lo llevaron a contemplar las estrellas y a tratar de
establecer comunicación con sus compañeros de caza, lo que a su vez obligó la creación
del lenguaje. Al cocer los alimentos se reducen sus niveles bacterianos y el índice de
morbilidad y mortalidad, por lo que la vida se hace un poco más amable y larga. Bajo
el influjo de su calor y su luz, y por todos los beneficios obtenidos, el hombre constituyó
el fuego como un dios que debía ser conservado y adorado.

El fuego comenzó a considerarse sagrado por los beneficios mencionados y cuando su


disponibilidad se hizo cotidiana, se le construyó un altar dentro de la casa que se
mantenía encendido, siendo la representación de una divinidad a la que se le rendía
culto. De manera rigurosa y periódica, se la hacían sacrificios y se le ofrendaban tributos
y libaciones. Fue así como en la edad de los metales, ya estructuradas las aldeas,
debido a la energía positiva que encarnaba el fuego, en cada morada debería
permanecer una hoguera encendida con una madera especial. No se pueden negar
entonces los sentimientos de ensoñación que produce la contemplación de una
hoguera dentro la casa y en un lugar sagrado en el que se le rendía culto. Por esto, el
fuego jugó un papel importante en la cohesión social, según Gracia Alonso (2001), se
tiene que:

La presencia del fuego en una estructura de combustión permanente en el


interior de una unidad de habitación, se considera en muchas formas culturales
como un símbolo de unión del grupo, ya que el hogar se interpreta coma un
elemento vinculador. (p. 100)

También se hace mención del contenido simbólico que significarían los diferentes tipos

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de ofrenda. Según Gracia Alonso (2001)

El hogar y el fuego preservan con ella la parte de mayor contenido simbólico


de la estructura social, la representada por las inhumaciones perinatales y las
ofrendas de restos animales y carácter fundacional que se sitúan, por regla
general, en el área posterior (protegida y mistérica) de las viviendas a
espacios comunitarios. (p. 102)

Desde esta perspectiva, la presencia del fuego como un elemento cotidiano y


divinizado en el hogar, dio la pauta para la invención de ciertos procesos y artefactos
para conservarlo encendido y que no representara un riesgo para los habitantes.

Así mismo, las formas de transportarlo, de mantenerlo encendido, como el diso que
representaba y de albergarlo, llevaron a la ideación de chimeneas, utensilios, hornos,
vasijas y sistemas de ventilación que no permitieran que la casa se incendiara o se
llenara de humo. Cada uno de estos inventos lleva a la invención de otros en la
medida en que se van complejizando lo procesos y al fuego y a los utensilios se le
asignan otras funciones. La cerámica, el ladrillo y la fundición y aleación de metales,
son algunos de los inventos que resultan del dominio del fuego al interior de los
hogares o talleres.

4. El Culto a los muertos

En las sociedades indoeuropeas se extendió una creencia legendaria que consideraba


que los muertos pasaban a vivir una segunda existencia ligada a su cuerpo y cerca de
aquellos que habían conformado su familia. Por esa extraña dependencia que ya se
había establecido con el difunto debido al sentimiento del apego, era difícil y doloroso
desprenderse de los parientes, por lo que estos se enterraban dentro de la casa y bajo
el piso de la sala, pues se consideraba que en esa segunda existencia se les tenía que
seguir cuidando con sacrificios, ofrendas y oraciones. Era muy importante para los
hombres de estas antiguas sociedades asegurarse de tener un hijo varón, que al morir
realizase todos estos cultos, para que el padre muerto descansara en paz y no se
convirtiera en un fantasma. El hecho de no ser sepultado era de suma gravedad, ya que
el difunto no descansaba en paz y les hacía la vida imposible a sus herederos,
dañándoles las cosechas y haciéndoles travesuras (De Coulanges,1996).

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El rito de la sepultura era entonces
fundamental, pues era la forma de
asegurar el bienestar del difunto. Verter
tierra sobre el pecho de los muertos era
una obligación para los vivos,
asegurando que el fallecido pudiera
vivir esa segunda existencia en reposo y
favoreciera a su familia, si es que
además se le hacían los respectivos
sacrificios y libaciones. Los muertos y el
fuego fueron considerados los primeros
dioses, fueron adorados y venerados, se
les rindió tributo y respeto en una
tradición que se conserva hasta
nuestros días con el rito de la sepultura.

Foto Omar Cabrales: Momias de Guanajuato


(México)

El hecho de hacerles las oraciones y sacrificios periódicamente se convirtió en una


costumbre de suma importancia dentro de los antiguos, para lo cual fue fundamental
la concreción del lenguaje y crear las palabras que le permitirían invocar su nombre y
su beneficencia, convirtiéndose paulatinamente en las primeras oraciones o alabanzas.

La añoranza por el difunto y la articulación de vocablos para nombrarlo y extrañarlo,


llevó a los hombres al desarrollo del pensamiento trascendente, al tratar de paliar de
alguna forma su dolor por la falta del ser querido. Esos instantes de ausencia llevaron
a los hombres a cuestionarse sobre el destino que habría tomado el fallecido, a
preguntarse qué había ocurrido con su voz y con su mirada.

Por otra parte, los difuntos, conformaron otra de las maneras con las que se demarcó
el territorio familiar y el del poblado, y que a su vez contribuyó a la consolidación de
la creatividad, ya cuando los metales empezaron a hacer presencia en la vida del
hombre. Los muertos y el fuego sumergieron al hombre en los primeros grandes
misterios y lo indujeron a acrecentar el pensamiento simbólico y el interés por lo
desconocido, que posteriormente daría origen a instantes de introspección; proceso
sumamente complejo que representó un avance fundamental en la inteligencia humana,
pues le permitió al hombre indagarse a sí mismo, centrar cada vez más su atención y

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preguntarse por el sentido de la vida. Podríamos afirmar que este tipo de pensamiento
genera los primeros espacios de cuestionamiento y de trascendencia y dan origen a las
primeras religiones y una clase social que se encargaba de su gestión: los sacerdotes,
brujos, chamanes y oráculos. Tanto el culto a los muertos y al fuego sagrado fueron
cruciales en el proceso de evolución social, marcada también por el estallido y la
manifestación de la creatividad humana.

Un lugar para los muertos era un lugar para la anécdota, para el recuerdo que ahora
toma posesión de un espacio propio en la tierra y en la vida de una familia que amerita
ser recordado. Los muertos se convirtieron en leyendas y las leyendas debían ser
narradas, lo que llevó a la concreción y diferenciación de las lenguas, pues la forma en
que se nombra a los muertos de una familia y el lugar de sus hazañas es diferente en
cada uno de los rincones de la tierra.

En el lugar de origen del neolítico, se enterraba a los muertos sentados en


posición replegada, con las rodillas dobladas sobre el pecho, en excavaciones
en las que se colocaban al propio tiempo provisiones y utensilios personales. El
hombre del neolítico fue absorbido por el culto imaginativo al sol y a los
difuntos. Erigió grandes símbolos monumentales de sólidas piedras para hacer
objetivamente perceptivas sus intangibles creencias. (Adamson, 1961, p.120)

De esta manera, las tareas de transportar y enterrar a los muertos y adorarlos, llevaron
a la invención de utensilios, butacas, amarres, postes, camillas y sistemas de
delimitación del territorio y al erigir grandes monumentos o lugares religiosos que
ocuparon cada vez un lugar más importante en aquellas sociedades. Cada uno de estos
inventos lleva a la generación de otros en la medida en que se van constituyendo las
religiones y complejizando las relaciones familiares y los procesos sociales.

Junto con la domesticación de las plantas y de los animales llegó el lenguaje, el


sello de la civilización, el pleno desarrollo de la cerámica, el tejido de ropas, la
fabricación de embarcaciones y la construcción de casas; la religión comenzó a
brotar y se establecieron las formas básicas de la organización social, tal como
hoy podemos observarlas entre las comunidades primitivas contemporáneas.
(Adamson, 1961, p.115).

Como lo mencionamos más arriba, era costumbre realizar los cultos al fuego sagrado
y a los muertos, al punto que esta obligatoriedad les dio un carácter normativo. Los
cultos se convirtieron en costumbres y las costumbres, debido a su obligatoriedad,
constituyeron las primeras leyes, forjando así los primeros sistemas normativos y las
instituciones. Igual que los sistemas de comunicación, llevan la particularidad de la
cultura de la que surgen, y además de esto, permiten la convivencia y la resolución de
sus conflictos.

Estos sistemas se basan en las reglas particulares por medio de las cuales se organiza
la convivencia entre los hombres. A partir de esto fue constituida la dimensión ética y
a partir de allí se originan instituciones sociales como todas las encargadas de velar

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por el cumplimiento de los códigos éticos y legales, de impartir justicia y de castigar a
los que infringieran la ley.

5. El lenguaje y la escritura

La palabra representación implica la manera en la que la colectividad trata expresar sus


anhelos y sentimientos más profundos al mundo: para representar o representarse, las
sociedades crean elementos simbólicos, como una serie de conjuntos conceptuales a
través de los cuales sus integrantes tratan de interpretarse a sí mismos y al mundo en
que están inmersos, estos sistemas constituyen la dimensión estética del ser humano
y son elementos fundantes de la creatividad. Si bien muchas obras de arte reproducen
la realidad de manera fidedigna en mayor o menor grado, otras intentan crear
configuraciones abstractas y composiciones de la misma (Tatarkiewicz, 1997).

Los sistemas de comunicación parten de


la contemplación de la cotidianidad, el
paisaje y de la necesidad del hombre de
nombrar las cosas y de decir algo más
que su mera descripción pictórica. A
través de estos sistemas, el hombre ha
logrado comunicarse y ha organizado,
concretado y complejizado su
pensamiento y por ende, ha creado los
métodos por medio de los cuales trata
de adquirir y de ampliar sus
conocimientos como también la
necesidad de narrar la realidad.

Al narrar la realidad por medio del lenguaje escrito, el hombre estructura su


pensamiento. El pensamiento estructurado es complejo y utiliza el lenguaje de manera
ordenada para expresar circunstancias pasadas y futuras, lo que le permite al hombre
proyectarse hacia delante, hacia un tiempo que aún no existe, pero que lo hace dueño
de su futuro. De esta forma, los sistemas de representación contribuyen a la
constitución de la dimensión espacial y temporal de una cultura y facilitan la
comunicación entre sus miembros, además les permiten proyectarse hacia el futuro por
medio de elementos que les dan perdurabilidad como sus templos y sus obras de arte.
Hablamos entonces de diferentes tipos de lenguajes que la sociedad constituye, los
lenguajes simbólicos, los jeroglíficos, los idiomas, los lenguajes de las banderas, etc.
Estos pertenecen a la colectividad que está arraigada a una región y a una visión
particular del mundo y le induce a nombrar sus sentimientos, las cosas de su paisaje y
de su cotidianidad de una forma exclusiva que sólo ella puede entender.

Solo el ser humano puede pensar en términos concretos a través del lenguaje o las
imágenes, pues solo en él se han dado las condiciones fisiológicas y psicológicas para
que pueda articular conceptos o ideas por medio de las palabras. Consiste en expresar
las ideas a través del uso de recursos verbales, simbólicos y gráficos. Según Francisco
Cajiao (2003): El lenguaje es, entonces, el punto crucial de la experiencia humana y su

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dominio y uso constituyen la posibilidad de progreso individual y colectivo porque todo
aquello que es humano requiere un lenguaje particular para ser construido en el mundo
propio de cada persona y en la red social en la cual las cosas adquieren sus significados.

Fue entonces el lenguaje uno de los procesos comunicativos más complejos que logró
estructurar la inteligencia humana. Nombrar las personas, los objetos, los elementos
del paisaje y los animales, constituyó un avance revolucionario en el desarrollo del
pensamiento creativo, puesto que facilitó la comunicación, la transferencia de objetos
de significado, la reflexión y discusión entre los miembros de tribus y familias. Pensar
en términos concretos permitió articular ideas, expresar sentimientos e intereses y
formularse preguntas, lo que implicó la obligatoriedad de pensar en las respuestas. El
ingeniárselas para resolver las preguntas hechas por otros como por él mismo,
desarrolló el pensamiento creativo, pues al tener la forma de plantearse preguntas les
permitió socializar y acometer los problemas, ante lo cual tuvieron que pensar en las
soluciones lo que los llevó a la creatividad y a la innovación.

La lenguaje llevó la inteligencia y la creatividad humana a niveles superiores y por estar


asociada a las condiciones sociales y culturales de la aldea, intervino en el tipo de
relaciones que se crearon en su interior y con el ambiente. Debido a esto, surgen las
creencias, las normas y las condiciones económicas del grupo social, que ya se pueden
trasmitir por generaciones, quedando arraigadas como un importante componente
cultural y una serie de insumos que favorecerán la creación, al convertirse también en
sistemas de expresión de la sensibilidad humana y darle camino a las producciones
artísticas.

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La comunicación a través del lenguaje y no por señas o ruidos, estructuró el
pensamiento en términos concretos, no solo mejoró la comunicación sino que permitió
recordar lo que alguien había dicho sobre la mejor forma de cazar un animal, por
ejemplo. Esto contribuyó a la fundamentación de la memoria, lo que condujo al
aprendizaje y al desarrollo de los constructos neuronales, ampliando así la visión y la
perspectiva del mundo: nombrar es traer al orbe de lo humano y apropiarse de lo
nombrado. El aprendizaje y el desarrollo del pensamiento se dan a través de ciertas
acciones para las cuales se debe poner en uso la atención y la memoria. El cerebro, al
verse obligado a realizar una articulación de ideas y representarlas por medio del habla,
desarrolló significativamente la inteligencia.

Los procesos relacionados con la mejora de la comunicación a través del lenguaje


permitieron, entre otras cosas, el razonamiento, la resolución y el planteamiento de
problemas, la comparación, modelación, elaboración y ejecución de procedimientos, así
como la planeación y el diseño mediante dibujos, por ejemplo. Este último plasmado
en la estructuración de canoas, armas, casas, entre otros, que se convierten así en
elementos de expresión de la creatividad. El hecho de tener la posibilidad de plasmar
una idea en un dibujo con las partes del objeto debidamente nombradas, permitió
hacerle mejoras en el diseño y solucionar problemas antes de darse a la tarea de
elaborarla, lo que redujo los tiempos de fabricación y la posibilidad de dejar un legado
para los artesanos venideros.

6. El pensamiento numérico

La concreción del lenguaje en signos alfabéticos y numéricos permitió aún más la


evolución del pensamiento estructurado, lo que condujo a su interpretación y a la
complejización de la inteligencia humana. El pensamiento numérico generó mayores
niveles de abstracción, lo que generó nuevos procesos cognitivos y discursos basados
en números y fórmulas matemáticas. Por ejemplo, el reconocido lingüista Merrit Ruhlen,
afirma que existió primero una lengua proto-global, de la cual han dado a conocer las

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etimologías de 45 palabras nostráticas que evidencian la conexión entre todas las
lenguas del mundo. Una de ellas es la palabra TIK, que significa dedo o uno (Watson,
2005). La palabra es evidentemente onomatopéyica y proviene del sonido que hacen
los dedos al chasquearse y que además expresaba algún tipo de alarma o señal que
habrían inventado los cazadores para no asustar a la presa, o al tratar de “numerar”
con el dedo la existencia de un solo elemento. Se requiere de un ya desarrollado nivel
de abstracción de la realidad para expresarla en términos numéricos, lo que indica
avances en la inteligencia que posteriormente convertirían la señal visual del número
uno con algún dedo de la mano indicando una unidad, hacia la concreción de la palabra
“uno”, cuya escritura y pronunciación es muy similar en casi todas las lenguas.

Por medio de la codificación, la


elaboración de sistemas de peso y
medida se complejizó la expresión de
sistemas simbólicos. La organización,
sistematización y desarrollo de las
actividades cognitivas a partir de una
estructura numérica, llevó el cerebro
humano a hacer cálculos y
experimentos, lo que permitió expresar
sus ideas en términos visibles, diseñar,
hacer bocetos, planos, gráficos y
maquetas que favorecieron la
innovación, pues les permitió hacer
cálculos y correcciones, antes de
elaborar el objeto, lo que podríamos
llamar una primera fase
experimentación.

Con el pensamiento numérico se da origen a la matemática, haciendo esta parte de las


ciencias formales que estudia propiedades y relaciones entre entidades abstractas. El
pensamiento numérico permitió el desarrollo de otras ciencias como la contabilidad, la
física y la química. Los registros más antiguos datan del neolítico con huesos, palos,
piedras talladas y escarbadas con muescas, que presumiblemente se realizaban con
fines de conteo, de representación numérica y de organización de los días y las noches,
es decir de calendarios, que como se dijo organizaron la vida del hombre y le dieron
proyección hacia el futuro.

7. ¿Qué nuevo hemos aprendido?

• Debido a la trascendencia del empleo del fuego, este empezó a


considerarse sagrado, a tal punto que era el centro de rituales, sacrificios,
tributos y liberaciones. Lo que llevó a la invención de utensilios, herramientas y
procesos para su transporte y conservación.

• La presencia de un elemento cotidiano y divinizado en el hogar, dio la


pauta para la invención de ciertos procesos y artefactos para conservarlo

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encendido y que no representara un riesgo para los habitantes. Formas de
transportarlo, de mantenerlo encendido y de albergarlo, llevaron a la ideación
de chimeneas, utensilios, hornos, vasijas y sistemas de ventilación que no
permitieran que la casa se incendiara o se llenara de humo

• Con la sedentarización, el hombre desarrolló sentimientos de apego hacia


sus seres queridos, lo que lo condujo a cuestionarse acerca del misterio de la
muerte y de su propia existencia. Además, contribuyó al desarrolló el lenguaje,
pue se vio obligado a invocar el nombre de los muertos, convirtiéndose así en
las primeras oraciones o vocablos para invocar la divinidad.

• Tanto el culto al fuego sagrado y el culto a los muertos, se convirtieron


en una obligatoriedad de carácter normativo, lo que a su vez dio pie a la
constitución de las primeras leyes, los primeros sistemas normativos y las
instituciones.

• La representación de la realidad por medio del lenguaje escrito, jugó un


papel importante en la estructuración del pensamiento humano, pues los
sistemas de representación constituyen la dimensión comunicativa y esta
permite la comunicación entre los miembros de una sociedad y la posibilidad
de representarse y representar el mundo que los rodea, aspecto fundamental
en la concreción del pensamiento creativo.

• La organización, sistematización y desarrollo de las actividades


cognitivas a partir de una estructura numérica, llevó el cerebro humano a hacer
cálculos y experimentos, lo que permitió expresar sus ideas en términos visibles,
diseñar, hacer bocetos, planos, gráficos y maquetas que favorecieron la
innovación.

8. Referencias
Cajiao, F. (2003, 28 de enero). Lenguaje no es clase de español, El Tiempo. Recuperado
de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-996499.
Gracia Alonso, F. (2001). El fuego como referente de culto. Datos de la protohistoria
peninsular mediterránea. Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología.
Universidad de Barcelona. Recuperado de
https://core.ac.uk/download/pdf/39098171.pdf
Moore, J. D. (1996). The Archaeology of Plazas and the Proxemics of Ritual: Three
Andean Traditions. American Anthropologist, 98(4), 789–802.
https://doi.org/10.1525/aa.1996.98.4.02a00090
Tatarkiewicz, W. (1997). Historia de seis ideas: Arte, belleza, forma, creatividad,
mímesis, experiencia estética. Madrid: TECNOS.
Watson, Peter. (2005). Ideas, Historia Intelectual de la Humanidad. Crítica: Barcelona.

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