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EVOLUCION HISTORICA DEL MUNICIPIO

Puede dividirse en cinco etapas diferentes: a) la ciudad Estado, Grecia; b) el


municipio que se fusiona con el estado, Roma; c) el municipio sin estado, después de la
caída de Roma y durante el periodo posterior a las invasiones; d) El municipio frente al
estado tiene lugar cuando se consolidan los Estados modernos; y e) El actual municipio
dentro del estado. Analizaremos lo que fue el municipio en Grecia y Roma

GRECIA

En la antigua Grecia, al principio se encontraban fusionados Estado y Municipio,


de tal manera que durante un buen tiempo no podemos hablar de niveles de gobierno
diferentes y las pequeñas ciudades de entonces eran tanto un Estado como un Municipio,
siendo esto explicable por el escaso ámbito territorial dentro del cual y por esos tiempos,
600 años A.C., se ejercitaba el instrumento de gobierno. Sin embargo, algunos tratadistas
como Adriano Carmona Romay y Andrés Angulo, en sus obras Ofensa y Defensa de la
teoría Sociológica del Municipio y Curso de Historia de las Instituciones Locales,
respectivamente, han tratado de encontrar algunas diferenciaciones y destacan la
aparición de una forma de gobierno municipal tanto en la Polis (ciudades políticas y
militares) como en el Demos (cantones del Ática), y sostienen que las instituciones locales
son anteriores a las instituciones generales y que constituyen la génesis de los Estados.

El aislamiento de las ciudades en Grecia como consecuencia de la accidentada


geografía de su territorio, contribuyó favorablemente al fortalecimiento de la autonomía
local, pues estas ciudades se gobernaban y administraban por acuerdos y resoluciones
adoptados en asambleas públicas y fue tan amplia la autonomía de sus gobiernos locales
en los que se practicó una democracia directa que dichas ciudades tenían todas las
características de pequeños Estados. Debemos destacar por su importancia otro aspecto
que se deriva del surgimiento de la ciudadanía local, pues ser vecino de una localidad
conllevaba la afiliación a ella y dicha ciudadanía era, desde luego, distinta de la
ciudadanía nacional originada por el nacimiento o por la nacionalización. Pero los
municipios de estas ciudades tienen una gran significación por esos atributos de
autonomía y democracia, sino por cuanto los servicios locales eran atendidos
eficientemente y así atendían los requerimientos materiales tales como caminos,
irrigación, comercio, subsistencias y también los de carácter espiritual como las letras, las
artes, las ciencias, la música entre otros.

Resulta de lo expuesto que Grecia ha transmitido al mundo un rico legado: la


autonomía de los gobiernos locales de sus comunidades en base a asambleas comunales
que adoptan sus acuerdos, la democracia sustentada en la libre elección por aclamación
de sus autoridades locales llegándose a practicar una democracia directa, complementada
con el bienestar común de los servicios locales.

ROMA

En sus orígenes, Roma estaba constituida por comunidades sociales


independientes, en la que existía una vida autónoma. Roma era una Ciudad-Estado, cuyo
gobierno se basaba en acuerdos tomados en asambleas públicas. El respeto a la autonomía
fue una realidad incluso cuando Roma era gobernada por un Rey, por los años 700 A.C.,
pues ni el Rey ni los funcionarios intervenían en el gobierno local de esas comunidades.
Es en Roma donde encontramos la presencia de principios y normas que fortalecen las
autonomías locales; desde luego, llegaron épocas en que esa autonomía fue controlada
por el Poder del Estado, sobre todo cuando surge el Estado unitario, cuyos gobernadores
fiscalizan a esas ciudades autónomas y se las somete al pago del tributo o “munere”, y
en los casos en que se aceptaba esa autonomía era porque convenía a la expansión romana
y a la organización administrativa. En Roma, como en todas las latitudes, el surgimiento
del Estado está asociado al surgimiento de la ciudad y su gobierno local que le antecede,
siendo los municipios la génesis de los Estados; en este aspecto es preciso citar los
acertados conceptos de Barthélemy, que afirma refiriéndose al Municipio: “esta
asociación es la primera que se constituye en cuanto los hombres se civilizan. La primera
forma del estado es la Civitas; desde que se desarrolla la ciudad vecina; la una domina a
la otra o la absorbe o bien se entienden y el Estado toma figura de federación de
Municipios; la idea de Nación solo viene después…”.

En el año 500 A.C., Roma contaba con una población de 200,000 habitantes y ya
por entonces tenía que afrontar necesidades y problemas tales como el orden público, el
abastecimiento de agua, el tránsito, las construcciones o edificaciones, todos ellos de
índole municipal; pero quizá el problema más serio fue el de la falta de tierras y es lo que
lanzó a Roma a la conquista, llegando a constituir la expansión romana el fundamento de
la existencia del Estado romano y será como consecuencia de este proceso de conquista
que va surgir el municipio como organización político-administrativa. En el curso de la
evolución histórica de Occidente, la figura del municipio, tal como se entiende hasta
nuestros días, aparece como fruto de las conquistas romanas, escribe el municipalista
Alzamora Valdez, agregando que el verdadero aporte de Roma en este campo está
representado por el sistema de los “municipio” que era una calidad que se concedía a
determinadas ciudades conquistadas dentro de la Península Itálica, como modo de
mantener un régimen especial de relaciones con ella.

Debemos puntualizar que el Municipio, tal como lo conocemos hoy (organización


político-administrativa), tiene su punto de partida en la expansión romana; pero no así el
Municipio como organización social, como comunidad social, ya que éste surge mucho
antes que la conquista romana, pues lleva tras de sí miles de años de existencia, puesto
que se identifica o es la familia misma, la comunidad misma y por lo tanto ahí donde ha
habido un grupo humano ha existido siempre el Municipio en forma natural. Hay que
destacar por su trascendencia, el valioso e importante aporte de Roma al mundo referente
al régimen municipal y al término o denominación de municipal y al término o
denominación de Municipio que viene de “municipium”.

Dentro del proceso de la evolución histórica del Municipio, se ha fijado el año 387
A.C. y a la ciudad de Tusculum, Roma, como el periodo y el lugar donde surge el
Municipio como organización político-administrativo y como nivel diferenciado de
gobierno. Según señala Efrén Córdova “el surgimiento del Municipio fue consecuencia
de una fórmula de equilibrio entre la conquista y dominación de una ciudad por Roma
y la independencia de que antes gozaba, y que fue la habilidad política de los romanos
la que advirtió que era imposible materialmente conseguir la absorción o dominación
total de las nuevas plazas o ciudades que conquistaba y que más conveniente era hacer
que esas nuevas plazas o ciudades se sumaran al poderío militar, económico y político
del imperio, sin perder su derecho a seguir manejando sus propios asuntos”. Esta
estrategia convenía más a los intereses políticos de Roma, antes que subyugar a estos
núcleos sociales; era más provechoso respetar los derechos que habían tenido antes de la
conquista, tales como el de elegir a sus magistrados o autoridades, darse sus normas,
recibiendo de Roma su protección y la ciudadanía romana. A este comportamiento de
Roma respecto de sus ciudades conquistadas es lo que denomina el citado municipalista
“especie de arreglo”, porque conllevaba la obligación de los habitantes de esas ciudades
de satisfacer determinadas cargas o tributos llamados Munere, siendo este término el que
dio lugar a la denominación de Municipium. Por ese entonces el gobierno de los referidos
Municipiums, que actualmente conocemos como Municipios, estaba a cargo de los
magistrados, los que posteriormente reciben el nombre de alcaldes, y que además de sus
funciones propias del gobierno local administraban justicia; y por los Aediles, de aquí
viene el nombre de Ediles o Regidores, que atendían los servicios de la defensa de la
ciudad y también eran notarios y escribanos.

Cuando Roma adopta la importante decisión de incluir al Municipio dentro de su


esquema político van a surgir tres ideas centrales que son propias de todo Municipio:

1) El Municipio responde a la unión de intereses entre lo general y lo local.

2) El ejercicio del poder público por el Municipio se circunscribe a una localidad,


y tiene relación sólo con los problemas propios de la localidad o jurisdicción.

3) El Municipio por ser un ente político está supeditado a una organización, a un


orden político superior, por cuanto forma parte de un todo más amplio que es el Estado.

Por aquellos tiempos, en Roma, se llega a distinguir la existencia de varios e


importantes elementos constitutivos del Municipio, tales como el “Territorium” o
territorio, que es el espacio físico, el pueblo o comunidad que se reunía en asamblea
vecinal; y el gobierno local, que como elemento estructural del municipio estaba
integrado por el cuerpo deliberante o curia y por los magistrados o alcaldes y los aediles
o ediles. Merece destacarse otro aspecto, el de los servicios municipales, que eran
atendidos con gran eficiencia, para los cuales construyeron cloacas y atarjeas, que además
que utilizaban para el agua de lluvia y también arrastraban los desperdicios existentes en
las calles (Rodríguez Cámpora). También los municipios de entonces se preocuparon por
la higiene y seguridad de los vecinos, por la conservación de los canales de riego, por el
uso y distribución de las aguas, por la conservación de sus acueductos que dotaban de
agua a Roma, por la red de caminos que unían los centros urbanos con las zonas rurales,
por el control de los precios y también por los aspectos culturales y artísticos.

Es importante mencionar la participación vecinal, pues el gobierno local por en la


Roma antigua se ejercía en base a asambleas del pueblo, que tomaban acuerdos y
adoptaban decisiones de interés común. Una de estas formas de participación, el
“conventus vecinorum”, constituye el verdadero germen del Concejo y del Cabildo
americano como institución municipal. Finalmente, podemos decir que reviste una
singular importancia lo referente a la existencia de una legislación municipal en Roma,
ya que se dieron normas sobre la administración municipal, la autonomía, sobre los
órganos de gobierno local como los magistrados, el Concejo, la Curia o Senado
municipal, sobre los servicios municipales, sobre las funciones municipales, que estaban
diferenciadas de las del poder legal, expresadas en un verdadero Código Municipal: La
“Lex julia Municipalis”.

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