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Para llegar a ser censor había que pasar primero por el cargo de cónsul y sólo
aquellos que tenían una enorme auctoritas y dignitas se atrevían a ser candidatos.
Se elegían dos censores a la vez y su cargo persistía durante 5 años, aunque en la
práctica sólo se entregaban de verdad a sus funciones durante el primer año y
medio.
Ocuparse del ordo equester (los caballeros) y de los 1.800 caballeros más antiguos
que eran los depositarios de los caballos públicos.
Los censores distribuían los cargos públicos en función de la riqueza del individuo
por lo que se convirtieron en un instrumento del Senado y de la aristocracia. Hasta
el año 403 esta magistratura de censores fue ejercida únicamente por patricios. Más
tarde se incorporaron también al cargo la clase plebeya.
Las funciones del censor estaban inicialmente confiadas al cónsul, que podía
delegarlas. Se ejercían cada cinco años y al terminar se realizaba un ritual de
purificación con varios sacrificios llamado Lustro. Después, se crearon los dos
censores, elegidos cada cinco años de entre los senadores que habían
desempeñado el consulado, constituyendo esta magistratura la culminación de su
carrera o cursus honorum. Sus competencias consistían en revisar la lista de
ciudadanos, la del Senado, y decidir qué obras públicas iban a ser costeadas por la
República en los siguientes cinco años. Sus tareas se realizaban durante 18 meses,
y terminaban con la realización de la ceremonia lustral ya reseñada, cesando
inmediatamente después en el cargo. A fines del siglo III a. C. era la magistratura
más importante. Hasta el 403 a. C. de Roma la magistratura censorial correspondió
exclusivamente a los patricios, pudiendo después ejercerla los plebeyos o patricios
indistintamente.
El origen de los ediles como magistratura «extraoficial» ocurre en el año 494 aC. En
un principio no reconocidos por el Senado, su tarea, según se cree, era la de
simplemente asistir a los tribunos en sus tareas, magistratura -refiriéndonos a los
Tribunos- creada no casualmente ese mismo año a causa de los conflictos y
tensiones entre plebeyos y patricios. Tanto el origen como las primeras funciones
de los ediles siempre fueron motivo de candentes debates entre los historiadores,
veamos por qué.
Hoy es aceptado entre los estudiosos establecer que la denominación edil sí nace
asociada al Templo de Ceres (Aedes) pero no así asociada a los edificios en si
mismos, sino que es porque allí, en el Templo de Ceres, era donde se mantenían
los registros de la plebe, y los ediles eran oficiales que generalmente trabajaban con
estos registros. De hecho los ediles fueron creados con el motivo de asistir a los
tribunos, oficiales que se encargaban de proteger y velar por los derechos de los
plebeyos a nivel ministerial.
El cargo de edil no fue simplemente una magistratura más de las tantas que
existieron en el estado romano. Podemos definir a la misma también como un mapa
de la sociedad romana a lo largo de su historia. Esto principalmente debido a que
en sus cambios y variaciones a lo largo de los siglos podemos obtener un panorama
claro y concreto de las varias transformaciones sociales que fue sufriendo Roma
durante sus distintos períodos.
Sin embargo, las ambigüedades de este cargo se hacen más evidentes y notables
al ver que en realidad era una magistratura menor, a la cual, irónicamente,
aspiraban muchos de los hombres más ricos de Roma quienes pretendían ganarse
el apoyo popular pagando los juegos y festivales de su bolsillo.
PRETORES URBANOS
El cargo de edil no fue simplemente una magistratura más de las tantas que
existieron en el estado romano. Podemos definir a la misma también como un mapa
de la sociedad romana a lo largo de su historia. Esto principalmente debido a que
en sus cambios y variaciones a lo largo de los siglos podemos obtener un panorama
claro y concreto de las varias transformaciones sociales que fue sufriendo Roma
durante sus distintos períodos.
Sin embargo, las ambigüedades de este cargo se hacen más evidentes y notables
al ver que en realidad era una magistratura menor, a la cual, irónicamente,
aspiraban muchos de los hombres más ricos de Roma quienes pretendían ganarse
el apoyo popular pagando los juegos y festivales de su bolsillo.
El cargo de edil no fue simplemente una magistratura más de las tantas que
existieron en el estado romano. Podemos definir a la misma también como un mapa
de la sociedad romana a lo largo de su historia. Esto principalmente debido a que
en sus cambios y variaciones a lo largo de los siglos podemos obtener un panorama
claro y concreto de las varias transformaciones sociales que fue sufriendo Roma
durante sus distintos períodos.
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PRETORES PREGRINOS
a Pretura, era una magistratura que en la antigua Roma su titular llevaba el nombre
de preator, pues era este el pontífice de la razón natural y agorero leal de la
conciencia social; era el libertador, que para los injuriados por la estrecha y
rigurosamente legal, abrió con manos firmes las puertas cerradas a la benigna
equidad, era el pacificador, entre las múltiples resoluciones del derecho. Era el
pretor el herrero genial que sabía forjar el crisol de todos los derechos, sobre el
yunque de su fuerza creadora, un nuevo y mejor derecho, porque además de justo,
era para todos igualmente bueno, es decir, equitativo y, precisamente por ello, útil y
honesto; era este el antiquísimo creador del milenario derecho y, además pontífice,
también arquitecto del Templo de la Justicia Romana, constructor del grandioso y
perpetuo derecho romano.
Nombre: Según los antiguos autores, los primeros cónsules, según la triple función
que desempeñaron fueron llamados Pretores, cuando conducían los ejércitos;
Cónsules; cuando aconsejaban al Senado, y también Júdices, al administrar justicia
entre los ciudadanos.
De esta manera, de las exigencias sociales nació una magistratura para ser en
adelante, durante siete siglos la mejor servidora de la verdadera justicia.
Nombramiento: Los aspirantes a la magistratura, tenían que presentarse a los
comicios con una impecable toga blanca, por ello lo llamaron toga “cándida”- de ahí
viene la palabra “candidato”.
El candidato a la pretura tenía que contar con los Pentaderechos por lo menos con
los pertenecientes al ámbito del derecho público, además tenían que demostrar
cierta cultura jurídica y elevada posición social. El candidato pretor, pues debía tener
el beneplácito del todopoderoso colegio patricial de los intérpretes jovis, de los
augurus públicos, para la realización de los comicios.
Tenían que contar con el voto seguro de por lo menos cuatro centurias (cuatro
votos) de la primera clase de timócrates y optimistas, representantes de los 98
votos, frente a los 95 de la clase media. Y de los pobres. Al ganar las elecciones, el
pretor tenía que asegurarse la imprescindible ratificación del senado, que era una
de las condiciones esenciales del senado para el desempeño de la magistratura.
El segundo se llamó Pretor Peregrino, porque administraba justicia ente los quirites
(ciudadanos) y extranjeros o peregrinos.
Se debe destacar la prioridad del Pretor Urbano sobre el Peregrino, ya que el Pretor
Peregrino comenzó a administrar derecho directamente del edicto del Pretor
Urbano.
Poseía la fiel expresión de su alta investidura: las llamadas insignias, entre ellas la
mas importante los lictores, mientras el pretor gobernador tenía a su disposición no
menos de seis, por lo que lo llamaron sexfascales.
Los pretores de provincias tenían sus escribas, una turba de alguaciles, pregoneros,
lictores y médicos, mientras los pretores urbanos y peregrinos, especialmente el
primero estaban rodeados de jurisconsultos, que formaban un consejo jurídico.