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LOS CENSORES

El cargo de censor en la Antigua Roma suponía la culminación de la carrera política


de un individuo. Conseguir este cargo político era llegar a tener la categoría de uno
de los primeros hombres de Roma. El censor era el más alto magistrado. No tenía
imperium y por lo tanto no podía llevar la escolta de los lictores.

Para llegar a ser censor había que pasar primero por el cargo de cónsul y sólo
aquellos que tenían una enorme auctoritas y dignitas se atrevían a ser candidatos.
Se elegían dos censores a la vez y su cargo persistía durante 5 años, aunque en la
práctica sólo se entregaban de verdad a sus funciones durante el primer año y
medio.

Magistrado de la antigua Roma investido de poder y dignidad considerables. Eran


dos en número, elegidos por votación; todo acto censorial requería el refrendo de
ambos. La mayoría de sus poderes era consecuencia de su función original y más
importante: confeccionar el censo, generalmente cada cinco años, antes de
verificarse la solemne ceremonia de la purificación o lustrum. Esta tarea
correspondió primero a los reyes y después a los cónsules, pero hacia el 443 a. de
J.C. pasó a manos de los censores, instituidos para desempeñarla. Reservado en
principio a los patricios, el cargo pudo ser desempeñado por plebeyos desde el 351.
Las leyes publilianas de 339 establecían que por lo menos uno de los censores
había de ser plebeyo. Su poder de clasificar a los ciudadanos en tribus (suburana,
esquilina, collina y palatina) y centurias con derecho a voto en las asambleas puso
en sus manos el control de la franquía de hombres y clases; su derecho a redactar
las listas de ecuestres y, más tarde, de senadores les permitía dignificar o degradar
a los ciudadanos (v. Comicio). De estos poderes y de su aptitud para estampar un
estigma sobre cualquier nombre de las listas derivan sus funciones de guardianes
de la moral pública y privada de Roma. También ejercían considerable influencia
financiera por estar encargados de redactar el censo territorial; administraban
asimismo buena parte de las tierras del Estado. Lucio Gornelio Sila redujo
considerablemente sus atribuciones. Domiciano se nombró a sí mismo censor
vitalicio, pero el cargo desapareció prácticamente poco después. Véase Domiciano;
Sila, Lucio Cornelio.

Era uno de los magistrados colegiados de la antigua República romana, tratándose


de una magistratura colegiada formada por dos censores, que eran elegidos cada
cinco años por los comitia centuriata presididos por uno de los cónsules. El cargo,
denominado censura, era responsable de la realización del censo, la supervisión de
la moralidad pública, y de ciertos aspectos de las finanzas públicas

Efectuar el escrutinio de la gente que accedía al senado.

Ocuparse del ordo equester (los caballeros) y de los 1.800 caballeros más antiguos
que eran los depositarios de los caballos públicos.

Verificar un censo general de los ciudadanos romanos de Roma, Italia y provincias.

Ocuparse de los requisitos económicos en todo lo referente a contratos estatales y


diversas obras públicas y edificios.

Los censores distribuían los cargos públicos en función de la riqueza del individuo
por lo que se convirtieron en un instrumento del Senado y de la aristocracia. Hasta
el año 403 esta magistratura de censores fue ejercida únicamente por patricios. Más
tarde se incorporaron también al cargo la clase plebeya.

Magistratura extraordinaria encargada de realizar el censo, su duración eran de 18


meses, lo realizaban los magistrados supremos. También se piensa que se
encargaban de la creación de la censura, lo esencias era la necesidad de un
magistrado especial que descargara a los cónsules de esta tarea, no tenían
imperium sino potestas. Su papel político les permitió ejercer una magistratura de
enorme peso moral entre los ciudadanos. Los censores eran elegidos cada 5 años.
Su límite viene dado por la colegialidad censoria.

Las funciones del censor estaban inicialmente confiadas al cónsul, que podía
delegarlas. Se ejercían cada cinco años y al terminar se realizaba un ritual de
purificación con varios sacrificios llamado Lustro. Después, se crearon los dos
censores, elegidos cada cinco años de entre los senadores que habían
desempeñado el consulado, constituyendo esta magistratura la culminación de su
carrera o cursus honorum. Sus competencias consistían en revisar la lista de
ciudadanos, la del Senado, y decidir qué obras públicas iban a ser costeadas por la
República en los siguientes cinco años. Sus tareas se realizaban durante 18 meses,
y terminaban con la realización de la ceremonia lustral ya reseñada, cesando
inmediatamente después en el cargo. A fines del siglo III a. C. era la magistratura
más importante. Hasta el 403 a. C. de Roma la magistratura censorial correspondió
exclusivamente a los patricios, pudiendo después ejercerla los plebeyos o patricios
indistintamente.

LOS EDILES CULURES

El origen de los ediles como magistratura «extraoficial» ocurre en el año 494 aC. En
un principio no reconocidos por el Senado, su tarea, según se cree, era la de
simplemente asistir a los tribunos en sus tareas, magistratura -refiriéndonos a los
Tribunos- creada no casualmente ese mismo año a causa de los conflictos y
tensiones entre plebeyos y patricios. Tanto el origen como las primeras funciones
de los ediles siempre fueron motivo de candentes debates entre los historiadores,
veamos por qué.

Estatua de la diosa Ceres de Mérida.

Estatua de la diosa Ceres de Mérida.

Los escritores romanos de períodos posteriores por lo general no pueden traernos


luz al asunto, ya que fueron tan confusos y desorganizados los primeros tiempos de
esta magistratura que incluso para los historiadores de la República tardía y del
Imperio su origen era incierto.

El origen de la denominación edil (aedile en latín) no es, curiosamente, un factor de


claridad sino que trae aun más confusión. Edil proviene de Aedes, nombre que se
asocia con los edificios templo y principalmente con el Templo de Ceres (Aedes
Cereris). Esto y el hecho de que posteriormente los ediles fueran los encargados de
la restauración y mantenimiento de los templos y edificios públicos, hizo creer
durante muchos años que entre sus primeras tareas el mantenimiento de edificios
era algo primordial. Sin embargo, hoy se sabe que esto no fue así ya que, como
veremos en el apartado que habla sobre las obligaciones y tareas de los ediles, el
mantenimiento de los templos y edificios se les adjudicó como tarea mucho tiempo
después.

Hoy es aceptado entre los estudiosos establecer que la denominación edil sí nace
asociada al Templo de Ceres (Aedes) pero no así asociada a los edificios en si
mismos, sino que es porque allí, en el Templo de Ceres, era donde se mantenían
los registros de la plebe, y los ediles eran oficiales que generalmente trabajaban con
estos registros. De hecho los ediles fueron creados con el motivo de asistir a los
tribunos, oficiales que se encargaban de proteger y velar por los derechos de los
plebeyos a nivel ministerial.

El cargo de edil no fue simplemente una magistratura más de las tantas que
existieron en el estado romano. Podemos definir a la misma también como un mapa
de la sociedad romana a lo largo de su historia. Esto principalmente debido a que
en sus cambios y variaciones a lo largo de los siglos podemos obtener un panorama
claro y concreto de las varias transformaciones sociales que fue sufriendo Roma
durante sus distintos períodos.

Esta magistratura, originada debido a las constantes confrontaciones producto de


las luchas entre plebeyos y patricios, fue convirtiéndose, gradualmente durante la
República, en una oficina necesaria y fundamental para el correcto funcionamiento
urbano de Roma. Lo que a su vez hace muy llamativo lo rápido y decisivos que
fueron los eventos y decisiones que esfumaron su importancia durante los inicios
del Imperio.
De todas maneras, y a pesar de la llamativa cantidad de tareas realizadas por éstos
oficiales, los mismos pasaron a la historia como los encargados de velar por la
integridad de los edificios y templos, así también como la de ser los organizadores
de los juegos y festivales en Roma.

Sin embargo, las ambigüedades de este cargo se hacen más evidentes y notables
al ver que en realidad era una magistratura menor, a la cual, irónicamente,
aspiraban muchos de los hombres más ricos de Roma quienes pretendían ganarse
el apoyo popular pagando los juegos y festivales de su bolsillo.

PRETORES URBANOS

El cargo de edil no fue simplemente una magistratura más de las tantas que
existieron en el estado romano. Podemos definir a la misma también como un mapa
de la sociedad romana a lo largo de su historia. Esto principalmente debido a que
en sus cambios y variaciones a lo largo de los siglos podemos obtener un panorama
claro y concreto de las varias transformaciones sociales que fue sufriendo Roma
durante sus distintos períodos.

Esta magistratura, originada debido a las constantes confrontaciones producto de


las luchas entre plebeyos y patricios, fue convirtiéndose, gradualmente durante la
República, en una oficina necesaria y fundamental para el correcto funcionamiento
urbano de Roma. Lo que a su vez hace muy llamativo lo rápido y decisivos que
fueron los eventos y decisiones que esfumaron su importancia durante los inicios
del Imperio.
De todas maneras, y a pesar de la llamativa cantidad de tareas realizadas por éstos
oficiales, los mismos pasaron a la historia como los encargados de velar por la
integridad de los edificios y templos, así también como la de ser los organizadores
de los juegos y festivales en Roma.

Sin embargo, las ambigüedades de este cargo se hacen más evidentes y notables
al ver que en realidad era una magistratura menor, a la cual, irónicamente,
aspiraban muchos de los hombres más ricos de Roma quienes pretendían ganarse
el apoyo popular pagando los juegos y festivales de su bolsillo.

El cargo de edil no fue simplemente una magistratura más de las tantas que
existieron en el estado romano. Podemos definir a la misma también como un mapa
de la sociedad romana a lo largo de su historia. Esto principalmente debido a que
en sus cambios y variaciones a lo largo de los siglos podemos obtener un panorama
claro y concreto de las varias transformaciones sociales que fue sufriendo Roma
durante sus distintos períodos.

Esta magistratura, originada debido a las constantes confrontaciones producto de


las luchas entre plebeyos y patricios, fue convirtiéndose, gradualmente durante la
República, en una oficina necesaria y fundamental para el correcto funcionamiento
urbano de Roma. Lo que a su vez hace muy llamativo lo rápido y decisivos que
fueron los eventos y decisiones que esfumaron su importancia durante los inicios
del Imperio.

De todas maneras, y a pesar de la llamativa cantidad de tareas realizadas por éstos


oficiales, los mismos pasaron a la historia como los encargados de velar por la
integridad de los edificios y templos, así también como la de ser los organizadores
de los juegos y festivales en Roma.
Sin embargo, las ambigüedades de este cargo se hacen más evidentes y notables
al ver que en realidad era una magistratura menor, a la cual, irónicamente,
aspiraban muchos de los hombres más ricos de Roma quienes pretendían ganarse
el apoyo popular pagando los juegos y festivales de su bolsillo.

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PRETORES PREGRINOS

PRETOR PEREGRINO: administraba justicia entre los quirites(ciudadanos) y


extranjeros o peregrinos. Prioridad del pretor urbano sobre el peregrino, ya que el
pretor peregrino comenzó a administrar derecho directamento del edicto del pretor
urbano.

CARACTERES: la pretura pertenecía a la magistratura superior, era considerado


como alta dignidad, aunq frente al cónsul eran colegas. Poseía la fiel ecpresion de
su alta investidura. Las llamadas insignias, entre ella la mas important los lictores,
mientras el pretor gobernador tenia a su disposición no menos de seis, por lo q
lollamaron sexfascales. Poseía ademas un numeroso séquito de distintas
finalidades. Los pretores de provincias teniasn sus escribas, una turba de alguaciles,
pregoneros, lictores y médicos, mientras los pretores urbanos y peregrinos estaban
rodeados de jurisconsultos, que formaban un consejo jurídico

En conexión con la historia del derecho romano, un breve concepto de pretor


peregrino podría ser el siguiente: Magistratura creada en el año 242 a.C. para
conocer los litigios entre extranjeros o entre ciudadanos romanos y extranjeros. Para
mayor información, véase el contenido de las entradas sobre derecho romano,
sobre pretor peregrino y otros temas, de la enciclopedia jurídica.

a Pretura, era una magistratura que en la antigua Roma su titular llevaba el nombre
de preator, pues era este el pontífice de la razón natural y agorero leal de la
conciencia social; era el libertador, que para los injuriados por la estrecha y
rigurosamente legal, abrió con manos firmes las puertas cerradas a la benigna
equidad, era el pacificador, entre las múltiples resoluciones del derecho. Era el
pretor el herrero genial que sabía forjar el crisol de todos los derechos, sobre el
yunque de su fuerza creadora, un nuevo y mejor derecho, porque además de justo,
era para todos igualmente bueno, es decir, equitativo y, precisamente por ello, útil y
honesto; era este el antiquísimo creador del milenario derecho y, además pontífice,
también arquitecto del Templo de la Justicia Romana, constructor del grandioso y
perpetuo derecho romano.

El Pretor es aquel que conduce en la guerra al ejército y en la paz al derecho.

Nombre: Según los antiguos autores, los primeros cónsules, según la triple función
que desempeñaron fueron llamados Pretores, cuando conducían los ejércitos;
Cónsules; cuando aconsejaban al Senado, y también Júdices, al administrar justicia
entre los ciudadanos.

Causa: La incontenible expansión político-social de la plebe en el año 367 a.C.


alcanzó una meta en su conquista, en cuanto por medio de la Lex Licinia llevó al
consulado al plebeyo Sextus Sextimus Lateramus. Era ésta una concesión
condicionada de los Patricios, pues ellos a su vez decidieron conservar para sí la
administración de la justicia realizado por un magistrado de origen patricio, que
llevaba en nombre de pretor, sin que agregaran el epíteto diferenciante de mayor o
menor.

De esta manera, de las exigencias sociales nació una magistratura para ser en
adelante, durante siete siglos la mejor servidora de la verdadera justicia.
Nombramiento: Los aspirantes a la magistratura, tenían que presentarse a los
comicios con una impecable toga blanca, por ello lo llamaron toga “cándida”- de ahí
viene la palabra “candidato”.

El candidato a la pretura tenía que contar con los Pentaderechos por lo menos con
los pertenecientes al ámbito del derecho público, además tenían que demostrar
cierta cultura jurídica y elevada posición social. El candidato pretor, pues debía tener
el beneplácito del todopoderoso colegio patricial de los intérpretes jovis, de los
augurus públicos, para la realización de los comicios.

Tenían que contar con el voto seguro de por lo menos cuatro centurias (cuatro
votos) de la primera clase de timócrates y optimistas, representantes de los 98
votos, frente a los 95 de la clase media. Y de los pobres. Al ganar las elecciones, el
pretor tenía que asegurarse la imprescindible ratificación del senado, que era una
de las condiciones esenciales del senado para el desempeño de la magistratura.

Durante un siglo (367-242 a.C.) designaron un solo pretor, para la administración


de justicia. Luego en el 242, fue nombrado un segundo pretor para los litigios entre
romanos y extranjeros. Pocos años después en el 237 a. C. elevaron el número a
cuatro y así hasta llegar a 18 con el emperador Tito.

Clases: Por orden estrictamente ontológico y cronológico de importancia, el primero


se llamó Pretor Urbano porque administraba justicia en la ciudad. Este pretor
otorgaba al pueblo y a la plebe el supremo derecho en asuntos civiles, de manera
que el pretor urbano por esta razón, no podía ser licenciado en la conducción de un
ejército, ni siquiera podía ausentarse de la ciudad por diez días.

El segundo se llamó Pretor Peregrino, porque administraba justicia ente los quirites
(ciudadanos) y extranjeros o peregrinos.

Se debe destacar la prioridad del Pretor Urbano sobre el Peregrino, ya que el Pretor
Peregrino comenzó a administrar derecho directamente del edicto del Pretor
Urbano.

Sortitio: Después de las elecciones, entre el año magistral y el año judicial (1 de


enero – 1 de marzo), los pretores eran designados por medio de un decreto o
procedimiento a repartir ellos mismos entre sí, por medio del sorteo (Sortitio), sus
respectivas provincias.

Anualidad: La magistratura del pretor tenía en general la duración de un año entre


las dos calendas de enero. El cumplimiento de la anualidad no era muy estricto,
porque podía tener una duración menor y en casos determinados, excepcionales
una duración de hasta dos años.

Caracteres: La pretura pertenecía a la magistratura superior, era considerado como


alta dignidad, aunque frente al cónsul eran colegas.

Poseía la fiel expresión de su alta investidura: las llamadas insignias, entre ellas la
mas importante los lictores, mientras el pretor gobernador tenía a su disposición no
menos de seis, por lo que lo llamaron sexfascales.

Poseía además un numeroso séquito de distintas finalidades.

Los pretores de provincias tenían sus escribas, una turba de alguaciles, pregoneros,
lictores y médicos, mientras los pretores urbanos y peregrinos, especialmente el
primero estaban rodeados de jurisconsultos, que formaban un consejo jurídico.

Los pretores designados, al percibir el Imperium, en el intervalo de cinco días debían


prestar juramento en forma personal, solo en casos excepcionales por medio de
representación en el templo de los Castores en presencia de un Puestor. Esta era
una ceremonia en los anuales públicos, sin la cual el pretor no podía asumir la
magistratura.

Efecto: el cumplimiento de todos los requisitos mencionados otorgó al pretor, en pro


de la utilidad pública, un poder que no podía ser cuestionado por los vicios que
afectasen la persona del titular del imperium.

Los Lictores, eran funcionarios que acompañaban a los Cónsules y otros


magistrados, llevando sobre sus hombros las Fasces o manojo de varas ligadas por
una correa y en medio de las cuales sobresalía un hacha. Esa insignia representaba
el Imperium que ejercía el magistrado. Los lictores eran los encargados de ejecutar
las decisiones de ésos magistrados.

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